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La mujer amada del cántico superlativoLa Atalaya 1958 | 1 de junio
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a la prueba de su amor inquebrantable a él. ¿Cómo triunfará en esta prueba escudriñadora? Teniéndole a él un amor como el que la sulamita le tenía a su pastor amado. Que se quede el rey Salomón con sus mil viñedos; esas posesiones materiales no la tientan. Ella está contenta con su propio viñedo. (Cant. 8:11, 12) ¿Por qué? Porque ama a alguien a quien realmente tiene cariño, y tal amor no puede comprarse con cosas materiales de valor. “Colócame”, ella le dice, “como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo; porque el amor es tan fuerte como la muerte, la insistencia en la devoción exclusiva es tan inexorable como Sheol. Sus llamaradas son las llamaradas de un fuego, la llama de Jah. Las muchas aguas mismas no pueden extinguir el amor, ni los ríos mismos pueden arrastrarlo con ellos. Si un hombre [aun el rey Salomón] diera todas las cosas valiosas de su casa por el amor, la gente positivamente las despreciaría.”—Cant. 8:6, 7.
45. ¿Qué quiere oír ahora el pastor que ama, y qué deseo hacia él expresa ella?
45 Tal amor invencible le aseguró a ella el amor del pastor a ella. Él quiere escuchar su voz que es la expresión de un corazón fiel: “Oh tú que habitas en los jardines, los socios están prestando atención a tu voz. Déjame oírla.” Al oír esta invitación ella expresa el deseo de que él venga saltando, cruzando las montañas que los separan, y transformándolas en fragantes montañas de las gloriosas alturas de la unión con él: “Huye, amado mío, y hazte como un gacel o como un cervatillo sobre las montañas de especias.”—Cant. 8:13, 14.
46. Por permanecer fiel al que la amaba, ¿con qué fué coronada la sulamita, y a causa de qué será coronado igualmente el resto, y quiénes participarán en la experiencia de coronación de éstos?
46 Coronada de gozo está la amada mujer sulamita de este cántico superlativo del rey Salomón. Coronado de gozo estará el resto desposado también al resistir el materialismo mundano y permanecer fiel a su Pastor-Novio. Todas las “otras ovejas,” igual que las “vírgenes de su séquito como compañeras de ella,” participarán en el gozo del resto fiel. Gracias a Jehová Dios por este Cántico inspirado que nos anima a todos a ser íntegros en el amor que le tenemos a su Pastor Propio, Jesucristo.
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La solución de un hindúLa Atalaya 1958 | 1 de junio
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La solución de un hindú
En una cita que se publicó en Treasury of the Christian Faith S. J. Corey dice acerca de Mahatma Gandhi, el caudillo nacionalista hindú: “Estuvo en Ceilán durante el otoño de 1927 y habló en el Y.M.C.A. de Colombo, declarando: ‘Si lo único a lo que tuviese que hacerle frente fuera el Sermón del Monte y mi propia interpretación de éste, no vacilaría en decir: “Oh, sí, soy cristiano.”’ Luego agregó: ‘Ustedes los de Occidente tienden a disculparse por lo que Jesús dijo aquí, mientras que yo acepto lo que dijo seria y literalmente.’” Volviendo a referirse a Gandhi, la misma obra dice, en una declaración pronunciada por Frank E. Eden: “Gandhi y lord Irwin, anterior virrey a la India, eran amigos. Cuando volvieron de la Conferencia de Mesa Redonda que se celebró en Londres, lord Irwin fué a visitar a Mahatma en su ashram. Durante la conversación lord Irwin le hizo esta pregunta a su anfitrión: ‘Mahatma, hablando entre nosotros hombre a hombre, dígame lo que usted considera que sea la solución a los problemas de su país y el mío.’ Tomando en la mano un librito que estaba sobre la mesita de la lámpara, Gandhi lo abrió al capítulo cinco de Mateo y contestó: ‘Cuando el país suyo y el país mío obren a una en conformidad con las enseñanzas que Cristo estableció en este Sermón del Monte, habremos resuelto no sólo los problemas de nuestros países, sino los del mundo entero.’ ¡Decir eso un hindú!”
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