El “hacha” y el que corta
“¿Se encarecerá el hacha sobre el que corta con ella?”—Isa. 10:15.
1, 2. (a) ¿Qué uso de individuos o naciones no es raro en la historia? (b) ¿Qué ejemplos tenemos de este uso de hombres como instrumentos?
NO ES nada raro el que una persona sea usada como instrumento de otra persona para efectuar algo. No es nada desconocido en la historia humana el que una nación entera sea usada como instrumento por alguna persona en autoridad a la cual se considere superior al gobernante de la nación a la cual se usa como instrumento.
2 Por ejemplo, hay el caso del rey David de Jerusalén. Él utilizó a su mariscal de campo, el general Joab, como instrumento para hacer que un fiel oficial militar hitita, Urías, fuese abandonado a muerte segura en la batalla. Así Urías murió sin conocer el hecho de que el rey David había violado a su esposa, Bat-seba. (2 Sam. 11:1 a 12:9; 1 Rey. 15:5) Luego hay el caso del papa Adriano IV, que por nacimiento era inglés. En el año 1155 E.C., hizo de Inglaterra bajo el rey Enrique II su instrumento para empezar a someter a toda Irlanda a fin de poner a los líderes religiosos irlandeses bajo el control del papado de Roma.a
3, 4. (a) En tiempos antiguos, ¿qué nación fue usada a la manera de un simple instrumento manual? (b) ¿En qué profecía de Isaías se encuentra el nombre de Aquel que usó a la nación asiria como instrumento?
3 En tiempos antiguos, siglos antes del sometimiento de la Iglesia Irlandesa, hubo un caso en que una nación poderosa, sumamente militarizada, fue utilizada como instrumento por un poder mayor que ella. Aquella nación antigua fue Asiria, cuando era la potencia mundial del día, la segunda potencia mundial de la historia bíblica. ¿Cuál, sin embargo, fue el poder mayor que pudo utilizar a la Potencia Mundial Asiria como simple instrumento manual? La identidad de ese poder mayor se da a conocer a los hombres algún tiempo antes de que los asirios bajo el rey Senaquerib invadieran el país del reino de Judá en el año 732 a. de la E.C. La identificación del poder que era superior al Imperio Asirio se encontró entre las siguientes palabras:
4 “¿Se encarecerá el hacha sobre el que corta con ella, o se engrandecerá la sierra sobre el que la mueve de acá para allá, como si el bastón moviera de acá para allá a los que lo levantan en alto, como si la vara levantase en alto al que no es leño? Por lo tanto el Señor verdadero, Jehová de los ejércitos, seguirá enviando sobre sus gordos una enfermedad de extenuación, y debajo de su gloria seguirá ardiendo un ardor como el ardor de un fuego. Y la Luz de Israel tiene que llegar a ser un fuego, y su Santo una llama; y tiene que saltar en llamaradas y comerse sus malas hierbas y sus zarzas en un solo día. Y la gloria de su bosque y de su huerto Él hará que se acabe, aun desde el alma hasta la carne misma, y tiene que llegar a ser como el consumirse de uno que está enfermo. Y los árboles restantes de su bosque... llegarán a ser de tal número que un mero muchacho podrá apuntarlos.”—Isa. 10:15-19.
5, 6. ¿Qué dice Isaías más tarde en cuanto a que Jehová podía usar a Asiria como un simple instrumento?
5 Esas palabras fueron registradas por el profeta inspirado Isaías hijo de Amoz, que terminó de escribir su maravilloso libro de profecía alrededor del año 732 a. de la E.C., el año en que la tierra de Judá fue invadida por los asirios. Así Isaías declara que el Gran Poder que utiliza el instrumento es “el Señor verdadero, Jehová de los ejércitos,” sí, “la Luz de Israel . . . y su Santo.” ¿Puede este Santo usar como un simple instrumento a una nación entera? Para una respuesta inspirada a esta pregunta oigamos lo que dice el profeta Isaías, más tarde, acerca del “Señor verdadero, Jehová de los ejércitos,” como sigue:
6 “¿Quién ha medido las aguas en el simple hueco de su mano, y ha tomado las proporciones de los cielos mismos con un simple palmo y ha incluido en una medida el polvo de la tierra, o ha pesado con indicador las montañas, y las colinas en la balanza? . . . ¡Mira! Las naciones son como una gota de un cubo, y como la capa tenue de polvo en la balanza han sido estimadas. ¡Mira! Él alza las islas mismas como simple polvo fino.”—Isa. 40:12-15.
EL HACHA SIMBÓLICA
7. Por eso, en comparación con Jehová, ¿cómo son las naciones, y, en Isaías 10:15, a qué se asemeja Él?
7 En comparación con el “Señor verdadero, Jehová de los ejércitos,” todas las naciones, incluso Asiria, son como una diminuta gota de agua que cae de un cubo o como la capa tenue de polvo en los platillos de la balanza. Con la mayor facilidad, entonces, él puede usar cualquier nación que escoja como instrumento suyo en el cumplimiento de su propósito divino. Por eso, en Isaías 10:15, él se asemeja a uno que corta con hacha, un aserrador, un manejador de bastón, un blandidor de una vara. Declara que Él “no es leño.” No, él no es el mango del hacha, ni el bastón ni la vara. Es el Dios vivo, el Manejador todopoderoso de estos instrumentos simbólicos. ¿Qué, entonces, es el hacha simbólica con la cual él ejecuta una obra de cortar?
8. ¿Quién es, exactamente, “el asirio” de que se habla en Isaías 10:5, 6?
8 Anteriormente, en el mismo Isa. capítulo diez del libro profético de Isaías, Jehová mismo identifica lo que el hacha simbólica es. Así en Isaías 10:5 y 6, leemos estas palabras de Jehová: “¡Ajá, el asirio, la vara para mi cólera, y el palo que está en la mano de ellos para mi denunciación! Contra una nación apóstata lo enviaré, y contra el pueblo de mi furor le daré una orden, para que tome mucho despojo y para que tome mucho botín y para que haga de él un lugar de holladura como el barro de las calles.” Ah, sí, el instrumento simbólico que Jehová usa para llevar a cabo su propósito declarado es “el asirio.” Esta designación no significa un asirio individual, ni siquiera el rey imperial de Asiria. Significa la entera nación de Asiria, la Segunda Potencia Mundial de la profecía bíblica. Ningún asirio por sí solo, ni siquiera el rey mismo, podría llevar a cabo por sí mismo la obra que Jehová le ha asignado al “asirio.” Esto se indica por el hecho de que, después de llamar al asirio la “vara para mi cólera,” Jehová dirige la palabra al “¡palo que está en la mano de ellos para mi denunciación!” (Isa. 10:5; note el Isa. 10 versículo 24.) De esto queda patente que se da a entender un asirio compuesto, a saber, la entera nación de Asiria, y en particular sus fuerzas militares.
9. ¿De qué manera nos afecta hoy el cumplimiento de la profecía de Isaías 10:5, 6, y cómo indica esto el apóstol Pablo?
9 Sin embargo, ¿qué interés tiene para nosotros hoy día esa antigua profecía acerca del “asirio”? Tiene mucho interés. No es una profecía que solo pertenezca a un pasado que ya tenga mucho tiempo de muerto. Es una profecía viva, cuyo cumplimiento en nuestro día nos afectará a todos. ¡En nuestra propia generación tiene que tener su cumplimiento completo, final, en gran escala! La aplicación de la profecía no terminó con un cumplimiento de ella en el siglo octavo antes de nuestra era común. ¡Pues, mire! el apóstol cristiano Pablo citó el Isa. 10 versículo 22 veintidós de ese mismo capítulo diez de Isaías y lo aplicó a su propio día en el primer siglo de nuestra era común. En cumplimiento de la profecía de Isaías, un simple resto de los judíos aceptó el cristianismo, y por esa razón el apóstol Pablo pasó a decir: “Además, Isaías clama respecto de Israel: ‘Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, es el resto lo que será salvo. Porque Jehová hará un ajuste de cuentas sobre la tierra, concluyéndolo y acortándolo.’”—Rom. 9:27, 28. También, vea Romanos 15:4.
10. ¿Qué hace segura la identificación de la “nación apóstata” y “el pueblo de mi furor” de la cual habla Jehová en Isaías 10:6?
10 ¿Contra qué nación antigua usó Jehová de los ejércitos al asirio como “vara” y “hacha”? ¡La razón por la cual esta pregunta nos concierne a todos hoy es que la nación antigua prefiguró a la cristiandad moderna! Jehová llamó a la nación antigua “una nación apóstata” y “el pueblo de mi furor.” (Isa. 10:6) Con esas palabras Jehová quiso decir la nación y el pueblo que componían el reino de diez tribus de Israel, que tenía su capital en Samaria. Este reino se había separado del reino de David, que tenía su capital en Jerusalén. La separación había tenido lugar después de la muerte del rey Salomón, el hijo de David. En testimonio de la apostasía religiosa del reino de diez tribus de Israel, “el asirio” mismo habla desdeñosamente de la ciudad capital Samaria y “sus dioses que nada valen.” (Isa. 10:11) Puesto que, en el año 997 a. de la E.C., aquel reino de Israel apostató de la adoración de Jehová como Dios, ¿cómo podrían los dioses introducidos por los reyes apóstatas de la nación ser algo que no fuera dioses que nada valen”? Después que Israel persistió en rechazar a Jehová como Dios por más de doscientos cincuenta años, Él tenía toda razón para llamarlos “el pueblo de mi furor,” en los cuales había de usar la “vara para mi cólera.”—1 Rey. 12:25 a 13:6; 16:8-33; Isa. 10:5, 6.
11. ¿Qué organización religiosa de hoy día corresponde con el reino apóstata de diez tribus de Israel, y por qué no queremos que se nos halle ahora en esa organización?
11 ¡Qué bien corresponde la cristiandad de hoy día con la apóstata nación de diez tribus de Israel! El que la cristiandad apostataría del cristianismo verdadero fue más que simplemente prefigurado por la rebelión de la antigua Israel contra Jehová como Dios. También Jesucristo y sus apóstoles predijeron con claridad esa apostasía. (Mat. 13:24-43; Hech. 20:29-31; 2 Tes. 2:1-12; 2 Tim. 4:3, 4) Por lo tanto, todo el que cree en la Biblia puede esperar con seguridad que, al debido tiempo, Jehová de los ejércitos use la simbólica “vara” para Su cólera, sí, el “hacha” simbólica, sobre este “pueblo de mi furor” de la actualidad. ¡Ciertamente que no queremos que se nos halle entre personas como ésas! Siendo así las cosas, será bueno que aprendamos lo que simbolizan hoy la “vara” y el “hacha.”
12. (a) ¿De qué manera usó Jehová al “asirio” como un “hacha” tocante al Israel de la antigüedad? (b) En aquel tiempo, ¿qué relación existía entre Asiria y la organización de Jehová?
12 En los días del profeta Isaías, Jehová manejó a la Potencia Mundial Asiria precisamente como una “vara” al asestar el golpe final al reino apóstata de diez tribus de Israel. El año fatal fue 740 a. de la E.C. Entonces Jehová usó a la Potencia Mundial Asiria como su “hacha” para derribar a la idólatra nación de Israel. Esto lo hizo al permitir que los ejércitos asirios culminaran su sitio de tres años de Samaria la capital con la captura de ésta y haciendo que fuera como un lodoso lugar de holladura. (2 Rey. 17:7-23; 18:9-12) Ejerzamos cuidado ahora para notar una cosa en particular. ¿Qué? Lo siguiente: Aunque Jehová usó a la Potencia Mundial Asiria como instrumento suyo para la destrucción de quienes habían apostatado de Su adoración, Asiria no era parte de la organización de Jehová. Era parte de la organización visible de Satanás el Diablo. A la tierra de Asiria se le llamó “la tierra de Nemrod.” Este era el Nemrod que había fundado la ciudad de Nínive, que llegó a ser la capital de Asiria. El fundador se había hecho notorio como “Nemrod poderoso cazador en oposición a Jehová.” (Miq. 5:6; Gén. 10:8-12) Otro factor que debemos notar aquí es éste: Aunque Jehová usó a Asiria como su “vara” y “hacha,” aquella potencia mundial no llegó a ser por eso parte de la organización visible de Jehová. ¡No abrazó Su adoración!
EL “HACHA” TRATA DE ENCARECERSE SOBRE EL QUE CORTA
13. ¿Cuál era la actitud del “asirio” en cuanto a ser usado como instrumento de Jehová?
13 La Asiria antigua nunca tuvo la idea de servir a Jehová y no tuvo deseo alguno de continuar sirviendo según el propósito de Él para Su vindicación y gloria. Por eso Él pasó a decir lo siguiente acerca del “asirio”: “Aunque él no sea así, se sentirá inclinado; aunque su corazón no sea así, él tramará, porque el aniquilar está en su corazón, y el cortar naciones no pocas.”—Isa. 10:7.
14. (a) Aunque al “asirio” se le usó simplemente como instrumento, ¿cómo se ‘sentía inclinado’ él mismo? (b) En armonía con esa inclinación, ¿qué intención hay en su corazón, y por qué?
14 “El asirio” se sintió inclinado a ir en una dirección en la cual no se suponía que fuera. En aquel tiempo Jehová se proponía que “el asirio” simplemente fuese un instrumento en la mano divina, que sirviera para cumplir el propósito divino de administrar disciplina a una nación descarriada. Pero, contrario a eso, “el asirio” se sintió inclinado a hacer otra cosa, algo en armonía con su propia ambición. Sí, él trama, pero ¿se debe a que su corazón lo impela amorosamente a servir de instrumento en la mano del Dios contra quien se había levantado en oposición el poderoso cazador Nemrod? No, su corazón no es así; así no es su corazón. No lo impele a trazarse propósitos y planes en armonía con el propósito justo de Jehová. Él trama aniquilar y cortar naciones simplemente por hacerlo, con el vivo deleite del cazador a quien le gusta matar animales con desenfreno. Así espera agradar a sus propios dioses falsos, y no a Jehová. Se empeña en conquista mundial. No quiere ser lo que Jehová escoge que sea y lo comisiona a ser, es decir, una agencia disciplinaria. El derrotero adicional del “asirio” demostró esta realidad.
15. ¿A quién da el crédito “el asirio” por su conquista, y cómo indican esto sus palabras registradas en Isaías 10:8-11?
15 Puesto que “el asirio” no reconoce al Dios Todopoderoso que lo usa como simple instrumento, no le da ningún crédito a Jehová, sino que se queda con todo el crédito. Es fácil notar esta actitud del “asirio” cuando se acerca el derribo del reino de diez tribus de Israel y la captura de su ciudad capital, Samaria. Aquel reino israelita era una de las naciones que “el asirio” estaba resuelto a aniquilar y cortar: “Porque él dirá: ‘¿No son mis príncipes al mismo tiempo reyes? ¿No es Calno justamente como Carquemis? ¿No es Hamat justamente como Arpad? ¿No es Samaria justamente como Damasco? Cuando quiera que mi mano haya alcanzado los reinos del dios que nada vale cuyas imágenes esculpidas son más que las que están en Jerusalén y en Samaria, ¿no será que tal como le habré hecho a Samaria y a sus dioses que nada valen, aun así le haré a Jerusalén y a sus ídolos?’”—Isa. 10:8-11.
16. ¿Contra quién eran aquellas palabras del “asirio” palabras de blasfemia, y a pesar de qué fuerzas religiosas había llegado a ser “Rey de reyes”?
16 ¡Qué blasfemas son estas palabras, pues se dirigen con desdén al único Dios vivo y verdadero, Jehová! Para “el asirio,” las ciudades hacia las cuales extiende las manos en conquista resultarán ser exactamente como las ciudades que ya ha conquistado. Los territorios que él había conquistado habían sido gobernados por reyes locales. Ahora los había hecho príncipes vasallos. De modo que sus príncipes eran en realidad “reyes,” y por esta razón podía hacer alarde de ser “Rey de reyes.” “El asirio” notó el hecho de que las ciudades cuyos reyes había subyugado tenían muchos “dioses” junto con muchas imágenes de hechura humana, muchas más, de hecho, que las de Samaria y de Jerusalén. Y sin embargo, a pesar de la numerosidad de todos aquellos dioses e imágenes artificiales de aquellas ciudades no israelitas, “el asirio” había vencido a aquellas ciudades paganas. ¿No demostraba esto que él era más poderoso que todos aquellos dioses? Para sus adentros “el asirio” contestaba: ¡Sí!
17. Por eso, ¿por qué razonaba “el asirio” que sería fácil conquistar a Samaria y Jerusalén?
17 ¡Aquellos “dioses” tenían tan poco valor como si no existieran! Por consiguiente, debería ser fácil conquistar a las ciudades capitales de Samaria y Jerusalén, porque estas ciudades tenían menos dioses e imágenes esculpidas que las ciudades no israelitas que se habían inclinado en sujeción al “asirio.” Así era que razonaba “el asirio” Rey de reyes.
18. ¿A qué cosas importantes se debió el que “el asirio” pudiera conquistar a Samaria?
18 ¡En aquel tiempo el reino de diez tribus de Israel había llegado a ser una nación apóstata, una renegada religiosa! Se había pasado a la adoración de becerros de oro, sí, aun de los Baales paganos. Samaria no tenía a Jehová como su Dios. En lugar de él tenía dioses que nada valían e imágenes-ídolos artificiales. ¡Con razón, entonces, “el asirio” coronó su sitio de tres años de Samaria con la captura de ella en 740 a. de la E.C.! Ante esta hazaña la arrogancia del “asirio” se haría más vigorosa, e igual sucedería con su insolencia para con la adoración de Jehová en Jerusalén. Por la victoria militar sobre Samaria y por saquearla y hacerla “un lugar de holladura como el barro de las calles,” el conquistador asirio se quedó con la gloria. Se enorgulleció de su máquina bélica aparentemente irresistible. ¡Qué poco se daba cuenta de que estaba siendo usado como instrumento de ejecución en la mano del Dios de quien Israel había apostatado!
19. Por eso, ¿qué pregunta surge ahora?
19 Ahora surge una pregunta muy interesante. Es ésta: Puesto que la cristiandad fue prefigurada por Samaria y el reino de diez tribus de Israel, ¿vamos a ver en nuestro día una copia de la experiencia del Israel apóstata con relación a la cristiandad de la actualidad?
SE PROMETE QUE SE LLAMARÁ A CUENTAS AL IMPERIALISTA
20, 21. ¿Por qué debería interesarse Jehová en lo que dice “el asirio,” según Isaías 10:12-14?
20 ¿Qué pensamos? Cuando se habla en son de amenaza contra una ciudad sobre la cual se ha colocado el nombre de Jehová, ¿debería interesarse Él mismo? ¡Naturalmente! Por consiguiente, mediante su profeta Isaías, Jehová irrumpe en el monólogo con el cual el edificador del imperio asirio se glorifica a sí mismo y dice:
21 “Y tiene que suceder que cuando Jehová termine toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, me encargaré de la rendición de cuentas por el fruto de la insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de ojos. Porque él ha dicho: ‘Con el poder de mi mano ciertamente actuaré, y con mi sabiduría, porque sí tengo entendimiento; y quitaré los límites de los pueblos, y ciertamente saquearé sus cosas almacenadas, y echaré abajo a sus habitantes justamente como un poderoso. Y como si un nido, mi mano alcanzará los recursos de los pueblos; y justamente como cuando uno recoge huevos que han sido dejados, yo mismo ciertamente recogeré aun toda la tierra, y ciertamente no habrá quien menee sus alas ni abra su boca ni chirríe.’”—Isa. 10:12-14.
22. A fin de que su conquista abarcara toda la Tierra, ¿qué premio de guerra tendría que tomar “el asirio”?
22 De tal habla de la boca del “asirio” queda claro que la Potencia Mundial Asiria no estaría satisfecha con la captura de Samaria. Desearía ‘recoger aun toda la tierra.’ Jerusalén y la tierra de Judá serían bonitos huevos para recogerlos. El imperialista asirio pensaría que tenía el poder, la sabiduría y el entendimiento necesarios para abarcar con sus conquistas toda la Tierra.
23, 24. (a) ¿De qué manera sería el recogimiento de toda la Tierra por el “asirio” como el de quien recogiera huevos de un nido abandonado, como él pensaba? (b) ¿Por qué le pareció a Jehová que tenía que decir algo acerca de esto?
23 Esto, supuestamente, sería cosa fácil para “el asirio,” como si fuera recoger huevos del nido que hubiera sido abandonado por la atemorizada ave a la cual pertenecieran. No habría ningún meneo de alas para rechazar la mano agresiva que se estirara para apoderarse de los huevos. No habría una boca que se abriera en son de protesta. Ni siquiera habría un chirriar de queja ante el saqueo y la toma de botín y las deportaciones efectuadas por la maquinaria bélica asiria. De modo que “el asirio” haría lo que quisiera con los territorios conquistados, cambiando o eliminando los límites fronterizos o deportando a la gente de su tierra natal, como cuando “el asirio” tomó a los israelitas sobrevivientes de la tierra de Israel que Dios les había dado y los deportó a Asiria y repobló con otros grupos nacionales la tierra que había sido vaciada.
24 Jehová sabía que el premio que el “asirio” especialmente codiciaba era Jerusalén y la tierra de Judá. Aquélla era la última plaza fuerte de la adoración de Jehová que quedaba en la Tierra. Correctamente Él debería tener algo que decir acerca de aquello. ¡Estaba obligado a actuar en tal caso!
25. ¿Por qué, en aquel tiempo, tenía Jehová una obra que hacer en el monte Sión y en Jerusalén?
25 En aquel tiempo crítico del siglo octavo a. de la E.C. Jehová, como “Luz de Israel . . . y su Santo,” tenía una obra que hacer en el monte Sión y en Jerusalén, que estaba ubicada en el monte Sión. (Isa. 10:17) Durante el reinado del rey apóstata Acaz la tierra de Judá, y Jerusalén con ella, se había contaminado de idolatría pagana. Pero temprano en el reinado del hijo de éste, Ezequías, el espíritu de Jehová impelió al nuevo rey de Jerusalén a limpiar de aquella tierra o país la adoración de dioses falsos, de ningún valor, y restaurar la adoración pura de Jehová en el monte Sión, y en Jerusalén, donde estaba el templo de Jehová. Ezequías empezó a reinar cinco años antes de que “el asirio” derribara a Samaria. Gobernó en justicia por veintinueve años, hasta 716 a. de la E.C.
26. ¿Para hacer qué le fue ahora a propósito la ocasión a Jehová, y qué rey asirio en particular estuvo implicado en la situación?
26 El rey Ezequías rompió la alianza política que su padre, el rey Acaz, había hecho con Asiria. Esto produjo un careo entre “el asirio” y Jehová, el Dios de Ezequías. En medio de aquellas circunstancias fue que para Jehová llegó la ocasión justamente a propósito para castigar,al rey de Asiria, que desafiaba a Dios, y así exigir “la rendición de cuentas por el fruto de la insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de ojos.” (Isa. 10:12) El rey que en particular estuvo implicado en esta situación fue Senaquerib, hijo de Sargón II. Su largo nombre significa “Sin Han Multiplicado Los Hermanos,” o, “Reemplace Sin A Los Hermanos (Perdidos),” y la palabra “Sin” es el nombre del dios Luna asirio.
27. Sin intervenir en la organización interna de Asiria, ¿cómo pudo Jehová sin embargo usarla como su “hacha” simbólica?
27 Senaquerib tiene su correspondencia en nuestro día. La manera en que Jehová maneja el “hacha” antitípica de la actualidad con la cual se propone cortar nos suministra ahora un interesante tema que vamos a considerar. Al emprender este estudio, tengamos presente que Jehová permitió que el antiguo Imperio Asirio tuviera su propia organización. No intervino en los propios arreglos internos de éste. No obstante, le fue posible usar a la Potencia Mundial Asiria como “hacha” suya. ¿Cómo? Por medio de dirigir los golpes de ésta, por guiar dónde daría el “hacha” simbólica. De esa manera Jehová hizo que fuera cortado lo que él quería que fuera cortado.b
[Notas]
a Sobre este asunto, la Cyclopædia de M’Clintock y Strong, tomo IV, página 641, columna 2, bajo “Irlanda,” dice: “Después de estas invasiones [de los antiguos escandinavos] hubo un período de anarquía, durante el cual la condición moral del clero irlandés degeneró muchísimo. Las quejas de Roma en este tiempo principalmente tenían que ver con las prácticas eclesiásticas peculiares de los irlandeses... que el clero se casaba, que se administraba el bautismo sin crisma, y que usaban su propia liturgia. Los legados de los papas finalmente lograron poner a la Iglesia Irlandesa en entera sumisión a la Iglesia de Roma para mediados del siglo doce, y se cree que hasta entonces no tenía confesión auricular, sacrificio de la misa ni indulgencias, y que celebraba la Cena del Señor en ambas especies. En 1155 una bula del papa Adriano IV le permitió al rey Enrique II de Inglaterra someter a Irlanda, y el rey, a cambio, le prometió al papa proteger los privilegios papales.”
b Como ilustración de esto, note las palabras de Jesús en Mateo 22:7 en su parábola del banquete de bodas del rey. La predicción que él hizo allí la cumplieron en la ciudad no cristianizada de Jerusalén los ejércitos romanos paganos bajo el general Tito en el año 70 E.C.
[Ilustración de la página 366]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
[Arte: caracteres asirios]
Sin achi ir-i-ba
(Luna) (hermanos) (él aumentó)
“la Luna ha multiplicado hermanos”
El nombre de Senaquerib en escritura cuneiforme junto con su significado