Una sensación en el infierno
1. ¿Qué cosa manifiesta el cántico vituperador en cuanto a si Satanás está en el Infierno?
LOS religiosos de la cristiandad creen que el alma humana es inmortal y que Satanás el Diablo, que ha existido durante todos estos miles de años, también es inmortal. La condición de la muerte nunca se apoderará de él, según creen ellos. Las palabras seol y hades en la Biblia original las traducen con la antigua palabra castellana infierno. Interpretan que quiere decir un lugar de tormento eterno de fuego para las almas humanas conscientes, y enseñan que Satanás todo el tiempo ha estado en el seol o hades para dirigir este lugar diabólico de tormento. Pero el cántico vituperador dirigido al rey de Babilonia manifiesta que el Diablo nunca ha estado allí, sino que cuando muera eso causará un alboroto y sensación. La “parábola” o cántico vituperador le dice al rey de Babilonia al ser fallecido: “Seol allá abajo se ha perturbado por tu causa, para recibirte a tu venida, despierta por ti a Refaím, a todos los principales de la tierra, ha levantado de sus tronos a todos los reyes de las naciones. Todos ellos contestan y te dicen, ¡Hasta tú has venido a ser débil como nosotros! ¡Has venido a ser como nosotros! Ha sido derribada hasta el seol tu excelencia, el ruido de tu salterio, debajo de ti se ha extendido el gusano, sí, tu cubierta es el gusano.”—Isa. 14:9-11, Young (en inglés); Una Tradu. Amer. (en inglés); Ver. Norm. Am. (en inglés).
2. ¿Qué cosa manifiesta respecto al infierno el hecho de que los Refaím son despertados?
2 Ese cántico vituperador inspirado no suena como la teología de la cristiandad que enseña que el infierno (seol, hades) es un lugar para atormentar a almas humanas inmortales, todas en movimiento al retorcerse en agonía y todas haciendo el lugar ruidoso con gritos de dolor. Tal enseñanza es inspirada por el Diablo. Pero el cántico vituperador es inspirado por el espíritu de Dios y describe el infierno (seol, hades) como lugar de quietud, inactividad y sueño, donde cresas culebrean y los gusanos se deslizan. Todo quieto hasta entonces, lo que alborota al infierno (seol, hades) es la llegada de personaje tan extraordinario como el “rey de Babilonia”. El infierno ha sido lecho de sueño para todos los principales, los héroes, y caudillos cabríos de la tierra, pero ahora por el suceso inaudito el infierno los despierta de su sueño para notar lo que sucede. “Despierta para ti a Refaím.” Ciertas traducciones vierten esta palabra hebrea “Refaím” con los “muertos”. (Ver. Val. Rev.; Ver. Jud. Esp.; Ver. Aut. Ing.; Ver. Norm. Am.) Es tomar de la mitología pagana traducir la palabra con “espectros gigantescos” o “sombras” o “espíritus de los muertos”. (Ver. Mod.; Nácar-Colunga; Bover-Cantera) Una palabra parecida a ella en forma quiere decir “gigantes”. (Torres Amat; los Setenta [en griego]) Pero conforme al Hebrew and Cháldee Léxicon (Léxico hebreo y caldeo [en inglés]) por Benj. Davies, la palabra hebrea “Refaím” en Isaías 14:9 quiere decir “lánguidos o endebles, hombres muertos”. En la resurrección la tierra los echará fuera, dice Isaías 26:19. Puesto que los que están en el seol están muertos, con razón se ve que la Versión Moderna de la Biblia traduce “seol” con “sepulcro” en Isaías 14:11, aunque traduce la mismísima palabra “seol” en los versículos 9, 15 con “infierno”. De todos modos, manifiesta que el infierno (seol, hades) quiere decir el imperio del sepulcro.
3. ¿Qué preguntas surgen respecto a Satanás el Diablo y el Infierno?
3 Algunos estudiantes de la Biblia dirán que las personas en el infierno (seol, hades) pueden salirse mediante una resurrección de los muertos, y ¿cómo es, pues, que el Diablo va al infierno (seol, hades)? ¿Ha de tener él una resurrección? ¿No manifiesta el Apocalipsis 20:1-3, 10, 14 que él ha de ser refrenado en el abismo por los mil años del reinado de Cristo? Después de eso ¿no es él soltado por un rato breve y luego arrojado, no en el infierno (hades), sino en el lago de fuego y azufre, que simboliza la “muerte segunda”? Contestamos que la Biblia no se contradice en su enseñanza sobre el destino del Diablo.
4. ¿Qué le dirán los reyes en el infierno, y cómo lo dirán?
4 Tenemos que recordar que este cántico vituperador de Isaías, capítulo 14, es una “parábola”, o símil, o semejanza (versículo 4). Se dirige, no a Satanás el Diablo mismo, sino directamente a su siervo el “rey de Babilonia”, que era hombre. Por esto el cántico vituperador parabólico habla en términos que aplican al rey humano de Babilonia. En el cumplimiento primero o en miniatura del cántico, el rey de Babilonia (o la sucesión de hombres que desempeñaron ese puesto) de veras que fué al infierno bíblico, el sepulcro de la humanidad. Pero eso no quiere decir que Satanás el Diablo irá al infierno, seol, hades, o un sepulcro terrestre con sus cresas y gusanos. No; sino que la profecía y su cumplimiento antiguo sobre el rey humano literal de Babilonia se usa como una parábola, símil, o semejanza de lo que ha de acaecer al rey invisible de la Babilonia Mayor, Satanás el Diablo. Él, también, ha de ser abatido al fin a la condición de la muerte, aunque no en nuestro infierno terrestre, el sepulcro de la humanidad, con cresas deslizantes extendidas debajo de él y gusanos formándole una colcha. Debido a que el cántico vituperador es una parábola, en la que a veces se usan símbolos en vez de realidades, los reyes muertos de las naciones se representan sentados en sus tronos en sus tumbas y reviviendo y diciéndole al recién llegado rey de Babilonia: “¡Con que tú también has venido a ser débil como nosotros, has sido hecho semejante a nosotros!” (Una Tradu. Amer. [en inglés]; Bover-Cantera) Los muertos en el infierno bíblico son débiles y no pueden llevarse sus reinos consigo. Así, también, Satanás el Diablo vendrá a ser débil en la muerte y no podrá llevarse consigo el poder de su organización babilónica. Para llevar a Satanás al fin a la destrucción Jesucristo sufrió la muerte como hombre: “para que, por medio de la muerte, destruyese a aquel que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo.”—Heb. 2:14.
¡QUE CAÍDA!
5, 6. ¿Cómo y dónde vino a ser el “refulgente” el rey de Babilonia?
5 En seguida la parábola vitupera al rey de Babilonia con el fracaso vergonzoso de su ardid favorito, su ambición elevada: “¡Cómo has caído desde el cielo, oh Refulgente—Hijo de la Aurora! ¡Cortado hasta la tierra, oh triturador de las naciones! Sin embargo dijiste en tu corazón—A los cielos ascenderé, por encima de las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, —para sentarme en el monte de la Asamblea en los Retiros del Norte: me remontaré sobre las colinas de las nubes, seré igual al Altísimo”—Isa. 14:12-14, Rótherham (en inglés); Young (en inglés).
6 El rey de Babilonia nunca fué parte de la organización de Jehová sino que destruyó a Jerusalén en 607 a. de J.C., y sin embargo el cántico vituperador lo llama “Refulgente—Hijo de la Aurora”. El rey de Babilonia no fué tal ni llegó a serlo en la organización teocrática de Jehová. ¿Cómo llegó a serlo, y dónde? Triturando a otras naciones, y sobre todo a la nación de Jehová, Israel. Para lograr su ambición de dominación mundial el rey de Babilonia, sobre todo en la persona de Nabucodonosor, usó su poder militar para triturar a una nación tras otra. La profecía de Jeremías, capítulo 25, describe las naciones que Nabucodonosor trituró en su carrera de conquista. Jehová usaba a Nabucodonosor sin que éste lo supiera, sin embargo el rey de Babilonia en verdad llevó a cabo estas conquistas para servir a su dios, Satanás, y cumplió la ambición de Satanás. Al subir así al puesto culminante en la tierra el rey de Babilonia llegó a ser como la estrella matutina Venus, que después del sol y de la luna es el cuerpo más refulgente en nuestros cielos. Ante los ojos de las naciones de la tierra el rey de Babilonia llegó a ser el “refulgente—hijo de la aurora”. Reinaba en su “ciudad de oro”, Babilonia, que él hizo ser la “gloria de los reinos, la hermosura y el orgullo de los Caldeos”. (Isa. 13:19) Se sentía sumamente ensalzado, encima del mundo.
7. ¿De qué diferentes maneras se traduce “Heylel”? ¿A quién aplica?
7 En la Biblia en el hebreo original la palabra traducida “refulgente” es “Heylel”.a En la traducción más antigua de la Biblia, la versión griega de los Setenta (LXX) del tercer siglo a. de J.C., “Heylel” se traduce “Heosphoros”, que quiere decir “el que trae la aurora” (o, “Phosphoros,” que quiere decir “el que trae la luz”), nombre que se aplicaba al planeta mayor Venus. Sin duda, por esto algunas traducciones de Isaías 14:12 dicen: “¡Cómo has caído del cielo, oh lucero del alba, hijo de la mañana!” “¡Cómo has caído del cielo, oh lucero del alba, hijo de la aurora!” (Ver. Norm. Am. [en inglés]; Léeser [en inglés]) La Versión Vulgata latina es la que tradujo la palabra hebrea con “Lucifer” (que quiere decir “el que lleva la luz”), y de ésta el nombre se ha adoptado en la versión de Scío. En las interpretaciones de la Biblia a partir del tercer siglo este nombre “Lucifer” se ha aplicado al Diablo. En verdad aplica a él, puesto que él es simbolizado por el rey de Babilonia. Hemos visto más arriba cómo vino a aplicarse el nombre al rey humano de Babilonia. ¿Cómo, pues, vino a aplicar a Satanás el Diablo?
8, 9. ¿Qué era el “Monte de Asamblea” en el cual quería sentarse? ¿Por qué?
8 Después del diluvio global del día de Noé, Satanás el Diablo uso al poderoso cazador Nimrod para establecer el primer remo humano, con su capital en Babel o Babilonia. (Gén. 10:8-10) Muchos siglos más tarde David, rey de los israelitas cautivó la ciudad de Jerusalén en la Tierra Prometida y la hizo la capital real, tanto para sí mismo como para Jehová Dios. Edificó su propio palacio sobre el monte de Sión. Trajo la santa arca del pacto de Jehová allí y dispuso que su hijo Salomón edificara un templo para ella en una prominencia de tierra al norte del monte de Sión. La ambición de Satanás el Diablo era la de ser el dios de toda parte de la tierra. Naturalmente envidiaba a Jerusalén o Sión como el centro de la adoración de Jehová. De modo que se resolvió exterminarla. Puesto que Jehová había escogido poner Su nombre allí, entonces si Satanás destruía la ciudad asociada con el nombre y adoración de Jehová, esto parecería probar que él era igual a Jehová Dios, o, más bien, más poderoso. También traería oprobio infinito sobre el nombre de Jehová. El monte en que estaba el templo era el monte de asamblea o reunión, o el lugar elevado donde Jehová el Altísimo se reunía con su pueblo escogido, mediante su intermediario el sumo sacerdote de Israel. Los cantores del templo cantaban de la ciudad diciendo: “Hermosa en elevación, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sión, en los retiros del norte, la ciudad de un gran rey.” (Sal. 48:2, Rótherham [en inglés]) Por esto Satanás intentó un ataque contra Jerusalén y su templo cuando habló mediante el ambicioso rey de Babilonia y dijo: “Subiré a los cielos, encima de las estrellas de DIOS ensalzaré mi trono, —para sentarme en el Monte de la Asamblea en los Retiros del Norte: me remontaré en las colinas de las nubes, ¡seré igual al Altísimo!”—Isa. 14:13, 14, Rótherham (en inglés).
9 Por supuesto, el ataque y la desolación de Jerusalén y de su templo no fué más que un símbolo de la ambición más elevada de Satanás contra Jehová Dios y su residencia celestial. La destrucción de Jerusalén le sirvió de pasadero ancho en esa dirección.
10. ¿Cómo ensalzó su trono sobre las estrellas de Dios el rey de Babilonia?
10 En la Biblia una “estrella” se usa como símbolo de un príncipe glorioso, como cuando el profeta Balaam dijo: “Saldrá ESTRELLA de Jacob, y levantaráse cetro de Israel.” (Núm. 24:17, Ver. Val. Rev.) Los reyes de Jerusalén, comenzando con David, se sentaban en el “trono de Jehová” como representantes del Altísimo, y por esto eran como “estrellas de Dios”. (1 Cró. 29:23) Pero tales reyes de la línea de David no eran más que precursores del gran Rey de Jehová, Jesucristo el Hijo de David. Al ser resucitado de entre los muertos y glorificado en el cielo, Jesús dijo: “Yo soy la raíz y el vástago de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” El prometió hacer a sus seguidores ungidos como la estrella de la mañana del reino de Dios, diciéndoles: “Y al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones;... y le daré el lucero de la mañana.” (Apo. 22:16; 2:26-28) De modo que cuando el rey de Babilonia, que simbolizaba a su dios Satanás el Diablo, cautivó al rey de la línea de David y destruyó la ciudad capital Jerusalén, sintió que había subido al cielo en un ataque contra Jehová. Sintió que había elevado su trono sobre las estrellas de Dios. Sintió que había frustrado el propósito de Jehová de dar a luz el Mesías, la verdadera “estrella de Jacob”, y todos sus socios como estrellas. También había invadido el monte del templo, el típico monte de Asamblea de Jehová en los lados del norte. Había desafiado a Jehová Dios y se consideraba ser Su igual. De esta manera, en 607 a. de J.C., la Teocracia típica de Jehová sobre los israelitas fué trastornada como reino independiente, y allí comenzaron los “siete tiempos” de la dominación global gentil.
11. ¿Cuándo y cómo se hizo Satanás el “dios de este mundo”?
11 Cuando volcó al rey de Jerusalén y destruyó esa ciudad y su templo el rey de Babilonia llegó a tener más prestigio ante los ojos de todas las naciones gentiles. Se había ensalzado, por decirlo así, hasta el cielo, “sobre las alturas de las nubes.” Pero lo hizo sólo para ser abatido hasta el infierno (seol, hades) por tal comportamiento nefando. Tal como Jesús dijo de la ciudad galilea que había sido tan altamente favorecida por él en su obra: “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta los infiernos [hades] serás abajada.” (Mat. 11:23, Ver. Val. Rev.) En este puesto sumamente ensalzado el rey de Babilonia brillaba con gloria mundana como el lucero del alba, el “Refulgente—Hijo de la Aurora”. Pero en todo esto el rey terrestre de Babilonia reflejaba a su dios, Satanás el rey invisible de la Babilonia Mayor. Al dejar que Jerusalén fuese destruída, Jehová Dios en realidad ejecutó su propio juicio contra el Israel infiel; pero el Diablo tomó el crédito por la destrucción y se jactó contra Jehová Dios con gran júbilo. Hasta qué grado influyó en los santos ángeles del cielo la victoria aparente de Satanás contra la organización teocrática típica de Jehová no lo sabemos, pero de esa manera le manifestó a su propia organización, visible e invisible, que era un dios poderoso. Usando a Nabucodonosor para trastornar a Jerusalén y su rey, Satanás el Diablo se hizo el “dios de este mundo”. Jesús también lo llamó “el príncipe de este mundo”. (2 Cor. 4:4, Nácar-Colunga; Juan 12:31) ¡Cómo brilla en su mundo como estrella!
12. Para llegar al límite de su ambición ¿qué tuvo que hacer y qué hizo?
12 Este triunfo sobre el reino teocrático de Israel fué un ensalzamiento mayor para Satanás, mas no fué el límite de su ambición. Para llevar a cabo el pleno significado de la ambición de su corazón según se expresa en Isaías 14:12-14, tenía que hacer más que trastornar la típica Teocracia terrestre de Jehová. ¿Por qué? Porque después de la desolación de setenta años Jerusalén y su templo fueron reedificados, y se revivió allí la adoración de Jehová. También, seiscientos años más tarde, Jesús se apareció y proclamó el establecimiento futuro de la verdadera Teocracia, el reino de Dios mediante su Mesías. Satanás la Serpiente quebró el “calcañar” de Jesús, la Simiente de la mujer, haciendo que fuera muerto. Dios sanó la herida, levantando a Jesús a la vida inmortal en el espíritu y Jesús subió al cielo para recibir el Reino. De modo que, para cumplir su ambición por completo, Satanás tenía que tragarse el reino de Jesucristo “la estrella resplandeciente de la mañana” en cuanto naciera ese gobierno. “Siete veces,” ó 2,520 años, desde cuando el rey de Babilonia de Satanás desoló a Jerusalén y Judea llegó el tiempo para el nacimiento del Reino. En 1914 d. de J.C. Jehová Dios entronizó a Cristo Jesús en el monte de Sión celestial, el lugar celestial del trono. Mediante este Rey y Sumo Sacerdote en el monte de Sión Jehová Dios se reunirá con la humanidad para restaurarla a su favor y bendecirla durante el reinado milenario de Cristo. En seguida Satanás alerto trató de subir a este monte de Sión celestial y, como dragón, tragarse el Gobierno recién nacido. Mediante esto ensalzaría su propio trono sobre las “estrellas de Dios” y sería igual a Jehová Dios. Así Satanás retendría su soberanía como “dios de este mundo”.
¡HASTA EL INFIERNO CON ÉL!
13. ¿Después de qué suceso, pues, entonamos el cántico vituperador?
13 Luego hubo “guerra en el cielo”, al ponerse en acción el nuevo Gobierno Teocrático de Jehová bajo Cristo Jesús contra Satanás el Diablo y contra sus ángeles inicuos. Ahora, ¿iba a ser elevado o abatido Satanás? ¡Sólo abatido, por supuesto! De modo que el Rey de Jehová y sus ángeles echaron al rebelde y sus ángeles a la tierra, para nunca volver a las alturas celestiales. Se soltó el grito triunfante: “¡Ahora han venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la soberanía de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche! Y ellos le vencieron por medio de la sangre del Cordero, y por medio de la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas, exponiéndolas hasta la muerte.” (Apo. 12:1-11) Con esa expulsión de Satanás y sus huestes del cielo vino el tiempo para que los hermanos de Cristo en la tierra acusados pero victoriosos entonaran el cántico vituperador contra el rey de la Babilonia Mayor y dijeran: “¡Cómo has caído de los cielos, oh refulgente, hijo de la aurora!” (Isa. 14:12, Young [en inglés]) Desde 1919 en adelante, después de ser soltados del poder de Babilonia, lo hicieron.
14. ¿Ha llegado Satanás aún a la profundidad cabal de su caída? ¿Por qué?
14 El esfuerzo de Satanás de subir aun más alto en el poder y dominio celestial al fin de los “siete tiempos” del dominio gentil en 1914 d. de J.C. terminó en fiasco. Había subido en el universo tanto como se le permitió. El ser obligado a descender a la tierra no fué el límite cabal de su caída. En la tierra todavía está muy activo en su organización invisible y visible. Todavía no ha sido completamente cortado como un poderoso árbol elevado. Todavía quiere que las naciones terrestres sean arruinadas, debilitadas, aplastadas al hacer él un esfuerzo suicida final para lograr la ambición de su corazón. En respuesta a su ambición evidente el cántico vituperador le da a saber la profundidad cabal de su caída a la que aun ha de llegar, diciendo: “¡Pero ciertamente al infierno serás abatido, a los lados del hoyo! Los que te vieren clavarán en ti la vista, y de ti se cerciorarán, diciendo: ¿Es éste el varón que hizo temblar la tierra, que sacudió los reinos; que convirtió el mundo en un desierto, y destruyó sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba, para que volviesen a casa? Todos los reyes de las naciones, sí, todos ellos yacen con gloria [en el seol, el infierno] cada cual en su propia casa [tumba]; ¡mas tú, arrojado estás fuera de tu sepulcro, como un retoño despreciado; cubierto de muertos traspasados a espada, que descienden a las piedras del hoyo; como un cadáver pisoteado! No serás unido con ellos en sepultura; porque has destruído tu tierra, has hecho perecer a tu pueblo. ¡No se nombre nunca jamás la estirpe de los malhechores!”—Isa. 14:15-20.
15. ¿Prueba Isaías 14:16 que Satanás se materializará? ¿Por qué?
15 Algunos lectores de la Biblia insensatamente han creído que esto quiere decir que Satanás se materializará en la carne como hombre antes o durante la batalla del Armagedón y que, mientras esté materializado, será muerto y yacerá expuesto como difunto humano. Mas téngase presente que el cántico vituperador es una “parábola” y se dirige primero al rey de Babilonia, usándolo a él como símbolo de Satanás. Entonces verá usted que el cumplimiento de esta profecía no exige de ninguna manera que se materialice Satanás o cualquiera de sus demonios. Cuando Darío el medo y su aliado Ciro el persa derribaron a Babilonia en 539 a. de J.C. y mataron a su rey Belsasar, las palabras del cántico vituperador bien pudieron haberse cantado sobre Belsasar o el puesto de rey de Babilonia que él había ocupado.
16. (a) ¿Dónde llega él a la profundidad cabal de su caída? (b) ¿Qué crímenes comete aún? ¿Qué presos no soltó él?
16 Pero la fuerza del cántico vituperador en estos versículos es manifestar que la caída de Satanás desde su lugar tan alto como los cielos no será completa hasta que haya llegado a las profundidades de la condición que corresponde al seol, a saber, el estado de la muerte, impotencia e inactividad débil y desvalida. Esto corresponde al “abismo” del Apocalipsis 20:3. ¡Oh, de qué desgracia será colmado en esa condición por su proceder en toda la historia pasada! Jesús dijo que Satanás “fué homicida desde el principio”, conduciendo el hombre a la desobediencia a Dios que resultó en la muerte, e incitando a Caín a asesinar a Abel. (Juan 8:44) Pero, ¿es preciso que miremos hacia atrás a la historia de Babilonia antigua? ¡Miren el dolor que Satanás el Diablo ha traído a la tierra y al mar desde que fué echado fuera del cielo! Mediante el mismo sabemos y sentimos cómo ha hecho temblar a la sociedad terrestre, cómo ha sacudido a reinos, ha hecho como desierto a grandes partes de la tierra habitable, ha trastornado sus ciudades por los medios más diabólicos incluyendo la guerra atómica. El rey de la Babilonia antigua no soltó a sus presos israelitas para que volvieran a casa; el rey Ciro conquistador fué quien los dejó volver a Jerusalén. No fué Satanás el rey de Babilonia Mayor, sino Cristo Jesús el Ciro Mayor quien dejó que el resto leal del Israel espiritual saliera libre en 1919, pero sólo después de derribar de los cielos a Satanás y su organización babilónica.
17. ¿Cómo se tratarán sus restos sin vida?
17 Ninguna sepultura honorable, ningún servicio memorial, ningún sepulcro respetable, le espera a este rey de la Babilonia Mayor después de que el Rey de Jehová ejecute a este detestable en la batalla del Armagedón. Muchos de los reyes de las naciones del mundo de Satanás quizá duermen en gloria mundana en sus casas de la muerte, pero Satanás no será unido con ellos en una condición de muerte glorificada. Debido a su asquerosidad él no será puesto como hombre en el hoyo de un sepulcro sobre el cual amontonan piedras, sino como un hijo no deseado que nace antes de tiempo. Será echado fuera sin tumba, como la ropa sangrienta de soldados muertos, como difunto debajo de un montón de cuerpos muertos ejecutados con la espada, como cadáver despreciable para ser pisoteado en el polvo. La Simiente de la “mujer” de Dios, Cristo Jesús, aplastará la cabeza de esta Serpiente detestable. Satanás ya no será nombrado con honra, sino que todos los que se enteren de su fin vergonzoso comentarán su gran caída y hablarán de él con reproche como lo predice el cántico vituperador.
18. ¿Cómo manifiesta el cántico vituperador que le irá a la simiente de la Serpiente?
18 En el jardín del Edén Dios declaró que él pondría enemistad entre Su “mujer” y la Serpiente y entre la Simiente de Su mujer y la simiente de la Serpiente. (Gén. 3:15) Y no le espera mejor fin que el de la Serpiente a su simiente, siendo ésta la prole que el rey de la Babilonia Mayor ha producido en abundancia. Teniendo presente esta simiente y la “ciudad de oro” de la organización de Satanás, el inspirado cántico vituperador termina con estas palabras: “Preparad el degüello para sus hijos, por la iniquidad de sus padres; no se levanten y posean la tierra, ni llenen la haz del mundo con ciudades.” (Isa. 14:21) Esa “ciudad de oro” y sus organizaciones dependientes nunca serán restauradas en la tierra. La simiente de Satanás que las sostenía y dirigía, toda será degollada y no podrá llevar a cabo las tradiciones y prácticas de Satanás su padre y sus predecesores en su servicio. ¡Nunca serán mentados con honra en el justo nuevo mundo!
19. ¿Cómo dice Jehová que cortará de Babilonia nombre, resto, y posteridad y descendencia?
19 El cumplimiento del cántico vituperador es inevitable. Los testigos de Jehová ahora pueden cantarlo con plena convicción. El Dios Todopoderoso, que inspiró el cántico, garantiza su cumplimiento en el detalle más minucioso contra la Babilonia Mayor y su rey y toda su simiente. “Yo también me levantaré contra ellos, dice Jehová de los Ejércitos; y cortaré de Babilonia nombre y resto, y posteridad y descendencia, dice Jehová. Y la tornaré en posesión de erizos, en charcos de agua; y la barreré con escoba de destrucción, dice Jehová de los Ejércitos.” (Isa. 14:21-23) Con la escoba de la destrucción del Armagedón Jehová Dios barrerá el universo dejándolo limpio de la Babilonia Mayor, la organización del Diablo invisible y visible. ¡Qué degüello será! En el nuevo mundo no habrá cosa que tenga nombre babilónico. Ni siquiera un resto de su simiente inicua sobrevivirá al Armagedón, ni entrará en aquel mundo. Nada producirá la especie de ella, nada nacerá de esa especie. La exterminación completa le espera a ella, y la desolación eterna será su destino. Entonces el cántico vituperador prorrumpirá en un gran final al cumplirse el cántico cabalmente para la gloriosa vindicación de Jehová Dios y para la bendición eterna de los hombres de buena voluntad mediante Su reino bajo Cristo Jesús.
[Nota]
a La misma palabra se halla en Ezequiel 21:12, pero allí es la forma imperativa del verbo “aullar”. De modo que algunos alegan que quiere decir “aullar” en Isaías 14:12.