pueden utilizar como alimento. La persona que ora con referencia a su alimento lo acepta con aprecio como algo ‘apartado’ para él por su Padre celestial.—Pág. 589.

● ¿Qué pudiera preguntarse una persona para determinar si tiene aguante cristiano?

Pudiera preguntarse: ¿Soy fiel ahora? ¿Estudio con regularidad la Biblia y paso más allá de la doctrina primaria? ¿Estoy dispuesto a sufrir dificultades a favor de otros y en el interés de la adoración verdadera? ¿Confío en que Dios me fortalecerá cuando me enfrente a pruebas?—Pág. 620.

● En Hebreos 12:25-29, ¿qué son las “cosas que han sido hechas” que son sacudidas, y qué cosa no experimenta ninguna sacudida?

Las ‘cosas hechas’ son las que han sido hechas por manos que no son las de Dios... el sistema de cosas con su religión falsa, el comercialismo codicioso y la política corrupta. Las cosas que componen el sistema impío serán sacudidas hasta su destrucción, mientras que el reino de Dios permanecerá en pie.—Pág. 651.

● Si la esposa de un hombre a quien se está considerando para el puesto de anciano muestra rebeldía contra su jefatura, ¿qué debe tener presente el cuerpo de ancianos al determinar si el hombre califica o no para servir en esa capacidad?

El cuerpo de ancianos debe analizar hasta qué grado él comparte responsabilidad por la rebeldía de ella y además considerar cómo ve la situación la congregación.—Pág. 757.

● En Isaías 28:24-29, ¿qué se ilustra por el arar, rastrillar, sembrar y trillar del agricultor?

Esas actividades del agricultor se comparan a los tratos de Dios, efectuados con propósito determinado. Las operaciones de arar y rastrillar se llevan a cabo solo hasta cuando el suelo ha sido preparado para recibir la semilla. De manera semejante, Jehová no estuvo disciplinando siempre a su pueblo desobediente. La disciplina cumplía un propósito, a saber, hacer que su pueblo estuviera más dispuesto a recibir consejo y guía. Además, tal como el tipo de grano determina los instrumentos que se usan para trillar, así Dios varió en su trato con las personas según lo que era mejor para ellas en el proceso de producir su limpieza.—Pág. 37.b

● En cumplimiento de Zacarías 11:8, ¿a qué “tres pastores” rayó Jesucristo?

Estos “tres pastores” resultaron ser tres clases de hombres que ejercían poder gubernamental y religioso en Israel. Fueron (1) los fariseos, (2) los saduceos y (3) los herodianos o partidarios de Herodes. Como se muestra en Mateo 22:15-46, Jesucristo impuso silencio a estos tres grupos, al desenmascararlos públicamente como pastores inútiles.—Págs. 74, 75.

● ¿Qué es el “lugar santo” de la cristiandad?

Es su campo de operación y los derechos religiosos que alega tener.—Págs. 102, 103.

Preguntas de los lectores

● ¿Cómo podía Ezequiel como ‘atalaya a la casa de Israel’ ser responsable de las vidas del pueblo de Dios en Jerusalén cuando él estaba exiliado en Babilonia?—Eze. 33:7.

Ezequiel fue uno de los 18.000 israelitas que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó como exiliados de Jerusalén a Babilonia en 617 a. de la E.C. (2 Rey. 24:14-16) Esto fue diez años antes de la destrucción completa de Jerusalén en 607 a. de la E.C., cuando muchos otros israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia.

La comunicación mediante mensajeros y cartas entre las ciudades capitales de Babilonia y Jerusalén era bastante buena para aquel tiempo y aquellas distancias. (Eze. 21:7; 33:21; 2 Rey. 25:8-10) Había caravanas regulares en las rutas comerciales del Creciente Fértil, que podían llevar noticias y mensajes entre Jerusalén y Babilonia. (Compare con Génesis 11:31; 12:1-5; Ezequiel 27:3, 17-24.) Lo que Ezequiel veía en visión y representaba en Babilonia (Eze. 24:24), y hasta lo que decían falsos profetas en aquella ciudad, llegaba a conocerse en Jerusalén. (Jer. 29:20-23) A la inversa, lo que Jeremías, el profeta que Jehová tenía en el escenario, pronunciaba en Jerusalén, lo llegaban a saber con rapidez los exiliados de Israel en Babilonia.—Jer. 29:1.

Por lo tanto, cuando Ezequiel ejecutaba fielmente los portentos de advertencia a los exiliados en Babilonia, aquellas noticias llegaban a Jerusalén en forma detallada. Hubo la visión gráfica de las cosas detestables que se veían en el templo (Eze. 8:1-18), la descripción del hombre de lino que marcaba la frente de la gente que suspiraba en Jerusalén (Eze. 9:1-11), y las declaraciones formales contra Jerusalén que se registraron en Ezequiel 12:10-16.

Así, Jehová dio advertencia oficial a los israelitas