La segura solución al problema del crimen
¿VIVIRÁN los humanos para siempre como prisioneros en sus propios hogares? ¿Sentirán temor cada vez que salgan solos? ¡No! Hay una segura solución al problema del crimen, y se efectuará muy pronto.
La solución no yace en la adopción de un opresivo estado policíaco. Ni tampoco yace en ninguna otra proposición para reformar al actual sistema de cosas. Está llegando a ser obvio que cualquiera de esas reformas es fútil, puesto que el crimen está, de hecho, entretejido en la misma estructura de la sociedad.
¿Cuál, entonces, es la solución?
Jesucristo señaló la solución cuando predijo el fin de este sistema de cosas. Dijo: “Habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21) Esta “tribulación grande” destruirá a toda esta sociedad desaforada, pero no a toda la humanidad. Por lo tanto la tribulación está directamente enlazada con la solución segura al problema del crimen.
Esa solución segura es el reino de Dios. Este reino es un gobierno verdadero, con un rey celestial y con súbditos terrestres. La vida terrenal de Jesús como hombre adulto fue dedicada a declarar a ese gobierno como la única solución a los problemas del hombre. (Luc. 4:43; 8:1) En la Biblia se muestra claramente el modo en que éste eliminará el crimen. Prediciendo los mismísimos días en que vivimos, Daniel 2:44 dice:
“En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”
Sí, el reino o gobierno celestial de Dios destruirá completamente los actuales gobiernos de la Tierra, con todo su crimen y corrupción. Esto ciertamente será una “tribulación grande” para todos los que están alejados de Dios.
No llegue a la conclusión, sin embargo, de que esa destrucción mundial es una medida muy cruel para que la tome Dios. Como hemos visto, este sistema de cosas es irreformable; está impregnado de crimen. Su gobernante es Satanás el Diablo, “que está extraviando a toda la tierra habitada.” (Rev. 12:9; 2 Cor. 4:4) El género humano no puede librarse de él; solo Dios puede hacerlo. Por eso Jesús nos enseñó a orar para que viniera el reino de Dios a fin de que pueda triturar todo vestigio de Satanás y su sistema infectado de crimen.—Mat. 6:9, 10.
Pero, ¿cuándo ocurrirá esto?
¿Cuán cerca?
Jesús también contestó esta pregunta. Como se señaló en un artículo anterior, él dio una “señal” que marcaría la “conclusión del sistema de cosas,” o los “últimos días.” En la “señal” están incluidos ayes mundiales como guerras globales, hambres, pestilencias, terremotos y el aumento del desafuero, los cuales serían seguidos por la misma “tribulación grande.” Entonces Jesús dijo: “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.”—Mat. 24:3-34; 2 Tim. 3:1-5.
¿Qué quiso Jesús decir con eso? Evidentemente esto: Que la generación que viera el comienzo de los ayes mundiales con el estallido de la guerra global en el año 1914 también vería la destrucción de todo el sistema de cosas terrestre de Satanás. Algunas personas que estaban vivas en 1914 todavía estarán vivas cuando la “tribulación grande” azote.
Piense acerca de esas personas que, en 1914, tenían suficiente edad para ver con entendimiento el comienzo del cumplimiento de la “señal.” Ya no son jóvenes. Esa generación está muy cerca de pasar por completo. Sin embargo no pasará hasta que vea al reino de Dios destruir este inicuo sistema de cosas.
Por lo tanto, ¡la solución al problema del crimen está muy cerca! Se efectuará dentro de breve tiempo, antes que pase “esta generación.” ¡Qué alivio maravilloso habrá cuando se haya ido este sistema corrupto!
Pero, ¿quién quedará para disfrutar del mundo libre de crimen? ¿Qué seguridad hay de que el crimen no volverá a surgir? ¿Cómo será la vida en ese entonces?
Un mundo libre de crimen
La Biblia explica quiénes sobrevivirán el fin de este mundo, cuando dice: “Además, el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17) Así es que, solamente los que ahora aprenden cuál es la voluntad de Dios y la hacen sobrevivirán la “tribulación grande,” pasando al mundo libre de crimen que la seguirá.
Pero también habrá otros que obtendrán la vida entonces, porque la Biblia promete: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15) Con el tiempo habrá miles de millones de personas que volverán de la muerte para vivir en el mundo de Dios libre de crimen.
‘¿Quiénes son estos injustos?’ quizás pregunte usted. ‘¿Por qué serán resucitados?’
Tenemos la garantía de Dios de que su nuevo sistema será justo. Después de describir la destrucción de este presente sistema de cosas, la Biblia dice que será reemplazado con un nuevo sistema en el cual “la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) ¡No se permitirá que las personas injustas corrompan ese nuevo sistema! Pero, ¿qué les impedirá que lo hagan?
En su comienzo, las personas justas serán los únicos habitantes del nuevo sistema de Dios, porque solamente los que hagan la voluntad de Dios sobrevivirán la “tribulación grande.” Más tarde serán resucitados los injustos, probablemente una cantidad relativamente pequeña de ellos a la vez, de manera que siempre estarán en una pequeña minoría. Después de su resurrección se les instruirá individualmente con respecto a la voluntad de Dios. En ese entonces aplicará el principio de la Biblia: “Justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.”—Isa. 26:9.
‘Pero seguramente,’ quizás objete uno, ‘no todos los resucitados responderán a esa instrucción. Algunos seguirán siendo injustos. ¿Qué les impedirá corromper ese nuevo sistema de cosas?’
El todopoderoso Jehová Dios se encargará de que no lo hagan. Si todos los esfuerzos por reformar a una persona fracasan, entonces no se le permitirá permanecer. Dios se encargará de que sea destruida. Todos los que sean resucitados simplemente tendrán que regirse por las justas normas de Dios si han de vivir en su nuevo sistema.
Un maravilloso nuevo sistema
¡Cuán excelente será vivir en la Tierra bajo esa justa nueva administración! Entonces se realizará por toda la Tierra la segura promesa de la Biblia: “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.
¡Piense en ello! No existirá más el temor al crimen o a la calamidad. Uno podrá caminar por cualquier calle o a través de cualquier parque sin temor de asaltantes o violadores. Uno podrá dejar las puertas sin echarles llave y las posesiones sin cuidarlas con la seguridad de que no serán robadas o dañadas. No habrá necesidad de policías, cárceles, manillas, cajas fuertes, cerraduras, llaves, alarmas contra ladrones, dispositivos electrónicos ocultos para escuchar o cámaras de televisión disimuladas. En el nuevo sistema de Dios el impedimento del crimen será el amor a Dios y el genuino interés por el bienestar del prójimo.
Motivado por ese amor, tampoco habrá más crímenes de “oficinistas,” incluso desfalcos, dar o recibir soborno, apropiación indebida de fondos u otra de esas formas de falta de honradez. Tampoco habrá ninguna industria que, para aumentar sus ganancias, envenene el aire que la gente tiene que respirar, o contamine el agua que beben. En el nuevo sistema de Dios se cumplirán las palabras del profeta de Dios: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar.”—Isa. 11:9.
Ciertamente el disfrutar de una vida de setenta u ochenta años en ese maravilloso mundo libre de crimen sería un placer. No obstante, si hay que aguantar enfermedad y dolencias y finalmente encararse con la muerte, el placer a lo más sería fugaz. Pero Jehová Dios no permitirá esto. Él satisfará por completo los deseos de la humanidad. La Biblia asegura: “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.”—Pro. 10:22.
Con el tiempo esta bendición de Dios incluirá la eliminación de todo sufrimiento debido a la mala salud. El cáncer, los problemas de corazón y todas las otras enfermedades que causan a los humanos dolor e infelicidad sencillamente no existirán en el nuevo sistema de Dios. La segura promesa del Creador es: “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo.’”—Isa. 33:24.
¡La bendición del Creador hasta incluirá la eliminación de la muerte! ¡Los ciudadanos del mundo de Dios libre de crimen vivirán para siempre! En la última parte de la Biblia se explica cómo esto se llevará a cabo: “La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.
¿No le gustaría vivir para siempre con salud perfecta en ese maravilloso mundo libre de crimen? ¡Esta puede ser su perspectiva segura! Pero hay cosas que usted debe hacer a fin de disfrutar de estas bendiciones bajo el gobierno justo del reino de Dios.
[Ilustración de la página 18]
El reino de Dios limpiará para siempre de la Tierra todo el desafuero; la justicia prevalecerá eternamente
[Ilustración de la página 19]
1914
UNA GENERACIÓN
Aumento del desafuero.
Nación contra nación.
Amor de la mayor parte se está enfriando.
Angustia de naciones, no conociendo la salida.
Tiempos críticos.
Desobediencia a padres.
No dispuestos a ningún acuerdo.
Hombres sin gobierno de sí mismos.
“ÚLTIMOS DÍAS”
[Ilustración de la página 20]
Miles de millones serán resucitados a la vida en el mundo de Dios libre de crimen
[Ilustración de la página 21]
Grandiosas bendiciones están reservadas para los ciudadanos del nuevo orden de Dios. La garantía de la Biblia es: “Dios . . . limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor.”—Rev. 21:3, 4.