Armonía interior—prueba de que Dios es el autor de la Biblia
“Sea Dios hallado veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso, así como está escrito: ‘Para que seas probado justo en tus palabras y ganes cuando estés siendo juzgado.’” Rom. 3:4
1. ¿Por qué muchos tienen poco respeto a la religión cristiana y a la Biblia?
MUCHAS personas en muchos países conocen poco o nada de la Biblia. A menudo esto se debe a que nunca la han leído, no habiendo sido criadas en la fe cristiana. En vez de eso, tienen su propia religión, con sus escritos sagrados, que se les ha enseñado a aceptar como ciertos. Por consiguiente, su conocimiento y juicio de la religión cristiana y sus escritos sagrados, la Biblia, se basan en lo que ven y conocen de la conducta de los que afirman ser cristianos, sean las llamadas naciones cristianas, o, quizás, una comunidad cristiana en su propio país. Cuando ven cuán profundamente dividida está la cristiandad, cuando ven cuán belicosa es, cuando ven sus prácticas y principios en asuntos de comercio y moral, con razón respetan poco a la religión cristiana y se forman una mala opinión de su libro, la Biblia. Pero, ¿es ése el grado de oprobio, o la peor clase de oprobio, que la Biblia tiene que sufrir?
2. ¿De qué manera muchos se sienten superiores a otros en la cristiandad, y está justificado esto?
2 Muchas personas de muchas iglesias de la cristiandad reconocerían a regañadientes la mala impresión que da la cristiandad en sus varios teatros de actividad. Tristemente mueven la cabeza en lástima por la ignorancia de los que no saben nada de la Biblia, sintiéndose conscientes de la gran ventaja de que disfrutan al pertenecer a una comunidad cristiana. “Por supuesto, creemos en Dios,” dicen, “y aceptamos la Biblia como la Palabra de Dios y la respetamos en conformidad con ello.” Esta revista no está dudando de la sinceridad de ellas, pero creemos que es apropiado y que bien vale la pena hacer una o dos preguntas en cuanto a la verdadera opinión que tienen de la Biblia.
3. (a) ¿Cómo considera la mayoría a la Biblia, y qué ha causado esto? (b) ¿Qué debilidad es patente con respecto a este punto de vista?
3 ¿Aceptan verdaderamente tales personas, sin limitación, que Dios es de hecho el Autor y es por completo responsable de todo lo que está escrito en los sesenta y seis libros que componen el canon verdadero de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis? Pocos, verdaderamente, irían hasta ese grado, o cerca de ese grado. Los de la gran mayoría, siguiendo la propensión general, hacen una distinción entre lo que llaman el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, cifrando su fe casi enteramente en este último, pero teniendo en muy poco al primero y mostrándole aun menos confianza, salvo por su interés histórico y literario. A muchos, enseñados a asistir a la escuela dominical cuando eran niños, se les habló de los cuentos de la Biblia sobre Adán y Eva en el jardín de Edén, y de otros sucesos y milagros de aquellos tiempos antiguos. ¿Qué sucede cuando crecen? Todavía siguiendo la propensión general, mentalmente colocan esas cosas en la misma categoría que sus cuentos de hadas de la niñez y las descartan. Pero, ¿pueden decir entonces que creen en lo que llaman el Nuevo Testamento, cuando las muchas citas que allí se dan de las Escrituras Hebreas se dan siempre como indisputablemente ciertas y autorizadas, y cuando Jesús, el Hijo de Dios, dijo enfáticamente de aquellos escritos (la única parte de la Biblia que entonces se hallaba en existencia): “Tu palabra es la verdad”?—Juan 17:17.
4. ¿Cómo consideran muchos la inspiración de las Escrituras?
4 Esto trae a colación la pregunta importante de la inspiración de la Biblia. La mayor parte de la gente de la cristiandad considera a la Biblia como un buen libro, El Libro, en lo que toca a religión, y que ha de tratarse con el más grande respeto a causa de su gran edad. Y a menudo estas personas dicen que es inspirado. Pero, ¿en qué sentido? Solo en el mismo sentido en que se dice que los poetas y los músicos son inspirados. Piensan en un escritor de la Biblia, digamos Isaías, o David, como siendo semejante a un poeta talentoso, completamente sumergido en algún tema grandioso y entusiasmado por éste, activando y sacando provecho de sus habilidades creadoras, de modo que, como se dice, él se supera y queda inspirado a producir una obra maestra monumental e inmortal.
5. ¿Cómo contrasta la propia afirmación de inspiración de la Biblia con la opinión general tocante a los escritores de la Biblia y la obra de ellos?
5 Esto significa de hecho que muchos consideran a la Biblia como una colección de libros escritos por hombres devotos, más bien que como una sola obra, aunque compuesta, escrita bajo la dirección de un solo Autor divino, por la inspiración de su santo espíritu, o fuerza activa invisible. Es este último punto de vista el que afirma la Biblia misma, diciendo que “toda Escritura es inspirada por Dios,” y que “la profecía en ningún tiempo fue traída por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron por parte de Dios al ser ellos impulsados por espíritu santo.” (2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:21) Pero muy pocos de la cristiandad convendrían con tal afirmación. Más bien, dicen que piensan en los escritores del Antiguo Testamento como hombres que buscaban a tientas a Dios, y apresuradamente agregan que hemos avanzado mucho desde entonces. No, no dicen que hemos avanzado mucho desde los días de Jesús y los apóstoles, pero su actitud para con la Biblia y el trato que le dan a ella equivale a eso. Ciertamente no la consideran como una guía moderna para los problemas modernos, sino, más bien, como algo para usarse por sus lecciones morales y como una fuente excelente de citas aptas.
6. ¿De qué manera se ponen muchos de ellos mismos en una posición falsa, y cómo se ilustra esto?
6 Así, aunque probablemente posean una Biblia y hablen sin reserva de ella como la Palabra de Dios, en realidad estos amigos profesos de la Biblia se hallan en una posición falsa y, de hecho, se contradicen. Esto se ilustra bien por la siguiente cita de una publicación católica romana.a Bajo el encabezamiento: “Cómo consideran la Biblia los católicos,” leemos: “Los católicos . . . acarician la más elevada estima y veneración para la Biblia como la inspirada Palabra de Dios, y la consideran como un tesoro de valor singular.” ¿Qué expresión más excelente de confianza pudiera uno querer? ¡Pero aguarde! La siguiente oración dice: “Pero ellos [los católicos] consideran que la Biblia nunca tuvo por objeto ser la única y adecuada Regla de Fe, en parte porque no es un relato suficientemente cabal de toda la enseñanza de Cristo, en parte porque sus expresiones de doctrina no siempre son claras y necesitan interpretación autorizada.” Con la confianza de uno en la Biblia socavada ahora, entonces se le dice que la autoridad de la Iglesia Católica es el medio provisto divinamente para preservar la enseñanza cabal de Cristo todo el tiempo. En otras palabras, no es la voz de la Palabra de Dios, sino, más bien, la voz de la Iglesia Católica la que debe escucharse como teniendo autoridad cabal y final.
7. ¿Qué influencia socavadora está funcionando en la cristiandad, resultando en qué?
7 Hemos discutido esto algo extensamente para que nuestros muchos lectores puedan apreciar claramente la verdadera posición de tantos que hablan de la Biblia como la Palabra de Dios, pero que, por su verdadera falta de fe y aceptación, hacen que vengan contra la Biblia aún más daño y oprobio que los que vienen de parte de los que declaradamente no son cristianos o son ateos reconocidos. Esta influencia que socava ciertamente es una de las causas principales de la indiferencia que los testigos de Jehová encuentran con frecuencia cuando hacen un esfuerzo por despertar interés en la única esperanza de la humanidad: el mensaje bíblico del reino de Dios, el único remedio para todos los fieros problemas de nuestro día. Esta indiferencia brota de la falta de verdadera confianza en lo que es la única base y fundamento de la fe cristiana, es decir, la Palabra verdadera y justa de Dios, la Biblia.
8. ¿Cómo se establece bien que Dios es el Autor de la Biblia, envolviendo esto qué aspectos?
8 Por lo tanto, nos proponemos examinar ciertas líneas de evidencia que dan prueba sustancial de la inspiración divina de la Biblia, indicando irresistiblemente a un solo Autor, y un Autor divino. Una de las principales líneas de evidencia es la manera maravillosa en que centenares de profecías de la Biblia ya se han cumplido y están cumpliéndose delante de nuestros mismos ojos en estos “tiempos críticos y difíciles de manejar.” (2 Tim. 3:1) Lo que es notable en este campo de estudio es el hecho de que Jehová previó y predijo tanto, no solo concerniente a su propio pueblo, los que están en armonía con él, sino también concerniente a los que no están en armonía con él. Esto incluye profecías que hablan de la marcha de las potencias mundiales, su subida y caída.b Añadido a esto se encuentra el hecho de que Jehová ha hecho que estas profecías se cumplan sin coerción, sin siquiera estorbar el libre albedrío de sus enemigos. Añada a esto la asombrosa exactitud de los varios rasgos de tiempo envueltos.
9. ¿Qué otra línea de evidencia puede considerarse, capacitándonos a hacer frente a qué desafío?
9 Estas cosas forman lo que pudiera llamarse un estudio objetivo de la Palabra de Dios, y vez tras vez han sido el principal tema de los artículos de esta revista, y sin duda continuarán siéndolo, si es la voluntad de Jehová. Sin embargo, en esta discusión presente nos proponemos examinar cierta evidencia subjetiva, es decir, como se halla en el contenido de la Biblia misma. La pregunta importante es: ¿Es posible que podamos decir que la Biblia en realidad no es más que una colección de documentos humanos, escritos bajo la influencia de inspiración humana? ¿Es sostenible esa teoría, es lógica? ¿O hallaremos, llevándola a su conclusión lógica, que tal teoría es absolutamente insostenible, y que se halla sin fundamento? En otras palabras, ¿puede probarse que haya una armonía interior a través de todas las Escrituras, una armonía y un concepto de cosas tan fuertes y más allá de la originalidad humana que desafíen la posibilidad de que estos escritos sean atribuidos a simples hombres, prescindiendo de que hayan sido devotos?
10. (a) Al escribir las Escrituras, ¿qué factores importantes surgen? (b) ¿Pueden apropiadamente ser acusados de colusión o acuerdo para engañar los escritores de la Biblia?
10 Antes de considerar nuestra primera línea de evidencia, queremos indicar tres factores importantes en cuanto a las Escrituras. Primero, el factor tiempo. Moisés, el primero de los escritores inspirados, comenzó a escribir a más tardar en 1513 a. de J.C., y Juan, el último escritor, completó el canon de la Biblia alrededor de 98 d. de J.C. Por lo tanto, se necesitaron 1,600 años para escribir la Biblia. Tenga presente eso. Segundo, hubo más de treinta y cinco hombres, todos hebreos, que fueron usados para escribir la colección de sesenta y seis libros de la Biblia. Tercero, mucha de su escritura, especialmente cuando se registró profecía, se expresó en lenguaje altamente figurado y simbólico, con frecuencia más allá de ser comprendido por los escritores mismos. Como Daniel dijo en una ocasión: “Oí, pero no pude entender,” y, al preguntar, se le dijo: “Las palabras quedan secretas y selladas hasta el tiempo del fin.” ¿Qué concluimos a causa de estos tres factores, a saber, que se necesitaron unos 1,600 años para que treinta y cinco hombres completaran sus escritos, con frecuencia expresados en lenguaje figurado? Pues, esto: que no fue posible que esos hombres se hayan confabulado para hacer que todo encajara. No podía haber colusión, sino, más bien, toda posibilidad de colisión, especialmente en vista de que, como veremos, no todos escribieron desde el mismo punto de vista.—Dan. 12:8, 9. (Vea también 1 Pedro 1:10-12.)
LA PRIMERA PROFECÍA—COMO SE LE MANTUVO VIVA
11. (a) ¿Desde qué ángulo nos proponemos examinar la profecía bíblica? (b) Relate las circunstancias y fraseología de la primera profecía.
11 La primera línea de evidencia que deseamos examinar es con respecto a la manera mediante la cual la profecía, especialmente la primera, fue mantenida viva a través de la Biblia. Recuerde, no estamos considerando tanto el cumplimiento de la profecía como la manera en que los escritores de la Biblia, desde el principio hasta el fin, mantuvieron su tema y concepto de las cosas, en relación con el propósito de Dios. La primera profecía es corta y, por su mismísima fraseología, obviamente ocupa una posición clave. Fue dada cuando Jehová Dios pronunció juicio, después que Adán y Eva, a instigación de la serpiente, que fue usada como vocero de alguien invisible, desobedecieron voluntariosamente cuando estaban en Edén. Después de expresar juicio contra la serpiente misma, Dios pasó a decir: “Y yo pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.”—Gén. 3:15.
12. ¿Qué personajes estuvieron envueltos en esa profecía y, hablando humanamente, de qué manera únicamente se le podía mantener viva?
12 Hay cuatro personajes mencionados en esa profecía, a saber, (1) la serpiente, (2) su simiente, (3) la mujer, y (4) su simiente. Nada se dijo en cuanto a cómo o cuándo se cumpliría, o quiénes finalmente serían identificados como correspondientes a esos cuatro personajes. Ahora bien, si los humanos fueran los autores de las Escrituras, necesariamente se desprendería, fuera de duda, que la única manera de mantener viva esa profecía inicial sería que los subsiguientes escritores de la Biblia la repitieran, y se explayaran en ella, hasta que pudieran mostrar cómo se llevó a cabo todo. Seguramente que estamos de acuerdo con que tal conclusión solo es lógica.
13. (a) ¿Qué se ve en cuanto a resultados, cuando se pone a prueba tal teoría? (b) ¿De qué maneras enlaza Apocalipsis, capítulo doce, con la profecía de Génesis 3:15?
13 Muy bien. Pongamos a prueba esa teoría. ¿Dónde, ya sea en el resto de los escritos de Moisés o en los del siguiente escritor de la Biblia, o el siguiente, se halla otra profecía que mencione a esos cuatro personajes? Investigue por todas las Escrituras Hebreas y no hallará tal profecía. Continúe investigando a través de las Escrituras Cristianas Griegas, y otra vez no hallará usted una sola, no, no hasta que llegue al último libro, Apocalipsis. Allí, en el capítulo doce, hallamos una profecía que claramente enlaza con la primera que se dio alrededor de mil seiscientos años antes. Allí leemos acerca de la serpiente, ahora desarrollada, por decirlo así, en un “gran dragón de color de fuego,” aunque más tarde en el mismo capítulo se le identifica con la “serpiente original, aquel que es llamado Diablo y Satanás.” Como averiguaremos, también se menciona a la simiente de la serpiente. ¡Allí, también, descrita muy vívidamente, está la mujer de la profecía edénica, y, ¡mire usted! se le ve realmente dando a luz a la simiente prometida! El magullamiento de la serpiente, en parte, se describe también, al ser violentamente ‘arrojada a la tierra,’ y sus ángeles con ella. Finalmente, en el último versículo (17), se alude al esfuerzo determinado de la serpiente (o del dragón) de magullar, de manera secundaria, el talón de la simiente de la mujer.—Apo. 12:1-3, 5, 9, 17.
14. ¿Puede decirse que Juan mismo trataba de aclarar el misterio de aquella primera profecía?
14 Ahora nuestra atención se atrae a otra cosa notable. Aunque esta visión casa estrechamente con la profecía dada en Edén, no es posible que se pueda decir que Juan, quien registró la visión, estaba mostrando deliberadamente cómo se estaba cumpliendo y dando el entendimiento de ella. ¿Cómo podría ser eso, puesto que esta visión, como el resto de este libro, se halla en lenguaje altamente simbólico? Como se declara en las palabras de apertura, fue una revelación que Dios dio a Jesucristo, quien “la presentó en señales . . . a su esclavo Juan.” (Apo. 1:1) Si llevamos a su conclusión lógica la teoría de que la Biblia es de autores humanos, tendríamos que decir que Juan debe haber pensado para sí: ‘¡Ah! esa primera profecía jamás ha sido dilucidada; ¡debo tener una visión acerca de eso!’ Por supuesto que no. Ninguna sugerencia podría ser más absurda.
15. ¿En qué respectos pueden ser asemejadas las Escrituras a una novela policíaca o de detectives?
15 La verdad es que la Biblia bien puede asemejarse de algunas maneras a una novela policíaca o de detectives. Usted probablemente conoce el método que se usa con frecuencia en esa clase de literatura. El problema importante se plantea temprano, por lo general un crimen por alguna persona desconocida; luego, a medida que uno lee, su mente está alerta a todo indicio posible, cierto o falso. En la conclusión se resuelve el problema y, por medio del detective, a uno se le lleva a tiempos pasados, por decirlo así, y se le muestran todos los indicios que el escritor ha plantado cuidadosamente y escondido hábilmente en el desarrollo de la trama. Como resultado uno se maravilla por la ingeniosidad del escritor al poder construir el entero armazón y no obstante mantener la solución tan bien escondida hasta el fin.
16.¿Cómo puede ser usada tal ilustración tocante a la Biblia, y a qué resultados lleva esto?
16 Podemos hacer lo mismo con la Biblia en este mismísimo tema que hemos estado discutiendo. Podemos, por decirlo así, recoger algunos de los indicios plantados por toda la Biblia, probando sin asomo de duda que solo pudo haber una única Mente maestra detrás de todos estos escritos sagrados. Solo mencionamos unos cuantos en esta ocasión, pero mientras más estudiamos la evidencia en detalle, más nos maravillamos de la manera ingeniosa por la cual el Autor mantuvo viva aquella primera profecía, aunque escondida de la vista general. Nos maravillamos todavía más del resultado maravilloso y glorioso que se ha determinado para aquella primera profecía, lo que hace que surja nuestro aprecio y gratitud sinceros.
IDENTIFICANDO A LOS PERSONAJES
17. (a) ¿A quién se identifica como la simiente de la mujer? (b) ¿De qué maneras se identifica adicionalmente a Este, resultando en qué?
17 De los cuatro personajes de aquella profecía inicial, ha sido la simiente de la mujer la que ha recibido más atención. Esto no sorprende, puesto que las Escrituras mismas dan a ésta la mayor prominencia, también cuando aprendemos quién verdaderamente es la simiente prometida. Sí, es nada menos que el Mesías prometido, Jesucristo. Él no solo es la Simiente predicha de aquella profecía edénica, sino que también es la Simiente que se le prometió a Abrahán, por medio de quien “todas las naciones de la tierra ciertamente se bendecirán.” Él también es Aquél de que se predijo que vendría por medio de la línea de David y heredaría su trono y aun uno mayor, un trono celestial. La verdadera genealogía de Jesús se hace remontar hasta Adán por el escritor de un Evangelio, Lucas, trazándola por Judá, a quien le fue dada la promesa de que de él el “cetro [el gobierno del reino] no se apartará . . . hasta que venga Shiloh.” La manera en que esa línea fue conservada y puede ser trazada hasta la venida de Jesús en su primer advenimiento y luego, como se muestra en el capítulo doce de Apocalipsis, nos lleva al segundo advenimiento para el cumplimiento mayor de la profecía edénica, forma uno de los estudios más fascinadores de la Palabra de Dios. Edifica confianza, también, en su resultado glorioso, no solo en que será aplastado todo el mal en el cielo y en la Tierra, sino en lo seguro y cierto que es ese gobierno del Reino, “un nuevo cielo y una nueva tierra,” en que todos pueden bendecirse por medio de aprender cómo rendir obediencia completa, y en que aun “la muerte no será más.”—Gén. 22:18; 49:10; Luc. 3:23-38; Hech. 2:34-36; Gál. 3:16; Apo. 21:1-4.
18. (a) ¿Quién identificó primero a la serpiente y a su simiente, y cuándo? (b) ¿Qué principio importante se reveló y se aplicó en ese tiempo?
18 Los siguientes dos personajes, la serpiente y su simiente, no fueron identificados por nombre hasta más de cuatro mil años después que Dios había pronunciado juicio en Edén. Ese es un largo tiempo para mantener un secreto en suspenso. Fue Jesús mismo quien lo reveló. Algunos pudieran decir que no era difícil suponer quién fue el que usó a la serpiente como vocero, pero ¿quién habría acertado exactamente en la identidad de la simiente de la serpiente? Jesús reveló esto, no mediante conjetura, sino revelando un principio muy importante sobre el cual obra Dios. Los hombres siempre determinan la familia, o pueblo, al cual pertenecen según está controlado por la descendencia verdadera por nacimiento. No conocen otra manera. Los judíos hicieron esto cuando sus caudillos, los fariseos, disputaban lo que Jesús dijo, y alegaron: “Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie.” Jesús respondió: “Yo sé que son descendientes de Abrahán; pero están tratando de matarme.” Siguiendo el argumento a su conclusión lógica y mostrando que la actitud del corazón es el factor principal, Jesús finalmente les dijo: “Ustedes son de su padre el Diablo, y quieren cumplir los deseos de su padre. Ese era un asesino cuando principió [en Edén].”—Juan 8:33-44.
19. Siguiendo este principio, ¿cómo nos ayuda la Biblia además para determinar el origen de la simiente de la serpiente e identificarla?
19 Teniendo este conocimiento, o indicio, ahora podemos remontarnos a través de las Escrituras Hebreas y ver cómo el Diablo, desde el principio, ha desarrollado su simiente, aquellos a quienes pudo usar como sus instrumentos, con el espíritu de asesinato en su corazón. El primero en la Tierra fue “Caín, quien se originó del inicuo y mató atrozmente a su hermano.” El desarrollo continuó hasta aquellos líderes religiosos del día de Jesús, y otra vez continúa hasta nuestro propio día, cuando el mismo espíritu de hostilidad asesina se muestra con frecuencia por la misma clase hacia los seguidores de Jesús que obedientemente están predicando las “buenas nuevas del reino.” También debemos apreciar que Satanás el Diablo edificó su organización y desarrolló su simiente de entre aquellos ángeles en el cielo que copiaron su ejemplo de desobediencia. Como revela Pedro: “Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron.” A éstos se alude en Apocalipsis 12:9, diciendo que fueron arrojados a la Tierra con su líder, después de la batalla en el cielo.—1 Juan 3:12; Mat. 24:9, 14; Juan 16:2; 2 Ped. 2:4.
20. En vista de este principio, ¿qué lección vital se enseña así?
20 Pausamos aquí para aplicar a nosotros mismos la lección, que el tener uno el favor de Dios no depende de algún accidente de nacimiento, o de ingresar en alguna organización terrestre, aun si alega ser de la religión cristiana. Jesús declaró la regla sencilla: “El que tiene mis mandamientos y los observa, ése es el que me ama. A su vez, el que me ama será amado por mi Padre.” Juan comentó en armonía con esto cuando escribió: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no practica justicia no se origina de Dios, ni el que no ama a su hermano.”—Juan 14:21; 1 Juan 3:10.
LA MUJER DE LA PROFECÍA EDÉNICA
21. ¿Quién pudiéramos pensar naturalmente que era la “mujer” de Génesis 3:15, y cómo se apoya esto?
21 Hay un personaje más que discutir de esa profecía original, a saber, la mujer, la madre de la simiente prometida. ¿Quién es? O, como dicen los franceses cuando se plantea un problema que envuelve a alguna persona desconocida: “Cherchez la femme” (Encuentren a la mujer). Hablando humanamente, éste es el personaje más intrigante que identificar. No hay indicios obvios. De hecho, cuando se pronunció el juicio solo había una mujer en el cuadro en la escena terrestre, y ésa fue Eva misma. Por eso, no como cosa que sorprenda, aunque muy indignamente ella evidentemente pensó que era la mujer que había sido mencionada, lo que indicó por sus palabras cuando dio a luz a su hijo primogénito, Caín: “He adquirido hombre con la ayuda de Jehová.” Pero, no, debemos buscar en otra dirección una mujer que es santa, a quien Jehová tendría gusto en usar como un medio digno de tal propósito sagrado.—Gén. 4:1.
22. Al identificar a la mujer, ¿qué guía se da en (a) Apocalipsis 12:1, (b) Apocalipsis 12:5, y (c) Apocalipsis 12:17?
22 Dirigiéndonos otra vez al capítulo doce de Apocalipsis, hallamos que esta mujer, aunque no tiene nombre, recibe una descripción que verdaderamente dirige nuestra atención en una dirección diferente. Aun en el primer versículo de ese capítulo, donde se le ve ‘vestida del sol, y la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas,’ inmediatamente nuestra mente se eleva muy por encima de cualquier pensamiento de una mujer terrestre de la humanidad, incluyendo a María, la madre del bebé humano Jesús. Además, el versículo quinto indica el tiempo del nacimiento verdadero como siendo el tiempo de la entronización de la simiente prometida, cosa que esta revista ha probado con frecuencia en sus páginas que aconteció en el cielo en 1914 (d. de J.C.). Además, el versículo diecisiete de este capítulo muestra que esta mujer también es la madre de los “que quedan de su simiente,” es decir, el resto de la iglesia verdadera que todavía está sobre la Tierra después que el Diablo y sus ángeles son arrojados del cielo. Esta identificación de los “que quedan” la confirma Pablo cuando explica que los miembros de la iglesia verdadera son parte de la simiente de Abrahán, diciendo: “Si ustedes pertenecen a Cristo, son realmente la simiente de Abrahán.”—Gál. 3:29.
23. ¿Cómo nos ayudan la ilustración y analogía de Pablo en Gálatas 4:21-31, y a qué conclusión nos lleva?
23 ¿Se habla de que tengan una madre estos cristianos verdaderos? Sí, y aquí está un indicio vital. Poco después de hacer la declaración supracitada en su carta, Pablo pasa a explicar un “drama simbólico,” que envuelve a dos mujeres y dos pactos y dos ciudades. Tal vez piense usted: ¡La trama se complica! pero una vez que entendemos la analogía de Pablo, estamos a punto de resolver nuestro problema. Primero, él menciona a la sirvienta Agar, la madre de Ismael el hijo de Abrahán. Agar corresponde al pacto de la ley inaugurado en el monte Sinaí, hecho con el Israel carnal, y el cual pacto ‘produjo hijos para la esclavitud,’ bajo sus estipulaciones obligatorias. El monte Sinaí, dice Pablo, corresponde a la ciudad de Jerusalén de su día, “en esclavitud con sus hijos [los judíos].” En contraste, la otra mujer, “la mujer libre,” es Sara, la madre de Isaac. Sara corresponde al pacto abrahámico, que produce la iglesia verdadera, el Israel espiritual, la cabeza de la cual es el Señor Jesucristo. La iglesia, que es el “cuerpo de Cristo,” comenzó a ser producida en el Pentecostés, como parte de la “simiente de Abrahán,” por medio de quien todas las naciones de la Tierra se bendecirán. Por eso Pablo, escribiendo como miembro de la simiente de Abrahán, dice a sus compañeros miembros: “La Jerusalén que está arriba es libre [como Sara], y ella es nuestra madre.”—Gál. 3:16-18, 26-29; 4:21-31; Gén. 22:18.
24. Cuando en la profecía se enlaza a una mujer con una ciudad, ¿qué se da a entender?
24 ¿Notó usted que Pablo enlazó a esas dos mujeres con dos ciudades? Esto es importante. Cuando una mujer es enlazada con una ciudad en la profecía, eso indica que lo que está simbolizado de tal modo es algo mucho mayor que una criatura, ya sea terrestre o celestial. Indica una organización, porque una ciudad es un símbolo apto de un pueblo que vive junto bajo un arreglo estrechamente organizado. Esto es particularmente cierto cuando es una ciudad capital, como en el caso de Jerusalén, o Sion, que era el centro nacional de gobierno y adoración verdadera, estando situados allí el trono y el templo. Así podemos apreciar que la “Jerusalén que está arriba,” el “monte de Sion y . . . una ciudad del Dios vivo, . . . la Jerusalén celestial,” es en realidad la organización teocrática, universal, de Jehová, la cual organización fue simbolizada también por la “mujer” de la profecía edénica.—Heb. 12:22.
25. ¿Cómo se ve la misma cosa en relación con la organización de Satanás?
25 Incidentalmente, y en confirmación fuerte de lo supradicho, el enlazar a una mujer con una ciudad también se usa en la Biblia para representar a la organización de Satanás, cuando leemos de una mujer, descrita como la “gran ramera,” y que se llama “Babilonia la Grande,” y en la visión se le dice específicamente a Juan: “La mujer que viste significa la gran ciudad [Babilonia].” (Apo. 17:1, 18) Sin embargo, Génesis 3:15 no menciona a ninguna mujer para la Serpiente.
26, 27. (a) ¿Qué referencias adicionales provechosas se hallan en la profecía de Isaías? (b) ¿Qué información importante se da allí, completando qué cuadro?
26 Aunque muchas de las referencias, o indicios, se encuentran en las Escrituras Cristianas Griegas, todas tienen sus raíces en las Escrituras Hebreas. En prueba de esto, hallamos que Pablo, después de explicar el anterior “drama simbólico,” hace una cita en apoyo, de la profecía de Isaías, que fue escrita unos 800 años antes del día de Pablo. En Gálatas 4:27, Pablo dice: “Porque está escrito: ‘Regocíjate, tú mujer estéril que no produces hijos; . . . porque los hijos de la mujer desolada son más numerosos que los de aquella que tiene el esposo.’” Él está citando de Isaías 54:1. Viendo el contexto, encontramos que Isaías, después de decir cómo Sion sería hecha libre y restaurada al favor de Jehová, luego asemeja esa ciudad a una mujer que había estado estéril, pero se le pide que se regocije mucho, porque se le prometen muchos hijos. ¿Quién es su esposo, el padre de estos muchos hijos? Esto es importantísimo. Al profeta se le inspira a escribir: “Porque tu magnífico Hacedor es tu dueño marital, siendo su nombre Jehová de los ejércitos . . . Porque Jehová te ha llamado cual si fueras una esposa.” Luego el profeta otra vez forja ese mismo eslabón, y asemeja esa “mujer afligida” a una ciudad cuyo “fundamento” y “linderos” son vueltos a colocar con “resplandecientes . . . piedras deleitables,” y culmina con la magnífica promesa: “Y todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante.”—Isa. 52:1, 2; 54:1-6; 11:13.
27 Así tenemos ahora ante nuestra visión mental un cuadro completo y excelente de lo que fue pintado por la profecía anunciada en Edén, con sus cuatro personajes, y con la adición del Santo, Jehová mismo, quien cumple el papel de esposo en relación con la mujer, la madre de la simiente prometida.
28. ¿Qué puede decirse ahora en cuanto a que las escrituras solo sean documentos humanos, y cómo podemos contestar a los críticos de la cristiandad?
28 ¿Quién va a decir que Isaías, al escribir como lo hizo, estaba plantando a sabiendas un indicio escondido que formaría un eslabón vital para identificar a uno de los principales personajes de la profecía edénica cuando nombró al “dueño marital” de la mujer, o ciudad? De hecho, pudiéramos preguntar: ¿Cuántos de los que consideran a las Escrituras como simples documentos humanos escritos bajo inspiración humana comprenden siquiera algo el significado de las cosas que hemos estado discutiendo? De todos los brillantes doctos y comentaristas de la cristiandad, ¿hay siquiera uno que haya podido desembrollar este asunto e identificar a la mujer profética que da a luz la simiente prometida? Si no, entonces de ninguna manera tenemos que perturbarnos por las críticas y juicios adversos expresados por los voceros de la cristiandad en cuanto a la autenticidad y origen divino de la Santa Biblia. Intrépidamente podemos decir: “Sea Dios hallado veraz,” estando sumamente confiados en que él ‘se probará justo en sus palabras y ganará cuando esté siendo juzgado.’—Rom, 3:4.
29. (a) ¿A quién le corresponde todo el crédito por el entendimiento de la Biblia? (b) ¿A quién usa Jehová para dar las verdades espirituales, y cómo se hace esto?
29 Nuestro entendimiento de estas cosas no se debe a nosotros mismos. Todo el crédito corresponde a Jehová, por medio de Cristo Jesús. El apóstol recalca esto cuando dice a sus hermanos cristianos: “No muchos sabios según la carne fueron llamados, . . . sino que Dios escogió las cosas insensatas del mundo, para avergonzar a los sabios . . . Pero se debe a él [Dios] el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, quien se ha hecho para nosotros sabiduría procedente de Dios.” Como Jehová, por medio del ángel, le prometió a Daniel, en el “tiempo del fin . . . ningún inicuo entenderá en absoluto; pero los que tengan perspicacia entenderán.” De acuerdo con esto, y obrando como representante de su Padre, Jesús prometió en su profecía concerniente al “tiempo del fin,” que haría manifiesto al “esclavo fiel y discreto,” hablando colectivamente del resto de sus seguidores verdaderos de la clase celestial, y que él ‘lo nombraría al cargo de todos sus bienes.’ En otras palabras, los de esta clase del esclavo fiel, aceptando sin reserva la Biblia completa como la inspirada Palabra de Dios, y los miembros mismos de ella llenos de espíritu de Dios y guiados por él, son usados por Dios, obrando por medio de Cristo Jesús, para dar las verdades espirituales, el “alimento al debido tiempo.”—1 Cor. 1:26-31; Dan. 12:9, 10; Mat. 24:45-47
[Notas]
a What the Catholic Church Is and What She Teaches, por E. R. Hull, S. J.
b Para prueba lea “Hágase tu voluntad en la Tierra,” publicado por la Sociedad Watch Tower en 1961.