Aprovechándose finalmente del “año de la buena voluntad”
“Me ha enviado . . . para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo.”—Isa. 61:1, 2.
1. ¿De qué manera es cosa deseable el tener la buena voluntad de otra persona?
BUENA voluntad de parte de otra persona es algo que a todos nos gusta tener, especialmente la buena voluntad de alguien que pueda ayudarnos y pueda causarnos bien. Todavía resuena con veracidad este antiguo proverbio del sabio rey Salomón: “En la luz del rostro del rey hay vida, y su buena voluntad es como la nube de lluvia primaveral.”—Pro. 10:1; 16:15.
2. ¿Cómo se puede mostrar que no hay buena voluntad de parte de las fuerzas elementales de “la naturaleza”?
2 No se puede esperar buena voluntad de las fuerzas elementales de “la naturaleza,” porque éstas son fuerzas ciegas, no inteligentes, sin facultad de diferenciar. Funcionan de acuerdo con ciertas leyes fijadas para ellas por una Inteligencia invisible. Así, ciertas condiciones de la atmósfera producen el huracán que se ríe del control y la guía humanos y ruge y rompe a través de una faja de terreno, derribando sin misericordia a hombre, bestia, posesiones y plantas. Las aguas de una inundación, nacidas del exceso de lluvias o del derretimiento de grandes acumulaciones de nieve, barren como sábanas o corren por canales para hinchar los riachuelos y los ríos, derramándose y girando a través de regiones bajas, arrollando cuanta cosa animada e inanimada se presenta a su paso. Los terremotos naturales, de tremendo poder, hacen que grandes estructuras construidas por el hombre se muevan y se mezan, o abren enormes grietas en el suelo, poniendo en peligro a las criaturas vivientes de la vecindad. Flujos de partículas radiactivas de los flamígeros estallidos que se producen en la superficie del Sol se precipitan silenciosamente camino a la Tierra, y los hombres se ven obligados a sentir sus malos efectos. Ah, no, estas fuerzas elementales no muestran buena voluntad.
3. Lo que cuenta a favor de nosotros es que tengamos la buena voluntad ¿de quién? Y por eso ¿qué investigan las personas pensadoras?
3 Pero, ¿qué hay del Creador de estas fuerzas naturales? Para nuestro consuelo, él puede mostrar buena voluntad. Es inteligente y tiene cualidades morales, y todos dependemos de él. Por lo tanto, el que tengamos Su buena voluntad es lo que cuenta a favor de nosotros. Al llegar a comprender esta realidad importante, las personas pensadoras se sienten impulsadas a investigar en cuanto a cómo pueden granjearse la buena voluntad de este Creador todopoderoso del universo, aun nuestro propio Creador.
4. (a) ¿Por qué se interesan en el “año de la buena voluntad” de parte del Creador las personas rectas? (b) La verdadera sabiduría está en buscar ¿qué, y por qué?
4 Si somos personas rectas, nos interesaremos en un “año de la buena voluntad” de parte de este Creador que se anunció en la antigüedad. Esa expresión “año” manifiestamente se refiere a un período de tiempo limitado, tal como lo es cualquier año civil. Esto sería indicación de que la buena voluntad que marca este año especial también es limitada. Después de haber terminado el “año,” ha de esperarse algo que sea opuesto a la buena voluntad. ¿Qué? La ejecución de justicia, sin misericordia, en los que han despreciado la buena voluntad divina. La historia registrada ha probado que esto realmente es así. Amenaza ahora un “acto de Dios” universal, no en la forma de un simple huracán, inundación o terremoto local. Es un acto producido por voluntad y dirección personales de Dios el Creador, y todos los habitantes de toda la Tierra están en peligro de éste. El tener la buena voluntad de Dios durante el tiempo en que funcione su “acto” podría significar nuestra vida y supervivencia. ¿Deseamos eso? La verdadera sabiduría está en buscar ahora Su buena voluntad.
5. ¿A qué clase de período de tiempo se refiere el “año de la buena voluntad,” y cuánto tiempo dura la buena voluntad de éste?
5 No, el “año de la buena voluntad” no significa este año de 1971. Hasta donde ha pasado ya este año 1971, el “año de la buena voluntad” ha incluido este segundo año de la década de los 1970. Pero el crítico “año de la buena voluntad” ya ha estado transcurriendo por más de trescientos sesenta y cinco días, aun por muchos años. Es un año simbólico y realmente representa un período de tiempo mucho más largo que un año solar o un año lunar. Un año literal de esa clase termina alguna vez, y por eso este simbólico “año de la buena voluntad” no puede ser indiferentemente puesto a un lado con la idea de que continuará indefinidamente... ¿quién sabe por cuánto tiempo? Como un año literal, es un período de tiempo marcado y que se puede calcular, con un principio y un fin. ¡Todo indica que el “año de la buena voluntad” está terminando! Cuando esa buena voluntad termine junto con el “año,” entonces ¡cuidado!
EL TÍPICO “AÑO DE LA BUENA VOLUNTAD”
6, 7. (a) ¿Quién llamó atención a este “año de la buena voluntad” en esos términos específicos? (b) ¿Qué consuelo venidero fue inspirado a predecir éste, y por qué?
6 ¿Quién fue el que originalmente llamó nuestra atención a este “año de la buena voluntad,” en esos términos específicos? Fue un hombre casado, padre de dos o tres hijos, y vivía en el octavo siglo antes de nuestra era común. Su nombre era Isaías, un nombre que según la Exhaustive Concordance of the Bible de Strong quiere decir “Jah Ha Salvado.” Es un personaje histórico mencionado en libros históricos aparte de su propio libro de profecía. (2 Reyes 19:2 a 20:19; 2 Cró. 26:22; 32:20, 32) Él fue el profeta que tuvo una visión de Jehová Dios en su templo en Jerusalén y quien, en respuesta a la pregunta de Jehová: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” respondió: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” Se le envió a entregar un mensaje de Jehová Dios acerca de la desolación que les vendría a Jerusalén y la tierra de Judá (Judea). Esta desolación, cuando viniera, realmente causaría duelo entre los adoradores verdaderos de Jehová Dios, quienes amaban la tierra de Su pueblo y la ciudad santa donde estaba ubicado el templo de su adoración. (Isa. 6:1-13) Pero Jehová Dios usó a Isaías para predecir un consuelo venidero para aquellos que estarían de duelo, inspirándolo a proclamar lo siguiente:
7 “‘Consuelen, consuelen a mi pueblo,’ dice el Dios de ustedes. ‘Hablen al corazón de Jerusalén y proclámenle que su servicio militar ha sido cumplido, que su error ha sido pagado por completo [que está aceptado su castigo, Rotherham; que aceptado ha sido su castigo, Young]. Pues de la mano de Jehová ha recibido una cantidad plena por todos sus pecados.’”—Isa. 40:1, 2.
8. Según Isaías 61:1-4, al profeta se le inspiró para hablar como si fuera ¿quién, y qué dijo allí?
8 Más tarde, de nuevo bajo inspiración, el profeta Isaías habló como si él fuera el Ungido del Dios Altísimo, diciendo: “El espíritu del Señor Jehová está sobre mí, por motivo de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los llevados cautivos y la apertura ancha de los ojos aun a los prisioneros; para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo; para hacer la asignación a los que están de duelo por Sion, para darles una prenda de adorno para la cabeza en vez de cenizas, el aceite de alborozo en vez de duelo, el manto de alabanza en vez del espíritu desalentado; y se les tiene que llamar árboles grandes de justicia, el plantío de Jehová, para que él sea hermoseado. Y ellos tienen que reedificar los lugares que han estado devastados por largo tiempo.”—Isa. 61:1-4.
9. (a) ¿Qué temas incluían esas “buenas nuevas”? (b) ¿Cómo vertió la traducción griega (LXX) la parte acerca del “año” y el “día”?
9 ¿No eran ésas “buenas nuevas” que contar a los mansos y a los que estaban de duelo? Y esas buenas nuevas incluían el “año de la buena voluntad de parte de Jehová.” Hasta la venida del “día de la venganza de parte de nuestro Dios” contra los asoladores y devastadores de Sion o Jerusalén serían buenas nuevas para los que estaban de duelo por lo que los enemigos le habían hecho al centro de la adoración de Jehová. Años antes de nuestra era común, cuando los judíos de habla griega de Alejandría, Egipto, tradujeron aquellas palabras acerca del “año de la buena voluntad,” ellos vertieron el versículo al griego de modo que dijera: “Para proclamar un año acepto de [Jehová] y un día de retribución. Para consolar a todos los que están de duelo.”—Isa. 61:2, LXX; Thomson.
10. (a) ¿Cómo frasearon la expresión aquellos traductores judíos para mostrar la clase de año que era? (b) Sin embargo, ¿qué otro pensamiento hasta incluiría esto en armonía con el texto hebreo?
10 Así pues, aquellos judíos entendieron que las palabras hebreas de Isaías hablaban acerca de la clase de “año” que era, “un año acepto,” más bien que de la actitud de Jehová, “buena voluntad de parte de Jehová.” Para aquellos traductores judíos era un año “acepto” a Jehová, un año que disfrutaba de favor a sus ojos. Pero hasta esto sugeriría que era un año “acepto” a Jehová para hacer algo favorable, especialmente puesto que “un año acepto” se pone en contraste con “un día de retribución.” De modo que “un año acepto” incluiría la idea de que es un tiempo que Jehová podría usar para mostrar buena voluntad o favor. Es su “año de aceptación,” cuando estará dispuesto a aceptar o recibir. (Rotherham) Cuando vemos en qué resulta este “año” simbólico en la historia real, podemos llegar a comprender el sentido pleno y correcto de él. Por eso, ¡vamos ahora a investigar la historia de este asunto y su aplicación a nuestro tiempo!
COMIENZO DE LA PROCLAMACIÓN DEL “AÑO”
11. (a) ¿Quién que fue enviado desde el cielo podía describir mejor que cualquier otro la actitud de Jehová hacia ese “año”? (b) ¿Cómo se le dio un nombre terrestre a esta persona, y cómo corresponde éste con el nombre del dador de la profecía?
11 Cuando llegó el tiempo debido de Dios, “cuando llegó el límite cabal del tiempo,” Jehová Dios envió desde el cielo a la Tierra a su propio Hijo amado “para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová.” (Gál. 4:4) ¿Qué persona, aparte de este Hijo procedente del cielo, podría describir mejor la actitud de su Padre durante este “año” simbólico? Cuando estuvo en la Tierra este Hijo recibió un nombre que corresponde muy bien con el nombre del profeta que dio la profecía acerca del Ungido. Por mandato de Dios a la madre terrestre de éste, se le dio el nombre de “Jesús.” Esta forma abreviada del nombre Jehoshuah significa “Jehová Ha Salvado,” mientras que el nombre Isaías significa “Salvado Ha Jah (o, Jehová).” En armonía con esto, el profeta Isaías fue en varias ocasiones un tipo o figura profética de Jesús el Mesías o Cristo.—Luc. 1:30-33; Mat. 1:20, 21.
12, 13. (a) Para que Jesús llegara a ser el Mesías y oficialmente proclamara el “año,” ¿qué se necesitó? (b) ¿Por qué indicio de después de su bautismo supo Jesús que tenía la buena voluntad de Jehová, en armonía con qué profecía?
12 Puesto que la profecía de Isaías dijo: “El espíritu del Señor Jehová está sobre mí, por motivo de que Jehová me ha ungido,” Jesús tuvo que ser ungido con el espíritu de Jehová antes de que verdaderamente fuera el Mesías, Cristo, o Ungido, y antes de que oficialmente pudiera “proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová.” Fue ungido así con el espíritu de Jehová después de haber sido bautizado en agua por Juan y haber subido de las aguas de bautismo del río Jordán. El descenso del espíritu de Jehová sobre Jesús ya bautizado se le simbolizó visualmente a Juan el Bautista por el aparecimiento milagroso de una paloma que se posó en posición de descanso sobre Jesús. Además de esto, Juan oyó la voz de Dios desde el cielo decir: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado [O: Este es mi Hijo, mi Amado, sobre el cual descansa mi favor, New English Bible].” (Mat. 3:11-17; Juan 1:32-34) Jesús sabía ahora positivamente que tenía la buena voluntad o el favor de Jehová, tal como se había predicho en Isaías 42:1:
13 “¡Mira! ¡Mi siervo, a quien tengo firmemente asido! ¡Mi escogido, a quien mi alma ha aprobado [mi alma ha aceptado, Young]! He puesto mi espíritu en él. Justicia para las naciones es lo que él sacará.”
14, 15. (a) ¿De qué dependía, pues, el que Jesús continuara teniendo la buena voluntad de Jehová? (b) ¿Cómo explicó Jesús a la gente de Nazaret el que ya él no fuera un carpintero entre ellos?
14 Jesús sabía que para continuar teniendo la buena voluntad o el favor de Jehová tenía que cumplir la comisión para la cual había sido ungido, según se declaraba en Isaías 61:1-3. Reconoció su unción como el Cristo y también la comisión divina que acompañaba a su ungimiento. Públicamente reconoció esto en Nazaret donde había crecido hasta cumplir treinta años de edad, y así explicó a la gente de Nazaret por qué ya no había sido un carpintero entre ellos por más de los anteriores seis meses. En cuanto a esto leemos:
15 “Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y, según su costumbre en día de sábado, entró en la sinagoga, y se puso de pie para leer. De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.’ Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga se fijaron intensamente sobre él. Entonces comenzó a decirles: ‘Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.’”—Luc. 4:16-21; Mat. 2:21-23; 4:12, 13.
16, 17. (a) Evidentemente, ¿en qué idioma leyó Jesús Isaías 61:1, 2, pero en qué idioma puso Lucas la lectura? (b) Por eso, ¿en qué período de tiempo vivían aquellos nazarenos? Pero, ¿se aprovecharon de aquel período?
16 Sin duda Jesús leyó las palabras de Isaías 61:1, 2 en el lenguaje original hebreo en que estaban y por lo tanto leyó acerca del “año de la buena voluntad de parte de Jehová” o “el año del favor del Señor” (An American Translation; Moffatt; American Standard Version; Revised Standard Version; también New English Bible en Lucas 4:19) o “año de gracia de Yahveh.” (Biblia de Jerusalén; Straubinger; Bover-Cantera) Pero el historiador Lucas, escribiendo en griego, cita las palabras que Jesús leyó como han sido traducidas en la Versión de los Setenta (LXX) griega, de modo que se presenta a Jesús leyendo acerca de “el año acepto de Jehová.”
17 Sea cual sea el caso, Jesús allí en Nazaret dio a saber su comisión divina procedente de Jehová de predicar o proclamar aquel “año” especial, tanto como un año “acepto” como un año “de la buena voluntad” o de favor o gracia de parte de Jehová. Puesto que dijo a aquellos nazarenos: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír,” esto significaba que este “año” marcado ya había comenzado, que aquellos nazarenos vivían entonces en él. ¿Se aprovecharían de él? Manifiestamente no, si tiene algún significado el hecho de que pronto lo sacaron de su sinagoga y trataron de matarlo. (Luc. 4:22-30) No fueron buen ejemplo para nosotros hoy.
18. ¿De qué manera experimentó un resto de fieles judíos el “año de la buena voluntad de parte de Jehová” allá en 537 a. de la E.C.?
18 ¿De qué manera, pues, había comenzado el “año acepto” o “año de la buena voluntad” y cuándo terminaría? ¿No era cierto que Jerusalén y su templo construido por Salomón habían sido destruidos en el año 607 a. de la E.C., o más de cien años después de la profecía de Isaías en Isaías 61:1-3? Sí, eso es cierto, y la ciudad y la tierra de Judá habían quedado desoladas y devastadas por setenta años, hasta el año 537 a. de la E.C., cuando los judíos fieles que estaban en cautiverio en Babilonia fueron puestos en libertad y volvieron a la tierra de Judá y comenzaron a reconstruir a Jerusalén y su templo. Y ahora, cuando Jesús fue bautizado y ungido, sesenta y nueve “semanas” de años, ó 483 años, habían pasado desde que el gobernador judío, Nehemías el hijo de Hacalías, había comenzado a reparar los muros de la reconstruida Jerusalén. (Dan. 9:24-27) Por eso, ¿no tuvieron los judíos restaurados el “año de la buena voluntad de parte de Jehová” allá en el tiempo de la reconstrucción de Jerusalén y no fueron consolados los que estaban de duelo cuando se reconstruyó el templo en la ciudad santa? Sí, pero solo de manera típica.
19. (a) ¿Qué era la cosa vital que faltaba allá en 537 a. de la E.C.? (b) ¿La mismísima presencia de quién en la Tierra era una gran prueba de la buena voluntad de Jehová, y por qué estaban de duelo los adoradores cautivos?
19 Aquél fue en verdad un período de la buena voluntad o del favor o gracia de Jehová y de inmenso consuelo para los adoradores que estaban de duelo. ¡Pero la cosa vital que faltaba era la presencia del predicho Proclamador Ungido, Aquel que estaba autorizado para señalar a Isaías 61:1-3 y decir que esto se cumplía en Él! Jesús bautizado, ungido no con simple aceite vegetal, sino con el espíritu de Jehová, fue el primero que satisfizo los requisitos de la profecía plenamente y por lo tanto el primero que pudo “proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová.” ¿Qué mayor prueba de la buena voluntad o del favor o gracia de Jehová podría haber en aquel tiempo que la misma presencia en la Tierra del ungido Hijo de Dios, para aquellos judíos que quisieran recibirlo como el divinamente prometido Mesías? También entonces había que predicar las buenas nuevas a los mansos, y Jesucristo tenía estas buenas nuevas y predicó las buenas nuevas del reino de Dios. Había que consolar a los adoradores que estaban de duelo, no de duelo por una Jerusalén y un templo desolados, sino por la condición de arruinada en que estaba la adoración pura de Jehová. Había que librar cautivos, no de la antigua Babilonia, sino de un sistema religioso corrupto.
20. (a) Más bien que el bienestar material, ¿qué era lo que había de atenderse en el cumplimiento de Isaías 61:1-3 para el pueblo de Jehová? (b) ¿Qué objetivo tenía esto con relación a ellos y Dios?
20 El bienestar material del propio pueblo de Jesús no era lo esencial para que se cumpliera Isaías 61:1-3. Las cosas que se señalaban allí en la comisión al ungido de Jehová habrían de cumplirse de manera espiritual. La buena voluntad de Jehová tenía que expresarse en la provisión de cosas más esenciales que cosas materiales. No liberación de la antigua Babilonia, como en el año 537 a. de la E.C., sino el soltar a los cautivos de estar en cautiverio religioso opresor era lo que Jehová ofrecía a su pueblo escogido por medio de su Hijo ungido Jesús. No liberación de estar sujetos al Imperio Romano pagano, sino liberación de estar sujetos al pecado y su pena la muerte era lo que Jehová en su favor ofrecía por medio del sacrificio de su Hijo Jesucristo. Estas eran las cosas reales por las cuales dejar de estar de duelo, para estar gozosos y alabar a Jehová como Dios. Entonces podrían llevar el fruto de la justicia, como árboles grandes plantados por Jehová, para que él fuera hermoseado en la vida fructífera de estas personas liberadas y piadosas.
21. (a) ¿Quién o quiénes obtuvieron el beneficio de aquella “buena voluntad de parte de Jehová” por medio del Mesías? (b) ¿En qué obra fueron comisionados a participar desde el Pentecostés del 33 E.C. en adelante?
21 ¿Quién obtuvo el beneficio de aquella “buena voluntad de parte de Jehová”? No la nación judía, aunque tenía amplia oportunidad de aprovecharse de ella; sino los verdaderamente “mansos,” los que religiosamente estaban de duelo, los que sentían que estaban en cautiverio a un sistema religioso falso, estos que llegaron a ser los seguidores bautizados del Ungido de Jehová, Jesús. Ésos fueron los que también recibieron la unción con el espíritu de Dios, tal como su Cabeza y Caudillo espiritual Jesús la había recibido. De ese modo fueron comisionados como él para participar en contar las buenas nuevas a otros mansos, y en llevar liberación a los cautivos cegados de la religión falsa y en consolar a los que estaban de duelo debido a que les faltaba la bendición de Dios. El día del Pentecostés del año 33 E.C., con su derramamiento de espíritu santo sobre los seguidores de Jesús de nuevo reunidos en Jerusalén, dio prueba milagrosa de que la buena voluntad o favor de Jehová se ejercía para con ellos, no para con la nación que era justa en su propia estimación y que no creía.—Hechos 1:12 a 2:47.
“EL DÍA DE LA VENGANZA DE PARTE DE NUESTRO DIOS”
22. (a) ¿Por qué se mostraron muy solícitos por proclamar el “año de la buena voluntad” los seguidores ungidos de Jesús? (b) ¿A qué duración de tiempo podría limitarse aquella buena voluntad? Por eso la gente que estaba en peligro tenía razón para hacer ¿qué?
22 Aquellos seguidores ungidos fieles de Jesús el Mesías se mostraron muy solícitos en cuanto a la proclamación del “año de la buena voluntad de parte de Jehová.” Sabían que también venía un “día de la venganza de parte de nuestro Dios,” y que esto significaba que por lo tanto el “año de la buena voluntad” era limitado y tendría que terminar, sí, ¡dentro de la generación de ellos! Hubo verdadero discernimiento del período de tiempo limitado cuando Jesús describió la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. y añadió: “De ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” (Mat. 24:34) Una comprensión semejante del tiempo limitado que había se expresó cuando Pedro el apóstol dijo a más de tres mil observadores judíos del derramamiento del espíritu santo en el día del Pentecostés: “Sálvense de esta generación perversa.” (Hech. 2:37-40) La duración del “año de la buena voluntad” por consiguiente podía limitarse a la duración de una generación humana, y ese hecho haría que el “año” no fuera muy largo. Este hecho suministraba aun más razón para que la gente que estaba en peligro se aprovechara del “año de la buena voluntad” sin dilación. ¡La demora podría ser mortíferamente fatal!
23. (a) El cese de la buena voluntad de Jehová significaba el principio de ¿qué, según la profecía de Jesús en Lucas 21:22, 23? (b) Conviniendo en eso, ¿qué dijo Pablo acerca de los perseguidores judíos?
23 El cese de la buena voluntad de Dios solo podría significar el principio de su ira. Cuando Jesús habló proféticamente acerca del sitio de Jerusalén y su destrucción por las legiones romanas en 70 E.C., dijo: “Estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. . . . Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo.” (Luc. 21:22, 23) Así Jesús estaba cumpliendo su comisión como el Ungido de Jehová de “proclamar . . . el día de la venganza de parte de nuestro Dios.” Era la venganza de Dios contra los que rehusaban aprovecharse de su “año de la buena voluntad.” No escogiendo granjearse la buena voluntad y el favor de Dios a su manera amorosa, hicieron cosas que aumentaron aun más Su enemistad contra ellos. Dijo el apóstol Pablo acerca de los perseguidores judíos: “Tratan de estorbar el que hablemos a las gentes de las naciones para que éstas se salven, con el resultado de que ellos siempre colman la medida de sus pecados. Pero al fin Su ira ha venido sobre ellos.” (1 Tes. 2:16) Así, aquellos que hipócritamente fingían ser su pueblo escogido fueron los que perecieron en el “día de la venganza” de parte de Dios.
24. Durante el “año de la buena voluntad,” ¿cómo se reflejó la actitud de Dios por lo que Pablo escribió en Romanos 10:1-4?
24 Durante su “año de la buena voluntad” la actitud de Dios para con la nación de Israel se reflejó en la del apóstol judío-cristiano Pablo, cuando escribió: “Hermanos, la buena voluntad de mi corazón y mi ruego a Dios por ellos son, en realidad, para su salvación. Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de ignorar la justicia de Dios pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios. Porque Cristo es el fin de la Ley, para que todo el que ejerce fe tenga justicia.”—Rom. 10:1-4.
25. ¿Cómo reaccionaron los judíos de Antioquía de Pisidia ante el despliegue de buena voluntad de corazón por parte de Pablo?
25 Pero aunque el apóstol Pablo mostró su buena voluntad de corazón para con su propia nación, no los halló dispuestos a aceptar el mensaje de salvación, tal como en su experiencia en Antioquía de Pisidia, de la cual leemos: “Cuando los judíos alcanzaron a ver las muchedumbres, se llenaron de celos y se pusieron a contradecir con blasfemias las cosas que Pablo hablaba. De modo que, hablando con denuedo, Pablo y Bernabé dijeron: ‘Era necesario que la palabra de Dios se les hablara primero a ustedes. Puesto que la están echando de ustedes y no se juzgan dignos de vida eterna, ¡miren! nos volvemos a las naciones.’” (Hech. 13:45, 46) Probablemente algunos de aquellos judíos opositores fueron a la celebración de la Pascua en la Jerusalén de 70 E.C., pero aquello solo resultó en que perecieran allí.
26. Como un día del calendario en comparación con un año, ¿qué comparación existía entre el “día de la venganza” y el “año de la buena voluntad” en cuanto a largura?
26 Como un día en comparación con un año, el “día de la venganza” en la primavera y verano del año 70 E.C. fue corto comparado con los cuarenta años del período de la buena voluntad desde el aparecimiento del Mesías en el año 29 E.C. hasta que comenzó el sitio de Jerusalén en 70 E.C. Y sin embargo aquel período más largo de la buena voluntad divina terminó, no accidentalmente, sino al tiempo marcado por Dios. Su “año de la buena voluntad” fue más largo que el tiempo de la ejecución de su venganza, un hecho que muestra claramente lo paciente y longánime que él es.
27. Debido a que nos acercamos al fin de ¿qué período de tiempo? no podemos darnos el lujo de actuar ¿de qué manera, en cuanto a la paciencia y longanimidad de Dios?
27 Puesto que Dios se apega a su tiempo señalado para expresar su venganza, no podemos jugar con su paciencia y longanimidad. Debemos aprovecharnos de ella en armonía con el propósito por el cual se muestra, a saber, nuestra salvación. Es por nuestro propio bien que consideramos la pregunta que planteó el apóstol Pablo a los que afirmaban ser cristianos en Roma: “¿Desprecias las riquezas de su bondad y longanimidad y gran paciencia, porque ignoras que la cualidad bondadosa de Dios está tratando de conducirte al arrepentimiento?” (Rom. 2:4) El que decidamos y actuemos ahora en cuanto a esta cuestión es urgente, porque hoy nos acercamos al fin del “año de la buena voluntad” de Jehová.
[Ilustración de la página 272]
En Nazaret Jesús leyó de Isaías 61:1, 2, dando a saber su comisión de proclamar el “año de la buena voluntad de parte de Jehová”