Preguntas de los lectores
● El libro Comentario sobre la carta de Santiago declara en la página 47: “Jehová, además de ser el Dios de los cristianos, es también el Padre de ellos, porque los ha engendrado por medio de su espíritu para que sean sus hijos.” Y la pregunta que se presenta en la página 57 respecto a esta declaración dice: “¿Cómo es Dios también el Padre para los cristianos?” ¿Significa eso que todos los cristianos dedicados y bautizados han sido engendrados por el espíritu santo de Dios para llegar a ser hijos de él?
No, esta declaración no debe entenderse de esa manera, como si hubiese un cambio de entendimiento sobre este asunto. Tal cambio invalidaría la enseñanza bíblica tocante a dos diferentes destinos para los que logran la salvación, uno celestial y otro terrestre. Más bien, el libro Comentario da por sentado que el estudiante que lee Santiago 1:1 y los comentarios que se hacen respecto a la frase “a las doce tribus” en ese versículo (vea las páginas 12 y 13) comprendería que los que son engendrados por el espíritu de Dios para llegar a ser hijos de él son el número limitado de personas que componen el Israel espiritual.—Gál. 6:16; Rev. 14:1.
Para evitar ambigüedad, el libro Comentario pudiera haber insertado la palabra “ungidos” en esta oración que se encuentra en la página 47. Entonces la oración pudiera haber dicho: “Jehová, además de ser el Dios de los cristianos ungidos, es también el Padre de ellos, porque los ha engendrado por medio de su espíritu para que sean sus hijos.” Entonces la pregunta de la página 57 sobre esta porción pudiera haberse expresado así: “¿Cómo es Dios también el Padre de los cristianos ungidos?”
La cristiandad, con sus creencias de que el hombre tiene un alma inmortal, que todos los muertos van o al cielo o al infierno (o al purgatorio) y que algún día la Tierra será destruida por fuego, no deja cabida a la creencia de que haya un destino terrestre para siervos fieles de Dios. Pero los que tienen un entendimiento claro de los propósitos de Dios para con la Tierra y el hombre están convencidos de que algún día llegará a haber un paraíso mundial poblado de fieles siervos humanos de Dios.
Al respecto también puede mencionarse que, aunque Jehová Dios es Padre en un sentido singular para con los cristianos ungidos, engendrados por espíritu (Rom. 8:14-17; 1 Juan 3:2), las Escrituras también lo llaman Padre de las personas cuyo destino será terrestre. Así, pues, en Isaías 63:16 leemos lo siguiente: “Porque tú eres nuestro Padre; aunque Abrahán mismo no nos haya conocido e Israel mismo no nos reconozca, tú, oh Jehová, eres nuestro Padre.” De modo que todos los de la “grande muchedumbre” de “otras ovejas” apropiadamente pueden orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”—Mat. 6:9; Juan 10:16; Rev. 7:9.