“Sean ricos en obras rectas”
“Da órdenes a los que son ricos en el presente sistema de cosas de que no sean arrogantes, y que descansen su esperanza, no en las riquezas inciertas, sino en Dios, que nos suministra todas las cosas ricamente para nuestro goce; que trabajen por lo bueno, que sean ricos en obras rectas.”—1 Tim. 6:17, 18, NM.
1. ¿Cuál es el consejo de Jesús sobre el tesoro?
CRISTO Jesús aconsejó: “Dejen de acumular para ustedes tesoros sobre la tierra, donde consumen la polilla y el moho, y donde ladrones entran y roban. Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran y roban. Porque donde su tesoro está, también estará su corazón.” ¿Cómo pueden criaturas que están sobre la tierra acumular tesoros en el cielo?—Mat. 6:19-21, NM.
2. ¿Qué sobrepuja en valor a los metales y piedras preciosos, cómo se consigue, y qué significa para el que la posee?
2 Incomparable con la plata y el oro es la verdad de Jehová: “Recibid mi instrucción, y no la plata; la ciencia también antes que el oro más escogido. Porque la sabiduría vale más que los rubíes; y todas las cosas más deseables no pueden compararse con ella.” Para conseguirla hay que clamar tras ella, investigar y buscarla diligentemente: “Hijo mío, ¡oh si tú recibieras mis palabras, y atesoraras mis mandamientos dentro de ti; de modo que hagas atento a la sabiduría tu oído, e inclines tu corazón hacia la inteligencia! Porque si clamares tras el entendimiento, y a la inteligencia levantares tu voz; si la buscares como a plata, y cavares por ella como por tesoros escondidos; entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.” El hallarla y aplicarla es hallar la paz, la felicidad y la vida eterna: “Dichoso el hombre que halla la sabiduría, y el hombre que adquiere la inteligencia; porque su ganancia vale más que la ganancia de plata, y mejor es su rédito que el oro puro. Porque más preciosa es que los rubíes, y todo cuanto puedas desear no podrá compararse con ella. En su mano derecha trae la larga vida, y en su izquierda riquezas y honores. Sus caminos son caminos de dulzura, y todos sus senderos paz: es árbol de vida para los que echan mano de ella, y dichoso es todo aquel que la tiene asida.”—Pro. 8:10, 11; 2:1-5; 3:13-18.
3. ¿Cómo podemos acumular un tesoro en el cielo, y nos lo robará la muerte?
3 Tenemos que hacer más que sólo oír la palabra de Jehová. Tenemos que llegar “a ser hacedores de la palabra, y no solamente oidores.” “El que atisba dentro de la ley perfecta que pertenece a la libertad y quien persiste en ella, este hombre, debido a que no se ha hecho un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla.” Y se estará enriqueciendo, no con plata y con oro que perecen, sino con obras rectas: “Da órdenes a los que son ricos en el presente sistema de cosas de que no sean arrogantes, y que descansen su esperanza, no en las riquezas inciertas, sino en Dios, que nos suministra todas las cosas ricamente para nuestro goce; que trabajen por lo bueno, que sean ricos en obras rectas, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento apropiado para el futuro, para que puedan asirse firmemente de la vida verdadera.” Jehová “juzga imparcialmente según la obra de cada uno,” y usa a Cristo para hacerlo, quien muestra su capacidad cuando dice: “Yo soy el que escudriña los pensamientos más recónditos y los corazones, y daré a ustedes individualmente según sus hechos.” Si usted busca sus palabras de verdad, se entera de ellas, las comparte con otros, hace las obras rectas que éstas ordenan, y evita los hechos malos que deploran, estará usted acumulando un tesoro en el cielo para el futuro y estará usted abrazando firmemente la perspectiva de vida verdadera en el nuevo mundo de Jehová. Los seguidores ungidos de Cristo que ahora mueren y son cambiados instantáneamente no sufren ninguna pérdida de su tesoro de buenas obras, “porque las cosas que ellos hicieron los acompañan.” A ellos no puede decírseles correctamente: “No te lo puedes llevar contigo.” El mismo principio no permitirá que la muerte robe a las otras ovejas su tesoro celestial: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que manifestaron por su nombre.”—Sant. 1:22, 25; 1 Tim. 6:17-19; 1 Ped. 1:17; Apo. 2:23; 14:13; Heb. 6:10, NM.
4. ¿Cuál es el significado de 1 Corintios 3:12-15?
4 Pero las obras de los inicuos perecen con ellos: “Vendrá a ser el fuerte como estopa, y su obra como la chispa; y arderán entrambos, y no habrá quien los apague.” A veces aun los que están en el servicio de Jehová pueden equivocarse y edificar las obras incorrectas sobre el cimiento, Cristo Jesús: “Ahora, si sobre el fundamento alguien edifica oro, plata, piedras preciosas, materiales de madera, heno, rastrojo, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, porque quedará revelada por medio de fuego, y el fuego mismo probará qué clase de obra es la de cada uno. Si la obra de alguien, obra que él ha edificado sobre el fundamento, permanece, ése recibirá una recompensa; si la obra de alguien es consumida por el fuego, ése sufrirá pérdida, pero él mismo será salvo; sin embargo, si así es, será como a través de fuego.” El oro, plata y piedras preciosas resisten las llamas, pero la madera, heno y rastrojo no. Aquéllos simbolizan obras aprobadas que no son destruídas por los juicios ardientes de Jehová, mientras que los otros, materiales combustibles, son doctrinas y obras erróneas que no pueden subsistir ante las pruebas ardientes de Jehová. Si el que practica éstas está dispuesto a sufrir la pérdida de ellas, dejar de hacerlas, y volverse a las buenas obras será salvo. Si permite que el juicio de Jehová elimine las prácticas falsas y emprende las obras aprobadas por la Biblia será salvo por medio de este juicio ardiente limpiador y purificador; pero si persiste en las obras falsas él perecerá con ellas.—Isa. 1:31; 1 Cor. 3:12-15, NM.
5. ¿Por qué debemos hacernos expertos en la obra de predicar, y cómo podemos hacernos expertos?
5 El trabajo primario que los cristianos tienen que hacer ahora es cumplir las palabras de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones.” Nuestro trabajo de predicar debe ser de la calidad más alta posible para que podamos presentarnos ante los Reyes Jehová y Cristo: “¿Has visto a un hombre hábil en su obra? Ante reyes podrá presentarse.” La Biblia se provee para instrucción y entrenamiento necesarios, a fin de “que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.” De modo que mediante estudio particular y en grupo, mediante asistencia regular a las reuniones de la congregación, y mediante participar en el programa de entrenamiento “haz todo lo posible para presentarte aprobado a Dios, un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente.” Satanás, el Dios de este presente mundo inicuo, ha tejido una gasa gigantesca de mentiras religiosas y la extiende semejante a un velo sobre las naciones de modo que los incrédulos queden cegados a las esclarecedoras buenas nuevas del reino de Cristo. Pero la Palabra de Jehová es semejante a una espada de dos filos y los cristianos tienen que ser expertos en esgrimirla para hacer trizas el velo cegador y dejar que la luz brille en las mentes y corazones honrados de hombres, mujeres y niños de disposición semejante a oveja. El hecho de que Satanás hace difícil la obra de predicación sólo aumenta la emoción de efectuarla, con la ayuda de Jehová.—Mat. 24:14, NM; Pro. 22:29, BC; 2 Tim. 3:17; 2:15, NM.
6. ¿Qué textos bíblicos sugieren cantidad de trabajo así como calidad?
6 No sólo la calidad sino también la cantidad tiene que considerarse. Los días son críticos y el tiempo es corto; por eso la exhortación es: “Predica la palabra, hazlo urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso.” “Estén firmes, inmóviles, siempre con mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo no es en vano en relación al Señor.” “Sigan obrando su propia salvación con temor y temblor.” “No sean holgazanes en su trabajo. Fulguren con el espíritu.” “La pereza produce el sueño que no tiene despertar.” “Maldito aquel que hace la obra de Jehová negligentemente.” Si hacemos la obra de Jehová de manera hábil y si también hacemos mucha de ella el gozo de lograrla será mayor y seremos más ricos en obras rectas.—2 Tim. 4:2; 1 Cor. 15:58; Fili. 2:12; Rom. 12:11, NM; Pro. 19:15, Knox; Jer. 48:10.
7. ¿Qué acusación del enemigo resulta contraproducente, cuándo serán corregidas las cosas, y qué muestra que ha llegado el tiempo para ello?
7 A causa de hacer estas obras espirituales rectas y trastornar las religiones materialistas de su tiempo los cristianos primitivos fueron acusados de trastornar el mundo, pero realmente fueron los religiosos falsos los que pervirtieron las cosas, y a hipócritas semejantes de mucho tiempo antes de Cristo el profeta de Jehová había dirigido la acusación aguijoneadora: “¡Vosotros lo trastornáis todo!” (Isa. 29:16, AN; Hech. 17:6) En el Armagedón Jehová sale contra ellos en una destrucción. Por la expresión de su justa indignación la “tierra y las obras en ella serán descubiertas,” lo que quiere decir que todas las obras viles de este presente sistema terrestre de iniquidad serán descubiertas para ser consumidas por completo igual que los cielos, junto con los obradores de dichos males. Y aunque ahora se le habla de antemano a la gente acerca de esta obra de Jehová, ella rehusa creer, cosa que también se predijo. Sin embargo, en vista de la decadencia de la honradez y el decaimiento de la integridad y el desplome de la moralidad es tiempo para que ésta se efectúe: “Tiempo es de hacer algo, Jehová, porque los hombres han invalidado tu ley.” Como Jesús dijo a los hipócritas de su día: “Han hecho la palabra de Dios inválida a causa de su tradición.”—2 Ped. 3:10, NM; Sal. 119:126; Mat. 15:6, NM; Hab. 1:5; Hech. 13:40, 41.
8. ¿Cómo debemos usar sabiamente el tiempo ahora?
8 Puesto que ha llegado el tiempo para la obra destructora que Jehová va a hacer, es imperativo estar trabajando urgentemente ahora en la obra de amonestación. Hay que usar el tiempo sabiamente, no desperdiciarlo, pues es corto. Para salvar a otros y salvarnos a nosotros mismos tenemos que enriquecernos rápidamente, no de maneras materiales, sino en obras rectas. Use el tiempo para trabajar. Cuando no están haciendo nada algunos dicen ociosamente: “Sólo estoy matando el tiempo.” Sí consumen el tiempo, pero con el tiempo ellos son consumidos. El tiempo pasa; nosotros también. Nos detenemos; el tiempo sigue su marcha. No tiene que pasar mucho tiempo para que nos quedemos atrás—setenta u ochenta años, más o menos, nada más que una gota en la corriente del tiempo. Pero ahora, en estos últimos días, ni siquiera tenemos esta gotita de tiempo, pues el Armagedón avanza aprisa. Si vamos a marchar junto con el tiempo en vez de ser dejados atrás por él, tenemos que andar al paso con la Biblia y caminar con Dios. Tenemos que apreciar los valores espirituales y guardar tesoro duradero y no ser materialistas faltos de perspicacia que tratan de agarrar el viento y terminan sin nada, sin aliento siquiera. ¿Dice usted que no tiene tiempo para estudiar la Palabra de Dios? ¿que no tiene tiempo para hacer su obra? Eso es como decir que no tiene tiempo para respirar.
9. ¿Para qué sirve esta vida, y cuál es el efecto sobre nosotros de predicar o rehusar predicar?
9 Esta vida presente como la vive el mundo realmente no es vida. “La que se entrega a la satisfacción sensual está muerta aunque esté viviendo.” Esta vida sólo sirve para una sola cosa, a saber, para enriquecerse con obras rectas, atesorar un cimiento correcto para el futuro, asirse firmemente de la vida verdadera en el nuevo mundo de Jehová. Podríamos tener todo lo que esta vida tiene que ofrecer, y no obstante si está vacía de obras rectas se desperdiciaría y sería sin valor. Los días de esta vida son pocos y llenos de dificultad y dolor, tristeza y sufrimiento, aflicción y desilusión, iniquidad y muerte. Los días son pocos, pero hay suficientes para que nos enriquezcamos de obras rectas si no nos demoramos. El hacer dichas obras nos produce gozo y satisfacción, paz y contentamiento, salud espiritual y vida eterna. Por más extraño que parezca, el no hacerlas es agotador, mientras que el hacerlas es refrescante. Cuando Jeremías decidió no predicar, finalmente clamó en voz alta: “Estoy agotado de retenerlo adentro—no puedo soportarlo.” Cuando Eliú discernió que era necesario predicar él declaró: “Hablaré, para quedar refrescado.” Así como Jehová fué refrescado por su trabajo de creación, y el hacer la voluntad de Jehová era semejante a alimento refrescante para Jesús, así el logro de la obra de predicación les es refrescante a los testigos de Jehová en este tiempo. Por eso aun mientras trabajamos nos refrescamos, y aun ante la persecución no nos cansamos de hacer lo bueno, porque “los que esperan a Jehová adquirirán nuevas fuerzas; se remontarán con alas, como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no desfallecerán.”—1 Tim. 5:6, NM; Jer. 20:9, UTA; Job 32:20, VA; Isa. 40:31.
TRABAJO EN EL NUEVO MUNDO
10. ¿Qué impedirá que la vida en el nuevo mundo sea insípida?
10 El ser librado uno para la vida verdadera en el nuevo mundo no significa que se le concederán unas vacaciones permanentes. Las vacaciones demasiado largas se hacen insípidas. La holgazanería se hace monótona. La vida pierde lo que tenía de interesante. La vida verdadera en el nuevo mundo nunca se hará insípida o monótona ni carecerá de interés, porque habrá mucho trabajo. No el trabajo vano e inútil de este mundo que hace de la semana de trabajo una tarea pesada y que hace a los hombres referirse al comienzo de ésta como el ‘lunes tan pesado.’ No, será el trabajo interesante y aun fascinador de hermosear la tierra, ejerciendo dominio amoroso sobre la vida animal, y criando hijos para llenar la tierra con una raza justa. Siempre habrá trabajo propio para la mente y para el cuerpo, y, así como en el caso de los testigos ungidos y su trabajo ahora, así entonces los hombres “disfrutarán del trabajo de sus manos.” O, más de acuerdo con el significado literal del hebreo, la obra de sus manos la “usarán plenamente,” o “agotarán el usufructo de la obra de sus manos.” Los frutos de su trabajo no serán robados o acumulados inútilmente ni serán dejados atrás sin que los haya usado el trabajador a causa de que se lo haya llevado la muerte. No habrá cosa alguna que frustre el propósito de Jehová de que el trabajador obtenga el gozo y la satisfacción de su propio trabajo.—Isa. 65:22, NC; Ro; Mod.
11. ¿De qué cosas tendremos descanso en el nuevo mundo, y qué maravillosas perspectivas de trabajo estarán disponibles para nosotros?
11 El reino milenario de Cristo será un tiempo de descansar de las sequías, malogros de siembras, huracanes, terremotos, accidentes y afán agobiador; descanso de mercantilistas fraudulentos, políticos corrompidos y religiosos hipócritas; descanso de la contienda racial y divisiones nacionales, de guerras frías y guerras calientes, de dolor y enfermedad, y de sufrimiento y muerte. Será un tiempo de descanso de toda la podredumbre amontonada sobre el género humano durante los pasados seis mil años de tiranía por hombres inicuos y demonios degradados y el depravado Diablo. Pero no será un tiempo de descanso de obras rectas. Siempre habrá nuevo trabajo con nuevos problemas que solucionar y nuevos misterios en los cuales penetrar. Estos constituirán un desafío para nuestra mente y cuerpo y nos llevarán a progresos siempre nuevos en trabajo, conocimiento, sabiduría y entendimiento. Y teniendo vida interminable, las personas tendrán tiempo para terminar el trabajo que empiecen. Ahora los hombres saben un poco acerca de mucho, o mucho acerca de poco. Sus estudios los dejan anchos y poco profundos, o angostos y profundos. Pero en el nuevo mundo donde el tiempo que se le concederá a uno no será una limitada duración de vida que pasa como una sombra fugaz los hombres tendrán tiempo para hacer estudios hasta que lleguen a ser tanto anchos como profundos, aprendiendo mucho acerca de muchos temas. Y la rica satisfacción que proviene de aumentar el conocimiento nunca terminará, porque nunca podemos saberlo todo. Sólo Jehová lo sabe todo, y nunca podemos empezar a sondear las profundidades de su sabiduría ilimitada. ¡Cuán maravilloso futuro de trabajo que da satisfacción le espera a la humanidad obediente!
12. ¿Qué amonestación se da para nuestro bien?
12 Para tener esa vida verdadera entonces vale la pena trabajar por ella ahora. Jehová trabaja, Cristo trabaja, el hombre debe trabajar, será más feliz si trabaja, vivirá más si trabaja, tendrá la satisfacción en su trabajo ahora si llena un propósito útil, y conseguirá la vida verdadera en el nuevo mundo si sus obras presentes son rectas a la vista de Jehová. Acumule tesoro en el cielo. Las riquezas terrestres son temporales. Trabaje por lo que dura. “No te afanes por adquirir riquezas; ten suficiente sabiduría para desistir.” “El mundo está desapareciendo y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” Mientras más es alimentado un deseo más grande y más hambriento se vuelve, ya sea espiritual o material. Sólo tenemos tiempo limitado, y mientras más lo usemos para complacer la carne menos tendremos para las cosas del espíritu.—Pro. 23:4, Norm. Rev.; 1 Juan 2:17, NM.
13. ¿Cuál es el peligro sutil del materialismo?
13 Lo material echa fuera a lo espiritual si lo permitimos, y a veces lo hace sutilmente antes de que nos demos cuenta de ello. Hay una fábula acerca de un árabe y su camello. Era una noche fría, y mientras estaba sentado el árabe en su tienda pequeña el camello miró hacia dentro y rogó que se le permitiera meter la cabeza en la tienda a causa del frío. Pronto pidió que se le dejara meter el cuello, luego las patas delanteras, y finalmente pidió que se le dejara meter todo el cuerpo. Se le concedió permiso, pero estaban tan apretados que el camello dió de empujones al árabe hasta que lo echó afuera, diciendo que no había lugar para los dos en la tienda. Así sucede con el materialismo. Si lo dejamos entrar se apoderará más y más de nuestro tiempo y energía y pronto la espiritualidad será echada fuera de nuestra vida. Esto no es decir que debemos ir al otro extremo del ascetismo y debemos ponernos “una forma autoimpuesta de adoración y humildad ficticia, un tratamiento severo del cuerpo,” pues los bienes materiales se necesitan, son para disfrutarse, y pueden usarse en el servicio de Jehová también; pero cuando se sigue tras ellos más allá de lo que necesitamos cuestan demasiado. Como está aprendiendo este viejo mundo que se está desintegrando, el costo del materialismo es la espiritualidad, y el pagar con la espiritualidad es pagar con la vida finalmente. “El atender a la carne significa muerte, pero el atender al espíritu significa vida y paz.” Ahora muchos se glorían en el dios del materialismo, cuando en realidad es su vergüenza: “Su dios es su vientre, y su gloria consiste en su vergüenza, y tienen su mente sobre cosas en la tierra.” ¡Haga la obra de Jehová, no lo que mande su vientre!—Col. 2:23; Rom. 8:6; Fili. 3:19, NM.
14. ¿Cuál es la base de la felicidad? Por eso, ¿qué tenemos que hacer ahora?
14 El dinero no es la base de la felicidad. Algunas personas ricas son felices, muchas no. Algunas personas pobres son felices, muchas no. La juventud no es la base de la felicidad. Algunos jóvenes son felices, algunos no. Muchas personas ancianas son felices, muchas no. La salud no es la base de la felicidad. Algunas personas sanas son felices, pero muchas están tristes. Algunas personas enfermizas son más felices que las sanas. Lo mismo puede decirse de los que tienen fama y los desconocidos, de los populares y los impopulares, de los talentosos y los mediocres—ninguna de estas condiciones es la base de la felicidad. La base de la felicidad y la paz y el contentamiento es conocer a Jehová. Todos los que conocen a Jehová y le sirven—sean ricos o pobres, jóvenes o ancianos, sanos o enfermizos, famosos o desconocidos, populares o impopulares, talentosos o mediocres—todos ellos son felices, están contentos y tienen esperanza. El adquirir el conocimiento de Jehová y Cristo y luego distribuir el agua de la verdad a otros significa vida eterna: “El hombre generoso será enriquecido; y aquel que riega él mismo será regado.” Dichas personas felices ahora estudian la Palabra de Jehová, conversan de ella con otros, obedecen sus mandamientos, llevan vidas limpias, predican sistemáticamente, se hacen ricos en obras rectas, y mediante ello se afianzan firmemente de la vida verdadera que será llena hasta lo sumo de obras que dan satisfacción para la alabanza eterna del gran Dios Creador, Jehová.—Pro. 11:25, UTA; Juan 17:3, NM.