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El significado tras los nombres bíblicosLa Atalaya 1971 | 15 de junio
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ocupación y producto. Esto se refleja en los nombres Zoar (“pequeñez”), Betsaida (“casa o lugar de pesca”) y Belén (“casa de pan”).
LEYENDO NOMBRES PROPIOS
A menudo los nombres propios de la Biblia causan dificultad en la lectura, especialmente cuando se está efectuando lectura pública. Se comprende esto, ya que estos nombres propios proceden de un lenguaje que es diferente del que habla hoy día la mayoría de las personas.
Por eso, si usted va a leer en público y hay varios nombres bíblicos, prepárese bien por medio de decirse de hecho estos nombres en voz alta. Asegúrese de dar la pronunciación correcta aplicando las reglas de acentuación. También ayuda el prestar atención a la manera en que las personas expertas pronuncian los nombres bíblicos; si usted los ha estado pronunciando de manera diferente, investigue. Si usted efectúa lectura pública, quiere hacerlo bien, aplicándose también al asunto de la pronunciación de los nombres bíblicos.—1 Tim. 4:13.
TRADUCIENDO SUSTANTIVOS HEBREOS
Los sustantivos (nombres de personas, lugares y cosas) a veces son difíciles de traducir de los idiomas bíblicos a las lenguas modernas. No hay ningún diccionario antiguo que pueda consultar el traductor para conseguir la definición exacta de un sustantivo común que haya sido escrito hace tres mil años.
Los doctos se han esmerado por determinar el significado exacto de las palabras hebreas comparándolas con las de idiomas relacionados, como el árabe. Debido a este proceder se cree que la palabra hebrea sis identifica al vencejo, puesto que esa ave todavía se llama sis en árabe. (Jer. 8:7) Adicionalmente, los nombres de aves y bestias en la Biblia pueden ser onomatopéyicos (imitando el sonido que hace la criatura, como “cloc,” “miau,” y “cuac” ayudan a identificar las gallinas, los gatos y los patos en español). El nombre hebreo sis, por ejemplo, parece cuadrar con el estridente clamor de si-si-si del vencejo.
No obstante, debido a insuficiente información, los traductores no están seguros del significado exacto de todos los sustantivos bíblicos. La palabra hebrea tinshemeth (como en Levítico 11:18) ha sido identificada con la polla de agua, el buharro, el ibis y el cisne por diversos traductores modernos.
Sin duda desenvolvimientos futuros revelarán el significado exacto de términos dudosos como éste (y, pudiera añadirse, relativamente de importancia menor). En realidad, hay algunos puntos que sin duda solo serán aclarados por el testimonio directo de los que estuvieron vivos cuando se escribió la Biblia. Se podrá conseguir la evidencia en el nuevo orden de Dios, cuando los hebreos y otros pueblos antiguos regresen de entre los muertos en la resurrección prometida “así de justos como de injustos.”—Hech. 24:15; Juan 5:28, 29.
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‘No hay cristianos en las prisiones’La Atalaya 1971 | 15 de junio
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‘No hay cristianos en las prisiones’
✔ Los primeros cristianos llevaban vidas ejemplares. A tal grado que Minucio Félix, al principio del tercer siglo, pudo contestarle a un pagano: “Si a nosotros los cristianos se nos compara con ustedes . . . se hallará que somos mucho mejores que ustedes. Pues ustedes prohíben los adulterios, pero los cometen; a nosotros se nos conoce como hombres solo de nuestras propias esposas: ustedes castigan crímenes cuando se cometen; en lo que toca a nosotros, aun el pensar en crímenes es pecar: ustedes temen a los que están enterados de lo que ustedes hacen; nosotros hasta tememos a nuestra propia conciencia sola, sin la cual no podemos existir; finalmente, de sus multitudes hierve hasta rebosar la prisión; pero no hay un solo cristiano allí, a menos que esté acusado debido a su religión.”—The Ante-Nicene Fathers, tomo 4, pág. 195, The Octavius, cap. 35.
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