La “copa” que todas las naciones tendrán que beber de manos de Dios
1. En vista del futuro presagioso, ¿qué pregunta nos sentimos impelidos a hacer acerca de la poción que se le extiende a la humanidad para que la beba?
¡QUÉ apariencia tan presagiosa ha tomado el estado de los asuntos del mundo en nuestra generación! Según lo que opinan sobre la tendencia de los asuntos del mundo las personas que se mantienen al corriente de los acontecimientos, el llamado “destino de las naciones” no es algo que dé gusto contemplar. Es seguro que será amarga la poción que la humanidad tendrá que beber. Al ver el continuo fracaso de los desesperados esfuerzos humanos por evitar la catástrofe mundial, nos sentimos impelidos a preguntar: ¿Tendrá mano en este asunto alguna Inteligencia Superior, sí, Dios?
2. ¿Cómo exponen algo significativo para nosotros hoy día el encabezamiento y los versículos siete y ocho del Salmo 75?
2 Aquí viene a la mente la declaración significativa que se hace en un cántico de la antigüedad. Según el encabezamiento del cántico, éste había de cantarse según la melodía que llevaba el título de “No arruines.” La nación de Israel, de la cual el compositor del cántico era miembro, no fue arruinada permanentemente como lo fueron las naciones vecinas, sino que, bajo la Providencia Divina, surgió de nuevo. Así, tenemos una canción que cuadra bien con nuestros tiempos, y cuyos versículos siete y ocho nos interesan ahora, puesto que dicen: “Porque Dios es el juez. A éste abate, y a aquél ensalza. Porque hay una copa en la mano de Jehová, y el vino está espumando, está lleno de mezcla. Y seguramente sus heces serán vertidas de ella; todos los inicuos de la tierra las escurrirán, las beberán.”—Sal. 75:7, 8 y enc el encabezamiento; vea también Biblia de Jerusalén.
3. Según la poción que las naciones tendrán que beber, Jehová juzga que ellas son ¿qué?, y ¿cómo podemos escapar de beber junto con ellas?
3 La “copa” de la cual todas las naciones beberán en el futuro cercano contiene la poción más amarga que ellas habrán bebido alguna vez. Las lecciones que podemos sacar de la historia antigua y de la moderna indican eso. El hecho de que todas las naciones se verán obligadas a beber una poción tan nauseabunda no deja dudas en cuanto a que Dios, el “Rey de las naciones,” juzga que son ‘inicuas.’ (Sal. 75:8; Jer. 10:7) Por eso, de las manos de él, tendrán que beber las heces mismas de la “copa” de vino espumoso, cargado de especias. Pero, ¿qué hay de nosotros que esperamos un futuro que resulte feliz? ¿Cómo podemos escapar de beber, junto con las naciones condenadas a la destrucción, esa poción mortífera que la “copa” contiene? Lógicamente, tenemos que escuchar todo el consejo que dé Aquel que extenderá esa “copa” a las naciones a su debido tiempo y luego tenemos que obrar prestamente en armonía con ese consejo. ¿Lo haremos?
4. La situación amenazadora del día de Jeremías afectó ¿a qué zona de la Tierra?
4 La situación actual del mundo se parece a aquella en que se hallaron más de 20 naciones durante los años finales de Jeremías. La parte de la Tierra afectada en aquel entonces fue el sector que sirve de puente entre África, Asia y Europa. Hoy hallamos en esa zona las naciones petrolíferas del Oriente Medio. Al igual que en el tiempo de Jeremías, la situación allí sigue siendo precaria.
5. ¿Cómo se nos informa la fecha de la profecía del capítulo 25 de Jeremías?
5 Allá en aquella época entró en el escenario mundial un individuo a quien el mundo quizás llamaría “un hombre del destino.” Su largo nombre, Nabucodonosor, quiere decir “Nebo es Protector contra la Desventura [o del límite].” Este hombre fatídico, el hijo de Nabopolasar, llegó a ser emperador de Babilonia en 625 a. de la E.C. En ese mismo año se dio una profecía portentosa acerca de él. No fue dada por un astrólogo de aquella antigua tierra de los que solían pronosticar mediante las estrellas, sino por el Creador de las estrellas, Jehová, el Dios del profeta Jeremías. Se nos informa la fecha de la profecía en Jeremías 25:1, 2, que dice: “La palabra que le ocurrió a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá en el año cuarto de Joaquim hijo de Josías, el rey de Judá, es decir, el primer año de Nabucodorosor el rey de Babilonia; la cual habló Jeremías el profeta acerca de todo el pueblo de Judá y acerca de todos los habitantes de Jerusalén.” El año cuarto del reinado de Joaquim cayó en 625 a. de la E.C.
6. ¿Qué antecedentes proporcionó la profecía de Jeremías 25:8–14 a la visión de las cestas de higos?
6 Esta profecía realmente se dio ocho años antes de que Jeremías tuviera la visión de las cestas de higos en el templo de Jerusalén. (Jer. 24:1-3) ¿Qué antecedentes proporcionó a esa visión la profecía anterior, y qué dijo?
“Por lo tanto esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘“Por la razón de que ustedes no obedecieron mis palabras, aquí estoy enviando y ciertamente tomaré a todas las familias del norte,” es la expresión de Jehová, “hasta enviando aviso a Nabucodorosor el rey de Babilonia, mi siervo, y ciertamente las traeré contra esta tierra y contra sus habitantes y contra todas estas naciones a la redonda; y ciertamente las daré irrevocablemente a la destrucción y haré de ellas un objeto de pasmo y algo de qué silbar y lugares devastados hasta tiempo indefinido. Y ciertamente destruiré de entre ellas el sonido de alborozo y el sonido de regocijo, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido del molino de mano y la luz de la lámpara. Y toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años.”’
“‘Y tiene que ocurrir que cuando se hayan cumplido setenta años pediré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación,’ es la expresión de Jehová, ‘por su error, aun a la tierra de los caldeos, y ciertamente haré de ella yermos desolados hasta tiempo indefinido. Y de veras traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, aun todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones. Porque aun ellas mismas, muchas naciones y reyes grandes, los han explotado como siervos; y ciertamente se lo pagaré conforme a su actividad y conforme a la obra de sus manos.’”—Jer. 25:8-14.
“NABUCODONOSOR EL REY DE BABILONIA, MI SIERVO”
7. ¿El nombre de quién merece que se le tema hoy día como se temió el de Nabucodonosor, y cuándo temerán ese nombre las naciones?
7 ¿Temen todas las naciones hoy día el nombre de algún hombre como se temió internacionalmente el nombre de Nabucodonosor en aquel entonces, a partir del año 23 del profetizar de Jeremías? (Jer. 25:3) ¡No! Ningún hombre de este siglo veinte pasará a la historia moderna como individuo semejante al rey Nabucodonosor. Es cierto que en Romanos 13:1, 6 el apóstol Pablo dice que los cristianos observantes de la ley pagan sus impuestos a las “autoridades superiores” porque éstas “son siervos públicos de Dios [griego: leitourgoi] que sirven constantemente según este mismo propósito.” Pero no hay ningún político hoy día a quien Jehová Dios pudiera llamar proféticamente “mi siervo.” (Jer. 25:9; 27:6) La única persona a quien se puede llamar “siervo” en cumplimiento de esta profecía dada por medio de Jeremías es al mayor siervo de Jehová en todo el universo. Este es su Hijo, Jesucristo, actualmente muy ensalzado, y a quien Dios ha dado un nombre superior al de toda otra criatura en el cielo y en la Tierra. (Isa. 42:1; Fili. 2:5-11) Aunque los gobernantes mundanos no le temen hoy día como se temió a Nabucodonosor, lo harán en la venidera “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón.—Rev. 16:13-16.
8. ¿Por qué llamó Jehová a Nabucodonosor “mi siervo”, y qué, en lo relacionado con él, ha de considerarse como un tipo que nos interese hoy día?
8 ¿Por qué llamó Jehová al rey Nabucodonosor “mi siervo”? Porque lo usó para castigar al pueblo de Judá por haber rehusado oír a los profetas que Él les envió. El castigo que se impuso por medio de este rey de Babilonia también se extendió a los países vecinos que maliciosamente explotaron al pueblo de Jehová movidos por el desdén que le tenían a Él. Sin embargo, esto no quiere decir que Nabucodonosor haya sido un tipo de Jesucristo, quien adoraba solo a Jehová como Dios. Más bien, lo que es típico es la obra de ejecución que Nabucodonosor realizó para Jehová en las naciones culpables. Esta representa figurativamente la obra de vencer al mundo que Jesucristo como el Principal Ejecutor de la Justicia de Jehová llevará a cabo durante la “grande tribulación” que se aproxima, en la cual todas las naciones enemigas serán pulverizadas bajo los pies del siervo más encumbrado de Jehová. Así, estas naciones (incluso las de la cristiandad) son la correspondencia moderna de aquellas naciones antiguas que cayeron ante la Potencia Mundial Babilónica. Esa es la razón por la cual éste es un asunto sumamente serio para nosotros hoy día.
9. ¿Qué otro espacio de tiempo empezó con el principio de los “setenta años” de la desolación completa de Judá, y cómo sucedió que nunca fue interrumpido ese período?
9 La arrolladora fuerza militar babilónica hizo que la tierra del reino de Judá quedara desolada por 70 años. (Jer. 25:11, 12; 29:10; Dan. 9:1, 2; 2 Cró. 36:17-21) Aquella completa desolación de la tierra de Judá y Jerusalén, que duró siete decenios, empezó en el mes otoñal de Tisri de 607 a. de la E.C. Con ese trágico suceso está relacionado el año mucho más trágico de 1914 E.C. ¿Cómo? Porque en el otoño de ese año los “siete tiempos” de las naciones gentiles que empezaron con la desolación de Judá en 607 a. de la E.C. terminaron su curso de 2.520 años. (Luc. 21:24; Dan. 4:16, 23, 25, 32) Aquellos “tiempos señalados de las naciones [gentiles],” o Tiempos de los Gentiles, abarcaron el período durante el cual el Soberano Universal Jehová permitió que las naciones gentiles ejercieran dominación mundial en la Tierra sin la interferencia del reino mesiánico. Después que Nabucodonosor destruyó a Jerusalén en 607 a. de la E.C., el reino típico de Dios en la Tierra nunca volvió a ser restaurado a la Jerusalén terrestre, en manos de la familia real de David, para que no fuera interrumpida la completa dominación de la Tierra por las potencias mundiales gentiles.
10. Aunque Ciro derribó la dinastía de Nabucodonosor en 539 a. de la E.C., ¿cómo sirvieron por 70 años al rey de Babilonia Judá y las otras naciones?
10 El conquistador persa de Babilonia, Ciro el Grande, no devolvió o restauró el reino de la familia de David a Jerusalén. Es cierto que Ciro venció a la Babilonia gentil en 539 a. de la E.C., o unos dos años antes de que terminaran los “setenta años” de la desolación de la tierra de Judá. Se proclamó “rey de Babilonia,” y al principio no cambió la política de la dinastía babilónica del rey Nabucodonosor. Por eso, las naciones que Nabucodonosor sojuzgó siguieron sirviendo al “rey de Babilonia” por 70 años. No fue sino hasta el año 70 de la desolación de Judá que Ciro el Grande libró de esclavitud directa al rey de Babilonia a los judíos desterrados y permitió que volvieran a su tierra natal para reconstruir su país desolado, a Jerusalén, su capital nacional, y el templo de ésta. (Esd. 1:1 hasta 3:2, inclusive) Así Jehová pidió cuentas a los babilonios de “su error,” o el error que ellos habían cometido contra el Dios de Israel.—Jer. 25:12.
DANDO LA “COPA” INTERNACIONALMENTE
11. ¿Debido a qué acontecimientos en los cielos ha resultado que desde 1914 E.C. las cosas aquí en la Tierra no han sido lo que habían sido antes?
11 Ya que los Tiempos de los Gentiles terminaron en 1914, sabemos que debe estar muy cerca el día en que Jehová ha de exigir que las naciones gentiles le rindan cuentas por “su error.” Desde 1914 el mundo nunca ha vuelto a ser lo que había sido antes. Los historiadores seglares no pueden explicar la razón de esto. Pero, sencillamente, la razón es que alrededor del 4/5 de octubre de 1914, ó 2.520 años desde que Judá y Jerusalén quedaron desolados después de la conquista babilónica, los Tiempos de los Gentiles para dominar el mundo sin interrupción terminaron. Llegado ese momento, Jehová Dios no estableció el “trono de Jehová” en la Jerusalén terrestre para que lo ocupara algún heredero terrestre del rey David, restableciendo así el reino típico de Dios en la Tierra. (1 Cró. 29:23) En vez de eso, ya que el “reino del mundo” había llegado a ser el reino del Señor Dios, Jehová hizo que Su reino naciera de su organización celestial y sentó a su diestra en el trono celestial a su Hijo, Jesucristo el Heredero de David. (Rev. 11:15; 12:1-5) Desde entonces este descendiente real del rey David ha participado con Jehová Dios en la gobernación del mundo en medio de sus enemigos antes de pisotearlos hasta darles muerte.
12. ¿Cómo ha estado dando la “copa” a las naciones la clase de Jeremías?
12 A consecuencia de esto, queda una “copa” que las naciones gentiles han de beber de manos de Dios. Especialmente desde el año 1919 la clase de Jeremías ha estado llamando la atención de las naciones a esta “copa.” Por medio de suministrar a las naciones este aviso por anticipado, la clase de Jeremías ha estado dando, en sentido figurativo, la copa de Jehová a las naciones. Esto se representó proféticamente en el capítulo 25 de Jeremías. Allí el profeta dijo:
“Porque esto es lo que me dijo Jehová el Dios de Israel: ‘Toma de mi mano esta copa del vino de la furia, y tienes que hacer que lo beban todas las naciones a quienes estoy enviándote. Y tienen que beber y sacudirse de aquí para allá y actuar como hombres enloquecidos a causa de la espada que estoy enviando entre ellas.’
“Y procedí a tomar la copa de la mano de Jehová y hacer que bebieran todas las naciones a quienes Jehová me habla enviado: a saber, a Jerusalén y a las ciudades de Judá y a sus reyes, a sus príncipes, para hacer de ellos [las ciudades] un lugar devastado, un objeto de pasmo, algo de qué silbar y una invocación de mal, tal como sucede este día.”—Jer. 25:15-18.
13. ¿Qué cosa era la “espada” que Jehová enviaría entre todas las naciones?
13 ¿Qué era la “espada” que Jehová había de enviar entre todas las naciones que están alistadas en Jeremías 25:18-26? Era la guerra de conquista que él permitió que su “siervo,” Nabucodonosor, hiciera contra todas aquellas naciones.
14. ¿A qué dio la “espada” el primer golpe, y a qué reyes afectó esto, y cómo?
14 La “espada” simbólica dio su primer golpe al reino típico de Jehová en la tierra de Judá. (Jer. 25:29) Los “reyes” de Jerusalén que sintieron los golpes de la “espada” fueron (1) Joaquim, hijo de Josías; (2) Joaquín (Jeconías), hijo de Joaquim; y (3) Sedequías, hijo de Josías y tío de Joaquín. El primer golpe, infligido al rey Joaquim en 620 a. de la E.C., cuatro años después que Jeremías dio su profecía acerca de la “espada” y la “copa,” hizo de él un rey vasallo sujeto a Nabucodonosor por juramento. El segundo golpe de espada se infligió en 617 a. de la E.C. y quitó al joven Joaquín de su puesto de rey sobre Jerusalén y lo puso en destierro en Babilonia. El tercer y último golpe destruyó a Jerusalén y su templo en 607 a. de la E.C. y envió al exilio en Babilonia a Sedequías el rey violador de juramentos para que muriera allí como prisionero ciego y sin hijos. Para mediados del mes lunar de Tisri de 607 a. de la E.C. Jerusalén y las ciudades de Judá quedaron desoladas.
15. ¿Quiénes también beberían la “copa” de manos de Jehová, y, de éstos, quién sería el último en hacerlo?
15 Jerusalén no sería la única que bebería una poción amarga procedente de Dios. En Jeremías 25:19-26 el profeta da los nombres de más de 20 reyes o reinos a los cuales da la “copa del vino de la furia” de Jehová. Empieza con Faraón de Egipto y los siervos de éste y sigue bajando uno por uno en la lista de gobernantes nacionales, y termina diciendo: “Y el mismo rey de Sesac beberá después de ellos.” Los estudiantes consideran que “Sesac” es el nombre críptico para Babel (Babilonia). Resultó que el rey contra quien se dio este pronunciamiento fue el último rey de la dinastía de Nabucodonosor, a saber, Nabonido, junto con su hijo correinante Belsasar. A este Belsasar se le obligó a beber la “copa” de Jehová en 539 a. de la E.C., cuando se le dio muerte después que Babilonia cayó ante Ciro el persa. Por medio de emplear el criptograma Sesac, Jeremías evitó mencionar a Babilonia directamente en aquella ocasión.
16. ¿Cómo sería que algunos quizás rehusarían beber la “copa,” pero qué se le dijo a Jeremías que dijera?
16 Puede que algunos de los reinos mencionados le hayan ofrecido resistencia al agresivo Nabucodonosor a fin de impedir que se cumpliera el decreto de Jehová. Pero para la instrucción de ellos se le mandó al profeta Jeremías que dijera: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Ustedes beberán sin falta. Porque, ¡miren! es con la ciudad [de Jerusalén] sobre la cual se llama mi nombre que estoy comenzando en cuanto a traer calamidad, ¿y deben ustedes mismos de manera alguna pasarlo libres de castigo?’” Contestando su propia pregunta, Jehová dice: “‘No lo pasarán libres de castigo, porque hay una espada [de la conquista militar babilónica] que estoy llamando contra todos los habitantes de la tierra,’ es la expresión de Jehová de los ejércitos.”—Jer. 25:28, 29.
17. ¿Cómo han mostrado las naciones que ellas rehúsan beber la “copa,” pero cuánto efecto ha tenido esto?
17 Desde el año 1919 E.C. las naciones han rehusado beber de manos de la clase de Jeremías la “copa” simbólica del mensaje de furia divina de Jehová. De modo que han tomado medidas en contra de los testigos de Jehová, tanto contra la clase de Jeremías como contra una “grande muchedumbre” de compañeros que cooperan con ella, pues hasta los proscriben a ellos y prohíben la libre distribución de sus mensajes bíblicos impresos. ¡Pero todo esto es en vano! Impulsados por el espíritu de Jehová, sus testigos obedientes siguen reuniéndose y predicando el Reino clandestinamente. Así obedecen a Dios más bien que a los hombres que resisten a Dios. (Hech. 4:19; 5:29) En el futuro no muy distante estos políticos resistidores se enterarán de que el obligar a los testigos de Jehová a funcionar clandestinamente jamás impedirá que los gobernantes mundanos beban la “copa” de las mismas manos de Dios en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el lugar que simbólicamente se llama Har-Magedón.—Rev. 16:13-16.
18. ¿Para quién será ése un “gran” día?, y, por lo tanto, ¿qué rehúsa hacer la clase de Jeremías?
18 Ese será un “gran” día para Jehová. Será para él una ocasión gozosa, porque entonces peleará en pro de la causa de su soberanía universal. Como Comandante en Jefe, enviará a la batalla a Jesucristo, su propio Hijo vencedor del mundo, para que gane una victoria que por mucho ha de superar a cualquier victoria ganada por el antiguo rey Nabucodonosor de Babilonia. (Rev. 19:11-21) Esto dará a Jehová motivo para gritar con más alborozo que el de los pisadores gozosos del lagar a medida que preparan el vino que regocija tanto el corazón de Dios como el del hombre. (Rev. 19:11-15; Jue. 9:12, 13) La clase de Jeremías está segura de que Jehová obtendrá la victoria en Har-Magedón. De modo que rehúsan guardar silencio sobre esta venidera vindicación de la soberanía de Jehová, aunque a los gobernantes de las naciones mundanas les disguste una poción tan amarga.
19. ¿Cuánto de lo que Jehová les dice publica denodadamente la clase de Jeremías?
19 Denodadamente, la clase de Jeremías de hoy día obedece el mandato que se le dio al profeta allá en el primer año del reinado del emperador Nabucodonosor sobre Babilonia: “Y en cuanto a ti [Jeremías], tú les profetizarás todas estas palabras, y tienes que decirles: ‘Desde lo alto Jehová mismo rugirá, y desde su santa morada dará su voz. sin falta rugirá sobre su lugar de habitación. Un grito como el de los que pisan el lagar voceará en canto contra todos los habitantes de la tierra.’”—Jer. 25:30.
LA POCIÓN QUE HACE QUE LAS NACIONES ACTÚEN “COMO HOMBRES ENLOQUECIDOS”
20. ¿Debería llamarse a la clase de Jeremías ‘nada más que anunciadores de calamidad’ debido a lo que la victoria de Jehová significará para las naciones?
20 El grito de victoria que Jehová dará resonará por todo el cielo y la Tierra. La clase de Jeremías y sus compañeros siguen señalando hacia el futuro a esto, aunque la victoria que Jehová ganará significará calamidad para todas las naciones. ¿Es eso razón para que se refieran a la clase de Jeremías como ‘nada más que anunciadores de calamidad’? ¡No! De otro modo, también debería llamársele eso a Jehová Dios, quien les da su mensaje. En son de advertencia misericordiosa él dice: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘¡Miren! Una calamidad está saliendo de nación en nación, y una gran tormenta misma será levantada desde las partes más remotas de la tierra. Y los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo.’”—Jer. 25:32, 33.
21. ¿Por qué podría Jehová correctamente asumir la responsabilidad de los que fueran muertos como resultado de que Nabucodonosor extendiera su imperio?
21 En este lenguaje Jehová predijo que Nabucodonosor obtendría la victoria en su marcha contra las naciones que habrían de ser absorbidas en el Imperio Babilónico, De modo que Dios permitiría que Nabucodonosor siguiera avanzando de nación en nación, acabando con toda la resistencia por el uso de la espada de ejecución que Jehová le pondría en la mano. Por este motivo Jehová asumió la responsabilidad de los que fueron muertos por los conquistadores babilonios. Él mismo llamó a estas víctimas de la agresión babilónica “los muertos por Jehová.” Fue él quien hizo que las naciones bebieran de la “copa” la poción que las hizo comportarse “como hombres enloquecidos.” Sea que los hombres se lo atribuyan a Jehová Dios o no, abunda la historia seglar que muestra que el rey Nabucodonosor extendió el Imperio Babilónico sobre una zona mayor que la de las anteriores potencias mundiales. Jehová debe de haber tenido algo que ver con ello, porque, en el primerísimo año del reinado de Nabucodonosor, Él predijo aquella expansión del Imperio Babilónico.—Jer. 25:1, 2; 32:1, 2; 52:29; 2 Rey. 25:8; Jer. 52:12; Dan. 2:37, 38; 4:20-25.
22. ¿Por qué no debemos querer que se nos halle entre aquellos a quienes Jehová da muerte en la venidera “grande tribulación”?
22 Pues bien, ¿qué se puede decir acerca de “los muertos por Jehová” en la venidera “grande tribulación” que culminará en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón? ¿Queremos estar entre éstos? ¡No! Pues el que él nos diera muerte en ese entonces significaría que él nos habría ejecutado oficialmente.
23. Según se mostró mediante representación típica, ¿qué sección de este sistema de cosas caería primero en la “grande tribulación,” y por qué primero ésta?
23 Al estallar la “grande tribulación” todas las naciones condenadas a la destrucción estarán alineadas contra el Dios de la clase de Jeremías. Las naciones de la cristiandad estarán incluidas en esa alineación porque ellas se cuentan entre los que se oponen y persiguen a los testigos de Jehová. La cristiandad será la primera parte de este sistema de cosas que caerá, porque es la correspondencia del día moderno del reino apóstata de Judá y Jerusalén. A fin de representar eso típicamente, se hizo que el reino de Judá fuera el primero que bebiera la “copa” que contenía “el vino de la furia.” Jehová dijo que sería con “la ciudad sobre la cual se llama [su] nombre” que él comenzaría cuando trajera la calamidad internacional. (Jer. 25:29) La cristiandad, que en nada se parece a Cristo, es la sección religiosa más responsable a los ojos de Dios y Cristo, de modo que sería comenzando con ella que la calamidad mundial saldría, como en una reacción en cadena. Será una “tormenta” simbólica a la cual sería imposible restar intensidad por medio de bombardear sus nubes con sustancias químicas a la manera moderna.
24. El hecho de que la tormenta se levanta desde “las partes más remotas de la tierra” indica ¿qué? ¿y cuántas víctimas habrá?
24 “Desde las partes más remotas de la tierra” ha de venir esta “tormenta” simbólica, porque será levantada de más allá de la región de las naciones condenadas a destrucción. (Jer. 6:22) En el cumplimiento moderno, esto en realidad significa que vendrá de una Fuente invisible, celestial, de modo que de veras será “un hecho de fuerza mayor,” obra de Dios. La “tormenta,” pasando rápidamente por todo el orbe terrestre, así como el diluvio del día de Noé inundó a toda la Tierra, sin falta amontonara sus víctimas desde un extremo de la Tierra hasta el otro. ¿Cómo les sería posible a los sobrevivientes, la clase de Jeremías y la “grande muchedumbre” de sus compañeros, enterrar a todas estas personas? Jehová tendrá que usar sus poderes para disponer de los cadáveres.—Rev. 19:11-21.
25. En vista de Jeremías 25:34-38, ¿qué clase de “anunciadores” es mejor ser?
25 En ese “día de la venganza de parte de nuestro Dios,” será mejor haberse contado entre aquellos a quienes los mofadores se referían como “anunciadores de calamidad” que entre los que anunciarán con aullidos el mal que los habrá alcanzado debido a la “grande tribulación.” (Isa. 61:2; Rev. 7:14, 15; Mat. 24:21-30) “¡Aúllen, pastores, y clamen!” dice Jehová por medio de Jeremías. “¡Y revuélquense, majestuosos del rebaño, porque se han cumplido sus días para degüello y para sus esparcimientos, y ustedes tienen que caer como un vaso deseable! Y un lugar adonde huir ha perecido de los pastores, y un medio de escape de los majestuosos del rebaño. ¡Escuchen! El alarido de los pastores, y el aullido de los majestuosos del rebaño, porque Jehová está despojando con violencia su pasturaje. Y los lugares de habitación pacíficos han quedado sin vida a causa de la ardiente cólera de Jehová. Ha dejado su guarida justamente como un leoncillo crinado, pues la tierra de ellos ha llegado a ser objeto de pasmo a causa de la espada de maltrato y a causa de la ardiente cólera de él.”—Jer. 25:34-38.
26. En esa profecía, ¿quiénes son los “pastores” y quiénes los “majestuosos del rebaño”?
26 ¿Nos hace pensar esa profecía en los clérigos a quienes se ha llamado pastores espirituales, y en sus congregaciones eclesiásticas que han sido llamadas “rebaños”? Muy probablemente, pero en este caso Jehová no está dirigiendo la palabra a los líderes religiosos de las naciones. En las Escrituras Hebreas se llama pastores a los gobernantes, a los dirigentes gubernamentales, y a los pueblos o súbditos de éstos se les llama sus rebaños. De modo que “los majestuosos del rebaño” serían los príncipes o aquellos del rebaño nacional a quienes el rey favoreciera. Esto tendría que ser lo que sucedería respecto a Jeremías 25:34-38, porque ¿en qué parte del capítulo hay mención alguna de sacerdotes y levitas? A aquellos a quienes bajo orden dada Jeremías entrega la “copa” se les describe como “reyes,” “príncipes,” y “reinos.” (Jer. 25:18-26) La “calamidad” y “tormenta” mundial que se acerca no ha de azotar simplemente al clero y a otros líderes religiosos, sino también, por fin, a los elementos gubernamentales políticos de este sistema de cosas.
27. ¿Qué representante de Sesac ha de ser el último de todos en beber la “copa”?
27 Sucede, pues, que “el rey de Sesac” es quien beberá la “copa” después de todos ellos. La profecía que se da en Jeremías 51:41 se refiere a esto como algo que ya se hubiera logrado, al decir: “¡Oh cómo ha sido tomada Sesac, y cómo llega a ser capturada la Alabanza de toda la tierra! ¡Cómo ha llegado a ser Babilonia un mero objeto de pasmo entre las naciones!”—Jer. 25:26; 27:7.
28. ¿Por quiénes se preocupan más los “pastores” y los “majestuosos,” y cómo queda despojado su pasturaje?
28 Será simplemente por razones egoístas por las cuales aquellos “pastores” políticos y “majestuosos” “aullarán,” sí, se revolcarán en el suelo. A medida que el Señor Soberano Jehová les pida cuentas durante la “grande tribulación” llegarán a la sombría comprensión de que ha llegado el día en que han de ser degollados y esparcidos. Si hubiera una vía de escape o algún lugar de refugio al cual huir, posiblemente no se sentirían tan dispuestos a ‘aullar.’ A ellos no les preocupa mucho lo que le suceda al “rebaño” nacional, sino que se preocupan más porque ellos mismos serán ejecutados. ¡Aquello significa el fin de sus puestos bien remunerados y su posición elevada! Su “pasturaje,” el sistema de cosas mediante el cual han explotado a sus rebaños nacionales, queda despojado, arruinado. Lo que antes era un lugar de habitación tan ‘pacífico’ en el cual disfrutar de vivir con ganancia para sí... ha quedado sin vida. El silencio de la muerte desciende sobre los cercados que servían para sus “rebaños.”
29. ¿Cómo será Jehová en ese entonces como un leoncillo crinado, y cuál será el resultado de que se blanda la “espada”?
29 La cólera de Jehová tendría que estar ardiendo con gran calor para producir un “objeto de pasmo” de tal extensión mundial. Jamás pudiera ser él en ese entonces como el león del valle fluvial al cual las aguas del río Jordán en inundación obligaran a salir de su cubil. No; entonces “Jehová de los ejércitos” tendrá que ser como un león denodado que al salir de su “guarida” toma la ofensiva a pesar de los ovejeros de los pastos. Por medio de su Hijo-Siervo, Jesucristo, blande la “espada” de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Jer. 25:30, 38) ¡De los golpes mortíferos que recibirán de su “espada de maltrato,” los pastores y majestuosos mundanos jamás se recuperarán!
30. En virtud de lo que oímos con el oído de la fe en la profecía de Jehová, ¿qué debemos hacer ahora?
30 ¡Escuche! Con el oído de la fe en la profecía de Jehová, ¿oye que el sonido se hace cada vez más fuerte? Desde el futuro predicho, y como por túneles que recogieran el sonido de este “tiempo del fin,” oímos que viene el aullido de todos los “pastores” nacionales, junto con los angustiados clamores de “los majestuosos” del rebaño de seres humanos semejantes a ovejas. Entonces, ¿qué debemos hacer nosotros los oyentes? Esto: Mientras todavía esté abierta la vía de escape y mientras todavía haya un lugar de refugio al cual huir, ¡entremos en acción! Hallemos nuestro abrigo de seguridad y preservación en el reino de Jehová de Jeremías. mediante su Pastor nombrado, Jesucristo.—Eze. 34:23, 24; Jer. 23:5, 6.
(En un número futuro de La Atalaya se reanudará esta serie de artículos sobre la profecía de Jeremías.)
[Ilustración en la página 24]
Por medio de la moderna clase de Jeremías, Jehová misericordiosamente advierte acerca de la venidera “tormenta” mundial