Seguridad durante la destrucción de una nación
1. ¿Han seguido los cristianos siempre el “derrotero seguro”? Explique.
SIEMPRE parece más seguro seguir la corriente de la opinión pública. Esto es especialmente cierto en un tiempo de crisis, cuando alguna nación está luchando por su vida. La historia prueba que a los que han obedecido y predicado la Palabra de Dios, especialmente en tiempos críticos, se les ha llamado “aulladores de calamidad,” odiadores de todo el mundo. La razón es que la Palabra de Dios condena a este sistema de cosas, declarando que éste es enemigo de Dios y está destinado a la destrucción. El historiador Tácito escribe de la persecución de los cristianos por Nerón en el primer siglo: “Se halló culpable a una multitud inmensa, no tanto del crimen de incendiar [a Roma], como de abrigarle odio al género humano.”a
2. ¿Por qué sería Jeremías un buen ejemplo que considerar para los proclamadores de la Palabra de Dios?
2 Pero, ¿cuál es verdaderamente el derrotero seguro? El profeta Jeremías suministra un caso a propósito. En sus cuarenta años de profetizar jamás dijo lo que la gente quería oír acerca de Jerusalén sino lo que Dios le mandó que dijera. Denunció el proceder de Jerusalén y sus gobernantes, que deshonraba a Dios, y dijo que la destrucción de Jerusalén se había acercado. Aun cuando Jerusalén se halló en su estrechez más deplorable él siguió predicando. ¿Fue sabio Jeremías? ¿No hubiera sido más seguro quedarse callado y seguir la corriente de los acontecimientos, esperando ver el resultado?
3. (a) ¿Qué última oportunidad tuvo Sedequías en 609 a. de la E.C. de volverse a la ley de Jehová, y, la aceptó él? (b) ¿No podría ahora la tierra disfrutar de sus sábados?
3 Las cosas estaban progresando aprisa hacia una culminación en Jerusalén. Prevalecían el temor y la ansiedad. El noveno año del rey Sedequías era un año importante, un año sabático parcial, en el cual la tierra había de yacer sin cultivar. (Lev. 25:1-10) Esto proveyó a Sedequías la última oportunidad de dejar que la tierra dada por Dios obtuviera su descanso requerido, pero no hay registro en la Biblia de que él y los sacerdotes hayan obedecido. Ahora Jehová mismo haría cumplir los sábados de la tierra.—Lev. 26:2, 31-35.
4. (a) ¿Qué pecado serio cometió Sedequías en ese mismo año? (b) ¿Qué calamidades finales habían de sobrevenirles a Sedequías y su pueblo, según se muestra en Ezequiel 17:15-21?
4 Ya los pecados de Judá habían hecho que Dios permitiera que Babilonia hiciera de Judá un reino tributario. Más tarde, el rey Nabucodonosor de Babilonia había puesto a Sedequías bajo juramento en el nombre de Jehová, pero en este año de 609 a. de la E.C. él rompió su juramento y se rebeló. Jehová informó a Ezequiel, a 800 kilómetros en Babilonia, de su cólera por esto:
“Él [Sedequías] finalmente se rebeló contra [Nabucodonosor] al enviar sus mensajeros a Egipto, para que éste le diera caballos y un pueblo numeroso. . . . ha despreciado un juramento al romper un pacto, . . .
“Por lo tanto . . . ciertamente será atrapado en mi red de cazar; y lo traeré a Babilonia y me pondré yo mismo en juicio con él allí respecto de su infidelidad con la que obró contra mí. Y tocante a todos los fugitivos suyos en todas sus cuadrillas, caerán por la espada, y los que queden serán esparcidos aun a todo viento.”—Eze. 17:15-21.
5. (a) ¿A qué adivinación recurrió Nabucodonosor en camino a atacar a Jerusalén? (b) ¿Por qué no permitió Jehová que esto dirigiera a Nabucodonosor a atacar a Rabá de Amón?
5 Por el proceder de Sedequías de romper el pacto, el rey Nabucodonosor marchó hacia Jerusalén. En una bifurcación en el camino supersticiosamente empleó adivinación babilónica para determinar si debería atacar primero a Jerusalén o dirigirse al sitio de otra ciudad rebelde, Rabá de Amón. ¿Se escaparía Jerusalén? De ninguna manera. Jehová había dicho que Jerusalén tenía que ser la primera en beber la copa del vino de la cólera de Dios a manos de su Dios a quien ella había rechazado. De modo que Jehová maniobró la adivinación babilónica, y Nabucodonosor tomó la bifurcación del camino que se desviaba hacia Jerusalén.—Eze. 21:14-24.
GOBIERNOS GENTILES HABRÍAN DE DOMINAR HASTA QUE VINIERA SHILOH
6. ¿Qué juicio dirigió ahora Jehová contra Sedequías por medio de Ezequiel?
6 Ahora Ezequiel en Babilonia dirigió una importante profecía hacia Sedequías:
“Y en cuanto a ti, oh herido de muerte, inicuo capitán de Israel, cuyo día ha llegado en el tiempo del error del fin, esto es lo que ha dicho el Señor Jehová: ‘Remueve el turbante, y quita la corona. Esta no será la misma. Eleva aun lo que es bajo, y abate aun al alto. Una ruina, una ruina, una ruina la haré. En cuanto a ésta también, ciertamente no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y debo dárselo a él.’”—Eze. 21:25-27.
7. (a) ¿Qué significaría para Sedequías y el reino de Judá la ejecución de este juicio? (b) ¿Estaba Jehová por esto apartando el cetro de Judá y cancelando su pacto con David?
7 Jehová había hecho con David un pacto que decía que reyes de su familia se sentarían sobre el “trono de Jehová” en un reino eterno. (2 Sam. 7:12-16; 1 Cró. 29:23) Pero ahora cesaría el gobierno activo de la casa de David en la ciudad de Jerusalén. Había sido el reino más alto, en el sentido de ser la representación en miniatura del reino de Dios sobre la Tierra. Había sido como un obstáculo en el camino de los gobernantes gentiles que buscaban la dominación mundial. Ahora las potencias gentiles, a las cuales se había tratado como bajas, habían de ser levantadas altamente y la dominación gentil vendría por un tiempo sin ninguna intervención de parte de algún reino en miniatura de Jehová Dios. Esto ciertamente no significaba, sin embargo, que Dios había roto o cambiado el pacto que había hecho con el rey David para un reino eterno o que el cetro habría de apartarse de la tribu de Judá.
8. A pesar de la ruina del reino davídico en Jerusalén, ¿cómo preservaría Jehová su pacto con David para un reino eterno?
8 Dios dio la seguridad cuando dijo: “Ciertamente no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y debo dárselo a él.” Esto quiso decir que la gobernación activa sobre el “trono de Jehová” se mantendría latente por un tiempo, sin que nadie de la familia de David lo ocupara hasta que viniera Shiloh, cuyo nombre significa “Aquel de Quien Es,” y él emprendiera el reino. Este acontecimiento significaría el fin de aquellos tiempos gentiles de dominación mundial.
9. ¿Cómo y de qué informó Jehová a Ezequiel en Babilonia?
9 Jehová Dios mantuvo informado a Ezequiel en Babilonia en cuanto a los movimientos del rey Nabucodonosor como oficial ejecutivo de Jehová. Ezequiel escribe: “Y la palabra de Jehová continuó aconteciéndome en el noveno año, en el décimo mes, en el día diez del mes, diciendo: . . . ‘El rey de Babilonia se ha arrojado contra Jerusalén en este mismísimo día. Y compón un dicho proverbial . . . y tienes que decir . . . “Esto es lo que ha dicho el Señor Jehová: . . . ‘¡Ay a la ciudad de hechos de derramamiento de sangre!’”’”—Eze. 24:1-6.
UNA IDEA FALSA EN CUANTO A DERROTERO SEGURO
10. ¿Cómo impulsó a Sedequías y sus príncipes a buscar el favor de Jehová el sitio que impuso Nabucodonosor?
10 Pasando por alto el mandamiento que Jehová dio por medio de Jeremías de salir y rendirse al rey de Babilonia, para salvar la ciudad de destrucción, Sedequías y sus príncipes pensaron hacer algo menos que eso y no obstante conseguir el favor de Jehová por medio de llevar a cabo una parte de su ley que habían desatendido por largo tiempo. Esa era la ley de dejar libres a los siervos hebreos en el séptimo año, después de seis años de servidumbre. De modo que hicieron un pacto con el pueblo con una víctima sacrificatoria y proclamaron libertad a sus siervos hebreos.—Jer. 34:8-10; Deu. 15:12-18.
11. (a) ¿Qué acontecimientos probaron ahora que el volverse ellos a Jehová fue temporario y no sincero? (b) ¿Qué mensaje indignado de juicio hizo que Jehová pronunciara por medio de Jeremías aquella falta de sinceridad de ellos?
11 Pero la hipocresía de estos caudillos de Jerusalén se manifestó cuando llegaron las nuevas de que un ejército egipcio bajo Faraón (Apries, u Hofra) se hallaba en camino para ayudar a Judá. (Jer. 37:5, 7) Nabucodonosor se vio obligado a encargarse de esta amenaza y se marchó, dando alivio a Jerusalén. Los inicuos gobernantes de Jerusalén se sintieron confiados por esto y mostraron su completo desprecio a Dios, también a su pacto con el pueblo. Se sintieron tan seguros que rompieron su pacto de conceder libertad a los siervos y los trajeron a servidumbre de nuevo. (Jer. 34:11-16) Esto indignó a Jehová Dios. Para ser fiel a Jehová y a su responsabilidad para con el pueblo, cuya vida estaba en peligro, Jeremías tuvo que declarar públicamente la sentencia de Dios sobre estos hombres poderosos en Jerusalén:
“Ustedes mismos no me han obedecido en seguir proclamando libertad cada uno a su hermano y cada uno a su compañero. Aquí estoy proclamándoles una libertad, . . . a la espada, a la peste y al hambre, . . . Y entregaré a los hombres que evitan mi pacto, . . . a saber, los príncipes de Judá y los príncipes de Jerusalén, los oficiales de la corte y los sacerdotes y toda la gente de la tierra que se pusieron a pasar entre los pedazos del becerro [al confirmar su pacto]—sí, los daré en la mano de sus enemigos . . . y sus cadáveres tienen que llegar a ser alimento para las criaturas volátiles de los cielos y para las bestias de la Tierra. Y a Sedequías el rey de Judá y sus príncipes los daré en la mano de . . . las fuerzas militares del rey de Babilonia que se están retirando de contra de ustedes.”
12. ¿Cómo haría Jehová que este juicio se ejecutara?
12 ¿Cómo sería esto; Jehová explicó como:
“Aquí estoy mandando, . . . y ciertamente los traeré de vuelta [a los babilonios] a esta ciudad, y tienen que pelear contra ella y capturarla y quemarla con fuego; y haré de las ciudades de Judá un desierto desolado sin habitante.”—Jer. 34:17-22.
13. Durante la retirada temporaria de los ejércitos de Nabucodonosor, ¿cómo quedaron frustradas las esperanzas de liberación de Sedequías?
13 ¿Cómo le fue a Jeremías a través de estas condiciones? Por un tiempo tuvo libertad de entrar y salir entre el pueblo. ‘Quizás,’ pensó el rey Sedequías, ‘me ponga en el favor de Dios,’ mientras enviaba representantes a Jeremías para pedirle que orara a Jehová para que revocara Su propósito anunciado. Pero Jeremías respondió con un mensaje de Jehová que echó por tierra las esperanzas de Sedequías y colocó a Jeremías en mayor peligro de parte de los gobernantes de Jerusalén:
“¡Miren! La fuerza militar de Faraón que está saliendo a ustedes con el propósito de ayudar tendrá que regresar a su tierra, Egipto. Y los caldeos ciertamente regresarán y pelearán contra esta ciudad y la capturarán y la quemarán con fuego. . . . No engañen sus almas, diciendo: ‘Sin falta los caldeos se irán de contra de nosotros,’ porque no se irán. Porque si ustedes hubiesen derribado toda la fuerza militar de los caldeos que están peleando contra ustedes y quedasen entre ellos hombres atravesados, cada uno en su tienda se levantaría y realmente quemaría esta ciudad con fuego.”—Jer. 37:3-10; 44:30.
14. ¿Qué interpretación equivocada se le dio al esfuerzo de Jeremías por salir de Jerusalén, y con qué resultado para el profeta?
14 Por eso, cuando Jeremías quiso visitar su territorio natal en Benjamín, un oficial asió a Jeremías, diciendo: “¡Es hacia los caldeos que estás apostatando!” Jeremías lo negó: “¡Eso es falso! No estoy apostatando hacia los caldeos.” Pero los príncipes azotaron a Jeremías, lo encadenaron y lo detuvieron en Jerusalén en medio de condiciones muy malas, en “la casa de la cisterna.”—Jer. 37:11-16.
15. Después de derrotar a los egipcios, ¿qué hicieron los babilonios y por qué?
15 Mientras tanto, exactamente como había dicho fielmente Jeremías, las fuerzas babilónicas hicieron volver a las fuerzas egipcias hacia Egipto y Nabucodonosor regresó para reanudar el sitio de Jerusalén. Primero tiene que beber Jerusalén la copa del vino de la cólera de Jehová; más tarde Egipto.—Eze. 30:20, 21.
DIOS ALIMENTA Y PROTEGE A SU SIERVO
16. (a) A pesar de estar en prisión, ¿cómo contestó Jeremías a más consulta por parte de Sedequías? (b) ¿Cómo vemos evidencia de la protección y cuidado de Dios a su siervo en esta ocasión?
16 El rey Sedequías todavía buscó un cambio de parecer de Jehová, pero Jeremías no redujo de vigor el mensaje de Jehová. Contestó: “¡En la mano del rey de Babilonia serás dado!” Ante todo esto vemos la protección y el cuidado de Jehová Dios para su siervo Jeremías aun en medio de enemigos enconados, porque a petición de Jeremías Sedequías hizo que Jeremías fuera trasladado al Patio de la Guardia. “Y hubo el darle un pan redondo diariamente procedente de la calle de los panaderos, hasta que todo el pan se agotó en la ciudad.”—Jer. 37:17-21.
17. ¿Qué queja se levantó ahora contra Jeremías, y qué otro castigo se le dio?
17 Bajo custodia Jeremías evidentemente tuvo la oportunidad de hablar al pueblo, y les dio el consejo de Jehová de salir a rendirse a los caldeos para salvar su vida, porque ciertamente caería la ciudad. Los príncipes se quejaron de que Jeremías estaba destruyendo la moral del pueblo sitiado. El rey Sedequías débilmente lo entregó en las manos de ellos. No iba a proteger al profeta de Dios si esto lo ponía en peligro. “Y ellos procedieron a tomar a Jeremías y lo echaron en la cisterna de Malquías el hijo del rey, . . . Ahora bien, en la cisterna no había agua, sino lodo; y Jeremías empezó a hundirse en el lodo.” ¡No podía predicar allí abajo, pensaron los príncipes!
18. ¿Por medio de quién como instrumento se encargó Jehová de que Jeremías recibiera ayuda, y qué trato bondadoso se le dio a Jeremías?
18 ¿Hubo otros que pensaran que el derrotero seguro era escuchar la palabra de Jehová y obedecerla, aunque el nacionalismo extremado y el odio a la actividad de predicación de Jeremías prevalecían ahora en Jerusalén? Sí, y a uno de ellos Dios lo usó como instrumento para salvar del lodo al fiel Jeremías. Este fue Ebed-melec el etíope, uno de los eunucos del rey. Se había enterado de la condición de Jeremías y se había dirigido al rey y había dicho: “Oh mi señor el rey, estos hombres han hecho mal en todo lo que le han hecho a Jeremías el profeta, a quien han arrojado en la cisterna, de modo que muera donde está a causa del hambre. Porque ya no hay pan en la ciudad.” Por órdenes del rey Ebed-melec trajo a treinta hombres y equipo y sacó a Jeremías. “Y Jeremías continuó morando en el Patio de la Guardia.”—Jer. 38:1-13.
19. ¿Qué consuelo dio Jehová a Ebed-melec por su bondad con Jeremías?
19 Por obrar así a favor de Jeremías, ¿estaba arriesgando su vida Ebed-melec? Sí. Pero sabía que Jeremías era verdaderamente profeta de Jehová. La acción de Ebed-melec condenó a los gobernantes de Jerusalén por no querer creer a Jehová. Jehová no olvidó a Ebed-melec. Escuche sus palabras de consuelo a él: “Ve que estoy cumpliendo mis palabras sobre esta ciudad para calamidad y no para bien, y ciertamente sucederán delante de ti en aquel día. Y te libraré en aquel día, . . . Porque sin falta te proveeré un escape, y no caerás a espada; y ciertamente llegarás a tener tu alma como despojo, porque has confiado en mí.”—Jer. 39:15-18.
20. ¿Cómo llevó el temor del hombre ahora a Sedequías a una trampa mortífera?
20 Sedequías todavía tenía la oportunidad de rendirse a los babilonios y salvar su casa e impedir el incendio de Jerusalén. Hasta se dirigió a Jeremías secretamente y recibió la seguridad tocante a esto. Pero temió al hombre. Temió represalias de los que no estaban de acuerdo con esa acción. Acudió en dirección incorrecta para obtener seguridad. Por eso fue conducido a una trampa mortífera.—Jer. 38:14-28.
21. ¿Por cuánto tiempo había continuado el sitio, y cuán serias eran las condiciones dentro de la ciudad?
21 Puesto que el sitio de Jerusalén continuó por casi año y medio, el pueblo en Jerusalén se halló verdaderamente en angustia terrible. No había pan para el pueblo. (2 Rey. 25:1-3) Las madres estaban comiéndose a sus propios bebés. (Lam. 2:19, 20) ¿Demostraría ser ahora el derrotero de Jeremías el proceder sabio? ¿Sobreviviría al sitio?
CAE JERUSALÉN
22. (a) Al desplomarse la resistencia en la ciudad, ¿qué intento de escape hizo Sedequías, y con qué resultado? (b) ¿Cómo se cumplió en Sedequías la profecía de Ezequiel?
22 Al fin, en el mes tammuz, los babilonios hicieron una brecha en el muro y entraron y se apoderaron de la Puerta de En Medio. Ahora era demasiado tarde para que se rindiera el rey Sedequías. Huyó de noche, pero fue alcanzado en las llanuras desérticas de Jericó cerca del río Jordán y fue llevado a Nabucodonosor en Ribla en Hamat. Allí el rey de Babilonia mató atrozmente a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y mató a todos los nobles de Judá. Luego cegó a Sedequías y lo llevó encadenado a Babilonia, donde murió. (Jer. 39:2-8) Así como había predicho Ezequiel, llegó a Babilonia, pero no la vio.—Eze. 12:12, 13.
23. ¿Cómo afectó a Jeremías la caída de Jerusalén?
23 En cuanto a Jeremías, la caída de Jerusalén sirvió para su liberación. Los babilonios se habían enterado de su predicación. Lo trataron bondadosamente. El jefe de la guardia de corps babilónica, llamado Nebuzaradán, lo sacó del Patio de la Guardia. (Jer. 39:13, 14) Jeremías fue incluido con los judíos que estaban siendo llevados cautivos a Babilonia pero el jefe de la guardia de corps lo vio y le dijo: “Ahora, ¡mira! te he soltado hoy de las esposas que estaban en tus manos. Si es bueno a tus ojos venir conmigo a Babilonia, ven, y te cuidaré. Pero si es malo a tus ojos venir conmigo a Babilonia, abstente. ¡Ve! Toda la tierra está delante de ti. Adondequiera que sea bueno y recto a tus ojos ir, ve allí.”—Jer. 40:1-4.
24. ¿Cómo trataron a Jeremías los babilonios, y dónde llegó a establecerse al fin?
24 Mientras Jeremías vacilaba, el jefe de la guardia de corps le dijo que regresara y viviera bajo Gedalías, a quien el rey de Babilonia había comisionado sobre las ciudades de Judá, viviendo donde quisiera. Entonces dio a Jeremías una ración de alimento y un regalo y lo dejó ir. De consiguiente, Jeremías fue a Gedalías en Mizpa, y residió allí hasta acontecimientos posteriores, que se considerarán en un próximo número de esta revista.—Jer. 40:5, 6.
PODEMOS EMPRENDER EL DERROTERO SEGURO
25. ¿Por qué parecían tenebrosos los acontecimientos para Jeremías, pero por qué el resultado verdadero para él fue de seguridad?
25 De modo que, en la hora tenebrosa de Jerusalén, parecía como si Jeremías, en una ciudad sitiada y muriendo de inanición, y prisionero en ella además, en disfavor con los elementos gobernantes, jamás podría sobrevivir. Pero al mantener firmeza en su dedicación a Jehová, aunque su predicación condenaba a los gobernantes del país y predecía destrucción para Jerusalén misma, realmente emprendió el derrotero de seguridad.
26. (a) ¿Cómo ha habido un paralelo entre la experiencia de los testigos ungidos de Jehová hoy con la de Jeremías? (b) ¿Quiénes hoy escogen un derrotero como el de Ebed-melec, y por qué reciben el favor de Jehová por medio de Cristo?
26 Podemos aprender una lección de esto. Los testigos ungidos de Jehová proclaman destrucción sobre este sistema de cosas a causa de que éste está bajo la influencia de la religión falsa babilónica y por apartarse en desobediencia de Jehová Dios. A causa de ello han experimentado lo que Jesús predijo en Mateo 24:9: “Serán objetos de odio de parte de todas las naciones.” Para ellos, muchos de los cuales aún ahora se encuentran en prisión y sufriendo persecución en muchos países, la experiencia de Jeremías proporciona seguridad de que ellos escaparán la condenación de este mundo y que como grupo sobrevivirán a la destrucción de este sistema de cosas. Ebed-melec, que ayudó a Jeremías porque lo reconoció como profeta de Jehová, fue salvado con Jeremías. Hoy en día los que se unen a los siervos de Dios en dedicación y actividad fieles recibirán el favor y protección de Jehová tan seguramente como Ebed-melec, de acuerdo con la regla declarada por Jesucristo mismo: “El que recibe a un profeta porque es profeta recibirá galardón de profeta, . . . Y cualquiera que dé de beber tan solo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños porque es discípulo, de cierto les digo, de ninguna manera perderá su galardón.”—Mat. 10:41, 42.
[Nota]
a Anales de Tácito, Libro 15, párrafo 44 (traducido por A. J. Church y W. J. Brodribb).