Preguntas de los lectores
● ¿Cuál es el significado de los caracteres que aparecen en la esquina inferior derecha de la cubierta del libro “Santificado sea tu nombre”?—B. P., EE. UU.
En la esquina inferior derecha de la cubierta del frente del libro “Santificado sea tu nombre” aparece una impresión de una Biblia abierta, con el Tetragrámaton reproducido en cuatro diferentes estilos de letras hebreas. El primer estilo se muestra en la página 103 del libro según aparece en la Piedra Moabita. El siguiente estilo, que aparece debajo en letras fenicias o paleo-hebreas, aparece en un antiguo texto críticamente examinado de la Versión de los Setenta de los Profetas Menores, que contiene partes de Habacuc, una página del cual se reproduce en la página 424 del tomo 5 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Hebreas en inglés. El tercer estilo de letra, que aparece en la derecha superior en la impresión, es el estilo que aparece en el texto de antiguas versiones griegas, como las que se alistan en la página 413 del Apéndice de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Hebreas en inglés, tomo 5, y como también se encuentra ilustrado en las notas al pie de las páginas del tomo 3 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Hebreas en inglés, empezando con la nota “c” en la página 295. La cuarta manera en que se muestran las letras del Tetragrámaton es la del estilo moderno cuadrado y se puede ver en la página 3, o la página del título, de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en inglés en su edición revisada de 1961 d. de J.C.
● ¿Hay alguna explicación para la aparente discrepancia entre Jeremías 52:12 y 2 Reyes 25:8? Jeremías 52:12 dice el décimo día del mes, mientras que 2 Reyes 25:8 dice el séptimo día del mes.—G. G., EE. UU.
El texto completo de 2 Reyes 25:8 dice: “En el mes quinto, al séptimo día del mes, es decir, el año decimonoveno del rey Nabucodonosor el rey de Babilonia, Nabuzaradán el jefe de la guardia personal, siervo del rey de Babilonia, vino a Jerusalén.” Jeremías 52:12 habla en este respecto del “décimo día del mes.” En cuanto a la diferencia de tres días, algunos han explicado que Nabuzaradán fue a Jerusalén, partiendo de Ribla el séptimo día del mes pero no llegando a Jerusalén sino hasta el décimo día del mes. Sin embargo, parece que este alto funcionario babilónico que asumió el mando de los ejércitos babilónicos después de la terminación del sitio sí llegó a la escena en el día séptimo del mes, para comenzar a disponer de la ciudad. Su trabajo era dirigir la demolición de las fortificaciones, el despojo de la ciudad, el arrasamiento de la ciudad y la transportación de los habitantes al cautiverio. El décimo día del mes parece marcar la terminación de sus operaciones.
Es digno de atención el hecho de que 2 Reyes 25:8 dice que en el séptimo día del mes Nabuzaradán “vino a Jerusalén.” No dice “entró” en Jerusalén. Por otra parte, Jeremías 52:12 dice que este comandante babilónico, en el décimo día del mes, “entró en Jerusalén.” La Versión Normal Revisada muestra también una diferencia similar entre estos dos textos, pues 2 Reyes 25:8 dice que el jefe babilónico de la guardia personal “vino a Jerusalén” en el séptimo día, y Jeremías 52:12 dice que en el décimo día él “entró en Jerusalén.”
Al llegar a la escena, sin duda alguna el comandante babilónico estableció sus cuarteles generales u ocupó un cuartel que ya se había establecido fuera de los muros de la ciudad. Entonces parece que desde allí dirigió las operaciones, tales como derribar los muros de la ciudad. (2 Rey. 25:10; Jer. 52:14) Las tropas babilónicas también saquearon tanto la ciudad como el templo de Jehová y se dieron gusto como quisieron. (Jer. 52:17-23; 2 Rey. 25:13-17; Dan. 5:2, 3) Puesto que las tropas caldeas se mantuvieron ocupadas por varios días en despojar la ciudad y derribar los muros, aparentemente no llegaron a quemar la ciudad en sí sino hasta el décimo día del mes. En ese día Nabuzaradán “entró en Jerusalén” o pasó adentro de la ciudad para completar la operación y, cuando estuvo satisfecho con los asuntos, dio la orden de quemar la ciudad y su santo templo. Según Josefo (The Jewish War, libro VI, capítulo IV, 5, 8) el templo de Herodes fue quemado en el décimo día del mes quinto (70 d. de J.C.), y Josefo agrega que fue una coincidencia maravillosa el que el primer templo fuera quemado en el mismo día por los babilonios. No hay duda de que para la terminación del décimo día la ciudad se quemaba y mucho de ella se reducía a cenizas, habiendo completado Nabuzaradán el deber que se le había asignado de acabar con la ciudad.