Capítulo 3
¡El carro de Dios está en marcha!
1. ¿Qué vehículo automotor se vio en el sudoeste de Asia mucho antes del automóvil de gasolina, y qué preguntas surgen acerca de él?
DOS mil quinientos siete años antes que comenzara a ser fabricado industrialmente el automóvil de gasolina (en 1895 E.C.), en el sudoeste de Asia se vio un carro automotor o autopropulsado. No era invento del hombre. No era simple imaginación. Para el espectador fue imponente. Nada semejante a ello se ha visto desde entonces en la Tierra. El hombre no puede copiarlo, aunque a través de los siglos se ha conservado para nosotros una descripción detallada de él. Es el carro sin caballos que vio un hombre cuyo nombre ha pasado a la historia, Ezequiel hijo de Buzi el sacerdote, y él puso por escrito una vívida descripción de éste para todas las generaciones venideras, incluso la nuestra de hoy día. Lo que vio fue el carro de Dios, y estaba en marcha, bajando del norte. ¿Adónde se dirigía... a alguna parte del espacio sideral o a algún destino terrestre? Desde allí, ¿adónde fue? ¿Existe todavía, o existe algo semejante a él? ¿Está en marcha ahora? Estas son buenas preguntas para nuestro siglo veinte locomotor.
2. ¿Dónde estaba Ezequiel cuando contempló por primera vez el carro, y cómo llegó a estar allí?
2 El que nos da el informe, Ezequiel, registró dónde vio por primera vez este carro sobrehumano de Dios, y el tiempo y las circunstancias. Él estaba junto a uno de los canales de la antigua Babilonia, que estaba situada en el río Éufrates, y el nombre del canal era Kebar. Ezequiel no era sacerdote de Marduk, el dios principal de la Babilonia pagana, sino del Dios cuyo carro vio en visión. ¿Qué estaba haciendo allí Ezequiel en vez de estar activo en sus deberes de sacerdote muy al oeste en el templo de Jerusalén, la capital del reino de Judá? Ezequiel estaba allí en Babilonia como desterrado o deportado junto con el ex-rey de Jerusalén, a saber, Joaquín el hijo del difunto rey Joaquim, junto con príncipes y hombres poderosos y valientes y artesanos. El rey Joaquín se había rendido a Nabucodonosor rey de Babilonia, que estuvo sitiando a Jerusalén como ciudad rebelde. El rey de Babilonia le perdonó la vida al rey Joaquín y se llevó al destierro en Babilonia a él y a todos estos otros, incluso a Ezequiel. Eso fue en el año 617 a. de la E.C., según calculamos el tiempo hoy día.
3. ¿Qué indica en cuanto a su libro profético el que Ezequiel fechara y situara los asuntos, y cuándo vino sobre él la mano de Jehová por primera vez?
3 En armonía con ello, el año 613 a. de la E.C., el año en que Ezequiel tuvo originalmente la visión del carro de Dios, fue el “año quinto del destierro del rey Joaquín.” Ezequiel mismo estaba en el año treinta de su vida. Nada de lo que sucedió fue imaginario o mítico, sino realmente histórico, y por eso como historiador Ezequiel fechó los asuntos definitivamente en las palabras de apertura de su libro profético, escribiendo: “Ahora bien, aconteció en el año treinta, en el mes cuarto [el mes lunar Tamuz], en el día cinco del mes, mientras yo estaba en medio del pueblo desterrado junto al río Kebar, que los cielos fueron abiertos y empecé a ver visiones de Dios. En el día cinco del mes [5 de Tamuz], es decir, en el año quinto del destierro del rey Joaquín, la palabra de Jehová le ocurrió específicamente a Ezequiel hijo de Buzi el sacerdote en la tierra de los caldeos junto al río Kebar, y sobre él en aquel lugar llegó a estar la mano de Jehová.” (Ezequiel 1:1-3) De modo que esto fue para fines de la primavera de 613 a. de la E.C.
4. ¿Qué indicó lo que Ezequiel vio al iniciarse la visión, y de qué fuente vino la cosa que surgió de allí?
4 Lo que ahora vio Ezequiel no fue ninguna alucinación producida por haber tomado alguna droga como la LSD, sino que le fue presentado a él en visión por la “mano” o poder aplicado de Jehová que aquí comenzó a funcionar en él. Evidentemente Ezequiel estaba de frente hacia el norte en aquella ocasión, y lo que vio fue algo que daba lugar para ser descrito detalladamente. Lo que vio indicaba que se estaba formando una tempestad contra alguien o algo. Lo que ahora surgió en la escena inequívocamente provino de una fuente divina debido a toda la gloria y las manifestaciones ardientes de las cuales salió. Ante todo Ezequiel atrae nuestra atención a los que están atendiendo el carro de Dios, al escribir esta descripción:
5. En Ezequiel 1:4-9, ¿cómo describió el profeta a las cuatro criaturas vivientes?
5 “Y empecé a ver, y, ¡mire! había un viento tempestuoso que venía del norte, una gran masa de nubes y fuego trémulo, y tenía un resplandor todo alrededor, y de en medio de ello había algo como el parecer de electro, de en medio del fuego. Y de en medio de él había la semejanza de cuatro criaturas vivientes, y esto era lo que parecían: tenían la semejanza del hombre terrestre. Y cada una tenía cuatro caras, y cada una de ellas cuatro alas. Y sus pies eran pies rectos, y la planta de sus pies era como la planta del pie de un becerro; y resplandecían como con el fulgor de cobre bruñido. Y había las manos de un hombre debajo de sus alas en sus cuatro lados, y las cuatro tenían sus caras y sus alas. Sus alas se unían una a la otra. No se volvían cuando iban; iban cada una derecho adelante.”—Ezequiel 1:4-9.
6. ¿Qué nombre dio Ezequiel más tarde a estas criaturas vivientes?
6 Más tarde, cuando Ezequiel describe su segunda visión del carro de Dios en una nueva ubicación, da a estas “cuatro criaturas vivientes” el nombre de “querubines,” en Ezequiel 10:1-20; 11:22.
7. ¿Cuándo se le aparecieron por primera vez querubines a la humanidad, y, de acuerdo con los querubines tallados de oro del Arca y con Salmo 80:1, por qué era adecuada la posición de las cuatro criaturas vivientes junto al carro?
7 Los querubines hicieron su primera aparición ante la humanidad al este del Jardín de Edén para vigilar la entrada a aquel Paraíso de Placer después que los pecadores, Adán y Eva, fueron echados al terreno exterior infestado de espinos y cardos. (Génesis 3:17-24) Como sacerdote Ezequiel quizás haya recordado entonces que los querubines tallados de oro que formaban parte de la cubierta del Arca sagrada del Pacto en el Santísimo del templo en Jerusalén solo tenían dos alas, extendidas hacia arriba y adelante para cubrir protectoramente la cubierta de oro del Arca. (Éxodo 25:18-22; 37:7-9) Puesto que aquella cubierta de oro sobre la cual estaban estos querubines representaba el trono de Dios, estas palabras de Salmo 80:1, dirigidas a Dios, eran apropiadas: “Oh Pastor de Israel, de veras presta oído, . . . Oh tú que te sientas sobre los querubines, resplandece, sí.” Por lo tanto estaba bien en armonía con la posición y cargo de las cuatro criaturas vivientes o querubines el que actuaran como servidores que atendían el carro de Dios.
8. ¿De qué eran las caras de las cuatro criaturas vivientes, y en qué posición estaban sus alas?
8 Además de su par de alas superiores y su par de alas inferiores y sus pies rectos como los de un becerro, resplandecientes como el cobre bruñido, había otros rasgos prominentes que caracterizaban a los querubines de la visión de Ezequiel. ¿Qué se dice de sus cabezas? Ezequiel escribe: “Y en cuanto a la semejanza de sus caras, las cuatro tenían una cara de hombre con una cara de león a la derecha, y las cuatro tenían una cara de toro a la izquierda; las cuatro también tenían una cara de águila. Así eran sus caras. Y sus alas se extendían hacia arriba. Cada una tenía dos que se unían, y dos cubrían sus cuerpos.”—Ezequiel 1:10, 11.
9. ¿Qué representan como símbolos las caras de hombre, león y toro?
9 El que estos querubines tuvieran cara de hombre al frente armonizaba bien con el hecho de que tenían manos de hombre debajo de sus alas y también de que los querubines tuvieran, en general, “la semejanza del hombre terrestre.” Los querubines celestiales también tienen la cualidad o atributo dado por Dios del amor, tal como la tiene el hombre terrestre, pues el primer hombre, Adán, fue creado a la imagen y semejanza de Dios. (Génesis 1:26-28) Una cara de león, estando al lado derecho de la cabeza de cada querubín, enfatizaba la cualidad de rectitud, justicia. Esta justicia tiene poder como apoyo suyo, lo cual se representa bien por el hecho de que al otro lado de la cara de león había, a la izquierda, una cara de toro. Esta cara concuerda bien con el hecho de que los querubines tenían pies (o extremidades) rectos, siendo la planta de cada uno “como la planta del pie de un becerro,” resplandeciendo con el “fulgor de cobre bruñido.” En su descripción posterior de los querubines, Ezequiel llama a la cara de toro la “cara del querubín.” (Ezequiel 10:14) No hay duda de que los querubines son criaturas de gran poder, como el del toro.
10. ¿Qué representó como símbolo la cara de águila, y de qué manera correspondían estas cuatro criaturas vivientes con las que se describen en Revelación 4:6-9?
10 Puesto que Dios, en Job 39:27-29, llama atención al gran alcance de la vista del águila, la cara de águila que había en la parte posterior de la cabeza del querubín señala a la sabiduría, la sabiduría celestial, que corresponde con los cielos en los cuales se remonta el águila de alto vuelo. Esta cara cuadra bien con el hecho de que cada querubín tenía cuatro alas, lo que les haría posible igualar al águila en su vuelo. Tanto la cara de águila como la cara de hombre, la cara de león y la cara de toro se encuentran entre las caras de las cuatro criaturas vivientes querúbicas que vio en visión el apóstol cristiano Juan unos setecientos años después, los cuales últimos querubines estaban situados alrededor del trono estacionario de Dios en el cielo.—Revelación 4:6-9.
11. ¿De quiénes distinguen a Dios esos cuatro atributos, simbolizados así, y a quiénes ha dotado él de estas cualidades?
11 Por lo tanto, a través de los siglos, consistentemente, hay adherencia a los mismos símbolos cuando se representan la sabiduría (el águila), el poder (el toro), la justicia (el león) y el amor (el hombre) de Dios. Estos cuatro atributos, en perfecto equilibrio los unos con los otros, distinguen a Jehová de todos los dioses de la mitología y las religiones falsas. Él ha dotado a sus criaturas celestiales y sus criaturas humanas terrestres de la medida adecuada de estos cuatro atributos.
12. ¿Por qué no tenían que volverse aquellas cuatro criaturas vivientes cuando deseaban cambiar la dirección de movimiento?
12 Teniendo cuatro caras en sus cabezas, los querubines no tenían que volverse si querían cambiar su dirección de movimiento de derecho adelante a la derecha o a la izquierda o dar contramarcha e ir hacia atrás. Al tener una cara que miraba en cada dirección, hacia los cuatro puntos cardinales, podían cambiar de dirección instantáneamente e ir en dirección de la cara que miraba en la dirección deseada donde la cualidad o atributo que estaba simbolizado por aquella cara particular habría de ejercerse y aplicarse. Podían moverse con la velocidad del relámpago. Su forma estaba delineada o ribeteada con un brillo como de fuego que sobrepasaba el del fuego hecho por el hombre como se hacía entonces, tan brillante, de hecho, que producía relámpagos. Con la ayuda del espíritu de inspiración de Dios, Ezequiel describe estos aspectos de las cuatro criaturas vivientes querúbicas, escribiendo:
13. ¿Con qué comparaciones describió Ezequiel el resplandor de las cuatro criaturas vivientes, y su velocidad?
13 “E iban cada una derecho adelante. Adondequiera que el espíritu se inclinaba a ir, iban ellas. No se volvían mientras iban. Y en cuanto a la semejanza de las criaturas vivientes, su apariencia era como brasas ardientes de fuego. Algo como la apariencia de antorchas se movía hacia atrás y hacia adelante entre las criaturas vivientes, y el fuego era brillante, y del fuego salían relámpagos. Y de parte de las criaturas vivientes había un salir y un volver como con la apariencia del relámpago.”—Ezequiel 1:12-14.
LAS RUEDAS DEL CARRO
14. ¿Quiénes en la Tierra hoy no pueden copiar el carro de Dios en cuanto a manejo?
14 ¿Podrían corresponder los movimientos de algún vehículo o carro con los movimientos de aquellas cuatro criaturas vivientes querúbicas? Imposible como es para los fabricantes de automóviles modernos copiar tal cosa, el profeta Ezequiel vio que así se manejaba el carro de Dios, y sin ningún volante ni arreglo mecánico para cambio de velocidades. Tome nota mientras nos lo explica Ezequiel:
15. ¿Cómo describe Ezequiel las ruedas en cuanto a su composición y movimientos?
15 “Mientras seguía viendo las criaturas vivientes, pues, ¡mire! había una rueda en la tierra al lado de las criaturas vivientes, junto a las cuatro caras de cada una. En cuanto a la apariencia de las ruedas y su estructura, era como el refulgir del crisólito; y las cuatro tenían una sola semejanza. Y su apariencia y su estructura eran tal como cuando una rueda resultaba estar en medio de una rueda.a Al ir iban en sus cuatro lados respectivos. No se volvían en otra dirección cuando iban. Y en cuanto a sus llantas, tenían tal altura que asustaban; y sus llantas estaban llenas de ojos alrededor de las cuatro. Y cuando las criaturas vivientes iban, las ruedas iban al lado de ellas, y cuando a las criaturas vivientes se les alzaba de la tierra, a las ruedas se les alzaba. Adondequiera que el espíritu se inclinaba a ir, ellas iban, inclinándose el espíritu a ir allí; y las ruedas mismas eran alzadas cerca de ellas, al lado, porque el espíritu de la criatura viviente estaba en las ruedas. Cuando iban, éstas iban; y cuando se quedaban quietas, éstas se quedaban quietas; y cuando se les alzaba de la tierra, a las ruedas se les alzaba cerca de ellas, al lado, porque el espíritu de la criatura viviente estaba en las ruedas.”—Ezequiel 1:15-21.
16. ¿Cuál era la posición de las ruedas en su relación de unas a otras, y cuánto terreno podían estar conscientes de abarcar con solo una revolución?
16 El que hubiera una rueda junto a cada criatura viviente resultaría en cuatro ruedas, no cada una al lado de las otras en una misma líneab ni en una fila larga, sino en cuatro lugares relacionados,c como las cuatro caras de los querubines. Estaban, pues, en las cuatro esquinas de un rectángulo. Todas las ruedas eran iguales en apariencia y estructura. Refulgían como el crisólito cuando refleja la luz. Sus llantas estaban llenas de ojos alrededor, como si las ruedas pudieran ver por dónde iban. No iban ciegamente en ninguna dirección. ¡Y qué altas eran las ruedas! Su altura infundió temor en Ezequiel. Teniendo un diámetro tan grande y una circunferencia correspondientemente grande, las ruedas podían abarcar gran distancia con solo una revolución sobre su eje. Por eso, como los cuatro querubines, podían moverse como relámpago.
17. ¿Cómo resultaba estar una rueda dentro de una rueda, y qué manejo permitía esto?
17 En cuanto a la estructura de aquellas ruedas, algo en ellas era singular. Cada rueda tenía una rueda dentro de ella, no una rueda más pequeña dentro de la rueda grande y en un mismo plano con ella y girando simultáneamente con ella sobre el mismo cubo o eje. No, sino una rueda del mismo diámetro y ajustada a través de la rueda que servía de base, llanta tocando a llanta en ángulo recto. Solo así se podía decir que las ruedas “iban en sus cuatro lados respectivos,” un lado describiendo una curva hacia el frente, otro hacia atrás, otro a la derecha y otro a la izquierda. Con razón estas ruedas no tenían que dar vuelta como cuando se dobla una esquina a fin de ir en otra dirección. Instantáneamente podían cambiar de dirección debido a que había un lado de la rueda que daba a cada dirección. De modo que las ruedas podían ajustar su dirección de movimiento al de las cuatro criaturas vivientes que tenían cuatro caras y que por lo tanto no tenían que dar la vuelta para cambiar de dirección. Sobre cuatro ruedas de esta estructura la carrocería del carro de Dios podía ir por medio de apoyo invisible exactamente como lo hace un hovercraft o vehículo que se desliza sobre el agua o la tierra sostenido por un delgado cojín de aire.
18. ¿Qué hacía posible que estas ruedas sin alas ajustaran sus movimientos a los de las cuatro criaturas vivientes?
18 No había alas en aquellas cuatro ruedas como las había en las cuatro criaturas vivientes, y no obstante podían levantarse del suelo y despegar hacia el espacio tal como podían hacerlo aquellas criaturas vivientes. Aquellas ruedas no estaban enganchadas a ningún tiro u otros animales o aparato de tracción. ¿De dónde obtenían este poder de ajustarse a todos los movimientos de las criaturas vivientes? ¿Cuál era la fuerza detrás de su locomoción? Ah, era el espíritu del Dios Todopoderoso. La misma fuerza activa invisible de Dios que estaba dentro de las criaturas vivientes estaba en aquellas ruedas y no necesitaban ningún motor de gasolina ni motor eléctrico que las propulsara. Sencillamente expresado, “el espíritu de la criatura viviente estaba en las ruedas.”
19. ¿Qué vio Ezequiel sobre las cuatro ruedas, y qué sonido oyó que producían las alas de las criaturas vivientes?
19 Miremos ahora, con Ezequiel, más arriba de las cuatro ruedas de altura que asusta y veamos qué hay arriba. Hay, por decirlo así, el piso del carro, pues Ezequiel pasa a decir: “Y sobre las cabezas de las criaturas vivientes había la semejanza de una expansión como el chispear de hielo sobrecogedor, extendida sobre sus cabezas arriba. Y bajo la expansión sus alas estaban rectas, una a la otra. Cada una tenía dos alas que cubrían de este lado y cada una tenía dos que cubrían del otro lado sus cuerpos. Y llegué a oír el sonido de sus alas, un sonido como el de vastas aguas, como el sonido del Todopoderoso, cuando iban, el sonido de un tumulto, como el sonido de un campamento. Cuando se detenían, bajaban sus alas.”—Ezequiel 1:22-24.
20. ¿Qué comparación existía entre las ruedas y las criaturas vivientes en cuanto a altura, y la expansión arriba, al ser como hielo, qué cualidad tenía?
20 Las cuatro criaturas vivientes no eran tan gigantescas como aquellas cuatro ruedas. De modo que el firmamento o “expansión como el chispear de hielo sobrecogedor” que viajaba sobre apoyo invisible por encima de las cuatro ruedas estaba muy arriba de las cabezas de las cuatro criaturas vivientes. En correspondencia con aquello, la “expansión,” aunque sólida, era translúcida. De veras era imponente, un hecho que plenamente concordaba con la dignidad de Aquel que la conducía.
21. Al comparar el sonido de las alas de las criaturas vivientes con diferentes cosas, ¿qué se sugiere así?
21 En la Tierra hay insectos que producen un sonido musical o resonante por medio de frotar sus alas. No difiere del poder de producir sonido que tienen las alas de los insectos el que las alas de las cuatro criaturas vivientes querúbicas en movimiento produjeran un sonido impresionante. Sabemos lo que es el sonido de muchas aguas o vastas aguas cuando están agitadas. El sonido de las alas de las criaturas vivientes era semejante a eso. Su vuelo no era callado. El sonido hasta se podría comparar con el sonido que el Todopoderoso puede producir en su creación natural que puede hacer que una persona se sobresalte. No era un sonido pacífico. Era como el sonido de un tumulto o una muchedumbre tumultuosa. El sonido estaba lejos de ser tranquilizante, puesto que Ezequiel dice que era como el sonido de un campamento armado, un campamento de soldados. Esto sugería inminencia de guerra, de batalla. Por eso, en vez de que fueran sus cuatro tremendas ruedas las que sonaran ruidosamente como matraca, eran las alas de las cuatro criaturas vivientes las que atraían atención al acercamiento del carro de Dios indicando que no venía en misión pacífica. ¡Venía como carro de guerra! ¿Por qué? Tenemos que esperar para averiguarlo.
EL CONDUCTOR DEL CARRO CELESTIAL
22. ¿Hacia quién llama atención la voz que procede de sobre la expansión?
22 Ahora nuestros oídos se vuelven del ruidoso sonido que hacen las alas de las cuatro criaturas vivientes a una voz que proviene de sobre el piso del carro celestial, y esto llama nuestra atención al conductor del carro. Evidentemente el carro se detiene, cuando las criaturas vivientes se detienen, a fin de que su conductor hable a este sacerdote desterrado, Ezequiel. Tocante a esto, Ezequiel escribe:
23. ¿Cómo describió Ezequiel la apariencia de la gloria de Jehová sobre la expansión?
23 “Y llegó a haber una voz sobre la expansión que estaba sobre su cabeza. (Cuando se detenían, bajaban sus alas.) Y sobre la expansión que había sobre sus cabeza había algo que en apariencia era como piedra de zafiro, la semejanza de un trono. Y sobre la semejanza del trono había una semejanza de alguien que en apariencia era como un hombre terrestre sobre él, arriba. Y llegué a ver algo como el fulgor de electro, como la apariencia de fuego todo alrededor en el interior, desde la apariencia de sus caderas y hacia arriba; y desde la apariencia de sus caderas y hacia abajo vi algo como la apariencia de fuego, y él tenía un resplandor todo alrededor. Había algo como la apariencia del arco que ocurre en una masa de nubes en el día de una lluvia fuerte. Así era la apariencia del resplandor que había alrededor. Era la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová.”—Ezequiel 1:25-28.
24. La descripción que se da del Conductor del carro, aunque se da en términos terrestres, ¿qué indica acerca de Él en realidad?
24 Por su color el trono del conductor del carro parecía ser de preciosa piedra de zafiro. Su color concertaba bien con el azul celeste de los cielos desde los cuales venía el conductor del carro. Siendo el trono semejante a un trono terrestre, Aquel que estaba sentado en él era en apariencia semejante al hombre terrestre. Ya que Ezequiel mismo era simplemente humano, la forma humana era la mejor forma que él podía apreciar para esta manifestación divina. Sin embargo, aquella forma humana, envuelta en gloria, refulgía como electro, como si estuviese siendo tratada por fuego dentro de un horno. Desde la cintura de esta forma semejante a hombre había esta elegante gloria que se extendía tanto hacia arriba como hacia abajo, estando así toda la forma cubierta de gloria. Esta era una simple representación del Dios Todopoderoso, pero indicaba que en realidad, en la región invisible, él es indescriptiblemente glorioso.
25. ¿Cómo se representa el hecho de que él mantiene su serenidad, y qué efecto tiene esto en el ejercicio de sus atributos?
25 A pesar de la misión del divino Conductor del Carro, éste mantenía su calma y serenidad. ¡Cuán hermosamente se representa esto por el hecho de que está acompañado del bello arco iris, el “arco que ocurre en una masa de nubes en el día de una lluvia fuerte”! Con esa actitud calmada puede mantener en perfecto equilibrio sus atributos de sabiduría, justicia, poder y amor. Jamás puede ser acusado de no ser sabio, justo, poderoso y amoroso. Su gloriosa apariencia nunca es empañada por la comisión de algo malo.
26, 27. ¿Cómo afectó la visión a Ezequiel antes que se le hablara, y cómo nos afecta la descripción que él da de ella?
26 Bueno, ¿cuál es nuestra impresión de esta descripción de la simple “semejanza de la gloria de Jehová”? ¿Qué efecto tuvo en Ezequiel, que realmente vio estas cosas en visión? Él nos dice, escribiendo: “Cuando llegué a verla, entonces caí sobre mi rostro, y empecé a oír la voz de uno que hablaba.”—Ezequiel 1:28.
27 La simple descripción escrita de ella jamás puede producir en nosotros el efecto aplastador que produjo la mismísima vista de la visión en toda su grandeza en este hombre sacerdotal, Ezequiel. Él no pudo menos que postrarse ante esta “semejanza de la gloria de Jehová.” Pero la descripción inspirada de Ezequiel profundiza nuestro aprecio de ciertos aspectos de Aquel que desea que sepamos que él es Jehová. Sin embargo, la impresión en nosotros se hace aun más conmovedora y excitante cuando vemos, a la luz de la Biblia, el significado de este carro de Dios.
28. ¿Cómo hace Jehová de las nubes su carro, como dice el Salmo 104:1-4? ¿Le fue dada a Ezequiel la visión de un carro (diferente de las nubes) para su entretenimiento?
28 Ciertamente Jehová no monta un carro como el que se ve en la visión dada a Ezequiel. El salmista de la antigüedad dijo bajo inspiración: “Bendice a Jehová, oh alma mía. Oh Jehová Dios mío, te has mostrado muy grande. Con dignidad y esplendor te has vestido, envolviéndote de luz como de una prenda de vestir, extendiendo los cielos como una tela para tienda, Aquel que edifica sus cámaras de arriba con vigas en las aguas mismas, que hace de las nubes su carro, que anda sobre las alas del viento, que hace a sus ángeles espíritus, a sus ministros un fuego devorador.” (Salmo 104:1-4) Por supuesto, Jehová no hace de las nubes literales de la Tierra su carro, pero puede usarlas como agencias suyas para efectuar ciertas cosas a, o para, la humanidad en la Tierra. Lo que Ezequiel vio en visión se asemejaba más a un carro de cuatro ruedas de lo que se asemejan a ello las nubes. Jehová no inspiró a Ezequiel para que tuviera una visión de aquel carro celestial solo para entretenerlo con algo de apariencia fantástica. Le mostró a Ezequiel aquel carro extraordinario, autopropulsado, como un cuadro de algo mayor todavía. Saber lo que significa resulta en provecho para nosotros.
29, 30. ¿Qué sugiere la naturaleza simbólica del mobiliario del templo de Jerusalén en cuanto al carro de la visión que vio Ezequiel, y por qué nos hacen recordar el Salmo 18:6-10 las criaturas vivientes que están junto a las ruedas?
29 Tal como los varios artículos de mobiliario en el templo de Jehová en Jerusalén fueron diseñados por él y hechos de acuerdo con su patrón o modelo para representar cosas espirituales de mayor importancia, así, también, el carro celestial que se colocó ante Ezequiel en su visión milagrosa representó algo vastamente mayor. ¿Qué? La organización celestial de Jehová compuesta de todas sus santas criaturas espíritus en esa región invisible. Por la apariencia de las cuatro criaturas vivientes querúbicas que tenían rasgos simbólicos y que acompañaban a las cuatro ruedas como corredores que acompañaban un carro, se nos hace recordar lo que escribió el salmista David, en el Salmo 18:6-10:
30 “En mi angustia seguí invocando a Jehová, y a mi Dios seguí clamando por auxilio. Desde su templo procedió a oír mi voz, y mi propio clamor ante él por auxilio ahora entró en sus oídos. . . . Y él procedió a doblar los cielos hacia abajo y a descender. Y había densas tinieblas debajo de sus pies. Y vino cabalgando sobre un querubín y vino volando, y vino a vuelo rápido sobre las alas de un espíritu.”—Salmo 18:6-10; 2 Samuel 22:7-11.
31. ¿Qué, entonces, representa el carro de la visión que vio Ezequiel, y cómo lo monta o cabalga Jehová?
31 Jehová no se circunscribe a montar o cabalgar sobre el único querubín que menciona el salmista, ni sobre cuatro querubines como se ven en su visión a Ezequiel, ni sobre todos los querubines de ese orden de criaturas espíritus en el cielo. Él cabalga sobre todas sus criaturas espíritus, sean querubines, serafines o ángeles comunes. Él es el Dios Altísimo, el Ser Supremo. Todos están sujetos a él, y por eso cabalga sobre ellos en el sentido de dominarlos y usarlos de acuerdo con su propósito. En vez de personal y directamente ir a algún lugar él mismo, puede enviar allí un querubín o serafín o ángel, y al hacer que su espíritu (su fuerza activa invisible) acompañe a ese mensajero para que opere por medio de ése, Jehová de hecho cabalga sobre esa criatura espíritu. Todos los querubines, serafines y ángeles, juntos, componen su organización celestial unida, coordinada, armoniosa y obediente. Esta organización sobrehumana, de espíritus, es como el carro celestial que se ve en la visión de Ezequiel y está representada por él. Como en un carro él conduce a esta organización, haciendo que se mueva adondequiera que su espíritu la impela a moverse.
32. ¿Cómo se le mostró en visión al profeta Daniel la vastedad de la organización celestial de Jehová?
32 Muchos años después que Ezequiel tuvo su visión del carro celestial, el profeta Daniel, que había sido llevado al destierro o deportación con Ezequiel, tuvo una visión maravillosa, “en el primer año de Belsasar el rey de Babilonia.” En la visión Daniel vio el trono de cuatro ruedas de Jehová en una escena de Tribunal en el cielo. Aquí Daniel da prominencia al vasto cuerpo de servidores que están sujetos a Jehová en el cielo en la siguiente descripción: “Seguí contemplando hasta que se colocaron tronos y el Anciano de Días se sentó. Su ropa era blanca justamente como la nieve, y el caballo de su cabeza era como lana limpia. Su trono era llamas de fuego; sus ruedas eran un fuego ardiente. Había una corriente de fuego que fluía y salía de delante de él. Había mil millares que seguían ministrándole, y diez mil veces diez mil que seguían de pie directamente delante de él. El Tribunal tomó asiento, y hubo libros que se abrieron.”—Daniel 7:1-10.
33. Según el registro bíblico, ¿cuál fue la última visión dada que mostró la vastedad de la organización celestial de Jehová?
33 En las últimas visiones de Dios que se hayan dado a un escritor de la Biblia, el apóstol cristiano Juan tuvo una visión del trono de ojos en los cielos en torno del cual estaban apostadas cuatro criaturas vivientes querúbicas. En su descripción de lo que pasó allí, Juan también llama atención a las vastas multitudes de criaturas espíritus cuando todas juntas reconocen la equidad de Dios al dar un galardón a su Hijo que fue degollado como cordero de sacrificio aquí en la Tierra a favor de toda la humanidad. Escribe Juan: “Y vi, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de las criaturas vivientes y de los ancianos, y el número de ellos era miríadas de miríadas [diez millares de diez millares] y millares de millares, diciendo con voz fuerte: ‘Digno es el Cordero que fue degollado de recibir el poder y riquezas y sabiduría y fuerza y honra y gloria y bendición.’”—Revelación 5:1-12.
34. ¿Qué es Jehová para esta organización celestial, y cómo funcionan las partes de ésta, y por qué funcionan así?
34 Jehová, quien creó y organizó todo el universo visible a nuestros ojos, ha organizado todas estas santas criaturas espíritus celestiales en una sola vasta organización universal, sobre la cual él es el Soberano Universal. Cada una de ellas tiene su propio lugar en la organización y tiene sus obligaciones dadas por Dios que desempeñar. Dios las conduce a todas como su carro. Se mueve sobre ellas controlándolas, al enviarlas, individual o unidamente, a alguna misión en cualquier parte del universo, visible o invisible. No hay fricción alguna entre las partes en su organización. Todas las partes funcionan juntas sin asperezas y eficazmente en perfección, estando llenas de su espíritu santo, el vínculo perfecto de unión. Lo maravilloso de la organización celestial de Jehová nos impresiona más profundamente mientras más la contemplamos.
DISCERNIMIENTO DE LA ORGANIZACIÓN CELESTIAL EN EL DÍA MODERNO
35. ¿Cuándo comenzaron los testigos cristianos de Jehová a comprender o apreciar que Él tiene una organización, y qué dijo acerca de ello el último número de la revista Watch Tower de 1924?
35 Los testigos cristianos de Jehová de este siglo veinte han llegado a comprender o apreciar que Él tiene una organización a tan sumo grado maravillosa. A principios de la tercera década de nuestro siglo Su espíritu les ayudó a percibir este hecho imponente. Antes del año 1922 esto fue llamado a la atención de ellos. Después de eso se hicieron referencias a la organización celestial en las publicaciones religiosas que utilizaban para diseminar instrucción bíblica. Por ejemplo, en el número de The Watch Tower del 15 de diciembre de 1924, en la página 371, bajo el subtítulo “La organización de Dios,” leemos:
Mientras más entendemos el plan de Jehová, más plenamente apreciamos el hecho de que él tiene la más maravillosa de todas las organizaciones. Su majestad y dignidad impiden que él dé atención directa a los detalles y la ejecución de sus órdenes. Desde su trono eterno en el cielo más alto él ejerce su poder como le place. En los puestos de sus cortes celestiales hay diferentes criaturas, como se indica por sus nombres. A algunas se les llama querubines, a otras serafines y a otras ángeles, se puede decir correctamente que los ángeles son mensajeros y oficiales ejecutivos del gran Jehová.—Párrafo 3 del artículo principal intitulado “Arrobamiento de los ángeles.”
36. ¿Qué dijo el libro Prophecy, capítulo V, acerca de “La organización de Dios”?
36 En el año 1929 la Sociedad Watch Tower Bible and Tract publicó en inglés el libro intitulado “Prophecy,”d cuyo capítulo V llevaba el título que en español se traduciría “La organización de Dios.” La visión de Ezequiel que se describe en el primer capítulo de su libro profético se aplicó a la organización celestial de Dios compuesta de sus criaturas espíritus. En la página 121, líneas 2-7, dice: “Juntos las criaturas vivientes y los objetos inanimados, o instrumentos, que aparecen en la visión, dan la apariencia de una enorme organización viva semejante a carro que se extiende a gran altura en los cielos, y sobre toda la cual preside Jehová Dios.”
37. ¿Cómo aplicó el tomo I del libro Vindication la visión que tuvo Ezequiel del carro celestial, y cómo afectó esto al diseño de la portada de la revista Watchtower?
37 Más tarde, en el año 1931, la Sociedad Watch Tower Bible and Tract publicó el tomo uno del libro en inglés intitulado “Vindication.”e Éste contenía un comentario sobre los primeros veinticuatro capítulos de la profecía de Ezequiel, y este libro también aplicó a la organización de Jehová la visión que tuvo Ezequiel del carro celestial. Al ver esto, los testigos cristianos de Jehová se llenaron de tanto aprecio que, desde el número del 15 de octubre de 1931, hasta el del 1 de agosto de 1950, el diseño de la portada de la revista Watchtower (en español conocida hoy como La Atalaya) llevaba en la esquina superior de la derecha el concepto de un artista de la visión del carro celestial que vio Ezequiel.
38. Midiendo únicamente desde la visión de Ezequiel, ¿por cuánto tiempo había existido la organización celestial de Jehová antes de la congregación cristiana, y a qué grado fue Ezequiel testigo de Jehová?
38 Ezequiel tuvo la visión de la organización celestial del Dios Altísimo 645 años antes que fuera organizada la iglesia o congregación cristiana en la primavera de 33 E.C., en el día del Pentecostés en Jerusalén. La organización celestial de Jehová existía en el día de Ezequiel y estaba en marcha en aquel año de 613 a. de la E.C., cuando Ezequiel fue favorecido con aquella maravillosa visión simbólica. En las visiones dadas a él Ezequiel fue testigo de la organización de Jehová en símbolo, pero realmente vio cómo esa organización celestial funcionó hasta que Ezequiel terminó de escribir profecías en el año 591 a. de la E.C. De modo sobresaliente él fue uno de aquella grande “nube de testigos” de Jehová que el apóstol cristiano Pablo describe en Hebreos 11:1 a 12:1. De las 6.961 ocasiones en que aparece el nombre divino Jehová en las Escrituras Hebreas inspiradas desde Génesis hasta Malaquías inclusive (New World Translation, edición de 1971), 439 de estos casos están en el libro profético de Ezequiel, y por sesenta y dos veces Ezequiel cita la declaración que hace Dios de su propósito inmutable de que las naciones, los pueblos y los individuos “sabrán que yo soy Jehová.”
39. En nuestro día, ¿a quién representa Ezequiel, y desde cuándo, y qué estaba entonces en marcha al igual que en el día de Ezequiel?
39 Tocante a nuestro siglo veinte, el profeta Ezequiel representa bien al resto ungido de los testigos cristianos de Jehová desde el año 1919 E.C., el año crítico en el cual hubo un reavivamiento de sus actividades públicas según se predijo en Revelación 11:3-12.f Es verdad que en 1919 este resto espiritual no comprendía la organización de Jehová como la comprende hoy. También es verdad que no discernía entonces que la organización de Jehová había sido representada proféticamente por el carro simbólico de la visión de Ezequiel; no hasta el año 1929. Sin embargo, la organización celestial de Jehová existía, por supuesto, en el año 1919 y se puso en contacto espiritual con los del resto ungido en ese año para revivificarlos como los testigos públicos de Jehová a todo el mundo. Aquella organización semejante a carro estaba en marcha entonces en 1919; está en marcha hoy, y evidentemente sus ruedas de progreso están dando vuelta más aprisa que nunca antes. ¡Jehová cabalga de nuevo!
40. Ante la visión de la “semejanza de la gloria de Jehová,” ¿qué se sintió impelido a hacer Ezequiel, y al discernir la organización celestial de Jehová, ¿qué se sintieron impelidos a hacer los del resto ungido de este siglo?
40 Ante la “semejanza de la gloria de Jehová” contemplada en visión el sacerdote Ezequiel se sintió impelido irresistiblemente a caer sobre su rostro, a postrarse. Deseaba saber por qué este carro celestial había llegado adonde estaba él y se había detenido. Lo averiguó cuando le llegó una voz procedente de Aquel que estaba entronizado sobre el carro, sobre la “semejanza de una expansión como el chispear de hielo sobrecogedor.” (Ezequiel 1:22, 26-28) Así mismo, cuando los del resto ungido de los testigos cristianos de Jehová de este siglo discernieron la organización celestial de Jehová, se llenaron de temor sobrecogedor. Se sintieron obligados más fuertemente a adorarlo a Él y llegar a ser testigos de su nombre gloriosamente histórico, Jehová. Habiendo terminado la I Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918, y habiendo empezado el mundo posbélico, prestaron intensa atención en el año 1919, después de su reavivamiento, para oír lo que Jehová les decía por medio de Su organización semejante a carro.
[Notas]
a En una nota al pie de la página sobre esto la edición de 1971 de la New World Translation of the Holy Scriptures dice: “Posiblemente, estar centradas en ángulos rectos sobre el mismo eje.”
b Vea el cuadro de la página 119 del libro Prophecy, primera edición, 1929. Agotado.
c Vea el cuadro de la página 25 del libro Vindication, tomo uno. Edición agotada ahora.
d Edición agotada ahora.
e Edición agotada ahora.
f Para la explicación de estos versículos lea el libro intitulado “Entonces queda terminado el misterio de Dios,” capítulo 19, sobre “Muerte y resurrección de los ‘dos testigos,’” páginas 283 y siguientes.
[Ilustración de las páginas 44 y 45 (completas)]