Fijando destinos en este período de juicio
1. ¿Cómo ha ido en progreso el presente período de juicio?
INNEGABLEMENTE entramos a un período de juicio al sobrevenir la segunda presencia de Cristo. El juicio empezó en la casa de Dios, limpió a los del resto ungido de inmundicia babilónica, los libertó de la esclavitud babilónica, los capacitó para huir de la Babilonia mayor para que no participaran de sus plagas. Fueron libertados para predicar, para proclamar el establecimiento del reino celestial, para dar amonestación del “fin consumado” inminente: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:14, 21, 22; 1 Ped. 4:17, NW) Este esclarecimiento trajo responsabilidad y colocó una base para juicio: “Ahora ésta es la base para el juicio, que la luz ha venido al mundo.” (Juan 3:19-21, NW) Por esto el juicio que empezó en la casa de Dios se extendió para incluir a toda persona de toda nación, como Jesús había dicho que acontecería en su segunda presencia: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán juntadas delante de él, y él separará a la gente una de otra, así como el pastor separa a las ovejas de las cabras. Y él pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.” Las ovejas que mostraron bondad a los hermanos de Cristo heredan las bendiciones del nuevo mundo, pero las cabras que rehusan mostrarles bondad van “al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles”. El juicio de Cristo es: “Estos irán al arrasamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.” Las cabras permanecen en la Babilonia mayor y participan de sus plagas; las ovejas pertenecen a Dios y viven por prestar atención al mandato: “Salgan de ella, pueblo mío.”—Mat. 25:31-46, NW.
2. ¿Qué especulación se presenta, y sobre qué base se hace ésta?
2 Este período de juicio será completado durante esta generación y cuando la ejecución del juicio empiece en el Armagedón el destino de todas las personas que entonces vivan habrá sido fijado. Algunos se perturban a causa de esto, y especulan sobre la existencia de una tercera clase a la cual no se separa en categorías de ovejas y cabras y la cual será resucitada en el milenio para su período de juicio. En esta tercera clase colocarían a todos los bebés y niños, y a todos los adultos que no son alcanzados por el mensaje del Reino para el tiempo cuando estalle el Armagedón. Tales especuladores no pueden producir ningún apoyo bíblico para su teoría. Esta parece que se debe o a sentimentalismo humano en cuanto a la salvación de criaturas o a una actitud negativa y derrotista en cuanto a una consumación satisfactoria de la obra de predicación. O a ambas cosas.
3, 4. ¿Por qué es errónea la teoría de una tercera clase?
3 La Palabra de Jehová declara que el mensaje o nuevas del Reino “se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones”. ¿Volverá a él vacía su palabra? ¿o su propósito sin cumplir? No; ¡hasta las piedras clamarían para impedir eso! (Isa. 46:11; 55:11; Luc. 19:40) A todas las naciones, por toda la tierra habitada, el testimonio que se dará será suficiente para servir el propósito de Jehová, y se acabará de dar antes de que venga el “fin consumado” o Armagedón. Este testimonio proporcionará la base para el juicio en que las personas de todas las naciones son separadas en clases de ovejas y cabras, por Cristo Jesús. ¿Hará Cristo el Juez un trabajo a medias? ¿Faltará en completar el trabajo delineado para él y dejará una tercera clase no predicha a la cual no llega a separar? O ¿completará la obra separadora que Jehová le encomendó, y dividirá a las personas de todas las naciones en sólo las dos clases predichas, para así efectuar el propósito divino y cumplir la palabra divina?
4 Este período de juicio desde 1914 hasta el Armagedón se aparta para esta obra separadora y es parte de la señal de que estamos en “el tiempo del fin”. ¿Malgastará Cristo Jesús el tiempo en la obra separadora, de modo que tenga que terminarla en un día de juicio futuro, faltando así en proveer plenamente esta parte de la señal? Algunos arguyen que la parábola de las ovejas y las cabras sigue aplicando en el milenio. Pasan por alto el hecho de que la separación queda completa antes de que las ovejas heredan las bendiciones del nuevo mundo del reino milenario, que esta separación se efectúa cuando él llega, no siglos después. Las naciones existen; no habrá ninguna división en cuanto a cosas nacionales en el nuevo mundo. La obra de juicio asignada a este período tiene que estar completa antes que empiece la ejecución en el Armagedón. El juicio en la casa de Dios fué completo, no fué hecho a medias; así será con el juicio de las naciones durante el mismo período de juicio.
5. ¿Cómo es que la profecía de Ezequiel y las palabras de Jesús no dejan lugar para una tercera clase?
5 En armonía con la ilustración de las ovejas y las cabras, Ezequiel 9:4-6 (AT) manifiesta sólo dos clases, los marcados para ser preservados y los no marcados, designados para ser destruídos. Y en este cuadro profético de la matanza del Armagedón note que las fuerzas ejecutivas no perdonan individuos sobre la base de edad o sexo: “Maten sin misericordia o lástima. A ancianos, jóvenes y doncellas, niñitos y mujeres—¡matadlos a todos! Pero no toquen a nadie en quien esté la marca.” Note que en este cuadro los preservados son los que “gimen y lloran por todas las abominaciones” hechas en la tierra que acarrean vituperio a la adoración verdadera de Jehová. En la parábola de las ovejas y las cabras los preservados mostraron favor hacia los hermanos de Cristo. En ambos casos los que fueron destruídos fueron aquellos que permanecieron indiferentes o neutrales así como también los opositores. Cristo Jesús, durante el período de juicio cuando estuvo en la tierra, dictó el principio para tales tiempos: “El que no está de parte mía está en mi contra, y el que no recoge conmigo, desparrama.” (Mat. 12:30, NW) No queda lugar alguno para una tercera clase.
RESPONSABILIDAD DE FAMILIA
6. ¿Qué principio opera en cuanto a la clasificación de niñitos?
6 Puesto que Ezequiel 9:4-6 manifiesta que algunos “niñitos” están en la clase eternamente destruída en el Armagedón, ¿sobre qué base son colocados en esa clase, tomando en cuenta el hecho de que son demasiado jóvenes para ser considerados responsables por sí mismos? Las Escrituras indican que hay responsabilidad de familia o mérito de familia bajo cual arreglo se determina el destino de niños que no son responsables. Ejemplos bíblicos de este principio ayudarán a los mansos y enseñables a amoldar su mente para que se ajuste al punto de vista de Dios en este asunto, los ayudará a entender cómo Dios lo ve y no a testarudamente adherirse a sus propias ideas sobre ello. Las ideas de ellos no sólo son falibles sino que no tienen importancia, puesto que es Jehová quien fija los principios que determinan el resultado del asunto.
7, 8. ¿Qué ejemplos bíblicos establecen el principio?
7 Cuando Datán y Abiram se rebelaron contra el arreglo teocrático de Jehová en el desierto la tierra se los tragó. Pero no a ellos solos, porque el registro manifiesta que junto con ellos perecieron “sus mujeres y sus hijos y sus pequeñuelos”. (Núm. 16:23-33; Deu. 11:6) ¿No trajo Acán por su codicia muerte no sólo para sí mismo sino también para sus hijos e hijas, puesto que toda su casa y posesiones fueron destruídas con él? (Jos. 7:24-26) El pecado de David ¿no resultó en la muerte de su prole? (2 Sam. 12:15-18) El pecado de Cam acarreó una maldición sobre su hijo Canaán. (Gén. 9:22-27) Los descendientes del rey Saúl sufrieron por sus pecados. (2 Sam. 21:1-9) También, la Ley mosaica declaró que las iniquidades de los padres serían visitadas sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
8 En un tiempo de juicio Jesús dijo: “Si, pues, un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.” (Mat. 15:14, NW) Eso significa no sólo el clero y los legos sino también el padre y su hijo. Si un padre escoge pecar contra el espíritu santo a pesar de los intereses eternos de su prole, ésa entonces llega a ser la responsabilidad del padre. Hemos visto cómo las destrucciones al tiempo del Diluvio y al tiempo del chubasco ardiente sobre Sodoma y Gomorra fueron concluyentes. Ningún niñito fué preservado en el arca; deben haber sido muertos por Jehová. Muchos bebés y jóvenes deben haber estado en Sodoma y Gomorra, pero su inocencia juvenil no hizo que Jehová los considerara justos. La presencia de diez justos habría salvado las ciudades. Seguramente que había más de diez niños no responsables. Junto con sus padres injustos fueron muertos por Jehová.—Gén. 18:20-33; 19:1-26.
9. ¿Cómo obra este principio para la salvación de los hijos?
9 Este principio de responsabilidad de familia también obra a la inversa, según lo que podríamos llamar mérito de familia. Los primogénitos israelitas fueron perdonados de la décima plaga porque las cabezas de familia obedecieron el mandato de Jehová de salpicar la sangre del cordero de la Pascua en los dinteles de las casas. (Éxo. 12:7, 13) Mefiboset fué perdonado por ser hijo de Jonatán. (2 Sam. 21:7) El curso sabio de Rahab resultó en la preservación de su familia. (Jos. 2:12-14) Fué en parte por consideración a Abrahán que su sobrino Lot fué favorecido, y los ángeles que visitaron a Sodoma iban a permitir, por consideración a Lot, que llevara a sus parientes a un lugar de protección. La negativa de éstos y su destrucción subsecuente manifiestan que tiene que haber cooperación con la cabeza de familia si el mérito de familia ha de tener vigor. (Gén. 19:12-14, 29) De interés especial para los padres en estos últimos días son las palabras de Pablo: “El esposo incrédulo es santificado en relación con su esposa, y la esposa incrédula es santificada en relación con el hermano; de otra manera, sus hijos en verdad serían inmundos, pero ahora son santos.” (1 Cor. 7:14, NW) “Jehová conoce a los que le pertenecen,” y eso también aplica a los niñitos en el Armagedón cuyos padres pertenecen a Jehová y quienes tratan de criarlos conforme a Su Palabra.—Deu. 6:6, 7; Efe. 6:4; 2 Tim. 2:19, NW.
10. ¿Por qué es tan vital la educación adecuada de los niños por los padres?
10 Estos hechos deberían hacer que los testigos de Jehová que son padres reflexionaran sobriamente sobre la educación teocrática que ahora les dan a sus hijos. A los padres se les manda instruir a sus hijos en los caminos de Dios, y si en estos últimos días los padres no escuchan las instrucciones divinas es posible que traigan destrucción no sólo sobre sí mismos sino también sobre sus hijitos en el Armagedón. Y si estos hijitos crecen y llegan a la edad de responsabilidad antes que estalle el Armagedón, la educación paternal podrá determinar si escogen el curso de vida o muerte. (Pro. 22:6) Viene el tiempo cuando los hijos que van entrando a la madurez asumen su propia responsabilidad, al haber alcanzado la debida edad de responsabilidad y escogido con responsabilidad el curso que seguirán. Entonces ya no están bajo la responsabilidad o mérito de familia y quedan bajo el principio de responsabilidad personal: “La persona que peca morirá. El hijo no ha de sufrir por la iniquidad de su padre, ni el padre por la iniquidad de su hijo; el hombre bueno recibirá crédito por su propia bondad, y el hombre inicuo por su propia iniquidad.”—Eze. 18:20, Mo.
11. ¿Por qué no puede aplicarse Ezequiel 18:20 a los niños? ¿Qué manifiesta este texto?
11 Algunos dirán que este texto refuta la creencia de que habrá niñitos que perecerán con sus padres inicuos al fin de períodos de juicio. Pero la aplicación de este texto no tiene que ver con menores. Las circunstancias claramente manifiestan que el hijo a quien se hace referencia es adulto, y no un niño. Los versículos anteriores dicen que si un hombre hace lo que es lícito y correcto vivirá. Si engendra un hijo que es violento, sexualmente depravado, opresor de los pobres y necesitados, ladrón e idólatra, ese hijo inicuo morirá por su iniquidad. Si el hijo evita todos estos pecados y hace lo que es recto, ayuda a los pobres, no comete ningún crimen, guarda la ley de Dios, ese hijo vivirá, sea su padre bueno o inicuo. Cada uno dará cuenta de sí mismo, una vez alcanzada la edad de responsabilidad personal. Luego todo esto se resume en el Eze 18 versículo 20, ya citado. Los versículos que siguen manifiestan que si hijo o padre inicuo abandona su iniquidad y hace lo recto, vivirá, y que si hijo o padre bueno se hace malo, muere a consecuencia de ello. Ahora bien, ¿qué infante o niñito podría cometer las depravaciones sexuales o crímenes o idolatrías religiosas que se mencionan, o hacer las obras buenas que se citan, o podría considerar su curso de acción y decidir cambiarlo? Las circunstancias excluyen toda posibilidad de aplicar Ezequiel 18:20 a niñitos. Por eso cuando de necesidad les toca a los niños ser clasificados durante un período de juicio, esto se hace a base de responsabilidad paternal, y no de responsabilidad personal.
12. ¿Por qué une el texto al padre y al hijo del modo en que lo hace?
12 Ezequiel 18:20 une al padre y al hijo del modo en que lo hace porque en aquellos días antiguos los hijos completamente desarrollados a menudo permanecían en la casa de su padre y bajo su jefatura; y esto a veces aun después de casarse. Mientras permanecían en la casa de su padre reconocían su jefatura, pero no recibían la aprobación o desaprobación de Dios sobre la base de la conducta de su padre, del modo en que la recibían cuando eran pequeños. Aunque todavía estaban en su casa, eran responsables por sí mismos. Escogían su propio curso tocante al bien y al mal. Recuerde que en la rebelión del desierto la prole de Datán y Abiram pereció con sus padres, pero que los hijos de Coré no murieron con él. (Núm. 26:9-11) Aparentemente los hijos de Coré habían alcanzado la edad de responsabilidad y no siguieron a su padre en la rebelión.
RESPONSABILIDAD COMUNAL
13. ¿Qué ejemplos establecen el principio de responsabilidad comunal?
13 Considerando lo eterno de la destrucción de los muertos por Jehová en el Armagedón, algunos preguntarán acerca de los que personalmente no oigan el mensaje, especialmente en algunos países en que se prohibe la obra de testificar. Además de la responsabilidad de familia, la Biblia manifiesta una responsabilidad comunal o de comunidad, donde los habitantes de una comunidad apoyan a o se dejan llevar por gobernantes que persiguen al pueblo de Jehová o que de otro modo son inicuos. ¿No sufrieron plagas los egipcios por la dureza de Faraón? (Éxo. 5:1, 2; 9:13-16) ¿No sufrieron los amalecitas por generaciones después debido a que Amalec se opuso a Israel en el desierto? (Éxo. 17:8, 14, 16) El rey Saúl acarreó dificultad sobre Israel años después de su muerte. (2 Sam. 21:1) Los pecados de David trajeron castigo sobre el pueblo. (2 Sam. 12:10-23; 24:10-17) Algunos relacionan algo de esto con castigo de gobernante más bien que con responsabilidad de comunidad, pero sí manifiesta cómo los pecados de una persona pueden afectar a muchos. Innegablemente hubo responsabilidad comunal cuando Acán pecó y trajo una derrota militar sobre Israel. (Jos. 7:5, 13-21) Hombres inicuos trajeron destrucción sobre la entera ciudad de Gabaa, y los que apoyaron a Gabaa o sólo se abstuvieron de ayudar a castigarla sufrieron con ella. (Jue. 19:22-30; 20:40; 21:9, 10) Porque el rey Joram de Judá se desvió de Dios la nación emprendió mal camino y fué castigada. (2 Cró. 21:11-15) Si la idolatría empezaba en una ciudad de Israel y corrompía a sus habitantes, la ciudad era destruída. Y otros ejemplos podrían darse. (Gén. 12:17; 20:9, 17; 26:10; Deu. 13:12-18) Mateo 10:14, 15, 23 manifiesta que los hogares o ciudades que no quieran oír el mensaje no podrán soportar el día de juicio. El principio aplica en una escala nacional también.
14. ¿Por qué no pueden quejarse los pueblos de las naciones si Dios opera sobre el principio de responsabilidad comunal?
14 El pueblo tiene que aceptar la responsabilidad por los actos de la nación. Si el gobierno se hace demasiado opresivo contra ellos, lo echan fuera, por votos o balas. Pero la iniquidad contra Dios plácidamente la toleran. Para ellos la conveniencia y libertad personales son más preciosas que la piedad. Se sublevan contra gobernantes severos, pero apoyan a gobernantes impíos. Carecen del amor ardiente por la justicia y el odio devorador por la iniquidad que consumirían la corrupción y la inmoralidad que ahora se hallan desenfrenadas en todos los gobiernos humanos. Gobernantes y gobernados se revuelcan juntos en el lodo de un desplome moral internacional. (2 Tim. 3:1-5) Las naciones operan conforme al principio de responsabilidad comunal. Los gobernantes posiblemente empiecen las guerras, pero el pueblo las pelea. Es sobre el pueblo en general, jóvenes y viejos, varones y hembras, que la nación enemiga derrama destrucción, y no sobre los gobernantes inicuos. Las naciones en sus guerras siembran la muerte sobre la base de responsabilidad comunal. ¿No será justo que la cosechen sobre la misma base en el Armagedón? ¿Tendrían razón para quejarse en justicia si cosechan como siembran, si son juzgados como juzgaron, si se les demuestra la misma misericordia que ellas demostraron? Si el pueblo apoya activa o pasivamente lo que es corrupto e inmoral y asesino, ¿no ha de llevar alguna responsabilidad por eso?—Mat. 5:7; 7:1, 2; Gál. 6:7; Sant. 2:13.
15. ¿Por qué debe el pueblo aceptar la responsabilidad por los actos de sus gobernantes?
15 Cuando los israelitas quisieron un rey humano se les amonestó de las opresiones que esto les traería. (1 Sam. 8:4-22) Pero insistieron en tener gobierno humano, y en justicia cargaron con la responsabilidad por la iniquidad del rey humano, puesto que fueron responsables de que él hubiera sido puesto en una posición en que sus pecados notorios fueran posibles en una escala nacional. Hoy día el pueblo elige a políticos que se conoce que son corruptos, y así les da poder para sacar provecho de la iniquidad. El hecho de que el pueblo tendrá que cargar con la responsabilidad delante de Dios se manifiesta no sólo en el caso de Israel mencionado antes sino en el consejo que Pablo le dió a Timoteo acerca de las asignaciones en la congregación cristiana: “Nunca impongas tus manos precipitadamente sobre un hombre; ni seas participante en los pecados de otros; consérvate puro.” Además de ser amonestado contra el hacer asignaciones precipitadas, se le dijo a Timoteo qué cualidades había de exigir de los asignados a puestos de servicio. (1 Tim. 3:1-13; 5:22; 2 Juan 10, 11, NW) ¿Por qué toda esta precaución? Para que evitara el ser “participante en los pecados de otros”. Si hiciera asignaciones impropias llegaría a ser responsable de los pecados de tales asignados, puesto que él los había puesto en la posición en que cometerían pecados que dañarían la congregación a la vista de Dios. Por eso la gente que elige gobernantes inicuos o les permite permanecer en poder tiene que aceptar la responsabilidad por los actos y pecados oficiales cometidos por esos gobernantes contra Dios y el hombre.
16. ¿De qué carece la mayoría de la gente hoy?
16 Realmente, la mayoría de la gente hoy día carece de amor por lo justo y odio hacia lo malo. Sabe que el mundo está corrupto hasta la médula. Pero aparentemente está satisfecha con él. Por lo menos se adhiere tenazmente a él, y se mofa cuando los testigos de Jehová ponen de manifiesto lo que es. Parece que la gente “quiere que sea así”. (Jer. 5:31; 6:13) La corrupción a su alrededor proporciona licencia para sus propias concupiscencias, amortece cualesquier protestas endebles de conciencias anémicas, echa a pique cualesquier escrúpulos restantes. Teme sólo el castigo, no la iniquidad: “Porque la sentencia sobre un acto malo no se ejecuta rápidamente, por lo tanto la mente de los hijos de los hombres está plenamente determinada a hacer el mal.” (Ecl. 8:11, AT) No ‘buscan la justicia’ celosamente, ni ‘gimen y lloran’ porque algo haya ofendido su sentido de justicia, sino que gimen y lloran sólo cuando las injusticias los estorban o detienen en su propia persecución de fines egoístas. (Eze. 9:4; Sof. 2:3) Les repugna el mensaje de Jehová porque demanda que se separen de este mundo corrupto, inmoral, enloquecido por los placeres.
17. ¿A quiénes son diferentes? ¿Qué harán los honrados aun sin un mensaje específico de Dios?
17 No son como Noé, porque a él le repugnó su prójimo debido a que “toda la inclinación de su pensamiento jamás era a cosa alguna que no fuera mala”. No son como Lot, porque “aquel hombre justo por lo que veía y oía mientras moraba entre ellos de día en día estaba atormentando su alma justa a causa de los actos licenciosos de ellos”. No son como los que están marcados para ser preservados en el Armagedón, quienes “gimen y lloran por todas las abominaciones que se hacen”. No son como los hombres de buena voluntad para con Dios hoy quienes gozosamente se separan del mundo porque no tienen nada en común con su corrupción. (Gén. 6:5; Eze. 9:4, AT; Sant. 1:27; 4:4; 2 Ped. 2:8, NW) Estos no tienen que oír un mensaje específico de Dios para que les repugne la iniquidad de este mundo; no si aman lo justo y odian lo malo. Aun sin la Palabra de Dios los hombres por naturaleza y por conciencia pueden notar el bien y el mal. (Rom. 2:12-16) Los de corazón honrado se hastiarán de este mundo, y con más razón a medida que avancemos hacia el Armagedón, porque de continuo hasta ese tiempo “hombres inicuos e impostores irán de mal en peor, desviando y siendo desviados”.—2 Tim. 3:13, NW.
18. ¿Qué dicen algunos tocante a ignorancia, y por qué erróneamente?
18 Algunos dicen que la ignorancia es una excusa que ganará una resurrección para muchos de aquellos que mueran en el Armagedón, tales como los que perecen debido a responsabilidad de comunidad. Citarán el caso de Pablo. Este que antes había sido perseguidor dijo: “Se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe.” Pero se le manifestó esta misericordia durante un período de juicio, y no la despreció. La usó para eliminar su ignorancia y edificar su fe. Esta manifestación de misericordia fué también para otra razón: demostrar la longanimidad divina. (1 Tim. 1:12-16, NW) De modo que no es correcto decir que Pablo fué salvo por su ignorancia. Porque él obraba ignorantemente, le fué posible el arrepentimiento; no había pecado imperdonablemente contra el conocimiento o contra la manifestación del espíritu santo. El mundo está lleno de Biblias, en más de 1,125 idiomas, y una mirada a sus páginas es suficiente para condenar la conducta del mundo. Pero las masas de la gente permanecen ignorantes “de acuerdo con su deseo”. (2 Ped. 3:5, NW) En algunos tiempos pasados Dios pasó por alto la ignorancia, pero tal no es el caso durante un período de juicio, sea éste el del día de Noé, el del día de Lot, el del día de Jesús, el de nuestro día, o durante el milenio. Ese es el punto que Pablo se propuso mostrar cuando dijo: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, empero ahora le está diciendo a la humanidad que todos ellos por todas partes deben arrepentirse.” ¿Por qué? “Porque él ha designado un día en que se propone juzgar la tierra habitada.” (Hech. 17:30, 31, NW) Como se declaró previamente, ese día para la mayoría de los hombres será durante el reino milenario; pero otros han tenido o están teniendo su período de juicio antes de eso. Tales períodos no son tiempo para ignorancia, sino para arrepentimiento.
POR QUÉ TESTIFICAMOS AHORA
19. ¿Por qué no es conducente a un testimonio celoso ahora esta opinión de que la ignorancia excusará a muchos de los que mueren en el Armagedón?
19 Si la ignorancia durante este presente período de juicio es una excusa y resultará en la resurrección de los ignorantes en el reino milenario, ¿no sería ventajoso dejar que todos permanecieran ignorantes ahora? Si todos aquellos a quienes no se les predique personalmente ahora y que sean muertos por Jehová en el Armagedón van a retornar en la resurrección de la humanidad, ¿para qué predicar ahora? Aun los que se oponen a la idea de que todos los que mueran en el Armagedón permanecerán muertos para siempre admitirán que los que oyen pero no aceptan el testimonio ahora perecerán eternamente en el Armagedón. Por el único motivo de razonar juntos, adopte la idea de éstos por un momento. Predicamos ahora a mil personas, y quizás una acepta la verdad, mientras que todas las demás la rechazan y mueren para siempre en el Armagedón. Pero si nos detuviéramos y no predicáramos a estas mil, todas morirían en el Armagedón pero todas retornarían en la resurrección por no haber oído el mensaje. Seguramente que cuando retornaran, en ese nuevo mundo muy adelantado hacia el paraíso perfecto, sin ningún humano corrupto alrededor de ellos y libres de la influencia demoníaca, así se inclinarían nuestros opositores a pensar y decir, muchos más que uno de esos mil cumplirían con los requisitos del nuevo mundo. Quizás sólo uno rehusaría. Entonces, ¿por qué predicar ahora y salvar a uno solo de entre mil? ¿Por qué no permanecer callados ahora y salvar a 999 de entre las mil personas?
20, 21. (a) ¿Por qué sería una insensatez proceder así? (b) ¿Cómo confirman Juan 5:28, 29 y Jeremías 25:33 el que los muertos del Armagedón permanecerán muertos?
20 Eso, por supuesto, sería una insensatez. Significaría destrucción eterna para el testigo que permaneciera callado. Significaría que las piedras clamarían dando la amonestación, si la clase vigilante fracasara en hacerlo. (Eze. 33:7-9; Luc. 19:40) La predicación del evangelio se hará mundialmente, porque Jehová lo dice. Y sea que se haga a base de responsabilidad personal o de familia o de comunidad, los pueblos de todas las naciones van a ser separados en clases de “ovejas” y “cabras”, porque Jehová lo dice. Aquellos que él mate en el Armagedón permanecerán muertos para siempre, porque los cuadros proféticos hechos al tiempo del Diluvio y al tiempo de la destrucción de Sodoma y Gomorra lo dicen, junto con la parábola de las ovejas y las cabras. Este punto de vista se corrobora por Juan 5:28, 29 (NW): “La hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán.”
21 Note que Juan 5:28, 29 limita las resurrecciones a los que están “en las tumbas memorialescas”. Esto significa que sólo aquellos cuya existencia Jehová retiene en su memoria serán resucitados, recordación que se indica o se simboliza por la expresión “tumbas memorialescas”. Por eso es que a los criminales a quienes se consideraba indignos de una resurrección se les arrojaba inceremoniosamente al valle de Hinnom, o Gehena, donde sus cuerpos eran consumidos, sin ser lamentados, sin ser enterrados, sin ninguna tumba que recordara o conmemorara su existencia anterior. De modo que los que no estén “en las tumbas memorialescas”, o que no estén simbolizados así para indicar que están en la memoria de Dios, no serán recordados al tiempo de la resurrección. Lo que esto significa para nosotros hoy es que los que ahora viven en este tiempo de juicio y que por una u otra razón no se ponen de parte de Jehová, y por eso son muertos por él en la batalla del Armagedón, no serán retenidos en su memoria para una resurrección. El hecho de que este grupo incluirá a la mayoría de los humanos que ahora viven en la tierra se manifiesta por Jeremías 25:33: “Y los muertos por Jehová en aquel día estarán tendidos de cabo a cabo de la tierra: no serán llorados, ni recogidos, ni enterrados, sino que serán como estiércol sobre la haz del campo.” A este extenso número de personas muertas por Jehová y comparadas a estiércol regado sobre la tierra difícilmente podría considerárseles como personas que están “en las tumbas memorialescas” y a quienes Cristo recordará y sacará durante el Milenio. Él no recuerda estiércol.
22. ¿Qué bautismo le espera a este mundo?
22 En el Armagedón Jehová bautizará a este mundo con fuego destructor: “Los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y se están reservando para el día de juicio y de la destrucción de hombres impíos. . . . El día de Jehová vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con ruido de silbido, pero los elementos estando intensamente calientes serán disueltos, y la tierra y las obras en ella serán descubiertas. . . . los cielos estando encendidos serán disueltos y los elementos estando intensamente calientes se derretirán.” (2 Ped. 3:3-13, NW) Note que este período de los últimos días que culmina con el Armagedón se llama un “día de juicio y de la destrucción”, después de lo cual viene el prometido nuevo mundo de justicia, el reino milenario.
23. ¿Qué otros bautismos de fuego menciona la Biblia?
23 Este bautismo de fuego fué prefigurado por un antiguo bautismo, cuando sobre “Sodoma llovió fuego y azufre desde el cielo y los destruyó a todos”. Después Jehová “consumió a Jacob como llama de fuego” y derramó “su ira como fuego” y encendió “un fuego en Sión”, cuando en 607 a. de J.C. usó a Nabucodonosor para sumergir a Jerusalén y Judá en un bautismo de fuego por causa de sus pecados vergonzosos. (Lam. 2:3, 4; 4:11) Cuando Cristo vino a la tierra, Juan el Bautista habló de la inminencia de un bautismo de fuego sobre la nación de judíos naturales incrédulos, cuando serían como un árbol “cortado y echado en el fuego” y cuando, como paja, Cristo los quemaría “con un fuego que no puede ser extinguido [por el hombre].” (Mat. 3:10-12, NW) Este bautismo de fuego vino en 70 d. de J.C. cuando las legiones imperiales de Roma destruyeron a Jerusalén y mataron a 1,100,000 judíos y se llevaron 97,000 cautivos. Un bautismo de fuego final vendrá sobre los que estén de parte de Satanás al fin del reinado de mil años: “Bajó fuego del cielo y los devoró.” (Apo. 20:9, NW) Igual que otros bautismos ardientes, éste viene al fin de un período de juicio, uno de mil años. Seguramente que no hay ninguna resurrección de ese bautismo de fuego, porque está unido con la muerte segunda, el lago de fuego y azufre. De modo que el fuego es innegablemente el símbolo de la destrucción que es concluyente, ya sea que se use en conexión con el Armagedón o con el fin del reino milenario.
24. ¿Qué puntos deben recordar los perturbados?
24 Los que se sienten perturbados por este punto de vista de las cosas deben recordar varios puntos. Primero, si Jehová destruyera a toda persona no habría ninguna injusticia implicada en eso, puesto que nadie tiene ningún derecho inherente a la vida. Segundo, la obra de testimonio será hecha al grado que él considere necesario para separar a todos los pueblos, y él no se equivocará. ¿No sabía antes de que Noé predicara o edificara que ninguna otra persona se uniría a Noé y su familia en el arca? ¿No sabía antes de que Lot predicara o los ángeles ejecutaran milagros en Sodoma que no había ni siquiera diez justos allí? Mucho antes de que nosotros podamos determinar la tendencia mental del hombre de ser semejante a oveja o semejante a cabra, Jehová y Cristo pueden juzgar y dividir sin equivocarse. Y ellos son los Jueces, no nosotros. Tercero, la división todavía no está completa, el período de juicio no ha terminado. Lo que cuenta no es la división sin acabar que ahora existe, sino la terminada que existirá al comienzo del Armagedón. Aunque estamos en un período de juicio, no necesariamente hemos de considerar como finalmente destruídos a todos los que mueren de diferentes causas antes de la ejecución del juicio en el Armagedón. Es posible que algunos del mundo antediluviano que murieron antes del diluvio sean resucitados; es posible que algunos sodomitas que murieron antes de que lloviera fuego y azufre retornen; es posible que algunos judíos del día de Jesús y los apóstoles que no fueron destruídos por las fuerzas ejecutoras romanas vivan de nuevo. Pero no los que fueron muertos por el Señor en el Diluvio, o en la lluvia ardiente sobre Sodoma, o en los juicios ejecutados en 70 d. de J.C., o durante el Armagedón. Es posible que mueran algunos durante el Armagedón que no sean muertos por Jehová, como algunos de su pueblo cuyos organismos físicos posiblemente no puedan soportar la terrible experiencia; pero la vasta mayoría consistirá de “los muertos por Jehová” que estarán esparcidos sobre la tierra como estiércol. Ellos permanecen muertos para siempre.
25. ¿Qué indican las profecías bíblicas que vendrá?
25 También recuerde que las profecías bíblicas indican que hombres y naciones intensificarán sus asaltos en contra del pueblo de Jehová y la obra que están haciendo. Ezequiel, en los capítulos 38 y 39, habla de fuerzas inspiradas por los demonios que vienen contra la organización teocrática restaurada de Jehová: “Tú avanzarás como una tormenta, vendrás como una nube que cubre la tierra, tú y todas tus hordas, y mucha gente contigo. . . . Acontecerá al fin de los días que te traeré contra mi tierra, para que las naciones me conozcan.” Cuando acontezca este asalto maligno, dice Jehová: “Mi furia se levantará en las ventanas de mi nariz.” Su indignación e ira ardiente es tan pavorosa y terrible que toda cosa viviente temblará, las montañas se derrumbarán y los peñascos se vendrán abajo. Los pueblos caen en confusión entre sí y unos a otros se matan y Jehová añade sus fuerzas destructivas para aniquilar este mundo inicuo. (AT) Indudablemente se dirigirán persecuciones y conspiraciones intensas contra los testigos de Jehová antes de que se levante la furia de Jehová al punto de lanzar su destrucción en el Armagedón.
26. ¿Cómo se efectuará una división más abarcadora y más definida, y con qué responsabilidad adicional para la gente?
26 ¡Qué oportunidad sin precedente proporcionará el aguante fiel de todo esto por parte de los testigos de Jehová a las personas semejantes a ovejas para que manifiesten favor, y a los que son semejantes a cabras para que manifiesten su indiferencia! Así como ahora muchos ven nuestras asambleas enormes y se maravillan de la magnífica unidad que el espíritu de Dios hace posible, así entonces verán más que nunca la firme integridad exhibida por nosotros con la ayuda del espíritu de Jehová. La obra predicadora todavía por hacerse, los aumentos todavía por venir, las persecuciones todavía por ser aguantadas—todo esto será una manifestación adicional del espíritu de Jehová obrando sobre su pueblo y efectuará una división más abarcadora y más definida de la humanidad antes que estalle el Armagedón. No es por nuestro propio poder y fuerza que trabajaremos y aumentaremos y aguantaremos, sino por el espíritu de Dios. Los que luchan en contra de la organización visible de Jehová, sobre la cual su espíritu se manifiesta, pecan en contra del espíritu santo, imperdonablemente. Los que no participan en esta oposición pero que la aprueban o son indiferentes a ella caen entre los que la parábola representa como cabras. Al seguir llevándose con el mundo, sea activa, pasiva o indiferentemente, en los asaltos de éste contra los testigos de Jehová, los individuos vienen bajo o responsabilidad personal o responsabilidad comunal.—Zac. 4:6.
27. ¿Qué debemos saber ahora?
27 De modo que sepan todos que este tiempo de juicio de las naciones no es simplemente un ensayo para un segundo juicio futuro y decisivo que ha de venir, lo que haría de la destrucción de individuos en el Armagedón algo sin consecuencia para la eternidad. Sepan que todos los que vivan al tiempo del Armagedón serán bautizados, ya sea con fuego para destrucción con los inicuos o con salvación para vida con la organización teocrática. Sepan que el sentimentalismo fuera de foco para la salvación de criaturas no alterará la Palabra de Dios ni hará que él cambie su propósito. Sepan que los que realmente se interesan de modo práctico por su prójimo no perderán tiempo quejándose de la eternidad de la destrucción del Armagedón, sino que celosamente predicarán para salvarse ellos mismos y a otros. (1 Tim. 4:16) En breve, sepan que Dios quiso decir lo que dijo cuando amonestó: “Salgan de ella, pueblo mío.”