Preguntas de los lectores
● ¿En qué sentido es Dios “sobre todos y por todos y en todos,” como dice Efesios 4:6?—E. R., EE. UU.
Al leer el contexto podemos ver claramente que el apóstol Pablo le escribía a la congregación cristiana, hablando de la unidad que Dios había producido entre ellos. Pablo quería que los miembros de la congregación reconocieran y apreciaran su verdadera relación con Dios y Cristo. Aquí no se refería al mundo de la humanidad en general.
Pablo habla del “un cuerpo,” bautizado con el mismo bautismo en agua, participando del mismo espíritu, y de su “un Señor,” Jesucristo.—Efe. 4:4, 5; Mat. 28:19, 20; 1 Cor. 12:13.
El apóstol pasa a decir que solo tienen “un Dios”; no están sirviendo divididamente a otros dioses de muchas maneras (como algunos de ellos lo habían hecho antes de hacerse cristianos).—Gál. 4:8; Efe. 2:1-3.
Jehová es el ‘un Padre’ de la congregación cristiana de ungidos porque los ha engendrado como hijos por su espíritu santo. Ahora son “hijos [espirituales] de Dios,” con la esperanza de ser coherederos celestiales con el Señor Jesucristo, su ‘hermano’ mayor. Dios, como su Padre, claramente está ‘sobre todos ellos.’ (Efe. 4:6) Como hijos suyos se someten totalmente a su voluntad y dirección.—Rom. 8:16; Heb. 2:11; 1 Juan 3:1, 2.
Jehová, el Padre de esta familia cristiana unificada, es “por todos”... es decir, todos, como componentes de la congregación, de esta manera: Dios ha formado la congregación para su gloria. (Efe. 3:21) Jehová, al crear y dirigir la congregación ha desplegado su maravillosa sabiduría, aun delante de ángeles. En la misma carta a los efesios, Pablo habló de su comisión de “hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas. Esto fue a fin de que ahora a los gobiernos y a las autoridades en los lugares celestiales se les diera a conocer mediante la congregación la grandemente diversificada sabiduría de Dios.” La congregación también ha sido “columna y apoyo de la verdad,” un baluarte contra la enseñanza falsa en el mundo, y ha sido usada para declarar las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios. Ciertamente Dios ha efectuado mucho por o mediante ella.—Efe. 3:9, 10; 1 Tim. 3:15.
Jehová está “en todos” los de la congregación cristiana porque su espíritu opera en todos sus miembros, ejecutando sus diversas funciones. Cada miembro, como parte del “cuerpo,” es impulsado y movido por el espíritu para provecho de todo el cuerpo, para edificarlo, pues “la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso.” (1 Cor. 12:6, 7) Además, la congregación cristiana es “templo de un Dios vivo,” en el cual reside Dios, como se les recordó a los efesios: “En unión con [Cristo] ustedes, también, están siendo edificados juntamente para ser lugar donde habite Dios por espíritu.”—2 Cor. 6:16; Efe. 2:21, 22.
En el capítulo veintiuno de Revelación, se ve en visión la ciudad Nueva Jerusalén, el gran templo-palacio celestial. Se muestra a Jehová Dios y a Jesucristo morando en él. Este templo celestial, constituido de 144.000 “piedras vivas,” dado que está en unidad plena, en todas sus partes, con el Rey de la eternidad y su Hijo inmortal, siempre tendrá a Dios ‘sobre, por y en todos ellos’ mientras sirven como justos administradores regios y sacerdotales en el reino mesiánico de Dios.—Efe. 1:10; 1 Ped. 2:5; 1 Tim. 1:17; 6:16; Rev. 20:6.
● Ezequiel 29:1-16 indica que Egipto sería desolado por cuarenta años. ¿Aconteció realmente eso?—EE. UU.
Esta desolación de Egipto pudo haber venido después de la conquista de Egipto por Nabucodonosor. La caída de Egipto ya había sido pronunciada por Jeremías el profeta de Jehová. (Jer. 25:17-19) Comenzó con la derrota decisiva de Egipto en Carquemis junto al río Éufrates por los babilonios bajo Nabucodonosor a principios de 625 a. de la E.C. Este acontecimiento se describe en Jeremías 46:2-10 así como en las crónicas babilónicas.
Enseguida Nabucodonosor se apoderó de Siria y Palestina, y Judá llegó a ser un estado vasallo de Babilonia. (2 Rey. 24:1) Egipto hizo un último esfuerzo por seguir siendo una potencia en Asia. El Faraón gobernante (que se cree que fue Hofra) vino a Canaán en respuesta a la petición del rey judío Sedequías para darle apoyo militar en su revuelta contra Babilonia en 609 a 607 a. de la E.C. Las tropas de Egipto, produciendo solo un levantamiento temporal del sitio babilónico, fueron obligadas a retirarse y Jerusalén fue dejada a su destrucción.—Jer. 37:5-7; Eze. 17:15-18.
A pesar de la vigorosa advertencia que dio Jeremías (Jer. 42:7-22), el resto de la población de Judá huyó más tarde a Egipto como asilo. (Jer. 24:1, 8-10) Pero el cumplimiento de las profecías de Jehová alcanzó a los refugiados israelitas cuando Nabucodonosor marchó contra Egipto y conquistó el país.
Respecto a esto, las palabras proféticas de Jehová declaran: “Y él [Nabucodonosor] tendrá que entrar y herir la tierra de Egipto. Quien esté para plaga mortífera será para plaga mortífera, y quien esté para cautiverio será para cautiverio, y quien esté para la espada será para la espada. Y ciertamente encenderé un fuego en las casas de los dioses de Egipto; y él ciertamente los quemará y los conducirá cautivos.” “Haz para ti mero equipaje para el destierro, oh moradora, la hija de Egipto. Porque Nof misma llegará a ser un mero objeto de pasmo y realmente será encendida, de modo que quede sin habitante. . . . Porque el mismísimo día de su desastre les ha sobrevenido.”—Jer. 43:11, 12; 46:19, 21.
Así, Jehová predijo la segura devastación de Egipto por las fuerzas de Babilonia bajo Nabucodonosor. Y Nabucodonosor recibió la riqueza de Egipto como su ‘pago’ por el servicio militar que rindió en ejecución del juicio de Jehová contra Tiro, la opositora del pueblo de Dios.—Eze. 29:18-20; 30:10-12.
Aunque algunos comentarios dicen que el reinado de Amasis (Ahmés) II, el sucesor de Hofra, fue próspero, lo hacen considerando el testimonio de Herodoto, que visitó a Egipto más de cien años después. Pero la Encyclopædia Britannica (1959, tomo 8, pág. 62) comenta sobre la historia que da Herodoto de este período diciendo: “Sus declaraciones no resultan enteramente confiables cuando se les puede confrontar con la escasa evidencia nativa.”
También, el comentario bíblico de F. C. Cook hace notar que Herodoto “estaba endeudado por su información sobre la historia pasada a los sacerdotes egipcios, cuyas narraciones adoptó con credulidad ciega. . . . La entera historia [por Herodoto] de Apries [Hofra] y Amasis está mezclada con tanto que es inconsecuente y legendario que muy bien podemos vacilar en adoptarla como historia auténtica. De ninguna manera es raro que los sacerdotes se esfuercen por disfrazar la deshonra nacional de haber sido sometidos a un yugo extranjero.”
Por consiguiente, aunque la historia seglar de Egipto no proporciona evidencia positiva del cumplimiento de la profecía, podemos confiar en la exactitud del registro bíblico. Realmente hubo un período de cuarenta años de desolación como Jehová había predicho claramente. Este pudo haber venido cuando Nabucodonosor conquistó a Egipto después de desolar a Judá y Jerusalén.