El familiarizarse con Dios lleva a paz eterna
1. ¿Cuándo tuvo Daniel su visión de Jehová, y qué vio al principio de la visión?
APROXIMADAMENTE sesenta años después que Ezequiel tuvo su primera visión del glorioso Conductor de carro Jehová, un compañero desterrado de Ezequiel en Babilonia tuvo una visión de Dios como el Soberano del universo. Fue de noche cuando vino la visión. El relato en Daniel 7:1-3 dice: “En el primer año de Belsasar el rey de Babilonia, Daniel mismo contempló un sueño y visiones de su cabeza sobre su cama. En aquel tiempo puso por escrito el sueño mismo. La narración completa de los asuntos informó. Daniel estaba expresándose y diciendo: ‘Sucedió que estuve contemplando en mis visiones durante la noche, y, ¡pues vea! los cuatro vientos de los cielos estaban agitando el vasto mar. Y cuatro enormes bestias estaban saliendo del mar, cada una siendo diferente de las otras.’”—Dan. 7:1-7.
2. ¿Qué simbolizan las cuatro bestias, y por qué han de ser juzgadas las bestias simbólicas por el Juez Supremo?
2 La visión era profética. Según lo que le dijo a Daniel un intérprete en la visión, las cuatro bestias enormes representaban cuatro potencias mundiales que se seguirían una a otra en el escenario mundial de la política. Su dominio político de toda la tierra se extendería desde los días del abuelo de Belsasar, Nabucodonosor, quien había destruido a Jerusalén en 607 a. de la E.C. Continuaría hasta el tiempo en que Dios estableciera su reino prometido y destruyera a los bestiales gobiernos políticos de la Tierra. Estas potencias mundiales serían juzgadas según su registro, especialmente según sus tratos con el pueblo fiel de Jehová Dios. Él es el Juez Supremo, siendo el Soberano de todo el universo. En la visión de Daniel llegó Su tiempo para pronunciar sentencia contra aquellas bestiales potencias mundiales políticas y para ejecutar su sentencia judicial. Entonces se presentó como Juez Supremo. ¿Cómo apareció en la visión que se le dio a Daniel? Daniel nos dice:
3. En la visión, ¿qué apariencia le presentó el Juez Supremo a Daniel?
3 “Seguí contemplando hasta que se colocaron tronos [uno para Jehová Dios y el otro, probablemente, para su Mesías o Cristo] y el Anciano de Días se sentó. Su ropa era blanca justamente como la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana limpia. Su trono era llamas de fuego; sus ruedas eran un fuego ardiente. Había una corriente de fuego que fluía y salía de delante de él. Había mil millares que seguían ministrándole, y diez mil veces diez mil que seguían de pie directamente delante de él. El Tribunal tomó asiento, y hubo libros que se abrieron.”—Dan. 7:9, 10.
4. ¿Quiénes representan hoy día a los que han de ser juzgados, y qué indica el color del pelo y de la ropa del Juez?
4 Aquí se ve en visión a Jehová Dios, “el Anciano de Días,” en una escena de tribunal, viniendo a juicio, a juzgar, no específicamente a Judá y Jerusalén como en el caso de la visión que tuvo Ezequiel del carro celestial, sino a las potencias mundiales políticas de toda la Tierra. En el día actual éstas serían la séptima potencia mundial y los restos de las anteriores seis potencias mundiales. Las potencias mundiales representadas por las cuatro enormes bestias simbólicas que salieron del mar tienen que ser juzgadas. La sabiduría de este Juez del Tribunal Supremo se destaca por el hecho de que el cabello de su cabeza era “como lana limpia.” Este rasgo concuerda plenamente con el hecho de que se le llama “el Anciano de Días” y la sabiduría de toda la eternidad pasada es de Él. El profeta Moisés le dijo, en el Salmo 90:2: “Aun desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido tú eres Dios.” El brillo de su justicia al rendir decisiones judiciales se representa por el hecho de que “su ropa era blanca justamente como la nieve,” y aunque el “trono era llamas de fuego,” esta ropa no se incendiaba. Su trono es un trono con ruedas, y no descansa sobre una plataforma de carro como en la visión de Ezequiel. Pero las ruedas del trono mismas “eran un fuego ardiente.” Esta era en verdad una visión gloriosa de Jehová Dios.
5. Lo ardiente del trono del Juez y de sus ruedas, con una corriente de fuego enfrente, sugiere ¿qué?
5 Lo ardiente del trono y de sus ruedas sugiere que se acerca un juicio ardiente. Se da una advertencia de esto por el hecho de que “había una corriente de fuego que fluía y salía de delante de él.” Apoya bíblicamente este rasgo de la visión Salmo 97:1-3: “¡Jehová mismo ha llegado a ser rey! . . . justicia y juicio son el lugar establecido de su trono. Delante de él un fuego mismo va, y consume a sus adversarios en derredor.”
6. ¿Qué indica la gran cantidad de asistentes del tribunal, y, por lo tanto, qué pregunta surge en cuanto a naciones terrestres?
6 El Anciano de Días como Juez Supremo tiene también muchos asistentes del tribunal, pues la cifra de ellos alcanza hasta decenas de millones. La gran cantidad de estos asistentes indica los muchos, muchos asuntos con los cuales tiene que tratar el Juez Supremo por todo el cielo además de la Tierra. Solo el que tiene tal sabiduría que todo lo excele podría encargarse de todos ellos con justicia, sin decisiones en conflicto. Puesto que él tiene un número tan vasto de asistentes de tribunal angelicales, ¿qué pueden hacer todas las potencias políticas de la Tierra, aun en una organización de Naciones Unidas de todas ellas, para resistir la ejecución plena de sus fallos judiciales? ¡La destrucción de ellas en el futuro cercano es segura! ¡Ah, sí! Hubo un cuerno pequeño, pero agresivo, que salió de la cabeza de la cuarta bestia simbólica. Pero, ¿qué puede hacer ése? Nada, según lo que dice ahora Daniel:
7. ¿Qué se ve que les pasa tanto al cuerno y a la bestia que lo lleva como a las otras bestias?
7 “Seguí contemplando en aquel tiempo debido al sonido de las palabras grandiosas que el cuerno estaba hablando; seguí contemplando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo fue destruido y fue dado al fuego ardiente. Pero en cuanto a las demás bestias, sus gobernaciones fueron quitadas, y hubo un alargamiento de vida que se les dio por un tiempo y sazón.”—Dan. 7:11, 12.
8. ¿Cuándo terminará el “tiempo y sazón” para cualesquier restos políticos, y qué significará la destrucción de los elementos políticos de este sistema?
8 El “tiempo y sazón” de esos restos políticos de potencias mundiales anteriores terminan en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Har-Magedón. (Rev. 16:14-16) ¿Qué significará la destrucción de todos los elementos políticos del sistema actual de gobierno en el Har-Magedón? ¡Muy enfáticamente el fin de una época en la historia humana! Un cambio de gobernación vendrá para el mundo de la humanidad. ¿Quién será el nuevo gobernante de la humanidad? ¿Revela esto la visión que se le dio a Daniel? Escuche lo que Daniel nos dice que vio:
9. ¿A quién ve Daniel que presentan delante del Juez y qué se le da a éste?
9 “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea! con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquél. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación indefinidamente duradera que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas.”—Dan. 7:13, 14.
10. ¿Qué dice el intérprete que aparece en la visión acerca de la transferencia de gobernación real que se pinta aquí?
10 Daniel recibió una interpretación de este rasgo inspirador de gozo de parte de cierta persona que apareció en la visión. Las palabras de su interpretación son emocionantes, como sigue: “Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino indefinidamente duradero, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos.”—Dan. 7:27.
11. (a) ¿Se debe reprender al Juez Supremo por representar a las potencias mundiales como bestias salvajes y tratarlas como tales? (b) ¿A quién encomienda él la nueva gobernación?
11 ¡Qué familiaridad con Dios, “el Supremo,” nos da esta visión dada a Daniel! ¡El Altísimo sobre toda la creación en cielo y Tierra es Él! ¡El Juez Presidente del Tribunal de Última instancia es Él! Naciones enteras, sí, todas las naciones, tienen que rendirle cuentas. Ellas rigen hoy como por tan largo tiempo han regido, solo por permiso de Él. ¿Quién hay en la Tierra que haya de poder reprenderlo a Él como Juez por representar a las potencias mundiales políticas como enormes bestias que salen del mar tempestuoso? Cuando llega el tiempo señalado del Juez Supremo, él hace que las potencias mundiales políticas semejantes a bestias lleguen a su fin en ardiente destrucción, para abrir paso a una nueva gobernación sobre la humanidad, una mejor que todas las gobernaciones terrestres anteriores, porque es perfecta, celestial, procedente solo de Dios y no de un mar turbulento y furioso. La nueva gobernación él la encomienda a aquel a quien judicialmente él decide darla, puesto que Él es la Fuente celestial de todo gobierno legítimo en la Tierra. Él la da a su Mesías, el Cristo, y a los seguidores fieles de Su Mesías, y todos ellos gobernarán juntos para la gloria de Dios y la bendición eterna de la humanidad.
LA VISIÓN DE UN SEGUIDOR DEL MESÍAS
12. (a) ¿Cuándo le fue presentado a la humanidad “el Hijo del hombre” en la Tierra, y qué comparación le oyó el apóstol Juan hacer en Jerusalén? (b) Años más tarde, ¿qué le envió “el Hijo del hombre” a Juan?
12 Hace diecinueve siglos el Mesías fue presentado a los habitantes de la Tierra como “el Hijo del hombre.” (Mat. 16:13-16; 25:31) Fue en el otoño del año 29 E.C. que el pescador Juan el hijo de Zebedeo llegó a ser seguidor de él, y este paso lo condujo a llegar a ser más tarde uno de los doce apóstoles de este Mesías o Ungido. En su relato de la vida de Jesucristo, el apóstol Juan escribió muchos de los dichos del Mesías. Según Juan 14:9, el Mesías Jesús dijo al alcance del oído de Juan en Jerusalén: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también.” Aun en la carne como “Hijo del hombre” Jesús reflejaba perfectamente a su Padre celestial, Jehová Dios. Así, por sus enseñanzas, sus obras, su modo de vivir como hombre perfecto en la Tierra, el Mesías amplió la familiaridad del hombre con Dios. Pero unos sesenta y tres años después de morir como sacrificio para la humanidad, el Mesías Jesús dio una revelación al apóstol Juan. Esta representaba a Jehová Dios como ningún hombre de Dios anterior lo había visto en visión. Por decirlo así, Juan mismo entró directamente al cielo para recibir esta visión divina.
13, 14. (a) En la visión celestial, ¿qué apariencia le presentó Dios a Juan? (b) ¿Quiénes están en tronos alrededor del trono de Dios, y qué criaturas están también alrededor de su trono?
13 Por invitación, Juan procede a entrar por la “puerta abierta” que ve en el cielo en su visión. No se le prohíbe decirnos lo que ve, más bien, él altruistamente comparte la visión con nosotros, escribiendo: “Después de estas cosas inmediatamente vine a estar en el poder del espíritu: y, ¡miren! un trono estaba en su posición en el cielo, y hay uno sentado sobre el trono. Y el que está sentado es, en apariencia, semejante a una piedra de jaspe y a una piedra preciosa de color rojo, y alrededor del trono hay un arco iris de apariencia semejante a una esmeralda. Y alrededor del trono hay veinticuatro tronos, y sobre estos tronos vi sentadas veinticuatro personas de mayor edad vestidas de prendas exteriores de vestir blancas, y sobre sus cabezas coronas de oro. Y del trono proceden relámpagos y voces y truenos; y hay siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, y éstas significan los siete espíritus de Dios. Y delante del trono hay, como si fuera, un mar vítreo semejante a cristal.
14 “Y en medio del trono y alrededor del trono hay cuatro criaturas vivientes que están llenas de ojos por delante y por detrás. Y la primera criatura viviente es semejante a un león, y la segunda criatura viviente es semejante a un torillo, y la tercera criatura viviente tiene rostro como el de hombre, y la cuarta criatura viviente es semejante a un águila volando. Y en cuanto a las cuatro criaturas vivientes, cada una de ellas respectivamente tiene seis alas; alrededor y por debajo están llenas de ojos. Y no tienen descanso día y noche al decir: ‘Santo, santo, santo es Jehová Dios, el Todopoderoso, que era y que es y que viene.’”—Rev. 4:1-8.
15. (a) ¿Por qué dijo Juan apropiadamente más tarde: “Dios es luz”? (b) ¿Por qué cuadra tal brillo con el estado santo de Aquel acerca de quien salmodian las criaturas vivientes?
15 A los ojos del apóstol Juan, Jehová Dios resplandecía como una piedra preciosa, la antigua piedra de jaspe, y esto también con el relumbre de una “piedra preciosa de color rojo.” De manera literal era verdad de él precisamente como escribió Juan dos años más tarde: “Dios es luz y no hay oscuridad alguna en unión con él.” (1 Juan 1:5) No había nada como las manchas del Sol en toda la gloria deslumbrante de este Dios. Un brillo tan limpio cuadra con Éste que vive para siempre y delante del cual las criaturas vivientes querúbicas que nunca duermen dicen sin cesar: “Santo, santo, santo es Jehová Dios, el Todopoderoso, que era y que es y que viene.” La santidad significa un estado brillante, limpio, sin mancha como ése, y Él es la personificación misma de una santidad triple. Nunca podrán criaturas profanas forzar su entrada ante su presencia santa. Enmarcando hermosamente el resplandor de luz procedente de Su gloriosa persona hay un arco iris de apariencia semejante a esmeralda “alrededor del trono.”
16. ¿Cómo se muestra en la visión que los que están entronizados en el cielo no son demasiado elevados para adorar ante este Dios santo?
16 Ni siquiera aquellos a quienes se hace reyes en el cielo son demasiado elevados para adorar ante este Dios Santísimo, porque el apóstol Juan dice: “Y siempre que las criaturas vivientes ofrecen gloria y honra y acción de gracias al que está sentado sobre el trono, al que vive para siempre jamás, las veinticuatro personas de mayor edad caen delante del que está sentado sobre el trono y adoran al que vive para siempre jamás, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: ‘Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.’”—Rev. 4:9-11.
FAMILIARIZÁNDONOS MEJOR CON DIOS
17, 18. (a) Como en el caso de Job, ¿qué desafío les lanzan a los testigos de Jehová los críticos religiosos, y qué podemos hacer nosotros en cuanto al desafío como tal? (b) ¿Cómo es posible hacer de Dios parte de nuestra experiencia diaria?
17 Ah, éste es el Dios con quien los críticos religiosos de los testigos de Jehová nos desafían a familiarizarnos, si podemos hacerlo, precisamente como el temanita criticón llamado Elifaz desafió a Job a hacerlo en medio de sus sufrimientos. (Job 22:1, 21) Podemos tomar el desafío del día moderno por lo que vale. Ahora es el tiempo más oportuno para que nos familiaricemos con el Dios siempre viviente que lleva el nombre de Jehová, el Todopoderoso. Quizás ya estemos familiarizados con él hasta cierto grado. Así sucedía en el caso de Job, pero Dios le hizo entrar en una familiaridad más íntima con él, de modo que Job se vio impulsado a decir: “De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve. Es por eso que me retracto, y de veras me arrepiento en polvo y ceniza.” (Job 42:5, 6) Igualmente, nosotros ahora podemos familiarizarnos mejor con él.
18 Hoy como nunca antes su Palabra escrita ha sido abierta al entendimiento humano. Como resultado de ello, podemos aumentar nuestro aprecio de él por medio del entendimiento grandemente aumentado que ahora se nos hace posible tener. Podemos orarle con conocimiento más exacto. Podemos confiar en él con mayor confianza, como si viéramos al que es invisible. Así, podemos hacer de este único Dios adorable una parte de nuestra experiencia diaria.
19. ¿Qué significará para nosotros el que nos familiaricemos con Dios, y qué cosas nos vendrán de seguro?
19 Ciertamente significa paz para nosotros el que nos familiaricemos con este Dios, no una paz mundana superficial, sino una paz verdadera que ni siquiera la cercana destrucción de este sistema de cosas sacudido por la guerra podrá quitar. En un mundo que está en enemistad con Dios, nosotros queremos la paz de la amistad con Él. Queremos ser personas para con las cuales Dios tenga buena voluntad. (Luc. 2:14) Al llegar a ser ahora sus “hombres de buena voluntad” es seguro que ‘nos vendrán cosas buenas’ de Él, cosas buenas ahora cuando este mundo está sufriendo tantas cosas malas, y cosas buenas en el prometido nuevo orden de cosas de Dios, donde experimentaremos su bondad para siempre.