Capítulo 11
El Mesías del “propósito eterno” de Dios
1. ¿Cuándo aconteció un renacimiento de una tierra y de una nación?
LA RESURRECCIÓN de una ciudad que había yacido muerta en ruinas por setenta años... ¡en el año 537 a. de la E.C.! La ciudad era Jerusalén, que había sido destruida por los babilonios en 607 a. de la E.C. Cuando esta santa ciudad se levantó del polvo, hubo un renacimiento de la tierra de Judá, sí, el renacimiento de una nación, el pueblo repatriado de Jehová Dios. (Isaías 66:8) Fue maravilloso a los ojos de todos los observadores.
2. (a) El Mesías prometido venidero sería de más tarde que ¿qué agente ungido de Jehová? (b) ¿Cómo se cumplieron setenta años de destierro aunque Babilonia cayó en 539 a. de la E.C.?
2 Junto con esta resurrección nacional revivieron las esperanzas de la venida del Mesías prometido. (Ezequiel 37:1-14) Aun durante los setenta años en los cuales la gente del reino de Judá estuvo en exilio en el país de Babilonia el tiempo fijo para la llegada del Mesías les fue indicado. Este Mesías sería alguien de más tarde que el conquistador persa, Ciro el Grande, acerca del cual se había inspirado al profeta Isaías a decir: “Esto es lo que ha dicho Jehová a su ungido [hebreo: mashíahh], a Ciro, a quien he asido de la diestra, para sojuzgar delante de él naciones, para que desciña yo hasta las caderas de reyes; para abrir delante de él las puertas de dos hojas, de modo que las puertas mismas no estén cerradas.” (Isaías 45:1) Como el agente ungido de Jehová, Ciro había venido y conseguido pasar por las puertas de la altamente amurallada ciudad de Babilonia y había derribado y muerto a su gobernante imperial Belsasar, hijo de Nabonido. Eso fue en 539 a. de la E.C. Pero Ciro no soltó enseguida a los israelitas desterrados. Tomó la gobernación real de Babilonia y mantuvo cautivos a los judíos aproximadamente dos años más, hasta 537 a. de la E.C. ¡Así se cumplieron setenta años!
3. ¿Por cuánto tiempo guardó sábado la tierra desolada de Judá?
3 Esto fue tal como se había predicho en Jeremías 25:11. Y 2 Crónicas 36:20, 21 hizo un registro histórico de esto, al decir: “Además, a los que quedaron de la espada se los llevó cautivos a Babilonia, y llegaron a ser siervos para él y sus hijos hasta que la realeza de Persia empezó a reinar; para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra [de Judá] hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada guardó sábado, para cumplir setenta años”... desde 607 a. de la E.C. hasta 537 a. de la E.C.
4. (a) ¿Cuándo calculó Daniel que vendría el fin del destierro de los judíos? (b) ¿Qué información le dio Gabriel a Daniel acerca del tiempo de la venida del Mesías?
4 Entre los judíos en exilio en Babilonia estuvo Daniel el profeta. Por los escritos inspirados de Jeremías, Daniel no esperaba que los judíos fueran soltados del destierro sino hasta el fin de los setenta años durante los cuales Jerusalén yació desolada en observación sabática. (Daniel 9:1, 2) Por eso, durante el primer año del nuevo régimen medopersa sobre el Imperio Babilónico, Daniel oró acerca de este asunto. Fue entonces que Gabriel el ángel de Jehová llegó y le dio a Daniel la siguiente información acerca del tiempo en el cual vendría el Mesías:
“Setenta semanas (de años) han sido asignadas a tu pueblo y a tu santa ciudad, para restringir la apostasía y para poner fin al pecado, y para expiar el error, y para traer salvación eterna de modo que visión y profecía sean selladas, y el Santísimo sea ungido.
“Y sepas y entiendas: Desde que salga el decreto de reconstruir a Jerusalén hasta el Ungido, el Príncipe, hay siete semanas (de años); también sesenta y dos semanas (de años), de modo que mercado y foso serán reconstruidos, y eso en la presión de los tiempos.
“Y después de las sesenta y dos semanas (de años) un Ungido será destruido, y él no tiene (sucesor), y un pueblo del príncipe venidero destruirá la ciudad y el santuario, y su fin viene como por rasgar, y guerra y desolación están ordenadas hasta el fin.
“Y concluirá un fuerte pacto con muchos, por una semana (de años), y a la mitad de la semana (de años) cancelará sacrificio y oblación, y al lado del ala (coloca) una espantosa abominación, y eso es hasta que la desolación, la firmemente determinada, se derrame sobre el desolador.”—Daniel 9:24-27, Zunz; vea también Moffatt.
COMIENZA LA “MAÑANA” DEL SÉPTIMO “DÍA” DE CREACIÓN, EN 526 A. DE LA E.C.
5. ¿Cómo se calcula cuándo terminaron las siete más sesenta y dos “semanas de años”?
5 La primera mitad o período de “tarde” del séptimo “día” de creación de Dios estaba terminando ahora, a 3.500 años desde la creación de Adán y Eva. La mañana de este “día” de creación había de empezar en 526 a. de la E.C. Desde entonces en adelante las cosas deberían abrillantarse respecto al propósito de Dios y para Su pueblo. Según la profecía de Daniel, desde cierto rasgo en la reedificación de la ciudad resucitada de Jerusalén contarían setenta “semanas (de años)” o “semanas de años” (que suman a 490 años). “Siete semanas (de años)” más “sesenta y dos semanas (de años)” se extenderían por un total de 483 años hasta la venida del Ungido (hebreo: Mashíahh). Contadas desde cuando el gobernador judío Nehemías reconstruyó los muros de Jerusalén estas sesenta y nueve “semanas de años” terminarían en la primera mitad del primer siglo de nuestra era común. Contados desde el año veinte del rey Artajerjes (455 a. de la E.C.), el año en el cual Nehemías reedificó aquellos muros, los 483 años terminarían en el año 29 de nuestra era común. (Nehemías 2:1-18) Eso sería unos cuarenta y un años antes de la segunda destrucción de Jerusalén, esta vez por los romanos. ¿Sucedió algo histórico en 29 E.C.?
6. ¿Cómo fue derribado el Imperio Persa, y cómo llegó a desempeñar un papel en la vida judía Alejandría de Egipto?
6 Tanto el primer siglo E.C. como el primer siglo a. de la E.C. fueron años críticos para los israelitas en Palestina. En el cuarto siglo a. de la E.C. el control de los israelitas o judíos repatriados había pasado de las manos del emperador persa a las manos del Imperio Griego, debido a las conquistas del macedonio Alejandro Magno. En el año 332 a. de la E.C. él obtuvo el control de Palestina y no tocó a Jerusalén. Entonces derribó al emperador persa y estableció la Potencia Mundial Griega, la quinta de la historia bíblica. En aquel mismo año Alejandro dio órdenes de construir la ciudad de Alejandría en Egipto, que había sido conquistado. Ésta llegó a ser una ciudad floreciente y en ella se desarrolló una gran población judía. Éstos llegaron a hablar el lenguaje griego común, que ahora había llegado a ser un lenguaje internacionalmente conocido y usado como resultado de las conquistas de Alejandro. Ellos también deseaban conocimiento bíblico.
7. ¿Cómo se produjo la Versión de los Setenta griega, y cómo dice en Daniel 9:25, 26?
7 Por eso, durante el siglo siguiente, para 280 a. de la E.C., comenzaron el trabajo de hacer que sus Escrituras inspiradas sagradas, desde Génesis hasta Malaquías, fueran traducidas en su propio idioma del griego común. La traducción fue completada para el primer siglo a. de la E.C. y llegó a ser llamada “La Versión Griega de los Setenta.” En vista del amplio uso del griego común aun durante los primeros siglos del Imperio Romano, esta traducción por aquellos judíos alejandrinos podía ser usada internacionalmente. Reflejó el texto bíblico hebreo con buen grado de fidelidad. Por ejemplo, la versión griega de Daniel 9:25, 26 leía así (según la traducción de Bagster al inglés) acerca del Mesías (Mashíahh):
“Y sabrás y entenderás, que desde la salida del mandato para la respuesta y para la construcción de Jerusalén hasta Cristo el príncipe habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas: y entonces el tiempo regresará, y la calle será construida, y el muro, y los tiempos se agotarán. Y después de las sesenta y dos semanas, el ungido será destruido, y no hay juicio en él: . . .”
8. (a) ¿Cómo llegó a estar Jerusalén bajo control romano y más tarde fue destruida? (b) ¿Por cuánto tiempo no han tenido templo en Jerusalén los judíos o no han reconocido un profeta como procedente de Dios?
8 El griego común continuó siendo el lenguaje internacional del mundo antiguo aun después de la caída de la Potencia Mundial Griega ante la Potencia Mundial Romana en el primer siglo a. de la E.C. Una facción de los Macabeos que contendían por el poder en Jerusalén pidió la ayuda de Roma contra la otra facción, y así en el año 63 a. de la E.C. el general romano Pompeyo invadió a Jerusalén y obtuvo el control de ésta, y Palestina llegó a estar bajo control romano. En 40 a. de la E.C. los judíos recobraron su gobernación por un rey. Sin embargo, en 37 a. de la E.C. Herodes el Grande, un descendiente de Esaú o Edom, atacó a Jerusalén y la capturó y gobernó como rey, como el nombrado de Roma. En el primer siglo E.C., los judíos se rebelaron contra Roma, en 66 E.C., pero su independencia de poca duración terminó en 70 E.C. por la destrucción de Jerusalén y su glorioso templo reconstruido por Herodes el Grande. Desde entonces, o por más de diecinueve siglos ya, los judíos no han tenido ningún templo en Jerusalén, ni siquiera desde que se estableció la República de Israel en 1948 E.C. Además de eso, los israelíes no reconocen a ningún profeta como procedente de Dios desde Malaquías del quinto siglo a. de la E.C., o desde hace más de 2.400 años. ¿No es extraño eso? ¿Qué pasa?
EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA BÍBLICA EXPLICA LOS ASUNTOS
9. Cuando Jerusalén fue restablecida en 537 a. de la E.C. ¿qué otra ciudad de importancia fue restaurada?
9 Cuando la antigua Jerusalén fue restablecida en 537 a. de la E.C., otra ciudad fue restaurada en el país de Judá... Belén. En Nehemías 7:5-26, el gobernador de Jerusalén nos habla acerca del resto de judíos que regresó a su país en 537 a. de la E.C., y dice:
“Entonces hallé el libro del registro genealógico de los que subieron al principio, y hallé escrito en él:
“Estos son los hijos del distrito jurisdiccional que subieron del cautiverio del pueblo desterrado a quienes Nabucodonosor el rey de Babilonia había llevado al destierro y que más tarde volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su propia ciudad; los que vinieron con Zorobabel, Jesúa [de los Setenta griega: Jesús], Nehemías, . . . El número de los hombres del pueblo de Israel: . . . los hombres de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho; . . .”—Vea también Esdras 2:21.
10. (a) Belén así llegó a estar disponible para el cumplimiento de ¿qué profecía? (b) ¿Por qué no debería ser increíble el que ángeles hubieran de anunciar el nacimiento prometido allí?
10 Así llegó a existir de nuevo la ciudad de Belén, “la ciudad de David,” en la cual era posible que se cumpliera la profecía mesiánica de Miqueas 5:2 (de los Setenta griega). Puesto que toda la vida humana independiente desde Caín y Abel en adelante comienza al nacer, la profecía de Miqueas nos hace buscar cierto nacimiento en la reedificada Belén. Este ha de ser un nacimiento predicho. Ahora bien, cuando Isaac el hijo de Abrahán y Sara iba a nacer por un milagro, tres ángeles de Dios visitaron a los padres de Isaac y les anunciaron el nacimiento para el año venidero, y el ángel principal dijo: “¿Hay cosa alguna demasiado extraordinaria para Jehová?” (Génesis 18:1-14) Siglos después, cuando de una israelita que hasta entonces había sido estéril iba a nacer Sansón, el hombre de mayor fuerza física que ha habido en la Tierra, el ángel de Dios se le apareció primero a la madre en perspectiva y entonces tanto a ella como al esposo sin hijos de ella, para anunciarles el nacimiento venidero de un juez sobresaliente en Israel. (Jueces 13:1-20). ¿Debería alguien considerar extraño, increíble, el que ángeles celestiales hubieran de anunciar a criaturas humanas lo que había de ser el nacimiento superior entre todos los nacimientos humanos, el nacimiento milagroso del Mesías?
11. Según Génesis 3:15, ¿de dónde sería tomado el que sería escogido para el papel mesiánico terrestre?
11 Según la profecía de Jehová en Génesis 3:15, la “descendencia” que magullaría mortíferamente la cabeza de la Serpiente vendría de la “mujer” celestial de Dios, es decir, de Su organización semejante a esposa compuesta de santos y celestiales “hijos del Dios verdadero.” De esa organización Dios podía escoger al hijo particular entre los de la región de los espíritus para el papel mesiánico terrestre.
12. ¿Qué preguntas surgen ahora acerca de la joven que sería la madre humana del Mesías, y también acerca del esposo de ella?
12 ¿Qué nombre tenía este hijo favorecido? ¡Una pregunta interesante! Pero para el nacimiento de este hijo escogido que había de nacer en la familia humana en Belén en la tierra de Judá, se necesitaría una madre humana. Ella no solo tendría que ser de la tribu de Judá, sino que tendría que ser descendiente del rey David y así poder transmitir un título o derecho natural al reino de David. ¿Qué muchacha cuya ciudad nativa fuera Belén de Judá satisfacía los requisitos? ¿Y qué hay acerca de un esposo humano para ella, también de la línea familiar real de David? ¿Y hubo un anuncio angelical del nacimiento de uno mayor que Isaac? El registro histórico, según fue escrito por amigos personales de la joven, contesta estas importantes preguntas.
13, 14. (a) ¿Dónde se encontró a la virgen judía apropiada? (b) Después de saludarla, ¿qué dijo el ángel Gabriel?
13 El tiempo ahora es hacia fines del primer siglo antes de nuestra era común. Herodes el Grande, hijo de Antipatro II, era todavía rey en Jerusalén. Helí, un hombre de linaje davídico, se había mudado de Belén de la provincia de Judea hacia arriba, al norte, a Nazaret de la provincia de Galilea. Allí una hija de él llamada Míriam (hebreo) o Máriam (también María) en griego, alcanzó la edad casadera. Llegó a estar comprometida para casarse con un hombre del linaje real de David, llamado José, un carpintero en Nazaret, pero también nativo de Belén. Esto la obligaba a permanecer virgen. Pero meses antes de la noche de bodas, algo sorprendente aconteció. A María se le apareció un ángel, que se identificó como Gabriel. Después de un saludo, dijo:
14 “No temas, María, porque has hallado favor con Dios; y, ¡mira! concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús [hebreo: Jeshua]. Éste será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y gobernará como rey sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.”—Lucas 1:26-33.
15. (a) ¿Qué pacto hecho para con David se cumpliría en el hijo de María? (b) El que él fuera “Hijo del Altísimo” significaba ¿qué?
15 Según la declaración del ángel, el hijo de María sería realmente el Mesías prometido. Se le llamaría por el mismo nombre del sumo sacerdote que regresó con Zorobabel de Babilonia en 537 a. de la E.C., a saber, Jeshua (Jesúa), o, en griego, Jesús. Debido a que nacería por medio de María se le llamaría el hijo de “David su padre.” Por consiguiente, Jehová Dios le daría el trono o asiento real del rey David. Como en el caso de David, su gobernación real sería sobre “la casa de Jacob,” es decir, sobre todo Israel. Puesto que su gobernación real sería para siempre y ‘de su reino no habría fin,’ esto quería decir que Jehová Dios cumpliría en él el pacto que Jehová había hecho para con David para un reino eterno. Así, éste no necesitaría sucesor. (2 Samuel 7:11-16) Pero ¿cómo, y por qué, podía ser llamado “Hijo del Altísimo”? Éste no sería el Dios Altísimo mismo, quien es Jehová, sino que sería un Hijo de ese Supremo; y sin embargo, ¿cómo?
16. En respuesta a la pregunta de María en cuanto a cómo podía suceder esto, ¿qué dijo Gabriel?
16 María misma preguntó acerca de esto diciendo: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?” Gabriel respondió: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso también lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios. Y, ¡mira! tu parienta Elisabet también ha concebido ella misma un hijo, en su vejez, y éste es el sexto mes para ella, la llamada estéril; porque con Dios ninguna declaración será una imposibilidad.”—Lucas 1:34-37.
17. ¿Cuándo aconteció la concepción milagrosa en María?
17 ¿Resultó ser una imposibilidad lo que allí se le declaró a María? Esta virgen judía fue un ejemplo para nosotros hoy al creer que no resultaría imposible para el Dios Altísimo. De modo que le respondió así al ángel Gabriel: “¡Mira! ¡La esclava de Jehová! Efectúese conmigo según tu declaración.” (Lucas 1:38) Indudablemente, cuando María aceptó la voluntad de Dios para ella, aconteció concepción en ella, que todavía era virgen. Espíritu santo vino sobre ella, y poder del Dios Altísimo la cubrió con su sombra. ¿Cómo se produjo así la concepción milagrosa?
18, 19. (a) ¿Por qué, cuando María concibió, no fue el dar comienzo a una criatura absolutamente nueva que no hubiera tenido antecedentes? (b) Correctamente se le podía llamar el hijo de ¿quién?
18 En este caso no se trajo a la existencia una criatura viviente absolutamente nueva que no hubiera tenido experiencia o antecedentes previos, como en el caso de la concepción humana corriente por medio de un padre humano. Había que tomar en cuenta a la “mujer” celestial de Dios, la organización celestial semejante a mujer de Dios. Realmente de ella tenía que venir la “descendencia” mencionada en Génesis 3:15. Por eso ella tuvo que suministrar uno de sus hijos de la región de los espíritus para esta asignación en la Tierra, para que la “descendencia” fuera magullada en el talón por la Serpiente.
19 Esto no significaba que, para que la virgen judía María concibiera, uno de los hijos celestiales de Dios de la región de los espíritus tenía que ser enviado para arrastrarse dentro del óvulo microscópico en el cuerpo de María y fertilizarlo. ¡Tal cosa es irrazonable, un absurdo! Más bien, el Dios Todopoderoso, el Padre celestial, por medio de su espíritu santo, transfirió la fuerza de vida de su hijo celestial escogido desde la región invisible de los espíritus al óvulo en el cuerpo de María y lo fertilizó. De esta manera María llegó a estar encinta, y la criatura concebida en ella fue ‘santa.’ Era realmente lo que el ángel Gabriel lo llamó: el “Hijo del Altísimo.”—Lucas 1:32.
20. (a) ¿Cuál hijo de la organización celestial de Dios fue escogido? (b) ¿Cómo se le hizo disponible para el cumplimiento de Isaías 53:10?
20 Pero, ¿quién era el hijo a quien Dios escogió para que naciera como criatura humana perfecta? No era el ángel Gabriel, porque él fue el que se materializó y se le apareció a María y le anunció que llegaría a ser madre. Las Santas Escrituras sí indican que fue aquel a quien un ángel, mientras le hablaba al profeta Daniel, llamó “el príncipe de ustedes,” “el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo,” a saber, Miguel. (Daniel 10:21; 12:1) Él había estado obrando como un ángel supervisor principesco a favor de la nación de Israel, y sin duda fue el ángel que se le manifestó en la zarza ardiente a Moisés al pie del monte Horeb allá en el siglo dieciséis a. de la E.C. Correctamente se le ha llamado Miguel el arcángel.a El que su fuerza de vida fuera transferida al óvulo de María por el poder del Dios Todopoderoso que cubrió con su sombra a María significaba que él, Miguel, desapareció del cielo. Por nacer como humano de María, la virgen judía, él llegaría a ser un alma humana. Esto lo hacía disponible para el cumplimiento de Isaías 53:10 acerca del “siervo sufriente” de Jehová:
“Sin embargo le plugo al SEÑOR aplastarlo por enfermedad; ver si su alma se ofrecería en restitución, para que viera su descendencia, prolongara sus días, y que el propósito del SEÑOR prosperara por su mano.”—The Jewish Publication Society (Sociedad Judía de Publicación).
TESTIGOS OCULARES DEL NACIMIENTO MILAGROSO
21. ¿Cómo se le explicó a José la preñez de María, y qué se hizo después de eso?
21 Al debido tiempo la sorprendente preñez de la virgen judía se hizo manifiesta a otros en Nazaret. El prometido de María descubrió aquello y quedó profundamente perturbado. La preñez de ella no podía imputársele a él. La opinión judía ordinaria allá en Nazaret dudaría que María hubiera concebido milagrosamente; judíos de estricta adherencia a la Ley de Moisés la condenarían a ser muerta a pedradas como adúltera que hubiera violado su compromiso de matrimonio con José. ¿Quién podría venir al auxilio de María y salvarla y salvar a la criatura no nacida de la muerte por apedreamiento? ¿Quién podría aclararle las cosas a José? Escuche:
“Durante el tiempo que su madre María estaba comprometida para casarse con José, se halló que estaba encinta por espíritu santo antes que se unieran. Sin embargo, José su esposo, porque era justo y no quiso hacer de ella un espectáculo público, tenía la intención de divorciarse de ella secretamente. Pero después de haber reflexionado acerca de estas cosas, ¡mire! el ángel de Jehová se le apareció en un sueño, diciendo: ‘José, hijo de David, no tengas miedo de llevar a María tu esposa a casa, porque lo que ha sido engendrado en ella es por espíritu santo. Dará a luz un hijo, y tienes que ponerle por nombre Jesús [hebreo: Jeshua], porque él salvará a su pueblo de sus pecados.’
“Todo esto realmente pasó para que se cumpliera lo que habló Jehová por su profeta, que dijo: ‘¡Miren! La virgen [según de los Setenta griega] llegará a estar encinta y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,’ que, traducido, significa: ‘Con Nosotros Está Dios.’
“Entonces José, despertando de su sueño, hizo como el ángel de Jehová le había dirigido, y llevó a casa a su esposa. Pero no tuvo coito con ella hasta que ella dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús [Jeshua o Jesúa].”—Mateo 1:18-25.
22. (a) Gabriel, al hablarle a María, dio énfasis a ¿qué rasgo en cuanto al hijo mesiánico de ella? (b) Al hablarle a José, el ángel dio énfasis a ¿qué otro rasgo acerca del hijo de María?
22 Comparando lo que Gabriel le dijo a María con lo que el ángel del sueño le dijo a José, Gabriel colocó el mayor énfasis en el papel que el Mesías desempeñaría como Rey descendiente de David para cumplir el pacto de Jehová con David para un reino eterno. El ángel que se le apareció a José puso el énfasis en el papel del Mesías como sacerdote, como portador del pecado y quitador del pecado. Este ángel se espació en el nombre que se le daría al Mesías, el nombre que, en hebreo, significa “Salvación de Jehová.” El Mesías cumpliría con su nombre personal por el hecho de que ‘salvaría a su pueblo de sus pecados.’ ¡Esto concuerda con el hecho de que el Mesías, el Descendiente de David, había de llegar a ser un “sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!”—Salmo 110:1-4.
23. ¿A qué se debió que el nacimiento de Jesús no aconteciera en Nazaret?
23 ¿Aconteció el nacimiento en Nazaret después que José llevó a María a su hogar allí? No, no según el registro inspirado. El nacimiento aconteció en la ciudad de David, Belén de Judá. ¿Por qué fue así? Un decreto imperial desde Roma llevó al cumplimiento de Miqueas 5:2, acerca del lugar de nacimiento del Mesías. Aquí está el registro:
“Ahora bien, en aquellos días salió un decreto de César Augusto de que se inscribiera toda la tierra habitada; (esta primera inscripción se efectuó cuando Quirinio era el gobernador de Siria;) y todos se pusieron a viajar para inscribirse, cada uno a su propia ciudad. Por supuesto, José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser miembro de la casa y familia de David para inscribirse con María, quien le había sido dada en matrimonio según se prometió, estando al presente en estado avanzado de gravidez. Mientras estaban allí, se le cumplieron a ella los días para dar a luz. Y dio a luz su hijo, el primogénito, y lo envolvió con bandas de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en el lugar de alojamiento.”—Lucas 2:1-7.
24, 25. ¿Cómo se calcula la fecha aproximada del nacimiento de Jesús?
24 No se da el mes ni el día del nacimiento, tal como en la Santa Biblia no se suministra nunca la fecha de los cumpleaños de la gente de Dios.
25 Con buena razón se puede decir, sin embargo, que el hijo primogénito de María, Jesús, no nació en la falsa fecha del 25 de diciembre ni para el tiempo de la fiesta invernal de Hhanukkah (Dedicación), que empezaba el día 25 del mes lunar de Kislev. (Juan 10:22) Según cálculos basados en Daniel 9:24-27 acerca del aparecimiento, la carrera pública y el cortamiento en muerte del Mesías, Jesús nació para el día 14 del mes lunar de Tisri. Esto fue un día antes del principio de la fiesta de una semana de Sukkoth (Cabañas, Tabernáculos), una fiesta durante la cual los judíos moraban fuera de la casa en cabañas y los pastores estarían afuera en los campos vigilando sus rebaños durante las vigilias de noche. (Levítico 23:34-43; Números 29:12-38; Deuteronomio 16:13-16) Puesto que Jesús vivió por treinta y tres años y medio y murió en el día de la Pascua de 33 E.C., o el 14 de Nisán de aquel año, esto ubica su nacimiento para el principio del otoño del año 2 a. de la E.C., o para el 14 de Tisri de ese año.
26. ¿A quiénes fue enviado el ángel de Dios para anunciar el nacimiento de Jesús, y con qué acompañamiento celestial?
26 Puesto que éste era el nacimiento del Mesías por tanto tiempo esperado, era demasiado importante para que se le dejara pasar sin testigos oculares. Dios se encargó de eso enviando su ángel para anunciar el milagroso nacimiento virginal. Pero, ¿a quiénes? ¿A Herodes el Grande en su palacio real a solo diez kilómetros al norte, aproximadamente, en Jerusalén? ¿O al principal del templo, el sumo sacerdote Joazar, que había sido nombrado por el rey Herodes? De ninguna manera. Teniendo presente la seguridad de Jesús el niño recién nacido, Jehová envió su ángel a hombres que tenían la ocupación de David cuando niño, allá en los campos cerca de Belén. Él no hizo que ninguna llamada “Estrella de Belén” apareciera para que todo el mundo la viera. Leemos lo siguiente:
“También había pastores en ese mismo país que vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. Y de repente el ángel de Jehová estuvo de pie junto a ellos, y la gloria de Jehová centelleó en derredor de ellos, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: ‘No teman, porque, ¡miren! les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les nació hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David. Y esto les servirá de señal: hallarán un nene envuelto en bandas de tela y acostado en un pesebre.’ Y de súbito se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, alabando a Dios y diciendo: ‘Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.’”—Lucas 2:8-14.
27. ¿Qué términos aplicó a Jesús recién nacido el ángel, y por qué eran apropiados?
27 El ángel llamó al infante recién nacido que estaba acostado en un pesebre de Belén un “Salvador,” que fue una de las razones por las cuales se le dio el nombre de Jesúa o Jesús y que significa “Salvación de Jehová.” Este infante también había de llegar a ser el Ungido, o Mesías o Cristo (griego) de Jehová. También había de ser “Señor,” Aquel a quien hasta el rey David, al hablar proféticamente bajo inspiración, llamó “mi Señor.”—Salmo 110:1.
28. ¿A quién se le debía gloria en aquella ocasión, y para quiénes era la intención de paz, y también “buenas nuevas de un gran gozo”?
28 Solo el Dios Todopoderoso, por un milagro, podía suministrar un niño con una asignación de aquella índole como Mesías. ¡Qué maravilla, pues, que una angélica “multitud del ejército celestial” apareciera y unidamente cantara gloria a Dios! Este nacimiento milagroso sobresaliente entre todos los nacimientos humanos era una expresión amorosa de la buena voluntad de Él para con los hombres a quienes Él aprueba. Esos hombres que tienen la buena voluntad de Dios podían tener paz en el corazón y la mente. Este nacimiento todavía será razón para “gran gozo” por parte de “todo el pueblo.” ¡No es maravilla que el informe angelical del nacimiento fuera buenas nuevas, no solo para el cielo, sino también para los hombres en la Tierra!
29. ¿Cómo llegaron a ser testigos oculares del nacimiento del Mesías los pastores?
29 El ángel había dado a los pastores la “señal” identificadora, y por eso ahora ellos llegarían a ser testigos oculares del nacimiento del Mesías.
“Así que cuando los ángeles hubieron partido de ellos al cielo, los pastores empezaron a decirse unos a otros: ‘Vamos sin falta directamente a Belén y veamos esta cosa que ha sucedido, que Jehová nos ha dado a conocer.’ Y fueron apresuradamente y hallaron a María así como a José, y al nene acostado en el pesebre. Cuando lo vieron, dieron a conocer el dicho que se les había hablado respecto a este niñito. Y cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les dijeron los pastores, pero María iba conservando todos estos dichos, sacando conclusiones en su corazón. Entonces se volvieron los pastores, glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que oyeron y vieron, así como éstas se les habían dicho.”—Lucas 2:15-20.
30. Al rechazar estas auténticas “buenas nuevas de un gran gozo,” ¿cómo estaríamos afectándonos?
30 Así, este milagroso nacimiento virginal no es ningún mito. Ángeles celestiales han testificado de él, y ha sido confirmado por testigos oculares humanos. El doctor en medicina Lucas hizo una investigación personal y recogió esta información vital para nosotros. (Lucas 1:1-4; Colosenses 4:14) Simplemente nos estamos causando daño a nosotros mismos si no aceptamos este testimonio auténtico. Solo estamos manteniéndonos en infelicidad al rechazar altivamente estas “buenas nuevas de un gran gozo.”
31. ¿Cuándo adoptó José a Jesús como su hijo adoptivo y entonces se purificó con la madre del niño?
31 Al octavo día de este nacimiento el infante fue circuncidado en la carne, como todos los demás niños judíos que nacían bajo la Ley de Moisés. (Lucas 2:21; Gálatas 4:4, 5) En aquel tiempo, José indicó que adoptaba a Jesús como su hijo adoptivo. No adoptó ningún hijo ilegítimo, sino que protegió a Jesús contra la falsa acusación de ser un hijo de fornicación. En el día cuadragésimo del nacimiento de Jesús, José y María llevaron al hijo primogénito de ella a Jerusalén para presentarlo en el templo a Jehová y conseguir que se hiciera un sacrificio de purificación para ella y para el padre adoptivo del infante. (Lucas 2:22-24; Levítico 12:1-8) El rey Herodes no estuvo al tanto de todo esto.
32. (a) ¿Tuvo María otros hijos y también hijas? (b) ¿Qué derechos tenía ahora Jesús ya adoptado en cuanto al suspendido reino de David?
32 Al debido tiempo María tuvo relaciones con su esposo José y le dio hijos. El registro muestra que, por lo menos por doce años después del nacimiento de Jesús, José continuó viviendo con María. Esto le permitió tener hijos por ella. El registro menciona a cuatro hijos: Santiago, José, Simón y Judas, y también hijas por María. Éstos llegaron a ser medio hermanos y medio hermanas de Jesús el primogénito de ella. (Lucas 2:41-52; Mateo 13:53-56; Marcos 6:1-3; Hechos 1:14) No obstante, debido a que José adoptó al hijo primogénito de María como suyo, José le pasó a Jesús el título o derecho legal que tenía en cuanto al reino de David su antepasado. Además, al ser en la carne el primogénito de María por el milagro de Dios, Jesús heredó un derecho natural al entonces suspendido reino de David. Al dar la genealogía de su padre adoptivo José, el historiador Mateo llama a Jesús el Mesías, diciendo: “El libro de la historia de Jesucristo [hebreo: Mesías], hijo de David hijo de Abrahán.”—Mateo 1:1. Vea Lucas 3:23-38, que muestra el linaje de María.
33, 34. ¿Por qué no logró el rey Herodes matar al Mesías, y por qué se llegó a llamar a Jesús “el nazareno”?
33 El nacimiento de Jesús poco antes de la muerte del rey Herodes el Grande no fue buenas noticias para aquel gobernante edomita o idumeo de Jerusalén. Le llamaron atención al nacimiento, no el ángel de Jehová ni pastores de Belén, sino astrólogos del oriente que vigilaban las estrellas, hombres que estaban bajo influencia demoníaca y bajo la condenación de la Ley de Moisés.—Deuteronomio 18:9-14; Isaías 47:12-14; Daniel 2:27; 4:7; 5:7.
34 En la corte de Herodes a los astrólogos primero hubo que señalarles la profecía de Miqueas 5:2 antes que aquella cosa luminosa que se imaginaban que era una “estrella” los guiara abajo a Belén y al lugar donde Jesús se hallaba en una casa. Dios les dio advertencia divina en un sueño para que no volvieran con un informe a Herodes, que tenía intenciones de asesino. Para no quedar frustrado en su proyecto de matar al Mesías, Herodes hizo que todos los niños de dos años de edad y menos en Belén fueran muertos, pero no mató a Jesús. Por advertencia angelical, José y María lo habían llevado abajo a Egipto. Herodes murió, dejando a su hijo Arquelao como rey de Judea, incluso Belén. Por eso, Jesús no fue llevado de nuevo a Belén, sino que fue llevado al norte a Nazaret de Galilea, donde creció. Por eso llegó a ser llamado Jesús de Nazaret, no Jesús de Belén.—Mateo 2:1-23; 21:11.
UN PRECURSOR PRESENTA AL MESÍAS
35. ¿Quién había de presentar al Mesías, y qué predicó éste?
35 El Mesías había de ser presentado a la nación de Israel por un precursor según la profecía de Malaquías 3:1. Éste resultó ser el hijo que el ángel Gabriel dijo que se le daría al envejecido sacerdote Zacarías y a su esposa de edad avanzada Elisabet, y al cual Zacarías había de llamar Juan. (Lucas 1:5-25, 57-80) Temprano en la primavera del año 29 E.C., durante el año quince del reinado de Tiberio César, “la declaración de Dios vino a Juan el hijo de Zacarías en el desierto. De modo que vino por toda la comarca del Jordán, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados.” (Lucas 3:1-3) Predicó a los que salían a oírle, y dijo: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 3:1, 2) Este predicador llegó a ser llamado “Juan el que bautizaba.”—Marcos 1:1-4.
36. ¿Cuándo y por qué fue Jesús a Juan para bautizarse, y qué evidencia celestial se dio de que esto se aprobaba?
36 Después de observar a Juan ocupado en predicar y bautizar por unos seis meses, Jesús entró en acción. Reconoció que había de ser el representante terrestre de aquel “reino de los cielos.” Para el otoño de aquel año 29 E.C., Jesús cumplió treinta años de edad. Dejó de trabajar como carpintero allá en Nazaret y dejó a su madre allá con sus otros hijos y sus hijas y fue a buscar a su precursor, Juan. Tenía presente las palabras proféticas del rey David escritas en Salmo 40:6-8. (Hebreos 10:1-10) Por eso fue, no para ser bautizado en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados, sino para ser bautizado en símbolo de que se presentaba para hacer la voluntad de Dios para él para el futuro. ¿Cómo mostró Dios que lo aceptaba? Leemos:
“Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán a Juan, para ser bautizado por él. Pero éste trató de impedírselo diciendo: ‘Yo soy el que necesito ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí? En respuesta Jesús le dijo: ‘Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo.’ Entonces dejó de impedírselo. Después que fue bautizado Jesús salió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos se abrieron, y vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Éste es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’”—Mateo 3:13-17.
37. ¿Qué testificó Juan a sus discípulos en cuanto a quién era Jesús, y cómo aludió a él como víctima de sacrificio?
37 Juan el que Bautizaba vio lo que sucedió y oyó la voz del Padre celestial. Más tarde dio testimonio a sus discípulos de lo que había visto y había oído a Dios decir desde el cielo, y testificó, diciendo: “Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” Juan también señaló a Jesús ya bautizado como el que sería sacrificado para la salvación de la humanidad, pues dijo: “¡Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29-34) ¿No es digno de ser aceptado y creído por nosotros hoy el testimonio de Juan el que Bautizaba? ¡Con toda certeza!
38. (a) ¿Qué significó para Jesús el descendimiento del espíritu de Dios sobre él? (b) ¿Qué cantidad de “semanas de años” terminó allí, y qué había de ocurrir durante la semana restante?
38 Aquel descendimiento del espíritu santo de Dios sobre Jesús ya bautizado significó más que solo el que desde entonces en adelante él llegara a ser un Hijo espiritual de Dios con miras a ser restaurado a la vida celestial de espíritu. También significó que fue ungido con el espíritu de Dios. Ahora en pura realidad llegó a ser el Ungido, el Mesías, o, en griego, el Cristo. Aquí estaba el cumplimiento de la profecía precisamente a tiempo. Aquí, en el año 29 E.C., las siete semanas (de años) y sesenta y dos semanas (de años) terminaron (un total de 483 años) con la producción del Ungido, el Mesías, el Cristo. (Daniel 9:25) Ahora estaba por empezar la septuagésima semana (de años), a la mitad de la cual el Mesías ‘haría que cesaran el sacrificio y la ofrenda de dádiva’ por medio de ofrecerse él mismo como sacrificio humano, y ser “cortado” en muerte de sacrificio como el Cordero de Dios.—Daniel 9:26, 27.
39. ¿Dónde y en qué ocasión llamó Jesucristo atención al cumplimiento de Isaías 61:1-3 en él?
39 Así, también, se cumplió la profecía de Isaías 61:1-3 en cuanto al ungimiento del Mesías con el espíritu de Jehová. David había sido ungido simplemente con aceite vegetal, pero el Hijo y Señor de David fue ungido en su caso con espíritu santo. El año siguiente, cuando Jesús regresó a Nazaret, no para ser carpintero de nuevo, sino para predicar en la sinagoga de ellos, llamó atención al cumplimiento de la profecía de Isaías en él. El registro de Lucas 4:16-21 nos dice:
“De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.’ Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga se fijaron intensamente sobre él. Entonces comenzó a decirles: ‘Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.’”
40, 41. (a) ¿Por qué quería Satanás quebrantar especialmente la integridad de Jesús ungido? (b) ¿Cómo terminó la prueba a la cual el Tentador sometió a Jesús?
40 La Gran Serpiente, Satanás el Diablo, sabía que este ungido Jesús era la “descendencia” mesiánica de la “mujer” celestial de Dios. Aquí, pues, de entre todos los “hijos del Dios verdadero” estaba aquel hijo en particular cuya integridad la Gran Serpiente quisiera quebrantar, para el mayor oprobio a Dios. Por eso se acercó a Jesús allá en el desierto de Judea, donde Jesús había ido inmediatamente después de su bautismo y de haber sido ungido con el espíritu de Jehová, para pasar cuarenta días allí. La Gran Serpiente trató de tentar a Jesús: Para que le probara por una demostración al Diablo que era un hijo de Dios debería convertir milagrosamente las piedras en pan o debería hacer que los ángeles invisibles lo llevaran en las manos después que se hubiera arrojado desde el almenaje del templo de Jerusalén.
41 Finalmente, en un esfuerzo desesperado, el tercero y final, el Tentador le ofreció a Jesús “todos los reinos del mundo y su gloria” en recompensa por un solo acto de adoración procedente de Jesús. Por tercera vez Jesús citó la Palabra escrita de Dios y dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.’”—Mateo 4:1-10.
42. ¿Cómo correspondió la experiencia de Jesús en este caso con el hecho de que Moisés pasara cuarenta días en el monte Horeb con el ángel de Dios?
42 Los ángeles estaban vigilando esta prueba de la integridad del Mesías para con el Dios Altísimo. Por eso ahora, cuando el Diablo se fue derrotado, “¡mire! vinieron ángeles y se pusieron a servirle.” (Mateo 4:11; Marcos 1:13) Mucho tiempo antes Moisés había estado por cuarenta días con el ángel de Jehová arriba en el monte Horeb en el desierto de Sinaí; y ahora Jesús el Mesías, después de cuarenta días de ayuno y meditación en el desierto de Judea, estaba listo para comenzar con confianza su carrera pública en la tierra de Israel.—Éxodo 24:18.
[Nota]
a Vea Judas, versículo 9; Revelación 12:7. Para una discusión anterior y más completa de esto, vea la obra en inglés por E. W. Hengstenberg intitulada “Christology of the Old Testament and Commentary” (Cristología del Antiguo Testamento y comentario), tomo 4, páginas 301-304 (publicada en 1836-1839 E.C.).