Nuevos sistemas de cosas
“Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y dé muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas, al fin de estos días nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien él ha nombrado heredero de todas las cosas, y por medio de quien él hizo los sistemas de cosas.”—Heb. 1:1, 2, NM.
1 ¿Por medio de quién y con qué fin ha hecho Jehová sistemas de cosas?
JEHOVÁ Dios es el Hacedor de justos sistemas de cosas. Todos éstos están bajo su dominio supremo. Él los ha dispuesto en un orden que va de cosas buenas a cosas mejores o más grandes, alcanzando finalmente el colmo de cosas buenas que nos deja sin nada más que desear. Él es un Dios de orden y conoce hacia dónde está procediendo con sus arreglos. Su meta es quitar del universo todas las potencias de iniquidad y disturbio. Él hará esto por medio de su gobierno prometido en manos de su Hijo glorificado, Jesucristo, trayendo de esta manera a toda la creación viviente, visible e invisible, a una relación pacífica y obediente para con su Creador y Dios. Al alcanzar esta meta él se vindicará a sí mismo como el Soberano Legítimo de todo el universo. Con este fin él ha hecho una serie de sistemas de cosas para seguir uno tras otro. Su Hijo tiene una parte muy importante en la vindicación de la soberanía universal de Jehová, y Jehová lo ha usado para hacer los sistemas de cosas.
2. ¿De quién no se ha probado digno este viejo mundo? ¿Cómo es así?
2 Este presente sistema mundano de cosas bajo Satanás su dios, sólo se permitirá por un tiempo. No tiene la aprobación divina. Ha tenido en su medio a los testigos de Jehová Dios desde su principio después del Diluvio, pero nunca ha logrado hacerlos parte de sí mismo. Ellos han sido dejados en este mundo por Dios para entregar un testimonio concerniente a su propósito de establecer el gobierno del nuevo mundo. Pero el mundo se ha portado indigno de su presencia porque no ha hecho caso a su mensaje y los ha perseguido ferozmente debido a él. Con esto no nos referimos solamente a los profetas precristianos desde Noé hasta Juan el Bautista, cuyas hazañas y sufrimientos se describen en el capítulo once de la carta de Pablo a los hebreos. Nos referimos también a la manada pequeña de cristianos verdaderos de la cual sólo queda un resto sobre la tierra en el día presente; sí, y a la “grande muchedumbre” de “otras ovejas” que se ha juntado a su lado para servir como testigos de Jehová junto con ellos. La persecución de todos estos testigos modernos del Dios Altísimo desde la Guerra Mundial I fué predicha por Jesús, que dijo que sería una señal clara de la consumación de este sistema inicuo de Satanás. La persecución llevada a cabo por el mundo se ha hecho notoria, probando de esta manera que el mundo no es digno de ellos. Por esta razón será destruído.—Heb. 11:38; Mat. 24:9; Apo. 7:9, 10, NM; Juan 10:16.
3. ¿Qué obra habría de evidenciar que hemos llegado a su consumación?
3 Una de las evidencias de que habíamos llegado a su consumación y que su fin estaba cerca sería una obra separadora entre sus pueblos, particularmente entre los que están en la cristiandad, la cual pretende ser el reinado del cristianismo. Jesús describió de una manera pictórica el punto culminante de esta obra separadora y la destrucción ardiente de los cristianos falsos, y dijo: “La siega es la consumación de un sistema de cosas, y los segadores son ángeles. De manera que, así como se recoge la hierba y se quema con fuego, así será en la consumación del sistema de cosas. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos recogerán de su reino todas las cosas que causan tropiezo y a las personas que están haciendo iniquidades, y las echarán al horno ardiente. Allí es donde será su lloro y el crujir de sus dientes.” Comparando la obra separadora al trabajo de separar los peces que se han cogido en una red, los buenos de los malos, Jesús dijo además: “Así es como será en la consumación del sistema de cosas: los ángeles saldrán y separarán a los inicuos de entre los justos y los echarán al horno ardiente.” Esta obra separadora ha estado en progreso desde 1919 d. de J.C. como resultado del testimonio que se ha entregado por los testigos de Jehová en todas las naciones de la tierra. El hecho de que ya ha principiado el lloro y el crujir de dientes de parte de los rechazados e indignos prueba que estamos cerca de la culminación de la obra divisoria y que el fin consumado de este mundo está próximo.—Mat. 13:39-42,47-50; 24:14, NM.
UNA CONSUMACIÓN DE CIERTAS COSAS HACE DIECINUEVE SIGLOS
4. ¿Cómo sabemos mediante Hebreos 9:26 que nosotros los cristianos por largo tiempo hemos estado viviendo bajo un nuevo sistema de cosas?
4 Algunos de los que heredarán el reino del nuevo mundo venidero todavía están viviendo entre este viejo mundo y su arreglo de cosas. Pero acuérdese, ellos no son parte de él y no se conforman a él. Siendo que ellos no son del viejo mundo, tienen que ser del nuevo. Y ¿sabe usted que ya por diecinueve siglos ellos han estado viviendo bajo un nuevo sistema de cosas que Jehová Dios creó por medio de su Hijo Jesucristo? Sí. Puede usted conocer y entender esto por las palabras del apóstol Pablo en Hebreos 9:26. Él allí se refiere al sacrificio que Jesús hizo de su perfecta vida humana hace diecinueve siglos. Después de recordarnos que Jesús no era un sacerdote levítico que servía en el templo de Jerusalén, él añade: “De otro modo, él tuviera que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Pero él ahora se ha manifestado una vez para todo tiempo en la consumación de los sistemas de cosas para apartar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.” (NM) Esa consumación llegó a su fin en 70 d. de J.C. con la destrucción de la antigua Jerusalén y su templo y con la dispersión de la nación judía por casi diecinueve siglos. Aunque el viejo mundo ha permanecido en pie, no puede haber duda de que allí terminaron ciertos sistemas, para dar lugar a unos nuevos. Otra vez habla el apóstol para probar esto. Nos dice acerca de las obras infieles de los judíos y del castigo que les vino debido a eso cuando estaban en el desierto después que fueron librados de Egipto. Él entonces declara: “Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros en quienes los fines consumados de los sistemas de las cosas han llegado.” (1 Cor. 10.11, NM) Por eso preguntamos, ¿Cuáles fines llegaron sobre los cristianos en aquel entonces?
5, 6. ¿Cuál fué uno de esos fines que llegó sobre los cristianos judíos?
5 Fueron los fines de los sistemas de cosas que Dios había establecido entre su pueblo escogido para el beneficio de ellos hasta tanto que llegara Jesucristo y fuera sacrificado, resucitado de entre los muertos y glorificado a la diestra de Dios en el cielo. El ángel Gabriel le predijo a Daniel el año exacto cuando el Mesías Príncipe habría de aparecer. Él manifestó que tres años y medio después de ser ungido Jesús con el espíritu de Dios, o sea a la mitad de la semana de años, el Mesías sería quitado en sacrificio. Esto haría que todos los sacrificios de animales y otras ofrendas de los judíos en el templo fuesen cosas del pasado, ya sin más fuerza o valor. Gabriel dijo concerniente a Jesús el Mesías: “Y él hará un pacto fuerte con los muchos por una semana [de años]; y en la mitad de la semana él hará que cesen el sacrificio y la oferta.” (Dan. 9:27, Leeser; UTA, Mo) Que esto significó el fin del sistema judío de sacrificios y ofertas según se detallaron por Moisés en la ley es cosa segura. Testificando acerca de tal fin el apóstol dice: “Cristo es el fin consumado de la Ley, de modo que todo aquél que ejerce fe podrá tener justicia.”
6 Otra vez para el consuelo tanto de las personas gentiles como para las personas judías él dice: “Por medio de su carné abolió el aborrecimiento, la Ley de mandamientos que consistía en decretos, para que pudiera crear de los dos pueblos en unión consigo mismo un nuevo hombre y hacer la paz, y para que pudiera reconciliar cabalmente a los dos pueblos en un cuerpo con Dios por medio de la estaca de tormento.” Otra vez: “Dios . . . bondadosamente nos perdonó todas nuestras transgresiones y borró el documento manuscrito contra nosotros que consistía en decretos y que estaba en oposición a nosotros, y Él lo ha quitado del camino clavándolo a la estaca de tormento.”—Rom. 10:4 y Efe. 2:15, 16 y Col. 2:13, 14, NM.
7, 8. ¿Cuáles otros sistemas de cosas terminaron allí, según declaró Pablo?
7 Dé modo que hace diecinueve siglos llegó el fin sobre aquel sistema de ley mosaica y sus sacrificios animales y ofertas que se ofrecían por los sacerdotes de la tribu de Leví. ¿Cómo? Por medio de la muerte de Jesús en la estaca de tormento, y luego su resurrección y ascensión al cielo para ofrecer el valor de su sacrificio humano a Dios. Treinta y siete años más tarde se dió prueba adicional de que ese sistema había terminado porque los sacerdotes judíos fueron privados por la fuerza de su obra sacrificadora mediante la destrucción de su templo típico, el cual no se ha restaurado ni aun al día presente. No solamente eso, sino que el sistema nacional en el cual los judíos tenían un rey humano que reinaba sobre el “trono de Jehová” en Jerusalén llegó a un fin decisivo. ¿Cómo así? Porque la nación judía rechazó a Jesús el Hijo de David como su Rey y después de ser levantado de los muertos Jesús rehusó restaurar el reino terrestre a la nación de Israel natural. En lugar de eso, él se sentó a la diestra de Dios en el cielo, esperando allí el año de 1914 para que Dios lo entronara como el Rey celestial del justo nuevo mundo.—Heb. 10:12, 13.
8 Además de eso, había existido un sistema de tipos y sombras proféticos que dramatizaban las realidades maravillosas que habrían de venir, y, después que Jesús ascendió al cielo, este sistema terminó. Ya había llegado el tiempo de los cumplimientos, para probar que la Palabra de Dios es veraz. (Col. 2:16, 17; Heb. 10:1; 11:17-19) También terminó el sistema mediante el cual Dios habló y entregó su mensaje por medio de los profetas hebreos desde Abrahán hasta Juan el Bautista. Al fin de esos días Dios habló a los hombres por medio de su Hijo celestial Jesucristo y por los seguidores de su Hijo a quienes Dios adoptó como sus hijos espirituales. (Heb. 1:1, 2) Debido al hecho de que todos esos arreglos cesaron en ese entonces, el apóstol Pablo podía decir correctamente hace diecinueve siglos que los fines consumados de los sistemas de cosas les habían llegado a él y a sus hermanos.
9. ¿Cómo se prefiguró la obra divisoria del día presente y también cómo se mencionó típicamente por Juan el Bautista y por Jesús?
9 Hoy se está llevando a cabo una obra divisoria en escala mundial en esta consumación del sistema inicuo de Satanás. Para prefigurar esto, se llevó a cabo una obra separadora entre la nación judía en Palestina hasta que la destrucción ardiente llegó a su capital y a su templo en el año 70. Juan el Bautista la predijo cuando habló de la venida del Mesías y dijo: “Aquél los bautizará con espíritu santo y con fuego. Su aventador está en su mano, y él limpiará completamente su era, y recogerá su trigo al granero, pero quemará la paja con un fuego que no puede ser extinguido.” (Mat. 3:11, 12, NM) El trigo que se recogió al granero fué el resto judío que se unió a Jesús como Mesías el príncipe. Ellos fueron bautizados con el espíritu santo desde el día de Pentecostés en adelante. La paja que se quemó fué la nación judía en general que se unió a César en contra de Jesús. Ellos fueron bautizados con el fuego de la ira de Dios particularmente desde 70 (d. de J.C.) en adelante. Jesús mismo se refirió a la obra divisoria entre los judíos que marcó el fin de aquellos viejos sistemas de cosas. Él se refirió a los judíos creyentes que serían segados de entre la nación infiel, siendo él mismo el Segador Principal, y dijo: “Alcen sus ojos y miren los campos, que están blancos para ser segados. Ya el segador está recibiendo un galardón y está recogiendo fruto para vida eterna, a fin de que el sembrador y el segador se regocijen juntos. En este respecto, ciertamente, el dicho es veraz, uno es el sembrador y otro el segador. Yo los despaché para segar lo que no han trabajado. Otros han trabajado y ustedes han participado en el beneficio de sus labores.”—Juan 4:35-38, NM.
10. ¿Cómo terminará dicha obra? ¿Por qué no de una manera catastrófica para nosotros?
10 Después de esa siega, pero particularmente después que las buenas nuevas se dirigieron a los gentiles incircuncisos y se les dió la oportunidad de entrar al reino celestial, la nación judía se marchitó y dejó de ser el pueblo favorecido de Dios, igual que la higuera que Jesús maldijo. (Mat. 21:18, 19, 43; Luc. 13:6-9; Hech. 10:1-48) Hoy, después de más de treinta años de una labor segadora parecida, ¡qué bien vemos prefigurado por aquella siega y trilladura judías lo que hoy está en progreso en la cristiandad! Cuando recordamos el fin tan espantoso que vino sobre la capital judía y sus habitantes sitiados de aquel entonces, temblamos debido al fin aun más terrible que habrá de venir en breve sobre la cristiandad hipócrita y su confusión de religiones. Sin embargo, esta catástrofe no significa un desastre para el pueblo verdadero de Dios, los cristianos genuinos. Borrará una mancha inmensa de sobre el santo nombre de Dios y limpiará la tierra para la adoración pura de Jehová Dios en todas partes, lo cual resultará en paz y prosperidad para la humanidad.
11. ¿Por qué no llamamos a tal período “la edad judía”?
11 No podríamos designar ese período de tiempo durante el cual florecieron esos sistemas de cosas con un nombre tal como “la edad judía”. ¿Por qué no? Debido a que principiaron antes que existieran judíos naturales. Además Dios ahora está tratando con los que son judíos interiormente, habiendo sido circuncidados en sus corazones. Estos son israelitas espirituales, que componen “el Israel de Dios”. (Rom. 2:28, 29) De manera que nada más tomamos nota de ese período de tiempo que data desde el Diluvio durante el cual esos sistemas de cosas existieron, pero no le damos nombre. El tiempo para esas cosas viejas terminó hace diecinueve siglos. Se encuentran entre los sistemas de cosas que han pasado y entre las generaciones pasadas de las cuales el secreto sagrado de Dios concerniente a Cristo y sus seguidores estaba escondido, pero el cual se ha revelado ahora a Sus santos.—Col. 1:26, 27, NM.
EL NUEVO YA HA ESTADO EN OPERACIÓN POR LARGO TIEMPO
12, 13. ¿Cómo mejoró las cosas para nosotros el descubrimiento del secreto de Dios?
12 ¡Qué experiencia tan magnífica es vivir bajo el nuevo sistema de cosas de Dios y saber que es sólo el precursor de cosas mejores que todavía habrán de venir! Transforma toda nuestra existencia que ahora tenemos que vivir en este viejo mundo que está desvaneciéndose. Ahora que Jehová Dios ha revelado su secreto sagrado, ha hecho nuevas todas las cosas para nosotros. Su secreto se hallaba envuelto en su ungido o Cristo, a quien él había predicho y prefigurado durante milenios anteriores. Al debido tiempo su Hijo amado dejó las cortes celestiales y nació como un hombre y las profecías concernientes a él comenzaron a cumplirse. Entonces el secreto sagrado que por largo tiempo se había escondido se descubrió para los que creyeron y que recibieron el espíritu de Dios. Por medio de su Hijo Jehová Dios acabó con lo que era viejo para poder introducir lo que era nuevo.
13 El apóstol nos habla claramente acerca de esta mejora de los asuntos, al decir: “Por esto cuando entra [Jesús] al mundo él dice: ‘“Tú no deseaste sacrificio y ofrendas, pero me preparaste un cuerpo. No aprobaste holocaustos enteros y ofrendas por los pecados.” Entonces dije yo, “¡Mira! Yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.”’ Después de decir primeramente, ‘Tú no deseaste ni tampoco aprobaste los sacrificios y ofrendas y holocaustos enteros y ofrendas por los pecados’—sacrificios que se ofrecen de acuerdo con la Ley—entonces dice él realmente, ‘¡Mira! Yo he venido para hacer tu voluntad.’ El quita lo que es primero para poder establecer lo que es segundo. Mediante dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para todo tiempo.” (Heb. 10:5-10, NM) Bueno, ¿parece decir esto que las cosas se han hecho nuevas para nosotros, los que buscamos vida y felicidad? Por una cosa, el reemplazo de aquella primera colección de sacrificios por la segunda clase de sacrificio que realmente santifica quiere decir un nuevo sumo sacerdote de Dios. Quiere decir una nueva relación de los adoradores para con Dios.
14, 15. ¿Por qué fué necesario un nuevo pacto? ¿Cómo afectó la promesa divina de éste a la Ley?
14 ¡Cuánto más satisfactorio es esto que lo viejo! El sacerdocio levítico, que nada más ofrecía sacrificios animales y vegetales, fué colocado en su puesto por el viejo pacto de la Ley que Dios hizo con los israelitas naturales mediante Moisés. De manera que esos sacerdotes eran parte de ese viejo sistema de cosas que existió bajo el pacto de la Ley. Los sacrificios que ellos ofrecían nunca podían quitar los pecados humanos y hacer perfectos a los hombres, y por eso sólo eran pictóricos del verdadero sacrificio venidero. Si los hombres habrían de recibir algún provecho duradero, hacía falta un nuevo y mejor sistema de cosas, y Dios lo suministró por medio de su Hijo Jesucristo. (Heb. 1:1, 2, NM) El viejo pacto de la Ley impedía que Jesús el Mesías llegara a ser un sacerdote sobre la tierra y justamente condenaba a los hombres por los pecados más bien que librarlos del pecado. De modo que si habría de haber un nuevo sumo sacerdote de Dios con un sacrificio removedor de pecados, y si Mesías de la tribu de Judá habría de ser este Sumo Sacerdote, entonces tenía que haber un nuevo pacto. Cristo Jesús fué hecho Sumo Sacerdote por el juramento de Jehová Dios, y entonces fué colocado como el Sumo Sacerdote del nuevo pacto. Leemos lo que esto significa:
15 “Porque si ese primer pacto hubiese sido sin falta, no se habría buscado lugar para un segundo; porque él halla falta con el pueblo cuando dice: ‘“¡Mira! vienen días,” dice Jehová, “cuando consumaré un nuevo pacto para con la casa de Israel y para con la casa de Judá; . . . Porque éste es el pacto que yo pactaré con la casa de Israel después de aquellos días,” dice Jehová: “Yo pondré mis leyes en sus mentes, y sobre sus corazones las escribiré, y yo seré un Dios para con ellos y ellos serán un pueblo para conmigo. Y ellos de ninguna manera enseñarán cada cual a su conciudadano y cada cual a su hermano, diciendo: ‘Conoce a Jehová,’ porque todos ellos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque yo seré misericordioso en cuanto a sus obras injustas y de ninguna manera volveré a recordar sus pecados.”’ Al decir él ‘un nuevo pacto’ ha hecho anticuado el anterior. Ahora aquello que se ha hecho anticuado y que se está haciendo viejo está por desvanecerse.”—Heb. 8:7-13, NM.
16, 17. Mediante los servicios de Cristo ¿qué cosa terminó Dios y qué cosa inauguró? Entonces ¿qué significó esto en cuanto a los sistemas de cosas?
16 Por medio del servicio de Cristo como un mediador mayor que el profeta Moisés y por su servicio como un Sumo Sacerdote que se sacrifica a sí mismo Jehová Dios reemplazó el viejo pacto de la Ley con el nuevo pacto. Cuando Dios clavó el viejo pacto a la estaca de tormento en que Jesucristo fué sacrificado, se acabó un sistema de cosas que tenía 1,545 años de edad y que tenía que ver con los judíos o israelitas naturales. El día de Pentecostés de 33 d. de J.C. el glorificado Jesús en el cielo inauguró el nuevo pacto para con sus fieles seguidores sobre la tierra. Allí los discípulos cristianos fueron engendrados por el espíritu derramado de Dios y llegaron a ser israelitas espirituales, o judíos interiormente.
17 ¿No significa esto, entonces, la introducción de nuevos sistemas de cosas? Esto ha de estar incluído en las palabras del apóstol cuando él dice: “Si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas se pasaron, ¡miren! nuevas cosas han venido a la existencia. Pero todas las cosas vienen de Dios, el cual nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dió el ministerio de la reconciliación.” (2 Cor. 5:17, 18, NM) Nunca antes había existido una cosa tal como esta “nueva creación” en unión con Cristo la Cabeza, no, no en todo el universo de Dios. Por lo tanto no podía ser de otro modo sino que nuevos sistemas de cosas tenían que ser introducidos, y éstos en conexión con la “nueva creación” cristiana. Los nuevos sistemas fueron introducidos. Jehová Dios indicó esto cuando describió los beneficios del nuevo pacto, diciendo que por medio de éste él verdaderamente removería los pecados de los israelitas espirituales que se admitían en el pacto y que todos ellos serían enseñados por Jehová y que todos lo conocerían a él, desde el menor de ellos hasta el mayor de ellos.—Jer. 31:31-34.
18. Entonces ¿qué vemos por medio de la fe? ¿Cómo apreciamos todavía más Apocalipsis 13:8 concerniente al Cordero?
18 Fué, verdaderamente, el principio de una época maravillosa, una época de cosas nuevas acerca de las cuales los hombres inspirados de Dios habían profetizado y que habían sido prefiguradas por los sacrificios, fiestas y leyes del pacto viejo que arrojaron sombras de ellas. Las realidades que ahora fueron introducidas sobrepasaron en grandeza a las cosas que los hombres fieles de la antigüedad habían esperado; y ahora nosotros las estamos viendo por medio de la fe y debido a la iluminación del espíritu de Dios. Por eso el apóstol escribe: “Por fe entendemos que los sistemas de cosas fueron puestos en orden [preparados, ajustados] por la palabra de Dios, de manera que lo que se contempla vino a existir de cosas que no aparecen.” (Heb. 11:3, NM) Ahora podemos ver que se refiere a más de lo que nosotros antes apreciábamos cuando Apocalipsis 13:8 habla de Jesucristo como “el Cordero que fué degollado desde la fundación del mundo.” (NM) La fundación de un nuevo mundo verdaderamente se colocó mediante el sacrificio que él ofreció hace diecinueve siglos. El apóstol Pablo da énfasis a este hecho al manifestar que el sacrificio del Sumo Sacerdote Jesucristo no tiene que repetirse, diciendo: “Ni es con el fin de que él se ofreciera a sí mismo muchas veces, . . . De otro modo, él tuviera que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo.” (Heb. 9:25, 26, NM) ¿De qué mundo? preguntamos. Pues, el nuevo mundo que tiene nuevos cielos y una tierra nueva, en los cuales morará la justicia. Mediante su sacrificio Jesús puso la fundación para que criaturas de sobre la tierra fueran rescatadas del pecado y de la muerte para que vivan en los nuevos cielos y tierra nueva del justo nuevo mundo. Después que se coloca la fundación de ese mundo en adelante es cuando él no tiene que seguir sufriendo muchas veces con el fin de asegurar el nuevo mundo y hacerlo permanente, porque su sacrificio fué perfecto y cumplió todo requisito de la justicia.
19. ¿Qué otros requisitos cumplió Jesús con su sacrificio?
19 ¡Más aún! El sacrificio de Jesús cumplió los requisitos decisivos para contestar plenamente el supremo punto en disputa ante todo el universo, a saber, ¿Puede Jehová Dios mantener su soberanía sobre toda la creación, y apoyará fielmente la soberanía universal de su Padre el Hijo más alto de Dios? Satanás el calumniador dijo que No, y usando toda la presión de su mundo entero él trató de hacer que Jesús dijera ¡No! Pero el sacrificio fiel y voluntario de Jesús el Hijo de Dios contestó que ¡Sí!: Mediante una muerte de sacrificio sobre una estaca de tormento Jesús apoyó fielmente la soberanía universal de Jehová y mantuvo firme su integridad para con su Dios. Después de su bautismo en el río Jordán fué ungido con el espíritu de Dios para ser el Rey del nuevo mundo, y por su integridad a Dios, quien le dió el ungimiento real, Jesucristo probó su derecho al Reino. De esta manera él aseguró que habría un Reino para gobernar al nuevo mundo en justicia. Por su sacrificio él rescató a los hombres, no solamente a los que recibirían la llamada celestial para gobernar con él en el reino de los cielos sino también a los de la humanidad que llegarían a ser sus súbditos terrestres en el nuevo mundo.
20 ¿Por qué ha permanecido firme la fundación del nuevo mundo todo este tiempo?
20 Por esto en un sentido doble la fundación del nuevo mundo fué colocada por el sacrificio perfecto de Jesús. Para que él algún día llegara a ser el Rey entronizado del gobierno y para que actuara como el Sumo Sacerdote aplicando los méritos de su sacrificio humano, el Dios Todopoderoso levantó a Jesús de entre los muertos como un Hijo espiritual e inmortal y le dió entrada a su presencia celestial. Como resultado, la fundación del nuevo mundo ha permanecido estable e inmovible a través de todas las tempestades y asaltos de los últimos mil novecientos años, y hoy nosotros saludamos con júbilo el nuevo mundo que está por entrar con Jesucristo actuando como el Rey ungido de Jehová.
GOZANDO DE LO NUEVO AL TIEMPO PRESENTE
21. ¿Hemos tenido que esperar hasta el nuevo mundo para gozar de nuevos sistemas? ¿Cómo es así?
21 El nuevo mundo venidero es uno de los nuevos sistemas de cosas que Dios ha hecho por medio de su Hijo. Pero después que se colocó su fundación, nosotros no tuvimos que esperar hasta que realmente fuera establecido el nuevo mundo para poder gozar de los nuevos sistemas de cosas. Los cristianos que fueron introducidos al nuevo pacto desde el Pentecostés del año 33 en adelante han estado gozando de los nuevos arreglos y provisiones. Ningún templo literal en Jerusalén, ningún sacerdocio levítico, ninguno de los sacrificios animales que tienen que ofrecerse repetidas veces año tras año, ninguna conciencia cargada de culpa debido al pecado por el cual la Ley de Moisés condena a los hombres, no, ¡ninguna de esas cosas para nosotros! Hemos llegado a la Nueva Jerusalén, la capital de Dios para todo el universo. Tenemos un templo nuevo, del cual Jesucristo es la principal piedra del ángulo y todos sus seguidores espirituales son piedras vivas, edificadas sobre él como la fundación. Tenemos un nuevo sumo sacerdote, un nuevo sacrificio de una clase superior que realmente limpia los pecados por medio de su sangre, una nueva ley que no está inscrita en tablas de piedra sino en nuestro corazón, un nuevo mediador entre Dios y los hombres, un nuevo pacto. ¿Algo más? Sí, nuevo conocimiento, nuevas obras de Dios en cumplimiento de sus profecías, sombras y tipos del pasado, un nuevo ministerio, y una nueva relación para con Dios como su nueva nación del Israel espiritual y como sus hijos cuyo espíritu le clama, “¡Abba, Padre!” Los verdaderos cristianos, que han vivido en conformidad con sus privilegios, han gozado estas cosas por mucho tiempo a través de los siglos. Hoy un fiel resto de los coherederos de Cristo las está gozando. Todas estas nuevas cosas que han obrado juntas como nuevos sistemas de cosas desde el Pentecostés son preliminares y en preparación para el propio nuevo mundo de Dios. Constituyen una garantía absoluta de la venida cabal del nuevo mundo.
22. ¿Por qué no tienen el espíritu de este mundo los que están bajo el nuevo pacto? ¿Quién es su madre, y por medio de qué?
22 Desde la muerte, resurrección y ascensión de Cristo al cielo todas estas cosas han sido verídicas aun en medio de este viejo mundo. El nuevo pacto no es parte de los arreglos del viejo mundo sino que saca de este mundo a un pueblo para el nombre de Jehová. (Hech. 15:14) Estos ya no forman parte del viejo mundo, así como Jesús su Mediador nunca formó parte de él. Y Dios ha escogido para ser su pueblo a los que no son estimados por este mundo. Hablando de una manera figurada, ellos son empalados en lo que toca a este mundo y, en cambio, el mundo empalado en lo que toca a ellos y es como una cosa condenada a la destrucción. De manera que no tienen su espíritu, y no siguen su sabiduría. (Juan 8:23; 15:19; 17:6, 14, 16; 1 Cor. 1:27, 28; Gál. 6:14; 1 Cor. 2:12; 3:19) Ellos han “probado la palabra correcta de Dios y los poderes del venidero sistema de cosas”, según nos dice el apóstol. Él les dice a los que son hijos de Dios en el nuevo pacto que su madre no es la organización que estaba bajo el pacto de la ley mosaica y que fué prefigurada por la esclava Agar. Su madre es parecida a la mujer libre a quien Agar pertenecía, a Sara, la esposa verdadera de Abrahán. Abrahán, quien sacrificó a su hijo amado por mandato divino, prefiguró a Jehová Dios, y su esposa Sara prefiguró a la santa organización que es la madre o la que da a luz los hijos de Dios. Ella no forma parte de este viejo mundo, sino que se mantiene limpia y muy por encima de él. Ella es celestial, así como Dios, y está completamente sujeta a él y dedicada a sus propósitos. La Jerusalén terrestre no es un símbolo de ella. “Pero,” dice el apóstol Pablo a los cristianos que están en el nuevo pacto, “la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre.” (Heb. 6:5 y Gál. 4:24-31, NM) Por medio del pacto nuevo ella produce los hijos espirituales de Dios que serán los coherederos con Jesucristo en el reino celestial.
23. ¿Por qué no podemos designar el tiempo del nuevo pacto como “la edad del Evangelio”?
23 El período de tiempo durante el cual está en vigor el pacto nuevo y durante el cual se predican las buenas nuevas del Reino por los que están en el pacto no podemos designarlo con nombres tales como “la edad del Evangelio”. Tengamos presente que las buenas nuevas no comenzaron a predicarse por primera vez cuando el nuevo pacto fué hecho. No; porque en Gálatas 3:8 (NM) leemos: “Ahora la Escritura, viendo de antemano que Dios declararía a gente de las naciones justa por causa de la fe, declaró las buenas nuevas con anterioridad a Abrahán, a saber, ‘Por medio de ti todas las naciones serán bendecidas.’” Tampoco podemos decir que el sistema de cosas del nuevo pacto terminará con la venidera batalla del Armagedón en la cual este mundo será destruído. Siendo que un resto de los hijos espirituales de Dios que están en el nuevo pacto sobrevivirá el Armagedón para entrar al nuevo mundo, entonces este sistema del nuevo pacto habrá de durar después del Armagedón. Este, juntamente con sus provisiones, tiene que durar hasta que el poder de Dios remueva a su fiel resto de la tierra para glorificarlo con Jesucristo en el reino celestial. De modo que el fin del arreglo del nuevo pacto no vendrá con el fin de este viejo mundo que está bajo el mando de Satanás. Todavía tenemos que esperar para ver cuándo será que Jehová Dios traerá el nuevo pacto a un fin triunfante. En ese tiempo él dará entrada a todos sus hijos espirituales dentro de los “venideros sistemas de cosas” en los cuales se manifestarán “las riquezas sobrepujantes de su bondad inmerecida en su benignidad para con nosotros en unión con Cristo Jesús”.—Efe. 2:7, NM.
24. ¿Pondrá fin al pacto abrahámico la terminación del nuevo pacto? ¿Por qué?
24 Una cosa es cierta: El fin del nuevo pacto no pondrá fin al pacto de Dios con Abrahán, a quien le declaró las buenas nuevas, “Por medio de ti todas las naciones serán bendecidas.” Ese pacto abrahámico es un “pacto eterno”. (Sal. 105:8-10) Se extenderá a través de los mil años del reinado real de Cristo para la bendición de todos sus súbditos terrestres, no importa de qué nacionalidad hayan sido en este viejo mundo.