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Preste atención a la palabra profética de Dios para nuestros díasLa Atalaya 1984 | 1 de abril
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el ejército de la nación más importante del “sur”. A mediados de 1982, la SIPRI (siglas en inglés para el Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo) informó que el “sur” podía lanzar 9.540 ojivas nucleares, que tienen un poder explosivo total de 3.448 megatones, en comparación con 8.802 ojivas del “norte” que tienen una fuerza de 4.535 megatones. ¡Qué potencial de devastación, pues tan solo un megatón tiene una fuerza explosiva que equivale a la de un millón de toneladas de TNT! Está claro que los dos reyes rivales están ‘cifrando su confianza en carros de guerra’. (Isaías 31:1.)
14. a) ¿Qué “empuje” está teniendo lugar ahora? b) ¿Puede usted presentar prueba de que la humanidad esté en peligro?
14 “El rey del sur” ahora está ‘empujando’ políticamente, aun militarmente, a su rival (Daniel 11:40). Hoy día está en movimiento una incesante carrera de armamentos que amenaza con destrucción nuclear a la humanidad. Al subrayar el peligro, el SIPRI Yearbook 1982 (Anuario de la SIPRI para 1982) advirtió:
“El equilibrio que existe entre las dos grandes potencias en términos de armas nucleares intercontinentales está cayendo en inestabilidad. [...] En vez de lo que una vez pudiera haber parecido un sistema estable de disuasión —un equilibrio de destrucción mutua asegurada (MAD [siglas dadas en inglés a la situación])—, tenemos que se usa el temor de un primer ataque como razón fundamental para los grandísimos aumentos en perspectiva ahora con relación a los programas y la adquisición de armas estratégicas. Entre sí, las dos grandes potencias, con las armas nucleares a disposición, tienen un poder destructivo total que con toda probabilidad equivale a aproximadamente medio millón de bombas como la de Hiroshima; pero eso no basta. No puede haber mejor ejemplo del modo como los desenvolvimientos tecnológicos en la fabricación de armas —en este caso, la creciente exactitud de los mísiles balísticos intercontinentales (ICBM [siglas en inglés])— llevan a una disminución en la seguridad, en lugar de a un aumento de ésta”.
15. a) ¿Utilizarían alguna vez estos reyes sus armas cada uno contra el otro? b) Pero ¿qué deja claro la palabra profética de Dios?
15 El “empuje” del “rey del sur” había de hacer que “el rey del norte” ‘se lanzara como tempestad contra él con carros, con hombres de a caballo y con muchas naves’. Sí, los reyes tendrían alguna oportunidad para utilizar por lo menos sus armas convencionales cada uno contra el otro. El “rey del norte” también adquiriría el dominio de muchas “cosas deseables” de este mundo (Daniel 11:40-43). Para 1981 “el rey del norte” ejercía autoridad sobre unos 1.500 millones de personas en 16 naciones, y solo el tiempo dirá cuánto más extenderá su poder este “rey”. Pero el juicio de destrucción que se cierne sobre estos reyes proviene de otra fuente. La palabra profética de Dios deja eso claro.
Informes perturbadores... ¡y entonces el fin!
16. ¿De dónde se originan los ‘informes perturbadores’, y cómo llegan al “rey del norte”?
16 Esta dramática profecía concluye así: “Pero habrá informes que lo perturbarán, desde el naciente y desde el norte, y ciertamente saldrá en gran furia para aniquilar y dar a muchos irrevocablemente a la destrucción. [...] Y tendrá que llegar hasta su mismo fin, y no habrá ayudante para él” (Daniel 11:44, 45). Estos informes perturbadores realmente proceden de Jehová mediante Jesucristo. Las Escrituras ubican a Dios relativamente en el norte, y a él y a Cristo se les llama simbólicamente “reyes procedentes del nacimiento del sol”, el este (Revelación 16:12; Salmo 48:2; 75:6, 7). Pero ¿cómo pueden esos “informes” llegar al “rey del norte”? ¡Pues, por medio de la organización terrestre de Dios, la clase del santuario de Jehová y sus compañeros de la “grande muchedumbre”!
17. a) Debido a los “informes”, ¿qué hará “el rey del norte”? b) ¿Se quedará allí sin hacer nada “el rey del sur”? c) ¿Qué hará Jehová entonces a favor de sus testigos leales?
17 Dios determinará el contenido de esos “informes”. No obstante, prescindiendo de la naturaleza de éstos, los informes enfurecerán a tal grado al “rey del norte” que éste tomará medidas con la intención de destruir al pueblo de Jehová. De hecho, Satanás el Diablo, el simbólico Gog de Magog, manejará tanto al “rey del norte” como al “rey del sur” para lanzar su ataque de máximo poder contra los siervos verdaderos de Dios (Ezequiel 38:10-12). Pero los testigos leales de Jehová no tienen que temer que hayan de ser aniquilados. El Altísimo los rescatará, y los dos reyes estarán entre los que serán destruidos en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har–Magedón. (Revelación 16:14-16; Ezequiel 38:18-23a.)
18. a) ¿Tienen que estar en temor de los desenvolvimientos futuros los testigos de Jehová? b) ¿Por qué tienen confianza continua en la palabra profética de Dios?
18 Por consiguiente, hasta el fin de este sistema de cosas los testigos de Jehová declararán denodadamente el mensaje del Reino (Mateo 24:14). Ni “el rey del norte” ni “el rey del sur” ni el Diablo y sus huestes demoníacas podrán detenerlos. Estamos absolutamente seguros de eso. ¿Por qué? Porque tal convicción se basa firmemente en las promesas de nuestro Padre celestial, y la palabra de Jehová es segura (2 Pedro 3:13; Revelación 21:1-5). Las profecías y promesas divinas siempre se han cumplido. Con confianza de todo corazón, pues, que todo el pueblo organizado de Jehová siga prestando atención a la palabra profética de Dios para nuestros días.
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Una respuesta sabiaLa Atalaya 1984 | 1 de abril
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Una respuesta sabia
En Sierra Leona, los maestros de cierto joven estudiante le pidieron que asistiera a los servicios religiosos. Él contestó que ya asistía a las reuniones religiosas celebradas en el Salón del Reino de los testigos de Jehová, y entonces pasó a relatar algunas de las cosas que había aprendido en estas reuniones. Una de las enseñanzas que les explicó fue sobre cómo el Reino de Dios traerá paz a la Tierra y eliminará las enfermedades y la muerte. (Revelación 21:3, 4.)
“¿Sabían ustedes estas cosas?”, preguntó él a sus maestros.
“No”, contestaron ellos.
“Estas cosas, y muchas otras, las he aprendido tan solo por asistir al Salón del Reino —continuó diciendo él—. Por eso, no veo razón alguna para asistir a servicios religiosos donde se desconocen estas cosas.” (Mateo 21:16.)
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