El petróleo... una clave al poder global
El petróleo... ¿quién lo tiene?
EL PETRÓLEO es vital para todas las naciones industriales. Es la principal fuente de energía que surte a automóviles, aeroplanos y generadores eléctricos. Lubrica las máquinas que son una parte tan principal de la era industrial. Se usa en una multitud de productos.
Como se ha hecho obvio, sin petróleo las naciones “desarrolladas” del mundo estarían en grave dificultad. El modo de vivir de ellas no podría continuar por más de unos pocos meses sin cambios drásticos. Esos cambios afectarían a cada persona que vive en esa clase de sociedad.
Sin embargo, el petróleo es más que sencillamente una fuente de energía. Es también, de otro modo, una fuente de poder. Quienquiera que controle el petróleo en el mundo actual controla una clave al poder estratégico global. Las naciones que poseen el petróleo pueden influir, quizás hasta dominar, la política de las naciones que necesitan el petróleo pero no tienen suficiente.
En tiempos recientes las fuentes noticiosas han alertado a la gente a la crisis de petróleo, y han dicho mucho acerca de los problemas causados por ésta y los posibles remedios. Aunque estrictamente neutral en los asuntos de las naciones, ¡Despertad! considera con gran interés el desarrollo de los acontecimientos.
Las naciones “escasas de petróleo”
Entre las grandes naciones industriales que necesitan petróleo, ¿cuál de ellas depende seriamente de otras fuentes para obtenerlo? La respuesta es: ¡Casi todas con la excepción de los países comunistas!
Por ejemplo, el Japón es un gigante entre las naciones industriales. Pero depende casi totalmente del petróleo extranjero. Es decir, por sí misma no produce casi nada.
Toda la Europa occidental depende del petróleo extranjero, pues produce muy poco. Aunque se están desarrollando yacimientos en el mar del Norte, éstos solo proveerán una fracción de las necesidades.
Actualmente los Estados Unidos son los más grandes productores individuales de petróleo del mundo. Sin embargo, también son, por mucho, los más grandes consumidores de petróleo del mundo. No producen ni aproximadamente lo suficiente para satisfacer la demanda. Durante 1973 los Estados Unidos usaron más de 17.000.000 de barriles de petróleo al día, pero tuvieron que importar más de 6.000.000 de barriles por día para suplir las demandas. Lo que con el tiempo quizás venga de los yacimientos petrolíferos de Alaska ni se espera que sobrepase el déficit actual.
Además, la demanda por petróleo en todas estas naciones industriales está creciendo rápidamente. Los aumentos demográficos, los adelantos técnicos y las demandas de más y más gente por un mejor modo de vivir estimulan la necesidad de más petróleo. ¿El resultado? La revista Time dijo: “El uso mundial del petróleo será más del doble durante los años 1970. El apagar esa sed intensa requiere constantes aumentos rápidos en la producción.”
Sin duda, pues, para Europa occidental, el Japón, y en grado creciente, para los Estados Unidos, la provisión de petróleo ha llegado a una etapa crítica. En estos países el petróleo es vital para mantener andando las ruedas de sus sociedades industriales, y su demanda aumenta. Sin embargo estos países son “pobres en petróleo” totalmente o en un grado que aumenta.
Eso solo es parte del problema. Un problema todavía más grande es la ubicación de los depósitos disponibles de petróleo.
Las más grandes reservas comprobadas de petróleo se hallan en las zonas que están fuera del control del mundo occidental y de sus aliados. Es cierto, hay reservas de petróleo en países como Venezuela, Indonesia, Nigeria y otros. Pero actualmente solo hay dos lugares en que se sabe que hay las vastas reservas que se necesitan para abastecer las naciones industriales de Occidente y el Japón.
La primera de estas zonas tiene los más Grandes depósitos de petróleo conocidos del mundo. Es el Oriente Medio y África del Norte, países controlados por naciones árabes y musulmanas. Los productores principales son Argelia, Abu Dhabi, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Katar y Arabia Saudita. En 1973 una compilación de las reservas mostró que casi dos terceras partes de la provisión mundial se halla en esos países.
¿Dónde está la segunda entre las mayores reservas de petróleo comprobadas? En la Unión Soviética. Esta tiene alrededor del 15 por ciento del total mundial.
Así es que, aproximadamente del 75 al 80 por ciento de todas las reservas de la Tierra están controladas por estas naciones. Y tienen creencias políticas y religiosas que están en riña con las naciones que necesitan el petróleo pero que no lo tienen... Europa occidental, la América del Norte y el Japón.
De todas las naciones que producen petróleo, la más grande reserva de la cual hay conocimiento la tiene Arabia Saudita. Se calcula que tiene ciento cincuenta mil millones de barriles, mucho más grande que cualquier otra reserva conocida. De hecho, algunos expertos dicen que es posible que sea mucho más grande. Así es que muchas naciones necesitadas miran a Arabia Saudita como una fuente principal de las provisiones presentes y futuras.
Durante la mayor parte de 1973 la producción petrolera de Arabia Saudita fue de más de 8.000.000 de barriles por día. Los consumidores esperan que para 1980, su producción se eleve aproximadamente a 20.000.000 de barriles por día. De hecho, piensan que tiene que elevarse tan drásticamente a fin de surtir las necesidades de petróleo de los países industriales.
En la actualidad, ningún otro país parece tener la habilidad para aumentar la producción de petróleo en una proporción tan rápida. Debido a sus enormes reservas, el fácil acceso al petróleo, y el hecho de que la producción puede ser aumentada grandemente en poco tiempo, se ve a Arabia Saudita como el país que en los próximos pocos años “no puede fallar.” Al presente no se sabe de otra fuente de reservas tan enormes y disponibles. Como lo declara U.S. News & World Report:
“Los expertos que revisan la lista de otras alternativas para el petróleo saudita están abatidos. Canadá, que actualmente es el principal proveedor de petróleo crudo de los Estados Unidos, ha invertido su antigua norma de exportación y ha adoptado una posición de ‘primero el frente casero.’ Se dice que Nigeria, otro proveedor principal, ha alcanzado su máxima producción, por lo menos temporariamente. Lo mismo sucede con Indonesia. Venezuela halla que las nuevas reservas son muy costosas de desarrollar.
“En cuanto a Irán no árabe [pero musulmana], . . . las autoridades insisten en que ‘no hay ni la menor posibilidad’ de que pueda surtir las necesidades de los Estados Unidos.”
Así es que Europa occidental, el Japón y la América del Norte hallan que tienen que depender cada vez más del petróleo del mundo árabe-musulmán del Oriente Medio y de África del Norte, especialmente Arabia Saudita. Esa es la única zona de la que se sabe que podría proveer las enormes cantidades de petróleo que se necesitaran en los años del futuro inmediato.
Pero la pregunta es: ¿Proveerán suficiente petróleo las naciones que tienen las reservas petroleras? ¿Y a qué costo?
La actitud cambiante de los productores de petróleo
EN UN tiempo las naciones industriales tenían pocas preocupaciones acerca del petróleo. Después de la II Guerra Mundial, los Estados Unidos producían más de lo que necesitaban. Las provisiones en el resto del mundo eran más que suficientes para Europa occidental y el Japón.
Debido a esto las naciones industriales no tenían que preocuparse acerca de la actitud de los productores árabes de petróleo. Podían obtenerlo en otra parte.
Sin embargo, a medida que pasaron los años, la demanda del petróleo aumentó rápidamente. Debido a la “explosión” demográfica y el aumento en la industrialización de las naciones más grandes, las necesidades de petróleo también “explotaron.” Con el tiempo, desaparecieron los excedentes. Europa occidental y el Japón comenzaron a depender más y más del petróleo del Oriente Medio y de África del Norte.
Entonces se hizo evidente que debido a la dependencia de las importaciones de petróleo del mundo árabe, Europa occidental y el Japón podían enfrentarse a problemas graves si se oponían a esos países. Aunque en un tiempo Europa occidental en su mayor parte había estado de parte de Israel en sus conflictos con los árabes, para el tiempo de la guerra de octubre de 1973 entre los árabes y los israelitas, casi todas esas naciones decidieron declarar su “neutralidad” en el conflicto. Así es que, el petróleo árabe cambió la política exterior de esos países necesitados de petróleo.
En años pasados, la mayoría de las naciones árabes eran prooccidente, proamericanas y anticomunistas. Esto era particularmente cierto de los gobiernos de Kuwait y Arabia Saudita.
Sin embargo, desde la formación del Estado de Israel se han peleado cuatro guerras en el Oriente Medio. En todo ese tiempo, los Estados Unidos han apoyado a Israel. Pero ese apoyo ha tenido su efecto en el mundo árabe. Con respecto a esto, U.S. News & World Report señaló:
“En todas partes los árabes están perplejos y consternados por el modo en que los Estados Unidos abordan los problemas del Oriente Medio. Se preguntan: ¿Por qué continúan los Estados Unidos antagonizando a un pueblo que excede 40 a 1 a los israelitas... y que controla los recursos petroleros que los Estados Unidos necesitarán durante la próxima década?”
Como resultado, los regímenes árabes en los años recientes se han apartado más y más de los Estados Unidos. Aun países árabes como Kuwait y Arabia Saudita que anteriormente eran leales pronorteamericanos han experimentado un cambio gradual en sus actitudes.
En años recientes, se comenzaron a acumular advertencias de las naciones árabes. Decían que si las tierras árabes ocupadas por Israel no se devolvían podría haber repercusiones donde más perjudicaría... en la provisión de petróleo.
Particularmente presagiosas fueron las advertencias hechas por el rey Faisal de Arabia Saudita, que por mucho tiempo había sido amigo de los Estados Unidos. En 1973, a través de la televisión nacional en los Estados Unidos, advirtió que antes de mucho podría verse obligado a cambiar su política de vender todo el petróleo que necesitaban los Estados Unidos, Europa Occidental y el Japón. Este podría usarse como un arma política para presionar a otras naciones. Y de todas las naciones árabes, el uso del petróleo de este modo por Arabia Saudita perjudicaría más.
El Guardian de Inglaterra declaró el 15 de septiembre, precisamente antes del estallido de la guerra en Oriente Medio:
“Solo se requiere un régimen árabe, el del rey Faisal, para hacer que funcione el arma del petróleo. Él, por sí solo, controla los medios económicos. Pero hasta recientemente, como el mejor amigo de Estados Unidos en el mundo árabe, carecía de la voluntad política. . . .
“El cambiar la actitud de Faisal ha sido uno de los pocos logros indiscutidos del presidente [egipcio] Sadat. . . .
“En abril de este año, el ministro saudita de petróleo le dijo a los norteamericanos que, a menos que cambiaran su posición en pro de Israel en el Oriente Medio, Arabia Saudita no elevaría ‘significativamente’ su producción.
“Desde entonces Faisal, que no es hombre dado a criticar públicamente a sus amigos, ha dado más advertencias.”
Lo que fue significativo es que las naciones árabes, y especialmente Arabia Saudita, no tuvieron que reducir su producción de petróleo para hacer que funcione su arma de petróleo. ¿Por qué? Porque las necesidades de petróleo de las naciones en que éste escasea continúan creciendo rápidamente. Así es que con meramente mantener la producción del petróleo árabe al mismo nivel pronto resultaría en tiempos difíciles para las naciones necesitadas.
La situación en la que se hallaron los consumidores de petróleo después del estallido de la guerra para fines de 1973 fue muy diferente de la que se hallaron en 1967. En la guerra árabe-israelí de 1967 varios países árabes suspendieron los embarques de petróleo a los Estados Unidos y a la Gran Bretaña debido a su respaldo a Israel. Pero el embargo no duró mucho debido a los excedentes de petróleo que entonces había en las provisiones mundiales.
Para 1973 las cosas habían cambiado drásticamente. El excedente de petróleo en las naciones industriales había desaparecido debido a que el uso continuaba aumentando y los suministros locales eran limitados. Así es que, en 1973 los árabes se hallaron en el “asiento del conductor.”
Cuando vino la guerra más reciente había pocas dudas de que había en perspectiva alguna forma de desquite árabe con el petróleo. El embajador de Kuwait en los Estados Unidos declaró: “Usaremos el petróleo como un medio de poner presión sobre los países que apoyan a Israel. Si tenemos cualquier evidencia de que algún país lo apoya habrá un embargo. Nos aseguraremos de que nuestro petróleo no llegue a ese país, sea como producto refinado o crudo.”
El golpe cayó con rapidez sorprendente. En octubre las naciones árabes productoras de petróleo acordaron en reducir inmediatamente la producción en un mínimo de 5 por ciento. También concordaron en continuar reduciendo la producción en un 5 por ciento cada mes subsiguiente. ¿Hasta cuándo? The Wall Street Journal dijo: “Los ministros árabes de petróleo dijeron que las reducciones de producción serían hechas y continuarían en vigencia hasta que se restablecieran las fronteras árabes-israelíes anteriores a 1967 y se aseguraran los derechos de los palestinos.”
Aun más trastornador para las naciones occidentales, y el Japón, fue el paso que tomó la anteriormente prooccidente Arabia Saudita, el más grande de todos los productores de petróleo árabes. ¡Ella anunció que su reducción de la producción no sería solo 5 por ciento, sino 10 por ciento! Otros productores hicieron lo mismo.
Si las reducciones graduales continuaban mes tras mes, éstas, por supuesto, podían causar graves problemas económicos a Europa occidental y al Japón en pocos meses. La mayoría de sus provisiones de petróleo venían del Oriente Medio y de África del Norte.
Más sobresaltos vinieron en sucesión rápida. El movimiento siguiente fue que los países árabes productores de petróleo anunciaron una interrupción total, un embargo, de las provisiones de petróleo a los Estados Unidos. Una tercera parte de las importaciones de petróleo de los Estados Unidos durante 1973 provinieron del Oriente Medio, con la necesidad de aumento cada año.
La reducción total del petróleo a los Estados Unidos era en adición a las disminuciones del 5 y 10 por ciento de la producción general. Así es que originalmente se proclamó una baja significativa en las provisiones de petróleo del mundo árabe en octubre. Al fin de ese mes el embargo se extendió a los Países Bajos. Las naciones árabes declararon que los holandeses habían apoyado a Israel y que no obtendrían más petróleo. Esto redujo aún más las provisiones disponibles a Occidente y al Japón, pues los Países Bajos habían sido un punto de transbordo para el petróleo.
Sin embargo, para principios de noviembre, los países árabes decidieron que sus reducciones de petróleo se fijarían a un 25 por ciento inmediato, ¡con ulteriores reducciones de 5 por ciento mensual! Portugal, Rodesia y la República Sudafricana fueron añadidas a la lista de embargo. En los meses que siguieron, el flujo del petróleo fluctuó según las circunstancias.
Además de esos golpes serios, todavía había otro por venir. Cualquier cantidad de petróleo que se vendiera tendría un precio mucho más alto.
Aunque el petróleo había sido relativamente barato en los años pasados, en octubre de 1973 los países árabes productores de petróleo subieron sus precios otra vez. La revista Time informó que lo hicieron a un “aturdidor 70%.” En meses posteriores, vinieron otros enormes aumentos. El costo para las naciones consumidoras llegó a dar vértigos, afectando malamente su balanza de pagos.
Eso significó varias cosas. Para empezar mantendría en alto los ingresos árabes por cualquier petróleo que sí producían y vendían. También obligaría a cualquiera que usa petróleo a cobrar precios más altos por sus productos. Los ciudadanos norteamericanos, europeos y japoneses tendrían que pagar más por su gasolina, petróleo para la calefacción y otros productos.
Por lo tanto, debido al enorme aumento del precio del petróleo, los países árabes no experimentarían pérdidas de ingresos aun con la reducción de la producción. Así es que no tenían ninguna necesidad apremiante de preocuparse. El Times de Nueva York describió el asunto así:
“Algunos de los grandes estados productores, notablemente los que tienen territorios desérticos escasamente poblados como Arabia Saudita, Kuwait y Libia, se han hecho más conservadores.
“Estos países ya están ganando tanto como pueden gastar razonablemente de sus actuales niveles de producción petrolera. En consecuencia, prefieren mantener cualquier petróleo adicional en el suelo donde seguramente cobrará más valor en vez de acumular grandes excedentes de dólares sin usar sujetos a los embates de la devaluación y la inflación.
“Es en esto, en la renuencia de los productores a producir tanto como quiere el mercado, excepto a un alto precio político y económico, donde yace la clave de la crisis de energía mundial en perspectiva.”
Debido a la importancia del petróleo para las naciones industriales, los países que dependen del petróleo sienten que la situación en el Oriente Medio los deja, como si fuera, con la vena yugular expuesta, y la continuación de la vida tal como la conocen ahora está amenazada por otros. Aun si pueden obtener el petróleo, temen que los gigantescos gastos que tendrán que hacer por éste, las cargarán con algo oneroso de lo cual ya tienen demasiado... inflación, es decir, precios en aumento. Algunas autoridades temen que demasiada inflación podría causar un “derrumbe” económico. ¿Cuál será el resultado?
¿Cómo vendrá alivio completo?
UNA de las soluciones propuestas para proteger las provisiones de petróleo provocaron comentarios acalorados. Un senador de los Estados Unidos, J. W. Fulbright, estuvo entre los que advirtieron que, debido a la crisis de petróleo, “nuestros actuales hacedores de normas e influenciadores de política quizás lleguen a la conclusión de que se requiere acción militar para asegurar los recursos petroleros del Oriente Medio, a fin de proteger nuestra yugular expuesta.”
Sin embargo, la mayoría de las autoridades se desasociaron rápidamente de semejantes opiniones.
En un tiempo el “tomar” así a los países petroleros quizás hubiera parecido, o aun de hecho hubiera resultado, relativamente sencillo. Pocos países pequeños en el pasado tuvieron los recursos o los amigos para evitar tales tomas. Es por eso que durante los siglos pasados los países europeos pudieron aprovecharse de la mayor parte de África, Asia y la América del Sur.
Pero las cosas han cambiado. Ya no es cuestión de que un país pueda apoderarse del país que quiera. Por ejemplo, las naciones productoras de petróleo están ubicadas en una zona muy grande de África del Norte y el Oriente Medio. Requeriría fuerzas armadas y recursos enormes para conquistar y ocupar a todos esos países. Comenta The Guardian:
“El ocupar a Kuwait [o cualquier otro país productor de petróleo] generaría tal ultraje que finalmente significaría ocupar cada yacimiento petrolífero en el mundo árabe, y la protección de cada oleoducto, tanque de almacenamiento, y depósito terminal desde el golfo Pérsico hasta Argelia.
“Significaría, según dijo Elmer F. Bennett, director auxiliar de la Oficina de Preparación de Emergencia de los Estados Unidos, ‘hacer que lo de Vietnam parezca un paseo campestre.’”
Otro factor, uno de importancia, es el gigante que se sienta al norte inmediato... la Unión Soviética. De ella, The Wall Street Journal declaró: “Puesto que Rusia tiene tanto que ganar en esta situación donde las apuestas son tan inmensas, tiene fuerte razón para apoyar a sus aliados árabes. Esta puede ser la clave para controlar el petróleo del Oriente Medio, petróleo que los Estados Unidos quizás necesiten desesperadamente en los años por venir.”
¿Seguiría la Unión Soviética cruzada de brazos si los yacimientos de petróleo cerca de ella fueran invadidos? Muchas autoridades piensan que la Unión Soviética consideraría que sus intereses vitales estarían en juego, y sus grandes ejércitos están a solo pocas horas de la zona. Así es que por primera vez, los países árabes relativamente débiles tienen el respaldo de un país que puede desafiar a la más fuerte de las naciones.
Debido al respaldo soviético de los árabes, su influencia y prestigio ha crecido en la zona, mientras que la influencia y prestigio de los Estados Unidos ha menguado. Esto es muy significativo. Significa que el control de los críticos recursos petroleros del Oriente Medio y África del Norte están en las manos de los que han mirado con desagrado creciente la política de los Estados Unidos con Israel.
Así es que, cuando ocurrió la crisis durante el reciente conflicto en el Oriente Medio, la Unión Soviética y los árabes actuaron en cooperación. Los soviéticos respaldaron a sus aliados con armas y diplomacia, hasta con una amenaza implícita de enviar tropas. Con ese respaldo, los estados árabes pensaron que podían comenzar a usar su arma principal, el petróleo. Dice U.S. News & World Report:
“Europa ya se hizo una pregunta vital para ese continente: ¿Fue este conflicto del Oriente Medio en realidad la guerra rusa del petróleo, que Europa Occidental ha temido por tanto tiempo?
“Las naciones que probablemente sufrirán más, si los árabes animados por Rusia continúan reduciendo el flujo de su petróleo al exterior, son los Estados Unidos, el Japón, Europa Occidental... todas las que no son comunistas.
“La mayoría de los europeos reconocieron que el agarro árabe de las reservas de petróleo fácilmente disponibles y el agarro soviético de los árabes que dependen de Rusia para obtener armamentos son muchos reales que no se pueden alterar sin la aplicación de fuerza superior.”
Pero, como se señaló anteriormente, la aplicación de esa “fuerza superior” exterior ha llegado a ser algo sumamente arriesgado. Pocas naciones querrían habérselas con la combinación del creciente poderío militar de la Unión Soviética y el poderío económico del petróleo árabe.
Parte de un modelo más grande
Los acontecimientos que han tenido lugar en el Oriente Medio están creando repercusiones en toda la Tierra, lo cual da muestras de la importancia vital del petróleo para este mundo mecanizado. Pero esta situación es solo una parte de un modelo de acontecimientos y maniobras mucho más grande, un modelo que fue previsto hace mucho tiempo en la profecía bíblica.
La profecía bíblica de Daniel da un resumen notable de la marcha de las potencias mundiales, rastreándolas desde el Imperio Babilonio y pasando por el de Medo-Persia, Grecia, Roma y hasta las potencias contendientes que aparecerían en el escenario mundial en el “tiempo del fin” en nuestro día. Esta profecía inspirada predice un continuo duelo por la dominación mundial entre dos superpotencias, a las cuales sencillamente se hace referencia como “el rey del norte” y “el rey del sur.”
Tal como muestra el libro “Hágase tu voluntad en la Tierra,” publicado por los testigos de Jehová en 1958, la descripción bíblica del “rey del norte” halla una clara correspondencia en la combinación de naciones totalitarias que en tiempos recientes ha sido encabezada por las naciones comunistas, mientras que la descripción del “rey del sur” provee pistas que señalan al bloque de naciones democráticas encabezado por los Estados Unidos y la Gran Bretaña (algunas veces llamada la potencia mundial binaria Angloamericana).
Al hablar de la lucha agitada entre estas potencias mundiales en competencia, la profecía dice: “Y en el tiempo del fin el rey del sur se envolverá con él en un empuje, y contra él el rey del norte se lanzará como tempestad con carros y con hombres de a caballo y con muchas naves; y ciertamente entrará en los países e inundará y pasará adelante. . . . Y él verdaderamente gobernará sobre los tesoros escondidos.” (Dan. 11:40-43) No puede haber duda de que el “rey del norte” comunista ha hecho grandes incursiones en el mundo de la humanidad, pues actualmente controla aproximadamente una tercera parte de la población mundial. Además, el surgimiento de esta potencia la ha visto hincar el diente profundamente en el control de los recursos mundiales, provocando condiciones críticas en muchas partes de la Tierra, lo cual ha hecho que algunas naciones democráticas sientan los efectos especialmente. La crisis del petróleo es uno de los muchos ejemplos de los resultados de esta enconada lucha por la dominación mundial.
Pero la profecía bíblica de Daniel no señala a una dominación completa por el simbólico “rey del norte” en una dictadura mundial comunista. Otras profecías bíblicas se combinan para mostrar que tanto las potencias comunistas como las democráticas permanecerán en pie hasta que otra potencia ponga fin a ambas. (Dan. 2:44; 11:44, 45; 8:19, 25) Esa potencia conquistadora es el propio gobierno de Dios por su Hijo. Como se predijo, Cristo Jesús pronto ‘pastoreará a todas las naciones con una vara de hierro,’ aplastando su dominación egoísta de la Tierra. (Rev. 19:11-16) De este modo él liberará a los que genuinamente aman la justicia de todas las penalidades y sufrimientos acarreados por la codiciosa competencia política, militar y económica de las potencias mundiales. Entonces los recursos de toda la Tierra estarán a disposición de la humanidad obediente para usarlos para el bien de todos y en alabanza apreciativa del Dador de toda cosa buena, Jehová Dios.
[Ilustración de la página 19]
Al principio los árabes redujeron los suministros de petróleo en 25%, entonces alteraron el flujo según el cambio en las circunstancias
[Ilustración de la página 20]
EN MESES RECIENTES EL PRECIO DEL PETRÓLEO SE HA PUESTO POR LAS NUBES