Capítulo 5
Prediciendo el tiempo para la gobernación mundial
1, 2. Para 600 a. de la E.C. ¿qué proclamó Nabucodonosor acerca de Dios?
DEMOS una mirada ahora a un mapa del mundo y localicemos los países de Irak, la Turquía asiática, Siria, el Líbano, Jordania e Israel. Si los gobernantes de esos países hubieran estado viviendo cerca del principio del siglo sexto antes de nuestra era común, hubieran estado bajo la dominación de la Tercera Potencia Mundial y éste es el mensaje que hubieran recibido oficialmente desde Babilonia:
2 “Nabucodonosor el rey, a todos los pueblos, grupos nacionales y lenguajes que están morando en toda la tierra: Que se haga grande su paz. Las señales y maravillas que el Dios Altísimo ha ejecutado conmigo, me ha parecido bueno declararlas. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas son sus maravillas! Su reino es un reino hasta tiempo indefinido, y su gobernación es para generación tras generación.”—Daniel 4:1-3.
3. En comparación, ¿cómo quedaba la gobernación de Nabucodonosor ante la de Dios?
3 Con esas palabras trascendentales el que entonces era rey de Babilonia llamó atención, no a su propio Imperio Babilonio, la Tercera Potencia Mundial de la historia bíblica, sino al reino y gobernación del Dios Altísimo. Contando desde la participación del rey Nabucodonosor en la destrucción de la capital asiria, Nínive, en 632 a. de la E.C. hasta el derribo de Babilonia por Ciro el Persa en 539 a. de la E.C., el Imperio Babilonio de Nabucodonosor y su dinastía duró más o menos noventa y tres años, menos de un siglo. Pero el reino y gobernación del Dios Altísimo son para tiempo indefinido, de generación en generación, es decir, para siempre, hasta tiempo sin fin. El reino y la gobernación de Jehová son más extensos, no solo en cuanto a tiempo, sino también en cuanto a la zona bajo control. El imperio de Nabucodonosor abarcó solo una parte del sudoeste de Asia, el Oriente Medio y finalmente Egipto, pero la zona bajo el control del Dios Altísimo es universal, pues abarca tanto los cielos como la Tierra. ¡El Dios Altísimo es el Soberano Universal, y eso para siempre!
4. ¿Proclamó así Nabucodonosor un dios más alto que Marduc?
4 La India y otras naciones y tribus modernas tienen sus dioses nacionales o tribuales, y la antigua Babilonia tuvo sus dioses. Pero Nabucodonosor, un adorador del dios babilonio Marduc, se vio obligado a proclamar por todo el mundo que hay un Dios Altísimo, que ejecuta señales y maravillas que son grandes y maravillosas, en prueba de su verdadera existencia. La proclamación de Nabucodonosor habla acerca de esto.
EL SUEÑO DEL ÁRBOL VOLUMINOSO DE NABUCODONOSOR
5, 6. ¿En qué tocón o tronco basal de árbol de mucha edad nos interesamos ahora?
5 A todos nosotros hoy nos interesan los árboles. Podemos plantar árboles, pero todos tenemos que admitir que los árboles no son creación del hombre. Estaban aquí en la Tierra miles de años antes de la llegada del hombre en 4026 a. de la E.C. Algunos árboles son maravillosos tanto por su altura como por su mucha edad, como las secoyas gigantescas del estado norteamericano de California.
6 El rey Nabucodonosor nos cuenta acerca de un árbol más alto que la secoya gigantesca de mayor altura, el sempervirens, de 112 metros de altura. ¡Qué estrépito tiene que haber habido cuando aquel árbol fue cortado y dio contra la tierra! El tocón y su vasto sistema de raíces fueron dejados en el suelo. Ahora representémonos en la mente que a ese tocón o tronco basal se le han ajustado estrechamente alrededor ataduras de hierro y cobre para asegurarse de que nada crezca desde él. ¿Para siempre? No, sino por dos mil quinientos veinte años. ¿Pudiera el tocón de un árbol ser mantenido vivo por tanto tiempo? Este tocón de árbol que consideramos sí. Y, contando desde el tiempo en que Nabucodonosor hizo su proclamación acerca de este tocón en particular, esos dos mil quinientos veinte años terminarían en algún punto en el tiempo en nuestro propio siglo veinte. Pues bien, ¿se le han removido las ataduras a ese tocón en nuestro tiempo? ¿Significaría eso algo para nosotros hoy? ¡Podemos averiguarlo!
EL PROPIO RELATO DEL EMPERADOR COMO SE HA CONSERVADO
7, 8. ¿Por qué se vio obligado Nabucodonosor a contar su sueño a Daniel?
7 Averigüemos primero cómo este tocón de árbol vino a la atención del gobernante del Imperio Babilonio, la Tercera Potencia Mundial de la profecía bíblica. En su proclamación imperial se nos dice: “Yo, Nabucodonosor, me hallaba tranquilo en mi casa y floreciendo en mi palacio. Hubo un sueño que contemplé, y empezó a darme miedo. Y hubo imágenes mentales sobre mi cama y visiones de mi cabeza que empezaron a asustarme. Y de mí se emitía una orden de traer delante de mí a todos los sabios de Babilonia, para que me hicieran saber la interpretación misma del sueño.” Entonces ¿qué?
8 “En aquel tiempo los sacerdotes practicantes de magia, los sortílegos, los caldeos y los astrólogos estuvieron entrando; y yo estaba diciendo delante de ellos lo que era el sueño, pero su interpretación no me la estaban haciendo saber. Y al fin llegó a estar delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar según el nombre de mi dios y en quien hay el espíritu de los santos dioses; y delante de él dije lo que era el sueño.”—Daniel 4:4-8.
9. En vez de a Daniel, ¿qué tenemos para ayudarnos en sentido profético?
9 La experiencia de Nabucodonosor muestra lo vano e inútil que es el que los gobernantes nacionales y políticos en general recurran a los astrólogos y clarividentes y otros practicantes del ocultismo para tratar de averiguar con exactitud lo que el futuro encierra. Los gobernantes no tienen con ellos hoy al profeta Daniel al cual ir, pero nosotros sí tenemos el libro profético de Daniel. De él podemos aprender acerca de cosas que ya han marcado a nuestro siglo veinte y lo que el futuro inminente encierra para esta generación. El sueño de Nabucodonosor y la interpretación de éste por Daniel y cómo se cumplió a manera de ilustración como sello o garantía de su valor profético, todo esto nos interesa a nosotros ahora. Por eso, prestemos atención ahora mientras Nabucodonosor le cuenta a Daniel su sueño de importancia mundial. Dijo:
10, 11. ¿Qué le sucedió al árbol que el rey vio en su sueño?
10 “Ahora bien, sucedió que las visiones de mi cabeza sobre mi cama estuve contemplando, y, ¡mira! un árbol en medio de la tierra, la altura del cual era inmensa. El árbol creció y se hizo fuerte, y su altura misma finalmente alcanzó a los cielos, y era visible hasta la extremidad de toda la tierra. Su follaje era hermoso, y su fruto era abundante, y había alimento para todos en él. Bajo él las bestias del campo buscaban sombra, y en sus ramas mayores los pájaros de los cielos moraban, y de él toda carne se alimentaba.
11 “Continué contemplando [yo, el rey Nabucodonosor,] en las visiones de mi cabeza sobre mi cama, y, ¡mira! un vigilante, aun un santo, que venía bajando de los cielos mismos. Estaba clamando fuertemente, y esto es lo que estaba diciendo: ‘Corten el árbol, y desmochen sus ramas mayores. Sacudan su follaje, y esparzan su fruto. Que la bestia huya de debajo de él, y los pájaros de sus ramas mayores. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, aun con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo; y con el rocío de los cielos sea mojado, y con la bestia sea su porción entre la vegetación de la tierra. Sea cambiado su corazón del de la humanidad, y que se le dé el corazón de una bestia, y pasen siete tiempos sobre él. Por el decreto de vigilantes es la cosa, y por el dicho de santos la solicitud es, con la intención de que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad y que a quien él quiere dárselo se lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad.’”—Daniel 4:10-17.
12. ¿Qué preguntas surgen en cuanto al derribo de aquel árbol?
12 Según esta descripción del sueño como se la dio el rey Nabucodonosor a Daniel, el árbol sobresalía entre todos los demás árboles. Era visible a todos los habitantes de la Tierra, de modo que nadie podía pasarlo por alto. Era un buen árbol. Aunque no se le llamó “el árbol de la vida,” era un árbol que sostenía la vida, porque llevaba fruto en abundancia, suficiente para alimentar a toda carne en la Tierra. ¿Por qué, pues, había de ser como el árbol prominente que se describe en la profecía de Ezequiel 31:3-14, capítulo treinta y uno, versículos tres a catorce inclusive, por el hecho de que se le cortaría? ¿Cómo podría el tronco del árbol cortado haber tenido el “corazón” de la humanidad y esto haber sido cambiado al “corazón de una bestia”? ¿Cómo podría probar el que se cortara el árbol y se dejara que su tronco caído yaciera por “siete tiempos” sobre la tierra herbosa que “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad y que a quien él quiere dárselo se lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad”? Según el “vigilante” o centinela o guardián angélico, ése era el propósito de la acción que se pintó en el sueño del rey.
INTERPRETACIÓN DEL SUEÑO
13, 14. (a) ¿Qué preguntas hay que contestar en cuanto a Dios como el Cortador del árbol? (b) ¿A quién representó el árbol alto, y por qué?
13 ¿Puede el Altísimo como Gobernante Supremo emitir órdenes de que un reino, un imperio, una potencia mundial, sea cortado como un árbol que llegara al cielo, y puede él colocar o establecer a otro rey y dar a ése la dignidad de rey, aunque venga de la condición más humilde de la humanidad?
14 Estas eran las principales preguntas que en realidad estaban ante Daniel para que las contestara, cuando el rey Nabucodonosor ahora le pidió la interpretación del sueño acerca del árbol. (Daniel 4:18) Pero ¿por qué se perturbó Daniel cuando el Dios Altísimo le reveló el significado del sueño del rey, y por qué tuvo que animar Nabucodonosor a Daniel para que no temiera explicar el sueño? Fue porque, en primer lugar, el derribo del árbol inmenso tenía una aplicación directa a Nabucodonosor mismo. Por lo tanto Daniel deseó que este sueño portentoso pudiera cumplirse igualmente en alguna otra persona, en adversarios que odiaran al rey. (Daniel 4:19) Daniel contesta nuestras propias preguntas cuando le oímos decir:
15-17. (a) ¿El corazón de quién podía ser cambiado de humano a bestial? (b) ¿Cómo sufriría tal rebajamiento Nabucodonosor?
15 “El árbol que contemplaste, que se hizo grande y llegó a ser fuerte y la altura del cual finalmente alcanzó a los cielos y que era visible a toda la tierra, . . . eres tú, oh rey, porque te has hecho grande y has llegado a ser fuerte, y tu grandeza se ha hecho grande y ha alcanzado a los cielos, y tu gobernación hasta la extremidad de la tierra.”—Daniel 4:20-22.
16 Así vemos que aquel árbol cuya altura llegaba al cielo representaba gobernación, una gobernación por todo el mundo investida en alguien como gobernante. Era este gobernante quien tenía un “corazón” que podía ser cambiado del de la humanidad al de una bestia. Tal cambio significaría una caída, un rebajamiento, ¿verdad? Este rebajamiento era según la voluntad y propósito del Dios Altísimo, el “Gobernante en el reino de la humanidad,” porque Daniel pasó a decirle a Nabucodonosor:
17 “Y porque el rey contempló a un vigilante, aun a un santo, que venía bajando de los cielos, que también decía: ‘Corten el árbol, y arruínenlo. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, pero con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo, y con el rocío de los cielos sea mojado, y con las bestias del campo sea su porción hasta que siete tiempos mismos pasen sobre él,’ ésta es la interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo es lo que tiene que sucederle a mi señor el rey. Y te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tu morada llegará a ser, y la vegetación es lo que te darán aun a ti a comer tal como a toros; y con el rocío de los cielos tú mismo estarás mojándote, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere dárselo se lo da.”—Daniel 4:23-25.
18. ¿Qué aspecto bueno le impartió Daniel al sueño?
18 Sin embargo, después de pasar “siete tiempos” sobre el rey en aquella condición rebajada, ¿qué? El sueño de Nabucodonosor no dio una respuesta directa a esta pregunta, pero la interpretación de Daniel sí. Mostrando el lado bueno del sueño, Daniel le dijo al rey: “Y porque dijeron que se dejara el tronco con las raíces del árbol, tu reino te será seguro después que sepas que los cielos están gobernando. Por lo tanto, oh rey, que te parezca bueno mi consejo, y remueve tus propios pecados por justicia, y tu iniquidad por medio de mostrar misericordia a los pobres. Quizás ocurra un alargamiento de tu prosperidad.”—Daniel 4:26, 27.
19. (a) ¿Cómo y cuándo empezó a cumplirse el sueño en el rey? (b) ¿Por qué se le mantuvo en reserva el trono para que lo volviera a ocupar?
19 A pesar del consejo valeroso de Daniel, Nabucodonosor continuó siendo orgulloso por ser el monarca absoluto de la Potencia Mundial Babilónica, la Tercera Potencia Mundial de la profecía bíblica. Así, un año lunar después se hallaba andando sobre el techo del palacio real en Babilonia. Entonces, como Daniel mismo nos dice, “el rey estaba respondiendo y diciendo: ‘¿No es ésta Babilonia la Grande, la cual yo mismo he construido para la casa real con la fortaleza de mi poder y para la dignidad de mi majestad?’ Mientras la palabra todavía estaba en la boca del rey, hubo una voz que cayó de los cielos: ‘A ti se te dice, oh Nabucodonosor el rey: “El reino mismo se ha ido de ti, y de la humanidad te están echando, sí, y con las bestias del campo tu morada será. Vegetación te darán aun a ti para comer tal como a toros, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere dárselo se lo da.”’”—Daniel 4:28-32.
UNA ILUSTRACIÓN PROFÉTICA DE LA REALIDAD
20-22. ¿Cómo cambió de humano a bestial el gobernante mundial?
20 Lo que ahora sucedió fue una ilustración profética de una realidad de proporciones mucho mayores. De modo que el sueño de Nabucodonosor comenzó a cumplirse en la persona de un hombre que tenía gobernación de alcance mundial.
21 Es decir, el simbólico “árbol” inmenso fue cortado y se estrelló ruidosamente cuan largo era contra la tierra. Solo el tocón o tronco basal, el “tronco con las raíces,” quedó en pie, pero fue cercado o atado con círculos de hierro y cobre para detener todo crecimiento hacia arriba desde él por la duración de los “siete tiempos” decretados. En realidad, abajo vino el poderoso Nabucodonosor desde su trono imperial. El “Gobernante en el reino de la humanidad” impuso esto forzosamente al herir de demencia al rey de Babilonia, cambiando su corazón del de un hombre poderoso en gobernación al de una bestia, un toro que se alimenta de vegetación afuera en el campo. Probablemente los funcionarios de la corte de Nabucodonosor recordaron el sueño y la interpretación de Daniel y temieron reemplazarlo con otra persona en el trono. Pero fue especialmente el Dios Altísimo quien estuvo reservando el trono imperial para que Nabucodonosor fuera restaurado a él al fin de los “siete tiempos” señalados.—Daniel 5:18-21.
22 Los asuntos progresaron tal como le había dicho la voz que cayó de los cielos al jactancioso gobernante mundial: “En aquel momento la palabra misma se cumplió en Nabucodonosor, y de entre la humanidad fue echado, y vegetación empezó a comer tal como los toros, y con el rocío de los cielos su propio cuerpo se mojaba, hasta que su cabello mismo le creció largo como plumas de águilas y sus uñas como garras de pájaros.”—Daniel 4:33; compare con Hechos 12:21-23.
23. ¿Por qué no resultó en la caída de Babilonia la enfermedad del rey?
23 ¿Significó esta degradación del rey Nabucodonosor la caída del Imperio Babilonio? ¡De ninguna manera! Según el decreto del Dios Altísimo este imperio había de continuar por algunas décadas todavía como la Tercera Potencia Mundial, que ahora correspondía con el tronco basal o tronco con las raíces del inmenso árbol que se vio en el sueño de Nabucodonosor. El profeta Daniel continuó como siervo del rey demente, sirviendo de “gobernante sobre todo el distrito jurisdiccional de Babilonia y el prefecto principal sobre todos los sabios de Babilonia.” También, los tres compañeros hebreos de Daniel: Hananías, Misael y Azarías, continuaron participando en la administración de los asuntos de aquel distrito jurisdiccional. (Daniel 1:11-19; 2:48, 49; 3:30) Ciertamente estos cuatro prominentes desterrados judíos en Babilonia estaban midiendo el tiempo de la enfermedad del rey y estaban esperando el tiempo en que lo recibirían de nuevo en su juicio a su trono imperial como monarca gentil que había aprendido bien la lección de que “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere dárselo se lo da.” Al fin de los “siete tiempos” esto sucedió.
24. Al recuperarse, ¿qué dijo el rey acerca del Altísimo?
24 El rey mismo nos dice lo que pasó: “Y al fin de los días yo, Nabucodonosor, alcé a los cielos mis ojos, y mi propio entendimiento empezó a volverme; y bendije al Altísimo mismo, y a Aquel que vive hasta tiempo indefinido alabé y glorifiqué, porque su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido y su reino es para generación tras generación. Y a todos los habitantes de la tierra se les está considerando como meramente nada, y él está haciendo conforme a su propia voluntad entre el ejército de los cielos y los habitantes de la tierra. Y no existe nadie que pueda detener su mano o que pueda decirle: ‘¿Qué has estado haciendo?’”—Daniel 4:34, 35.
25. Por esto, ¿qué desatadura del tocón del árbol hubo en aquel tiempo?
25 En aquel tiempo, hasta donde el sueño profético se aplica a Nabucodonosor mismo, las ataduras de hierro y cobre alrededor del tronco basal del árbol inmenso fueron abiertas y removidas. Los “siete tiempos” literales se habían vencido, y el rey en su juicio había de ser restaurado al poder. Nabucodonosor hace un registro de esto, pues pasa a decir: “Al mismo tiempo mi entendimiento mismo empezó a volver a mí, y para la dignidad de mi reino mi majestad y mi resplandor mismos empezaron a volver a mí; y aun mis encumbrados funcionarios reales y mis grandes me empezaron a buscar ansiosamente, y fui restablecido sobre mi propio reino, y grandeza extraordinaria me fue añadida.” (Daniel 4:36) ¡Qué “señal de curación” ejecutó así el Dios Altísimo!—Daniel 4:2; Hechos 4:22.
26. ¿Qué hebreos, probablemente, se pusieron a buscar junto con los demás al rey, y por qué?
26 Parecería muy apropiado que Daniel, Hananías, Misael, y Azarías como “encumbrados funcionarios reales” estuvieran entre los que buscaron al rey restaurado como señal de su lealtad a él y de haber salvaguardado sus intereses imperiales durante la enfermedad mental de éste. (Compare con 2 Samuel 19:11-15.) Estos cuatro adoradores de Jehová Dios estarían particularmente interesados en el efecto que tendría en el rey la experiencia humillante que tuvo a manos del Dios de ellos. A mayor grado que toda otra persona en el servicio real del rey, apreciaron el que Nabucodonosor confesará la Soberanía Universal del “Gobernante” Altísimo, a quien Nabucodonosor llamó “el Rey de los cielos,” que reina para siempre. Vieron que este Rey celestial le devolvió la gobernación real a un hombre que por “siete tiempos” fue “aun [el] de más humilde condición de la humanidad” por haber sido degradado a un nivel inferior al humano, el de una bestia del campo. (Daniel 4:17) ¡Entendían lo que Jehová había estado haciendo!
“SIETE TIEMPOS”
27. Por mucho tiempo se ha considerado que los “siete tiempos” son ¿qué espacio de tiempo?
27 ¿Precisamente cuánto duraron aquellos “siete tiempos” durante los cuales Nabucodonosor estuvo mentalmente desequilibrado e incapacitado para la gobernación real? En la obra histórica intitulada “Las antigüedades de los judíos,” producida en el griego del primer siglo por el judío Flavio Josefo, él trata estos “siete tiempos” como “siete años.” (Libro X, Capítulo X, párrafo 6) En el siglo siguiente el traductor griego del libro de Daniel, a saber, Teodocio, de Ponto, Asia Menor, entre los años 180 y 182 E.C., tradujo la expresión hebrea como “siete años” (heptá ete). Otros comentadores judíos entienden que “tiempos” aquí significa “años.” De hecho, varios traductores modernos lo vierten así. La Sagrada Biblia, Versión Bover-Cantera (católica romana), dice: “Transcurran sobre él [ti] siete años.” (Daniel 4:13, 20, 22, 29) La traducción de Torres Amat (también católica romana) dice: “siete tiempos, o años.”
28. En el caso del rey, ¿quién contaba los años?
28 Por eso, el significado sería de siete años lunares bíblicos, puesto que el tiempo que se decretó provenía del Autor de la Santa Biblia, Jehová Dios. Hay informes de que hay inscripciones antiguas que muestran que hubo varios años en los cuales Nabucodonosor no hizo nada. Estos años bien pudieran coincidir con los “siete tiempos” en los cuales estuvo incapacitado como hombre en desequilibrio mental.
29. ¿Se cumplió en el caso del rey el propósito completo del sueño?
29 Sin embargo, ¿es eso todo lo que está encerrado en este asunto? No hay fundamento para dudar de que el sueño de Nabucodonosor acerca del árbol cuya altura llegaba hasta el cielo haya sido profético, cuando se considera que fue inspirado por Jehová Dios. Pero ¿está limitado el cumplimiento del sueño a aquel cumplimiento antiguo en la persona de un solo hombre, el rey Nabucodonosor, para que él aprendiera una lección en cuanto a gobernación? ¿Es por medio de su experiencia personal que el significado del trato de Jehová con él se logra, a saber, “que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad y que a quien él quiere dárselo se lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad”? (Daniel 4:17) Al colocar sobre el reino de la humanidad “aun al de más humilde condición de la humanidad” ¿coloca el Dios Altísimo sobre la humanidad el más bajo grado de gobernación? ¡Evidentemente no! (Daniel 4:36, 37) Para los “vivientes” en nuestro importante siglo veinte, el sueño de Nabucodonosor tiene que tener otro cumplimiento, y uno de mayor trascendencia. ¡Así es!
30. ¿Cómo representa el árbol la soberanía universal de Jehová?
30 Hechos de la antigüedad certifican el primer cumplimiento del sueño del rey de Babilonia. ¿Cómo establecen los hechos posteriores el cumplimiento mayor y completo de ese mismo sueño? Bueno, Nabucodonosor, quien allá fue por el momento representado por el árbol voluminoso e imponente, era gobernante del Imperio Babilonio. Por eso él simbolizaba gobernación en escala mundial, que recibía reconocimiento por todo el mundo. De manera semejante, el “árbol” del cual él fue ilustración representó gobernación en escala mayor a la que tenía el rey de Babilonia. En aquel tiempo, ¿qué gobernación o dominio era mayor que la del emperador Nabucodonosor, que no tenía rival en la Tierra? Solo la gobernación de aquel a quien Nabucodonosor reconoció como “el Altísimo,” “el Rey de los cielos.” (Daniel 4:34, 37) Por esa razón, el árbol del sueño, un árbol cuya altura llegaba al cielo y que servía para sostener la vida, simbolizó la SOBERANÍA UNIVERSAL del Altísimo, Jehová Dios, particularmente en su relación con nuestra Tierra. Esta soberanía universal es eterna, “hasta tiempo indefinido,” para todas las generaciones.
31. El dar ese significado al árbol hace surgir ¿qué preguntas?
31 El que se dé ese significado a ese “árbol” hace que surjan preguntas en nuestra mente ¿verdad? Sí. Por ejemplo: ¿cómo pudiera alguna vez ser cortado tal “árbol”? ¿Y esto por mandato del Soberano Universal, el Dios Altísimo mismo? ¿Cómo se coloca o establece de nuevo? La propia Palabra escrita de Dios, la Santa Biblia, explica.
32, 33. ¿Cómo representó el reino de David la soberanía de Dios?
32 Por largo espacio de tiempo la Soberanía Universal de Jehová estuvo representada aquí en la Tierra. ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? Esto fue por medio del reino que él estableció sobre su pueblo escogido, las doce tribus de Israel. Esto fue particularmente cierto cuando el ungido de Jehová, el rey David, fue hecho rey sobre las doce tribus de Israel en conjunto, después de lo cual él mudó su ciudad capital a Jerusalén, que había capturado de los jebuseos paganos. Eso fue en 1070 a. de la E.C.
33 En aquel mismo año el rey David hizo que la sagrada Arca del Pacto de Jehová fuera introducida en la ciudad y colocada en una tienda de campaña levantada cerca de su palacio real. De ese modo Jehová empezó a reinar, por decirlo así, en Jerusalén la capital de Israel, y del rey israelita se decía que se sentaba en “el trono de Jehová.” (1 Crónicas 29:23; 16:1-31) Repetidamente el rey David reconoció que Jehová era su Rey celestial, el verdadero Gobernante de Israel. (Salmo 5:2; 24:7-10; 68:24; 145:1) Ciertamente, pues, el reino que tenía su centro en Jerusalén, donde David y sus descendientes reales se sentaban en “el trono de Jehová,” representaba la Soberanía Universal de Jehová con referencia a nuestra Tierra.—2 Crónicas 13:5, 8.
34. ¿Cuándo fue cortado aquel árbol simbólico, y cómo?
34 Lógicamente aquella expresión de la Soberanía Universal de Jehová según era ejercida por medio del rey David y sus sucesores reales en Jerusalén fue lo que representó el árbol inmenso que se vio en el sueño de Nabucodonosor. En el sueño, aquel árbol que dominaba sobre todo fue derribado, cortado. En fidelidad a ese sueño, la Soberanía Divina según era ejercida por medio de la línea de reyes davídicos en Jerusalén fue cortada, derribada, puesta fuera de función. ¿Cuándo? En 607 a. de la E.C., cuando Nabucodonosor de Babilonia destruyó a Jerusalén y su templo y se llevó al exilio, para morir allí, a su último rey entronizado, Sedequías de la familia de David. Jehová mismo hizo que el árbol simbólico de soberanía fuera cortado, porque él mismo usó a Nabucodonosor como su “siervo” para producir este derribo. Jehová mismo tomó la responsabilidad por derrocar esta expresión visible de su soberanía con relación a nuestra Tierra.—Jeremías 25:8-11, 17-29; Ezequiel 21:22-27.
35. ¿Con qué propósito fue mantenido en ataduras de metal el tocón del árbol?
35 En aquel tiempo las ataduras de restricción divina representadas por las ataduras de hierro y cobre fueron colocadas alrededor del tronco basal restante de la soberanía divina según se ejercía por medio de un descendiente real del rey David. Ningún renuevo o vástago real podía salir de este tronco basal para que de nuevo creciera la soberanía divina ejercida por medio de un rey davídico. ¿Por cuánto tiempo había de continuar esta apariencia de rebajamiento de la Soberanía Universal de Jehová? Por “siete tiempos,” que fueron ilustrados proféticamente por los “siete años” durante los cuales Nabucodonosor estuvo sin trono y viviendo como una bestia del campo. Por eso, ¿cuánto tiempo abarcan “siete tiempos”?
36. ¿Por qué no podía ser que los “siete tiempos” significaran 2.520 días literales?
36 Un “tiempo” o “año” lunar usado con relación a la profecía bíblica tenía como término medio 360 días, es decir, doce meses lunares con un promedio de 30 días cada uno. (Compare con Génesis 7:11 a 8:4 inclusive.) Los “siete tiempos” o “siete años” por lo tanto ascenderían a 7 veces 360 días, o 2.520 días. ¿Se han de entender literalmente esos 2.520 días en este caso? Bueno, siete años lunares o 2.520 días después de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C. y de quedar desolada su región de dominio en la tierra de Judá no se restableció la Soberanía Universal de Jehová respecto a nuestra Tierra, ¿verdad? ¡No! En el año 600 a. de la E.C. los israelitas sobrevivientes eran todavía desterrados en Babilonia, Jerusalén y la tierra de Judá todavía yacían desoladas, y el Imperio Babilonio todavía era la potencia mundial del día. No fue sino hasta sesenta y tres años después, o en 537 a. de la E.C., que los israelitas exiliados recibieron del conquistador de Babilonia libertad para partir de allí, y ocupar de nuevo su amado país de origen. Pero, aun entonces, no se estableció de nuevo en Jerusalén el reino teocrático de la casa de David.
37. ¿Qué sucesión de potencias mundiales tenía que preceder al reino de Dios?
37 El Imperio Medopersa había tomado ahora el control mundial como la Cuarta Potencia Mundial de la profecía bíblica, y Ciro el Grande, el persa, era emperador. Por eso Zorobabel, un heredero legal y natural del trono de David, fue hecho simplemente gobernador de la provincia persa de Judá. Medo-Persia correspondía con los pechos y los brazos de plata de la imagen metálica que se vio en el sueño inspirado que el profeta Daniel tuvo que recordarle e interpretarle a Nabucodonosor. (Daniel 2:31, 32, 39) Según ese mismo sueño y su interpretación, el control mundial por los gentiles había de ser ejercido después por la Potencia Mundial Griega semejante a cobre y entonces por el Imperio Romano semejante a hierro, del cual brotaría otra potencia en la forma de la Potencia Mundial Binaria de Gran Bretaña y los Estados Unidos de los siglos modernos. Sería por primera vez después de eso que la Soberanía Universal de Jehová (representada por la montaña) y el reino (representado por la piedra cortada) intervendrían con relación a la línea de potencias mundiales gentiles. (Daniel 2:32-35, 44, 45) ¡Esto nos trae a nuestro propio siglo veinte!
38. ¿Cuándo terminarían esos 2.520 días, vistos simbólicamente?
38 Por lo tanto queda muy manifiesto que los “siete tiempos” de 2.520 días, al medirse contra la “imagen” de potencias mundiales, desde la cabeza hasta los pies, tienen que representar algo más largo que los siete años literales en los cuales Nabucodonosor se comportó como una bestia, afuera en el campo. Por eso cada uno de esos 2.520 días tiene que ser tratado según la regla bíblica que dice: “Un día por un año, un día por un año, es lo que te he dado.” (Ezequiel 4:6; compare con Números 14:34.) Esto significaría que los “siete tiempos” de dominación de la Tierra por potencias mundiales gentiles sin la intervención del reino de Dios se extenderían por 2.520 años desde que la tierra de Judá, (y Jerusalén con ella) fue desolada por los babilonios. Esa cantidad de años desde la mitad del séptimo mes lunar (o 15 de Tisri) de 607 a. de la E.C. nos lleva a ¿cuándo? Al 15 de Tisri, o 4/5 de octubre de 1914 E.C.
39. ¿Qué sucedió después de habrá sido removidas del tocón las ataduras?
39 En aquel tiempo, Jehová Dios el Todopoderoso soltaría las ataduras de hierro y cobre de alrededor del simbólico tronco basal de la Soberanía Universal. Así, él permitiría que un “renuevo” real creciera desde el tronco basal para establecer de nuevo Su Soberanía Universal con relación a toda la Tierra. (Job 14:7-9; Isaías 11:1, 2) Esto aconteció al nacer el gobierno representado por el “hijo varón,” predicho en Revelación (Apocalipsis) Rev. 12:5-10 (RVR; NM), un gobierno que había de ‘pastorear a todas las naciones con vara de hierro.’ En el sueño de Nabucodonosor de la “imagen” de potencias mundiales, este acontecimiento fue representado por el cortar de la montaña la “piedra” con el fin de destruir con ella la “imagen” de potencias mundiales. (Daniel 2:34, 35) ¡Qué manera significativa de marcar el fin de los “tiempos señalados de las naciones,” el fin de los “tiempos de los gentiles,” como los predijo Jesucristo en Lucas 21:24!—NM; RVR.
40. ¿Qué pisoteo por potencias mundiales gentiles había de cesar entonces?
40 Desde entonces en adelante, el gobierno real que fue representado por la antigua Jerusalén bajo miembros de la familia real de David como reyes ya no sería ‘pisoteado’ u ‘hollado’ por la potencias mundiales gentiles. ¡Este las pisotearía a ellas!
41. ¿Qué cosa que iba más allá de la restauración de Nabucodonosor predijo Dios?
41 En vista de todo lo anterior, el Gobernador Universal, que conoce el fin desde el principio, predijo más que solo el tiempo en que Nabucodonosor sería restaurado al trono de la Potencia Mundial Babilónica. Jehová Dios predijo, simultáneamente, el tiempo en que pondría en vigor su propia gobernación mundial por medio de hacer valer de nuevo su legítima y propia Soberanía Universal con relación a nuestra Tierra. Habiendo determinado el tiempo para esto, ahora estamos listos para considerar al Agente Principal que el Soberano Universal Jehová usa con este fin. ¿Pasamos a hacerlo?