Educación que satisface
SI A usted le ofrecieran la oportunidad de disfrutar de felicidad genuina, salud resplandeciente y seguridad verdadera, ¿la aceptaría con avidez? Sin duda la aceptaría. Sin embargo, es posible que usted diga: ‘Todo esto es excelente. Pero, ¿existe tal oportunidad en realidad?’ Sí, existe. Estos beneficios pueden obtenerse por medio de una educación que se ofrece gratuitamente a todos los pueblos por toda la Tierra.
En nuestro día se reconoce ampliamente el valor de la educación. Para muchas personas la educación equivale a éxito, prestigio y buenos ingresos. Así que están dispuestas a emplear mucho tiempo y dinero en obtener una buena educación. Por ejemplo, en el Oriente muchos padres trabajan arduamente para enviar a sus hijos a costosas escuelas privadas y universidades. Los hijos mismos estudian día y noche para salir bien en los exámenes, con el fin de obtener una buena educación. En cambio, esto puede permitirles obtener un trabajo bien remunerado y abrirse paso o progresar en el mundo. Por otro lado, algunos buscan educación superior para equiparse y poder rendir mayor servicio a su congénere.
Es cierto que a los que pudieran obtener una buena educación seglar podría causarles alguna satisfacción el alcanzar sus metas en la vida. Sin embargo, dicha satisfacción es, en el mejor de los casos, de corta duración. Sin importar si tienen buena educación académica o no, todos los hombres se enfrentan al envejecimiento y la muerte que son cosas de esperarse. Además, ¡con cuánta frecuencia vemos que las enfermedades o los accidentes ponen fin a la posibilidad de una vida más larga en el caso de hombres y mujeres que han recibido una buena educación!
En realidad, donde se pierde la vida todas las cosas llegan a ser vanidad, pues no se puede disfrutar de nada en la muerte. Jesucristo, el más grande maestro que ha habido entre la humanidad, significativamente llamó a nuestra atención este hecho innegable, al preguntar: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo pero lo paga con perder su alma?”—Mat. 16:26.
Habrá quienes digan: ‘Puesto que nadie puede eludir la muerte, lo mejor, posiblemente, sería que uno aceptara esta realidad de la muerte y se satisficiera con obtener algún disfrute de la vida mientras ésta dure.’ Sin embargo, uno no tiene que sentirse satisfecho con simplemente disfrutar de la vida por unos cuantos años. De hecho, usted tiene la oportunidad de disfrutar de la vida para siempre bajo las condiciones más placenteras y satisfactorias.
¿Solo un sueño?
¿Es esto tan solo un sueño, o una promesa desprovista de significado, sin posibilidad alguna de cumplirse jamás? No, porque Jesucristo, el gran vocero del Creador, nos aseguró que se puede alcanzar la vida eterna, siempre y cuando uno reciba la educación correcta. ¿Qué clase de educación? Esta información se reveló en las palabras que Jesús dirigió en oración a su Padre, Jehová Dios: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.”—Juan 17:3.
Como se desprende de las palabras de Jesús, la voluntad de Dios es que el hombre disfrute del don de la vida para siempre. De hecho, cuando Dios originalmente creó al hombre, puso ante éste la perspectiva o posibilidad de vivir eternamente en la Tierra, si el hombre satisfacía el requisito sencillo de amar y obedecer a su Creador. (Gén. 2:16, 17) La Biblia también revela que el hombre fue creado a la imagen de Dios, dotado con varias excelentes cualidades de Jehová Dios. Esto colocó al hombre en posición singular entre todas las criaturas de la Tierra, pues ningún animal fue creado a la imagen de Dios.—Gén. 1:27.
Puesto que Jehová Dios es el Creador del hombre, sabe mejor que nadie cómo satisfacer las necesidades humanas, tanto físicas como espirituales. (Sal. 145:16) ¡Con cuánta abundancia ha provisto El para las necesidades físicas del hombre! ¿Puede usted mencionar todas las diferentes clases de alimento y bebida que se encuentran en la Tierra? ¡La cantidad es verdaderamente asombrosa! Por eso, ¿no es razonable esperar que un Creador amoroso y generoso provea también cuanto sea adecuado para satisfacer las necesidades espirituales del hombre?—Mat. 4:4.
El estudio más importante
Para que el hombre pueda sentirse verdaderamente feliz y satisfecho, necesita conocer a su Creador, tener la guía de Dios y estar en relación estrecha con él. Por lo tanto, el adquirir conocimiento del propósito divino es el más grande estudio que se pudiera emprender. Se ha observado que los hijos que vienen de familias que se han desintegrado, hijos que han quedado desprovistos del amor y guía de los padres, con frecuencia son infelices e inadaptados. Cualquier humano que no conozca a Dios y no tenga su guía está en una situación comparable a ésa. La vida de estas personas carece de propósito y significado genuino. Con frecuencia estos individuos perciben la futilidad de la vida, una vida que es acortada demasiado pronto por la muerte. Puesto que carecen de guía segura, con frecuencia sucede que no saben cómo tratar con los muchos problemas de la vida.
La Biblia describe de manera apropiada los malos resultados de que el hombre se haya alejado de Dios, al decir: “Estando ellas [las personas humanas] mentalmente en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, a causa de la ignorancia que hay en ellas, debido a la insensibilidad de su corazón. Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia.”—Efe. 4:18, 19.
Correctamente podemos concluir que el derrumbe moral y el desafuero que reinan por todo el mundo hoy día son el resultado directo de que el hombre no conozca a Dios y no esté educado en Sus caminos. Es cierto que millones de personas alegan que adoran al Dios de la Biblia. Pero, ¿conocen en realidad a Dios en el sentido de conocer y seguir sus justas normas? A juzgar por la manera en que estas personas se comportan, están en una posición similar a la de los antiguos israelitas, quienes también alegaban que adoraban a Dios. Sin embargo, por medio de su profeta Oseas, Dios les dijo: “Oigan la palabra de Jehová, oh hijos de Israel, porque Jehová tiene una causa judicial con los habitantes de la tierra, porque no hay verdad ni bondad amorosa ni conocimiento de Dios en la tierra. Hay la pronunciación de maldiciones y práctica de engaño y asesinato y robo y perpetración de adulterio que han estallado, y actos de derramamiento de sangre han tocado a otros actos de derramamiento de sangre.” (Ose. 4:1, 2) Por lo tanto se puede ver que el conocer a Dios significa mucho más que simplemente alegar que se cree en él. También significa obedecerle y seguir sus caminos de justicia.
Los beneficios actuales
A fin de seguir los caminos de Dios, uno primeramente tiene que educarse en éstos. Como ya se ha hecho notar, el conocimiento acertado de Dios puede conducir a la vida eterna. No obstante, esto no significa que de los beneficios de este proceder se pueda disfrutar solamente en el futuro. ¡De ninguna manera! Un proceder piadoso también resulta provechoso en la actualidad, porque “la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:8.
Mientras que hoy día en el mundo aumenta por millones la cantidad de las personas que son víctimas de los efectos de la desintegración familiar, la delincuencia juvenil y la soledad, ¿cuál ha sido el resultado de vivir de acuerdo con los principios bíblicos? Pues, ¡muchas familias felices y unidas que no están plagadas de desavenencias maritales, brechas entre generaciones ni delincuencia infantil! El consejo bíblico nos asegura que el aplicar los principios bíblicos puede resultar en formidables mejoras en la vida familiar.
“Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos,” dijo el apóstol Pablo. “El que ama a su esposa a sí mismo se ama, porque nadie jamás odió a su propia carne; antes bien la alimenta y la acaricia, como también el Cristo a la congregación.” A las esposas, también, se les aconseja amorosamente en las siguientes palabras: “Por otra parte, la esposa le debe tener profundo respeto a su esposo.” Pero, ¿qué hay de los hijos? A ellos se les da la instrucción de ‘ser obedientes a sus padres en unión con el Señor.’ ¿Por qué? “Porque esto es justo,” y por lo tanto agrada a Jehová. Además, el mandato de honrar a los padres de uno entraña una promesa: “Para que te vaya bien y dures largo tiempo sobre la tierra.” Es en el padre en quien descansa la principal responsabilidad de impartir instrucción espiritual a sus hijos, pues a él se le dice que ‘siga criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.’—Efe. 5:28-6:4.
El educarse en los caminos de Dios también le permite a uno adquirir muchos amigos amorosos que se interesan genuinamente en uno. Esta clase de educación basada en la Biblia resulta en que uno se asocie con verdaderos cristianos, los cuales se esfuerzan sinceramente por acatar el consejo: “Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida y contempla a su hermano pasar necesidad y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él? Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano.” (1 Juan 3:17, 18; 4:21) ¿No está de acuerdo usted con que el asociarse con amigos de esa clase impartiría mucho gozo y satisfacción a su vida?
Sobre todo, los que son recipientes de esta educación dadora de vida pueden alcanzar una paz mental que solo puede provenir de una relación personal íntima con Dios. Mientras la gente en general está cada vez más afligida y angustiada por causa de los problemas que siguen aumentando y el ominoso futuro al cual se enfrenta el mundo hoy día, la siguiente promesa bíblica suministra gran consuelo a muchas personas de todas partes: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.”—Fili. 4:6, 7.
Porque el Creador amoroso se interesa en los seres humanos y desea verlos felices y satisfechos, actualmente está suministrando educación gratuita por toda la Tierra mediante el programa de estudio bíblico que efectúan sus Testigos cristianos en más de 200 países. Sí, Dios está extendiendo su benévola invitación a todos los pueblos del mundo. (Isa. 55:1, 2) Millones de personas alrededor del mundo han aceptado su invitación y concuerdan de todo corazón con el salmista, quien exhortó: “Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente capacitado que se refugia en él.” (Sal. 34:8) ¿Tratará usted de obtener la educación que resulta en estos excelentes beneficios?
[Comentario de la página 3]
Nadie sabe mejor que el Creador del hombre cómo satisfacer las necesidades humanas, tanto físicas como espirituales
[Comentario de la página 4]
Un proceder en armonía con la piedad resulta provechoso en el presente, porque “la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”
[Comentario de la página 5]
El educarse en los caminos de Dios también le permite a uno adquirir muchos amigos amorosos que se interesan genuinamente en uno.