Capítulo 7
¡La “nueva creación” entra en acción!
1, 2. (a) ¿Qué creación, de menos de dos mil años atrás, fue más maravillosa que la del hombre y la mujer? (b) Según las palabras de Jesús en Lucas 24:46-48 y Hechos 1:8 el ungimiento de la “nueva creación” tenía ¿qué propósito?
LA CREACIÓN del primer hombre y la primera mujer hace unos seis mil años fue una cosa maravillosa. (Génesis 1:26-28) El nacimiento de una “nueva creación” hace menos de dos mil años fue algo más maravilloso todavía, más significativo todavía para toda la humanidad. Ese nacimiento aconteció el día del Pentecostés de 33 E.C. con el nacimiento de la congregación de los discípulos de Cristo, todos ellos ungidos con el espíritu santo de Dios para proclamar Su reino mesiánico.
2 Menos de dos semanas antes de aquel histórico día del Pentecostés, el resucitado Jesucristo dijo a sus discípulos:
“De esta manera está escrito que el Cristo sufriría y se levantaría de entre los muertos al tercer día, y sobre la base de su nombre se predicaría arrepentimiento para perdón de pecados en todas las naciones... comenzando desde Jerusalén, ustedes han de ser testigos de estas cosas.” (Lucas 24:46-48) “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.”—Hechos 1:8.
3. ¿Cuánto abarcaba aquella asignación de territorio, y cuándo empezaron a testificarle los discípulos y desde dónde?
3 ¿Pudiera haber mayor asignación de territorio para testificar que ésta? Era global. ¿Qué hay de alcanzar todo este territorio con el testimonio mesiánico? Esto exigiría tiempo, sí, persistencia, esfuerzo valeroso. Sin embargo, tan pronto como el prometido espíritu santo vino sobre ellos en el día del Pentecostés ellos entraron en acción como testigos a otros en Jerusalén, primero.
4. En aquel día del Pentecostés, ¿cómo empezaron a suceder cosas tal como lo había predicho Joel 2:28, 29?
4 Lo que sucedió fue tal como lo había predicho Joel 2:28, 29: ¡los discípulos llenos de espíritu comenzaron a profetizar, hasta en idiomas extranjeros, milagrosamente! Miles de judíos que estaban en Jerusalén para celebrar la fiesta del Pentecostés se reunieron para observar el espectáculo. Oyeron a la pequeña congregación de discípulos de Cristo “hablar,” como ellos dijeron, “en nuestras lenguas acerca de las cosas magníficas de Dios.”—Hechos 2:11.
5. ¿Cómo usó Pedro la primera de las dos “llaves del reino de los cielos” en aquel día del Pentecostés?
5 Para explicar la ocasión, el apóstol Pedro usó la primera de las dos “llaves del reino de los cielos” por medio de llevar la delantera en hablar a la muchedumbre inquiridora. (Mateo 16:19) Dio testimonio de que Jesús era el Mesías, el que había sido rechazado y muerto por los líderes judíos pero resucitado al tercer día y ahora glorificado a la diestra de Dios. Los judíos a quienes hería la conciencia ahora preguntaron: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?” La respuesta de Pedro fue: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don gratuito del espíritu santo. Porque la promesa [de Joel 2:28, 29] es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para cuantos llame a sí Jehová nuestro Dios.”—Hechos 2:14-39.
6. A los judíos arrepentidos que se bautizaron ¿qué les aconteció, y de qué fueron salvados?
6 Los que aceptaron a Jesús como el Mesías o Cristo se bautizaron obedientemente en agua. Así, en aquel solo día se añadieron unas tres mil almas. El glorificado Jesucristo bautizó a estos individuos con espíritu santo, y nacieron otra vez como hijos espirituales de Dios. Fueron transferidos de estar bajo el pacto de la Ley mosaica a estar bajo el nuevo pacto del cual el mediador es Jesucristo. De esta manera escucharon el urgente consejo de Pedro de ‘salvarse de esta generación perversa.’ Al hacer esto, escaparon de ser bautizados con fuego en la destrucción de Jerusalén en el año 70 E.C. a manos de los sitiadores romanos bajo el general Tito.—Hechos 2:40; Lucas 3:16, 17.
7. ¿De qué manera habían de imitar a Jesucristo los ungidos, y para qué abría el camino para los creyentes el efectuar la obra que él predijo?
7 Desde aquel día del Pentecostés en adelante, el ungimiento con espíritu santo vino sobre el número siempre creciente de los que creían que Jesús era el Mesías. ¿Qué habían de hacer ahora? Como ungidos, tenían la obligación de imitar el ejemplo de Jesucristo. ¿Qué hizo él después de haber sido ungido en el río Jordán? Fue por todo el país y predicó el reino de Dios. (Mateo 4:12-17) La predicación del reino de Dios no había de detenerse al morir él. Pocos días antes de que muriera como mártir en Jerusalén, él predijo la destrucción de aquella ciudad por los romanos, pero dijo que, aun antes de aquella calamidad nacional, “estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mateo 24:14-22) Al llegar el Pentecostés, acompañado por el ungimiento de ellos con espíritu santo, ¡los ungidos se pusieron a trabajar sin perder tiempo! Esta predicación del Reino abría el camino para que los creyentes llegaran a ser coherederos con Jesucristo en su reino celestial.
8. ¿Cómo se dirigió la predicación del Reino a los samaritanos, y con qué resultados?
8 Estalló violenta persecución. Los discípulos fueron dispersados de Jerusalén. Pero esta dispersión de la congregación simplemente hizo que la proclamación del Reino se esparciera. Como se predijo, la testificación se llevó a la provincia de Samaria. El discípulo Felipe, al verse obligado a salir de Jerusalén, dirigió su atención a los samaritanos. “Cuando creyeron a Felipe, que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres.” Más tarde, en la visita de Pedro y Juan a Samaria, los samaritanos bautizados recibieron por medio de estos apóstoles el espíritu santo.—Hechos 8:1-17.
9. (a) ¿Qué conversión inesperada aconteció entonces entre los judíos? (b) ¿Cómo usó Pedro la segunda de las dos “llaves del reino de los cielos”?
9 De repente ahora, ¡una maravilla de maravillas! El líder de los perseguidores se hace cristiano. Saulo de Tarso se convierte al cristianismo. Llega a ser un prominente proclamador del reino de Dios en las manos de Jesús el Mesías. (Hechos 9:1-30) Descarta su nombre anterior, Saulo, y llega a ser conocido como Pablo el apóstol. Después de aquella notable conversión, vino una sobresaliente conversión de otra clase. Fue la conversión del primer gentil o no judío incircunciso. Esto sucedió cuando el espíritu santo dirigió al apóstol Pedro a usar la segunda de las dos “llaves del reino de los cielos.” (Mateo 16:19) Pedro hizo esto por medio de predicar en el hogar del centurión italiano Cornelio en Cesarea. En Hechos 10:44-48 leemos:
“Mientras todavía estaba hablando Pedro acerca de estos asuntos el espíritu santo cayó sobre todos los que oían la palabra. Y los fieles que habían venido con Pedro que eran de los circuncisos estaban asombrados, porque el don gratuito del espíritu santo también estaba siendo derramado sobre la gente de las naciones. Pues los oían hablar en lenguas y engrandecer a Dios. Entonces Pedro respondió: ‘¿Puede alguien negar el agua para que no sean bautizados éstos, que han recibido el espíritu santo igual que nosotros?’ Con eso mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo.”
10, 11. (a) Desde el hogar de Cornelio, ¿hasta dónde se esparció la predicación del Reino, y para beneficio de quiénes? (b) Aunque Pedro funcionó como precursor que abrió el camino en el mundo gentil, ¿cómo y por qué le sobrepasó Pablo?
10 Desde el hogar del centurión gentil Cornelio la predicación de las buenas nuevas se esparció a “la parte más lejana de la tierra.” Esto fue para el beneficio de los gentiles así como de los judíos naturales.
11 Mientras que Pedro funcionó como precursor que abrió el camino en el mundo gentil, el apóstol Pablo sobrepasó a todos los demás en la predicación de la Palabra de Dios a los gentiles incircuncisos, en su día. No se avergonzaba de llamarse “apóstol a las naciones [gentiles].” No tuvo en poco este hecho. Glorificó este ministerio suyo y por eso se esforzó mucho en él.—Romanos 11:13.
12. ¿Hasta qué punto lejano quiso ir a predicar Pablo, pero hasta dónde llegó en esa dirección y qué hizo allí?
12 Pablo quiso llevar las buenas nuevas hasta dentro de España, pero cuando oímos por última vez acerca de él está en detención en Roma, Italia. En cuanto a su primer arresto y su detención en su propia casa alquilada en Roma, leemos esto acerca de Pablo: “De modo que permaneció dos años enteros en su propia casa alquilada, y recibía amablemente a todos los que venían a él, predicándoles el reino de Dios y enseñando las cosas respecto al Señor Jesucristo con la mayor franqueza de expresión, sin estorbo.”—Hechos 28:30, 31; Romanos 15:24, 28.
TESTIMONIO POR TODA LA CREACIÓN ANTES DEL 70 E.C.
13. Porque obraban en armonía con su ungimiento, ¿qué pudo escribir Pablo a los cristianos de Colosas, ya para 60-61 E.C.?
13 Muchos fueron los cristianos que imitaron al apóstol Pablo y a los otros apóstoles en predicar las buenas nuevas del reino mesiánico. La congregación engendrada por espíritu como “nueva creación” fue ungida para efectuar esa predicación. (Isaías 61:1-3; 2 Corintios 1:21, 22) Estaban llenos de celo y se mantuvieron activos en esparcir las mejores noticias de la Tierra al mayor número posible de personas. No es extraño, pues, que para el año 60-61 E.C., o unos años antes de que los romanos destruyeran a Jerusalén y su hermoso templo en 70 E.C., el apóstol Pablo pudiera escribir desde la casa en que estaba detenido en Roma a los cristianos de Colosas, Asia Menor, y decir, ya en aquel tiempo: “Esas buenas nuevas . . . se predicaron en toda la creación que está bajo el cielo. De estas buenas nuevas yo Pablo llegué a ser ministro.”—Colosenses 1:23.
14. El logro de aquella congregación del primer siglo sirve de ejemplo ¿para quiénes hoy, en vista de qué obligación que tienen hoy?
14 Aquella proclamación del reino mesiánico de Dios por toda la creación por la congregación del primer siglo de discípulos ungidos de Cristo sirve de digno ejemplo para la congregación ungida de nuestro siglo veinte. Esta congregación engendrada por espíritu, como una “nueva creación” de Dios, tiene que terminar el testimonio mundial acerca del reino establecido de Dios antes de que le sobrevenga la “grande tribulación” a todo el mundo, y la cristiandad hipócrita sea bautizada con fuego en su destrucción con todo el resto de este inicuo sistema de cosas.—Mateo 24:14-22; Marcos 13:10.
EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU ACERCA DEL QUE ES HIJO
15. ¿Qué escribió Pablo a la congregación romana acerca del testimonio del espíritu, y qué pregunta surge ahora en cuanto a los que hoy esperan ir al cielo?
15 Allá en el primer siglo E.C., los escritores cristianos de la Biblia y sus discípulos compañeros no tenían duda en cuanto a su relación con Dios y su responsabilidad para con Él. Ellos realmente tenían la convicción de que eran los hijos espirituales de Dios, y tenían la expectativa de una herencia celestial. Por eso, antes de que el apóstol Pablo siquiera llegara a Roma, pudo, sin incertidumbre, escribir a la congregación de aquel lugar y decir con confianza estas palabras: “Recibieron un espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’ El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, mas coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente.” (Romanos 8:15-17) ¿Quién hoy, que diga que espera ir al cielo, tiene tal testimonio del espíritu de Dios con su propio espíritu?
16. ¿Qué clase de acción recíproca hubo entre el espíritu de Dios y el espíritu de la congregación cristiana del primer siglo?
16 Ciertamente el espíritu de Dios no daría tal testimonio a uno que afirmara ser cristiano pero que en realidad no fuera heredero de Dios y coheredero con Jesucristo. Para cada acción hay una reacción. La reacción puede ser de responder o de no responder, de repeler. En Romanos 8:15-17, el apóstol Pablo habla acerca de una reacción de responder. Describe una acción recíproca armoniosa entre el espíritu de Dios y el espíritu del verdadero hijo espiritual de Dios. Pues bien, ¿cómo daba testimonio el espíritu de Dios con el espíritu de los miembros de la congregación cristiana del primer siglo, aquella “nueva creación”?
17. (a) ¿Disputó la congregación del primer siglo contra el testimonio del espíritu de Dios a ellos por medio de sus siervos inspirados? (b) Por lo tanto, ¿cómo consideró la congregación de Tesalónica el mensaje que presentó Pablo?
17 Si el espíritu de Dios nos da testimonio acerca de nuestra identidad cristiana y de nuestro enlace con Dios y sus provisiones para nosotros, entonces debemos concordar con ese espíritu y no disputar con él. Así, cuando a la congregación de la cual los cristianos del primer siglo eran miembros bautizados se le leía una carta de un apóstol o discípulo inspirado de Cristo, aceptaban lo que aquella carta les decía y lo que decía acerca de ellos en cuanto a su posición, sus obligaciones, sus esperanzas para el futuro en el arreglo de Dios. Reconocían que el espíritu de Dios estaba activo en aquellos apóstoles y discípulos autorizados y que obraba y escribía por medio de estos instrumentos humanos. La carta del apóstol Pablo a la congregación cristiana del primer siglo en Tesalónica, Macedonia, confirma ese hecho. Ellos conocían la verdad de lo que Pablo dijo cuando escribió: “Cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes.”—1 Tesalonicenses 2:13.
18. Para ser consistentes, ¿cómo aceptarían la palabra escrita de Pablo aquellos cristianos tesalonicenses, y por qué los había escogido Dios, según lo que Pablo dijo?
18 Por lo tanto, sería consistente el que estos creyentes también aceptaran la palabra escrita de Pablo como igualmente “la palabra de Dios.” En su carta Pablo escribió a los creyentes de Tesalónica acerca de que Dios los había ‘escogido.’ ¿Por qué habían sido ‘escogidos’? “Porque las buenas nuevas que predicamos no resultaron estar entre ustedes con habla solamente, sino también con poder y con espíritu santo y fuerte convicción, así como saben ustedes qué clase de hombres llegamos a ser para con ustedes por causa de ustedes; y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, puesto que aceptaron la palabra bajo mucha tribulación con gozo de espíritu santo.”—1 Tesalonicenses 1:4-6.
19. El que por medio de los apóstoles se impartieran dones del espíritu significaría que los que los recibieran estarían ¿en qué relación con Dios?
19 Ellos sabían que, por medio de espíritu santo, Dios había hablado a su pueblo escogido en los tiempos de antes del cristianismo. De manera similar, en su propio primer siglo E.C., Dios podía hablar por medio de la misma fuerza activa a través de los apóstoles inspirados de Jesucristo. Además, Dios estaba usando a aquellos mismos apóstoles para transmitir a los creyentes bautizados los diversos dones del espíritu santo. Ciertamente el recibir aquellos dones les indicaría a los que los recibieran que habían sido hechos hijos espirituales de Dios.—Hechos 8:15-18; 19:2-6.
20. ¿Cómo, a través de las cartas de los escritores bíblicos cristianos, había espíritu santo dando testimonio a la congregación del primer siglo de que su relación con Dios era de una clase específica?
20 ¿Estaban aquellos apóstoles y otros escritores cristianos de la Biblia poniendo ante los creyentes bautizados una esperanza terrenal, la esperanza de llegar a ser hijos del Padre Eterno, Jesucristo, y vivir en una Tierra paradisíaca para siempre? ¡No! Ellos estaban poniendo ante aquellos a quienes predicaban y escribían la esperanza, entonces, de los que eran engendrados como hijos de Dios, los hijos de Jehová. (Isaías 9:6, 7) En los escritos cristianos inspirados a los discípulos de aquel día se les aseguraba que tenían la llamada a un reino que era celestial y que su esperanza era la de ser coherederos con Jesucristo en las alturas. (Colosenses 1:13; 1 Corintios 1:26-31; 2 Pedro 1:10, 11) Delante de ellos se colocaba una sola cosa; no quedaban en incertidumbre. De esta manera, espíritu santo estaba dando testimonio a aquellos discípulos del primer siglo de que eran hijos de Dios, herederos de Dios. Esto significaba que, al mismo tiempo, eran coherederos con el glorificado Jesucristo.
21. ¿Cómo respondía el espíritu de aquellos cristianos del primer siglo al testimonio que daba el espíritu de Dios y con qué efectos en ellos?
21 Su propio impulso interno, su propio espíritu, respondía armoniosamente a esa testificación por el espíritu santo de Dios. El espíritu del Padre celestial estaba estimulándolos y fortaleciéndolos como hijos espirituales y herederos de él. Él había implantado en ellos, no un sentido de relación de hijos con su padre terrestre, sino un sentido de relación de hijos con su Padre celestial, una relación de hijo espiritual.
22. (a) Ya los judíos convertidos al cristianismo no sentían que estaban bajo ¿qué pacto, en qué condición? (b) En respuesta al espíritu de Dios, ¿cómo movía el espíritu de los cristianos a éstos a demostrar que eran hijos espirituales de Dios?
22 Ya no sentían los judíos o israelitas convertidos al cristianismo que eran esclavos bajo el antiguo pacto de la Ley mosaica y que todavía esperaban al Mesías. Sentían, sabían, que eran los hijos espirituales del Dios a quien adoraban según el nuevo pacto. Su propio espíritu, la fuerza impelente que salía del corazón de ellos, los movía a responder a los funcionamientos del espíritu de Dios. Espontáneamente, como hijos, clamaban a Dios: “¡Abba, Padre!” Los mandamientos que su Padre daba a sus hijos espirituales los aplicaban a sí mismos. Efectuaban amorosamente la obra que él había asignado a sus hijos. Aceptaban las promesas celestiales de él a sus hijos espirituales y se esforzaban por mostrar que eran dignos del cumplimiento de éstas en su caso. La esperanza celestial que él ponía ante sus hijos la tenían, y se esforzaban por vivir según esta esperanza. Voluntariamente sufrían maltrato a manos de este mundo.
23. ¿Por qué esperanza estaban dispuestos a sufrir con Cristo y a morir en la semejanza de su muerte?
23 Sabían que habían de llegar a ser los hijos glorificados de Dios junto con Jesucristo, “con tal que suframos juntamente.” (Romanos 8:17) Por eso estaban dispuestos a sufrir por vivir en armonía con su esperanza celestial. Aceptaban el hecho de que tenían que morir a semejanza del Hijo de Dios, Jesucristo, para poder compartir la semejanza de su resurrección.—Romanos 6:5-8.
24. (a) El espíritu de ellos se unía al espíritu de Dios en testimonio unido en cuanto a ¿qué hecho? (b) Sus oraciones y vidas armonizaban con ¿qué esperanza, hasta qué suceso?
24 De esa manera el espíritu de aquellos hijos espirituales de Dios del primer siglo se unía al espíritu santo de él en el testimonio unido de que eran los hijos de Dios, por un segundo nacimiento y con una herencia reservada para ellos arriba en el cielo. Por consiguiente el propio espíritu de ellos obraba como fuerza impelente en la vida de ellos para dar forma a las oraciones que hacían a su Padre celestial en perfecta armonía con el testimonio que Su espíritu les daba y no de manera contraria a él. En sus oraciones a Dios entretejían las Escrituras que tenían que ver con su herencia celestial. Sus oraciones abrillantaban la esperanza que tenían de entrar en la herencia celestial. Por eso vivían, pensaban, hablaban y obraban de acuerdo con sus oraciones y su esperanza. Sus oraciones los fortalecían para aguantar pruebas y persecuciones de modo que adquirieran una condición de aprobados ante Dios; y sabían que esta condición de aprobados ante Él edifica una esperanza que nunca será desilusionada. Sabían que, para ver realizada su esperanza celestial, tenían que demostrar que eran ‘fieles hasta la misma muerte.’—Romanos 5:3-5; Revelación 2:10.
25. ¿Por qué debería lo anterior servir de guía para el cristiano dedicado y bautizado en cuanto a determinar su relación con Dios, especialmente desde la primavera de 1935 E.C.?
25 Todo lo que acabamos de decir debe servir como guía hoy para que los cristianos dedicados y bautizados determinen si el espíritu de Dios está dando testimonio con su propio espíritu en el sentido de que son Sus hijos espirituales y sus herederos, así como coherederos con Jesucristo en su reino celestial. Así tiene que ser, especialmente desde la primavera de 1935 E.C. ¿Por qué desde entonces? Porque entonces se explicó que la “grande muchedumbre” que se describe en Revelación 7:9-17 es una clase terrestre que no ‘nace otra vez.’ En vez de eso, tiene ante sí la expectativa de pasar con vida a través de la muy cercana “grande tribulación” del mundo y al salir de ella entrar en el justo nuevo orden de Dios, donde disfrutarán de un paraíso terrenal bajo el reino celestial de Jesucristo y sus 144.000 coherederos. (Lucas 23:43) Por ser obedientes al Reino y probar su devoción a la soberanía universal de Jehová Dios bajo la prueba final, no tendrán jamás que morir en la carne de sobre la superficie de la Tierra. Pertenecen a las “otras ovejas” de las cuales habló el Pastor Excelente Jesucristo en Juan 10:16.
ESPÍRITU SANTO COMO INTERCESOR
26. Según Romanos 8:23-27, ¿qué otra función desempeña el espíritu santo a favor de los “santos”?
26 Además de ser dador de testimonio a los hijos espirituales de Dios, esta fuerza activa santa desempeña otra función. El apóstol Pablo llama atención a esta función en su carta dirigida a la congregación de Roma, que, dice Pablo, se componía de cristianos “llamados a ser santos,” los cuales eran también “herederos por cierto de Dios, mas coherederos con Cristo.” (Romanos 1:7; 8:16, 17) Pablo escribe:
“No solo este, sino que también nosotros mismos que tenemos las primicias, a saber, el espíritu, si nosotros mismos gemimos dentro de nosotros mismos, mientras aguardamos encarecidamente la adopción como hijos, el ser puestos en libertad de nuestros cuerpos por rescate. Porque fuimos salvados en esta esperanza; mas la esperanza que se ve no es esperanza, porque cuando el hombre ve una cosa, ¿la espera? Mas si esperamos lo que no vemos, seguimos aguardándolo con perseverancia.
“De igual manera el espíritu también acude con ayuda para nuestra debilidad; porque el problema de lo que debemos pedir en oración como necesitamos hacerlo no lo sabemos, pero el espíritu mismo aboga por nosotros con gemidos no expresados. Sin embargo el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del espíritu, porque éste aboga en conformidad con Dios por los santos.”—Romanos 8:23-27.
27. ¿En medio de qué circunstancias necesitan los cristianos espíritu santo abogando por ellos?
27 Con relación a esto las palabras de Proverbios 13:12 son muy apropiadas: “La expectativa postergada enferma el corazón.” En medio de esta creación humana que gime, los cristianos que son hijos espirituales de Dios esperan ser puestos en libertad del cuerpo humano imperfecto y entrar en su herencia celestial. A veces es un problema para ellos expresarse claramente en oración a Dios, pues no saben exactamente qué pedir en oración en medio de circunstancias angustiosas. Es entonces que necesitan un intercesor, a saber, el espíritu santo de Dios, para que abogue por ellos.
28, 29. (a) En el caso de los escritores de las Escrituras Hebreas, ¿por qué era como si el hablar y escribir lo efectuara espíritu santo? (b) ¿Qué comparación existe con relación a emociones y sufrimientos entre aquellos escritores hebreos de la Biblia y los miembros de la congregación cristiana?
28 El apóstol Pablo dice que “nosotros mismos,” es decir, Pablo y sus hermanos cristianos que son engendrados por el espíritu de Dios, “tenemos las primicias, a saber, el espíritu.” (Romanos 8:23) Pablo aquí quiere decir tener la santa fuerza activa invisible de Dios. Esta fuerza activa ha inspirado a los hombres a hablar y también a poner por escrito lo que han hablado. Era como si el espíritu mismo estuviera hablando y escribiendo. En armonía con este hecho, leemos: “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Pedro 1:20, 21) Las Escrituras Hebreas inspiradas que Pablo citó en apoyo del cristianismo fueron escritas por simples criaturas humanas. Estas personas tenían los mismos sentimientos emocionales y la misma debilidad física que tienen los miembros de la congregación cristiana. Por eso podemos sentirnos como ellos en estos respectos.
29 “Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes.” Así dijeron el apóstol Pablo y su compañero misional Bernabé a paganos adoradores de ídolos que los tomaron equivocadamente por dioses sobrehumanos que hubieran aparecido en carne a los hombres.—Hechos 14:15.
30. (a) Los escritos bíblicos son en realidad expresiones de ¿qué fuerza? y por lo tanto ¿de qué provecho son? (b) Las situaciones y condiciones de los personajes bíblicos abarcaban ¿qué situaciones en las cuales se necesitaba más que ayuda humana?
30 Los escritos bíblicos inspirados eran en realidad expresiones del espíritu santo de Dios. Por esa razón aquellos escritos inspirados son ‘provechosos para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.’ (2 Timoteo 3:16, 17) Entre esos escritos ‘provechosos’ había oraciones ofrecidas a Dios, no solo por escritores bíblicos, sino también por otras personas que tenían devoción a Jehová Dios. Aquellas oraciones habían sido ofrecidas a Dios en medio de toda suerte de circunstancias. Aquellas personas con nuestras enfermedades y debilidades humanas corrientes sintieron las presiones de las circunstancias especiales y condiciones amenazadoras que existían. Las situaciones de necesidad en las cuales se hallaron fueron lo suficientemente variadas como para corresponder con situaciones en las cuales a veces se hallan hasta los cristianos genuinos de nuestro día. Estas circunstancias llegan a ser casos en los cuales se necesita más que ayuda humana. Entonces, ¿cómo oraremos?
31, 32. (a) Así, ¿hasta qué grado están los cristianos en incertidumbre en cuanto a cómo orar? (b) Entonces, ¿cómo aboga por los cristianos el espíritu que inspiró los escritos bíblicos, y cómo entiende y contesta Dios?
31 En medio de nuestra condición desvalida y perplejidad “nosotros mismos gemimos dentro de nosotros mismos.” (Romanos 8:23) Sencillamente no sabemos de qué manera pedir o suplicarle a Dios con oraciones debidamente formadas o qué expresión hacer a nuestro Ayudador celestial. Sin embargo, Dios entiende nuestra situación y percibe exactamente lo que sinceramente desearíamos tener.
32 Si nosotros mismos no podemos formular las oraciones, pues, ya se han formado oraciones para nosotros. ¿Dónde? En las Santas Escrituras proféticas que fueron inspiradas por el espíritu santo de Dios. Dios está plenamente familiarizado con las oraciones que están registradas en su Palabra. Él sabe la “intención” de ellas. Sabe cuáles son las que encajan con nosotros los que queremos orar apropiadamente. Por eso Dios considera estas apropiadas oraciones que han sido registradas como si las estuvieran ofreciendo los cristianos gemidores mismos. Esas oraciones no fueron expresadas por los cristianos necesitados mismos, pero Dios oye como si el espíritu santo estuviera abogando ante él según las oraciones inspiradas por espíritu en la Biblia. Igualmente, él responde de manera similar a la manera en que respondió a la oración registrada de hace mucho tiempo, en los tiempos bíblicos.
33. Por eso, ¿cómo acude el espíritu con ayuda para nuestra debilidad, y con cuánto éxito?
33 Puesto que el espíritu santo inspiró el registro de las oraciones originales en las cuales se suplica a Dios, se puede decir que el espíritu está abogando “en conformidad con Dios por los santos.” De esta manera “el espíritu también acude con ayuda para nuestra debilidad.” (Romanos 8:26, 27) Dios no deja de responder a estas súplicas por su espíritu santo como intercesor.
34. ¿Qué descubrimos en cuanto a lo que se expresa en oraciones registradas en la Biblia, y por qué no son en vano nuestros “gemidos no expresados”?
34 Por eso no es extraño que, al examinar los cristianos las oraciones inspiradas que están registradas en los Salmos y en otras partes de las Santas Escrituras, encuentren oraciones que expresan precisamente lo que han sentido, oraciones que dicen precisamente lo que han querido pedirle a Dios o para sí mismos individualmente o colectivamente como congregación cristiana. Se sienten muy profundamente emocionados al hallar esas oraciones que fueron impulsadas por espíritu santo para decir las cosas con tan precisa propiedad. Sus propios “gemidos no expresados” no han sido en vano, no han sido mal entendidos o pasados por alto. Así, de las Escrituras inspiradas por espíritu llegan a conocer las palabras claras con las cuales el “espíritu” ha abogado por ellos delante de Dios. Ellos mismos se sienten fortalecidos en la convicción que expresa el apóstol Pablo cuando pasa a decir: “Ahora bien, sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios.”—Romanos 8:28.
35, 36. (a) ¿Qué fuerza está poderosamente en función a medida que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para los que lo aman? (b) ¿Qué liberación se ha acercado para la “nueva creación,” y qué señala esto también para la humanidad que gime?
35 El espíritu santo de Dios funciona poderosamente en el hacer que todas las obras de Dios cooperen juntas para el bien eterno de los que aman a Dios. ¡Qué magnífica provisión es esta santa fuerza activa procedente de Dios! El espíritu de Dios, que se expresa tan poderosamente por medio de la Biblia inspirada, es infinitamente más eficaz que cualquier rueda de oraciones paganas o cualquier libro de oraciones compilado por clérigos de la cristiandad con oraciones especialmente fraseadas para leerlas para ocasiones, circunstancias o personajes específicos.
36 La vieja creación humana de la humanidad no tiene este espíritu, y en este siglo veinte está gimiendo como nunca antes, buscando alguna manera de librarse de la esclavitud a la corrupción bajo el viejo sistema de cosas. Pero hace diecinueve siglos la “nueva creación” de Dios cobró vida y entró en acción. Lo hizo bajo la fuerza comunicadora de energía del espíritu santo de Dios, que empezó a ser derramado en el día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C. Vanos han sido los esfuerzos de la mayoría de la vieja creación humana por destruir la “nueva creación” de Dios, la congregación cristiana engendrada por espíritu. Hoy esa “nueva creación” se acerca al tiempo en que será libertada de su cuerpo terrestre de corrupción. Lo cercano de su gloriosa liberación señala gran bien para toda la humanidad. Señala que la liberación de la humanidad que gime también está cercana ahora. Señala que ahora se ha acercado un justo nuevo orden respaldado por el espíritu santo de Dios.