¿Entiende usted la Biblia?
Para la mayoría de la gente la Biblia es un Libro desconocido. ¿A qué se debe que tan pocos la entiendan? ¿Qué cosas estorban el que uno la entienda?
TEMOR AL HOMBRE
MAESTROS RELIGIOSOS
SABIDURÍA HUMANA
MOTIVOS EGOÍSTAS
LA BIBLIA SÓLO HISTORIA
MUCHAS personas desean ardientemente entender la Palabra de Dios. Quieren conocer la voluntad del Creador. No obstante, al mismo tiempo, hallan la Biblia difícil de entender. Esto ha descorazonado a muchos amadores de la justicia, y con razón se preguntan a qué se debe que la Palabra de Dios sea un Libro tan poco entendido. El entender por qué la Biblia se entiende tan poco es dar un paso importante en dirección a entender la misma Palabra de Dios.
Una de las razones principales de por qué la Palabra de Dios es un Libro desconocido es que el dios de este mundo, Satanás el Diablo, es un dios de tinieblas. Poco extraña el que la profecía bíblica para este día se haya cumplido: “Las tinieblas cubrirán la tierra, y densas tinieblas las naciones.” Concerniente al efecto de la influencia de Satanás en la tierra, uno de los primeros cristianos escribió: “Si, ahora, las buenas nuevas que declaramos están de hecho veladas, están veladas entre los que están pereciendo, entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado la mente de los incrédulos.” Puesto que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo,” hasta las masas de cristianos profesos han sido descarriadas y cegadas por el enemigo principal de la Biblia, Satanás el Diablo.—Isa. 60:2, Mod; 2 Cor. 4:3, 4; 1 Juan 5:19.
A pesar de los esfuerzos de Satanás por cegar a la humanidad en cuanto a la Biblia, el tiempo vendría en que la Palabra de Dios habría de ser entendida. El Autor de la Biblia instruyó a su profeta Habacuc: “Escribe la visión claramente sobre las tablillas, para que se pueda leer corriendo. Porque la visión es un testimonio para el tiempo señalado, y habla acerca del fin, y no miente.” Así la Palabra de Dios manifiesta que hay un tiempo señalado para entender su Libro profético.—Hab. 2:2, 3, UTA.
¿Cuándo es este tiempo? Se le llama el “tiempo del fin.” Dios le dijo a su profeta Daniel: “Tú empero, oh Daniel, cierra estas palabras, y sella el libro hasta el tiempo del fin.” A partir de 1914 hemos estado viviendo en el “tiempo del fin,” este período fijo de tiempo que también se llama los “últimos días,” es decir, los últimos días del mundo de tinieblas de Satanás. Por lo tanto ahora es el tiempo más trascendental de la historia humana. Ahora las visiones proféticas escritas por los profetas de Dios se están abriendo ante el entendimiento de los verdaderos seguidores de Cristo Jesús.—Dan. 12:4, Mod.
ESTORBOS AL ENTENDIMENTO
En sus esfuerzos insidiosos por cegar a la humanidad Satanás ha presentado muchas cosas para estorbar el entendimiento. Al saber cuáles son, usted estará equipado para evitarlas. Hay cinco obstáculos principales.
El considerar la Biblia como simplemente un libro de historia estorba mucho el que se le pueda entender. Historia la Biblia es, sí. Pero también es profecía, es decir, historia escrita con anticipación. Los acontecimientos históricos concernientes a Israel, la nación de Dios, son realmente cuadros proféticos para provecho nuestro hoy en día, tal como dice la Biblia: “Porque todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestro aguante y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza.” Y tal como el apóstol de Cristo lo expresó respecto a las cosas que acontecieron a los israelitas: “Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines cabales de los sistemas de cosas han llegado.” Considere la Biblia como profecía e instrucción para nuestro día.—Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11.
Motivos egoístas constituyen el segundo estorbo al entendimiento. Algunas personas se acercan a la Biblia buscando fórmulas para conseguir lo que ellas desean—paz mental, felicidad y contentamiento. Tales personas ponen sus propios deseos antes de la voluntad de Dios. Tienen motivos incorrectos. El motivo correcto es éste: “Cúmplase tu voluntad,” la voluntad de Dios. Los que usan la Biblia para incrementar sus propios intereses, para aumentar su popularidad o para dárselas de doctos tienen que vencer el obstáculo de los motivos egoístas antes que puedan entender la Palabra de Dios.—Mat. 6:10.
El tercer estorbo al entendimiento es la tendencia a confiar en la sabiduría humana. En todo lo demás la sabiduría humana tal vez prevalezca. Pero la Biblia es singular. Dios hace las cosas diferente al modo en que las hace el hombre. Y no es la voluntad de él que la sabiduría humana revele el significado de su Palabra profética. Acerca de la voluntad de Dios el apóstol de Cristo escribió: “Está escrito: ‘Haré que la sabiduría de los sabios perezca, y echaré a un lado la inteligencia del intelectual.’ ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este sistema de cosas? ¿No ha constituído Dios en insensatez la sabiduría del mundo?” ¿Por qué ha optado el Autor de la Biblia por ‘echar a un lado la inteligencia del intelectual’? Según dice un escritor de la Biblia: “Con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.”—1 Cor. 1:19, 20, 29.
La sabiduría humana engríe a uno. Si Dios permitiera a los hombres usar la sabiduría de ellos para sondear su Palabra, éstos se jactarían de su logro. ¡Eso nunca podría ser! Toda la gloria tiene que atribuirse a Dios. Por eso la Biblia está escrita en lenguaje simbólico con el mismo propósito de que los hombres inicuos, egotistas y egoístas, no lleguen a conocer la santa voluntad de Dios. El Hijo de Dios conocía la voluntad de su Padre y dijo: “No den lo que es santo a los perros.” En otra ocasión él dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los niños. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así llegó a ser la manera de proceder que tú aprobaste.”—Mat. 7:6; 11:25, 26.
Por no entender que Dios ha rechazado a los intelectuales del mundo, puede que hombres altamente educados en la sabiduría de este mundo crean que ellos deberían poder entender la Biblia. Cuando no la pueden entender ellos erróneamente culpan a la Biblia, llamándola inconsistente o mítica y diciendo que es insensatez. El confiar en la sabiduría humana es un gran obstáculo.
VENDIENDO LA PALABRA DE DIOS
El cuarto estorbo al entendimiento es el confiar en maestros religiosos titulados que han hecho comercio de la Palabra de Dios y la han adulterado. Estos hombres usan la Palabra de Dios como base para un negocio. Hacían esto aun en los días de los apóstoles: “Porque no somos vendedores ambulantes de la palabra de Dios como muchos hombres.”—2 Cor. 2:17.
Para el tiempo del fin Cristo predijo muchos “falsos profetas,” maestros religiosos que pretenden ser cristianos pero que en realidad son vendedores ambulantes de la Palabra. ¿Es de extrañarse que la Biblia sea un Libro desconocido a las masas de concurrentes a las iglesias? Es tal como el Dr. Roberto J. McCracken, de la Iglesia Riverside de Nueva York, lo expresó: “Aun en lo que concierne a miembros de las iglesias, la Biblia es mayormente un libro desconocido.”
Aunque ante los ojos del mundo parezcan ser doctos, los vendedores ambulantes de la Palabra de Dios no pueden impartir el verdadero significado de las Escrituras. Pues éstos se hallan en la misma clase que aquellos acerca de quienes Jehová dijo hace mucho por medio de su profeta: “Toda visión os ha venido a ser como las palabras de un libro sellado, que se le da a uno que sabe leer, diciendo: Ruégote me leas esto; y responde: No puedo, porque está sellado.”—Isa. 29:11, Mod.
¡Qué hombres doctos! Y no obstante Dios no los deja entender. Si los dejara ellos adulterarían la verdad de él con tradiciones tal como actualmente lo hacen con la religión de ellos y como lo hicieron los maestros religiosos en los días de Jesús. A los que hacían eso Jesús dijo: “Han hecho la palabra de Dios inválida a causa de su tradición.” Además, si Dios les diera entendimiento a tales hombres ellos convertirían su verdad en objeto de comercio tal como hacen hoy en día con la religión que practican.—Mat. 15:6.
Ahora el quinto estorbo al entendimiento. Consta de tenerle temor a las criaturas más bien que al Creador. ¿Quiere usted entender la Palabra de Dios? Entonces tema a Dios, no a sus vecinos, sus parientes o alguna otra persona. Recuerde la regla de Dios: “El secreto de Jehová es para los que le temen.”—Sal. 25:14, Val.
BASE PARA ENTENDIMIENTO
Una vez que haya quitado las cosas que le sirven de estorbo al entendimiento, la persona que quiera entender la Palabra de Dios entonces tiene que buscar la base para el entendimiento.
Primero, uno tiene que amar la justicia y estar buscando la verdad. Tales personas están, como la Biblia dice, ‘correctamente dispuestas para vida eterna.’—Hech. 13:48.
No se les dará entendimiento a personas inicuas. La Palabra de Dios predijo para nuestro día: “Los malos seguirán haciendo maldades; y no entenderá ninguno de los malhechores; mas los sabios entenderán.” (Dan. 12:10, Mod) Los sabios que entienden no son los sabios mundanos, sino los que son sabios en el sentido bíblico—los que aman la justicia y se dedican a servir a Jehová Dios.
En segundo lugar, como base para el entendimiento, hay que tener el deseo de ser obediente a la Palabra de Dios. Los que solamente procuran satisfacer su curiosidad y no tienen ningún deseo de hacer la voluntad de Dios no pueden ser bendecidos con el entendimiento. Según dijo Jesús: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”—Mat. 7:21.
Tercero, para colocar una base firme para el entendimiento, uno tiene que estar dispuesto a comparar con las Escrituras cualquier instrucción religiosa que reciba. ¿Se puede probar con la Biblia? Si no, entonces rechácela. El mandato de Dios es: “Asegúrense de todas las cosas.” La Biblia elogia a los que hacen esto, como por ejemplo a los de Berea de los cuales dicen las Escrituras: “Ahora estos últimos eran de ánimo más noble que los de Tesalónica, porque ellos recibieron la palabra con la más pronta disposición, examinando las Escrituras cuidadosamente cada día para ver si estas cosas eran así.” Ellos examinaron hasta la enseñanza del apóstol Pablo, comparándola cuidadosamente con las Escrituras. De modo que coloque una base de la clase correcta para el entendimiento mediante el seguir el consejo bíblico: “Prueben para ustedes mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.”—1 Tes. 5:21; Hech. 17:11; Rom. 12:2.
AYUDAS PARA EL ENTENDIMIENTO
Ahora que los obstáculos han sido quitados y se ha colocado una buena base para el entendimiento, sigue algo más: Consiga ayudas para el entendimiento que sean de la clase correcta.
Una ayuda excelente para el entendimiento es una traducción de la Biblia en idioma moderno. ¡Cuánto más claras son éstas que la Versión de Valera de 1602! Como ilustración, fíjese en este pasaje en Hechos 8:33, según se halla en la Versión Valera: “En su humillación su juicio fué quitado.” ¿Qué querrá decir esto? ¿Querrá decir que Jesús perdió su poder del raciocinio al tiempo de su humillación? Una traducción moderna aclara el significado: “En su humillación le es quitado su derecho.” (Mod) ¡Qué diferente! ¡Qué fácil de entender! De modo que una traducción moderna, como la Versión Moderna que acaba de citarse, o en inglés la Traducción del Nuevo Mundo, será una ayuda de valor incalculable para conseguir entendimiento de la Biblia.
De principalísima importancia para conseguir entendimiento de la Palabra de Dios es el espíritu santo de Dios, su fuerza activa invisible. Por medio de éste fué escrita la Biblia: “Ustedes conocen esto primeramente, que ninguna profecía de la Escritura proviene de divulgación privada. Porque la profecía en ningún tiempo fué traída por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron por parte de Dios al ser ellos impulsados por espíritu santo.” En vista de que la Biblia fué escrita bajo el espíritu de Dios, sólo su espíritu puede producir el entendimiento: “Nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, a no ser el espíritu de Dios. Ahora nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente. Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque son insensatez para él, y él no las puede entender.”—2 Ped. 1:20, 21; 1 Cor. 2:11, 12, 14.
Ahora bien, ¿qué predijo la Biblia acerca de la operación del espíritu de Dios durante este “tiempo del fin”? Que su espíritu estaría sobre su organización de fieles seguidores de Cristo Jesús y que por medio de éstos se le proveería alimento espiritual a la gente. Esta agencia para la distribución de alimento espiritual que explica la Biblia se llama el “esclavo fiel y discreto.” Cristo predijo: “¿Quién es verdaderamente el esclavo fiel y discreto, a quien su amo asignó sobre sus domésticos para darles el alimento al debido tiempo? De cierto les digo: Lo nombrará al cargo de todos sus bienes.”—Mat. 24:45, 47.
Fíjese en que Cristo predijo que él usaría, no una multitud de organizaciones, sino más bien una sola organización para repartir verdades espirituales, y que nombraría a este “esclavo” “al cargo de todos sus bienes.”
Este “esclavo fiel y discreto,” entonces, no es un solo hombre, sino una compañía que sigue el ejemplo de Cristo; es la compañía unida de los seguidores ungidos de Cristo. Son identificados por el profeta: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi Siervo, a quien he escogido.”—Isa. 43:10, Mod.
Por medio de este “siervo” o grupo de testigos ungidos, el espíritu de Dios bajo la dirección de Cristo ha hecho disponible hoy día un tesoro de ayudas para hacer entendible la Biblia. La Atalaya es una de estas ayudas. Hay muchas otras, tales ayudas para el estudio bíblico como los libros “Sea Dios veraz” y “Nuevos cielos y una nueva tierra”.
Aun con todas las ayudas que pueden conseguirse nadie puede entender la Biblia a menos que estudie para sí en privado, porque “el corazón del justo estudia para responder.” También tiene que asociarse con otros de la organización de Dios, porque la regla de Cristo es: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”—Pro. 15:28, AN; Mat. 18:20.
La Biblia puede ser entendida. Primero quite los obstáculos. Edifique una base firme para el entendimiento. Luego aproveche las ayudas para conseguir entendimiento.