Aceptando plenamente el desafío del servicio de Jehová
“‘Oculté de ti mi rostro por solo un momento, pero con bondad amorosa hasta tiempo indefinido ciertamente tendré misericordia de ti,’ ha dicho tu Recomprador, Jehová.”—Isa. 54:8.
1, 2. ¿Qué acontecimientos en Belén de la antigüedad llevaban a un desafío que tendría efectos trascendentales?
RAYABA el alba sobre Belén. Ya se podía distinguir tenuemente algo de movimiento en las calles a medida que la luz poco clara del nuevo día revelaba unas cuantas figuras indistintas que se apresuraban a cumplir algún quehacer de la madrugada. La silueta agraciada de una joven se desliza rápidamente por el espacio abierto a la entrada de la puerta. Hay en su rostro una expresión de gozo y en su paso agilidad a pesar del bulto que lleva envuelto en su capa. Dobla y entra en una casa modesta donde brevemente le da la bienvenida una mujer de mucho mayor edad, luego ambas se sientan, aguardando con expectativa, la más joven con una esperanza de realización en el futuro y la otra de mayor edad con la esperanza de ver cumplido un deseo de toda la vida.
2 La mente de ambas mujeres se dirige hacia la puerta de la ciudad y a los acontecimientos que comienzan a suceder mientras los primeros rayos del Sol que asciende iluminan la pequeña ciudad encaramada en la eminencia montañosa. Más gente anda por las calles. El Sol se eleva más. Aunque todavía no ha entrado de todo el verano, la temporada de secas de seis meses está bien avanzada y aun en esta hora temprana del día el Sol ha comenzado a hacer sentir su calor. Ahora hay gente en todas partes y el espacio abierto delante de la puerta de la ciudad es escena de considerable actividad. Pero sentado solo a la entrada de la puerta está un hombre de mayor edad, cuyo porte e indumentaria denotan que es hombre de recursos y de alguna prominencia en la comunidad. Su semblante esta mañana es serio mientras sus ojos escudriñan cada nueva cara que aparece en la plaza. Es obvio que busca a alguien. Súbitamente llama en voz alta: “Apártate hacia acá, sí, anda, siéntate aquí, Fulano.” Otro hombre de edad madura se detiene, se vuelve y se sienta junto al primer hombre. Con este saludo y esta respuesta, habrían de empezar acontecimientos que no solo cambiarían la vida de las dos mujeres que esperaban pacientemente en la casita en Belén, sino también la vida de muchos en generaciones por venir. Habría de hacérsele un desafío a “Fulano” que tendría efectos trascendentales, aun hasta nuestro día.
3. ¿Quiénes fueron los personajes principales en el drama de Noemí y Rut, y qué preguntas hay que resolver en cuanto a sus relaciones?
3 El nombre de la joven que entró en la ciudad en este día significativo era Rut y la mujer de mayor edad que le extendió la bienvenida al entrar en la casa era su suegra, Noemí, viuda de Elimelec. Rut no era judía por nacimiento aunque Noemí sí. Rut era moabita. Pero, ¿cómo llegó a ser la nuera de Noemí, y cómo vino a vivir en Belén tan lejos de su propia tierra y pueblo? ¿Cuál era su relación con Booz, el hombre de mayor edad que estaba tan empeñado en tratar acerca de un asunto con Fulano? ¿Y cuál era este asunto de tanta importancia que su desafío pudo afectar nuestra vida hoy, más de treinta siglos después?
4. ¿A quiénes o qué representan los personajes principales?
4 El drama que comenzaba a desplegarse en el Israel de la antigüedad, según se registra en el libro de Rut, señaló proféticamente a acontecimientos de tiempos modernos que son igual de desafiantes y trascendentales en sus efectos como lo fueron aquéllos en ese entonces. (1 Cor. 10:11; Rom. 15:4) Y cada uno de los personajes envueltos en el drama antiguo también es pictórico. El nombre de Elimelec significa “Dios es rey.” De modo que representa al Señor Jesucristo. También lo representa Booz, un pariente cercano de Noemí, y su nombre posiblemente significa “en fuerza.” Se esperaría, entonces, que Noemí, cuyo nombre significa “mi agradabilidad,” representaría a los desposados con Jesús, a los que son su novia, particularmente los que están en la Tierra en este “tiempo del fin” cuando el drama está cumpliéndose de modo asombroso. Rut, cuyo nombre quizás signifique “amistad,” llegó a ser la nuera de Noemí y por eso le atañía a ella producirle prole a Noemí. Por eso ella, también, representaría a los de la novia de Cristo, desde un punto de vista levemente diferente y bajo circunstancias diferentes. ¿A quién, entonces, representa aquel llamado “Fulano,” que también era un pariente cercano de Noemí? Dejaremos que el despliegue de los acontecimientos del día moderno aclaren la identificación de éste.
UNA MUJER ABANDONADA
5. (a) ¿Qué aconteció en Belén en el día de Noemí, y qué hizo su esposo Elimelec como resultado? (b) ¿Qué representa esto en el cumplimiento moderno?
5 Ahora regresamos al tiempo en que la familia feliz de Elimelec todavía estaba intacta, al tiempo en que su esposa, Noemí, y sus dos hijos, Mahlón y Quilión, residían en el territorio de Judá, en Belén o Efrata. Belén significa “casa de pan,” mientras que Efrata significa “fecundidad” o “fertilidad.” Ambos nombres tienen que ver con abundancia, con el no haber inanición ni hambre, pero en este siglo decimotercero antes de nuestra era común, hambre, falta de pan, sí le sobreviene a Belén y a todo el territorio de la tribu de Judá, representando la escasez de manera espiritual que vino sobre la organización de Jehová durante la I Guerra Mundial. Sea que algunos otros residentes de Belén dejaron la ciudad o no, Elimelec se muda con su familia. Atraviesa el río Jordán y se establece en la tierra o campo de Moab para residir allí temporalmente como residente forastero, tal como los siervos de Jehová hoy día son residentes temporales en el sistema de cosas de Satanás. (Juan 17:16; 1 Juan 5:19) Al proceder así, Elimelec deja en el país una posesión hereditaria.—Rut 1:1, 2.
6. ¿Qué aconteció en Moab en cuanto a los parientes de Noemí?
6 En el transcurso del tiempo el anciano Elimelec muere y deja viuda a Noemí. Entonces a Noemí le parece bien casar a sus dos hijos allí en la tierra de Moab, y Mahlón, evidentemente el mayor, se casa con Rut la moabita, mientras que Quilión se casa con Orpa, también moabita. No obstante, con el tiempo también mueren Mahlón y Quilión y dejan a una madre viuda, Noemí, y a sus esposas viudas, Rut y Orpa. (Rut 1:3-5) Son viudas sin hijos, no habiéndole dado prole a Noemí. Puesto que Noemí es demasiado anciana para dar a luz hijos ella misma, tiene que cargar con lo más severo del vituperio. La muerte de Mahlón (que significa “enfermizo, inválido”) y Quilión (que significa “fragilidad”) representa la muerte espiritual de algunos asociados con la organización de Dios durante este período penoso. Fue un tiempo de gran pesar para el pueblo de Jehová.
7. ¿Cómo veía Noemí su condición, y qué condición profetizó Isaías siglos más tarde?
7 Noemí se vio como una mujer abandonada, sin descendencia ni el poder reproductivo para producir descendencia. Era como “una esposa dejada por completo y herida en espíritu, y como una esposa del tiempo de la juventud que fue entonces rechazada.” En los días cuando el fruto de la matriz se podía considerar como una bendición de Jehová y la esterilidad como una maldición, Noemí se sintió justificada al decir: “Es Jehová quien me ha humillado.” (Rut 1:21) Siglos después el profeta Isaías fue inspirado a escribir de una humillación similar, en este caso como resultado directo del desagrado de Jehová. Para comprender plenamente el desafío que afrontó Noemí, tenemos que entender la profecía de Isaías y su aplicación a los acontecimientos que han tenido lugar en tiempos modernos en cumplimiento. “‘Porque Jehová te llamó como si fueras una esposa dejada por completo y herida en espíritu, y como una esposa del tiempo de la juventud que fue entonces rechazada,’ ha dicho tu Dios. ‘Por un momentito te dejé por completo, pero con grandes misericordias te juntaré. Con inundante indignación oculté de ti mi rostro por solo un momento, pero con bondad amorosa hasta tiempo indefinido ciertamente tendré misericordia de ti,’ ha dicho tu Recomprador, Jehová.”—Isa. 54:6-8.
JEHOVÁ, UN DUEÑO MARITAL
8, 9. (a) ¿A quién se dirigen las palabras de Isaías 54:6-8, y cómo se muestra esto en el contexto de la profecía? (b) ¿A qué grupo abarca que también es representado por Noemí?
8 Esta profecía sugeriría que Jehová, el Dios de toda la creación, tiene una esposa. ¿Es posible esto? Sí, hablando simbólicamente. A ella se le dice en Isaías 54:5: “Porque tu magnífico Hacedor es tu dueño marital, Jehová de los ejércitos por nombre; y el Santo de Israel es tu Recomprador.” Estas palabras no se dirigen a Noemí, que había estado muerta por cinco siglos para el día de Isaías, ni a ninguna mujer literal, sino a una organización, la Sion celestial, la organización universal de Dios de hijos espirituales en el cielo. Por los pasados mil novecientos años estos hijos espirituales de la organización universal de Dios no han estado limitados a los ángeles espirituales invisibles del cielo que todavía son santos y leales a Jehová Dios. Esta organización universal de Jehová ha abarcado a hijos de Dios en la Tierra engendrados por espíritu, los cuales finalmente ascienden al número de 144.000. (Rev. 14:1) Todos éstos son seguidores de los pasos del principal de la organización universal de Dios, a saber, el Señor Jesucristo.
9 Estos 144.000 seguidores de los pasos de Jesucristo están comprometidos para casarse con él en el cielo y por consiguiente son la novia en perspectiva de Cristo, como los llama Revelación 21:9, “la novia, la esposa del Cordero.” Los miembros de esta clase de la novia han estado siendo seleccionados durante los pasados mil novecientos años. Por esta razón solo podría haber a lo más un resto de ellos en la Tierra hoy día. Los que sobrevivieron a la I Guerra Mundial, estando dedicados a Dios y bautizados antes del año 1919 de nuestro siglo veinte, están representados en el drama por Noemí. ¿Cómo, pues, llegaron a estar en la condición de Noemí en la tierra de Moab, sin hijos y abandonada?
10. ¿Qué relación recíproca existe entre el resto y la organización universal de Dios, y durante qué período “murió” el Mayor Elimelec para con la clase Noemí?
10 A fin de entender este rasgo del drama de Noemí y Rut hay que entender otro rasgo de la relación del resto en la Tierra con los otros miembros de la organización universal de Dios, los del cielo. Puesto que los del resto son miembros de la organización universal de Dios, todo lo que afecta al resto de la novia, todavía en la carne aunque hijos espirituales de Dios, igualmente afecta a la mujer de Dios, la Sion celestial o la organización universal. Esto se hace muy patente cuando consideramos la profecía de Isaías 54:6-8 a la luz de los acontecimientos relacionados con la actividad de la clase Noemí durante la I Guerra Mundial. Pues fue en este período, de 1918 a 1919, que “murió” el Mayor Elimelec para con la clase Noemí, que llegó a estar abandonada, como estando sin dueño marital. Fue una experiencia humillante cuando Jehová, el esposo de esa organización universal, rechazó a su mujer, representada por los miembros aquí en la Tierra engendrados por espíritu, para cumplir Isaías 54:6-8.
JEHOVÁ NO SE COMPLACE CON SU MUJER
11. ¿Cuándo y por qué razón no se complació Jehová con el resto, y cómo se manifestó esto, afectando a toda la organización universal?
11 Note cómo Jehová describe a su mujer en la profecía de Isaías, pues dice que estaba abandonada, herida en espíritu y que él le había ocultado su rostro. Esto indica un período en que no se complació con ella. Es por eso que, en el Isa. 54 versículo once, él se dirige a ella con estas palabras: “Oh mujer afligida, arrojada por la tormenta, no consolada.” El resto Noemí llegó a estar en una condición semejante a ésa, particularmente en el año 1918, cuando estuvo, en un sentido, exiliado del favor de Jehová Dios. En ese año Jehová Dios vino súbitamente a su templo, acompañado del mensajero del pacto, el Señor Jesucristo. Examinó a los del resto aquí sobre la Tierra; no se complació con ellos. (Mal. 3:1, 2) Por un tiempo no estaban aceptando plenamente el desafío del servicio del reino de Jehová que se había hecho accesible a ellos. Estaban retrayéndose, por temor al hombre y no estaban manteniéndose debidamente “sin mancha del mundo.” (Sant. 1:27, Moderna) Por lo tanto Jehová los dejó entrar en cautiverio a Babilonia la Grande y sus asociados políticos. Durante este tiempo amontonaron sobre ellos mucha persecución y abuso lo cual culminó con el arresto y encarcelación de los representantes de la central de la Sociedad en 1918, bajo la acusación falsa de espionaje.a Esto quiso decir que toda la organización universal de Dios, la mujer de Dios, sería afectada por no complacerse él con ella, y la profecía predice que toda la organización sería como “una esposa dejada por completo.”
12. ¿Cómo cuadra el que Jehová le ocultara su rostro a su mujer con la muerte de Elimelec si Elimelec representa al Señor Jesucristo?
12 Pero, ¿cómo cuadra el que Jehová le ocultara su rostro a su mujer con la muerte de Elimelec si Elimelec representa al Señor Jesucristo? ¿Cómo muere el celestial Jesucristo, de hecho, para con la clase Noemí en la Tierra? Durante su ministerio terrestre Jesús claramente demostró la regla de acción: ‘Lo que veo que hace mi Padre, yo lo hago.’ Si, pues, durante el período de disfavor divino del resto, Jehová abandonó a su mujer, le ocultó su rostro a ella, entonces el Hijo tiene que hacer lo mismo, en particular con esa porción de la organización universal de Dios, el resto espiritual aquí en la Tierra, que son miembros de su novia. Así Jesucristo, de hecho, “murió” para con los que Jehová había abandonado.
SE HACE SURGIR UN DESAFÍO SERIO
13. ¿Qué resuelve hacer entonces Noemí, y cómo presenta esto un desafío para Rut y Orpa?
13 Para entonces, en el drama antiguo, han pasado diez años y Noemí oye que ha habido un cambio en Belén. Jehová de nuevo ha dirigido su atención a su pueblo dándole pan. Noemí resuelve regresar. Pero hay una razón aun más apremiante. Allá en Belén de Judá Noemí tenía una posesión hereditaria y tiene que regresar para hacerse cargo de ella. Esto hace surgir un desafío serio para Rut y Orpa, sus dos “hijas.” ¿Qué harán? Evidentemente sin discutir el asunto emprenden el viaje con Noemí y van por el camino de regreso a Belén. (Rut 1:6, 7) Entonces, en alguna parte del camino, Noemí procura disuadirlas. “‘Anden, vuélvanse, cada una a la casa de su madre. . . . Que Jehová les haga una dádiva, y de veras hallen un lugar de descanso cada cual en la casa de su esposo.’ Entonces las besó, y ellas se pusieron a alzar la voz y a llorar. Y siguieron diciéndole: ‘No, sino que contigo volveremos a tu pueblo.’ Pero Noemí dijo: ‘Vuélvanse, hijas mías. ¿Por qué deben ir conmigo? ¿Tengo yo todavía hijos en mis entrañas, y tendrán ellos que llegar a ser sus esposos? Vuélvanse, hijas mías, anden, porque yo me he hecho demasiado vieja para llegar a pertenecerle a un esposo. . . . No, hijas mías, porque a causa de ustedes me es muy amargo, el que la mano de Jehová haya salido contra mí.’”—Rut 1:8-13.
14. ¿Qué decisión toma Orpa, y cómo proceden hoy de modo similar aquellos a quienes ella representa?
14 “Con eso alzaron la voz y lloraron de nuevo, después de lo cual Orpa besó a su suegra. En cuanto a Rut, se adhirió a ella. Así es que ella dijo: ‘¡Mira! Tu cuñada enviudada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con tu cuñada enviudada.’” (Rut 1:14, 15) Orpa representa a algunos que se asocian con la fiel clase Noemí y que manifiestan algo de interés y celo por un tiempo pero que se retraen mientras todavía están en su juventud cristiana. El egoísmo y los deseos personales les son un obstáculo para aceptar el desafío de Jehová, de que lo ‘prueben’ para “ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vierto sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.”—Mal. 3:10; Heb. 10:38, 39; 2 Ped. 2:22.
15, 16. ¿Cómo respondió Rut al desafío?
15 La clase Rut, por otra parte, sacrifica todas las ventajas personales para participar con la clase Noemí en cumplir el propósito de Jehová para ellos. “Y Rut procedió a decir: ‘No me instes con ruegos que te abandone, que me vuelva de acompañarte; porque a donde tú vayas yo iré y donde tú pases la noche yo pasaré la noche. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde mueras tú yo moriré, y allí es donde seré enterrada. Que Jehová me haga así y añada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una separación entre mí y ti.’”—Rut 1:16, 17.
16 Con estas palabras, “Que Jehová me haga así y añada a ello,” Rut estaba jurando, prestando juramento a Jehová de que ella haría estas cosas. Estaba aceptando plenamente este desafío de servir al Dios de Noemí, acompañando a Noemí en el servicio a él hasta la muerte. El que Orpa no respondiera no debilitó la determinación de Rut ni enfrió su celo. La influencia de Noemí había contribuido a la conversión de Rut, y el deseo profundamente arraigado del corazón de Noemí ahora habría de realizarse de tal modo que hubiera respuesta fiel de parte de Rut al desafío futuro que ambas mujeres iban a afrontar allá en Belén.
SE PRESENTA OTRO DESAFÍO
17. ¿Qué contestó Noemí al saludo de sus vecinas al regresar ella a Belén?
17 La amargura y la desilusión que Noemí había expresado a Rut y Orpa en cuanto a las expectativas de ellas en Belén no fueron aliviadas por el regreso de Noemí a casa. De nuevo en su casa, su sentido de pérdida solo se hace más agudo, y la viva comprensión de su impotencia solo realza su amargura y aflicción. Toda la ciudad se conmueve a causa del regreso de ella, especialmente las mujeres, y no pueden creer lo que ven sus ojos. Pues, ¿dónde está Elimelec? ¿Dónde están Mahlón y Quilión? ¿Y quién es esta muchacha moabita? “Y las mujeres seguían diciendo: ‘¿Es ésta Noemí?’ Y ella decía a las mujeres: ‘No me llamen Noemí [que significa “mi agradabilidad”]. Llámenme Mara [que significa “amarga”], porque el Todopoderoso me ha hecho la situación muy amarga. Estaba llena cuando me fui, y es con las manos vacías que Jehová me ha hecho volver. ¿Por qué deben llamarme Noemí, cuando es Jehová quien me ha humillado y el Todopoderoso quien me ha causado calamidad?’”—Rut 1:18-22.
18. ¿Por qué fue necesario que la mujer de Dios, representada por el resto Noemí en la Tierra, fuera redimida?
18 Verdaderamente la clase Noemí podía decir durante este tiempo de aflicción: “Llámenme Mara, la amarga.” Isaías 12:1 también se refiere a esta disciplina severa cuando dice, hablándole el profeta a Jehová Dios: “Aunque te enojaste conmigo, tu cólera gradualmente se volvió atrás.” Entonces Isaías 52:3 dice: “Porque esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Fue por nada que ustedes fueron vendidos, y será sin dinero que serán recomprados.’” En otras palabras, la gente que se llevó cautivos a los siervos dedicados de Dios aquí en la Tierra no pagó por ellos, los obtuvo por nada. Los Isa. 52 versículos cinco y seis añaden: “‘Y ahora, ¿qué interés tengo aquí?’ es la expresión de Jehová. ‘Porque mi pueblo fue tomado por nada. . . . Por esa razón mi pueblo conocerá mi nombre, aun por esa razón en aquel día, porque yo soy Aquel que está hablando.’” De modo que Dios dejó que su pueblo se fuera por nada; dejó que el enemigo tomara posesión de ellos sin comprarlos. Por lo tanto fue necesario que la mujer de Dios, representada por el resto Noemí aquí en la Tierra, fuera redimida, recomprada, de Babilonia la Grande.
19. ¿De qué promesa de Jacob a Judá estaría particularmente consciente Noemí en su condición abandonada?
19 Este fue el desafío que afrontó Noemí de Belén de la tribu de Judá, sin hijos y viuda como si hubiera sido abandonada, castigada por Jehová. Sin embargo en su corazón ardía profundamente el deseo de participar en el propósito de Jehová para las mujeres de Israel, particularmente unas cuantas favorecidas de la tribu de Judá, pues las de esta tribu tenían la esperanza de que se cumpliera en ellas la promesa de Jacob, el padre de Judá. Precisamente antes de morir en Egipto en el año 1711 a. de la E.C., Jacob bendijo a Judá con estas palabras: “El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga Silo; y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos.” (Gén. 49:10) Este Silo, cuyo nombre significa “Aquel de Quién Es” o “Aquel a Quien Pertenece,” tiene que ser el Comandante que empuña el bastón. Tiene que ser Aquel que tiene asido el cetro real. Tiene que ser el Mesías, la verdadera Descendencia de Abrahán, por medio de quien todas las familias de la Tierra se bendecirían. (Gén. 22:17, 18) ¿El hijo de quién resultaría ser en la línea de descendencia de Judá, el bisnieto de Abrahán? ¿Qué madre en Judá sería honrada insignemente para llevarlo en su pecho? Noemí no, bien podía razonar ella en su propio corazón, sin hijos y más allá de la edad de dar a luz. Con razón Noemí, en su condición desolada, clamó: “Llámenme Mara.”
JEHOVÁ ABRE EL CAMINO
20. ¿Qué promesa de Jehová se hizo siglos más tarde por medio de Isaías?
20 Pero Jehová no iba a abandonar a esta mujer fiel cuyo clamor había llegado a sus oídos. Bien pudo haberle dicho el profeta a ella como lo hizo, hablando por Jehová siglos más tarde a la mujer que ella representó: “‘Oculté de ti mi rostro por solo un momento, pero con bondad amorosa hasta tiempo indefinido ciertamente tendré misericordia de ti,’ ha dicho tu Recomprador, Jehová.” (Isa. 54:8) ¿Cómo iba a efectuarse esto con Noemí? Si muriera sin descendiente natural, no tendría ningún heredero a quien dejar aquellos bienes de su esposo muerto. Además, si el propósito de Jehová de producir a Silo de la tribu de Judá había de efectuarse por medio de ella, necesitaría un heredero varón. ¿Qué había de hacer?
21. ¿Qué disponía la ley de Israel para una viuda en la situación de Noemí, y cómo presentó esto un desafío para Rut?
21 De nuevo la ley de Israel disponía lo que había de hacerse para alguien que estuviera en la situación de Noemí. Según la propia promesa de Jehová ninguna mujer fiel del Israel de la antigüedad habría de dejarse estéril. Dijo él: “Porque sigues escuchando la voz de Jehová tu Dios: . . . Bendito será el fruto de tu vientre.” (Deu. 28:2-4) Tampoco habría de dejarse a un varón sin nadie que perpetuara su nombre. La ley de Israel declaraba: “En caso de que moren juntos unos hermanos y uno de ellos haya muerto sin tener hijo, la esposa del muerto no debe llegar a ser de un hombre extraño afuera. Su cuñado debe ir a ella, y tiene que tomarla por esposa y ejecutar con ella el matrimonio de cuñado. Y tiene que suceder que el primogénito que ella dé a luz debe suceder al nombre de su hermano muerto, para que su nombre no sea borrado de Israel.” (Deu. 25:5, 6) Esta ley, junto con la ley de recompra, era la única esperanza de Noemí. Si pudiera hallarse un hermano o pariente cercano, entonces Noemí podría confiar en esta disposición de la ley para buscar una salida. Pero Noemí misma no podía producir un hijo aunque se hallara el pariente. Su única oportunidad dependía entonces de Rut su nuera, que podía tomar su lugar en este arreglo y suministrar una descendencia a Elimelec. ¿Cómo consideraría Rut esta oportunidad? ¿Estaría dispuesta a poner a un lado cualquier esperanza propia que tuviera de hallar a un joven que le diera algo para ella misma? O, ¿reconocería en este desafío la oportunidad de tratar de participar en el propósito de Jehová y hacer de ése su camino y modo de vida?
22. ¿Quiénes más del drama profético serían afectados por este desafío, y cómo debería afectarnos hoy su resultado?
22 ¿Y qué hay de Booz y Fulano? ¿Cómo afrontarían este desafío de proveerle un heredero a Noemí para el nombre de su esposo muerto Elimelec? ¿Lo reconocerían como una oportunidad de participar más plenamente en el servicio de Jehová? ¿Y cómo nos afecta hoy día este desafío y su resultado? La manera en que Noemí habría de ser restaurada en espíritu, la manera en que su sueño de toda la vida habría de realizarse, y los papeles que Rut, Booz y Fulano habrían de desempeñar al afrontar este desafío, todos son parte de este inspirador drama que nos mueve aun hoy día a hacer del propósito de Jehová nuestro camino y modo de vida. El artículo que sigue revelará el resultado.
[Nota]
a Vea el libro Los testigos de Jehová en el propósito divino, págs. 81-85.
[Ilustración de la página 397]
“Siéntate tranquila, hija mía, hasta que sepas cómo haya de resultar el asunto, porque el hombre no tendrá reposo a menos que haya acabado con el asunto hoy”
[Ilustración de la página 401]
Rut aceptó el desafío de servir a Jehová, declarando a Noemí: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”