¿El nombre de quién respeta usted más... el suyo, o el de Dios?
“HA DE ESCOGERSE UN NOMBRE MÁS BIEN QUE RIQUEZAS ABUNDANTES; EL FAVOR ES MEJOR QUE AUN LA PLATA Y EL ORO.”—PROVERBIOS 22:1.
1. ¿Con qué proverbio en cuanto a un nombre se nos pregunta si concordamos?
¿CONCUERDA usted con las palabras del rey Salomón de la antigüedad de que “ha de escogerse un nombre más bien que riquezas abundantes”? Por supuesto, él se refería a un nombre favorable, porque en la línea paralela de este proverbio Salomón añadió: “El favor es mejor que aun la plata y el oro.” (Pro. 22:1) La plata y el oro son riquezas.
2. (a) ¿Cómo llegó a tener tanto nombre como riquezas el rey Salomón? (b) En cuanto a escoger entre un nombre y riquezas, concordamos en que la selección sabia es ¿qué? ¿y por qué?
2 Muchos hombres tratan de adquirir abundantes riquezas sin importar cómo esto afecte su nombre. Otros tratan de proteger su nombre por medio de ocultar los métodos solapados y medios perversos por los cuales han obtenido sus “riquezas abundantes.” Sin embargo, el rey Salomón tenía tanto nombre como riquezas, y eso con honor. El Dios a quien Salomón adoraba lo hizo rico con plata y oro y otras posesiones materiales, tal como su Dios había prometido hacer, diciendo: “También lo que no has solicitado ciertamente te daré, tanto riquezas como gloria, de modo que no resultará haber habido entre los reyes ninguno como tú, todos tus días.” (1 Rey. 3:13) Cuando es asunto de escoger entre un nombre favorable y riquezas abundantes, la selección sabia sería escoger un nombre favorable. La experiencia humana prueba que así es. Hasta nosotros concordaremos en que así es, por la razón de que tenemos respeto de nosotros mismos.
3, 4. (a) En lo que respecta a nuestra actitud en cuanto a nuestro nombre, ¿cómo somos imagen de Dios, y por qué? (b) ¿Cómo aprendió el pueblo de Salomón la verdad de lo que dice ese Tercer Mandamiento, y qué nos prueba esto?
3 Como casi cualquier otra persona, usted respeta su nombre. Debe hacerlo, porque su nombre significa usted. Su Hacedor lo hizo a usted así, con esa cualidad de respeto de sí mismo. A este respecto somos imagen de Él, porque él también tiene respeto de sí mismo. Él respeta su propio nombre. Tenemos razón para comprender o apreciar este hecho, porque recordamos los Diez Mandamientos que él dio al pueblo del rey Salomón. En el Tercer Mandamiento de aquéllos él dijo: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna, porque Jehová no dejará sin castigar al que tome su nombre de manera indigna.”—Éxo. 20:7.
4 Fue en el año 1513 antes de nuestra era común, en los días del profeta Moisés, que el Dios del rey Salomón dijo eso; y durante la larga historia de ellos después de obtener aquel mandamiento, el pueblo de Salomón aprendió de manera dura que Dios quiso decir lo que dijo. La historia de ellos prueba que no resulta en bien para nadie el tomar el nombre de Dios “de manera indigna,” tomándolo de manera que no sirva para nada bueno, dando uso impropio a Su nombre, usando incorrectamente Su nombre.
5. ¿Cómo mostramos que respetamos nuestro propio nombre más que el de Dios, y por qué es aconsejable que consideremos ahora la pregunta personal acerca de este asunto de respeto?
5 Si usamos incorrectamente el nombre de Dios, empleándolo como si fuera algo indigno, mostramos claramente que no respetamos el nombre divino. Entonces tiene que ser que respetamos nuestro propio nombre personal más de lo que respetamos el de Dios. ¿Resultará en bien para nosotros el que hagamos eso? ¿Quedaremos sin castigo por esto? No según lo que Dios declaró en el Tercer Mandamiento. Aunque la mayoría de la gente no se da cuenta de ello, el nombre de Dios está envuelto en los asuntos mundiales hoy día. Es aconsejable que consideremos la pregunta que se dirige a cada uno de nosotros: ¿Respeta usted su propio nombre más que el de Dios? Es muy urgente que estudiemos esta cuestión, porque ya muy pronto el mundo pagará la pena que debe pagar por su falta de respeto al nombre de Dios. Difícilmente quisiéramos nosotros sufrir esa pena junto con el mundo.
6. (a) ¿Qué comparación hizo Salomón entre el aceite perfumado que llevara una persona y un buen nombre? (b) ¿Cómo se sintió Jacob en cuanto a su nombre debido a la matanza que cometieron Simeón y Leví?
6 Cuando usted está ausente y se menciona su nombre en la presencia de otra persona, ¿qué impresión está tratando de crear acerca de usted el que está usando su nombre, o qué imagen de usted se presenta en la mente del que oye? Usted quisiera que fuera favorable, ¿no es verdad? Usted no quisiera que su mismo nombre hediera, como si usted fuera una persona cuya presencia fuera desagradable. En tiempos antiguos el aceite perfumado que llevara una persona hacía que su presencia física fuera agradable, de dulce olor. ¿Tiene la mención de su nombre un efecto como ése? El rey Salomón pensaba de este modo, porque dijo bajo inspiración de Dios: “Mejor es un nombre que el buen aceite.” (Ecl. 7:1) Un antecesor del rey Salomón, el decimotercero contando hacia atrás desde él, Jacob (Israel), era del mismo parecer. Cuando sus dos hijos, Simeón y Leví, efectuaron una matanza en el pueblo de Siquem, Jacob los reprendió y dijo: “Me han acarreado ostracismo, haciendo de mí un hedor a los habitantes del país.” (Gén. 34:25-30; compare con 2 Samuel 10:6.) A Jacob, a quien los habitantes del país asociaban con su Dios, Jehová, no le gustó que su propio nombre fuera hecho hediondo.
7. ¿Qué olor ha hecho que tenga el nombre de Dios el clero de la cristiandad, y por qué no han hecho nada para alterar esto?
7 No menos nos gustaría a nosotros que nuestro nombre fuera hecho hediondo entre la gente por la manera en que otros hablaran acerca de nosotros o actuaran para con nosotros. Por lo tanto, podemos darnos cuenta de cómo se siente Dios en cuanto a su propio nombre. Ha resultado que los que afirman ser sus más íntimos amigos en la Tierra le han producido el mayor oprobio a su nombre. El clero religioso de la cristiandad ha hecho que el nombre de Dios hieda hasta los altos cielos por toda la Tierra. Saben, o deberían saber debido a su educación teológica, que la Santa Biblia da el nombre de Dios como Jehová. A través de los siglos estos clérigos han enseñado que este Dios de la Biblia es un Dios que se deleita en atormentar eternamente a sus propias criaturas, que Él preparó un lugar llamado “infierno” lleno de fuego que arde para siempre con azufre, y que allí mantiene vivas a las almas humanas pecaminosas después de la muerte para que sean atormentadas para siempre, sin alivio alguno. El clero tuerce el significado de las cosas que se dicen en la Biblia para enseñar esto, y hasta este día nunca han borrado esta enseñanza de sus credos eclesiásticos, para declararla así una enseñanza absolutamente falsa, que deshonra a Dios y que ha sido inspirada por los demonios. No quieren admitir que han enseñado mentiras.
8. ¿Por amor del nombre de quiénes dejan ellos que sus mentiras subsistan, y a los nombres de quiénes han causado oprobio?
8 Por amor de su propio nombre los clérigos prefieren dejar que sus mentiras contra Dios subsistan. No solo le causan oprobio a Dios, sino que también le causan oprobio al Principal de la familia de Dios, su Hijo Jesucristo, porque afirman que Jesucristo enseñó esas mentiras en el nombre de su Padre celestial.
9. ¿En qué guerrear envuelve a Dios el clero de la cristiandad, y cómo?
9 El clero también conecta a este Dios de la Biblia con todo el derramamiento de sangre efectuado por ellos en guerras violentas. ¿Cómo? Orándole a él para que otorgue victoria a la propia nación de ellos con el resultado contrario para la otra nación, hasta poniendo en los cinturones de los jóvenes soldados las palabras “Dios con nosotros.” Han enviado con su oración a los guerreros de su nación al cielo alegando que los soldados que mueren en el campo de batalla para sus gobernantes políticos tienen un pasaporte inmediato al cielo para estar con Dios y Jesucristo. A los clérigos no les importa que resulte que sus soldados hayan peleado a favor del lado que pierda, y aparentemente el lado equivocado; todavía van a la bienaventuranza celestial por haber muerto bajo la bendición de los clérigos religiosos que oran por ellos. Así pintan a Jehová como un Dios que ha apoyado todo este guerrear y derramamiento de sangre cometido por la cristiandad durante los pasados dieciséis siglos.
10. (a) ¿Entre quiénes ha hecho el clero que el nombre de Dios tenga mal olor? ¿Se ha hecho esto sin que Dios abrigue sentimiento en cuanto a ello? (b) ¿Qué nos enseñó Jesús a pedir en oración acerca de ese nombre, y cómo lo afecta a él el que se viole eso?
10 ¡No sorprende, pues, que el nombre de Dios hieda en las narices de los que amargamente declaran que “la religión es el opio de la gente,” sí, hasta en las narices de los centenares de millones de personas a quienes la cristiandad llama paganos en los países no cristianos! Y entonces, ¿hemos de pensar que Dios no tiene en cuenta esto, que está muerto o indiferente a esto, que no abriga absolutamente ningún sentimiento en cuanto a esto? ¡Qué lejos de la realidad sería el que pensáramos eso! ¿Cómo pudiera pensar eso gente llamada cristiana, que va a la iglesia y junto con los clérigos y la congregación hace la oración que Jesucristo enseñó, diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”? (Mat. 6:9, Versión Valera) Jesucristo enseñó a sus seguidores a orar que el nombre de su Padre celestial fuera santificado, y no que ese santo nombre fuera hecho un hedor universal. Por eso, cuando personas que afirman ser sus seguidores violan esa oración y contaminan el nombre de su Padre celestial, ¿hemos de pensar que Jesucristo no siente nada en cuanto a este asunto, que tiene tan poco respeto al nombre de su Padre que esto no le importa? ¡De ninguna manera! Porque Jesucristo respeta el nombre de su Padre por encima de su propio nombre.
LA PREGUNTA PARA PERSONAS AFILIADAS A RELIGIONES
11. ¿Qué pregunta debemos hacer nosotros los que respetamos el nombre de Dios acerca de cualquier confesión religiosa a la cual pertenezcamos, y, para escapar de participar en responsabilidad de comunidad, qué proceder hay que tomar?
11 Personalmente nosotros quizás no deseemos mostrar falta de respeto al nombre de Dios, pero, si estamos conectados con alguna religión, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Pertenezco yo a una confesión religiosa que muestra falta de respeto al nombre de Dios y lo difama de estas maneras y otras? Supongamos que alguno de nosotros perteneciera a una confesión tal. Pues bien, entonces deberíamos saber el proceder que debemos tomar si respetamos el nombre de Dios. ¿Cuál? A saber, éste: divorciarnos de participar en la responsabilidad de comunidad que tiene esa confesión religiosa delante del Dios de la Biblia, quien es celoso por su nombre.—Eze. 39:25, Valera Revisada (1960).
12, 13. (a) ¿Por qué somos nosotros y nuestro nombre personal de poca importancia? (b) ¿Qué dice Salmo 148:11-13 a personas de toda clase que hagan?
12 Cuando pensamos detenidamente en ello, el nombre personal de cada uno de nosotros, criaturas humanas, es de poca importancia comparativamente. Vivimos vidas imperfectas por unos cuantos años, entonces morimos y pronto nos olvidan los que viven más tiempo que nosotros. O nuestro nombre, aun si se conserva en la memoria de alguna manera, finalmente va desvaneciéndose en importancia y potencia. Pero, ¿es eso lo que sucede con el nombre de Dios? ¡De ninguna manera! Porque, en el Salmo 148:11-13 ciento cuarenta y ocho, versículos once hasta trece inclusive, el escritor inspirado de canciones se dirige a “reyes de la tierra y grupos nacionales todos, príncipes y jueces todos de la tierra, ustedes los jóvenes y también ustedes las vírgenes, ancianos junto con muchachos,” y entonces dice:
13 “Alaben ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto. Su dignidad está por encima de tierra y cielo.”
14. (a) ¿Cómo han tratado los hombres de rivalizar con Jehová en nombre, y por qué ha resultado en fracaso? (b) ¿En los días de quién se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová, y qué acontecimiento mundial revela la verdadera naturaleza de aquello?
14 La dignidad de este Dios de la Biblia, Jehová, lo digno de él, su respetabilidad, su importancia... todas estas cosas se elevan a la altura del cielo por encima de la Tierra. Ni una sola criatura humana en la Tierra, sin importar lo famosa que se haya hecho en la historia humana, ha elevado su nombre y fama más arriba del de este Dios, o siquiera a altura como la del nombre de Dios. Ninguna criatura en el cielo ni en la Tierra puede exaltar su nombre a lugar tan alto como el de Jehová, porque “solo su nombre es inalcanzablemente alto.” Sí, “solo su nombre es supremo.” (Sal. 148:13, Traducción del Nuevo Mundo; Moffatt) Es verdad que, con falta de respeto, ha habido hombres que se han esforzado por poner el nombre de ellos en el mismo nivel que el de Jehová o hasta más arriba de ese nombre. Por ejemplo, solo unos doscientos treinta y cinco años después que el primer hombre fue creado, sus descendientes pecaminosos comenzaron a dar uso impropio al nombre divino. Uno de los nietos de Adán fue llamado Enós, y acerca de sus días el registro de Génesis 4:26 dice: “En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.” Esto fue de manera hipócrita o sacrílega. Por eso fue que, 1.656 años después de la creación del hombre, vino el diluvio global, en el día de Noé, y los destruyó a todos.
15, 16. (a) ¿Cómo elevó Nemrod su rango entre sus admiradores y seguidores, y qué hay del punto de vista de Jehová en cuanto a él? (b) ¿Cómo expresó un sucesor de Nemrod de mucho más tarde que se sentó en el trono de Babilonia sus ambiciones contra Jehová?
15 Además, hubo el decimotercer hombre en línea de descendencia desde Adán. Este hombre se llamaba Nemrod. Se hizo tan prominente que se le tenía como alguien con quien ser comparado. Génesis 10:8-10 dice de este bisnieto de Noé lo siguiente: “Este fué el primero que se hizo poderoso en la tierra. Él era poderoso cazador delante de Jehová; por lo cual se suele decir: Como Nimrod, poderoso cazador delante de Jehová. Y fué el principio de su reino Babilonia.” (Versión Moderna) ¿Quiere eso decir que él era un “poderoso cazador” desde el punto de vista de Jehová y en el favor de Jehová? ¡No! Porque su caza estaba dirigida también contra presa humana y por eso se extendía a campaña militar que resulta en derramar sangre humana. La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras presenta el asunto a la luz correcta, bíblica, vertiendo de este modo el relato: “Como Nemrod poderoso cazador en oposición a Jehová.” Nemrod no mostró respeto al nombre del único Dios vivo y verdadero; el nombre de Nemrod restaba lustre al nombre de Jehová en la mente de los admiradores y seguidores de él. Quince siglos más tarde un sucesor de Nemrod en el trono de Babilonia dijo:
16 “A los cielos subiré. Por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las nubes; me haré parecer al Altísimo.”—Isa. 14:4, 13, 14.
17, 18. (a) ¿Cómo resultó ser inalcanzablemente alto para Nemrod y sus sucesores reales el nombre de Jehová? (b) ¿Cómo muestra Salmo 126:1-3 que se hizo una impresión favorable acerca del nombre de Jehová entre las naciones?
17 No obstante, el nombre de Jehová resultó ser inalcanzablemente alto para el cazador-rey de Babilonia, Nemrod, y sus sucesores. En el año 539 antes de nuestra era común la línea de sucesores de Nemrod fue derribada cuando la ciudad imperial de Babilonia cayó ante los medos y los persas. Menos de dos años más tarde, en 537 a. de la E.C., el nombre de Jehová subió cuando Su espíritu movió al conquistador persa, Ciro el Grande, a emitir el famoso decreto que autorizaba al pueblo desterrado de Jehová a regresar a su país y reedificar el templo de Jehová en Jerusalén. (2 Cró. 36:19-23; Esd. 1:1-11) Esto, casi demasiado bueno para ser realidad, les pareció como un sueño a los judíos o israelitas desterrados, pero hizo en las naciones gentiles una impresión que fue favorable a Jehová. Salmo 126:1-3 hermosamente muestra esto, diciendo:
18 “Cuando Jehová hizo volver a los de Sion que eran cautivos, nos pusimos como los que estaban soñando. En aquel tiempo se llenó nuestra boca de risa, y nuestra lengua de un clamor gozoso. En aquel tiempo procedieron a decir entre las naciones: ‘Jehová ha hecho una cosa grande en lo que ha hecho con ellos.’ Jehová ha hecho una cosa grande en lo que ha hecho con nosotros. Nos hemos puesto gozosos.”
19. Por su doctrina de la trinidad, ¿de qué manera no da gloria a Jehová como Dios el clero, sino que, más bien, rebaja su nombre?
19 Hoy el clero de la cristiandad no da gloria a Jehová como Dios. Han empujado su nombre en un rincón. Por su enseñanza de una trinidad compuesta de un Dios el Padre y Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, han hecho a Jesucristo el Hijo de Jehová igual a Él el Padre, y también al “Espíritu Santo” igual a Jehová, quien derrama este espíritu santo. Para conveniencia de sus propósitos religiosos el clero ha puesto en primer lugar la designación Jesucristo. Busque en su ejemplar de la Versión de Torres Amat de la Biblia y vea cuántas veces puede hallar el nombre divino, Jehová. Busque en la versión en inglés Revised Standard Version of the Holy Bible, del año 1952, y vea si puede hallar en lugar alguno el nombre Jehová. Busque en la versión de la Biblia en inglés The New American Bible, publicada por católicos romanos en 1970, así como en la Douay Version Bible de 1610, y vea si puede encontrar el nombre Jehová (o siquiera Yahvé) en el texto de la Biblia. Se afirma que, cuando los escritores del Nuevo Testamento llamaron Señor o el Señor a Jesucristo, esto quería decir que era Jehová o Yavé mismo. Ciertamente todo esto es un rebajamiento del nombre de Dios.
20. ¿Qué dice el apóstol Pablo acerca del Hijo de Dios en Filipenses 2:5-11?
20 Pero, ¿qué dice el apóstol cristiano Pablo? Él describe la humillación del Hijo de Dios y entonces la glorificación de su fiel Hijo, diciendo, según The New English Bible, de 1970: “Que el comportamiento de ustedes unos con otros surja de su vida en Cristo Jesús. Porque la naturaleza divina fue de él desde el principio; sin embargo él no pensó en tratar de arrebatar la igualdad con Dios, sino que se hizo nada, asumiendo la naturaleza de un esclavo. Llevando la semejanza humana, revelado en forma humana, se humilló, y obedientemente aceptó aun la muerte... muerte en una cruz. Por lo tanto Dios lo levantó a las alturas y le otorgó el nombre que está sobre todos los nombres, para que al nombre de Jesús toda rodilla se incline —en el cielo, en la tierra, y en las profundidades— y toda lengua confiese: ‘Jesucristo es Señor,’ para gloria de Dios el Padre.”—Fili. 2:5-11.
21. (a) ¿Cómo muestra esa declaración que el nombre de Jehová permanece inalcanzablemente alto? (b) ¿Hasta qué grado mostramos respeto nosotros los cristianos al nombre de Jehová?
21 Por esta declaración inspirada vemos que Dios el Padre recompensó a su Hijo Jesucristo con un nombre que está sobre el de todos los otros hijos de Dios o criaturas de Dios. Por eso, todas las otras criaturas tienen que reconocer ese nombre exaltado e inclinarse a él. Pero, ¿para gloria de quién tienen que hacer esto? ¿Para gloria del altamente exaltado Jesucristo? ¡No! Sino, como dice el apóstol Pablo: “Para gloria de Dios el Padre.” Al altamente exaltado Jesucristo se le llama “Señor,” pero no se le llama Dios ni se le llama Padre, porque siempre él permanece el Hijo de Dios. El rango y el título de “Dios el Padre” siempre permanecen con Jehová. Él no dio a su Hijo celestial un nombre más elevado que Su propio nombre ni un nombre siquiera igual al de Él. Su nombre permanece supremo, inalcanzablemente alto. Jesucristo en el cielo lo reconoce como tal. Por eso en el nombre del Señor Jesucristo nosotros los cristianos todavía oramos así a Jehová Dios: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mat. 6:9, Val) No damos uso impropio a ese nombre, sino que lo respetamos como el nombre más elevado de toda la existencia. Nos separamos de todas las religiones que difaman el nombre de Dios.
CUÁNDO FUE A HACERSE UN NOMBRE
22, 23. (a) ¿Debe pasar el nombre divino del uso respetuoso, y por qué nunca debemos tomar la actitud de Faraón en cuanto a él? (b) ¿Cómo se aplicó especialmente Dios el nombre cuando se apareció originalmente a Moisés?
22 El nombre divino original no ha pasado de moda y no debe pasar de uso que se dé de manera respetuosa. Nunca debemos permitirnos llegar a ser como el gobernante Faraón del antiguo Egipto y oponernos a ese nombre y mostrarnos tercos en cuanto a él como cuando Faraón dijo: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? No conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.” (Éxo. 5:1, 2, Mod) El rehusar reconocer a Jehová no le consiguió nada a Faraón... excepto destrucción en el mar Rojo. El Dios Altísimo especialmente se aplicó el nombre cuando envió a su profeta Moisés a presentarse delante de Faraón y exigir que se dejara salir al pueblo esclavizado de Israel para que tomara posesión de la Tierra Prometida. Por medio de un ángel Dios se manifestó a Moisés el israelita al pie del monte Horeb (o Sinaí) en la península arábica. Al decírsele que volviera a Egipto, Moisés inquirió en cuanto a qué debería anunciar como el nombre del Dios que lo enviaba. De The New English Bible, de 1970, leemos ahora la respuesta:
23 “Dios respondió: ‘YO SOY; ése es quien soy. Diles que YO SOY te ha enviado a ellos.’ Y Dios dijo además: ‘Tienes que decir a los israelitas esto, que es JEHOVÁ el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, quien te ha enviado a ellos. Éste es mi nombre para siempre; éste es mi título en toda generación. Ve y reúne a los ancianos de Israel y diles que JEHOVÁ el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, se te ha aparecido.’”—Éxo. 3:13-16.
24. (a) ¿Por qué, pues, no tienen los cristianos derecho a cambiar los asuntos con relación al nombre de Dios? (b) ¿Qué fue apropiado que hicieran cristianos dedicados y bautizados que estaban reunidos en asamblea general en 1931?
24 Puesto que dijo que Jehová es su nombre para siempre y es su título en toda generación, es su nombre y título hoy día, en nuestra generación. Nosotros, aun como cristianos, no tenemos derecho a cambiar eso. “Jehová” es su nombre de Memorial, según la Biblia American Standard Version, que no usa la palabra “título,” sino que dice: “Éste es mi nombre para siempre, y éste es mi memorial para todas las generaciones.” (Éxo. 3:15) Fue su memorial en la primerísima generación de la humanidad, porque en el segundo capítulo de la Santa Biblia y en el cuarto versículo leemos estas palabras: “Estas son las generaciones de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielos.” (Gén. 2:4, Mod) Como memorial es su nombre por el cual ser recordado para siempre, en todas las generaciones. ¿Fue cosa desordenada, entonces, el que miles de cristianos dedicados y bautizados, al estar reunidos en asamblea general en Columbus, Ohio, el domingo 26 de julio de 1931, abrazaran el nombre bíblico: testigos de Jehová? No; era muy apropiado.
25. (a) En 1925 estos cristianos comenzaron a percibir que había llegado el tiempo para que Dios hiciera ¿qué? (b) Apropiadamente para esto, ¿qué dijo en su artículo principal el número del 1 de enero de 1926 de The Watch Tower?
25 Ya, allá en el año 1925, los cristianos que abrazaron esa designación para sí mismos habían comenzado a percibir que había llegado el tiempo para que el único Dios vivo y verdadero ‘se hiciese un nombre.’ (2 Sam. 7:23, Authorized Version) Muy apropiadamente, pues, en el número del 1 de enero de 1926 de The Watch Tower, el artículo principal se intituló “¿Quién honrará a Jehová?” En la página 7, bajo el encabezamiento secundario intitulado “Para sí mismo un nombre,” los párrafos 37 y 38 dijeron:
“Los descendientes naturales del fiel Abrahán moraban en Egipto. El nombre de Dios era pasado por alto entonces, y no estaba en el pensamiento de la gente de aquella nación ni de ninguna otra nación del mundo. David registra el hecho de que Dios bajó a Egipto para librar a su pueblo y para hacerse un nombre. (2 Samuel 7:23) Ahora existe una condición semejante. Los que son de la fe de Abrahán moran en este mundo inicuo, todas las organizaciones del cual han abandonado a Dios y han difamado su santo nombre.
“Se acerca el tiempo en que Dios hará para sí mismo un nombre. Dios tendrá algunas personas para que sean sus testigos en la Tierra. Y ¿quiénes podríamos esperar que tuvieran el privilegio de ocupar ese lugar? Seguramente nadie más que Sion, la organización de Dios, algunos miembros de la cual están en la Tierra. A éstos Jehová dice: ‘Vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y mi siervo a quien he escogido; para que sepáis y me creáis, y entendáis que yo soy él: antes de mí no fue formado Dios alguno, ni después de mí habrá. Yo, aun yo, soy el Señor; y fuera de mí no hay salvador. Yo he declarado, y he salvado, y he mostrado, cuando no había dios extraño entre vosotros: por lo tanto vosotros sois mis testigos, dice el Señor, de que yo soy Dios.’—Isaías 43:10-12.” [Authorized Version]
26, 27. El profeta Isaías previó la necesidad de que se repitiera ¿qué ejecución? y por eso, ¿qué escribió en Isaías 63:11-14?
26 Además de lo que dijo el rey David de Jerusalén acerca de que Dios se hizo un nombre cuando libró a su pueblo escogido de Israel de esclavitud en el Egipto antiguo, el profeta Isaías, de más tarde, previó el tiempo en que Jehová repetiría esta ejecución por medio de librar a su pueblo escogido en lo sumo de sus apreturas. Al mismo Dios se ha de acudir para esta liberación, y por eso el profeta Isaías pasa a decir (en Isaías 63:11-14):
27 “Y uno empezó a acordarse de los días de mucho tiempo atrás, de Moisés su siervo: ‘¿Dónde está Aquel que los hizo subir del mar con los pastores de su rebaño? ¿Dónde está Aquel que puso dentro de él Su propio espíritu santo? ¿Aquel que hizo que Su hermoso brazo fuera a la diestra de Moisés; Aquel que partió las aguas de delante de ellos para hacer para sí mismo un nombre que durara indefinidamente; Aquel que los hizo andar a través de las aguas agitadas de modo que, cual caballo en el desierto, no tropezaron? Tal como cuando baja una bestia misma a la llanura del valle, el mismísimo espíritu de Jehová procedió a hacerlos descansar.’ Así condujiste a tu pueblo para hacer para ti mismo un nombre hermoso.”
28. Al tiempo en que Israel fue librado, ¿quiénes en Egipto llegaron a temer el nombre divino, y qué acción tomaron, con qué experiencias como resultado?
28 Al tiempo en que Israel fue librado de Egipto, tantas de las personas no israelitas que estaban en aquel país llegaron a temer el nombre divino que tomaron acción apropiada. ¿Cómo? Bueno, cuando los israelitas salieron de Egipto después de celebrar su primera Pascua, entonces, como dice el registro de Éxodo 12:38, “también subió con ellos una vasta compañía mixta.” Cuando Dios dividió las aguas del mar Rojo, esta compañía mixta marchó a través de éste con los israelitas. Y cuando Dios hizo que las aguas volvieran sobre los caballos, carros y jinetes de Faraón que perseguían, y ahogó a estos perseguidores sedientos de sangre, esta compañía mixta oyó a los israelitas ya en seguridad cantar así en la orilla de la península de Sinaí: “Jehová es persona varonil de guerra. Jehová es su nombre. . . . Jehová reinará hasta tiempo indefinido, aun para siempre.”—Éxo. 14:31-15:18.
29. ¿Qué le ha sucedido al efecto del impacto que tuvo el milagro de Jehová en las naciones entonces, y bajo la obligación de ser qué y hacer qué llegaron a estar los israelitas?
29 El terrible impacto que tuvo aquel estupendo milagro en las naciones allá en aquel año de 1513 antes de nuestra era común ha perdido desde entonces su efecto pasmoso. El nombre que Jehová se hizo allá, tanto tiempo atrás, tiene poco atractivo para las naciones hoy día, aun para las naciones llamadas cristianas de la cristiandad. Ellas ni lo temen ni lo respetan. La cristiandad ha caído en una condición como la del Egipto antiguo, el opresor del pueblo de Jehová. (Rev. 11:8) Aquellos israelitas naturales de aquel tiempo remoto fueron realmente testigos oculares de lo que Jehová hizo y se les hizo conocer y apreciar su nombre como nunca lo habían hecho sus fieles antepasados. (Éxo. 6:2, 3) Por la fuerza de las circunstancias eran testigos de Jehová, y por lo tanto estaban obligados a dar testimonio a las generaciones futuras acerca del nombre y los hechos de Jehová. Por medio del profeta Isaías Jehová claramente les dijo que eran sus testigos. Deberían haber respetado el nombre que Jehová se hizo y deberían haber cumplido sus obligaciones de ser testigos de Él como el único Dios vivo y verdadero. Una condición similar le aplica a la cristiandad hoy.
30. ¿Por qué están los de la cristiandad hoy bajo obligación de ser testigos para el mismo Dios del antiguo Israel natural?
30 Hoy, así como por siglos en el pasado, la cristiandad afirma ser un Israel espiritual, un Israel cristiano. Inescapablemente, pues, su Dios debe ser el Dios del antiguo Israel natural. Por eso, tanto como el Israel natural de la antigüedad, la cristiandad está bajo la obligación de ser testigos de ese mismo Dios del antiguo Israel, quien es al mismo tiempo el Dios del Mesías, Jesús, el Hijo de Dios. El ser testigo para Jesús el Mesías o Cristo no excusa a uno de ser también testigo para Jehová, y eso en primer lugar.—Hech. 1:8; 5:27-32.
31. Según lo que la cristiandad y sus iglesias hacen y dicen hoy, ha llegado el tiempo para que Dios haga ¿qué? ¿y qué anuncia esto para los pueblos y naciones de tiempos modernos?
31 Pero mire a las naciones de la cristiandad y sus iglesias. Escuche lo que dicen. A la luz de la Santa Biblia, examine lo que están haciendo. ¿Dónde muestran los hechos que estas naciones e iglesias de la cristiandad sean testigos de Jehová? Los hechos escuetos indican claramente que, una vez más, ha llegado el tiempo para que Jehová haga un nombre para sí mismo delante de todas las naciones y pueblos que orgullosa y tercamente rehúsan reconocer, respetar y temer su nombre divino. ¡El ejemplo histórico de Faraón y sus fuerzas militares en el mar Rojo anuncia desastre para esas naciones y pueblos de tiempos modernos cuando Jehová de nuevo se haga un nombre en la venidera “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón!—Rev. 16:14-16; 19:11-21.
32. ¿Tienen todas las naciones de hoy buena razón para no saber de todo esto? ¿Qué es lo que los disputantes antagónicos de la cristiandad no pueden borrar en cuanto a los testigos cristianos de Jehová?
32 Para ahora, en este año de 1972, ¿tienen todas las naciones buena razón para no saber de todo esto? Debido al fracaso de la cristiandad con sus más de novecientos millones de miembros alistados en las iglesias, ¿ha fallado Jehová en cuanto a tener sus testigos fieles y francos en este siglo veinte, en nuestra mismísima generación? ¡Absolutamente No! Las gentes atadas a las iglesias de la cristiandad quizás cuestionen el que las personas internacionalmente conocidas como testigos cristianos de Jehová hoy sean verdaderamente testigos del Dios Altísimo. Quizás digan que no tienen derecho a ese nombre y que son falsos profetas. En consecuencia, quizás se opongan, representen falsamente y persigan a éstos para obligarlos a cesar de hacer la obra de dar testimonio alrededor de todo el mundo. Pero estas gentes antagónicas de la cristiandad así como las del llamado paganismo nunca pueden borrar el registro que estos testigos cristianos de Jehová de este siglo veinte han hecho en más de doscientos países y en unos ciento sesenta idiomas.
33. Por lo tanto, ¿qué están obligadas a admitir las gentes opuestas de la cristiandad respecto a la obra de los testigos de Jehová, y a qué se ha debido esto?
33 Nunca pueden refutar el hecho de que el nombre de Dios según se da miles de veces en el verdadero texto de la Santa Biblia ha sido dado a conocer a la gente por todo el mundo y que centenares de miles de personas de toda raza, nacionalidad, tribu y grupo social han recibido ayuda para conocer y temer y servir a Jehová, el Dios y Padre del Señor Jesucristo. Esto es algo que falsos profetas jamás podrían lograr. (Deu. 18:15-22) Sí, esas gentes opuestas de toda la cristiandad están obligadas a admitir que no han podido detener la predicación y enseñanza mundial de parte de estos testigos cristianos de Jehová hasta ahora. ¿A qué se debe esto? Se debe a que han rehusado prestar atención al consejo jurídico que el abogado religioso Gamaliel dio a los opositores del primer siglo de los testigos cristianos de Jehová de entonces, cuando dijo: “Les digo: No se metan con estos hombres, sino déjenlos; (porque si este proyecto o esta obra proviene de hombres, será derribada; pero si proviene de Dios, no podrán derribarlos;) de otro modo, quizás sean ustedes hallados luchadores realmente contra Dios.”—Hech. 5:34-39.
“PUEBLO PARA SU NOMBRE”
34. En aquel primer siglo E.C., ¿qué les sucedió a los que se metieron con el cristianismo apostólico, y por qué ha hecho surgir esto una pregunta en cuanto a la existencia de Jehová?
34 ¿Qué les sucedió a los que se metieron con aquellos apóstoles cristianos del primer siglo y sus compañeros de creencia? En el año 70 de nuestra era común, en vez de haber derribado el cristianismo apostólico, su propio sistema religioso fue derribado cuando la vieja Jerusalén murada y su templo fueron destruidos, para jamás ser reconstruidos por manos judías. Su sacerdocio cesó de existir o mantener su identidad. Que hablen los hechos en cuanto a si esos intolerantes entremetidos religiosos fueron “luchadores realmente contra Dios.” Aquel trágico acontecimiento del año 70 E.C. de ningún modo significó que Jehová cesó de existir, como si fuera un Dios de los israelitas solamente, un Dios nacional que existía solo mientras existiera su nación histórica. El inmortal Jehová, quien es Dios sin principio y sin fin, ha seguido viviendo, y todavía vive, a pesar de las negaciones de todos los ateos. Pero, debido a lo que sucedió en el año 70, ¿ha estado él sin una nación desde entonces?
35. ¿Por qué era la antigua nación de Israel un “pueblo para su nombre,” y por qué hay un problema en cuanto a que sean el ‘pueblo para el nombre’ de Jehová hoy?
35 Es un hecho que, en el año 1473 a. de la E.C., cuando el profeta Moisés estuvo dando sus instrucciones de despedida a la nación de Israel antes que cruzaran el río Jordán y entraran en la Tierra Prometida, les dijo: “Jehová te establecerá como pueblo santo para sí, tal como te juró, porque continúas guardando los mandamientos de Jehová tu Dios, y has andado en sus caminos. Y todos los pueblos de la tierra tendrán que ver que el nombre de Jehová ha sido llamado sobre ti, y de veras tendrán miedo de ti.” (Deu. 28:9, 10) Como Jehová les dijo, ellos habían llegado a ser “mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos.” (Éxo. 19:3-5) Porque el nombre de Él se llamaba sobre ellos, eran un “pueblo para su nombre.” (Jer. 14:9; Dan. 9:19) Pero, ¿ha continuado el pueblo de Israel siendo un “pueblo para su nombre” hasta este día? ¿Los ha confirmado como el “pueblo para su nombre” el establecimiento de la independiente y no teocrática República de Israel en 1948 E.C., aunque no guardan la ley de Moisés y no tienen templo en Jerusalén que se llame por el nombre de Jehová? Es importante que sepamos esto.
36. ¿Era Jesús miembro del ‘pueblo para el nombre’ de Jehová? ¿Cómo mostró Jehová lo que había decidido en cuanto a si Su nombre debería ser transferido del Israel natural?
36 El primer siglo de nuestra era común fue el tiempo crítico para determinar esta cuestión. Ciertamente Jesucristo, nacido en Belén-Judá en la línea familiar del rey David, era por nacimiento miembro del ‘pueblo para el nombre de Jehová.’ Su mismo nombre Jesús incluye el nombre divino, porque significa “Jehová Es Salvación.” Pero la propia nación de Jesús lo negó a él. En cuanto a sus seguidores, que eran un resto pequeño de los israelitas, llegaron a estar separados de la nación de Israel, y llegaron a ser una nación espiritual. En esta situación, ¿continuó siendo la nación del Israel natural y circunciso el “pueblo para su nombre” (el nombre de Jehová), o fue transferido el nombre de Jehová y llamado sobre la nación espiritual de los seguidores de Jesús? Dios mismo decidió la respuesta a este problema. En el día del Pentecostés del año 33 E.C. derramó su espíritu santo en cumplimiento de Su profecía de Joel 2:28-32. ¿Sobre quiénes? No sobre los judíos no cristianos en el templo que todavía estaba en pie en Jerusalén, sino sobre los doce apóstoles y otros discípulos de Jesús. Llenos de espíritu, proclamaron el nombre de Dios.—Hech. 2:1-36.
37, 38. (a) ¿Cuántos judíos llegaron a ser parte del nuevo ‘pueblo para el nombre’ de Jehová? (b) ¿Cuándo abrió Jehová la puerta para que individuos que no eran judíos fueran añadidos a este “pueblo para su nombre”?
37 Allí, hace más de diecinueve siglos, Jehová comenzó a sacar un nuevo pueblo sobre el cual debería llamarse su nombre o que son llamados por su nombre. (1 Ped. 2:9) Miles de judíos naturales y circuncisos aceptaron a Jesús como Mesías y llegaron a ser parte de este ‘pueblo para el nombre de Jehová.’ Poco menos de tres años y medio más tarde, Jehová Dios dio la oportunidad a las naciones no judías, o gentiles. Envió al apóstol Pedro a entrar en un hogar gentil en Cesarea y proclamar las buenas nuevas acerca de Jesús el Mesías a Cornelio y sus amigos. Porque creyeron, Jehová derramó su espíritu santo sobre ellos. De ese modo hizo a estos creyentes gentiles parte del “pueblo para su nombre.” Desde entonces en adelante el ser miembro de este “pueblo [espiritual] para su nombre” estuvo disponible a todas las naciones no israelitas, o gentiles. (Hechos 10:1 a 11:18) Esto es verdad, no porque nosotros lo decimos, sino porque el discípulo inspirado Santiago, el medio hermano de Jesucristo, lo dijo. Esto fue unos trece años después de la conversión del gentil Cornelio y sus amigos. Hablando ante una conferencia en Jerusalén, Santiago dijo:
38 “Simeón [Pedro] ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para tomar de entre ellas un pueblo para su nombre. Y con esto convienen las palabras de los Profetas, así como está escrito: ‘Después de estas cosas volveré y reedificaré la casilla de David . . . para que los que queden de los hombres busquen encarecidamente a Jehová, junto con gentes de todas las naciones, gentes que son llamadas de mi nombre, dice Jehová, que está haciendo estas cosas.’”—Hech. 15:12-18; Amós 9:12.
39. (a) ¿Por qué no ha cesado Jehová de tener un “pueblo para su nombre” desde la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.? (b) ¿Qué está completando Jehová hoy que él empezó hace diecinueve siglos, y qué prueba tenemos de ello?
39 Por consiguiente, Jehová no cesó de tener un “pueblo para su nombre” después de la destrucción de la vieja Jerusalén murada y su templo en el año 70 E.C. y la dispersión de los judíos naturales circuncisos. Él tenía el entonces recién formado “pueblo [cristiano] para su nombre.” Lo que Jehová empezó allá en el primer siglo, lo está terminando hoy día en este siglo veinte. Ahora, antes del estallido de la más grande tribulación de toda la historia humana sobre este sistema de cosas, está completando este “pueblo [espiritual] para su nombre,” y hoy todavía queda un resto de ellos en la Tierra. Si esto no es así, entonces ¿cómo podemos dar cuenta de lo que ahora está sucediendo en todos los continentes y las islas habitados de los siete mares? ¿Qué? El nombre Jehová se está dando a conocer y se está exaltando en escala jamás antes realizada desde que se le causó tremendo oprobio al nombre divino por la destrucción de Jerusalén y su famoso templo en el año 70 E.C. Que no haya equivocación en cuanto a ello: Jehová tiene su “pueblo para su nombre” en la Tierra hoy día, y éstos están demostrando que son precisamente eso, aun si son solo un resto.
[Ilustración de la página 264]
¿Glorifican el nombre de Dios las enseñanzas y prácticas de su iglesia? ¿Enseña ésta un infierno de fuego, la Trinidad? ¿Ha participado alguna vez en bendecir las guerras de su nación?
[Ilustración de la página 267]
Mostrando respeto al Nombre Divino, miles de cristianos en esta asamblea en Columbus, Ohio, en julio de 1931, adoptaron el nombre de “testigos de Jehová”
[Ilustración de la página 269]
Tal como Jehová se hizo un gran nombre en el mar Rojo, de nuevo se hará un nombre en la venidera guerra de Armagedón