¿Tiene usted suficiente determinación?
MILLARES de cristianos estaban afluyendo de toda Inglaterra para asistir a la Asamblea “Buenas nuevas eternas” de los Testigos de Jehová en Londres. Esta prometía ser un magnífico banquete espiritual que ayudaría a los cristianos a conformar su vida en armonía con la Palabra de Dios, y muchos estuvieron determinados a estar allí. Pero la Sra. Halsey, de ochenta años de edad, se enfrentó a un problema cuando perdió el autobús que se había fletado para llevar a su congregación desde Great Yarmouth hasta la asamblea, una distancia de 225 kilómetros. ¿Qué haría? Con firme determinación emprendió en bicicleta el viajar esos 225 kilómetros, y, ¡realmente viajó unos 130 kilómetros antes de que se detuviera un autobús de otra congregación y la llevara por el resto del viaje! Con este tipo de determinación se pueden efectuar cosas maravillosas.
¿Cuánta determinación tiene usted? Cuando usted tiene asignaciones que cumplir, metas que alcanzar o responsabilidades que desempeñar, ¿persiste usted a pesar de obstáculos y contra cualquier oposición que pueda surgir? En esta vida pocos esfuerzos que valen la pena se logran fácilmente. Se necesita la determinación de proseguir hasta el fin si se habrá de tener éxito.
Tal vez usted esté buscando trabajo, o se esté esforzando por conocer a fondo un nuevo trabajo. A menudo esto envuelve largas horas de implacable investigación, o mucha paciencia e intenso estudio. Es fácil desanimarse y desistir; no obstante, si usted persiste con determinación, con fe en las promesas de Dios de que él provee a sus siervos los medios para adquirir los artículos de primera necesidad cotidianos, con el tiempo usted será recompensado con éxito. (Sal. 37:25; Mat. 6:11, 25-33) Jesucristo mismo recalcó la necesidad de tal persistencia cuando dijo en su Sermón del Monte: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá.”—Mat. 7:7.
Aunque a menudo se necesita verdadera determinación para proveer sustento material a un hogar, también requiere determinación de parte de los padres el dar a los hijos de ese hogar la disciplina y entrenamiento que necesitan. La Biblia estimula a los padres: “Educa al muchacho según el camino que es para él,” y entonces “aun cuando llegue a viejo no se apartará de él.” (Pro. 22:6) Como padres, ¿han mostrado la persistencia necesaria que se requiere para formar buenos hábitos en sus hijos? ¿Les leen de la Palabra de Dios con regularidad, inculcando en su mente sus principios justos?
Quizás usted aduzca que sus hijos simplemente están demasiado llenos de energía para sentarse y escuchar, que solo se interesan en jugar y ver televisión. Pero, ¿no pudiera ser que el verdadero problema sea la propia falta de determinación de usted en cuanto a cumplir con su obligación de disciplinarlos? Usted necesita persistir. Considere, por ejemplo, cómo una madre cuyo esposo no apreciaba el valor del conocimiento bíblico pudo disciplinar a sus tres muchachos.
“Cuando se recalcó que era responsabilidad de los padres encargarse de que los hijos recibieran instrucción bíblica diariamente, decidí apartar tiempo para leer la Biblia diariamente,” dijo ella. “Esto suscitaba un alarido de protesta de mis hijos, de siete, cinco y tres años de edad, ya que siempre parecía tocar en su tiempo más deleitable. Después del relato de la creación perdieron interés, y los alaridos se hacían más fuertes cuando yo apagaba la televisión cada noche y anunciaba que era hora de leer la Biblia. Muchas veces me senté con la Biblia en una mano y la vara de corrección en la otra. Sin embargo, día tras día disminuía el antagonismo, y ahora, tres años después, no solo son oyentes anuentes sino que piden que se les lea la Biblia y participan en leer y hasta quieren que les haga preguntas sobre lo que han leído.
“Los efectos de este hábito realmente han sido de mucho alcance. No solo están obteniendo un buen conocimiento de lo que se halla en la Biblia, sino que nuestras relaciones de familia han mejorado mucho y ha disminuido la necesidad de disciplina. Y esto también les ha ayudado a estar en primer lugar en sus clases en la escuela, el resultado de la práctica de leer en voz alta y pronunciar cuidadosamente las palabras difíciles.” ¡No hay duda, la determinación produce buenos resultados!
La determinación firme especialmente la necesitan los que quieren agradar a Dios andando en los pasos de su amado Hijo, Jesucristo. No es fácil ser cristiano y obedecer el mandato de Cristo: “Prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’” (Mat. 10:7) Especialmente es esto verdad cuando una persona está inválida por distrofia muscular y está restringida a una silla de ruedas. Pero aun con este impedimento Lottie Rose, de Filadelfia, Pensilvania, ha podido participar en el servicio ministerial de tiempo cabal.
Solía hacer un hábito de hablar a toda persona que venía a su casa, y de esta manera podía colocar mucha literatura bíblica con los visitantes. Pero se determinó a hacer más. Ella escribe tocante a cómo fue posible esto: “Hice arreglos para que alguien me llevara a la puerta del frente de mi casa en mi silla de ruedas y cuando alguien pasaba le hablaba. ¿Con qué resultado? Bueno, durante un mes, coloqué 120 revistas. A veces empleaba hasta siete horas al día predicando de esta manera. En total, durante un mes, pude dedicar 128 horas a la predicación, tuve más de cuarenta revisitas con personas que mostraron interés y tuve la maravillosa oportunidad de alimentar a tres personas de cualidades de oveja en estudios bíblicos regulares.”
Verdaderamente, muchas obras maravillosas para alabanza de Dios se pueden efectuar si uno tiene suficiente determinación para persistir a pesar de obstáculos y oposición. Se requiere fe en Dios y en sus promesas, como mostró Jesús cuando dijo: “¡Esa expresión: ‘Si puedes’! ¡Todas las cosas son posibles al que tiene fe!” Por eso, ejerza fe en Dios. Confíe en que él lo apoyará. Aplíquese a Su Palabra y haga una firme resolución mental de que usted será obediente a Su voluntad prescindiendo de las dificultades o problemas que puedan surgir. Su mismísima vida depende de que usted tenga suficiente determinación para permanecer fiel a tal resolución.—Mar. 9:23.