“No teniendo nada y sin embargo poseyendo todas las cosas”
“Como pobres mas enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada y sin embargo poseyendo todas las cosas.”—2 Cor. 6:10.
1. ¿Cómo vemos que el dinero satisface una necesidad?
INDUDABLEMENTE el dinero es esencial para la vida cotidiana. Sin él, ¿cómo podría uno vivir en este sistema de cosas actual? ¿Cómo podría obtener las cosas necesarias de la vida? En muchas partes de la Tierra el dinero puede comprar atención de hospital, transportación, electricidad, calefacción y agua transportada por caños, cosas que son útiles al hombre. Pero si uno no tuviera dinero, ¿cómo podría alimentarse y vestirse y alimentar y vestir a su familia? ¿Cómo podría obtener un lugar en el cual vivir y mantenerlo? Como lo expresa tan sabiamente Eclesiastés 10:19: “El pan es para la risa de los trabajadores, y el vino mismo regocija la vida; pero el dinero es lo que tiene buena acogida en todo.”
2. ¿Contra qué debe estar en guardia continuamente el cristiano? ¿Por qué?
2 De modo que, mientras subsista este sistema de cosas actual, los cristianos pueden utilizar muy bien el dinero para satisfacer sus necesidades cotidianas, especialmente en lo que toca a continuar en su servicio al Reino. Sin embargo, debido a lo útil del dinero y la multitud de cosas que puede obtener, el cristiano tiene que ejercer continuamente gobierno de sí mismo y siempre mantener el dinero (la riqueza, las posesiones materiales) en su lugar, es decir, como instrumento, como siervo. Nunca se debe permitir que llegue a ser objeto del amor de uno, el “deseo del corazón” de uno. ¡Qué necesario es, por lo tanto, que el cristiano hoy día, en vista del tiempo en que estamos viviendo ahora, adquiera y mantenga el punto de vista apropiado para con las riquezas!
3. (a) ¿Cómo nos ayuda Pablo a considerar las riquezas materiales? (b) ¿Dónde puso él su corazón?
3 Por ser de la tribu de Benjamín, hebreo y, respecto al judaísmo, uno de los fariseos (que tenían la reputación de ser ‘amadores del dinero’), el apóstol Pablo pudo hablar con el respaldo de un fondo de experiencias para ayudarnos a obtener el equilibrio espiritual apropiado. (Fili. 3:5; Luc. 16:14) Él, debido a sus habilidades y educación, pues fue instruido por el docto fariseo Gamaliel, sin duda pudo haber tenido mucho éxito en acumular riqueza material. (Hech. 5:34; 22:3) Sin embargo, Pablo demostró dónde estaban las riquezas verdaderas. Después de pasar más de veinticinco años en la obra de predicar como trabajo de horario completo, y habiendo sido puesto en prisión a causa de ello, escribió respecto de su convicción, la decisión que tomó de renunciar a una vida en la cual quizás pudo haber obtenido gran ganancia material, y dijo: “De veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en unión con él . . . para ver si de algún modo puedo lograr alcanzar la resurrección más temprana de entre los muertos.” Pablo mostró dónde había puesto su corazón, y lo que en realidad era de valor en su vida. (Fili. 3:8-14; Heb. 6:10-12) Puesto que su actitud para con las riquezas materiales era sana, pudo mantener un punto de vista saludable. Durante su vida observó los efectos perjudiciales que el amor a las riquezas tuvo en muchos.—2 Tim. 4:10.
EL LAZO DEL DESEO EGOÍSTA
4. ¿De qué peligro se estaba poniendo sobre aviso a Timoteo?
4 Pablo, por su interés genuino en el joven Timoteo, le escribió cuando Timoteo se hallaba en Éfeso, Asia Menor, ciudad que, en aquel tiempo, era una ciudad comercial muy acaudalada. Poniéndolo sobre aviso en cuanto al peligro de cultivar un deseo vehemente de riqueza material, y los resultados desastrosos de esto, le advirtió: “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y haciendo esfuerzos por realizar este amor algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:9, 10) ¿Aprecia usted este consejo? ¿Le está prestando atención? ¿Ha visto lo cierto que es en la vida de muchos hoy día?
5. (a) ¿Cómo puede convertirse en un “lazo” el deseo de riquezas materiales? (b) ¿Por qué no se puede servir a dos amos?
5 Cuando el interés suyo en el dinero como medio de suministrarse las cosas necesarias de la vida se convierte en un deseo consumidor de ser rico, o de adquirir cosas que no son necesidades para usted, el dinero cesa de ser su instrumento, su siervo. En vez de eso, ¡se hace su amo! Ahora se convierte en un “lazo.” Jesús dijo: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas.” (Mat. 6:24) La Biblia no condena las riquezas; condena el que uno se haga esclavo de ellas. ¿Por qué? Porque cuando el deseo codicioso de ganancia material de uno se hace tan grande que uno se convierte en su esclavo, ya no tiene a Jehová Dios como su Amo. Entonces uno no puede ‘amar a Jehová su Dios con todo su corazón y con toda su alma y con toda su mente.’ (Mat. 22:37) Algunos dicen que el “dinero habla.” Pero, cuando uno se convierte en su esclavo, ¡hasta piensa por uno!
6. (a) ¿Qué efectos perjudiciales puede tener en el cristiano el amor al dinero? (b) ¿Cómo consideran el dinero algunos?
6 Este deseo vehemente de dinero (riquezas) puede hacerse tan consumidor del alma que puede corroer las cualidades cristianas. Puede degradar a uno hasta el punto de hacerlo semejante a una bestia. Puede hacer que uno pierda de vista la justicia, la verdad, la honradez, el ser generoso y mostrar misericordia. (Deu. 16:19, 20; Éxo. 23:8) El tener un fuerte deseo de abundancia material conduce fácilmente a participar en las prácticas comerciales faltas de honradez del mundo. “El hombre de actos fieles recibirá muchas bendiciones, pero el que está apresurándose a ganar riquezas no permanecerá inocente.” (Pro. 28:20) Pero usted dice: “Yo no me encuentro en esa situación; yo puedo controlarlo. ¿Cómo podría yo jamás encariñarme con el dinero? ¡Después de todo, el dinero es solo papel!” Es verdad, pero ¿cuánto tiempo y esfuerzo está dedicando usted a adquirirlo? ¿Está resultando ser su amo? David T. Bazelon, en su libro The Paper Economy, hace una confesión honrada: “El dinero es un sueño. Es un pedazo de papel en el cual se imprime con tinta invisible el sueño de todas las cosas que compra . . . La mayoría de nosotros que no somos perdedores absolutos en la Gran Arrebatiña Americana amamos el dinero mucho más que cualquiera de las cosas que puede comprar. No es un medio hacia un fin para nosotros, es una pasión.” Vivimos en un tiempo al cual Pablo señaló proféticamente en 2 Timoteo 3:1, 2, y acerca del cual dijo: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán . . . amadores del dinero.” Por eso, ¡qué importante es que el cristiano mantenga el equilibrio apropiado y se guarde de este insaciable apetito de riqueza material!
7. ¿Qué resultado ha tenido muchas veces el afanarse por conseguir riquezas?
7 Este afanarse por conseguir riquezas y este amor a las riquezas han causado un sinfín de congojas, desdicha, sufrimiento, infelicidad, frustración y derramamiento de sangre. Lastimosos son los ejemplos de los que han perdido el equilibrio, que han cultivado corazones codiciosos. Comprendamos, como Pablo, que “las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción” y que son “para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.”—Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11.
“EL PODER ENGAÑOSO DE LAS RIQUEZAS”
8. (a) ¿Qué actitud de corazón se manifestó en Acán? (b) ¿Qué lección aprendemos de esto?
8 Acordémonos del tiempo en que Jehová Dios conducía a los israelitas a través del desierto y casi estaban listos para tomar posesión de la Tierra Prometida. Como primicias de la conquista, la ciudad de Jericó “tiene que llegar a ser una cosa dada irrevocablemente a la destrucción . . . pertenece a Jehová,” se les dijo. Las instrucciones de Dios prohibían el saquearla, que era el procedimiento usual cuando se capturaba una ciudad; antes bien, habría de ser quemada con fuego. La plata y el oro habrían de darse al “tesoro de Jehová.” (Jos. 6:17-19) Sin embargo, Acán, de la tribu de Judá, permitió que su corazón se hiciera codicioso. Más tarde confesó: “Cuando llegué a ver entre el despojo un vestido oficial de Sinar, uno de buena apariencia, y doscientos siclos de plata y una barra de oro, siendo de cincuenta siclos su peso, entonces yo los quise, y los tomé.” (Jos. 7:21) El amor a las riquezas impelió a Acán a la deslealtad, a la falta de honradez, a hurtar de Jehová. Cuando Israel estuvo tratando de capturar la siguiente ciudad, Hai, Jehová retiró su espíritu de Israel hasta que Acán el malhechor fue desenmascarado. Cuando se les sacó de entre los demás, Acán, su familia y todo su ganado fueron muertos a pedradas y quemados con fuego. ¡Qué precio pagaron por tesoro corruptible!—Jos. 7:1-26.
9. (a) ¿Cómo mostró Guejazi su “amor al dinero”? (b) De modo similar, ¿qué hizo que Ananías y Safira perdieran la vida?
9 Considere, también, al servidor de Eliseo, Guejazi. Después que Eliseo curó de lepra al general sirio Naamán, éste deseó expresar aprecio y darle un regalo a Eliseo, pero Eliseo rehusó aceptarlo. Sin embargo, Guejazi amaba las riquezas. Trató de convertir este acontecimiento milagroso en uno de ganancia personal. Esto lo llevó a inventar una mentira tanto para Naamán como para Eliseo. ¿Con qué resultado? Eliseo dijo: “De manera que la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu prole hasta tiempo indefinido.” (2 Rey. 5:20-27) También hubo el caso de Ananías y su esposa Safira que ‘trataron con engaño a Dios’ y secretamente retuvieron parte del precio de su campo, y como resultado perdieron la vida.—Hech. 5:1-10.
10. ¿A qué extremos puede impeler a uno un corazón codicioso?
10 Luego tenemos el ejemplo de una persona que tuvo el maravilloso privilegio de ser uno de los apóstoles de Jesús, Judas Iscariote. Éste, que sin duda fue fiel y confiable al principio, se encargaba de cuidar del manejo de fondos común de Jesús y los doce; pero más tarde se hizo ladrón practicante, codicioso. (Juan 12:6) Por solo treinta piezas de plata su corazón codicioso lo impelió a traicionar a su Amo. ¿Y en qué terminó esto? Después de ver que Jesús había sido condenado, Judas salió y “se ahorcó.” (Mat. 27:3-5) ¡Ese es el peligro para los que se hacen esclavos de las riquezas!
11. ¿De qué manera son engañosas las riquezas materiales? Explique.
11 La Biblia habla del “poder engañoso de las riquezas.” (Mat. 13:22) La razón por la cual ese poder es engañoso es que el que lo busca o procura por lo general no se da cuenta de las limitaciones de éste. Queda engañado porque, en estas riquezas que tan diligentemente busca, realmente nunca encuentra la satisfacción que tanto desea. Continuamente piensa que, lo que un poco de riqueza no logra, no logra un caudal mayor. De modo que hay un hambre constante de tener más y más y más, una que nunca se satisface. Interesante es el hecho de que esta hambre aumenta mientras más se le satisface. Como lo reconoció tan verazmente en una ocasión el estadista norteamericano Benjamín Franklin: “El dinero todavía no ha hecho feliz a ningún hombre, ni lo hará. No hay nada en su naturaleza que lleve a producir felicidad. Mientras más tiene el hombre, más quiere. En vez de llenar un vacío, crea uno. Si satisface una necesidad, duplica y triplica esa necesidad en otro respecto. Es un proverbio cierto el del sabio, puede estar seguro de eso. ‘Mejor es poco con el temor del SEÑOR que gran tesoro y dificultad con ello.’”—Pro. 15:16, Authorized Version.
12. ¿Cómo nos ayudará a mantener el punto de vista apropiado para con las riquezas materiales un entendimiento de sus limitaciones?
12 El que nos demos cuenta de las limitaciones de las riquezas materiales nos ayudará a mantener el equilibrio. La riqueza material falla cuando mayores son las necesidades humanas. Como Jesús dijo, la vida de una persona no depende de sus posesiones materiales. (Luc. 12:15-21) Cuando la muerte le quita a uno una persona amada, ¿puede el dinero aliviar el dolor del duelo? ¿Hay alguna cantidad que se pueda dar para comprar de vuelta del Seol, el sepulcro, a esa persona? Cuando uno pierde la juventud y le sobreviene la vejez, ¿pueden acciones y bonos librar a uno de las arrugas, hacerlo joven y fuerte nuevamente? Cuando a uno le falla la salud, ¿qué felicidad se consigue con tener todo un banco lleno de dinero? Si uno hubiera nacido ciego, ¿haría todo el dinero del mundo que uno viera el amor reflejado en las expresiones del rostro de sus padres, la hermosura de una puesta del Sol o el jugueteo de animales de poca edad? Si uno hubiera nacido sordo, ¿podrían montañas de oro servir de sustituto para lo que es oír una hermosa sinfonía, el sonido que viene del océano o aun la propia voz de uno? ¡Qué limitados poderes tienen los tesoros materiales!
13. ¿Qué punto de vista nos suministra Proverbios 30:8, 9?
13 El obtener la aprobación y bendición de Jehová no depende de lo que tengamos o no tengamos, sino de cómo usamos y consideramos lo que tenemos. “No me des ni pobreza ni riquezas. Déjame devorar el alimento prescrito para mí, para que no vaya a quedar satisfecho y realmente te niegue y diga: ‘¿Quién es Jehová?’ y para que no venga a parar en pobreza y realmente hurte y acometa el nombre de mi Dios.” (Pro. 30:8, 9) Sea que tengamos poco en cuanto a las posesiones de este mundo, o que tengamos una abundancia, cualquiera de las dos cosas puede ser peligrosa si no nos mantenemos equilibrados y si no mantenemos el punto de vista apropiado.
14. (a) ¿Qué punto de vista adoptan algunas personas que en cuanto a los bienes de este mundo son pobres? (b) ¿Es correcto razonar así?
14 Un individuo que careciera de posesiones materiales pudiera manifestar un amor muy fuerte a las riquezas. Por no tener nada, pudiera creerse con derecho a hurtar, o a ser falto de honradez de otras maneras al obtener lo que desea intensamente. Por envidiar lo que otros tienen, pudiera pensar que tiene todo derecho a dedicar todo su tiempo y todo su esfuerzo a adquirir lo que desea. O, quizás, como muchos hoy día, pudiera pensar que el mundo le debe la subsistencia. Sin embargo, es un asunto de punto de vista. Esta mismísima persona que se cree pobre podría parecerle rica, en comparación, a otra persona que viviera en un país diferente. Tenemos que apreciar lo que tenemos y usarlo apropiadamente. “No se gloríe el sabio a causa de su sabiduría, y no se gloríe el poderoso a causa de su poderío. No se gloríe el rico a causa de sus riquezas.” (Jer. 9:23) Aquí se expresa la actitud correcta, sea uno sabio, poderoso o rico. No que uno tenga que ser una de estas cosas, sino que es necesario que uno sea equilibrado. Gloríese de conocer a Jehová.—1 Cor. 1:31.
15. (a) ¿Cómo muestra Pablo que el tener una abundancia no es incorrecto? (b) Sin embargo, ¿a qué peligros se encaran los que tienen tal abundancia?
15 La Palabra de Dios no condena a uno por tener una abundancia de los bienes de este mundo. Pablo, reconociendo el hecho de que algunos eran ricos en su día, no le dio a Timoteo la instrucción de que aconsejara a estos hermanos ricos que se despojaran de su riqueza, que se hicieran pobres y llevaran una vida de pobreza. ¡No! Más bien, los instó a mantener la actitud correcta para con las riquezas. “Da órdenes a los que son ricos en el presente sistema de cosas que no sean altaneros, y que cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas; que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.” (1 Tim. 6:17-19) Pablo advierte del peligro de poseer demasiado. Uno pudiera tender a cifrar su esperanza en las riquezas. Pueden distraer a uno de las cosas espirituales. Uno pudiera convertirse en un esclavo al cuidarlas, al protegerlas. Sea uno rico o pobre, tiene límite la cantidad que uno puede comer de algo o lo que se puede poner. Sea lo que sea que tengamos, debemos estar contentos y usarlo para adelantar los intereses del Reino, logrando ‘asirnos firmemente de la vida que lo es realmente.’
BUSCANDO RIQUEZAS VERDADERAS
16. ¿Cómo debemos mirar al futuro con relación a las posesiones materiales?
16 ¿A qué grado, pues, debemos interesarnos en las cosas materiales? Pablo aconsejó: “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” (1 Tim. 6:7, 8) Dando instrucciones a sus discípulos en cuanto a cómo orar, Jesús dijo: “Danos nuestro pan para el día según la necesidad del día.” (Luc. 11:3) No se hace mención alguna de almacenar. Simplemente interésese en sus necesidades cotidianas, sin preocuparse en demasía por lo que haya de tener en el futuro. ¿Por qué acumular riquezas para un tiempo que quizás nunca llegue para usted? ¿Por qué acumular tesoros en un mundo que está pasando?—1 Juan 2:15-17.
17, 18. (a) ¿Cómo nos guardamos de la inquietud? (b) ¿Qué punto recalcan las ilustraciones de Jesús?
17 Usted puede estar seguro de que Jehová se encargará de que usted tenga las cosas materiales necesarias si pone los intereses de Su reino en primer lugar en su vida. Jesús presenta el punto de vista correcto: “Por este motivo les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento y el cuerpo que la ropa?” (Mat. 6:25) ¡Jesús da énfasis a los asuntos importantes, los asuntos espirituales, el “alma,” la vida de uno, no las cosas materiales que pueden causar tanta inquietud! Nos dice que ‘observemos atentamente las aves,’ cómo Jehová “las alimenta,” y que ‘aprendamos una lección de los lirios del campo, . . . ni aun Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos.’ Llegando a la mismísima base de la inquietud, dice: “Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ Porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:26-33) ¿Tiene usted tal fe?
18 Esto no significa que nos vamos a sentar con comodidad, no hacer nada, y esperar hasta que Dios nos dé alimento y ropa. La ilustración de Jesús muestra que las aves buscan lo que necesitan. Jehová les suministra la aptitud y la fuerza que necesitan para hacerlo. Él hará lo mismo para nosotros. (Fili. 4:13) Lo que se recalca es que no estemos demasiado preocupados con asuntos materiales, sino que hagamos de nuestro servicio a Dios nuestro tesoro. El hacer esto traerá un sinnúmero de bendiciones. Esto es ir uno más allá de las limitaciones de las riquezas materiales y recibir el galardón de cosas que el dinero no puede comprar, ¡riquezas incomparables!—Rom. 11:33.
19. ¿Por qué no puede existir comparación entre las riquezas espirituales y las riquezas materiales?
19 El valor superior de estas riquezas se define bien para nosotros en Proverbios 3:13-18: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia y el tenerla como producto que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella. Largura de días está en su diestra; en su siniestra hay riquezas y gloria. Sus caminos son caminos de agradabilidad, y todas sus veredas son paz. Es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices.” ¡De estas riquezas vienen paz y felicidad verdaderas; de hecho, nuestra mismísima vida futura!
20. (a) ¿Qué ejemplo puso Jesús respecto a las posesiones materiales? (b) ¿Qué hizo obtenible él?
20 ¿Aprecia usted estos tesoros? ¡Jesús los apreció! Su tesoro era hacer la voluntad de su Padre. De hecho, dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.” (Juan 4:34; 6:38) Todo lo demás en su vida ocupó un lugar secundario. Evaluó apropiadamente las riquezas verdaderas. Aunque era el Hijo de Dios, no leemos que Jesús tuviera abundancia de riquezas materiales mientras estuvo en la Tierra. ¡Más bien, fue lo contrario! “Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo tienen donde posarse, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.” (Luc. 9:58) Sin embargo, aunque pobre, era rico. Considere su vida y usted verá que él fue feliz, que tuvo paz, que estuvo contento. Fue como uno que no tuviera mucho en cuanto a los bienes del mundo, y sin embargo pudo redimir a toda la raza humana, haciendo disponibles las mayores riquezas, a saber, la expectativa, para sus seguidores, de llegar a ser “hijos de Dios.” Adicionalmente, otras riquezas espirituales se les hicieron obtenibles.—2 Cor. 8:9; Rom. 8:14, 19; Sant. 2:5; Col. 1:27; 2:2, 3.
21. (a) ¿Cómo mostraron los apóstoles de Jesús que apreciaban el tesoro celestial? (b) ¿Qué preguntas pudiéramos considerar?
21 El mismo hecho fue cierto respecto de los apóstoles. Ellos, también, mantuvieron el punto de vista correcto al poner en primer lugar los tesoros celestiales. Pedro y su hermano Andrés eran pescadores, pero, ante la invitación de Jesús, respondieron y “abandonando al instante las redes, le siguieron.” (Mat. 4:20) Juan y Santiago respondieron de modo similar. “Dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:22) ¡Cómo apreciaron la oportunidad de servir a Jehová Dios con su Hijo enviado! Si usted hubiese estado allí en ese tiempo, ¿qué habría hecho? ¿Habría abandonado al punto sus redes, o habría demorado su decisión, razonando que, puesto que el negocio de la pesca era tan lucrativo, continuaría en él por un poco más de tiempo hasta que estuviera en mejor condición financiera para seguirlo? ¡Qué necesario es que comprendamos hoy dónde está el tesoro verdadero! ¿Está usted demostrando por su proceder en la vida ahora que estos tesoros espirituales son las cosas más importantes de su vida? (Mat. 13:44-46) ¿Está aumentando en usted el aprecio a los tesoros espirituales, a procurar el favor y las bendiciones de Jehová? ¿Reconoce todos los beneficios espirituales que están fluyendo a nosotros por medio de la organización de Dios y los está aprovechando plenamente?
MANTENIENDO ENFOCADO NUESTRO “OJO”
22. (a) ¿De qué manera es nuestro ojo “la lámpara del cuerpo”? Explique. (b) ¿Qué significa tener enfocados los ‘ojos de nuestro corazón’?
22 Jesús dijo: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si, pues, tu ojo es sencillo [sincero; vuelto todo en una sola dirección, enfocado, generoso], todo tu cuerpo estará brillante; pero si tu ojo es inicuo [egoísta, Moffatt], todo tu cuerpo estará oscuro. Si en realidad la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande oscuridad es ésa!” (Mat. 6:22, 23) ¡Qué apropiado es este consejo! ¿No podemos todos apreciar una luz en un lugar oscuro, una luz que impida que tropecemos o demos contra algo de modo que nos causemos daño? Para tener visión apropiada, nuestro ojo tiene que ser sencillo, es decir, vuelto todo en una sola dirección al desempeñar su función. Tiene que estar enfocado, captar fielmente todos los rayos de luz que pueda captar de un objeto y poder registrarlos de tal manera que los objetos se vean como en realidad son. Así mismo es en cuanto a los ‘ojos de nuestro corazón.’ (Efe. 1:18) Estos también tienen que estar enfocados, tienen que estar vueltos por completo en una sola dirección. Tenemos que considerar los asuntos en su perspectiva correcta para tomar decisiones apropiadas. El tener un ojo sincero (generoso) nos ayudará a no estar demasiado interesados en nosotros mismos. Desearemos compartir con otros. (Fili. 2:4) El tener un ‘ojo malo’ o un ojo que no esté enfocado resultará en que tomemos un derrotero de satisfacer todo apetito y en que tomemos decisiones incorrectas. Todo nuestro cuerpo estará totalmente “oscuro.”
23. (a) ¿Cómo podemos nosotros, como pobres, hacer ricos a muchos? (b) ¿Qué punto de vista podemos adoptar para con el servicio de tiempo cabal?
23 Al poseer este ‘ojo generoso,’ podemos apreciar la declaración de Pablo de que él era ‘como pobre, más enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada y sin embargo poseyendo todas las cosas.’ (2 Cor. 6:10) Pablo no tenía obligaciones financieras que requirieran que estuviera empleado con regularidad en hacer tiendas de campaña, pero a veces hacía tiendas de campaña para no ser una carga financiera a las congregaciones locales. Ninguna cantidad de dinero se puede comparar con el tesoro de servir a Jehová con la atención completa de uno. Como Pablo, hoy hay miles de personas que, al mantener “sencillo” su ojo, pueden dedicar todo su tiempo a predicar y enseñar como precursores, superintendentes especiales y trabajadores en hogares Betel. Porque tienen el dinero en la apropiada perspectiva, consideran estas bendiciones espirituales de mucho mayor valor que las posesiones materiales que podrían tener si estuvieran pasando la mayor parte de su tiempo en empeños y ocupaciones seglares.
24. ¿Cómo puede ser un tesoro el dar?
24 Al tener ‘enfocado’ nuestro ojo, podemos comprender el gozo insuperado de ayudar a otros a aprender las verdades maravillosas de Dios y de presenciar el cambio que esto produce en la vida de ellos. ¡Esta es la base de la verdadera felicidad! Como dijo Jesús: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” (Hech. 20:35) El gozo y bendición de ayudar a otros, especialmente de manera espiritual, hace a uno más rico que cualquier cantidad de riqueza material. ¿“Ve” y aprecia usted esto?
25. ¿De qué manera es un tesoro el “fruto del espíritu”? ¿Por qué, especialmente hoy?
25 Considere, también, el tesoro del espíritu santo de Dios. No se puede comprar. (Hech. 8:18-20) Tampoco hay cantidad de dinero que pueda comprar el fruto del espíritu de Dios. Describiendo este tesoro, la Biblia dice: “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.” (Gál. 5:22, 23) En este día de contienda mundial, ¡piense en lo valiosas que son estas cualidades! ¡Qué precioso es tener la “paz de Dios que supera todo pensamiento.” Esta “guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:7) Al evitar el espíritu de amar el dinero de este mundo, al amoldarse a la voluntad de Dios, al orar constantemente, al pedir su espíritu y entendimiento y al dejar que esto sea la fuerza dominante en su vida, usted también puede hacer reales y efectivas para usted las bendiciones de este tesoro.
26. ¿Cuál es el galardón para las “otras ovejas” que mantienen “sencillo” su ojo?
26 Al tener clara su visión espiritual, ¿puede ver este otro tesoro... la expectativa de vida eterna? ¡Sí! ¡Imagínese, vivir para siempre en una Tierra paradisíaca! Este es el galardón para las “otras ovejas” que ahora mantienen “sencillo” su ojo, vuelto todo en una sola dirección. (Juan 10:16; Tito 1:2; 1 Juan 2:17; 1 Tim. 6:12) Esto jamás podría obtenerse por medio de riquezas materiales, sin importar su cantidad. (Luc. 12:15-21) Pues “tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Esta es la promesa de Dios a los que lo aman y hacen su voluntad, entre ellos las “otras ovejas.”
27. (a) En vista del tiempo en que vivimos, ¿qué punto de vista de la riqueza material debemos mantener? (b) ¿Qué gozo y privilegio es nuestro?
27 Todos, pues, mantengamos clara nuestra visión espiritual por medio de seguir con el punto de vista apropiado de las riquezas, recordando que todo el dinero de este sistema de cosas llegará a ser una cosa del pasado, inútil. (Eze. 7:19; Luc. 16:9) Pronto, cuando la “grande tribulación” ponga fin a todas las naciones de la Tierra, habrá desaparecido el valor de las riquezas de este mundo, tanto para los muertos como para los que hayan pasado vivos a través de la “tribulación.” Prestemos todos atención al consejo de Jesús y usemos lo que tenemos para glorificar a Dios. (Juan 15:8) Mostremos, no solo por nuestras palabras, sino también por nuestras acciones, que estamos poniendo en primer lugar las riquezas espirituales al aprovecharnos plenamente de las muchas provisiones que Jehová ha hecho. Compartamos con otros las buenas nuevas del Reino, ayudándoles a obtener riquezas espirituales, y manteniendo continuamente en su lugar apropiado nuestras posesiones materiales y formando un registro ante nuestro Padre que está en los cielos. Que tengamos el gozo y privilegio de ser “como pobres mas enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada y sin embargo poseyendo todas las cosas.”—2 Cor. 6:10.