Un fuerte refugio hoy
1, 2. ¿Por qué tenemos que tener la misma confianza en el nombre de Jehová hoy como la que sus siervos tuvieron en tiempos pasados? Y ¿qué circunstancias probablemente encontraremos?
LAS poderosas y notables experiencias a las que se nos llamó la atención en el artículo anterior claramente manifiestan cómo fieles siervos de Dios en tiempos pasados se refugiaron en el nombre de Jehová como una “torre fuerte”. Hoy nosotros hacemos exactamente lo mismo. Es en el mismo Jehová en quien ellos tuvieron confianza que nosotros creemos y confiamos hoy. Tenemos que tener firme confianza en Jehová, tanto individual como colectivamente, y no importa que sean individuos, o grupos locales, u organizaciones internacionales los que traten de hacernos daño, la manera en que debemos proceder está claramente delineada para nosotros.
2 En estos últimos días matasietes y bravucones fanfarrones amenazan al pueblo de Jehová con daño corporal, y sabemos que en nosotros mismos no podemos resistir sus ataques. Quizás uno tenga que proceder de cierta manera en fidelidad a la verdad y en obediencia a los mandamientos de Jehová, pero al hacerlo se le amenaza con mal. O quizás el puesto que uno ocupa en el mundo comercial haya sido amenazado debido a su asociación con el pueblo del Señor. O tal vez las condiciones en el hogar hayan venido a ser muy precarias por causa de fidelidad a la verdad y hay amenazas de brutalidad y otras formas de oposición a menos que se abandone el proceder correcto. O quizás una chusma se haya formado para golpear o echar de una población a testigos fieles y no haya vía de escape. ¿Qué haríamos en estas circunstancias?
3. ¿Qué tenemos que hacer en tiempo de necesidad para que podamos refugiarnos en Su nombre?
3 Ante todo, recuerde exactamente quién es usted, que usted es un hijo de Dios, un fiel seguidor de Cristo, que estas cosas no le sobrevendrían si usted no hubiera estado haciendo todo lo posible para servir a Jehová. No le han sobrevenido debido a su propia insensatez o mal hacer. Recuerde también que su Dios es el Todopoderoso Creador del universo, que él es el Altísimo y su Hijo es el Rey del nuevo mundo, y ahora está entronizado; que Jehová ha hecho muchas promesas de cuidar a sus fieles, y cuando hay necesidad debemos invocarlo para que venga a rescatarnos. Él cumplirá fielmente con su palabra. Usted hallará difícil convencerse de esto inmediatamente en ciertas circunstancias, pero confíe en Él y halle que es verdad. Al confiar, usted debe tener plena confianza, no sólo esperando que Dios haga algo para ayudarlo sino estando absolutamente seguro de que él lo hará. Y ¿cómo podemos estar tan seguros? Simplemente porque él ha prometido. Su nombre significa tanto. Significa todo y es suficiente para todas nuestras necesidades. ¿Podemos recordar? ¿Se nos han dado garantías? ¿Podemos confiar?
4. ¿Cómo nos animamos en Jehová, y por qué hay que hacer esto?
4 Anímese en su nombre recordando lo que significa y lo que está envuelto en él. Es muy necesario que nos animemos y nos fortalezcamos. Del rey David está escrito: “Y David se vió en muy grande estrecho; porque trataba el pueblo de apedrearle; . . . mas fortalecióse David en Jehová su Dios.” (1 Sam. 30:6) Él recordaría que le había preguntado a Jehová si debería ir y matar a los filisteos, y se le había dicho que fuera, y ahora los amalecitas habían hecho su incursión y causado mucho estrago; de modo que él se fortaleció. (Vea el Salmo 42:6-8.) Nosotros tenemos que hacer la misma cosa. Es tan necesario que recordemos la manera en que hemos decidido proceder, cómo sometimos a prueba dicho proceder a lo mejor de nuestra habilidad para asegurarnos de que estaba en armonía con la voluntad de Dios, y, estando asegurados, permanecemos firmes. Entonces confíe, esté seguro, no dude, dése cuenta plenamente de que puede confiarse en el nombre de Jehová como torre fuerte, y en él estamos a salvo.
5. Mencione algunas de las promesas que Jehová ha hecho en las que tenemos que tener confianza. ¿Por qué tiene que ser completa nuestra confianza?
5 Recuerde cómo el nombre representa al Eterno. Al que hace todo lo que él quiere, al Soberano Supremo, todopoderoso, omnisapiente y siempre amoroso. Este Dios es nuestro Dios, nuestro protector a todo tiempo. Su ojo nunca duerme, su oído siempre está abierto y jamás puede ser cogido por sorpresa. Recuerde algunas de sus promesas, tales como: “El que habita en el retiro del Altísimo, morará seguro bajo la sombra del Omnipotente. Yo diré de Jehová: ¡Refugio mío y fortaleza mía! ¡mi Dios, en él confiaré! Por cuanto has dicho: ¡Tú, oh Jehová, eres mi refugio! y al Altísimo has puesto por tu habitación; no te sucederá mal alguno, . . . Él clamará a mí, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; le libraré, y le glorificaré.” (Sal. 91:1, 2, 9, 10, 15) Estas promesas verdaderas, las ha dado Jehová para animar a los de su pueblo en todo apuro, premura, dificultad, ataque y peligro. Así que ellos pueden tener seguridad al poner su confianza en él. El nombre es una fortaleza invisible, y al confiar completamente en lo que el nombre significa nos estamos colocando en la torre fuerte. Pero nuestra confianza tiene que ser íntegra. Su misericordia y fidelidad será nuestra porción si la demandamos.
6. ¿Cuáles son algunos de los textos que demuestran oposición al pueblo de Dios por parte de las naciones? y ¿cómo se ha cumplido esto hasta cierto grado?
6 La oposición que se dirige contra nosotros es nacional e internacional, porque este mundo odia a Jehová y su pueblo. Esto se describe en los Salmos: “¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos meditan vanos proyectos? Se pondrán en pie los reyes de la tierra, y príncipes consultarán a una contra Jehová, y contra su Ungido, diciendo: ¡Rompamos las coyundas de su yugo, y echemos de nosotros sus cuerdas!” “¡No te olvides de la vocería de tus adversarios! el alboroto de los que se levantan contra ti sube de continuo.” “Pues, he aquí, tus enemigos braman, y los que te aborrecen alzan la cabeza. Contra tu pueblo consultan astutamente; entran en consejo contra tus protegidos. Dicen: ¡Venid, cortémoslos, para que no sean nación, ni haya más memoria del nombre de Israel!” (Sal. 2:1-3; 74:23; 83:2-4) Los enemigos de Jehová más de una vez han tratado de destruir al pueblo de Dios, habiéndose hecho un esfuerzo reciente en 1917-1918. Fracasó, porque Jehová oyó el clamor de los que confiaron en él y los rescató del foso de la muerte. De nuevo, en 1933, cuando los endemoniados y sadistas fanfarrones de la infame y abominable organización nazi irrumpieron contra las filas del pueblo de Jehová, hicieron cuanto pudieron para destruirlos. Fracasaron miserablemente, porque los que estaban en la organización de Jehová confiaron en el nombre, y estos enemigos fueron destruídos. Luego de nuevo en 1939, y durante la II Guerra Mundial, los enemigos del reino de Dios trataron de destruirlos con su persecución, prisiones, proscripciones, tormentos y muertes inhumanas. De nuevo fracasaron en destruir la nación santa, que se estaba adhiriendo estrictamente a la verdad. Esta nación había venido a conocer el nombre y lo que significa, y estaba confiando en él.
7. ¿Qué está implicado en hacer de los propósitos de Jehová nuestros propósitos?
7 Algunos de los del pueblo de Jehová sufrieron severamente, y algunos fueron muertos por sus enemigos, pero el propósito de Jehová no ha sido estorbado y el destino de los fieles está seguro—tan seguro como el de Abrahán, David, Daniel y muchos otros. Todos ellos murieron con fe, conociendo Su nombre. Todos nosotros tenemos que entender como entendieron éstos que nuestros intereses deben estar completamente sumergidos en los propósitos de Jehová. Mientras prosperen éstos somos felices, sea que vivamos o muramos, pues nuestra vida eterna se nos asegura si somos fieles. No se nos ha hecho ninguna promesa de que jamás seremos perseguidos o perjudicados mental o físicamente de manera alguna. En verdad, todos los fieles antes de este tiempo han sufrido, y la amonestación de Pablo es: “De hecho, todos los que deseen vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Tim. 3:12, NM) Pero definitivamente se nos ha prometido protección si confiamos en Jehová con todo el corazón.
8. ¿Está demostrando Jehová su poder a favor de su pueblo hoy? ¿A qué conclusión llegan nuestros enemigos debido a esto?
8 Ahora al fin de este presente sistema de cosas inicuo Jehová va a hacer una obra asombrosa, porque va a exhibir su fuerza maravillosa a favor de sus fieles. Ellos quedarán profundamente conmovidos de gratitud al presenciar su poder en operación para defenderlos y destruir a los opositores. El terror se apoderará de todos los de afuera cuando vean los terribles actos de Jehová. Hoy estamos padeciendo reproche y toda clase de perjuicio, y por lo tanto tenemos que ejercer obediencia y fidelidad. De hecho, somos un blanco fácil para los enemigos. Nuestros enemigos dicen: “Ellos no pueden defenderse. Su Dios no puede salvarlos. Si pudiera, ¿por qué no lo ha hecho ya?” Es verdad, Jehová Dios no está peleando nuestras batallas agresivamente al tiempo presente, y a veces parece que hemos sido abandonados a los ataques del enemigo sin mucha protección—sólo la suficiente para llevar a cabo la obra, y de vez en cuando se nos concede alguna evidencia de que su poder se usa a favor nuestro.
9. ¿Se levantará Jehová y pelear á por su pueblo? ¿Cuándo, y qué sucederá entonces?
9 Jehová ha prometido que no siempre será así, porque las condiciones cambiarán. Entonces nuestros muchos enemigos serán el blanco del desagrado de Jehová. Hoy Jehová les permite que vayan lejos en perjudicarnos, pero cuando él se levante a pelear, la persecución de ellos, llena de odio, vendrá a una parada repentina y sus cuerpos muertos cubrirán la tierra. ¡Cuán inútil será entonces la organización de Satanás, pues Jehová soplará en ella y ella desaparecerá! Sólo tenemos que esperar hasta que Jehová verdaderamente pelee por nosotros, y entonces habrá seguridad completa y absoluta en todo sentido. Jehová defenderá a su pueblo de todo daño físico, para demostrar que su palabra es veraz. Las muchas experiencias en que se describe el poder de Jehová sobre su pueblo con la destrucción de sus enemigos entonces se cumplirán en una escala mucho más grande que nunca antes. No habrá duda en cuanto a quién es nuestro Dios, porque ellos lo sabrán por lo que vean y sientan. Él es Jehová, y hará lo que quiera. “Por tanto esperadme a mí, dice Jehová, hasta el día que me levante a la presa: porque es mi propósito reunir las naciones y juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, es decir, todo el ardor de mi ira; pues con el ardor de mis celos será devorada toda la tierra.” “Entonces saldrá Jehová, y peleará contra aquellas naciones, como cuando peleó en el día de la batalla. Y sucederá en aquel día que habrá entre ellos una grande consternación procedente de Jehová.”—Sof. 3:8; Zac. 14:3, 13.
ODIANDO A LOS ENEMIGOS DE JEHOVÁ
10. Explique la diferencia entre el amar a nuestros enemigos y odiar u los enemigos de Dios.
10 El Señor Jesús dijo: “Sigan amando a sus enemigos.” (Mat. 5:44, NM) Y también dijo: “Toda clase de pecado y blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el espíritu no será perdonada. Por ejemplo, a cualquiera que hable una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el espíritu santo, no le será perdonado, no, ni en el presente sistema de cosas ni en el que ha de venir.” (Mat. 12:31, 32, NM) Los hombres pueden condenarnos y todavía ser perdonados. Nosotros no los amamos por sus obras perjudiciales a nosotros, pero no debemos tenerles odio por esta razón. Más bien el mandamiento es orar por tales personas. Pero la situación es enteramente diferente cuando los opositores llegan a un estado de antagonismo contra Dios y el espíritu, de modo que a pesar de los hechos en evidencia de la mano y poder de Jehová en operación, ellos los tergiversan y acusan a Dios de iniquidad. Tal vileza extremada sólo los identifica con Satanás el gran opositor cuyo fin es la destrucción. Satanás es nuestro enemigo y también es el enemigo de Dios. El Señor Jesús no estaba requiriendo de nosotros que amáramos a los que odian a Dios. Su propio curso de conducta es nuestra guía. Cuando fué tentado por el Diablo él dijo: ‘Márchese Satanás, porque está escrito, Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar.’ En otra ocasión él dijo: “Ese era un asesino cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. . . . él es un mentiroso y el padre de la mentira.” Dios ha puesto enemistad entre la simiente de la mujer y la simiente de la serpiente, y enemistad significa hostilidad u odio. Por eso no podemos amar a este mundo, a Satanás, o a su simiente.—Luc. 4:8; Juan 8:44, NM; Gén. 3:15; Sant. 4:4; 1 Juan 2:15-17.
11. ¿Qué significa odiar a los enemigos de Dios, y qué no significa?
11 Los aborrecedores de Dios y su pueblo han de ser odiados, pero esto no significa que aprovecharemos oportunidad alguna para causarles daño físico con un espíritu de malicia o rencor, porque tanto la malicia como el rencor pertenecen al Diablo, mientras que el odio puro no. Nosotros debemos odiar en el sentido más verdadero, el cual es mirar con aversión extremada y activa, considerar como aborrecible, abominable y asqueroso, detestar. Seguramente ningún odiador de Dios es digno de vivir en su tierra hermosa. La tierra será librada de los inicuos y no será necesario que nosotros levantemos un solo dedo para hacer que les sobrevenga daño físico, porque Dios cuidará de eso, pero tenemos que tener una perspectiva apropiada de estos enemigos. Su nombre significa paga a los enemigos.
12. ¿Cómo dice la Palabra de Dios que tenemos que tratar a los que odian a Jehová? ¿Cuál será nuestra decisión y actitud?
12 ¿Qué hace usted con algo odioso o repugnante que usted detesta y aborrece? La respuesta es sencilla. Usted se retira de ello o lo aleja de su presencia. Usted no quiere tener nada que ver con ello. Precisamente ésa tiene que ser nuestra actitud para con los odiadores de Jehová. Proféticamente está escrito: “De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos pues de mí, hombres sanguinarios. Porque blasfemias dicen ellos contra ti: tus enemigos toman en vano tu nombre. ¿No tengo en odio, oh Jehová, á los que te aborrecen, y me conmuevo contra tus enemigos? Aborrézcolos con perfecto odio.” (Sal. 139:19-22, Va) Los hombres sanguinarios son derramadores de sangre, y por lo tanto hombres culpables. Vemos su conducta con completo aborrecimiento. Piense en el terrible trato dado a nuestros hermanos en Alemania, Grecia y Polonia durante la II Guerra Mundial y desde entonces, debido a la ferocidad y bestialidad de la organización totalitaria, ¡trato por el cual miles fueron muertos por esas criaturas sanguinarias! Sus motivos, su oposición a Jehová y a su pueblo, su perfidia e inicuos propósitos idólatras los detestamos con odio perfecto. Con ellos no tenemos parte, interés ni afecto.
13. Muestre cómo lo escrito en el Salmo 74:10, 11 está cumpliéndose hoy. ¿Podemos esperar que Dios conteste esta oración?
13 Los enemigos de Jehová son reconocidos por su intensa antipatía hacia su pueblo y la obra que éste está haciendo. Pues ellos la derribarían y condenarían a todos los testigos de Jehová a prisión o campos de concentración si pudieran. No es que tengan algo en contra de los testigos personalmente, sino por razón de su obra. Ellos publican mentiras blasfemas y reprochan el santo nombre Jehová. ¿No odiamos a los que odian a Dios? No podemos amar a esos enemigos odiosos, porque ellos sólo son dignos de la destrucción. Nosotros pronunciamos la oración del salmista: “¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el adversario? ¿ha de blasfemar el enemigo para siempre tu nombre? ¿Por qué retraes tu mano, tu diestra? ¡sácala de tu seno, y acaba con ellos!” (Sal. 74:10, 11) Oramos con intensidad y clamamos en esta oración para que Jehová no se demore más, y suplicamos que su ira sea hecha manifiesta. Saca tu brazo y que los enemigos lo vean, y úsalo para su mal y destrucción. Sin duda ahora el tiempo está maduro, la iniquidad de los enemigos de Jehová ha llegado a su plenitud. Seguramente todos nosotros decimos: “¡Oh Jehová, no retengas tu castigo de los inicuos. Saca la mano y úsala para que los enemigos conozcan tu nombre! ¡Ejerce tu poder de nuevo, pues con un solo golpe de tu brazo los enemigos desaparecerían!”
14. ¿Cómo nos ayudan otras expresiones en los Salmos concernientes a los enemigos de Jehová a ver las cosas de la manera correcta hoy?
14 Los del pueblo de Jehová expresan como suyas otras palabras proféticas: “¡Despierta pues para venir a mi encuentro, y mira! ¡Sí, tú, oh Jehová, Dios de los Ejércitos, el Dios de Israel, despierta para visitar a todos esos gentiles! ¡no tengas piedad de ningún inicuo traidor! ¡Vuelvan ellos a la tarde, aúllen como perros!” Aquí se considera a los enemigos de Jehová iguales a perros mordidos por las pulgas, perros sarnosos que se alimentan de basura. “Dispérsalos con tu poder, y abátelos, . . . ¡sean ellos cogidos en su soberbia; y por el perjuro y la mentira que dicen! ¡Acábalos en indignación, acábalos, para que no sean; y sépase hasta los fines de la tierra, que Dios reina en Jacob!” (Sal. 59:4-6, 11-13) Estos son los verdaderos sentimientos, deseos y oraciones de los justos hoy. ¿Son los de usted? Usted podrá estar seguro de que lo serán al grado que usted conozca y ame el nombre de Jehová. Si usted no lo conoce, entonces es patente que a usted no le interesará lo que suceda. Pero si usted ama a Jehová entonces se interesará mucho en lo que suceda a su santo nombre, y en los que quieren arrojarlo al lodo, al fango y a la suciedad de este viejo sistema de cosas degenerado y repugnante.
15, 16. ¿Por qué oramos como se dirige en el Salmo 83? Y ¿qué palabras de consuelo y seguridad dio Pablo?
15 Los verdaderos amadores de Jehová levantan en alto el glorioso nombre, y se esfuerzan por quitar todas las marcas sucias que los hombres han embarrado sobre él, y Jehová los ama porque le rinden este servicio preciado. Él puede exaltar su propio nombre y muy en breve lo hará, pero durante el tiempo presente él se complace en los que demuestran su amor por él de esta manera. El amar su nombre significa atesorar, guardar, defender, luchar por él. A los tales Jehová los honra. ¡Cuán profundamente sentimos el daño que se hace a su santo nombre! ¡Cómo aborrecemos a los obradores de iniquidad, y a los que quisieran derribar la organización de Dios! Por eso oramos: “Hazles a ellos como hiciste a Madián, como a Sísara, como a Jabín junto al torrente de Cisón. Perecieron en Endor; fueron hechos como estiércol para la tierra. . . . ¡Pónlos como torbellino de polvo; como hojarascas delante del viento! Como el fuego consume el bosque, como la llama abrasa las montañas, así persíguelos con tu tempestad, y atérralos con tu turbión. Llena sus rostros de deshonra, y los hombres buscarán tu nombre, oh Jehová. ¡Sean avergonzados y aterrados para siempre! ¡queden corridos también, y perezcan! ¡y conozcan todos que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!”—Sal. 83:9-18.
16 No hay duda de que esas criaturas inicuas que reprochan y deshonran a Jehová, que blasfeman la religión pura y verdadera, que se esfuerzan por destruir a los adoradores fieles, que irrumpen a fuerza en la santa ciudad de Dios, Sión, y tratan de aterrar y brutalmente maltratar y matar a los hijos del Señor, que en todo sentido son los enemigos verdaderos de Jehová, son dignos sólo de ser tomados y destruídos. Pero esa obra de ejecución es de Jehová, pues él determinará quiénes son los incorregibles. Los tales de seguro están fijando su propio destino ahora, y luego viene el tiempo cuando el pecado y el pecador no pueden ser y jamás serán separados. El apóstol Pablo dijo: “Esto toma en cuenta: que es justo para con Dios pagar con tribulación a los que hacen tribulación para ustedes, pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en llamas de fuego, al traer él castigo merecido sobre los que no conocen a Dios y que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos pagarán la pena de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su poder.”—2 Tes. 1:6-9, NM.
17. ¿Qué cosas debemos vigilar en nosotros mismos?
17 En nuestro celo santo por el nombre de Jehová siempre tenemos que estar alerta nosotros mismos de que también seamos puros en nuestra adoración de Jehová, y de tener el mismo sentimiento de corazón que el salmista tuvo cuando oró: “¡Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón: ensáyame, y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí algún camino malo, y guíame en el camino eterno!” “Pero yo cantaré tu fortaleza, y celebraré de mañana tu misericordia; porque has sido refugio para mí, y amparo en el día de mi calamidad. ¡Fortaleza mía, a ti cantaré; porque Dios es mi refugio, mi Dios de misericordia!” (Sal. 59:16, 17; 139:23, 24) A nuestro refugio o torre fuerte siempre corremos, porque sabemos que el nombre Jehová significa que él es misericordioso, benigno, lento para airarse, abundante en amor bondadoso.
CANTANDO Y CONFIANDO
18. ¿Por qué tenemos que cantar? ¿Cuál es la canción? Y ¿cómo entra en la escena Moab?
18 Tenemos que cantar mientras confiamos. ¿De qué cantaremos? La palabra profética suministra la información e instrucción. “En aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: ¡Ciudad fuerte tenemos; salvación pondrá Dios por muros y baluartes! ¡Abrid las puertas, para que entre la nación justa, guardadora de verdad! Guardarás en perfecta paz al alma que se apoya en ti, por lo mismo que en ti confía. ¡Confiad en Jehová para siempre, porque en Yah Jehová está la Roca de la eternidad!” (Isa. 26:1-4) El contexto de este texto se considera brevemente. El Is capítulo 25 concierne a Moab, los vecinos cercanos de Judá y descendientes de la hija mayor de Lot. Ellos habían sido los opositores de los israelitas desde el tiempo cuando rehusaron suministrar provisiones a Israel mientras viajaba a la tierra prometida. Moab alquiló a Balaam para maldecir a Israel. (Vea también Números 22; Nú 23; Nú 24; Nú 25:1-5 y Deuteronomio 23:3.) Ellos mostraron mucho desprecio al pueblo de Jehová, y se enorgullecieron en su propia “ciudad elevada”, su duplicado siendo hoy esa ciudad rica y elevada, la poderosa organización religiosa que representa toda la organización de Satanás. Los moabitas del día moderno son los cristianos profesos, cuyas palabras y acciones están tan alejadas del cristianismo y adoración pura de Jehová como Moab estuvo alejado de la adoración verdadera y el pacto de Jehová. Jehová había amonestado a Moab acerca del castigo que se proponía imponerle debido a su iniquidad y oposición.
19. ¿Quiénes son los moabitas del día moderno, y cuál es su actitud para con el pueblo de Jehová?
19 Los moabitas del día moderno se han opuesto a los testigos de Jehová con odio no nacido de justicia, sino del Diablo y en contra de toda justicia. Su odio para el pueblo verdadero de Dios aumenta al ver ellos en nosotros la evidencia muy clara del favor de Jehová y el disfavor evidente en que ellos mismos se encuentran. Ellos hacen todo esfuerzo por impedir que las personas de buena voluntad entren al nuevo mundo. Son más ricos que los testigos de Jehová en cosas materiales y con ello tienen mucho orgullo y arrogancia. Ellos están a un lado del gran “mar Muerto” y nosotros al otro. La sima está determinada, y es tan inmovible como el juicio de Jehová, recordándonos muy enérgicamente del gran abismo entre la clase del “hombre rico” y la clase “Lázaro” en la ilustración registrada en Lucas 16:19-31 (NM): “Y además de todas estas cosas, una gran sima se ha fijado entre nosotros y ustedes, de manera que aquellos que desean ir de aquí a ustedes no pueden hacerlo.”
20. Cuando Jehová abata su orgullo, ¿cuán humillados quedarán?
20 Los moabitas del día moderno serán humillados, porque Jehová completamente ha terminado con ellos. Oiga sólo una parte del castigo: “Porque la mano de Jehová descansará en este monte; y Moab será hollado debajo de él, como la paja es hollada en el agua del muladar. Y extenderá sus manos en medio de ella, como las extiende el nadador para nadar; pero Dios abatirá su orgullo, juntamente con las tretas de sus manos.” Es cosa segura que no le puede quedar a uno mucho orgullo cuando lo están aplastando en un montón de estiércol, lo que manifiesta el absoluto desprecio que Jehová le tiene al Moab del día moderno, al hacer que éste se quede revolcando en el fango de la vergüenza. “¡Porque has convertido aquella ciudad en montón de escombros, aquella ciudad inexpugnable en una ruina; has demolido el palacio de los extraños para que no sea ciudad; nunca jamás será reedificada!” “Porque él ha abatido a los que habitan en las alturas, la ciudad enaltecida: ¡la humillará, la humillará hasta la tierra, la derribará hasta el mismo polvo! ¡La pisará el pie, los pies del pobre, los pasos del desvalido!”—Isa. 25:10, 11, 2; 26:5, 6.
21. ¿Por qué no tiene Moab defensa contra el día de juicio? ¿Cómo nos anima esto a cantar?
21 Cuando esto suceda, ¡cuán tremendo cambio se efectuará! ¡Los papeles se habrán cambiado! Abatidos serán los orgullosos de su alto lugar de habitar como los grandes, ricos, influyentes de este mundo, al lugar más bajo imaginable, tan bajo y degradado que sólo puede compararse al ser hollados por los pobres como paja en un montón de estiércol. Las miradas orgullosas, las palabras jactanciosas, la lengua fanfarrona, su actitud de superioridad hacia la santa Palabra de Dios, su confianza en ídolos y hombres y riquezas, de la clase que pertenecen a este mundo, no le proporcionarán seguridad o protección alguna de la tormenta y explosión de Jehová. No tienen defensa y quedan deshonrados. En este tiempo ‘esta canción será cantada’. Este es un mandato de Jehová y tiene que ser obedecido, a saber, cantar esta canción. Esta es: “¡Ciudad fuerte tenemos; salvación pondrá Dios por muros y baluartes! ¡Abrid las puertas, para que entre la nación justa, guardadora de verdad!” (Isa. 26:1, 2) Este es el tema, y la canción también puede entenderse más completamente al considerar muchas de las otras declaraciones proféticas, tales como Isaías 12, Isaías 4:2-6, Salmos 145, 146, 150. Cante esta canción con todo su corazón. En voz alta cante: “Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte. De hermosa perspectiva, el gozo de toda la tierra es el Monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.” (Sal. 48:1, 2) La organización de Dios es maravillosa y sumamente hermosa y el reino del Señor Jesucristo es la esperanza de todos los pueblos.—Sal. 48:12, 13.
22. ¿Qué ofrece la “ciudad fuerte” de Jehová a la clase “presa”, y hasta dónde debe llevarse y oírse esta canción?
22 Las defensas de la cristiandad no son de valor alguno, pero los testigos de Jehová tienen una “ciudad fuerte”, y esto es algo de qué cantar. Hay millones que quieren un lugar seguro y necesitan seguridad. ¡Que ellos sepan que nosotros tenemos una “ciudad fuerte”! “Llamarás a tus muros Salvación, y a tus puertas Alabanza.” (Isa. 60:18) Sólo el reino de Dios ofrece tal protección y salvación, porque dentro de la ciudad uno entonces está a salvo. Los que desean salvación tienen que dirigirse a la organización de Dios, y encontrar la entrada a ella y permanecer allí permanentemente. Es una verdadera ciudad de refugio. Las multitudes tienen que entrar por las puertas; por eso cante en voz alta, clara y armoniosamente, para que todos sepan que hay una ciudad fuerte que ofrece salvación, y que es nuestra ciudad. ¡Es la ciudad de Jehová! A todos los países tiene que ir la canción: “¡Por tanto, en las regiones orientales glorificad a Jehová, en las islas del mar ensalzad el nombre de Jehová, el Dios de Israel! Desde el extremo de la tierra hemos oído canciones: ¡Gloria al justo!” (Isa. 24:15, 16) Esta canción nunca cesará, sino que continuará hasta que toda criatura viviente la cante. ¡Todo lo que tiene aliento, alabe a Jehová!
LA PUERTA, NACIÓN Y PROPÓSITO
23. ¿Cuándo es edificada Sión? ¿Cuándo abre Dios las puertas, qué nación entra, y quiénes siguen tras ella?
23 “Abrid las puertas, para que entre una nación justa que conserva la fidelidad. Un propósito sostenido guardarás, diciendo: ¡Prospera! ¡Prospera! porque en ti él ha sido impulsado a confiar. Confiad en Yahveh hasta lo futuro,—porque en Yah Yahveh hay una roca de edades.” (Ro) Las puertas tienen que abrirse, para que la nación pueda entrar. El fiel resto ungido en 1919 estaba esperando entrar a la recién establecida ciudad, Sión. “Te levantarás, y tendrás piedad de Sión; . . . porque el plazo va llegando. . . . Porque Jehová habrá edificado a Sión; habrá aparecido en su gloria.” (Sal. 102:13-16) Los del resto oraron: “Gravemente me ha castigado Jehová; mas no me ha entregado a la muerte. ¡Abridme las puertas de justicia; entraré por ellas, alabaré a Jehová! Esta es la puerta de Jehová; los justos entrarán por ella.” (Sal. 118:18-20) Como resultado Sión recibió muchos hijos más. Es exactamente como se predijo. “Antes que estuviese de parto, dió a luz Sión; antes que le vinieran los dolores, produjo un hijo varón. ¿Quién oyó jamás tal cosa? ¿quién ha visto cosa semejante? ¿La tierra será hecha producir en un solo día? ¿o nacerá una nación de una vez? pues luego que Sión estuvo de parto, dió a luz sus hijos.” (Isa. 66:7, 8) Se da a luz al Rey como el nuevo Gobernante en 1914 por la organización madre, Sión, y después de grandes pruebas y tribulaciones (1917-1918) Sión da a luz el resto de sus hijos regios, el resto de la clase del Reino. Desde entonces, también, cientos de miles de personas de buena voluntad se han asociado con los miembros de la clase del resto. Exactamente cuántos miles más serán añadidos a sus filas antes de la guerra del Armagedón no lo sabemos. Esta clase será llevada a través del Armagedón con el fiel resto cuando Jehová se levante y luche por su pueblo como en los días de la antigüedad. Las puertas ahora están abiertas de par en par para el regreso de los presos. En Sión ellos serán alimentados y criados y se les enseñarán los mandamientos de Jehová y aprenderán a conocerle verdaderamente.
24. ¿Cuál es el “propósito sostenido”?
24 El versículo 3 de Isaías 26:3 dice: “Un propósito sostenido tú guardarás.” (Ro) Esta no es una imaginación vana sino que es inspirada por la Palabra de Dios, conseguida de una apreciación clara de sus propósitos. Ellos son los propósitos nuestros y él hará que todos se realicen. Él los sostendrá. No hay por qué dudar o perturbarnos en cuanto a si ciertas promesas se cumplirán, porque sí se cumplirán. Jehová es tan seguro en sus promesas como su nombre lo indica. Por lo tanto tenemos que tener confianza y seguridad completas. Las tales personas serán sostenidas y apoyadas por Jehová, porque son parte de su propósito. Él ha prometido guardarlas y por lo tanto las guardará.
25. ¿Cómo consiguen paz y prosperidad los habitantes de Sión? Y ¿cómo nos aseguramos de que el nombre de Jehová es una “torre fuerte”?
25 Estas personas que confían en él tienen su imaginación clara y mente decidida y en calma. Tratan de imitar a Dios, siendo inmutables, puros en su posición, resueltos y dignos de confianza, teniendo fijeza de propósito y determinación para llevarlo a cabo. Jehová siempre puede hacerle frente a cualquier emergencia que surja. Conociendo y tratando de copiar a Jehová, son grandemente bendecidos y dotados de paz. Se apoyan en Jehová la torre fuerte, aunque aumenten las dificultades y toda forma de hostilidad se ponga en movimiento para demoler la fe del pueblo de Dios o atacar Su ciudad. Los leales y obedientes hijos de Sión guardarán la verdad, mantendrán la fidelidad y permanecerán en la organización. En breve el peor tiempo de dificultad le sobrevendrá a este presente sistema de cosas, pero nosotros sabemos que Jehová está con nosotros. Por lo tanto no tenemos que temer. Él es nuestro refugio. Así como nada en el universo puede perturbar la paz, serenidad y tranquilidad de Jehová, porque él es la Roca de Edades, así confiaremos en él y estaremos seguros, no sólo ahora, sino por siempre jamás. Por lo tanto confíe en Jehová, siempre teniendo presente el nombre de Jehová. Es una ‘torre fuerte, y a ella corre el justo y está a salvo’. Confíe completamente en Jehová y viva en paz.