Parábola del sembrador
1. ¿Cómo introduce Mateo la parábola del Sembrador?
LA PARÁBOLA del sembrador se encuentra en los relatos del evangelio por los discípulos Mateo, Marcos y Lucas. La historia de Jesucristo dada por Mateo introduce la parábola de esta manera: “En aquel día, habiendo salido Jesús de la casa, estaba sentado a la orilla del mar; y grandes muchedumbres se congregaron a él, de modo que entró en una barca y se sentó, y toda la muchedumbre estaba de pie en la ribera. Él entonces les habló muchas cosas por ilustraciones, diciendo: ‘¡Miren! un sembrador salió a sembrar; y al ir sembrando, algunas semillas cayeron a lo largo del camino, y vinieron los pájaros y se las comieron. Otras cayeron en lugares peñascosos donde no tenían mucha tierra, y luego brotaron porque no tenían tierra profunda. Pero cuando el sol salió se quemaron, y porque no tenían raíces se secaron. Otras, también, cayeron entre espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron. Aun otras cayeron sobre tierra que era apropiada y comenzaron a dar fruto, ésta de a ciento por una, aquélla de a sesenta, la otra de a treinta. El que tiene oídos, escuche.’”—Mat. 13:1-9, NM.
2. ¿Cuándo y cómo se sembraba semilla en ese entonces, y qué cosa es ilustrada por la parábola del Sembrador?
2 En el país natal de Jesús la siembra principia en octubre. Como por el principio de ese mes nació Jesús en Belén y fué bautizado treinta años más tarde en el río Jordán. Las lluvias invernales principian durante la segunda mitad de octubre, pero no son tan persistentes que impidan a los labradores sembrar semilla para la cosecha del próximo año. La siembra sigue durante ese período lluvioso y hasta el fin de febrero. Antes de principiar enero se sembraba el trigo, y después del primero de enero se sembraba la cebada. Pero la cebada maduraba primero, para el tiempo de la pascua. El trigo se cosechaba después de la fiesta de semanas, o Pentecostés, unos cincuenta días más tarde. El sembrador de aquel entonces cargaba la cesta de semilla con su mano izquierda. Con su derecha él esparcía la semilla, “alargándola” o esparciéndola por los surcos de su arada. (Sal. 126:5, 6; Amós 9:13, VA, margen) La ilustración del sembrador fué dada por Jesús, no para ilustrar la cosecha general de cristianos al “tiempo del fin” del mundo, sino para ilustrar la fertilidad de sus fieles seguidores y la esterilidad de otros que llegan a tener contacto con las nuevas del Reino durante la tal llamada “era cristiana”. La clase fructífera recibe vida en el nuevo mundo; la clase estéril no la recibe. Veremos el porqué.
3, 4. ¿Quién es el Sembrador? ¿Qué cosa es la semilla?
3 El cumplimiento de la parábola tuvo su principio con Jesucristo, que ganó para sí el título “el Hijo del hombre”. Según se declara en la explicación de otra parábola, “el sembrador de la clase correcta de semillas es el Hijo del hombre.” (Mat. 13:37, NM) Él es aquel a quien el gran Cultivador, Jehová Dios, confía la semilla que ha de sembrarse. La semilla es un mensaje: “el sembrador siembra la palabra.” No es un mensaje de origen humano, sino de origen celestial y se dió por inspiración a hombres en la tierra para que lo pronunciaran. “La semilla es la palabra de Dios.” (Mar. 4:14, 15 y Luc. 8:11, NM) En particular es el mensaje del reino de Dios ejercido mediante Cristo. Este mensaje pone de manifiesto la oportunidad que tienen sus seguidores para conseguir un lugar en el Reino con él mediante su completa fidelidad a Dios. Esto se indica por la expresión de Jesús, “Cuando alguien oye la palabra del reino.”—Mat. 13:19, NM.
4 Es verdad que Juan el Bautista proclamó, “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado,” pero su proclamación no reveló el sagrado secreto acerca de que los seguidores del Rey ungido de Dios tendrían la oportunidad de entrar al reino de los cielos junto con él para gobernar como reyes. Jesús, y no Juan el Bautista, fué quien reveló el secreto: “A menos que uno nazca otra vez, no puede ver el reino de Dios. . . . A menos que uno sea nacido del agua y del espíritu, no puede entrar al reino de Dios.” (Juan 3:3, 5, NM) De manera que en primer lugar el sembrador es Jesús, y Dios le dió la semilla de la Palabra del Reino para que él la sembrara. Pero Jesús permite que sus fieles seguidores participen con él en la obra de sembrar, y por medio de él ellos reciben la Palabra del Reino para esparcir. Por esa razón el apóstol les dice a ellos: “Ahora aquel que provee abundantemente la semilla para el sembrador y el pan para comer les suplirá y les multiplicará la semilla para que siembren y él aumentará los productos de la justicia de ustedes.” (2 Cor. 9:10, NM) Desde 1914 d. de J.C., el año cuando los “tiempos señalados de las naciones” terminaron, la semilla ha sido el mensaje del reino de Jehová Dios como un reino ya nacido o establecido.
5. ¿Qué manifiesta el hecho de que la parábola ilustra cuatro clases de terreno?
5 La ilustración de Jesús acerca de las cuatro clases de terreno manifiesta las cuatro clases de personas en general que reciben la semilla de la Palabra o que tienen contacto con el mensaje del Reino. Esta semilla se siembra en sus corazones o mentes. Aquellos que la reciben y que la usan fielmente de la manera correcta reciben una cultivación especial por Jehová Dios. No importa la parte que tenga el hombre o los hombres con la siembra y el riego de la semilla en los corazones de los recibidores, estos recibidores no llegan a ser sectarios o seguidores de guías humanos religiosos. No; ellos pertenecen a Dios como propiedad de él, por cuanto él proveyó la semilla de la Palabra y lo que ellos aceptaron fué Su Palabra. El apóstol escribió a aquellos con quienes la Palabra del Reino se había sembrado: “Ustedes son el campo de Dios que está bajo cultivación, el edificio de Dios.” (1 Cor. 3:9, NM) Pero al esparcir la semilla, todas las clases de personas según se representan por las cuatro clases de terrenos reciben un testimonio del Reino. Los judíos naturales fueron los primeros en recibirlo por medio de Jesús que estaba entre ellos. Tres años y medio después de su muerte y resurrección y ascensión al cielo la gente de las naciones no judías tuvieron el privilegio de recibir el testimonio, sí, personas de todas las clases, las altas y las bajas. Esto concuerda con el propósito de Dios: “Esto es recto y aceptable a la vista de nuestro Salvador, Dios, cuya voluntad es que hombres de toda clase sean salvados y lleguen a un conocimiento correcto de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre Cristo Jesús, el cual se dió a sí mismo como rescate correspondiente para todos—esto es a lo que se dará testimonio a sus propios tiempos particulares.”—1 Tim. 2:3-6, NM.
EL TERRENO A LO LARGO DEL CAMINO
6. ¿Por qué no son salvados aquellos parecidos al terreno a lo largo del camino?
6 ¿Es usted un labrador interesado en diferentes clases de terreno? ¿No? No obstante usted sí está interesado en vivir en un nuevo mundo perfecto y desea producir fruto que le dará derecho para vivir en ese mundo, sea en su gobierno celestial o en su tierra paradisíaca. Usted desea evitar cualquier cosa que le impida ser fructífero con ese fin, porque desea ser tan fructífero como le sea posible. Por esto tendrá interés en la ilustración que dió Jesús para mostrar cómo puede usted hacer estas cosas. De manera que hay tres diferentes clases de terreno a las cuales usted no quiere asemejarse. Jesús explicó la primera clase a sus discípulos de esta manera: “Ustedes, pues, escuchen la ilustración del hombre que sembró. Cuando alguien oye la palabra del reino pero no percibe el sentido de ella, el inicuo viene y arrebata lo que ha sido sembrado en su corazón; éste es el que es sembrado a lo largo del camino.” (Mat. 13:18, 19, NM) El terreno a lo largo de un camino probablemente estaría comprimido y duro, igual que el mismo camino sobre el cual transita el tráfico normal. La condición dura de la superficie no permitiría que las semillas sembradas allí penetraran en la tierra sino que haría que éstas quedaran expuestas donde los pájaros silvestres y hambrientos las pudieran ver y recoger. La semilla nunca echa raíz ni hace brotar ni siquiera un tallo. Para que la semilla de la verdad del Reino eche raíz en nosotros y produzca fruto tiene que penetrar en nuestros corazones y mentes, porque es mediante el corazón que la persona ejerce fe para justicia. Sin fe nunca podremos ser salvos: por lo cual dijo Jesús: “Aquellos a lo largo del camino son los que han oído, luego el Diablo viene y quita la palabra de su corazón para que no crean y sean salvos.” (Luc. 8:12, NM) Nosotros tenemos que producir fruto si deseamos ser salvos.
7. ¿Con cuál descripción profética comparó Jesús los oyentes a lo largo del camino?
7 Los que oyen la palabra de Dios a lo largo del camino y que pierden aun lo que tenían, fueron comparados por Jesús con la descripción dada por Isaías en Isaías 6:9, 10. Jesús dijo a sus discípulos: “A ustedes se les concede entender los sagrados secretos del reino de los cielos, pero a esa gente no se le concede. Porque al que tiene, más le será dado y se le hará abundar; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por esa razón, les hablo a ellos con el uso de ilustraciones, porque mirando, ellos miran en vano, y oyendo, ellos oyen en vano, ni perciben tampoco el sentido; y para con ellos se está cumpliendo la profecía de Isaías que dice: ‘Por medio de oír, ustedes oirán pero de ningún modo percibirán el sentido de ello; y, mirando, ustedes mirarán pero de ningún modo verán. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos han oído con aburrimiento, y han cerrado los ojos; para que nunca puedan ver con sus ojos y oír con sus oídos y percibir el sentido de ello con sus corazones y volver, y yo los sane.’”—Mat. 13:11-17, NM.
8. ¿Quiénes son los pájaros de la parábola, y cómo se portan éstos?
8 Esa clase de oyentes son aquellos que escuchan sin entender o que no buscan un entendimiento. Por esto a ellos se les puede robar fácilmente la información que da vida y que fué sembrada sobre sus corazones. Sólo una persona inicua desearía robarles esta semilla de la Palabra de Dios en vez de cultivarla en sus corazones. El informe de Lucas dice que ese inicuo es el Diablo. El informe de Marcos dice que es Satanás, y ese nombre es otro título que tiene ese mismo inicuo. (Mar. 4:15) Podemos tener la seguridad de que él siempre está alerta y que vigila dondequiera que se siembra la semilla y que luego sigue esto con sus asaltos para cometer un robo. El envía a sus “pájaros”, sean éstos demonios invisibles que obran sobre la mente u hombres y mujeres. Los pájaros de él odian la Palabra pura de Dios, no importa que se refiera esto a una traducción fiel de la Biblia o a la explicación de la “fe que una vez para todo tiempo fué entregada a los santos”. (Judas 3, NM) Igual que pájaros hambrientos que no están interesados en producir alimento para la humanidad, los agentes de Satanás siguen buscando la semilla que se ha sembrado. ¡Cuántos informes hemos recibido hablando de clérigos, monjas y sacerdotes que siguen tras la distribución de la Palabra impresa lograda por los testigos de Jehová para demandar que los que han adquirido dicha literatura impresa se la entreguen o que la quemen si es que no desean entregársela a tales “pájaros” religiosos! Ellos atacarán y se opondrán a dicha Palabra impresa, de acuerdo con el nombre “Satanás” que tiene ese inicuo. Si acaso no hacen eso entonces ellos la presentan en falsos colores y desacreditan y difaman a los que siembran esa semilla espiritual, de acuerdo con el nombre “Diablo” que tiene ese inicuo. De esta manera ellos manifiestan que son hijos de él.—Juan 8:44.
9. ¿Cómo han cedido a dichos pájaros los oyentes a lo largo del camino?
9 Los que no buscan entendimiento cederán a los opositores, difamadores y a los que tratan de intimidar. Muchos de éstos así han contribuído la literatura que ellos han adquirido al montón que se ha juntado y quemado públicamente, lo cual ha causado mucha alegría a los clérigos que prendieron el fuego. No hay necesidad de acudir al pasado lejano, al tiempo cuando se quemaron copias impresas de la traducción de las Santas Escrituras hecha por Guillermo Týndale en la cruz de San Pablo, Londres, Ing. Temprano en su dictadura el führer nazi actuando de una manera verdaderamente hitlerista hizo quemar unos 50,000 ejemplares de la literatura de los testigos de Jehová en Alemania. Pero la persona que entiende o que desea adquirir entendimiento y que lo estima no será semejante al oyente a lo largo del camino. Él retendrá la semilla que se ha sembrado en él y rehusará deshacerse de ella por mandato de sus enemigos.
10. ¿Cómo se han asemejado al terreno a lo largo del camino muchos recibidores de literatura?
10 Más de quinientos millones de ejemplares de libros empastados y folletos, además de Biblias, se han distribuído por los testigos de Jehová tan sólo desde 1918 d. de J.C., sin mencionar los centenares de millones de ejemplares de revistas, tratados gratis y anuncios que también se han esparcido. De hecho, el mismo día que se pronunció la conferencia pública “¿Puede usted vivir para siempre en felicidad sobre la tierra?”, el 6 de agosto de 1950, en su asamblea internacional en el estadio Yanqui, ciudad de Nueva York, se distribuyeron gratis inmediatamente después la cuarta parte de un millón de ejemplares impresos de esa conferencia en forma de un hermoso folleto de 32 páginas, el cual se regaló a los 123,707 personas que asistieron. Pero en cuanto a toda la literatura que se ha distribuído hasta la fecha, muchos poseedores no la han estudiado o quizás no la han estudiado detenidamente, y muchos lectores no la han entendido o no han buscado entendimiento adicional, y los clérigos religiosos no les han ayudado a entenderla. Los agentes religiosos de la cristiandad se han opuesto a la lectura de dicha literatura bíblica y han tratado de alejar el interés de la gente de esa literatura.
11. ¿Por qué han logrado arrebatar tanta semilla los pájaros?
11 Mucha literatura bíblica así como también muchas de las mismas Biblias han permanecido sin ser usadas, improductivas; igual que semilla que por casualidad cae sobre terreno comprimido y duro a lo largo del camino. El asunto tiene que ver principalmente con la mente y con la condición del corazón, en cuanto a si éste anhela la verdad y el entendimiento. Por esto, no importa que el mensaje del Reino se haya presentado de una manera verbal mediante una conferencia pública o por una presentación más directa y personal en la puerta de una casa o en otro lugar, el mensaje que se recibió permanecerá inactivo en la superficie del corazón o de la mente igual como si estuviera muerto, dando lugar para que los demonios y otros que hacen ataques contra la mente arrebaten lo que se ha sembrado allí. El Sembrador ha pasado por su camino, pero ellos no le entendieron a él ni a su trabajo ni al mensaje que se ha entregado por la palabra de boca o por la página impresa. Siendo que no tienen hambre por la verdad y la justicia, ellos no tratan de entender. De modo que la semilla es arrebatada por los enemigos de la Palabra antes de tener oportunidad de echar raíz. Como resultado de todo esto, ¡qué alarmante es la ignorancia acerca de la Biblia en este día!
12. Estando al tanto de esto, ¿qué podemos hacer para mejorar la situación?
12 Nosotros que tenemos los ojos abiertos a lo que está sucediendo y que estamos al tanto de las tretas del enemigo, ¿qué podemos hacer para remediar la situación? Podemos hacer esfuerzos más eficientes para reducir esta ignorancia tan grande en cuanto a la Biblia. Podemos seguir esparciendo la “palabra del reino” y podemos espantar a los “pájaros” del inicuo y evitar que ellos arrebaten la Palabra de Dios de aquellos que todavía no la entienden. Sí, hasta tenemos que tratar de adelantarnos a esos “pájaros”. ¿Cómo? Visitando sin demora a los que demuestran interés después de oír el mensaje o que entregan sus nombres después de una conferencia pública, o haciendo revisitas con aquellos en cuyas casas colocamos literatura. Si hacemos esto podemos anticiparnos a la acción de los “pájaros” codiciosos y ayudar a los recibidores de la Palabra a entenderla y a desarrollar un apetito que exija aun más de ella. Podemos hacer que nuestras revisitas sean de ayuda progresiva por medio de instituir un estudio de la Biblia allí, usando una de nuestras ayudas bíblicas como guía en el estudio del material.
13. ¿En qué sentido no debemos ser como vendedores de libros?
13 No somos vendedores de libros y Biblias, esparciendo mucha materia impresa con el fin de lograr ingresos monetarios para luego huir del territorio donde esparcimos esa literatura, temiendo volver a la gente con quien la colocamos, y buscando, más bien, un territorio nuevo en el cual solamente colocar libros. Es verdad, la página impresa puede tomar el lugar del sermón oral. Pero el apóstol Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía un año entero para instruir a la gente. Esto no se hizo porque Pablo y Bernabé no tenían mucha, o quizás ninguna, literatura impresa o copiada a mano para distribuir por una contribución para su sostén. No; sino porque el mensaje verbal que se siembra en el corazón o la mente puede ser arrebatado por los pájaros de Satanás con la misma facilidad, y quizás con más prisa, que el mensaje impreso. Por eso había necesidad de que Pablo y Bernabé se quedaran en el territorio para impedir la llegada y la actividad de los “pájaros”. Jesús, también, se mudó de lugar en lugar, pero lo hizo dentro de su territorio. Él tenía que cubrir todo su territorio y sólo tenía un período de tres años y medio en el cual hacerlo y él hizo viajes de regreso a las diferentes partes de su asignación. Él también hizo una obra en pos de sus apóstoles.—Hech. 11:25, 26; Luc. 8:40; Juan 11:7; Luc. 10:1.
14. ¿Cómo debemos ser igual al labrador que desea cosechar?
14 Acuérdese: si el labrador desea cosechar, no puede abandonar sus campos, dejándolos sin cultivar después de sembrarlos. Tiene que trabajar sus campos sembrados y protegerlos contra los destructores de la cosecha, y tiene que mostrar paciencia, esperando largo tiempo para sus cosechas. (Sant. 5:7) Nosotros que tenemos el privilegio de sembrar la Palabra de Dios tenemos que hacer la misma cosa de una manera espiritual. Los graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Wátchtower que fueron enviados como misioneros a la provincia de Quebec (Canadá), la cual está infestada con muchos “pájaros”, tuvieron que asirse de su territorio firme y fuertemente y luchar contra los “pájaros”. Ahora sus ojos y sus corazones se regocijan por causa del fruto que ellos ven brotar de la semilla sembrada. Así, también, ha sido en otras partes del mundo. Por esto no podemos dejar que toda la responsabilidad descanse sobre aquellos con quienes se ha sembrado la Palabra, sino que tenemos que quedarnos cerca de la semilla sembrada y tratar de mejorar el terreno que se ha sembrado y ayudarle a ser fructífero y ayudarle a contrarrestar la invasión de los “pájaros” de Satanás.
15. ¿De qué manera son responsables los oyentes del “terreno a lo largo del camino”, sufriendo los resultados de su dureza?
15 Por supuesto, los que reciben la Palabra por medio de oír o por medio de adquirir material de lectura tienen una responsabilidad si es que no buscan un entendimiento de ella, manteniendo sus mentes duras y no receptivas y semejantes a un terreno muy pisoteado. Ellos sufren, también, las consecuencias de su dureza indiferente debido a que sufren robo de parte de los “pájaros”. De manera que permanecen infructíferos, porque nunca llegan a creer en la semilla sembrada. No son mejores que el mismo camino. Lo que ellos una vez tuvieron se les quita. Llegan a ser un terreno sin semilla, y permanecen estériles, porque la lluvia de las bendiciones de Dios no tiene nada en qué trabajar. Son causa de disgusto para el Sembrador. Su esterilidad infiel no les gana la salvación. Por lo tanto, si nosotros amamos la vida eterna en felicidad, no deseamos ser esa clase de terreno para con el gran Sembrador. Su esterilidad infiel no les gana la salvación. Por lo tanto, si nosotros amamos la vida eterna en felicidad, no deseamos ser esa clase de terreno para con el gran Sembrador. En lo que toca a nosotros mismos, tenemos que cuidarnos de los “pájaros” del adversario y tenemos que ablandar nuestro propio corazón y mente hacia el mensaje del Reino. “Sométanse, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al diablo, y él huirá de ustedes.” (Sant. 4:7, NM) No permitan ustedes que sus mentes sean la carretera del Diablo y que él los endurezca.
TERRENO PEÑASCOSO
16. ¿A qué se asemejan los desertores? ¿En qué resulta el apartamiento?
16 Para probarnos dignos de vida eterna, especialmente junto con Jesucristo en el reino celestial, tenemos que manifestar nuestra decisión a favor de la justicia y luego permanecer firmes con perseverancia aun hasta el fin. Los desertores nunca ganarán la vida eterna; y ese hecho es verídico también para con aquellas personas de buena voluntad que ahora tienen la esperanza de sobrevivir la catástrofe mundial del Armagedón para entrar a la “nueva tierra”. Jesús establece este hecho vital cuando explica a quién prefigura el terreno que tiene una capa de piedra por debajo: “En cuanto al que es sembrado sobre los lugares peñascosos, éste es el que oye la palabra y la acepta al instante con gozo. Pero no tiene raíz en sí mismo sino que continúa por un tiempo, y después que ha surgido tribulación o persecución a causa de la palabra tropieza al instante.” (Mat. 13:20, 21, NM) Y Lucas 8:13 dice: “creen por algún tiempo, pero en un tiempo de prueba se apartan.” (NM) ¡Dicho tropiezo y apartamiento resulta en la destrucción!
17. ¿Por qué no produce ese “terreno” fruto para perfección?
17 Una cosa es segura: Si usted acepta la verdad, recibirá persecución y sufrirá tribulación por causa de ella. No podrá escaparse de ello en este mundo, especialmente durante este “tiempo del fin”. El apóstol Pablo escribe: “De hecho, todos los que deseen vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Tim. 3:12, NM) Pues, entonces, ¿será usted como el terreno que tiene una capa de piedra por debajo? Ese terreno no tiene mucha profundidad y por eso no puede retener mucha de la humedad que las lluvias depositan sobre él. No retiene la humedad por largo tiempo, porque el calor del sol alcanza la capa de piedra y ésta calienta el terreno que está arriba y esto ayuda a apresurar su evaporación. La poca profundidad del terreno también impide que las raíces se claven profundamente en busca de humedad y de aquello que alimenta la planta. ¿Cómo, pues, puede dicho terreno producir fruto abundantemente y para perfección? Jesús manifiesta que no puede hacerlo.
18. ¿Cómo aceptan la “semilla” los oyentes del “terreno peñascoso”, y por qué les sobreviene un “tiempo de prueba”?
18 Es un gozo recibir la Palabra de Dios, y especialmente el mensaje de que su reino mediante Cristo fué establecido en los cielos en 1914 d. de J.C., y que por esto el justo nuevo mundo está cerca. La gente de la clase del terreno peñascoso sí la “aceptan con gozo”. (Mar. 4:16, NM) Debido a que es tan buena en sí misma la “palabra del reino” debe aceptarse con gozo, y ese gozo debe darnos poder para soportar cualquier cosa que pueda venir después. Pero las personas del terreno peñascoso dejan que su gozo se evapore prestamente. Al principio ellos rebosan con gozo y manifiestan mucho celo tanto en adquirir conocimiento como en compartirlo con otros que todavía están en ignorancia. ¡Pero luego sucede algo! Esta Palabra coloca delante de ellos el supremo punto en disputa acerca de la soberanía universal de Dios, punto en disputa acerca del cual tanto los ángeles como los hombres tienen que decidir, cada uno por su propia cuenta. Para estar en lo correcto ellos tienen que ponerse de parte de la legítima soberanía de Jehová por medio de su reino. Tienen que hacer esto asociándose con los testigos de Jehová y publicando el mensaje del Reino, y esto expone a las personas del terreno peñascoso a vituperio, tribulación y persecución. Así es que les sobreviene ese “tiempo de prueba”. El calor del sol los azota. Entonces ¿qué?
19. ¿Cómo se portan bajo tal “calor” y diferentes a quiénes?
19 La semilla de verdad divina ha brotado en ellos, pero ahora se sienten chamuscados y con debilidad se marchitan. Las tribulaciones con que se tienen que enfrentar en su servicio a Dios y las persecuciones que ellos tienen que soportar por predicar la Palabra secan las posibilidades que ellos tenían de producir fruto. Ellos tropiezan debido a estas tribulaciones y persecuciones ardientes y se ofenden por causa de ellas, en vez de estar convencidos de que dicha experiencia señala el lado correcto y suministra prueba de que están del lado correcto. Diferente a los apóstoles, ellos no aguantan la tribulación y persecución “regocijándose porque habían sido tenidos por dignos de ser afrentados por causa de su nombre”. En tiempos antiguos los creyentes en Tesalónica, Grecia, que aceptaron la Palabra por medio de Pablo, “aceptaron la palabra bajo mucha tribulación con gozo de espíritu santo, de modo que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya.” (Hech. 5:41; 1 Tes. 1:6-8, NM) Ellos no tropezaron debido a las persecuciones que vinieron sobre el apóstol Pablo quien había sembrado la semilla entre ellos ni debido a la persecución que ellos mismos estaban sufriendo ahora. Pero no es así con los recibidores de la Palabra en terreno peñascoso. Ellos no consideran las cosas como lo hacía Pablo y por eso no creen que “a ustedes se·les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él”. (Fili. 1:29, NM) Dejan de crecer. Se apartan.
20. ¿De qué palabras de Jesús se olvidan ellos?
20 ¿Qué les pasa? Se olvidan que Jesús predijo que tribulación y persecución vendrían sobre ellos por haber copiado fielmente a él y a sus apóstoles. A sus apóstoles él dijo: “Les he hablado estas cosas para que no tropiecen. Hombres los expulsarán de la congregación. De hecho, viene la hora cuando todo aquel que los mate se imaginará que ha rendido un servicio sagrado a Dios. Pero ellos harán estas cosas porque no han llegado a conocer ni al Padre ni a mí. No obstante, yo les he hablado estas cosas para que, cuando llegue la hora para ellas, se acuerden que yo se las dije.”—Juan 16:1-4, NM.
21. ¿Por qué tropieza esta clase y se ofende?
21 Pero la clase del terreno peñascoso sí tropieza, a pesar de esa amonestación. Resulta que la Palabra de Dios no había echado raíces profundas en ellos. Las raíces de la semilla no se clavaron profundamente en sus corazones, para así producir una confesión pública desde un corazón abundando con verdad y para mantener esa confesión a pesar del calor de la persecución y tribulación. Las bendiciones de Dios han caído sobre ellos con un refrigerio que debería perdurar, pero ellos no han almacenado suficiente refrigerio para soportar el calor del ardiente sol enemigo. (Luc. 8:6) Resultan ser de mente superficial y de corazón débil. No se han convencido cabalmente de la cualidad genuina de la verdad que se ha sembrado en ellos. Ellos solamente le dan una entrada limitada a la Palabra y luego alguna cosa impenetrable semejante a una capa de piedra impide que sus raíces desciendan profundamente para traer a la superficie las buenas cualidades de denuedo y fidelidad. Cuando están bajo prueba ellos se manifiestan ser vacilantes, tibios, y no consumidos con un celo para la casa de Dios. Creen que el costo es demasiado: las persecuciones y tribulaciones cuestan más que el valor de la semilla de la Palabra de Dios y su lluvia de bendiciones. De manera que el “tiempo de prueba” los separa de los leales.
22. ¿Cómo podrían ellos ser felices, para asemejarse a quién?
22 ¡Qué oportunidad pierden para mostrar que el Diablo es mentiroso en cuanto a su acusación de que el Dios Todopoderoso no podía poner sobre la tierra a un hombre hecho a su imagen y semejanza que mantendría su integridad para con Dios bajo persecución y tribulación a manos del Diablo! ¡Qué felices serían ellos interiormente, sí, qué felices serían ellos a su tiempo, si aprovecharan esta oportunidad para mantener su integridad bajo persecución! Tienen suficientes ejemplos antiguos para poder hacerlo. “Tomen como dechado de sufrir el mal y ejercer la paciencia, a los profetas que hablaron en el nombre de Jehová. ¡Miren! nosotros pronunciamos felices a los que han perseverado. Ustedes han oído de la perseverancia de Job y se han dado cuenta del resultado que dió Jehová, que Jehová es muy tierno en afección y compasivo.” (Sant. 5:10, 11, NM) Debemos recordar que los apóstoles que fueron aprobados perseveraron con Jesús en sus pruebas y que debido a su fidelidad ellos fueron admitidos con él en el pacto para el reino celestial. Por haber dejado todo para seguirlo, ellos recibieron las persecuciones junto con las lluvias fuertes de bendiciones multiplicadas cien veces. Ellos perseveraron en la gran contienda estando bajo sufrimientos. Nunca retrocedieron cuando fueron amenazados con persecución ni cuando estaban sufriendo su calor. Ellos sabían que el encogerse cobardemente significaría la destrucción, pero que el tener fe significaría que sus almas serían preservadas vivas.—Lucas 22:28, 29 y Marcos 10:30 y Hebreos 10:32-39, NM.
23. ¿De qué privilegio no se valen? ¿Qué cosa no alcanzan?
23 Así como sucedió en el primer siglo, la tribulación y persecución pueden dispersar a los fieles discípulos. Los dispersa para que sean predicadores o sembradores de la Palabra en otros rumbos, sobre un campo más extenso. Pero los de la clase del terreno peñascoso son dispersados por la persecución como quienes huyen y buscan refugio. Ellos no tienen la convicción que el apóstol tenía de que ninguna cosa perjudicial ahora o que todavía haya de venir será “capaz de separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor”. Puesto que ellos no se valen de su privilegio excelso de sufrir con Cristo, pierden para siempre la oportunidad de reinar con él en gloria. (Rom. 8:35-39, NM; 2 Tim. 2:11, 12) Porque resultan ser infructíferos, no alcanzan vida en el nuevo mundo.
24. Previendo la tribulación que viene, ¿qué debemos hacer para con aquellos en quienes sembramos la semilla? ¿Cómo afecta esto al número de testigos?
24 Viendo, pues, que la tribulación y persecución seguramente vendrán sobre aquellos entre quienes ahora sembramos la Palabra de Dios tocante al Reino, debemos amonestarlos y prepararlos de antemano acerca de su venida. Cuando vienen sobre ellos en sus primeros días y antes que el mensaje haya tenido tiempo para echar raíces profundas y producir fruto, debemos mantenernos fielmente a su lado y ayudarlos a aguantarlo y perseverar, regándolos con la lluvia de las bendiciones de Dios para que puedan soportar el “calor”. No podemos hacer esto si los abandonamos y dejamos que se atiendan a sí mismos, si rehusamos volver a visitarlos para discutir la Biblia o para conducir un estudio bíblico con regularidad, si rehusamos llevarlos a nuestras reuniones y también al servicio del campo junto con nosotros para mostrarles cómo nosotros mismos ·soportamos la tribulación que encontramos en el campo. Los de la clase del terreno peñascoso que al principio despertaron tanta esperanza en nosotros resultan ser una desilusión dolorosa. Pero nos da gusto saber que en toda la obra que hemos realizado de sembrar la Palabra de Jehová, muchos están demostrando que no son de la clase del terreno peñascoso en países detrás de la “cortina de hierro”, sí, también, en Grecia, en Quebec y en otros lugares. En vez de marchitarse debido al calor, las raíces de éstos están alimentándose de la humedad de las verdades, bendiciones y espíritu de Dios, y ellos son fructíferos en obediencia a sus mandamientos supremos. Ellos están venciendo el intento inicuo de la persecución enemiga y están haciendo que el corazón de Jehová se ría de los enemigos frustrados. La organización del “esclavo fiel y discreto” se adhiere a ellos con devoción bajo la persecución, haciendo que el alimento les llegue. (Mat. 24:45-47, NM) Por esto el número de Sus testigos sigue aumentando.
EL PELIGRO DE VENIR A SER COMO EL TERRENO ESPINOSO
25. ¿Cómo se describe el proceder de la clase del terreno espinoso?
25 “En cuanto al que es sembrado entre los espinos, éste es el que oye la palabra, pero la ansiedad de este sistema de cosas y el poder engañoso de la riqueza ahogan la palabra, y se hace infructífero [infructífera, es decir, la palabra (nota al pie de la página)].” Así es como Jesús dió la amonestación de acuerdo con Mateo 13:18-22 (NM). Pero Marcos 4:19 dice que los deseos para las demás cosas también se unen para hacer incursiones en su corazón egoísta. Lucas menciona otro factor, diciendo: “En cuanto a lo que cayó entre los espinos, éstos son los que han oído, pero, porque son arrebatados por las ansiedades y la riqueza y los placeres de esta vida, son completamente ahogados y no llevan nada a perfección.” (Luc. 8:14, NM) Este sistema de cosas quizás esté en su consumación, pero todavía está con nosotros. Mientras que permanezca, existirán sus afanes, sus oportunidades para conseguir riqueza, y los placeres de esta vida. De manera que todos nosotros tenemos que prestar atención al cuadro amonestador que Jesús dió.
26. ¿Cómo permiten ellos que las cosas espinosas ahoguen su productividad?
26 La gente de hoy que es parecida al terreno infestado con espinos recibe la semilla de la Palabra y podría ser tan fructífera como los demás. Pero no se deshacen de los espinos y abrojos. Están demasiado preocupados con el mañana y sus necesidades y por eso no arrancan esas cosas espinosas por medio de confiar cabalmente en Jehová de acuerdo con sus promesas. Pero, también, están muy inmiscuídos en este presente sistema, haciéndose esclavos de él, y tratan de preservar sus almas de acuerdo con las normas presentes de la vida. Lo que les falta es devoción piadosa con contentamiento. Por eso lo que ellos hacen es tratar de ser ricos en las cosas de este mundo, hiriéndose de este modo con toda clase de dolores. Por una razón u otra ellos nunca salen del engaño. Por eso su egoísmo nunca les permite tiempo adecuado para ser ricos en obras buenas o para producir fruto en el servicio de Dios. Su ansiedad egoísta no les permite dar atención a eso. Y si tienen tiempo, tienen que usarlo en los “placeres de esta vida”. Para descansar de la ansiedad y del aburrimiento les parece que tienen que dirigirse a dichos placeres. ¡No es extraño, pues, que el poder reproductivo de la Palabra de Dios que fué sembrada en ellos sea completamente ahogado!
27, 28. ¿Qué acción tienen que tomar los que están infestados con espinos? De otro modo, ¿cuál será su fin?
27 ¿Nos encontramos nosotros infestados con dichos espinos y abrojos y correspondientemente pobres en las obras buenas de Dios? Entonces es menester quemar esos crecimientos espinosos y comprometedores para permitir que la semilla de su Palabra crezca en nosotros, resultando en la producción de fruto. De otro modo, no podremos ser ricos en obras rectas que dejarán un registro que podrá sobrevivir nuestra muerte. No podremos atesorar un fundamento correcto para conseguir la vida verdadera, la vida eterna en el nuevo mundo. (1 Tim. 6:6-10, NM) Consideren a Jesús. ¡Qué rico era él en cosas celestiales! Y con todo ¡qué pobre llegó a ser comparativamente, hasta el grado de ser pobre en cuanto a riquezas materiales terrenales! Para hacer esto, él vendió todo lo que tenía y por último se sometió a una muerte de sacrificio. Ahora ha llegado a ser sumamente rico. A menos que lo copiemos, su palabra no morará en nosotros ricamente; para hacernos abundar con fruto.—Col. 3:16.
28 El terreno espinoso es rechazado por el cultivador y no está lejos de ser maldecido por no producir alimentos que dan vida como resultado de la lluvia que cae sobre él. Por fin es quemado. Si es así, entonces la clase del terreno espinoso tendrá un fin parecido. (Heb. 6:7, 8) Desperdician la bondad inmerecida de Dios para con ellos y permiten que las cosas mundanas se combinen para ahogar la producción de sus frutos. Esto resulta en destrucción ardiente para ellos.
29. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos y también para nuestro propio bien?
29 Posiblemente veamos que algunos en nuestra congregación o algunos en quienes hemos sembrado la semilla tienen la tendencia de permitir que los obstáculos parecidos a espinos invadan sus vidas y corazones para ahogar su productividad espiritual. Podemos amonestarlos. Cuando el joven permitió que su amor por la riqueza engañosa ahogara las posibilidades que tenía para producir fruto como cristiano, Jesús amonestó a sus discípulos: “Será difícil para un hombre rico entrar al reino de los cielos.” Timoteo, cuando era un superintendente joven en una congregación, fué instruído por el apóstol Pablo para que amonestara a los ricos y a los que tenían inclinaciones de amar al dinero. (Mat. 19:23, 24; 1 Tim. 6:17-19, NM) Deseamos ayudar a otros ahora a librarse de los enredos y de las preocupaciones mundanas para que busquen, en vez de eso, el aumento de la Teocracia ahora que es el debido tiempo. (Isa. 9:6, 7) Deseamos impedir que esta condición infestada de espinos cubra el terreno de nuestros propios corazones y mentes. En armonía con el esfuerzo que hacemos a favor de nosotros mismos, amorosamente debemos ayudar a otros para que ellos también lo hagan. Es muy oportuno tener presentes las siguientes palabras de Jesús: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con demasía y por beber excesivamente o por las ansiedades de la vida, y repentinamente esté sobre ustedes al instante ese día, como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Permanezcan despiertos, pues, todo el tiempo haciendo suplicación para que tengan éxito en escapar todas estas cosas que están destinadas a suceder, y para mantener su posición delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36, NM.
“LA TIERRA BUENA”
30. ¿Cómo se portan para con la semilla sembrada los que se asemejan a la “tierra buena”?
30 ¿Quiénes, pues, son aquellos parecidos a la “tierra buena” sobre la cual cayó la semilla de manera que, “después de brotar, produjo fruto” a tantas veces por uno, (Luc. 8:8, NM) ¡Oh! éstos son aquellos que tienen corazones buenos y rectos en donde recibir la semilla de la Palabra. Al oír la Palabra, ellos perciben el sentido de ella. Si no adquieren el sentido al momento, ellos después buscan un entendimiento de ella por medio del espíritu y la organización de Dios. Ellos retienen la Palabra y no la ceden con corazón empedernido a los pájaros ladrones del Diablo.
31. ¿Cómo ilustró Jesús a éstos, manifestando lo que hacen?
31 Describiendo a la clase de la “tierra buena”, Jesús dijo: “En cuanto al que es sembrado sobre tierra de la clase apropiada, éste es el que oye la palabra y percibe su sentido, que verdaderamente lleva fruto y produce, éste de a ciento por uno, aquél de a sesenta, el otro de a treinta.” (Mat. 13:23, NM) Las palabras de Jesús según el informe de Lucas manifiestan, precisamente por qué tal oyente de la Palabra percibe el sentido de ella y por qué produce fruto a tantas veces por uno, diciendo: “En cuanto a lo que está sobre la tierra apropiada, éstos son los que, después de oír la palabra con un corazón recto y bueno, la retienen y dan fruto con perseverancia.” (Luc. 8:15, NM) Primero que todo, éstos tienen una condición de corazón recta y buena. Una vez que reciben la Palabra, la retienen como cosa preciosa, así como el terreno bueno, margoso y libre de espinos que ha sido arado deja que la semilla entre profundamente y que se cubra, porque tiene mucha profundidad que retiene la humedad, sin tener ningún obstáculo peñascoso por debajo. Sus corazones almacenan tesoros de cosas buenas, porque fijan sus afecciones en esas cosas. Cuando los ministros de Dios del nuevo pacto pasan con la semilla de Su Palabra, ellos dejan que Dios por medio de su Palabra y espíritu escriba su ley sobre las tablas carnales de su corazón, de modo que de allí en adelante ellos hacen la voluntad de Dios desde el corazón, mediante el poder de su espíritu. Ellos cuidan sus corazones con vigilancia, porque de él fluyen las corrientes de la vida. (2 Cor. 3:3-6, NM; Pro. 4:23) ¡Con qué gusto llevamos la semilla de la Palabra de Dios a las personas que tienen esa clase de corazón!
32. ¿Cuál es el fruto que estos corazones producen?
32 ¿Qué, pues, es el fruto producido por tales corazones? Pues, las semillas de los diferentes granos producen a su vez otras semillas, cada semilla diferente produciendo su propia clase. La semilla que el gran Sembrador esparce es la Palabra del reino de Dios. Por lo tanto, el fruto que ésta produce tiene que ser el testimonio o la testificación del Reino a otros. La semilla del Reino produce su propia clase en la predicación del Reino.—1 Cor. 15:36-38.
33. ¿Por qué tienen que producir este fruto las personas de la “tierra buena”?
33 Con el corazón la persona de la “tierra buena” recibe la semilla de la Palabra y la cree para justicia, pero es con la boca que ella hace denodadamente la declaración pública para salvación. Es de la abundancia del corazón que la boca es obligada a hablar. Habiendo sido favorecidos con recibir el mensaje del Reino en corazones rectos y buenos, es menester que nosotros ofrezcamos “siempre a Dios sacrificio de alabanza, esto es, el fruto de labios que públicamente declaran su nombre”. (Rom. 10:10; Mat. 12:34, 35; Heb. 13:15, NM) Por eso, cuando recibimos la semilla y ésta echa raíces en nosotros porque la retenemos y percibimos el sentido de la Palabra de Dios, se ha plantado en nosotros una comisión para predicar, y la tenemos que cumplir cabalmente para que otros oigan las noticias del Reino. Esa semilla de la Palabra de Dios no está muerta, sino que es una fuerza viviente. Tiene poder para traer a la superficie muchas habilidades y actividades para la predicación, resultando esto en que el gran Sembrador recoja una cosecha de proclamaciones del Reino. Por medio del espíritu y la Palabra divina que están en nosotros Dios crea el fruto de nuestros labios. (Isa. 57:19) El corazón de la “tierra buena” que tiene la semilla viviente sembrada en él siente una agitación profunda y pone en movimiento las cuerdas vocales y la lengua y los labios para que ‘prediquen la palabra’. El fruto que así se produce es prueba de que esa persona es de la clase de la “tierra buena” y que verdaderamente es un ministro de la Palabra de Dios. Porque produce frutos del Reino gana la aprobación del gran Sembrador y hace posible que el Sembrador esparza más semilla sobre otros oyentes. Así, por medio de sus seguidores él sigue sembrando la preciosa semilla.
PERSEVERANCIA PARA MAYOR PRODUCTIVIDAD
34, 35. (a) Como un labrador, ¿qué otras cualidades tenemos que ejercer? (b) ¿Cómo debemos ayudar a otras personas de la “tierra buena”?
34 Tenemos que ejercer perseverancia para poder producir frutos del Reino en alabanza a Dios, así como el labrador tiene que ejercer paciencia y manifestar buena perseverancia cuando cultiva el terreno y las plantas crecientes. Mientras que él trabaja, tiene que esperar que Dios haga crecer las cosas. “De esta manera el reino de Dios es igual como cuando un hombre esparce semilla sobre el terreno y duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece alta, precisamente cómo, él no lo sabe. Por sí misma la tierra produce fruto gradualmente, primero el tallo de hierba, luego la espiga, finalmente el grano lleno en la espiga. Pero tan pronto como lo permite el fruto, él mete la hoz, porque el tiempo de la cosecha ha llegado.”—Mar. 4:26-29, NM.
35 El individuo tiene que confiar en Dios para que lo haga crecer hasta ser un predicador de la Palabra, cabalmente competente para presentar el mensaje en todo lugar y en cualquier circunstancia. Él prueba su confianza en Dios manifestando su perseverancia. En cambio, Dios aumenta el producto de la semilla de aquel que persevera para que esa semilla pueda esparcirse por medio de la predicación del Reino. “De toda manera nos recomendamos como ministros de Dios, por medio de aguantar mucho, por medio de tribulaciones,. . . por longanimidad, . . . por el habla verídica, por el poder de Dios.” No nos marchitamos ni nos apartamos por causa del sol ardiente de la persecución y tribulación. (2 Cor. 6:4-7, NM) Habiendo sido fortalecidos por el poder de Dios para poder aguantar y perseverar, nosotros tenemos que ayudar a otros a perseverar. Es sumamente necesario que nosotros ayudemos a otros personalmente, animándolos, orando por ellos, poniéndoles el ejemplo correcto, llevándolos con nosotros o acompañándolos en el servicio del campo predicando la Palabra. La organización visible de Dios está esforzándose por ayudar a todos los recibidores de la semilla a ser fructíferos hasta el límite de su productividad. Y por eso ella sigue promoviendo la obra de cultivación en aquéllos cuyos corazones son de la clase del terreno apropiado.
36. ¿Cómo se determina nuestro rendimiento, y por qué es que algunos producen treinta por uno?
36 Jesús indicó que habría una diferencia en cuanto a la productividad de la semilla entre aquellos con quienes se siembra la Palabra de Dios, algunos produciendo hasta ciento por uno. Dado que la cualidad del terreno y la cantidad de cultivación que recibe es lo que determina en gran manera la producción, la propia productividad de cada uno de nosotros puede determinarse hasta cierto grado por medio de tales cosas. Sin embargo, la persona que está produciendo sólo el treinta por uno está produciendo de una manera loable. Sus oportunidades quizás estén limitadas debido a encarcelación, destierro, aislamiento, restricciones causadas por la clandestinidad, y por estar encerrado por causa de enfermedad, debilidad o vejez. Pero tiene un corazón recto y bueno, y por esto es sincero y celoso y se esfuerza altruístamente. Por esto el rendimiento de la publicación del reino que él hace mediante la palabra hablada o por la página impresa es bueno.
37. ¿Cómo producen otros sesenta por uno?
37 La producción de sesenta por uno denota mayores oportunidades y el aprovechamiento correspondiente. Los que responden a la invitación para entrar al servicio de tiempo cabal o al servicio de precursor entran a mayores privilegios y gozan mayores oportunidades que el publicador de compañía. Tienen una esfera de acción más amplia y mayores posibilidades. Tienen que obrar de acuerdo con éstas. Por supuesto, el tiempo que estamos en la verdad y el vivir nosotros activamente hasta la vejez, como sucedió en el caso de los apóstoles Pablo y Juan, puede dar lugar para más producción. Pero tenemos que hacer más que solamente haber dedicado un período de tiempo al servicio de Dios. Tenemos que colmarlo de esfuerzos y actividad positivos para poder superar el rendimiento de treinta por uno.
38. ¿Qué denota la producción de ciento por uno, y cómo nos esforzamos por lograrla?
38 Un rendimiento de ciento por uno es algo sobresaliente. Pero en el caso de nosotros que somos ministros imperfectos, nunca podría esto denotar la perfección de servicio. Denota que estamos tratando de asirnos cabalmente de todas las oportunidades que se presentan o a las cuales nos podemos abrir el paso. Tenemos que cuidar alertamente para que no haya ninguna intrusión de espinos o ansiedades del mundo, amor por el dinero y placeres. Entre los apóstoles de Jesús, Pablo, durante su vida, había ‘trabajado más que todos ellos’. (1 Cor. 15:10, NM) Esto no significa que debemos hacer comparaciones entre nosotros, para inflarnos con orgullo o para hacer excusas por nuestra producción limitada. Ese no sería un curso sabio para nosotros. Pero sí podemos fijarnos con gozo en los aumentos distintos que Dios proporciona en el caso de éste y en el caso de aquél, y podemos estudiar las razones de esto para provecho nuestro. Todos tenemos campo para aumentar nuestra productividad. Ninguno de nosotros podrá jamás ser igual al gran Sembrador en producir fruto a Dios. Los cristianos que siembran la Palabra escasamente, cosecharán escasamente. Pero en cuanto a los que se gastan celosamente, Dios hará que abunden con la justicia que viene por esparcir su Palabra que da vida. (2 Cor. 9:6-12; Sal. 112:9) La producción de fruto a ciento por uno es una meta que merece todos nuestros esfuerzos.
39. ¿Por qué nos regocijamos de una manera especial debido a la productividad de la clase de la “tierra buena” hoy, y qué significa para todos los que son fructíferos?
39 Alce sus ojos, mire hacia el oriente y hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur, y fíjese usted como los fieles testigos del Dios Altísimo están produciendo fruto como “tierra buena” a treinta por uno, sesenta por uno, y a cien por uno, tanto detrás de la “cortina de hierro” de las dictaduras totalitarias como también fuera de ella. ¡Qué regocijo ha de tener el gran Sembrador! Nosotros también nos regocijamos con él de una manera especial por cuanto esto resulta en una alabanza al Dios vivo y verdadero que siempre sigue aumentando. Dijo el gran Sembrador: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan produciendo mucho fruto y muestren ser mis discípulos,” (Juan 15:8, NM) Nuestro Padre celestial se regocija al vernos fructíferos. Le da gusto, por lo tanto, concedernos vida eterna en el nuevo mundo. Para conseguir esa vida nosotros que somos recibidores de su Palabra tenemos que ser fructíferos ahora antes del Armagedón. Pero no solamente la vida de nosotros mismos en el nuevo mundo está implicada en nuestra productividad. Por medio de nuestra producción de fruto Jehová Dios también tiene el gusto de conceder vida a otros sobre quienes él esparce semilla por medio de nosotros y que también llegan a ser fructíferos copiosamente para la gloria y vindicación de Dios. Aunque la batalla venidera del Armagedón va a extirpar y desarraigar toda planta impía que no fué sembrada por nuestro Padre celestial, no destruirá los frutos preciosos de nuestra justicia en predicar su Palabra y adelantar los intereses de su reino mediante Cristo. ¡Ah, pues, durante el tiempo que queda antes del Armagedón nosotros deseamos que Él siga cultivándonos como sus ministros y que renueve nuestros poderes para perseverar y producir más fruto para la vindicación de él y para nuestra propia vida eterna en su nuevo mundo! “El que tiene oídos, escuche.”—Mat. 13:9, NM.