La sabiduría escondida de Dios—un secreto sagrado
“El hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque son necedad para él . . . Sin embargo, el hombre espiritual examina en verdad todas las cosas.”—1 Cor. 2:14, 15.
1, 2. (a) Hablando humanamente, ¿cómo se inició y cobró forma el movimiento cristiano? (b) Según el punto de vista de los escritores cristianos de la Biblia, ¿qué preguntas surgen?
POR más de quince siglos parecía que la nación de Israel estaba destinada para siempre a ser el instrumento de Jehová para llevar a cabo su propósito. Era su pueblo escogido, y confiaba sumamente en sus Escrituras acariciadas para probarlo. Luego, sucedió una cosa perturbadora para sus gobernantes. Apareció un nuevo predicador y, alrededor de él, se inició un movimiento nuevo. Después de tres años y medio parecía que este nuevo movimiento podría ser eliminado como fracaso, pues aquellos gobernantes tuvieron éxito en librarse de su caudillo exponiéndolo a ignominia pública y fijándolo en un madero de tormento. Sus pocos seguidores tenían que obrar clandestinamente y se reunían a puerta cerrada. (Juan 20:19) Pero, ¿estaba eliminado? Exactamente cincuenta y un días después sucedió una cosa aun más perturbadora. ¡Aquel nuevo movimiento volvió a la vida y se esparció como relámpago! Su vocero, de nombre Pedro, después de un animador discurso público, probando todos sus puntos con las propias Escrituras de los judíos, hizo que sus oyentes se sintieran “heridos en el corazón,” y, como resultado, “los que abrazaron su palabra sinceramente fueron bautizados, y en ese día cerca de tres mil almas fueron añadidas” al movimiento. Por los siguientes tres años y medio el movimiento creció y se esparció. Luego sucedió algo extraordinario, que tomó por sorpresa hasta al movimiento mismo. Aquel mismo vocero, Pedro, dio un paso que no tenía precedente y abrió la puerta a los gentiles despreciados, incircuncisos, para que se unieran a sus filas. Pronto sus miembros, ahora de muchas nacionalidades, comenzaron a establecerse en congregaciones en toda aquella parte del mundo. El movimiento estaba cobrando forma, como un instrumento que podría usarse con un propósito definido. ¿Qué significaba todo eso?—Hech. 2:37, 41; 10:44-48.
2 Hasta ahora hemos trazado el origen y crecimiento de este movimiento nuevo como pudiera parecerle a los hombres. Sin embargo, recuerde que al seguir nuestra consideración previa, estamos interesados en examinarlo desde el punto de vista de los escritores cristianos de las Escrituras Griegas. ¿Juzgaron ellos este movimiento, que vino a conocerse como la iglesia cristiana, solo desde un punto de vista humano? ¿O puede probarse que su concepto da abrumadora evidencia de inspiración divina y de un Autor divino, haciendo imposible el que se dé el crédito a originalidad humana? Esa es la cuestión desafiadora que queremos decidir.
UNA NACIÓN ESPIRITUAL
3. ¿Qué requisitos satisfacía en cuanto a ser nación el movimiento cristiano desde el punto de vista del hombre?
3 Hemos demostrado con anterioridad que el instrumento anterior de Dios, el Israel carnal, fue verdaderamente una nación en todo respecto. Pero, ¿qué hay de este nuevo instrumento? Juzgado por normas humanas, no satisface uno solo de los requisitos que repasamos, que lo habilitara a ser llamado nación. ¿Dónde está su país, marcado en un mapa? Desde los días de los apóstoles, a los cristianos verdaderos se les ha hallado esparcidos por todo el mundo. De ninguna manera puede decirse que fueron, o son, de un linaje común, o que hablan el mismo idioma. En cuanto a gobierno, a los cristianos verdaderos se les ha hallado y se les hallará como ciudadanos observantes de la ley bajo los muchos gobiernos, en todos los diferentes países, con sus variables costumbres, tradiciones e instituciones.
4. ¿De qué manera llama la Biblia a este movimiento una nación?
4 No obstante, aquellos escritores cristianos sí hablan de este movimiento como uno que constituye una nación, y no solo un cuerpo de personas unidas por las mismas creencias. Pedro dice en cuanto a ellos: “Pero ustedes son ‘una raza escogida, . . . una nación santa.’” ¿Cómo es cierto esto? La respuesta es: son una nación espiritual, pues, como Pablo dice: “Nuestra ciudadanía existe en los cielos.” ¿Una nación espiritual? Nadie jamás había pensado en tal cosa. Tal concepto ciertamente no era de originalidad humana.—1 Ped. 2:9; Fili. 3:20. Vea también Mateo 21:43.
5. (a) ¿Cómo muestran consistencia las Escrituras al mostrar que el Israel espiritual es una nación? (b) ¿Qué significado especial ha tenido esto desde 1919 d. de J.C.?
5 Sin embargo, cuando apreciamos el punto de vista como fue presentado por aquellos escritores cristianos, podemos ver cuán cierto es y cómo encaja todo. Los del Israel espiritual sí tienen su propio pacto, el “nuevo pacto,” del cual Jesús es el Medianero. Todos son de linaje común, espiritualmente, porque “todos los que son guiados por el espíritu de Dios, éstos son los hijos de Dios.” Todos hablan, sí, el mismo idioma, el “lenguaje puro” de la Palabra de Dios, la cual “palabra es la verdad.” Todos vienen bajo el gobierno celestial y le dan lealtad indivisa a este gobierno, el “dominio principesco” colocado sobre el hombro del Rey, Cristo Jesús, que domina desde la ciudad capital de la nación, la “ciudad del Dios vivo, . . . la Jerusalén celestial.” Especialmente desde 1919 d. de J.C. han sido una nación verdadera, porque entonces, cuando otra vez parecía que estaban en peligro de ser eliminados, experimentaron un nuevo nacimiento, por decirlo así, como Isaías dijo de ellos en su profecía: “¿Nacerá una nación de un golpe?” Entonces, también, fueron introducidos en una condición muy mejorada bajo la bendición de Jehová, descrita por Isaías como una ‘tierra producida en un solo día,’ sí, una tierra con linderos bien definidos de libertad segura, relativa, determinados teocráticamente por la Palabra de Dios.—Heb. 9:15; Rom. 8:14-16; Sof. 3:9; Juan 17:17; Isa. 9:6; Heb. 12:22; Isa. 66:8.
6. ¿Cómo revela la cristiandad su fracaso completo en cuanto a apreciar el punto de vista de la Biblia?
6 Esta nación espiritual, que mora en su propio país, verdaderamente puede ser hallada en el mapa de Dios, su Palabra, pero, ¿aprecian este punto de vista los de la cristiandad? De ningún modo. Considere a la iglesia de la cristiandad que afirma ser la iglesia única, verdadera y universal, la Iglesia Católica Romana. Seguramente deberíamos hallar allí el entendimiento correcto de la nacionalidad según afecta a los cristianos. Pero, ¿qué hallamos? Como todos sabemos, hay católicos franceses, católicos alemanes, católicos ingleses, de hecho, una lista casi interminable. ¿Se consideran todos ellos mismos, primero, como miembros de la única nación espiritual? ¿Es ése el punto de vista que adoptan, es ése su modo de obrar, en tiempo de guerra? La respuesta es dolorosamente evidente. Consideran su nacionalidad, con todas las afirmaciones de lealtad y patriotismo, desde el nivel común humano, carnal. No conocen otro nivel. ¿Cómo podrían conocerlo, si su iglesia no les dice? Cuando estalla la guerra, para evitar el ser pisoteados cruelmente primero son franceses, alemanes e ingleses, y sus vínculos religiosos tienen que quedar en segundo lugar. El mismo argumento aplica en general a las iglesias protestantes.
7. ¿De quién ha mantenido escondida Dios su sabiduría, pero a quiénes y cómo la ha revelado?
7 Viendo el lamentable fracaso de la cristiandad en apreciar el punto de vista espiritual de las Escrituras Griegas Cristianas, ¿cómo, entonces, están sus clérigos y voceros en posición de criticar aquellos escritos y la inspiración de ellos? Cuán cierta fue la palabra del apóstol cuando escribió: “Hablamos la sabiduría de Dios en un secreto sagrado, la sabiduría escondida . . . Esta sabiduría ni uno de los gobernantes de este sistema de cosas llegó a conocer . . . [pero] las cosas que Dios ha preparado . . . Dios las ha revelado por medio de su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios.” Sí, ésa es la fuente de inspiración de aquellos escritores cristianos—el espíritu santo de Dios. Antes del Pentecostés y el derramamiento del espíritu de Dios, no estaban listos para tomar en consideración la idea de que Dios estaba por cambiar su instrumento para llevar a cabo su propósito. Pero después de aquel acontecimiento animador, no solo comenzaron a comprender que había tal cambio, sino que sus escritos revelan un concepto espiritual que solo pudo haber venido de Jehová mismo. ¿Se percata usted de esto?—1 Cor. 2:7-10.
UN TEMPLO ESPIRITUAL
8. (a) ¿Qué se da a entender por lo general por un templo o iglesia? (b) ¿Cómo describe la Biblia a la iglesia cristiana en este respecto?
8 Deseamos atraer a su atención un aspecto más en confirmación de este mismo tema. Cuando enumeramos las diversas cosas que capacitaron al Israel carnal como instrumento de Jehová, notamos su templo, situado en el monte Moría en Jerusalén. Este era importante, porque era el centro de su adoración. ¿Tiene el nuevo instrumento de Jehová, la iglesia cristiana, un templo? Ordinariamente, un templo significa solo una cosa, y ésa es un edificio construido de piedra o algún otro material, un edificio dedicado al servicio de una deidad. En la cristiandad un templo, o iglesia, es un lugar de adoración cristiana pública. En cualquier caso es un edificio literal que puede marcarse y hallarse en un mapa. Ahora bien, ¿dónde está el templo de la iglesia cristiana verdadera? La respuesta es: ¡Esparcido en todo el mundo! ¿Es posible eso? Sí, porque es un templo espiritual. ¿Quién había pensado u oído de tal cosa alguna vez? Sin embargo, en ese mismo capítulo en el que Pedro habla de la iglesia verdadera como una “nación santa” antes habla de los miembros individuales como “piedras vivas . . . edificados en casa [o templo] espiritual para servir el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios mediante Jesucristo,” quien es colocado como la “piedra angular de fundamento.” ¡Cuán elevado concepto! Como Pablo dice: “¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en ustedes?”—1 Ped. 2:5, 6; 1 Cor. 3:16.
9. ¿Aprecia este punto de vista la cristiandad, y cómo se demuestra esto?
9 Otra vez preguntamos: ¿Se percata de esto la cristiandad? No solo no se percata de ello, sino que, debido a su influencia propensa a lo mundano, la mismísima palabra “iglesia” ha perdido en gran manera su significado original. En la Versión Moderna de la Biblia la palabra “iglesia” es una traducción de la palabra griega ekklesía, que significa una congregación sacada del mundo para el propósito de Dios, como instrumento suyo. (Vea Mateo 16:18; Hechos 5:11; 11:22; Romanos 16:5.) Esa palabra griega jamás se usó para un edificio. Pero hoy, cuando la gente habla de una iglesia, o de ir a la iglesia, invariablemente alude a un edificio literal, o lugar de adoración. Inmensas cantidades de dinero se gastan en algunos de estos edificios históricos, pero, ¿quién piensa en la salud espiritual de las congregaciones relacionadas con ellos?
10. ¿Qué se da a entender por el “templo” de Dios en Apocalipsis 7:15, y qué estímulo da esto?
10 En vez de echar a un lado el tema al llegar a esta nota sombría, le recordamos a usted la visión inspiradora que se registra en el capítulo 7 de Apocalipsis. En los primeros ocho versículos tenemos una descripción de la iglesia verdadera, formando las doce tribus del Israel espiritual. Entonces sigue la descripción de una “grande muchedumbre,” tomada “de entre todas las naciones,” representando a los amadores de la justicia que “salen de la grande tribulación” sobre el mundo de Satanás durante este intervalo de la paciencia de Dios. Su esperanza de una vida futura yace en una Tierra paradisíaca. Pero, ¿cuál es su posición de servicio presente delante de Dios? El registro dice: “Le rinden servicio sagrado día y noche en su templo.” ¿En algún edificio terrestre? Por supuesto que no. Están aprendiendo, con gran gozo y satisfacción, cómo servir a Dios de manera aceptable y activa, por medio de servir en asociación estrecha con el instrumento de Jehová, el resto fiel de la iglesia verdadera. No es como en las iglesias de la cristiandad, donde muy pocos participan directamente en sus servicios, sino que en el templo espiritual de Dios a todos se les invita y ayuda a ofrecer “siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.” ¿Está usted disfrutando de participar en este servicio? ¿Podemos ayudarle a usted en este respecto?—Apo. 7:9-15; Heb. 13:15.
11. ¿Qué comparaciones adicionales pueden hacerse entre el Israel espiritual y el carnal, resultando en qué conclusión?
11 Hasta ahora hemos examinado dos de los requisitos que hicieron al Israel carnal un instrumento escogido, su calidad de nación y templo, y luego hemos visto la estrecha correspondencia con la iglesia verdadera, solo de manera espiritual. De manera semejante, podríamos considerar los otros requisitos del Israel carnal, su sacerdocio y sumo sacerdote, también sus sacrificios, y mostrar cómo éstos han de hallarse en el nuevo instrumento de Dios. Sin embargo, en cada rasgo los escritores cristianos revelan un nuevo concepto, un concepto espiritual y celestial, incluyendo las promesas dadas, en contraste con los escritores de las Escrituras Hebreas. Ciertamente debemos admitir que, aunque no escribieron desde el mismo punto de vista, hay una maravillosa armonía interior entre los dos grupos de escritores de la Biblia. No hay colisión.
12. ¿En qué autoridad basan su concepto espiritual los escritores cristianos?
12 Una pregunta más. ¿De dónde obtuvieron aquellos escritores cristianos la autoridad para su concepto de las cosas? Puesto que pusieron las cosas, no solo sobre un nivel humano superior, sino sobre una clase de nivel completamente diferente, un nivel espiritual, parecería que han de haber obtenido su autoridad de una fuente enteramente nueva. Pero aquí hay una cosa asombrosa. Sus escritos muestran, vez tras vez, que obtuvieron el apoyo para su nuevo concepto de los mismísimos registros de aquellos antiguos profetas hebreos, de quienes muchísimas personas piensan que eran hombres que buscaban a tientas a Dios y cuyos escritos se consideran tan terrenales y no espirituales.
13. ¿Cómo demuestra Pablo su argumento en cuanto a (a) el Israel verdadero, (b) un nuevo pueblo llamado, y (c) su aceptación a la vista de Dios?
13 En prueba de esto, considere brevemente el argumento del apóstol que comienza en el capítulo 9 de Romanos, donde explica el cambio en el instrumento de Dios. El demuestra que “no todos los que brotan de Israel son realmente ‘Israel.’ Ni porque son la simiente de Abrahán son todos ellos hijos . . . Es decir, los hijos en la carne [mediante procreación común] no son realmente los hijos de Dios, sino que los hijos por la promesa son contados como la simiente,” así como Isaac fue hijo de la promesa de Dios, habiendo nacido cuando Abrahán y Sara estaban ‘como muertos’ en lo que tocaba a producir un hijo. (Heb. 11:12) Luego, con más citas de las Escrituras Hebreas, Pablo demuestra que Dios tiene el derecho absoluto de escoger a quien quiera, y que aquellos profetas antiguos predijeron que Dios finalmente escogería un pueblo al que anteriormente no había extendido reconocimiento, como Oseas escribió: ‘Diré a los que no son mi pueblo: “Tú eres mi pueblo, los hijos del Dios vivo.”’ (Ose. 2:23; 1:10) Con más citas, él entonces demuestra que “gente de las naciones,” gentiles, obtuvo la ‘justicia que resulta de la fe,’ posición justa que Israel no obtuvo porque, dice Pablo, Israel “la siguió, no con fe, sino como por obras,” es decir, las obras de la Ley. Finalmente, Pablo cita lo que tanto Moisés como Isaías registraron como hablado por Dios contra Israel: “Los incitaré a celos mediante aquello que no es una nación,” y: “Fui hallado por los que no me buscaban.” (Deu. 32:21; Isa. 65:1)—Rom. 9:6-8, 25, 26, 30-32; 10:19, 20.
14. ¿Qué otros puntos se demuestran igualmente en cuanto a (a) sacerdocio y sacrificio, y (b) circuncisión?
14 En todo caso, las semillas, o raíces, del concepto de cosas de los escritores cristianos se hallaban enclavadas y escondidas, por decirlo así, en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, Pablo muestra que el sumo sacerdote que proveería el único sacrificio aceptable, algo mucho mejor que los sacrificios animales, no sería un sacerdote levita, como se requería por la ley de Israel. ¿Cómo lo sabemos? Porque, según dice Pablo, las Escrituras de ellos hacían “abundantemente claro que con semejanza a Melquisedec se levanta otro sacerdote, que ha venido a serlo, no según la ley de un mandamiento que dependa de la carne [o descendencia carnal], sino según el poder de una vida indestructible, porque en testimonio se dice: ‘Eres sacerdote para siempre según la manera de Melquisedec.’” (Heb. 7:15-17; Sal. 110:4) También, Esteban, en su defensa delante del Sanedrín, citó de la profecía de Isaías, donde se anuncia de antemano una morada para Dios que sería de un género diferente y superior al del hermoso templo de piedra de Israel. (Hech. 7:48, 49; Isa. 66:1) También, Pablo habló de la circuncisión de los judíos (cristianos) espirituales como “del corazón por espíritu, y no por un código escrito [de la Ley].” Pero Moisés, siglos antes, había hablado de la circuncisión del corazón como siendo más importante que la de la carne.—Rom. 2:29; Deu. 10:16; 30:6.
15. ¿Qué prueba la armonía interior de las Escrituras, y resulta en qué conclusión?
15 En vista de toda esta evidencia que se amontona, mostrando el concepto espiritual tan maravilloso de parte de aquellos escritores cristianos, y no obstante armonizando tan estrechamente con el modelo de las Escrituras Hebreas, ¿cómo es posible que se pueda acreditar a la inspiración y originalidad de humanos? Ciertamente es cierto que, como en el primer caso, “la profecía en ningún tiempo fue traída por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron por parte de Dios al ser ellos impulsados por espíritu santo,” y por eso también es igualmente cierto que el entendimiento apropiado de la profecía a ningún tiempo puede ser determinado por los hombres que ejercen su propia sabiduría, sino que depende enteramente del Autor de la profecía, hablando en su propio tiempo por medio de los que están llenos de su espíritu.—2 Ped. 1:21.
¿EL TRABAJO DE UN SOLO HOMBRE, O DE DIOS?
16. ¿Cómo se desarrolló Israel como nación mientras estuvo en Egipto?
16 Nos dirigimos ahora a una diferente línea de evidencia. Considere lo que sucedió poco después que Israel salió de Egipto. Primero, sin embargo, le recordamos a usted que 215 años antes Jacob y sus doce hijos y sus pequeñuelos bajaron a Egipto a causa del hambre. Fue un asunto de familia. Dios le dijo a Jacob en una visión en aquel tiempo: “No temas bajar a Egipto, porque te constituiré allí en una gran nación.” Esto no significó como un gran poder soberano, sino numéricamente, pues el registro dice que “los hijos de Israel se hicieron fructíferos y comenzaron a enjambrar . . . a una proporción muy extraordinaria.” (Gén. 46:3; Éxo. 1:7) Su entera permanencia en Egipto fue con sufrimiento, porque eran criadores de ganado, una “cosa detestable a Egipto.” De modo que moraron “en la tierra de Gosén,” aparte de los egipcios. En medio de tales condiciones, no sería prudente, ni siquiera posible, desarrollar una fuerte norma nacional o sistema de gobierno independiente. Vivirían muy sencillamente como una comunidad agrícola, según los arreglos patriarcales a las que estaban acostumbrados.—Gén. 46:34.
17. Desde el nacimiento de Moisés, ¿qué padeció Israel, resultando en qué acontecimientos importantes?
17 Entonces “se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José,” y por lo menos por ochenta años, desde el tiempo del nacimiento de Moisés hasta el éxodo, la vida de la gente fue “amarga con dura esclavitud . . . bajo tiranía.” No había oportunidad de desarrollo nacional allí. Luego vinieron las diez plagas y el éxodo, y finalmente todo Israel, con una “vasta compañía mixta” que iba con él, atravesó sano y salvo el mar Rojo—dejadas detrás, todas muertas, las huestes egipcias. Menos de tres meses después, ‘Israel se puso a acampar en frente de la montaña (el monte Sinaí).’ Este fue un período importantísimo en la historia de Israel. Realmente fue el comienzo de una existencia nacional separada e independiente para aquel pueblo. Pero, ¿cómo se desarrolló, dado que le faltaba experiencia en los asuntos nacionales y gubernamentales?—Éxo. 1:8, 14; 12:38; 19:1, 2.
18. Mientras estuvo en el monte Sinaí, ¿cuánto del Pentateuco escribió Moisés, probablemente?
18 Esto es lo que sucedió. Primero, Dios dio los Diez Mandamientos, también un número grande de “decisiones judiciales” que tenían que ver con asuntos como esclavitud, compensación por daños, casos de robo, seducción, préstamos, etcétera, también observancia de sábados y fiestas. Pero esto no fue todo. Unos cuantos días después Moisés subió otra vez al monte a recibir más instrucciones, y “continuó en la montaña cuarenta días y cuarenta noches.” ¿Con qué resultado? Toda la evidencia indica fuertemente al hecho de que Moisés escribió los libros de Génesis, Éxodo, Levítico y quizás los capítulos de apertura del libro de Números mientras estuvo en el monte Sinaí.—Éxo. 21:1; 24:18.
19. Hablando humanamente, ¿qué produjo para Israel el un solo hombre Moisés?
19 Si vamos a considerar todo este registro como siendo de autor humano, como se entiende generalmente, entonces tendríamos que decir que, en el transcurso de unos cuantos meses, aquel un solo hombre, Moisés, produjo un patrón amplio y detallado de todo aspecto de la vida nacional de Israel, tanto civil como religiosa. No solo las leyes fundamentales, los Diez Mandamientos, y no solo un sinnúmero de reglamentos de índole civil, sino que ese solo hombre también dio instrucciones escritas, abarcando todo detalle menudo, concerniente a la vida religiosa y adoración de Israel. Esto incluyó la construcción del Arca, el tabernáculo y su contenido, el atrio que lo rodeaba, prendas de vestir para los sacerdotes y el sumo sacerdote, sus ceremonias de instalación, incluyendo plenos detalles de los materiales que se habían de usar, su color, y medidas, etcétera. Además de eso, en Levítico, tenemos todas las leyes que controlaban el acceso del pueblo a Dios, y las diferentes clases de ofrendas.
20. ¿Por qué es imposible atribuir todo esto a un solo hombre?
20 Francamente, es imposible atribuir todo esto a un solo hombre. Además de la inmensa cantidad de detalle, el entero concepto es de un orden muy elevado. Ningún hombre o gobierno ha producido algo que lo iguale, o siquiera que se acerque a ello. Se admite que en la sociedad patriarcal, con la que Dios trataba antes de Moisés, habría códigos de ley bien establecidos, pero gran cantidad del trabajo de Moisés fue el proveer un nuevo sistema de adoración para un pueblo que florecía hasta alcanzar la plena calidad de nación. Tampoco puede permitirse el creer por un instante que Moisés, aunque fue “instruido en toda la sabiduría de los egipcios,” copió de aquel modelo pagano de vida y adoración.—Hech. 7:22.
21. ¿Qué evidencia adicional demuestra que Moisés y todos los escritores de la Biblia fueron inspirados a escribir por el espíritu de Jehová?
21 Vale la pena notar dos puntos más. Mientras que a menudo se necesita que pasen generaciones para que una nación desarrolle un sistema de leyes y luego halle que necesitan ser ajustadas y modificadas, las leyes dadas por medio de Moisés no estaban sujetas a ningún trato semejante, ni en la más mínima porción. El otro punto es éste. Pablo dice: “La Ley tiene una sombra de las cosas buenas por venir,” y en su carta a los hebreos considera muchos aspectos de la Ley y muestra cómo representan apropiadamente “las mismas cosas celestiales.” Ahora bien, ¿cómo podría haber previsto y dirigido Moisés lo que escribió para prefigurar algo de lo cual no tenía conocimiento? De hecho, ¿cómo pudo el apóstol Pablo, o cualquier otro hombre, al ejercer su propia habilidad mental, ver el modelo celestial del nuevo instrumento de Jehová reflejado hermosamente en aquella Ley antigua? ¡Cuán convincente es que tanto Moisés como Pablo, y todos los otros escritores de la Biblia, fueron inspirados por el espíritu santo de Jehová a escribir su gran Libro!—Heb. 10:1; 9:23.
22. ¿De qué manera fue re-escrito el código de la ley en una sola palabra, y cómo se compara esto con la escritura de Moisés?
22 Después de Moisés, ¿qué sucedió? Después de más de quince siglos otro escritor de la Biblia explica cómo vino a ser eliminado aquel pacto de la ley. Dice que Dios “borró el documento [o pacto] manuscrito contra nosotros . . . Él lo ha quitado del camino clavándolo al madero de tormento.” Luego, en otro lugar, el mismo escritor de la Biblia, hablando humanamente, re–escribe el entero código de la ley con una sola palabra—¡AMOR! Arguye y demuestra que “el amor es el cumplimiento de la ley,” y que “la entera Ley subsiste cumplida en un dicho, a saber: ‘Debes amar a tu prójimo como a ti mismo.’” Este no es amor como lo conocen los hombres, lo cual es predominantemente un asunto emocional, sino como se ve y se ejemplifica en Jehová mismo, porque, dice el apóstol Juan: “Dios es amor.” Quizás esto no sea tan espectacular como todo lo que Moisés produjo, pero penetra más.—Col. 2:14; Rom. 13:10; Gál. 5:14; 1 Juan 4:16.
23. ¿Qué bendiciones y perspectivas aguardan a los que verdaderamente aceptan la Biblia como la Palabra de Dios?
23 Así, desde cualquier ángulo o aspecto que consideremos este tema, una vez que obtenemos el punto de vista correcto podemos apreciar más que nunca antes que verdaderamente “toda Escritura es inspirada por Dios” y que es un memorial imperecedero a “Jehová el Dios de la verdad.” Podemos tener plena confianza, no solo en la autenticidad de la Palabra, la entera Biblia, sino también en la certeza del resultado de todo lo que ha predicho. La sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, un pueblo dedicado enteramente a Jehová y que acepta su Palabra de todo corazón, ahora mismo está experimentando algunas de estas cosas buenas, y usted, también, puede participar de ellas. Como Jehová mismo lo expresó, diciendo: “Mi palabra . . . no volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado. . . . Ustedes saldrán con regocijo, y con paz se les hará entrar.”—2 Tim. 3:16; Sal. 31:5; Isa. 55:11, 12.
24. ¿Qué pregunta adicional surge en conexión con la Biblia?
24 Al procurar conseguir un avalúo apropiado de cualquier libro, o colección de libros, como la Biblia, es de gran ayuda, si es que no es una necesidad absoluta, el familiarizarse con la personalidad del autor. ¿Cómo puede hacerse esto? Bien valdrá la pena dar a esto nuestra consideración especial en lo que toca a la Biblia y su Autor.