Manteniendo la mente renovada
1. ¿Por qué no es fácil mantener la mente renovada y vivir en armonía con ella?
PODEMOS conseguir conocimiento nuevo en nuestra mente y adquirir nuevas ideas, pero no es tan fácil mantener la mente en este estado nuevo y ordenar nuestra vida en armonía con él. No en este mundo en que anda suelto el “dios de este sistema de cosas” junto con todos sus demonios. Y no ahora que todavía estamos en la carne imperfecta cuyas inclinaciones son hacia abajo al pecado, egoísmo, olvido y desprecio de Dios. El apóstol Pablo, aunque fué favorecido con visiones y revelaciones levantadoras, encontró que no era fácil mantenerse en la manera nueva de vivir en conformidad con el conocimiento que él tenía de la Palabra revelada de Dios. Él peleó una batalla continua, y no era todo asunto de la mente para que digamos, “El campo de batalla está en la mente.” Él tenía que hacer frente a las imperfecciones corporales, las pasiones y las tendencias serviles de su carne, así como nosotros tenemos que hacerlo hoy en día. Cuando él nos describe la batalla que tuvo con sí mismo, sin decir nada de la batalla que también sostuvo abiertamente con la organización del Diablo, vemos una descripción de la batalla que nosotros tenemos con estos cuerpos moribundos debido al pecado heredado.
2. ¿Cómo describió Pablo la batalla que tenemos con nuestro cuerpo?
2 “Porque lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico. Ahora, pues, si lo que no deseo es lo que hago, el que lo está obrando ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí. Encuentro, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es bueno, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios de acuerdo con el hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley peleando contra la ley de mi mente y conduciéndome cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Hombre miserable soy yo! ¿Quién me rescatará del cuerpo que está padeciendo esta muerte? ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! Así que, pues, con la mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.”—Rom. 7:19-25, NM.
3. ¿De dónde vino la “ley del pecado que está en mis miembros”? y ¿cómo la combate la “ley de mi mente”?
3 Note usted las frases apostólicas, “ley de mi mente” y “ley del pecado que está en mis miembros”. Una ley es una norma de acción o conducta conforme a la cual se moverá u operará una persona o cosa. Jehová Dios el Creador no puso la ley del pecado en la humanidad. Fué nuestro primer padre Adán bajo la influencia del Diablo quien la puso en la carne humana y él la pasó a todos nosotros por herencia. A menos que sea gobernada o resistida, esa ley del pecado sin duda lo dominará a usted y lo impulsará. ¿De qué manera se podrá dominar o resistir? Es por medio de la ‘ley de la mente’. No de la mente vieja, porque ésa es pecaminosa así como el mundo, sino de la mente nueva que trata de convertir a uno a la imagen de Dios el Creador de su nueva personalidad. Esta mente nueva dicta una nueva norma de acción y conducta para su vida. Pero siendo que usted tiene una mente nueva en un cuerpo viejo que tiene un cerebro viejo, allí es donde surge el conflicto. Debido a su nueva manera de pensar usted tiene presente la capacidad para desear cosas mejores, pero no mora en usted la capacidad para hacer perfectamente las cosas que desea hacer. Esto se debe a que usted es imperfecto y que la ley del pecado quiere lograr sus deseos por medio de su cuerpo y mente. Por esto usted encuentra que a menudo está sirviendo la ley del pecado con su carne. Pero su consuelo está en el hecho de que no le da gusto haber pecado de esa manera, sino que su mente se adhiere a la ley de Dios y la aprueba y se determina cumplirla.
4. ¿Qué se requiere además de conocimiento, y por qué?
4 De acuerdo con la ley innata, nuestra mente desea o encuentra que es fácil gravitar hacia el pecado y el egoísmo. Para reemplazar eso con una ley mejor, es menester que nuestra mente sea rehecha con un nuevo conocimiento y con lo que dicta y aconseja este nuevo conocimiento. No basta con solamente tener conocimiento en nuestra mente. Muchos clérigos en la cristiandad y los miembros de sus rebaños religiosos tienen conocimiento de la Biblia, pero no obran de acuerdo con este conocimiento. No constituye una ley guiadora en su vida. Pero después que nosotros hayamos recogido conocimiento de la Palabra de Dios, tenemos que ejercer nuestra mente que está llena de este conocimiento divino. En contra de las inclinaciones pecaminosas que tenemos por dentro y en contra de la tendencia mental hacia la pereza y el olvido, es menester cultivar costumbres mentales apropiadas. De esta manera verdaderamente desarrollamos una ‘ley de la mente’, cierta forma o molde mental, una norma de acción mental, y ésta llega a ser una fuerza dominante en nuestra vida.
5. ¿Sobre qué debemos fijar nuestra mente? ¿Qué significa el rehusar hacer esto?
5 Con el conocimiento bendito que recibimos de la Palabra de Dios tenemos que entrenar nuestra mente en la manera correcta de pensar y en procedimientos y esfuerzos correctos. De otro modo, podemos llegar a ser personas cuyas mentes han vuelto otra vez a lo malo, “hombres completamente corrompidos de mente, desaprobados en cuanto a la fe,” según habla de ellos Pablo. (1 Tim. 6:5; 2 Tim. 3:8, NM) Nuestra existencia eterna depende de establecer una ‘ley de la mente’ que sea justa. Nuestro destino eterno depende de aquello en que fijamos nuestra atención. “Porque,” según leemos en Romanos 8:5-7 (NM), “los que están de acuerdo con la carne fijan su mente en las cosas de la carne, pero los que están de acuerdo con el espíritu en las cosas del espíritu. Porque el atender a la carne significa muerte, pero el atender al espíritu significa vida y paz; porque el atender a la carne significa enemistad con Dios, porque no está sujeta a la ley de Dios, ni, de hecho, puede estar.” Si dejamos que nuestra mente se desvíe de la verdad y permitimos que sea corrompida otra vez con las cosas de la organización visible del Diablo, significará nuestro fin. “Su fin es destrucción, y su dios es su vientre, y su gloria consiste de su vergüenza, y tienen su mente sobre cosas en la tierra.”—Fili. 3:18, 19, NM.
6. ¿Qué ejemplo amonestador nos hace ver que debemos temer la corrupción de la mente y por qué?
6 Es propio que tengamos temor de que nuestra mente sea corrompida mientras estamos en este mundo donde la gran Serpiente se está arrastrando sutilmente y desviando a la gente. El apóstol expresó ese temor cuando dijo: “Tengo temor que de algún modo, como la serpiente sedujo a Eva por su sutileza, sus mentes quizás sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y la castidad que se deben a Cristo.” (2 Cor. 11:3, NM) Nos acordamos que originalmente Eva tenía un procedimiento o ley mental que era saludable, conforme a las revelaciones de Dios en el jardín del Edén. Pero el Diablo, alias la Serpiente, se presentó y trató de ponerle ideas insalubres en la mente. En vez de repelerlas, Eva las consideró y este derrumbe de la justa ley de su mente resultó en que fuera tentada hacia el pecado. Ella pensó más en cuán deseable sería comer del fruto prohibido que en la verdad de la palabra de Dios y en su amonestación en contra de comer. Si hubiera seguido la ley justa en su procedimiento mental, fijando sus pensamientos en la palabra de Dios como siendo la verdad aunque esto manifestara que la Serpiente era mentirosa, esto hubiera impedido que fuera tentada, atraída a la tentación y pecara.
7. ¿En dónde empieza la enemistad contra Dios?
7 Si nosotros, hoy en día, cuando el mismo Tentador sigue en libertad, establecemos esa justa ‘ley de la mente’ y resueltamente nos apegamos a los procedimientos pensadores de la mente nueva, esto impedirá que entremos en tentación y que pequemos. La enemistad contra Dios empieza en la mente. El apóstol nos dice a nosotros que hemos sido reconciliados a Dios: “Ustedes . . . en otro tiempo estaban alejados y eran enemigos porque su mente estaba en las obras que eran inicuas.” Él dice que antes que nos entregamos a Dios en obediencia “todos nosotros en un tiempo nos portamos en armonía con los deseos de nuestra carne, haciendo las cosas que deseaban la carne y los pensamientos, y éramos naturalmente hijos de ira así como los demás”—Col. 1:21 y Efe. 2:2, 3, NM.
8. ¿Cómo tenemos que pensar para obedecer el mayor mandamiento?
8 Cuando estábamos en ese estado mental de ignorancia no amábamos a Dios con nuestra mente. El mayor mandamiento que jamás se ha dado a los hombres requiere que amemos a Dios con todos nuestros poderes mentales. Jesús indicó lo que es este mandamiento mayor cuando lo citó de la Ley de Dios y dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” (Mat. 22:37, NM; Deu. 6:5; Luc. 10:27) Aquello en que pensamos habitualmente nos afecta en gran manera e influye en nosotros y nos induce a emprender cierto camino. El pensar de una manera y obrar de otra exteriormente es hipocresía. Tenemos que pensar en Jehová Dios amorosamente. Eso significa pensar en agradarle obedeciéndole y cuidando fielmente todas las cosas que dan honra a su nombre y que adelantan los intereses de su reino.
9. ¿Qué juicio viene contra los de mente doble?
9 No podemos servir a Dios con todo nuestro corazón cuando tenemos una mente doble. El salmista lo expresó correctamente: “Aborrezco a los de ánimo doble; pero amo tu ley.” (Sal. 119:113, margen) “Aborrezco a los hombres que son mitad y mitad, amo tu ley.” (Mo) Jesús los aborrece, también, y dice a los muchos laodicenses modernos: “Así, por cuanto eres tibio y no caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca.” (Apo. 3:16, NM) Si es usted de mente doble, dividiendo sus atenciones entre este mundo y Dios y no rehace su mente de una manera completa en conformidad con la imagen que Dios aprueba, con el transcurso del tiempo ésta se dará a conocer sin falta. Eso significará que usted será rechazado. Llegará a estar corrompido mentalmente debido a que fué infectado por este mundo y entrará en tentación. Eso es precisamente lo que ha sucedido a la cristiandad. Amar a Dios con todos los procedimientos de su mente es lo que usted le debe a ÉL. Esto es lo que él manda. Es un resguardo para usted.
PENSAMIENTO PROGRESIVO
10, 11. ¿Debido a cuáles procedimientos y actitudes mentales tienen dificultad muchos de los que están en la verdad?
10 Todo el mundo está enfermo mentalmente, y las instituciones públicas y caritativas que se encargan de los mentalmente enfermos están llenas. Se debe a que no tienen la doctrina sana y saludable de la Palabra de Dios, y los clérigos son médicos y psicólogos de ningún valor y consoladores molestos. (Job 13:4; 16:2) Es difícil mantenerse mentalmente saludable en un mundo que hoy está sufriendo un derrumbamiento en todo sentido. Muchos de los que han aceptado la verdad de la Palabra de Dios están teniendo dificultades, particularmente porque les es difícil dejar sus costumbres mentales anteriores. Tienen la mente constantemente dirigida a sí mismos, una introversión, como suele decirse. Tienen un gran sentido de inferioridad, y están muy enterados de sus errores. Están penosamente conscientes de cualquier simpleza que cometen en presencia de otros, de cualquier error en su habla y conversación, de sus embarazos, sus exhibiciones de debilidad, de la censura que otros dirigen contra ellos, de las reprensiones que reciben de otros, de las ofensas que otros cometen en su contra. Llevan estos asuntos a Dios en oración, pero luego no reciben ningún alivio mental de eso. ¿Por qué? Porque no echan sus cargas sobre Jehová Dios dejándolas allí con él, sino que se las vuelven a llevar consigo y las retienen atadas a sus espaldas.
11 Mantienen la mente inclinada hacia dentro, es decir, hacia su misma persona imperfecta, y vez tras vez repasan las cosas que les han afligido. La mente empieza a girar más y más, al repasar ellos estas cosas en su mente. Mientras más hacen esto, más profundamente penetran estas cosas en su mente. Gimen dentro de sí y sufren la muerte mil veces al repasar estas cosas vez tras vez.
12. ¿Qué es lo que requieren el verdadero arrepentimiento y perdón?
12 Esta condición mental no es saludable, y no promueve salud espiritual. El verdadero arrepentimiento a la vista de Dios no requiere como efecto posterior que la mente esté tan terriblemente perturbada. Y el verdadero perdón por las ofensas que otros cometen en nuestra contra no debe sentirse ni expresarse de esa manera. Si nos arrepentimos y pedimos el perdón de Dios, debemos confiar en que él nos ha perdonado por medio de Cristo. Por esto quédese en paz y trate de obrar diferentemente de allí en adelante. Si hemos perdonado a nuestros ofensores y deudores, entonces no debemos amorrar y seguir culpándolos. El amor, dice 1 Corintios 13:5 (NM), “no lleva cuenta del daño.” Si es que recordamos nuestros pecados, simplezas y fracasos del pasado, debe ser, no para atormentarnos, sino para amonestarnos y para evitar que hagamos esas cosas otra vez.—Isa. 46:8.
13, 14. ¿Cómo se corrigieron las actitudes mentales incorrectas de lamentación y de mirar hacia atrás en el día de Zacarías? ¿En el día de Nehemías?
13 Este no es el tiempo para estar mirando hacia atrás y lamentándose, y llegando a estar tan retirados en nosotros mismos que perdemos de vista a la organización teocrática de Jehová y sus obras gloriosas de este día. En los días del profeta Zacarías, después que regresó el resto judío de Babilonia para reedificar el templo en Jerusalén, ciertos hombres vinieron a llorar, gemir y lanzar quejidos en el templo por los pecados anteriores de Jerusalén y por todas las terribles calamidades que habían llegado sobre ella en tal y tal mes del año 607 a. de J.C. De modo que querían ayunar y esparcir tristeza por todos lados. Entonces Jehová por medio de Zacarías les dijo que eso ahora estaba fuera de orden, porque ahora era tiempo para regocijarse debido a la restauración que Jehová había obrado en cuanto a su resto consagrado y el restablecimiento de su adoración en el lugar donde él había puesto su nombre. Dijo que de allí en adelante los ayunos que anteriormente se celebraban en los diferentes meses ahora “se convertirán para la casa de Judá en días de gozo y regocijo, y en fiestas alegres. ¡Amad pues la verdad y la paz!” Y luego hizo que dirigieran su mente hacia adelante y les explicó que diez hombres de todas las naciones y de todas las lenguas se asirían de la falda del judío para venir con él al templo de Jehová para adorar.—Zac. 7:1 a 8:23.
14 Otra vez, más tarde, en el día de Nehemías, cuando el resto restaurado se inclinaba hacia la melancolía y lamentaba debido a su anterior curso descarriado, el gobernador Nehemías le dijo a la asamblea: “No estéis tristes, ni lloréis; . . . porque este día es santo a nuestro Señor; no os aflijáis pues; porque el gozo de Jehová os da esfuerzo.”—Neh. 8:9, 10.
15. ¿Cuál es el remedio bíblico para este estado mental introverso y morboso?
15 El remedio para este estado mental introverso, morboso es mirar hacia adelante, no hacia atrás. Mantenga la mente ocupada con pensamientos progresivos. Manténgala ocupada considerando planes para el adelantamiento. Mantenga sus pensamientos en las obligaciones que tiene por delante y en cómo hará frente a ellas. Acuérdese de los estudios bíblicos para los cuales tiene que prepararse, los discursos que tiene que preparar para la plataforma pública, las demostraciones que tiene que arreglar para la reunión de servicio semanal, y de todas las otras cosas que Dios tiene reservadas para usted. No se derribe a usted mismo, no se debilite, no detenga su progreso mirando dolorosamente atrás a sus pecados o deseando las cosas que ha dejado. Imite al apóstol: “Hermanos, todavía no me considero como si ya la hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a esto: Olvidando las cosas que están atrás y esforzándome hacia adelante a las cosas que están más allá, prosigo hacia la meta para alcanzar el premio de la vocación de arriba y que Dios extiende en Cristo Jesús. Que nosotros, pues, cuantos seamos maduros, seamos de esta actitud mental; y si mentalmente ustedes se inclinan de otro modo en cualquier respecto, Dios les revelará dicha actitud. De todos modos, hasta donde hemos progresado, sigamos caminando ordenadamente en esta misma rutina. Unidamente háganse imitadores de mí.”—Fili. 3:13-17, NM.
COSAS PARA LA OCUPACIÓN MENTAL
16. ¿Por qué y cómo tenemos que mantener la mente renovada y mirando hacia adelante?
16 El resplandeciente nuevo mundo está por delante, y estamos acercándonos a sus portales. La Biblia mira en esa dirección, y nos dirige la mente en esa dirección. Este no es el tiempo para sufrir una recaída mental hacia la corrupción. Hay toda razón y estímulo para que mantengamos la mente renovada. La inclinación de nuestros pensamientos tiene que mantenerse en la dirección correcta para que las consecuencias sean deseables, no dejándonos ser desviados a la diestra ni a la siniestra. Tenemos que fortalecer la ‘ley de nuestra mente’ de acuerdo con la Palabra de Dios para que llegue a ser la norma de la cual no nos desviamos, a pesar de la debilidad de nuestra carne. Esto requiere un esfuerzo mental y la vigilancia de nuestros pensamientos además de nuestra concurrencia a los lugares donde podemos refrescar y renovar nuestra mente con la verdad, con la Palabra de Dios que sigue avanzando. Esto significa que tenemos que apartar tiempo y que tenemos que estudiar la Palabra de Dios individualmente. Significa que tenemos que asistir a las reuniones del pueblo de Dios y tomar parte con él en considerar y discutir la Palabra de Dios. Significa que todos juntos tenemos que cooperar fiel y amorosamente para edificarnos los unos a los otros en nuestra santísima fe. Nunca dejen de reunirse.
17. ¿Cómo se está haciendo más nueva la Palabra de Dios para nosotros? ¿Cómo podemos pensar los pensamientos de Dios?
17 Para nosotros, la Palabra de Dios siempre se está haciendo más nueva, no sólo debido a nuevas y mejores traducciones en nuestro idioma, sino especialmente debido al cumplimiento de sus profecías y el esclarecimiento de sus enseñanzas bajo el poder iluminador del espíritu de Dios y su uso de la organización teocrática. Sigamos pensando los pensamientos de Dios. Acuérdense que Pedro cometió un error y trató de disuadir a Jesús de su curso de sacrificio porque, así como Jesús le dijo a Pedro, “piensas, no los pensamientos de Dios, sino los de los hombres.” (Mat. 16:23, NM) No podemos penetrar todos los pensamientos de Dios. No podemos aconsejar o instruir la mente de Dios. Su mente es mucho más adelantada y elevada que la nuestra. Pero sí podemos recibir de su mente información, secretos y revelaciones. Nos es posible pensar los pensamientos que él revela a su pueblo mediante su espíritu y por medio de su Palabra, y esto evitará que nosotros cometamos un error como hizo Pedro. Como un Padre amoroso Dios nos dice en medio de esta generación adúltera de la humanidad: “¡Hijo mío, dame tu corazón, y observen tus ojos mis caminos!” (Pro. 23:26) Eso quiere decir estar atentos con todo nuestro corazón mientras que él se revela a nosotros y que observemos sus caminos. Podemos hacer esto solamente estudiando su Palabra y apegándonos a ella mientras que observamos cómo trata con su pueblo organizado. Esto ayudará a transformarnos.
18. ¿Cómo podemos tener la mente de Cristo?
18 Tenemos que observar de la misma manera al Hijo de Dios Jesucristo, el “caudillo y perfeccionador de nuestra fe”. (Heb. 12:2, NM) Quizás no conozcamos la mente de Jehová cabalmente, porque es inescrutable; pero, dice el apóstol, “sí tenemos la mente de Cristo.” Sí, tenemos lo que él piensa; participamos de sus pensamientos, porque él vino a la tierra y nos los manifestó. En proporción al celo y madurez que tenemos como cristianos, nuestros pensamientos son los pensamientos de él. Por esto podemos apreciar por qué habló y se portó tal como lo hizo, y por qué se humilló bajo la mano de su Padre celestial, aun hasta el grado de sufrir una muerte vergonzosa en la estaca de tormento. Si nosotros somos sus fieles seguidores, tenemos que seguir el consejo del apóstol: “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús.” Podemos hacer esto solamente si tenemos la mente de Cristo, sus pensamientos, y con este fin tenemos que estudiar la Palabra de Dios, la cual nos da un informe tocante a lo que dijo Jesús y cómo vivió y qué profecías cumplió y qué profecías está cumpliendo ahora o todavía cumplirá.
VIVIENDO EN CONFORMIDAD CON LA MENTE RENOVADA
19. ¿Qué tenemos que tener, a pesar de la oposición de quién?
19 Nuestra carne débil y degradada y todo este mundo de demonios y hombres inicuos tratarán de impedir que expresemos nuestra mente mediante el vivir en conformidad con esta nueva actitud mental. Pero la ley de Dios no solamente nos concede libertad de pensamiento sino también libertad de expresión. Todo aquel que es cristiano verdadero tiene que tener una mente que ha sido rehecha de acuerdo con la voluntad de Dios. “En consecuencia, si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas se pasaron, ¡miren! nuevas cosas han venido a la existencia.” Leemos eso en 2 Corintios 5:17, NM. Asimismo, toda persona de buena voluntad que está destinada para vivir eternamente sobre la tierra paradisíaca después de la batalla del Armagedón, tiene que tener una mente rehecha o cambiada de lo que antes era, la cual tiene que transformarlo lejos de cualquier semejanza a este mundo corrompido.
20. ¿Cuál es el propósito de renovar nuestra mente, y cómo se realiza este propósito?
20 Tengamos presente por qué se ha renovado nuestra mente. Escuchen otra vez las palabras completas del apóstol: “Transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para sí mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.” (Rom. 12:2, NM) En la cristiandad se encuentra gran confusión tocante a cuál es la voluntad de Dios, y por esto la cristiandad sigue conformándose a este mundo. Pero nosotros mismos tenemos que probar cuál es su voluntad mediante la adquisición de una mente nueva, y eso significa adquirir nueva información, nuevo conocimiento, para la mente. Si nos va a manifestar cuál es la voluntad de Dios, entonces esa información, conocimiento e instrucción tienen que venir de él, y sólo podemos conseguir estas cosas de su Palabra y con la ayuda de su espíritu y organización. Cuando nosotros mismos la hemos probado, entonces apreciamos que su voluntad es una de bondad. No pudiera haber un mejor propósito para nosotros. Es la única cosa que es aceptable a él. Por lo tanto no podemos alterar su voluntad, sino que tenemos que someternos y tratar de acceder a ella en todo respecto. Y luego entre tanto que nuestra información aumenta y conseguimos más conocimiento y estudiamos más su voluntad, nos damos cuenta de que es una voluntad completa. Abarca todo lo que debemos hacer para poder cumplir nuestra parte en el arreglo que Dios tiene para dar vida y para que participemos en la vindicación de su nombre y soberanía delante de todo el universo. Estando persuadidos en nuestra mente nueva acerca de cuál es la voluntad de Dios, ahora tenemos que hacer esta voluntad buena, aceptable y completa.
21. ¿Cómo y por qué tiene usted que “fortalecer su mente para actividad”?
21 Para esto se necesita afirmar la mente. “Por lo tanto,” nos dice el apóstol Pedro, “fortalezcan su mente para actividad, manténganse completamente equilibrados y tengan la esperanza puesta en la bondad inmerecida que les ha de ser traída en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, dejen de amoldarse de acuerdo con los deseos que antes tenían en su ignorancia, sino que, de acuerdo con el santo que los llamó, háganse también santos en todo su comportamiento, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo.’” (1 Ped. 1:13-16, NM) Tenemos que afirmar la mente con el ceñidor de verdad para poder hacer frente a la actividad estrenua que todavía tenemos por delante. Como una protección para la cabeza podemos tener “como yelmo la esperanza de salvación; porque Dios nos asignó, no a la ira, sino a la adquisición de salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Y otra vez para este ceñidor de verdad y el yelmo de esperanza tenemos que seguir alimentándonos de la Palabra de Dios bajo el esclarecimiento de su espíritu y con la ayuda de su organización teocrática.—1 Tes. 5:8, 9, NM.
22. ¿Qué perspectiva nueva nos da la mente renovada en cuanto a sufrir por hacer la voluntad de Dios?
22 ¡Qué perspectiva tan nueva nos proporciona la mente nueva en cuanto a la actividad que se necesita para hacer la buena, aceptable y completa voluntad de Dios! ¡Cómo imparte gloria a esta actividad! Se nos amonesta de antemano que sufriremos a causa de nuestra actividad fiel. Pero en este caso, también, la mente que ha sido renovada por la Palabra de Dios y su espíritu nos ayuda a ver nuestros sufrimientos desde un punto de vista diferente. Los consideramos como un gran privilegio, porque nuestros ojos del entendimiento ven que su propósito es probar nuestra integridad para con Dios como los sostenedores leales de su soberanía y como fieles esclavos de su reino por Cristo. Para enfrentarnos con dichos sufrimientos y poder aguantarlos podemos ‘armarnos con la misma disposición mental que tenía Cristo Jesús’ y así mantener nuestra integridad como hizo él. Tenemos que sufrir porque no podemos llevarnos bien con este mundo y sus costumbres. La mente nueva que tenemos no nos permite caminar de acuerdo con las costumbres mundanas, y por esto escogemos sufrir. Pero al probar nuestra integridad de esta manera nos espera un galardón inestimable de gozo sin fin en el nuevo mundo de Dios compuesto de nuevos cielos y una tierra nueva.—1 Ped. 4:1, 2, NM; 2 Ped. 3:13.
23. ¿Qué es lo que resolvemos ahora, y hacia qué estamos mirando?
23 Según toda la evidencia, ¡qué cerca está ese nuevo mundo de justicia! Así, pues, dejemos de amoldarnos a este mundo de iniquidad, que está tan cerca de su fin cabal, y adquiramos la mente nueva que está llena del conocimiento de la voluntad de Dios. Mantengamos esa mente renovada mediante el hacer su voluntad fielmente, viviendo ahora como los benditos proclamadores del reino de Dios y como los herederos de su glorioso nuevo mundo. Entonces, si Dios nos favorece con la supervivencia en la batalla del Armagedón y entramos en el nuevo mundo sin morir, aunque no tendremos cuerpos nuevos instantáneamente tendremos mentes nuevas que estarán completamente en armonía con el justo nuevo mundo.
No se gloríe el sabio en su, sabiduría, ni se gloríe el poderoso en su poder, ni se gloríe el rico en sus riquezas; mas el que se gloría gloríese en esto: en que me entiende y me conoce a mí, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque en estas cosas me complazco, dice Jehová.—Jer. 9:23, 24.