Por qué hay que bautizarse
1. ¿Qué deseo instintivo tienen las criaturas humanas, y cómo puede ser satisfecho realmente?
EL DESEO de adorar a su Hacedor y Dios es una de las muchas cualidades de la mente que colocan a las criaturas humanas en un nivel muy por encima de los animales inferiores. Este deseo es instintivo y hereditario y todo el género humano lo posee. Las razas más primitivas así como los pueblos más altamente adelantados de la tierra—aun los llamados “ateos” de la sociedad humana—todos poseen alguna medida de este deseo innato de adorar a un superior o algún objeto que el adorador secretamente considera ser superior y más honorable que él mismo. Fué Jehová Dios quien implantó este deseo de adorar en la primera pareja humana, y lo hizo para que ellos adoraran a su Creador y Benefactor, lo cual era para su bien y para su guía correcta. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que el rebelde Satanás lograra desviar a la primera pareja de rendir adoración a su Creador, y desde entonces la mayoría del género humano se ha entregado a muchas religiones falsas en un esfuerzo por satisfacer sus deseos de adorar. Por eso cuando una persona honrada aprende la verdad gozosamente abandona su religión falsa y emprende la adoración pura y limpia del Altísimo Dios, el único “cuyo nombre es JEHOVÁ.”—Sal. 83:18.
2. ¿Cuáles son los primeros tres pasos que dan los que están siendo librados por la verdad?
2 Como resultado del gran trabajo quebrador de prisiones que ahora está siendo dirigido por Cristo Jesús, decenas de miles de hombres y mujeres cada año, más de mil a la semana en promedio, están saliendo libres de las prisiones de las religiones falsas. ¿Cómo puede uno desprenderse de la religión falsa? En lo que toca a cada uno de ustedes, primero tiene que ‘volverse a Jehová,’ porque “donde está el espíritu de Jehová, hay libertad.” Entonces usted tiene que depositar fe en Dios y en sus promesas preciadas, porque “sin fe es imposible lograr su buen agrado.” Al mismo tiempo cada uno de ustedes, los que recientemente se han vuelto a Jehová para aprender de él y sus caminos, tiene que continuar estudiando la Biblia, porque usted tiene que reconocer que ella contiene los propósitos revelados de Jehová concernientes al hombre y lo que Jehová requiere de él para que el hombre viva.—Gál. 5:1; 2 Cor. 3:16, 17; Heb. 3:12; 11:6, NM.
3. ¿Qué otro progreso logra uno en conocimiento y entendimiento que con el tiempo lo lleva a la dedicación?
3 En su estudio progresivo de la Biblia no sólo aprende usted las doctrinas básicas del justo sistema de cosas de Jehová, sino que también crece en entendimiento de las cosas más profundas de la Palabra de Dios. Usted comienza a apreciar el gran punto en disputa que el principal enemigo de Jehová, Satanás el Diablo, hizo surgir hace mucho tiempo, y la necesidad de que Jehová completamente vindique su Palabra y nombre en su batalla del Armagedón, que ahora se ha acercado. Mediante estudio usted aprende dónde nos encontramos en la corriente del tiempo; que estamos en los “últimos días” de este moribundo viejo sistema de cosas satánico, pero que antes de que venga su fin pleno estas buenas nuevas del reino triunfante de Jehová primero tienen que ser predicadas como testimonio a todas las naciones. Todo esto toma tiempo, porque sólo después de un período de diligente estudio sistemático de doctrinas y leyes bíblicas, e historia y profecía bíblicas, puede usted llegar a entender y apreciar estas grandes verdades. Realmente, el estudiante de la Palabra de Dios está recibiendo entrenamiento, equipándose para ministrar a otros, mediante este curso de estudio. Al debido tiempo usted encuentra en su corazón un deseo ardiente de participar en este trabajo de predicar. Pero este trabajo no se hace por hombres y mujeres mundanos contratados. No, sólo ministros ordenados por Dios participan en él—sólo personas en quienes descansa el espíritu de Jehová. Usted aprende que Jehová da su espíritu sólo a los que se dedican a él enteramente y sin reservas, por medio de Cristo Jesús. Por lo tanto usted recientemente ha hecho o hará con el tiempo una dedicación solemne de usted mismo a Jehová, porque la dedicación a Jehová Dios es un requisito divino.
4. ¿Qué preguntas concernientes al bautismo y la dedicación surgen a veces?
4 Al hacer esta dedicación usted tiene que determinar en su corazón y mente que de aquí en adelante servirá a Jehová Dios con todo lo que usted tiene, con todo su corazón y alma y fuerza vital. Usted comprende que sólo mediante el hacer esta dedicación puede usted conseguir vida de parte de Jehová por medio de Cristo Jesús. Usted comienza a comprender la seriedad de esto. Jehová no se complace en los que hacen promesas solemnes y luego las quebrantan. Usted tiene que llegar a entender y apreciar plenamente la importancia y seriedad de todo esto. Pero ¿por qué, después de secretamente hacer tal dedicación solemne al Dios vivo en la propia mente y corazón de uno, tiene uno que bautizarse en agua? ¿Es necesario el bautismo en agua, es un requisito divino, y tiene que ser un bautismo público mediante inmersión total?
5. (a) ¿Cuál es el significado básico de “bautismo”? (b) ¿Por qué es necesario que el bautismo se ejecute ante testigos?
5 Nuestra palabra española “bautismo” se deriva de la palabra griega báptisma, del verbo que significa “zambullir, sumergir, inmergir.” No contiene ni la idea más leve de rociadura. De modo que para ser bautizado en agua uno tiene que ser metido en ella y ser sumergido totalmente desde la cabeza hasta los pies. En vez de que esto sea un rito secreto iniciador, ejecutado en ocultación o en reclusión, el bautismo de acuerdo con las Escrituras es una ceremonia formal en lo abierto, como una ceremonia matrimonial, que se efectúa públicamente como anuncio o testimonio ante testigos para establecer legalmente lo que un individuo ya ha determinado en su corazón y mente. (2 Cor. 13:1; Mat. 18:16; Deu. 19:15) Cuando uno hace una dedicación incondicional a Jehová llega a ser un extranjero para con este viejo mundo diabólico. Por lo tanto la dedicación es como obtener ciudadanía en el nuevo mundo, y la ceremonia formal del bautismo es en realidad un juramento ante testigos que confirma este hecho.—Heb. 11:13; 1 Ped. 2:11, NM.
6. ¿A qué pueblo vino Juan el bautista, en qué tiempo, y con qué propósito?
6 El bautismo es de origen divino. Hace diecinueve siglos “Juan el bautista [el precursor de Cristo] apareció en el desierto [en la primavera de 29 d. de J.C.], predicando el bautismo de los que se arrepentían para el perdón de pecados.” (Mar. 1:4; Hech. 13:24, NM) La nación de Israel estaba bajo el pacto de la ley establecido en el monte Sinaí, pero ella había pecado contra ese pacto que fué dado con el propósito de conducirla al Mesías. (Gál. 3:24) Ahora el Mesías estaba a punto de aparecer, por consiguiente había la necesidad de que los judíos quebrantadores de pactos se arrepintieran y volvieran a Jehová. Este era el mensaje de Juan, uno que exigía que se arrepintieran, el ‘volverse a Jehová’; y como un testimonio público de esto ante testigos Juan bautizaba a los que se arrepentían así ante Jehová. (Luc. 1:16, 17, NM) Por consiguiente el bautismo de Juan fué para un pueblo en particular en un tiempo en particular y con un propósito en particular.
7, 8. (a) ¿Por qué protestó Juan contra el bautizar a Jesús? (b) ¿Cómo fué el bautismo en agua un símbolo apropiado de la dedicación de Jesús?
7 Al debido tiempo Jesús descendió a esas mismas aguas del Jordán y pidió a Juan que lo bautizara. Pero Jesús no era pecador contra el pacto de la ley. Verdaderamente, él fué “sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores,” un cumplidor de la ley, no un quebrantador de ella. (Heb. 7:26; Mat. 5:17, NM) Juan reconoció este hecho y trató de impedir el que se bautizara así este santo, pero Jesús le contestó, diciendo: “Que sea, esta vez, porque de ese modo nos es apropiado efectuar todo lo que es correcto.” Jesús habiendo llegado a la edad de treinta años, ahora estaba dedicándose sin reserva a hacer la voluntad de Jehová de allí en adelante y para siempre; y como símbolo de esto Jesús halló muy “apropiado” y “correcto” el bautizarse.—Mat. 3:13-15, NM.
UN SÍMBOLO APROBADO
8 ¿Y cómo fué el bautismo en agua un símbolo apropiado de la dedicación de Jesús? El entregarse completamente en las manos del que lo bautizó, anuentemente y sin resistencia, mostró que Jesús estaba dándose sin reservas. El ser bajado de espaldas al agua por Juan y el ser sumergido completamente en ella ilustró bien cómo Jesús había llegado a morir y había sido enterrado a su anterior proceder en la vida terrestre. Si no hubiera sido levantado del agua bien pudiera haber sido su muerte. Por eso el ser levantado mostró que él estaba siendo hecho vivo para de allí en adelante hacer la voluntad de Jehová. En todo respecto y en todo detalle, por lo tanto, el bautismo en agua es un símbolo “apropiado” y “correcto” de la dedicación personal.
9. ¿Qué mandato dió Jesús concerniente al bautismo y a qué grado se ha efectuado?
9 Jesús mostró su aprobación del bautismo en agua, no sólo por su propio acto al someterse a ser bautizado, sino también por el mandamiento específico que dió poco antes de ascender al cielo. A los que fielmente seguían en sus pisadas Jesús dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la consumación del sistema de cosas.” (Mat. 28:18-20, NM) Unos cuantos días más tarde, en el Pentecostés, al oír el discurso conmovedor de Pedro sobre la dedicación que ‘les atravesó el corazón,’ unos tres mil judíos, se nos dice, ‘abrazaron su palabra de corazón y fueron bautizados.’ Unos tres años y medio más tarde, el primero de las naciones incircuncisas no judías (o “gentiles”), el oficial del ejército italiano Cornelio, con “sus parientes y amigos íntimos,” todos juntos “muchas personas,” fué bautizado en agua en símbolo de dedicación completa a Dios. Ahora hemos llegado a “la consumación del sistema de cosas” y Cristo Jesús está, tal como dijo que estaría, dirigiendo este trabajo de disciplinar y bautizar a gente de todas las naciones en grandes números.—Hech. 10:22, 24, 27, 47, 48, NM.
10. ¿Qué significado tiene para los cristianos verdaderos el bautizarse en agua?
10 Hoy, entonces, en el caso de los cristianos verdaderos, ¿cuál es el significado del bautismo? El mismo que fué en el caso de Jesús. Cristo nos dejó un modelo para que lo siguiéramos cuidadosamente. (1 Ped. 2:21, NM) “Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su madero de tormento día tras día y sígame continuamente.” En realidad, “cualquiera que no esté . . . viniendo en pos de mí no puede ser mi discípulo.” (Luc. 9:23; 14:27, NM) El negarse uno mismo sería el renunciar a pertenecerse a uno mismo y, en cambio, darse uno mismo a Dios como esclavo suyo, emprendiendo el hacer la voluntad de Dios. Hasta el mismo fin eso fué lo que Jesús hizo, como él lo expresó vez tras vez durante esa última noche en el monte de los Olivos: “No como quiera yo, sino como quieras tú.” “No lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.” “Que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya.” (Mat. 26:39, 42; Mar. 14:36; Luc. 22:42, NM) El bautismo en el caso de Jesús no fué para simbolizar su arrepentimiento de pecados en contra del pacto de la ley, y tampoco lo es en nuestro caso. El bautismo de Jesús no fué para remisión de pecados adámicos y tampoco es el bautismo para eso cuando nosotros nos bautizamos. Tanto en el caso de Jesús como en el de sus seguidores desde el Pentecostés el bautismo en agua es un símbolo de dedicación, una señal confirmativa visible a otros que les testifica que la persona que se bautiza se ha entregado a Jehová para hacer la voluntad de él, cueste lo que cueste.
11. ¿Qué muestra el ser bautizado “en el nombre del Padre”?
11 Pero ¿qué quiso decir Cristo cuando dijo que uno debe ser bautizado “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo”? Primero, “el nombre” del Padre incluye más que sólo el nombre que se dió él mismo, el tetragrámaton hebreo, traducido “Jehová.” El “nombre del Padre” se refiere a la Paternidad, a la soberanía legítima y autoridad incomparable que Jehová posee. Él es el Soberano Universal, el Creador de los cielos y de la tierra, la Fuente todopoderosa, suprema, de la vida. El gran punto en disputa a que se enfrenta todo el universo y que tiene que ser decidido en el Armagedón gira alrededor del puesto y autoridad de este Padre Eterno de luz y verdad. El ser bautizado uno “en el nombre del Padre” muestra que uno aprecia y reconoce la posición, poder y autoridad singulares de Jehová el gran Teócrata.
12. ¿Qué significa el ser bautizado “en el nombre . . . del Hijo”?
12 Segundo, el ser bautizado en el nombre del Hijo igualmente muestra que uno aprecia la encumbrada autoridad y puesto que el amado hijo de Jehová, Cristo Jesús, ahora ocupa desde que Jehová lo resucitó. De ese Hijo fiel leemos: “Su nombre será llamado ‘Maravilloso Consejero, Poderoso Dios, Padre Eterno, Príncipe de Paz.’” (Isa. 9:6, Norm. Rev.) De modo que para usted que ahora cree en Jehová no sólo es este santo Hijo su Salvador, Rescatador y Redentor, sino que también es el Ungido Rey de Dios del nuevo mundo, el gran Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, el digno Vindicador de la soberanía universal y nombre de Jehová.
13. ¿Qué función es desempeñada por el espíritu santo de Dios? Por consiguiente, ¿qué muestra el ser bautizado en su nombre?
13 Tercero, uno también reconoce correctamente el puesto que el espíritu santo de Dios ocupa y la función que desempeña. En vez de ser la tercera persona de algún dios trino y pagano, el espíritu santo es la fuerza activa de Jehová Dios que él suministra a los humanos dispuestos a servirle para que unidamente efectúen Su voluntad y propósito. El espíritu santo fué la fuerza que inspiró a los profetas de la antigüedad a escribir la santa Palabra de Dios. Fué la fuerza que dirigió a los primeros cristianos después que fué resucitado y ascendió al cielo su Cabeza y Señor guiado por el espíritu. (Luc. 4:18-21; Hech. 2:16-18; 2 Ped. 1:21, NM) El espíritu santo es la misma fuerza activa divina que está dirigiendo a la organización teocrática de Dios en la tierra hoy en día, y la que sostiene y continuamente impulsa a todos los ministros dedicados de Dios. Por lo tanto, el ser bautizado en el nombre del espíritu santo muestra o testifica que la persona que se bautiza reconoce así esta invisible fuerza activa de Dios, que de buena voluntad se somete a que la impulse, y que desea ser guiada y gobernada por ésta a todo tiempo de acuerdo con la voluntad del Dios vivo.
BAUTIZÁNDOSE POR SEGUNDA VEZ
14. Aunque uno haya sido bautizado antes, ¿debe uno bautizarse otra vez después de hacer una dedicación a Jehová?
14 A menudo se hace la pregunta de si una persona que se bautizó antes en una ceremonia ejecutada por algún otro grupo religioso debe bautizarse otra vez cuando llega a un conocimiento acertado de la verdad y hace una dedicación a Jehová. A causa de lo que ya se ha dicho, ahora hay razón apremiante para también decir: Sí, uno tiene que bautizarse otra vez. Obviamente, al ser bautizado por cualquiera de tales sistemas religiosos uno no fué bautizado en realidad “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo,” porque si hubiera sido bautizado así hubiera apreciado la autoridad y puesto de tales Potestades Superiores verdaderas. Y si se hubiera dedicado previamente a Jehová, el individuo se habría separado de tales sistemas babilónicos que deshonran a Dios aun antes de dejar que lo bautizaran. De modo que el acto de bautizarse no es la cosa importante; más bien el elemento de importancia es aquello que se simboliza por el acto.
15. ¿Por qué fué necesario que los de Éfeso se bautizaran por segunda vez?
15 Hay un caso registrado en las Escrituras donde esta mismísima situación surgió. En Éfeso cierto judío interesó a unos doce hombres en su mensaje hasta tal punto que éstos se bautizaron, pero él sólo sabía acerca del bautismo de Juan y eso fué lo que les predicó. Algún tiempo después el apóstol Pablo visitó esta ciudad y los halló, y después de preguntar si habían recibido el espíritu santo confesaron a Pablo que no sabían de qué estaba hablando él. Entonces Pablo les preguntó: “¿En qué, entonces, fueron bautizados?” Ellos dijeron: “En el bautismo de Juan.” Pablo al corregirles en este punto evidentemente explicó cómo el bautismo de Juan fué para los judíos que habían pecado contra el pacto de la ley, y puesto que ese pacto ya se había cumplido y clavado en el madero de tormento de Cristo por Jehová ya no estaba en vigor. “Al oír esto,” el relato sigue diciendo, “se bautizaron [de nuevo, pero esta vez] en el nombre del Señor Jesús.” Fué entonces que recibieron una buena medida del santo espíritu activo de Dios.—Hech. 18:24, 25; 19:1-7; Mat. 5:17; Rom. 10:4; Col. 2:13, 14, NM.
16. ¿Por qué consideran los cristianos verdaderos el bautismo como asunto tan serio?
16 De todo lo que hemos estado considerando aquí se hace manifiesto que el bautismo en agua de los cristianos verdaderos no es una ceremonia sencilla y trivial de iniciación en una organización de hombres. Más bien, el bautismo es un acto muy serio ligado con la vida, porque implica el hacer una promesa solemne ante el Todopoderoso Dios. Eclesiastés 5:4-6 (UTA) dice: “Cuando hagas una promesa solemne a Dios no demores en cumplirla; ¡porque él no se complace en insensatos! ¡Lo que prometas solemnemente, cúmplelo! . . . no digas . . . ‘Fué un error.’” Los que no cumplen su promesa y su pacto, nos dice Pablo, “son merecedores de la muerte.” (Rom. 1:31, 32; Núm. 30:2-4, NM) Por lo tanto es correcto que el ministro que habla a los candidatos pida que los que desean bautizarse se pongan de pie y contesten ciertas preguntas. Antes de que el ministro prosiga, debe dejar pasar suficiente tiempo para que los candidatos se levanten y luego puede hacer observaciones como las siguientes:
A LOS QUE SOLICITAN SER BAUTIZADOS
17. ¿Por qué autoridad están haciendo discípulos y bautizando a gente de todas las naciones los testigos de Jehová?
17 Cuando el resucitado Jesucristo todavía estaba sobre la tierra él declaró: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.” Esto fué algún tiempo antes de su ascensión al cielo. Él entonces fué muy específico al hablar a sus discípulos, pues dijo: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la consumación del sistema de cosas.” (Mat. 28:18-20, NM) Bajo este mandato los testigos de Jehová salen a todo el mundo para hacer discípulos de gente de toda clase.
18. ¿Por qué están ansiosos de bautizarse “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo” los que solicitan ser bautizados?
18 Ustedes que solicitan ser bautizados se han hecho alumnos o discípulos de Cristo y por lo tanto han llegado a conocer al Padre. Ustedes han tomado para sí mismos el nombre del Padre al llamarse cada uno de ustedes testigo de Jehová. Por lo tanto quieren bautizarse en el nombre del Padre. Jesús dijo que sus discípulos también deben bautizarse en el nombre del Hijo, y ustedes también han tomado su nombre, porque ustedes son cristianos. Ustedes como cristianos tienen que seguir los principios elevados que él defendió y tienen que estar ansiosos de andar en sus pisadas, porque él siempre hizo la voluntad de su Padre y dió testimonio de él. El bautizarse ustedes en el nombre del espíritu santo sólo puede efectuarse si ustedes reconocen que es la fuerza activa de Jehová y que opera en los que aman a Jehová y están deseosos de cumplir sus mandamientos. En Juan 14:15-17 (NM) Jesús dijo a sus apóstoles: “Si ustedes me aman, observarán mis mandamientos; y yo le pediré al Padre y él les dará otro ayudante para que esté con ustedes para siempre, el espíritu de la verdad.” Jesús también nos ha enseñado que la Palabra de Jehová es la verdad, y por medio de estudiar constantemente Su palabra de verdad ustedes entenderán la voluntad de Jehová. (Juan 17:17) Ustedes discernirán el trabajo maravilloso que Cristo Jesús hizo y está haciendo, y reconocerán el poder del espíritu de Jehová.
19-22. (a) ¿Cuáles dos preguntas deben hacerse a las personas que desean bautizarse? (b) Si la persona puede responder “sí” a estas preguntas, ¿debe titubear o demorar en cuanto a bautizarse?
19 Por lo tanto ahora con la boca hagan una declaración pública de su fe contestando estas dos preguntas que les haré, y que sus respuestas sean audibles, para que todos los que se encuentran a su alrededor sean testigos de la declaración que ustedes hacen solemnemente:
20 (1) ¿Se ha reconocido usted ante Jehová Dios como pecador que necesita salvación, y le ha hecho saber a él que usted reconoce que esta salvación procede de él, el Padre, por medio de su Hijo Jesucristo?
21 (2) Sobre la base de esta fe en Dios y en su provisión para la salvación, ¿se ha dedicado usted sin reservas a Dios para hacer su voluntad de aquí en adelante conforme se la revela él a usted por medio de Jesucristo y mediante la Biblia bajo el esclarecimiento del espíritu santo?
22 Todos ustedes los que respondieron “Sí” a estas preguntas deben bautizarse sin titubeo o demora. Ustedes tienen suficiente conocimiento y entendimiento de lo que hacen y Dios los considera responsables de efectuar su voluntad por medio de ser bautizados en agua.
23. Después de bautizarse, ¿qué debe recordar siempre una persona?
23 Siempre tenga en cuenta el reino triunfante de Jehová y su glorioso Rey, Cristo Jesús, quien preparó el camino como nuestro Caudillo y Comandante. Tenga la misma actitud mental que él tuvo hacia Jehová, como se describe en el Salmo 40:8: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón.” ¡Ah, sí! ¡recuerde la ley de Jehová, su infalible Palabra escrita, la Biblia! Estúdiela cuidadosamente, camine de acuerdo con su guía y dirección, porque es una luz para su senda. ¡Recuerde el espíritu de Jehová! Deje que éste gobierne toda actividad suya, porque es mucho más fuerte que el espíritu del Diablo. ¡Recuerde la organización de Jehová! Quédese muy cerca de ella a todo tiempo, porque es como una madre para usted, para nutrirlo, alimentarlo, disciplinarlo y protegerlo.
24, 25. ¿Qué proceder traerá a los cristianos dedicados y bautizados su felicidad más grande, junto con tranquilidad de ánimo y contentamiento?
24 Ustedes querrán recordar este día de su bautismo en agua; por eso hagan un registro permanente de él para referencia futura. Este día, que tiene una relación con su ordenación y autorización por Dios, ciertamente es un gran día y una ocasión feliz en la vida de cada uno de ustedes, porque hoy ustedes están anunciando ante muchos testigos que han abandonado sus caminos anteriores de religión falsa y han escogido adorar a Jehová para siempre con sus testigos verdaderos. Y al dirigirse a la adoración y servicio puro de su Creador han recibido muchas cosas maravillosas de Sus manos generosas. Todo esto los ha hecho a ustedes muy felices, pero dado que hay todavía más felicidad en dar que la que hay en recibir, ustedes no se contentarán con sólo tener y disfrutar de estas cosas buenas ustedes mismos. Por lo tanto serán muy celosos para instar a otros en este mundo de muchas religiones falsas a que igualmente se pongan de parte de Jehová y junto con ustedes canten Sus alabanzas. Al seguir dicho proceder piadoso ustedes no podrán menos que tener gran gozo de corazón con tranquilidad de ánimo y contentamiento aun ahora antes de la batalla del gran día del Dios Todopoderoso en el Armagedón y tener, en los siglos venideros, rebosante gozo y felicidad inconmensurables, ¡todo para la honra, gloria, alabanza y vindicación de la Palabra y nombre del Dios vivo, Jehová! El ministro diría entonces: “Inclinemos todos la cabeza en oración a Jehová.”
25 Pensando en estas cosas y con el corazón dirigido hacia Dios los candidatos ahora deben ir al lugar del bautismo y ser sumergidos en agua. Para siempre después cada uno de los que se dedican y bautizan así debe predicar el reino de Jehová y vivir de acuerdo con la Palabra escrita de Dios, porque cada uno tiene que continuar dando prueba de que es un testigo de Jehová.