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Cuando la gente nos irrita¡Despertad! 1982 | 8 de enero
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Nosotros también responderemos apropiadamente ante las repetidas molestias a las que otros posiblemente nos sometan, si reaccionamos como lo hizo Jesús. Podremos lograr esto si cultivamos la misma clase de amor, apacibilidad y humildad de mente que Jesús poseía.
Siguiendo el ejemplo de Jesús
Jesús nos aconsejó que fuéramos amorosos para con nuestros hermanos espirituales y que estuviéramos dispuestos a perdonarlos aunque tuviéramos que hacerlo “hasta setenta y siete veces.” No obstante, ¿qué hay si nuestro hermano comete una ofensa grave? Jesús nos instó a que habláramos personalmente con el ofensor en privado. Entonces, “si te escucha,” dijo Jesús, “has ganado a tu hermano.”—Mateo 18:15, 22.
Al tratar con tales situaciones, sin embargo, es bueno recordar que aunque Jesús era perfecto nosotros no lo somos. Si nuestros amigos nos causan irritación, es posible que nosotros de vez en cuando les hagamos lo mismo. ¡Qué excelente sería que tratáramos sus ofensas en contra nuestra tal como nos gustaría que ellos trataran nuestras ofensas contra ellos... con amor, apacibilidad y humildad! Esto realmente es poner en práctica las palabras de Jesús: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.”—Mateo 7:12.
El que reconozcamos nuestras propias imperfecciones ayudará de otra manera. Jesús tenía una percepción extraordinaria y podía discernir el motivo y la condición de corazón de la gente. Nosotros estamos limitados a este respecto. Si se nos ofende o se nos irrita, puede que hayamos interpretado mal la situación y que en realidad no se nos quiso hacer ningún daño. Por ejemplo, en el caso que se mencionó en la introducción, el turista estaba equivocado. El gerente había dado atención al asunto, y, de hecho, la policía estaba investigando el caso.
Aun cuando estuviéramos convencidos de que estamos en lo correcto, todavía deberíamos ser humildes. Así se le hará mucho más fácil a la otra persona querer rectificar cualquier mal que haya cometido. Jesús dijo que el propósito de hablar a alguien que nos ha ofendido era el de ‘ganar a nuestro hermano.’ El tratar el problema con apacibilidad y humildad probablemente dé este resultado.
Esa fue la experiencia de los dos hombres que no se hablaban debido al problema relacionado con el solar. Después de haber pasado mucho tiempo sin hablarse, inesperadamente se hallaron sentados uno al lado del otro en un transporte público. Uno de ellos fue suficientemente humilde como para disculparse de su actitud equivocada. Eso ‘rompió el hielo,’ y los dos hombres se abrazaron. Ahora podían tratar su problema de manera pacífica, sin causar angustia ni vergüenza a los que los rodeaban.
Sí, tres cualidades como las de Cristo —amor, apacibilidad y humildad— pueden mejorar nuestra relación con otros. Cuando la gente nos causa irritación, estas cualidades nos pueden ayudar a tratar la situación de una manera constructiva, generalmente con buenos resultados. ¡Sin duda, al pensar detenidamente en el asunto, ninguno de nosotros podemos arreglárnoslas sin estas cualidades!
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Cómo hallar la felicidad¡Despertad! 1982 | 8 de enero
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Cómo hallar la felicidad
Jonathan Freedman, profesor de sicología en la Universidad de Columbia, E.U.A., declaró que la mayoría de las “teorías para obtener felicidad instantánea” de hoy día enseñan a las personas a solo buscar su conveniencia personal.
Sin embargo, él señaló que estudios hechos sobre la felicidad han probado que “la persona es más feliz cuando logra establecer una buena relación con otra persona.”
Siendo esto así, indudablemente podemos hallar mucha felicidad al desarrollar una relación estrecha y afectuosa con Dios.
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