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Sembrando semillas de buenas nuevas en un mundo plagado de guerrasLa Atalaya 1974 | 15 de mayo
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23 “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.”
24. (a) ¿A qué nación pertenecían ahora aquellos colosenses, y qué fruto estaban obligados a producir? (b) Por eso, ¿qué clase de fruto era que la “semilla” que había sido sembrada en sus corazones estaba produciendo?
24 Al participar en esta actividad de embajadores para el reino mesiánico de Dios, aquellos colosenses estaban produciendo los frutos del Reino. Mostraban que eran parte de la ‘nación que producía sus frutos.’ El “reino” que le había sido quitado a la nación de Israel natural y circunciso ahora había sido dado a la nación del Israel espiritual, a la cual nación pertenecían aquellos cristianos colosenses. (Mat. 21:43) La “semilla” simbólica de la “palabra del reino,” “la palabra de Dios,” había sido sembrada en sus corazones, y ahora que se había hallado que sus corazones eran tierra excelente estaban produciendo una cosecha de la misma clase o género de cosa que había sido sembrada en sus corazones. Es decir, ellos también estaban produciendo, predicando, enseñando, la “palabra del reino” a otros, a los que no eran parte de la congregación colosense.—Mat. 13:19; Luc. 8:11, 15.
25. En vista del ejemplo que pusieron los colosenses, ¿qué pregunta hacemos en cuanto a nuestro siglo plagado de guerra y por qué daremos gracias a Dios?
25 Un excelente ejemplo que es digno de imitación se puso allá en el primer siglo E.C. con relación a la congregación cristiana de Colosas, Asia Menor. ¿Está siendo copiado hoy en este siglo veinte plagado de guerras? Si así es, entonces nosotros, como el apóstol Pablo, tendremos causa para ‘dar gracias a Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo siempre’ cuando oramos a Él en cuanto a la situación religiosa.
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La declaración de las buenas nuevas lleva fruto mundialmenteLa Atalaya 1974 | 15 de mayo
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La declaración de las buenas nuevas lleva fruto mundialmente
1. ¿Cuál fue el acontecimiento espeluznante del primer siglo E.C., y, antes que se diera a conocer mundialmente, qué se había predicado por todo el mundo?
EN EL primer siglo con que comenzó nuestra era común, el acontecimiento más espeluznante fue, no la quema de la ciudad de Roma en 64 E.C., sino el asedio y la destrucción de la ciudad de Jerusalén en el año 70 E.C. Por su sobresaliente victoria sobre aquella ciudad poderosamente fortificada, al general romano Tito se le recompensó con una procesión victoriosa a su regreso a Roma en 71 E.C., y se erigió en su honor un arco triunfal. Sin embargo, la guerra sanguinaria con los judíos rebeldes no terminó sino hasta la captura de su último baluarte de Judea, la fortaleza de Masada que da al mar Muerto, en el año 73 E.C. Esto causó gran vergüenza, oprobio y frustración religiosa a los judíos por todo el mundo, y decenas de miles de ellos fueron vendidos en esclavitud. No obstante, años antes de que estas malas noticias para aquellos judíos circuncisos se dieran a conocer mundialmente, las buenas noticias o buenas nuevas de un gozo eterno habían sido esparcidas por todo el mundo entonces conocido. Eran las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios, un reino que no depende de la Jerusalén terrestre.
2. (a) ¿Quiénes fueron los portadores de aquellas buenas nuevas en aquel primer siglo E.C.? (b) ¿Hasta qué grado se expandió el cristianismo de oriente a occidente, antes de la quema de Roma?
2 ¿Quiénes fueron los portadores de aquellas buenas nuevas en aquel primer siglo E.C.? No los judíos circuncisos naturales que consideraban a Jerusalén su
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