-
“En los últimos días” ¿desde cuándo?La Atalaya 1981 | 15 de abril
-
-
[parousía] y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3) La evidencia disponible hoy prueba que nosotros mismos estamos viviendo durante el cumplimiento moderno de los “últimos días.” Pero ¿desde cuándo, y por qué? Debemos dar nuestra sincera atención a esta pregunta en el siguiente artículo.
-
-
¡Después de estos “últimos días,” el reino mesiánico de Dios!La Atalaya 1981 | 15 de abril
-
-
¡Después de estos “últimos días,” el reino mesiánico de Dios!
1. (a) ¿Qué exige la expresión “los últimos días” que haya respecto a esos días? (b) ¿Tuvieron fin los “últimos días” del sistema judío?
DÍAS a los cuales se llame “los últimos días” deben tener un fin. En el caso de los judíos y su templo reconstruido en Jerusalén, aquellos días terminaron en el año 70 E.C. De no ser así, ¿por qué debería llamárseles “los últimos días”? Pero la historia indica que tuvieron un fin (telos). Al hablar de aquellos días finales del sistema de cosas judío, Jesús dijo: “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22; Mar. 13:19, 20.
2. (a) ¿Quiénes fueron los “escogidos” por causa de quienes se acortó la “grande tribulación” que le sobrevino a Jerusalén? (b) ¿Qué punto de vista acerca del cumplimiento hace extravagantes las palabras proféticas de Jesús?
2 Se informa que dentro de Jerusalén hubo 97.000 judíos que sobrevivieron al sitio y a la desolación de su santa ciudad y de su templo construido por el rey Herodes. Pero estos sobrevivientes no fueron los “escogidos” por causa de quienes se acortó aquella “grande tribulación.” Más bien, los “escogidos” fueron los cristianos, quienes, después que hubo sido levantado el primer sitio en 66 E.C., prontamente obedecieron el consejo de Jesús que se da en Mateo 24:16-20 y huyeron de la ciudad condenada a la destrucción a un lugar fuera de la provincia de Judea. Todo lo que aconteció en aquel tiempo fue bastante malo. Pero si las palabras de Jesús acerca de ello, que leemos en Mateo 24:21, 22 y en Marcos 13:19, 20 están limitadas a solo el fin (telos) de Jerusalén en 70 E.C., entonces el lenguaje que él empleó acerca de ello se hace extravagante. Esta ciertamente no fue la más grande ni la peor tribulación de toda la historia humana registrada.
3. Las palabras de descripción que Jesús pronunció alcanzan sus debidas proporciones solo cuando vemos la destrucción de la antigua Jerusalén ¿desde qué punto de vista?
3 Las palabras de comparación que Jesús pronunció no alcanzan sus debidas proporciones a menos que veamos la destrucción de Jerusalén como típica o como una vista por anticipado de una futura “grande tribulación” sin igual, la destrucción de la cristiandad, que afirma tener casi mil millones de miembros. La destrucción de ella da principio a la destrucción del entero imperio mundial de la religión falsa. Poco después vendrá la destrucción de todos los elementos mundanos que se han divorciado de aquel imperio mundial babilónico de la religión falsa, pero sin ponerse a favor del reino mesiánico de Dios. La cantidad de vidas humanas que serán destruidas durante esa “grande tribulación” excederá por mucho la cantidad total que fue destruida en el diluvio del día de Noé, es decir, en los años de 2370-2369 a. de la E.C.
4. (a) ¿Durante qué período de tiempo habrían de ocurrir las “guerras e informes de guerras” acerca de los cuales Jesús profetizó? (b) ¿Qué indica el que se les llame “principio de dolores de aflicción”?
4 En la profecía de Jesús en Mateo 24:4-22, las “guerras e informes de guerras” de que habló él estaban limitados a un período de tiempo en particular. En el caso del sistema de cosas judío, acerca del cual sus discípulos preguntaron originalmente, éste fue el período de los “últimos días” desde 29 hasta 70 E.C. Este período ciertamente fue marcado por “guerras e informes de guerras,” junto con hambres, pestes y terremotos. Sin duda los judíos sintieron algunos efectos de aquellos sucesos calamitosos. Pero Jesús dijo que aquellos sucesos serían solo un “principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:8) No serían los dolores de agonía finales.
5. (a) ¿Culminaron en la “presencia” de Cristo y en la “conclusión del sistema de cosas” los sucesos angustiosos de entonces? (b) Además, ¿se llevó a cabo la predicación del Reino al grado que se había predicho, o no, y por qué?
5 Aquellas cosas desastrosas llevaron al fin (telos) del sistema de cosas judío en Palestina. Pero, como podemos ver hoy día, no resultaron ser “la señal de [la] presencia [de Cristo] y de la conclusión del sistema de cosas,” cosas que los discípulos incluyeron en su conjunto de preguntas. (Mat. 24:3; Mar. 13:4) Además, durante los “últimos días” del sistema judío la predicación de “estas buenas nuevas del reino . . . en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones” necesariamente se realizó en escala limitada, debido al escaso número de predicadores del Reino, y esta predicación se llevó a cabo bajo persecución. (Mat. 24:9-14) Pero, por supuesto, el mundo entero era para ellos un campo abierto, porque la predicación del Reino no habría de limitarse tan solo a los judíos circuncisos. Después de la resurrección de Jesús de entre los muertos sus discípulos llegaron a estar bajo el mandato que él les dio de ir y ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones.’ (Mat. 28:19, 20) Por lo tanto, la predicación del Reino por todo el globo terrestre tendría que ser para un tiempo que en aquel entonces estaba en el futuro, más allá de 70 E.C.
6. (a) ¿Qué cosas se predijo que acontecerían después de la tribulación que les sobrevendría a los judíos entonces? (b) ¿Por qué no se unieron los “escogidos” a “todas las tribus de la tierra” en su lamento?
6 Refiriéndose a la “grande tribulación” que le sobrevendría a Jerusalén en 70 E.C., Jesús pasó a hablar de cosas que habrían de acontecer “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días.” (Mat. 24:29) Habría de aparecer “la señal del Hijo del hombre”; también, habría un lamento, no por parte de solo las 12 tribus dispersas de los judíos naturales, sino por parte de “todas las tribus de la tierra.” Además, habría de recogerse a todos “sus escogidos” hasta que el número de ellos quedara completo. Estos “escogidos” no se unirían a “todas las tribus de la tierra” en lamentarse debido a la inminente calamidad mundial. Más bien que lamentarse, se regocijarían debido al aparecimiento de la “señal del Hijo del hombre” en el cielo. (Mat. 24:30, 31) Se regocijarían ante la evidencia de que estaban viviendo en los “últimos días” del viejo sistema mundial. Desde aquel año de lamentos de 1914 E.C., el año en que la humanidad entró en su primera guerra mundial, tenemos esa evidencia en medida arrolladora.
7. Después que terminen los “últimos días” del sistema de cosas mundial, ¿qué ha de esperarse, según el padrenuestro?
7 Los “últimos días” de cualquier cosa tienen que ser seguidos por algo. ¿Qué vendrá después de los “últimos días” de este sistema de cosas mundial? Prescindiendo del estado en que los pronosticadores mundanos se imaginan que estará la Tierra después de una esperada tercera
-