“El tiempo del fin” del mundo
“Dinos, ¿cuándo será esto, y qué será la señal de tu presencia y de la consumación del siglo?”—Mat. 24:3, Ver. Hisp.-Am., margen.
1. ¿Qué cosa necesaria proporcionó Dios para el nuevo mundo? ¿Cuándo?
JEHOVÁ hace siglos marcó 1914 d. de J.C. como su año designado para hacer que fuera dado a luz su reino. Su propósito es el de exterminar de la tierra un mundo viejo, corrupto y opresivo e introducir un justo nuevo mundo en el cual la humanidad obediente tenga la oportunidad de vivir para siempre. La primera cosa que se exige para introducir un nuevo mundo es establecer un gobierno nuevo y justo para él. La diferencia que significa este gobierno para la gente de buena voluntad se expresa aptamente por el siguiente proverbio: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra: mas cuando domina el impío, el pueblo gime.” (Pro. 29:2, Ver. Val. Rev.) Si Jehová Dios se hubiera fiado de que los hombres organizaran y establecieran el gobierno que garantizara el nuevo mundo anhelado, la fecha de 1914 nunca habría marcado el nacimiento del justo gobierno.
2. ¿Qué Sociedad vino a existir después de la Primera Guerra Mundial?
2 Reflexionen sobre 1914. Repasen lo que sucedió entonces entre los hombres. ¡Una guerra global para la dominación mundial, de los malos resultados de la cual la humanidad nunca se ha recobrado! Al fin de esa guerra se propuso la Sociedad de las Naciones, y en enero de 1919 el Consejo Federal de Iglesias de América expidió una proclamación que comenzó con estas palabras: “Ha llegado el tiempo para organizar al mundo para la verdad, la rectitud, la justicia y la humanidad. Con este fin como cristianos instamos el establecimiento de una Sociedad de Naciones Libres en la venidera Conferencia de Paz. Tal sociedad no es únicamente un expediente de paz; más bien es la expresión política del reino de Dios en la tierra. La Sociedad de las Naciones está arraigada en el evangelio. Igual que el evangelio, su fin es ‘Paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres’. Igual que el evangelio, es algo de atracción universal. Los muertos heroicos habrán muerto en vano a menos que de la victoria salga un nuevo cielo y una tierra nueva, donde more la justicia.—2 Pedro 3:13.”
3. ¿Qué cosa manifestó el resultado de la Sociedad?
3 La creación de nuevos cielos y una tierra nueva como lo predijo el apóstol Pedro quiere decir la creación de un nuevo mundo de justicia. Pero la Sociedad de las Naciones, que comenzó a existir el 10 de enero de 1920, no trajo paz en la tierra ni buena voluntad a los hombres. No trajo un justo mundo de nuevos cielos y tierra nueva. Todo el palabrerío de recientes presidentes y otros políticos estadounidenses acerca de introducir un mundo mejor y más fino, creado por las manos de los hombres ha resultado ser jactancia blasfema y propaganda dolosa. ¡Para lograr tal nuevo mundo hecho por hombres murieron en vano los millones de muertos heroicos que murieron en la Primera Guerra Mundial! En vez de morir para un mundo nuevo, murieron para un mundo viejo, cuyo fin ya es ineludible y está cerca. Su misma participación en la guerra global desde 1914 en adelante fué una señal patente y prueba incontrovertible de esto. Por eso aquel año de 1914 no marcó el establecimiento de un gobierno justo procedente de los hombres. La gente de todas las naciones sigue llorando y gimiendo, probando que la misma turba antigua inicua está en autoridad y domina entre los hombres.
4. ¿Qué quiere decir el hecho de que el reino del mundo viene a ser de Dios?
4 Pero los hombres de buena voluntad no tienen que desesperarse debido al fracaso del hombre. En la fecha que Jehová preordinó Él cumplió su promesa y estableció el Gobierno que hacía falta para el nuevo mundo que será creado por las manos del Dios Todopoderoso. La profecía predijo que cuando ese suceso glorioso aconteciera se haría un gran anuncio en los cielos, que se sintonizaría aquí en la tierra. Respecto a este anuncio leemos: “Y el séptimo ángel tocó la trompeta: y hubo grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará para siempre jamás!” (Apo. 11:15) Puesto que se proclama que este reino del Señor Jehová Dios es “el reino del mundo” y puesto que él ha de reinar para siempre jamás, el establecimiento del reino en manos de su Cristo quiere decir que el prometido nuevo mundo está cerca y durará para siempre. También quiere decir que el fin completo de este mundo viejo está cerca. Sí, y su fin será una gran bendición para todos los hombres de buena voluntad. Por esto el discutir el fin de este mundo no nos llena de temor. La invención de la bomba atómica no nos hace temer la destrucción global.
5. ¿Qué libro habla del fin? ¿Cómo sabemos que está tan cerca?
5 La Biblia es el único libro en la tierra que nos dice algo sobre el fin de este sistema inicuo de cosas en un tiempo definitivo. Por eso es el único libro que nos presenta un gran mensaje de esperanza de que habrá alivio duradero de la iniquidad, la opresión, la muerte y la organización del Diablo. ¡Y pensar que nosotros vivimos en este tiempo maravilloso del cambio! Sabemos esto de cierto, porque Jesucristo, el mayor de los profetas de Jehová, predijo nuestro tiempo. Lo describió. Lo hizo en respuesta a una pregunta que cuatro de sus apóstoles le hicieron privadamente. Esto es lo que indujo su pregunta: Acababa de declararles a los judíos en el templo en Jerusalén que su casa les era dejada desierta. Al salir él del templo sus discípulos aprovecharon la ocasión para enseñarle los maravillosos edificios que habían sido edificados en el área del templo. Jesús los dejó completamente aturullados cuando dijo: “¿No veis todo esto? pues en verdad os digo, que no será dejada aquí una piedra sobre otra, que no sea derribada.” Más tarde, al sentarse él solo, en el monte de los Olivos que miraba hacia Jerusalén y su templo, Pedro, Andrés, Santiago y Juan vinieron y le preguntaron: “Dinos, ¿cuándo será esto, y qué será la señal de tu presencia y de la consumación del siglo?”—Mat. 23:37 a 24:3; Ver. Hisp.-Am., margen.
6. ¿Preguntaron los apóstoles acerca del fin de la tierra? ¿Por qué?
6 Los apóstoles relacionaron la destrucción del templo (que también quería decir la destrucción de Jerusalén) con la segunda presencia de Jesús y el fin del siglo o mundo. Naturalmente, según todo lo que les había enseñado y también lo que dijo en esta respuesta particular, entendieron que su segunda presencia sería una presencia en su reino con él sentado en el trono y blandiendo el cetro de poder. (Mat. 16:27, 28; 25:31) De modo que en realidad le pedían que les dijera cuál sería la señal del establecimiento de su reino, lo cual quería decir el fin de este mundo. No tuvieron presente ni hicieron preguntas respecto a ningún fin de la esfera terrestre sobre la cual vivimos. Eran instruídos y eran bastante sensatos para saber que el establecimiento del reino de Dios mediante su Mesías Jesús no quería decir la destrucción de la tierra sino su transformación en un paraíso para ser el hogar del hombre obediente para siempre. Al orar la oración que Jesús les enseñó, no dijeron, ‘Padre nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Sea destruída la tierra junto con el sol, la luna y todas las estrellas en el cielo.’ No; sino que oraron que el reino de Dios mediante Cristo pusiera en vigor la justicia perfecta en la tierra para siempre, diciendo: “Padre nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mat. 6:9, 10) Si no era la tierra, ¿qué cosa esperaban que se terminara?
7. ¿Cómo interpretan los religiosos lo que dice la Biblia sobre el fin?
7 Cuando los políticos engañan a la gente hablando solemnemente acerca de crear un mundo mejor del mañana mediante las manos de los hombres, nadie, ni siquiera los católicos romanos ni los protestantes, entienden que esos políticos quieren decir la destrucción de nuestra esfera terrestre y la creación de una nueva en qué vivir. Pero cuando se trata de la conversación de Cristo y sus apóstoles acerca del fin del mundo, esos mismos religiosos interpretan sus palabras como si quisieran decir la destrucción con fuego de nuestra esfera terrestre y la conversión de toda nuestra creación material en la nada invisible. Como resultado, la población católica y protestante se rinde a toda suerte de temores sin fundamento bíblico debido a la instrucción incorrecta que ha recibido respecto a la Biblia. Por ejemplo, la Prensa Asociada, bajo fecha del 26 de enero de 1948, desde Manila, Islas Filipinas, reportó una serie de terremotos que sacudieron a Ilo Ilo y dijo que una mujer católica romana “histéricamente gritaba mientras conducía a su hijito: ‘¡Vienen más! ¡Ay, Madre de Dios! ¿puede ser esto el fin?’” (Times de Nueva York, 26 de enero de 1948, página 1) En el año en que terminó la Segunda Guerra Mundial, la Prensa Unida, bajo fecha del 18 de septiembre (martes), desde Pasadena, California, dijo que treinta hombres, mujeres y niños allí se preparaban para el fin de la tierra, que esperaban que hiciera explosión tres días después de eso, “como una bomba atómica,” y el misionero religioso encargado de ellos dijo, “El fin será el viernes—y de una manera parecida a la explosión de una bomba atómica.” (Evening Courier de Camden, N.J., del 18 de septiembre de 1945) Sus temores religiosos resultaron falsos, porque las Sagradas Escrituras dicen científicamente, en el Eclesiastés 1:4: “La tierra permanece para siempre.”
8. Desde su primer número, ¿qué ha enseñado La Atalaya respecto a la tierra?
8 Desde su primer número en julio de 1879 La Atalaya ha enseñado la verdad bíblica sobre el destino de la tierra literal. En su primer número, bajo el título de “Tres Mundos”, La Atalaya dijo: “Estos tres existen en el orden de sucesión indicado, nunca dos de ellos al mismo tiempo, y el mismo planeta, la Tierra, es la base de todos los tres.... La condición celestial de los santos, como la ‘Novia, la esposa del Cordero,’ y la condición terrestre de las naciones, como los ‘benditos del Señor,’ son hechos del mundo venidero y están en armonía la una con la otra. Si los santos han de gobernar las naciones según se ha prometido, las naciones tienen que estar allí para ser gobernadas. Hay altos y bajos, cielos y tierra, en el futuro y también en el pasado.” Durante todos los años desde entonces, el clero católico y protestante se ha mofado de los testigos de Jehová porque no enseñan la destrucción de nuestro planeta la tierra con fuego, sino que enseñan que durará para siempre en perfección paradisíaca bajo el reino celestial de Dios.
LA CONSUMACIÓN DE ESTE SISTEMA DE COSAS
9. ¿Qué manifiesta la traducción moderna respecto a la pregunta de los apóstoles?
9 En el griego en que fué escrita la pregunta que los apóstoles le hicieron a Jesús no hablaron de ningún fin de nuestro planeta la tierra. La traducción moderna del texto griego de las Escrituras hace este hecho muy patente. La Versión de Wéstminster católica de 1938 dice: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y cuál será la señal de tu venida [parousía, margen], y de la consumación del mundo?” Una Traducción Americana de 1939 (en inglés) dice: “Dinos cuándo ha de suceder esto, y cuál será la señal de tu venida, y del fin del siglo.” La traducción de Young (en inglés) de 1863 dice: “Dinos, ¿cuándo serán éstas? y ¿cuál es la señal de tu presencia, y del fin cabal del siglo?”—Véase la Versión Normal Revisada (en inglés) de 1946.
10. En el griego ¿qué palabra usaron? ¿Qué quiere decir aquí?
10 En el texto griego la palabra que usaron los apóstoles, en Mateo 24:3, y que se traduce como “fin cabal, o consumación”, es syntéleia. Esta es palabra compuesta, que contiene la preposición syn que quiere decir con, junto con, en compañía con y el nombre telos que quiere decir fin. La palabra compuesta, por lo tanto, puede denotar más que el meró fin de una sola cosa. La preposición syn denota que varias cosas, operaciones o condiciones han existido juntas o en compañía la una con la otra. De modo que el terminar juntas o su terminación mutua sería un fin combinado o fin de combinación, el llegar a un fin común. Varias ediciones del Léxico de Liddell y Scott dan como definiciones de la palabra “la combinación de partes a un solo fin; la combinación de esfuerzos; la consumación (de un ardid)”. Si usamos la expresión “fin combinado” o “terminación mutua”, dará la idea correcta. Los apóstoles le preguntaron a Jesús, “¿Cuándo serán ESTAS COSAS?” y esto sugiere cosas que terminan juntas o en combinación. Los apóstoles aprendieron de Jesús la expresión “la consumación del siglo”, en Mateo 13:39, 40, 49, de modo que sabían según la manera en que él la describió, que varias cosas terminarían juntas en ese fin combinado o syntéleia. En realidad, esta expresión no se usa más que seis veces en los escritos apostólicos, cinco veces por el apóstol Mateo y una vez por el apóstol Pablo.
11. ¿Qué palabra usaron para “siglo”? ¿Cómo se manifiesta su significado?
11 Pero ¿qué hay del siglo respecto a cuyo fin combinado o consumación preguntaron los apóstoles? La palabra que usaron es aión, y los traductores modernos católicos romanos siguen la Versión de Torres Amat al traducirla “mundo”. Pero la práctica de la mayor parte de los traductores modernos no católicos, es traducirla “siglo”, que quiere decir un período de tiempo en la historia del hombre, tenga o no tenga límite de fechas. “Siglo” puede ser traducción adecuada de aión en ciertas conexiones, pero no podría ser el significado en todo momento ni en todas las conexiones. Efesios 2:2 es un caso de esta clase. Allí les dice Pablo a los cristianos: “En que anduvisteis en un tiempo, conforme al uso [o aión] de este siglo, conforme al príncipe de la potestad del aire, espíritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia.” Allí la palabra “siglo” traduce la palabra griega kosmos, mientras que “uso” traduce la palabra aión. De modo que el énfasis está en el uso conforme al cual se anda durante un período especial de tiempo, más bien que en el período de tiempo. Pablo volvió a usar aión, en Gálatas 1:3, 4, para decir: “Nuestro Señor Jesucristo . . . se dió a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este presente siglo [aión] malo.” Puesto que los cristianos desde el día de Pablo hasta ahora han seguido viviendo en el mismo período general de tiempo en el cual el mal o la iniquidad dominan a la humanidad, aión aquí no puede querer decir un período de tiempo. El sistema de cosas ha de ser lo que es malo y de lo cual Jesucristo ha librado a sus seguidores consagrados.
12. ¿Cómo manifiesta Hebreos 1:1, 2 el significado de “aión”?
12 El significado de “sistema de cosas” también se contiene en la palabra aión cuando Pablo la usa en Hebreos 1:1, 2, donde dice: “Dios . . . en estos postreros días, nos ha hablado a nosotros por su Hijo; a quien ha constituído heredero de todas las cosas, por medio de quien también hizo el universo [aiones].” Esto no puede querer decir razonablemente que hizo períodos de tiempos, sino que ha de hablar de sistemas de cosas que el Dios Altísimo usó a su Hijo Jesucristo para crear. Por supuesto, estos sistemas podrían existir por un período limitado de tiempo o para siempre, dependiendo de la voluntad divina. Este significado de aión también concuerda con Hebreos 9:25, 26, donde Pablo habla del sacrificio de Jesús por los pecados y dice: “Ni tampoco fué necesario que se ofreciera a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote [judío] entra en el Lugar Santo año por año con sangre ajena; de otra suerte le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo [kosmos]: mas ahora, una sola vez en la consumación [syntéleia] de los siglos [aiones; sistemas de cosas], él ha sido manifestado para efectuar la destrucción del pecado, por medio del sacrificio de sí mismo.”
13. ¿Cómo manifiesta adicionalmente su significado Hebreos 9:25, 26?
13 Cuando Jesús se ofreció como sacrificio humano a Dios, eso trajo un fin combinado a los sistemas de cosas que habían funcionado para con la nación judía hasta entonces. Puso fin a la aceptabilidad de más sacrificios animales ante los ojos de Dios. Terminó el antiguo pacto de la ley mosaica que Dios había hecho con Israel. Terminó el sistema de tipos y sombras proféticos que se habían llevado a cabo entre los israelitas y sus antepasados. Ahora un pacto nuevo entró en vigor entre Dios y un Israel nuevo, un Israel espiritual, sobre cual nación nueva los antiguos tipos y sombras comenzaron a cumplirse. Ese sistema de adoración y relación judía con Dios terminó por completo cuando Jerusalén fué destruída unos cuarenta años más tarde. En la ciudad que había sido santa ya no había un templo material al cual los judíos pudieran recogerse y en el cual pudieran llevar a cabo lo de antes. En verdad, pues, Jesucristo se apareció en un tiempo cuando los sistemas especiales de cosas que pertenecían a los judíos terminaban juntos.
14. De modo que ¿qué quiere decir “aión” en Mateo 24:3, y por qué?
14 Puesto que los apóstoles conectaron la destrucción de Jerusalén y de su templo con la presencia de Cristo y el fin combinado, la palabra aión en la profecía de Jesús tiene el significado de “sistema de cosas” más bien que un siglo y absolutamente no quiere decir nuestro planeta terrestre.
15. ¿Por qué no aplicó en 70 d. de J.C. ese fin del “aión”? ¿Cuándo aplica?
15 Pero si los romanos destruyeron a Jerusalén en 70 d. de J.C., ¿por qué no aplica el fin acerca de que preguntaron los apóstoles a ese fin completo del sistema judío de cosas aquel año y al cual Pablo se refiere en Hebreos 9:25, 26? La razón es que la “presencia” de Cristo no comenzó en 70 d. de J.C. ni entró él entonces en el poder y gloria de su reino. Esto no vino a ser verdad sino hasta 1914 d. de J.C. Por esto cuando Jesús combinó la destrucción de Jerusalén y de su templo con el fin y con su propia presencia como Rey reinante, ha de haber usado a Jerusalén y su lugar santo como cuadro de una organización religiosa parecida en nuestro día, a saber, la cristiandad. También ha de haber usado el fin del sistema judío de cosas como cuadro profético, para representar el fin del sistema de cosas que ha existido hasta ahora. Este fin acontece durante el tiempo de su presencia real ahora. De modo que, con entendimiento profético y con visión clara del futuro, Jesús dió significado doble a mucha de su profecía. De manera que llevó su profecía mucho más allá del fin terrible que le vino a la nación judía desechada, dirigiéndola hasta el fin de la cristiandad y de todo el mundo a que ella pertenece, en nuestro día. Con este entendimiento de su profecía podemos apreciar más vivamente el hecho de que ya vivimos en la consumación o “tiempo del fin” del mundo.