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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1974 | 1 de julio
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impregnado de egoísmo. Rige el egoísmo.
En realidad, estas angustias son señales de que el sistema actual pronto será reemplazado por el reino de Dios. Bajo la gobernación de éste, dice el profeta de Dios, “justicia productiva es lo que los habitantes de la tierra ciertamente aprenderán.” ¡Qué bien recibido será ese cambio!—Isa. 26:9.
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Los terremotos afectan a todosLa Atalaya 1974 | 1 de julio
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Los terremotos afectan a todos
¿SE HA encontrado usted en un terremoto? Si así es, entonces usted sabe del nauseabundo pánico que se apodera de uno mientras la “tierra sólida” se menea como jalea. Unos cuantos segundos parecen horas. Los edificios se desbaratan y se vienen abajo, y centenares, quizás miles, de personas quedan atrapadas en los escombros. Los que sobreviven a una experiencia como ésa no la olvidan pronto. Por otra parte, quizás usted solo haya leído en cuanto a los terremotos.
De todas maneras, su vida es afectada por los terremotos. ¿Por qué decimos esto? Porque los terremotos modernos cumplen las palabras proféticas de Jesucristo. Suministran prueba de que vivimos en lo que la Biblia llama “la conclusión del sistema de cosas.” Considere la evidencia.
Si usted tiene una Biblia, diríjase a Mateo, capítulo 24, y comience a leer desde el versículo 3:
“Estando [Jesús] sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él los discípulos privadamente, diciendo: ‘Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?’ Y en contestación Jesús les dijo: . . . ‘se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.’”—Mat. 24:3-8; Mar. 13:4-8.
Y el historiador bíblico Lucas agrega que Jesús dijo: “Habrá grandes terremotos.”—Luc. 21:11.
¿NO HAY DIFERENCIA EN EL MODELO DE LO TERREMOTOS?
No obstante, hay quienes dicen: ‘Siempre ha habido terremotos. Este tiempo de la historia no es diferente del pasado en ese respecto.’ Un científico asevera lo siguiente en la revista National History:
“Uno nota con alguna diversión que ciertos grupos religiosos han escogido este tiempo algo desafortunado para insistir en que el número de terremotos está aumentando. . . . Vale la pena mencionar que el número de grandes terremotos que hubo desde 1896 hasta 1906 (unos veinticinco) fue mayor que el que ha habido en cualquier intervalo de diez años desde entonces. Aparentemente este interés religioso está asociado con algunas de las palabras de los Evangelios que hacen referencia a los últimos días . . . [La profecía de Jesús] todavía no impresiona a un sismólogo [perito en terremotos] como mucha predicción.”—Diciembre de 1969.
¿Es eso una objeción válida? Para contestar esa pregunta, en su propia Biblia note usted cuidadosamente lo que Jesús continuó diciendo. No predijo que los acontecimientos que ya se han mencionado (incluso los terremotos) ocurrirían dentro de algún “intervalo de diez años.” Más bien, dijo: “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” (Mat. 24:34) Una “generación” completa es de mucho mayor duración que diez años.
Además, recuerde que Jesús predijo “grandes terremotos.” ¿Qué es lo que hace “grande” a un terremoto? ¿No es su efecto en las vidas y la propiedad? Pero los estudiantes modernos de los terremotos tienden a considerar como “grande” un terremoto sólo si alcanza una clasificación alta en la Escala de Richter, la cual clasifica la “magnitud,”
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