Gozoso aguantador o desdichado renunciante... ¿cuál?
“Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39.
1. ¿A qué se debe que tantas personas no aguanten en algo que emprenden?
EN ESTOS tiempos de cambios rápidos es difícil que una persona aguante en cualquier empresa que escoja. Tiene que enfrentarse a mucha competencia y oposición junto con mucho trabajo duro y muchas angustias. Algunos no tienen las fuerzas necesarias para permanecer en la carrera ni la fuente de fuerzas de la cual extraer lo que se requiere para conservar su ánimo. Otros deciden que el fin u objetivo no justifica el esfuerzo y el aguante de la penalidad. Estos se hacen renunciantes.
2. ¿Por qué se sienten desdichados los que se hacen renunciantes?
2 Es inherente en el hombre el deseo de lograr algo. No hay nada que pueda reemplazar el gozo alborozador del logro. Y es natural que uno quiera que su vida sea de alguna manera una contribución a la sociedad. Los que aguantan, llegando finalmente a su objetivo, son los felices. Los renunciantes quizás consigan algún alivio temporal evitando las responsabilidades y presiones a las que se enfrentan los que aguantan; no obstante, crean un ambiente de infelicidad para sí mismos al renunciar... pérdida de confianza, una conciencia que los atormenta y falta de pundonor. Esto es especialmente cierto si la empresa en la que estaba ocupada la persona era una causa recta y digna y su vida resulta ser un fracaso.
3. Al iniciarse en un derrotero escogido, ¿qué cosas tiene uno que considerar para poder aguantar?
3 Todo el que quiera hacer de su vida una de logro y no quiera ser renunciante tiene que hacer planes con anterioridad, considerando cuatro cosas principales. Primero, es preciso que determine si el objetivo al que se dirige es el correcto, que le traerá felicidad duradera a él y a los que lo rodean. Segundo, tiene que examinar cuidadosamente y determinar si el medio que usará para obtener el objetivo que busca es honrado, justo y recto. Tercero, es preciso que obtenga el punto de vista correcto del aguante. Cuarto, estando seguro de todas estas cosas, tiene que resolverse firmemente a proseguir.—Compare con Lucas 14:28-33.
4. Habiendo principiado a dirigirse a su objetivo, ¿qué tiene uno que hacer entonces?
4 Habiendo fijado su derrotero, tiene que comprender que tendrá que utilizar todos los recursos disponibles que puedan suministrarle las fuerzas que se requieren para enfrentarse con éxito a los obstáculos y terminar el derrotero que ha escogido. (Fili. 3:12-16) Continuamente tiene que examinarse para estar seguro de que está siguiendo el derrotero directo hacia su objetivo, vigilando cuidadosamente que no se deslice ni a un lado ni al otro. Seguirá ajustando su derrotero de vez en cuando, enderezándose. Al ir directamente adelante, en su derrotero, su aguante será perfeccionado.—2 Cor. 13:5.
LA ACTIVIDAD MAS IMPORTANTE
5. ¿Cuál es el único objetivo que vale la pena, y por qué?
5 Hay muchas actividades en las que una persona puede participar que les son provechosas a la humanidad y a ella misma a un grado menor o mayor. Pero el estado de cosas que existe en el mundo hace que éstas lleven a desilusión y frustración. De hecho, estos esfuerzos a lo más solo son una ayuda temporal, pues toda la humanidad agoniza. Si hay un camino por el cual uno pueda conseguir vida eterna, no solo para sí mismo, sino también para otros, éste sería el mejor derrotero que se podría emprender. Sería el único digno de dedicar uno toda su vida a él, porque sin vida no se puede ir en pos de otras actividades, provechosas o agradables. Existe tal camino, con objetivo que verdaderamente vale la pena, en realidad, el único que vale la pena a grado cabal en nuestro tiempo, y el único derrotero en el cual una persona puede aguantar y perseverar con éxito. Ese camino es el servicio de Jehová Dios y su reino por medio de Cristo Jesús. Como Creador y Hacedor de todas las cosas buenas para la humanidad, él promete traer por medio de su reino un nuevo orden justo y duradero sobre esta Tierra en el cual el hombre pueda tener la expresión más plena de las cualidades que Dios implantó en él, en medio de condiciones justas y con vida sin fin.—Isa. 9:6, 7; 25:7,8.
AGUANTE CRISTIANO
6. Describa el punto de vista que el mundo tiene del aguante.
6 En cuanto al punto de vista apropiado del aguante: En el mundo la palabra “aguante” tiene un sonido desagradable. El punto de vista que el mundo tiene del aguante bien puede ilustrarse por la experiencia de un hombre que está en una balsa salvavidas. Este hombre se ve arrojado en tal situación contra su voluntad. Está a merced de los elementos. Quizás aguante y persevere debido a un deseo obstinado de vivir. Puede sobrevivir una larga prueba de escasez de alimento y agua y posiblemente sea rescatado de la balsa a tiempo, pero está tan débil que otros tienen que alimentarlo y cuidarlo, quizás por algún tiempo. El mismo no puede ayudar a nadie más. Es una experiencia sin gozo, el simplemente experimentar sufrimientos con determinación, aguardando que venga el fin de la prueba.
7. Contraste el punto de vista del cristiano acerca del aguante con el del mundo.
7 El que está sirviendo a Dios como cristiano es diferente. Es verdad, tiene que aguantar. Ese aguante incluye el enfrentarse a las cosas de la vida cotidiana así como a mucha oposición, sufrimiento y persecución. ¿En qué, entonces, es diferente el aguante del cristiano? Bueno, a diferencia del hombre que está en la balsa, el cristiano se inicia en su derrotero voluntariamente, sabiendo cuál es su meta y por qué tiene que aguantar. También sabe que tiene a su lado a Jehová Dios. No se desespera; no se le hace padecer de hambre al adelantar, porque se le alimenta espiritualmente. En vez de debilitarse como el hombre que está en la balsa, sigue haciéndose más fuerte porque sabe que está agradando a Dios. Está ayudando a otros a aguantar y perseverar. Su interés en otros lo ocupa de tal modo que piensa poco en cualesquier penalidades que él tenga que sufrir. Recibe edificación espiritualmente. A medida que aguanta con perseverancia, se hace más fuerte en vez de más débil. Su destino es seguro, no asunto dudoso, y está feliz. Sabiendo a dónde va y por qué, puede aguantar con gozo porque es evidencia de que está en el derrotero correcto y es una muestra de que Dios lo aprueba. El apóstol Pablo animó a los cristianos tesalonicenses con esta mismísima verdad:
8. ¿De qué dijo Pablo que era prueba el aguante perseverante de persecuciones y tribulaciones? ¿Por qué no tendría tal aguantador un semblante triste?
8 “Nosotros mismos nos gloriamos de ustedes entre las congregaciones de Dios a causa de la perseverancia y la fe de ustedes en todas sus persecuciones y las tribulaciones que están soportando. Esto es prueba del justo juicio de Dios, que conduce a que sean considerados dignos del reino de Dios, por el cual verdaderamente están sufriendo.” (2 Tes. 1:4, 5) Tal aguante perseverante resulta en beneficios para el aguantador y para quienes observan su conducta. Dado que tiene la aprobación de Dios, no puede menos que estar feliz. Ve que las cosas salen exactamente como esperaba —así como la Palabra de Dios predijo que saldrían— de modo que no tiene causa ni inclinación para quejarse. No tendrá un semblante triste, como si su aguante fuese una carga.
9. ¿Qué valor dan las Escrituras al aguante perseverante?
9 Las Escrituras atribuyen un alto valor al aguante perseverante y muestran que es una de las cualidades que el cristiano debe tener. Como Jesús mismo indicó, por la perseverancia de parte de ellos los cristianos adquirirían sus almas (vidas). (Luc. 21:19) El apóstol Pablo elogió a los cristianos de Tesalónica por su aguante debido a su esperanza en el Señor Jesucristo. (1 Tes. 1:3) Pedro amonestó a los cristianos diciéndoles que añadieran a las otras cualidades cristianas la cualidad importante de la perseverancia. (2 Ped. 1:6) Son constantes las advertencias que se dan en las Escrituras contra el apostatar o abandonar el derrotero cristiano, contra el salirse de la carrera.—Heb. 10:38, 39; 2 Tim. 4:10; Mat. 24:13; Heb. 6:4-6; Rev. 2:10.
LA SITUACION HOY
10. ¿Cuál es la situación en la cristiandad tocante a aguante y perseverancia?
10 ¿Qué hemos observado en cuanto a aguante y perseverancia entre los que afirman haber emprendido el derrotero de ser seguidores de Cristo? En la cristiandad hay millones de personas que han renunciado a ese derrotero, aumenta al por mayor la falta de respeto a la ley y el orden, y lo que más alarma a las iglesias de la cristiandad es la desmedida y creciente proporción de renunciantes entre los clérigos. Jesús previó que sería precisamente así, pues dijo: “Por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:12) Por lo tanto, estas cosas no son hechos sorprendentes para el estudiante de la Biblia, pues la Palabra de Dios nos dice que la cristiandad es parte de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, que está contra Dios, y por lo tanto estos clérigos no son hombres verdaderamente dedicados a Jehová Dios por medio de Jesucristo. No tienen su espíritu ni su ayuda, sin lo cual es imposible perseverar. Con razón han renunciado del derrotero correcto.—Rev. 18:2, 21; Jer. 51:58; Isa. 40:30, 31.
ACTITUD NEGATIVA DEBILITA EL AGUANTE
11, 12. (a) ¿Cuál es la situación entre la mayoría de los testigos de Jehová? (b) ¿Qué evidencias mostrarían que la perseverancia de algunos se está debilitando?
11 Pero, ¿cuál es la situación entre los que han llegado a conocer a Jehová y su propósito por medio de su reino y que han hecho una dedicación verdadera a Jehová por medio de Jesucristo? Aunque por mucho la mayoría está aguantando y perseverando, algunos, y es triste decirlo, han perdido a un grado mayor o menor su primer amor y gozo de servir a Dios y han comenzado a considerar el servicio del Reino como un trabajo que es gravoso. Aunque quizás nosotros no tengamos esa actitud, nuestro gozo al perseverar se está debilitando si, cuando estamos en el servicio del campo, solo estamos esperando la hora en que hemos de dejar de trabajar e irnos a casa. Eso es una señal de que necesitamos pensar seriamente en cuanto a refrescar nuestro aguante.
12 También, cuando alguien habla de emprender el servicio de precursor de tiempo cabal, quizás otro diga: “Ese trabajo no es para mí. Sencillamente no estoy hecho para seguir haciendo esa clase de trabajo día tras día.” De nuevo, cuando alguien exprese el deseo de llegar a ser misionero o mudarse a otro país para servir en un campo más extenso, ¿ha oído usted que otros hacen comentarios como éstos: “¿Para qué quieres hacer eso? Tú vives bien aquí.” “¿Cómo te vas a mantener?” “¿Qué hay si te enfermas? No tendrás los hospitales que tenemos aquí.”? Tales comentarios son evidencias de que el aguante de estas personas se está debilitando. Peor, tal actitud resulta en debilitar el aguante y la perseverancia de otros.
13. ¿De qué debe estar acompañado nuestro aguante, y cómo ilustró esto Jesús?
13 Jehová ha dado a su pueblo trabajo que hacer, y él quiere que disfruten de él. (Ecl. 3:12, 13) Jesús, aun al tiempo que sufría pruebas fuertes, tuvo gozo. Sabía cuando emprendió su ministerio a la edad de treinta años que sufriría mucho a manos de los judíos y que finalmente sería muerto. Les comunicó esto a sus discípulos con anterioridad. Pero, ¿permitió él que esto apagara su gozo al servir a Dios? No. El apóstol Pablo dice: “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2) Gozosamente recomendó su derrotero a otros y mostró que no estarían solos en él cuando extendió esta invitación: “Pónganse debajo de mi yugo conmigo.” (Mat. 11:29, nota al pie de la página, NW, edición de 1950) Aun en los últimos días de su vida en la Tierra, cuando sabía que era inminente una muerte ignominiosa en el madero de tormento, no perdió su gozo ni entristeció a los que lo rodeaban; más bien, fortaleció a sus discípulos, dándoles ánimo para aguantar. En realidad, en la mismísima noche antes de su muerte dio a sus discípulos su discurso más afectuoso, más animador y más fortalecedor para el corazón.—Juan, capítulos 14 a 17.
14. ¿Qué papel desempeñan los ángeles en cuanto a nuestro aguante?
14 Ahora Jesucristo, glorificado en el cielo, está al mando de los santos ángeles y encargado de la predicación que tiene que efectuarse. Ha asignado a los ángeles que están bajo sus órdenes a deberes responsables, superentendiendo la proclamación de “estas buenas nuevas del reino.” (Mat. 24:14; Rev. 14:6, 7) Son “enviados para servir a favor de los que van a heredar la salvación.” (Heb. 1:14) A estos ángeles no se les envía para descubrir las faltas de los que están en la predicación y condenarlos, sino para ayudarlos. Están sumamente interesados en la obra que los siervos de Dios están efectuando, porque disciernen claramente que tiene que ver con la vindicación del nombre de Jehová. Quieren ver que se retenga integridad y que los testigos cristianos de Jehová demuestren que Satanás es mentiroso cuando alega que el hombre en la Tierra no retendrá integridad a Dios, sino que, por egoísmo o temor, no aguantará bajo prueba. Los ángeles observan la actitud y acciones de los siervos de Jehová, y se sienten felices cuando el pueblo de Dios lleva a cabo su trabajo en paz, unidad y aguante. (1 Cor. 4:9; 11:10) Se desilusionan cuando algunos muestran falta de obediencia y dejan de perseverar. Están plenamente equipados y listos para dar toda la ayuda necesaria a los cristianos que piden a Dios los servicios de ellos. Con el espíritu de Jehová sobre sus testigos cristianos y con el respaldo de los ángeles, los cristianos tienen plena seguridad de poder aguantar.—Sal. 34:7; 2 Rey. 6:15-17.
JEREMIAS UN EJEMPLO DE AGUANTE
15, 16. ¿La vida de quién nos suministra un ejemplo de aguante, y cuál era la situación cuando se inició en su derrotero de aguante?
15 La Biblia nos dice que “todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4) Uno de éstos cuyo derrotero de la vida registrado suministra mucho para fortalecer nuestro aguante es Jeremías. Nos será provechoso darle atención para que podamos edificar la cualidad de aguante en nuestra vida.
16 El reino de Judá se hallaba en malas condiciones en el tiempo del ministerio de Jeremías. El reino de diez tribus de Israel había sido desalojado por la nación de Asiria casi cien años antes de que Jeremías comenzara a profetizar. El reino de Judá había seguido el proceder de infidelidad que su hermano, el reino de diez tribus, había seguido, con el tiempo haciéndose hasta peor. Antes de que Jeremías entrara en escena el rey Manasés había producido tanta iniquidad al fomentar la adoración de Baal que, aunque más tarde se arrepintió, Judá continuó saturada de iniquidad a tal grado que Jehová declaró que con el tiempo borraría a Jerusalén y permitiría que los habitantes de Judá fueran llevados de allí.—2 Cró. 33:18, 19; 2 Rey. 21:13, 14.
17. ¿Cómo sabía Jeremías que el ser profeta significaría una prueba de aguante y perseverancia para él?
17 Amón el hijo de Manasés era como su padre. Después de un reinado inicuo de dos años fue sucedido por Josías, en 659 a. de la E.C. Fue en el decimotercer año de Josías que Jehová llamó a Jeremías para profetizar a Judá, cuarenta años antes de la destrucción de Jerusalén. El rey Josías estaba haciendo cuanto podía para restaurar la adoración verdadera en Israel. Llevó a cabo grandes reformas, pero todavía había mucha iniquidad en el país. Cuando Jeremías fue llamado al cargo de profeta sabía que sería una prueba de aguante y perseverancia para él. Jehová le advirtió que los judíos pelearían contra él y que había peligro de que fuera aterrado a causa de ellos. Jehová indicó que no había razón para temer porque El respaldaría a Jeremías y estaría con él para librarlo. Por lo tanto, Jeremías debería hablar todo lo que Dios le dijera que hablara.—Jer. 1:7, 8, 17-19.
18. ¿Por qué era el mensaje de Jeremías uno que requeriría aguante de parte de él entregar?
18 Jehová le dijo a Jeremías cuál sería la naturaleza de su trabajo, revelando que era el entregar un mensaje que ocasionaría gran oposición. Se requería que Jeremías le dijera a Judá, en particular a los sacerdotes, profetas y príncipes de ella, en su misma cara, que se habían apartado de Jehová. Había marcas de sangre de las almas de los inocentes en las faldas de Judá. (Jer. 2:26, 34) La nación de Judá era como una prostituta. (Jer. 3:1) Había roto el pacto que había hecho con Jehová. (Jer. 11:3-8) Y finalmente, Jeremías tenía que decirle al pueblo que para salvarse la vida deberían someterse al rey de Babilonia... habla que para los líderes judíos era traición y acción subversiva, digna de muerte. (Jer. 27:12, 17) Además, informó a los judíos que Babilonia los vencería, llevándoselos al destierro durante setenta años... de veras un mensaje fuerte.—Jer. 25:7-11; 32:24, 36.
SEMEJANZA CON LOS TESTIGOS DE JEHOVA
19. ¿Cuáles son cinco semejanzas sobresalientes de la experiencia de Jeremías con la de los testigos de Jehová hoy?
19 Un estudio de las acciones de Jeremías es apropiado hoy para los testigos de Jehová, acciones a las cuales deben prestar más que la acostumbrada atención. La semejanza de la experiencia de Jeremías con la de los testigos de Jehová se puede notar fácilmente: Primero, la comisión, una declaración urgente de juicio de Jehová; segundo, una reedificación espiritual de los que podrían llegar a ser siervos celosos de Jehová; tercero, la demostración de la operación del espíritu de Dios sobre Jeremías. La palabra de Dios era como un fuego en los huesos de Jeremías que no se apagaba, sino que aumentaba en intensidad a medida que él aguantaba. (Jer. 20:9) Cuarto, la actitud negativa de los siervos dedicados de Jehová, los judíos, que era semejante a la de las religiones de la cristiandad y semejante a unos cuantos entre el pueblo de Dios en la actualidad. Estos judíos podían y deberían haber apoyado a Jeremías en su trabajo, pero habían minado la fe los unos de los otros, perdiendo gozo en Jehová, celo y espiritualidad a un grado mortífero. Y, quinto, la necesidad de aguante.
20. ¿Por qué era feliz Jeremías, aunque aguantó tanto?
20 Santiago, el medio hermano de Jesús y uno de sus discípulos fieles, dijo: “¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado.” (Sant. 5:11) Jeremías, después de haber aguantado, estaba feliz. Aguantó con perseverancia a través de la destrucción de Jerusalén y el cautiverio de su rey de la línea de David, como había profetizado. Fue llevado a Egipto por los pocos judíos que fueron dejados en el país por los babilonios, para continuar su obra de profetizar... un total de más de cuarenta años de aguante y perseverancia en el servicio de Jehová, en una asignación de territorio que empeoraba progresivamente. No se sintió feliz al ver a Jerusalén destruida ni a su templo saqueado; en realidad, escribió el libro de Lamentaciones, una expresión de intenso dolor por el vituperio que dicha destrucción le acarreó al nombre de Jehová. Pero le hizo sentirse feliz el ver que la palabra de Dios se llevó a cabo, vindicándolo como profeta verdadero de Jehová. Tan poderoso fue su profetizar que una queja de lamento y conminatoria hoy se llama “jeremiada.” Además, Jeremías vio que su predicación llevó fruto, otros alabadores de Jehová que también fueron salvados debido al rasgo edificante de su mensaje. Fueron notables entre éstos Baruc y Ebed-melec.
21. ¿Qué clase de persona fue Jeremías?
21 Muchas veces Jeremías tuvo la oportunidad de renunciar a su comisión durante sus más de cuarenta años de profetizar, pero él no era de esa clase. Más bien, fue de la clase de adoradores que son fieles y aguantan con perseverancia de los cuales Dios no se avergüenza de “ser invocado como Dios de ellos, porque les tiene lista una ciudad.”—Heb. 11:16; 1 Juan 2:19.
22. (a) ¿Tiene profetas inspirados hoy Jehová? (b) ¿Qué clase de profetas tiene, si los tiene?
22 Jeremías fue un profeta llamado por Jehová e inspirado a declarar su palabra. También era sacerdote. (Jer. 1:1) Hoy la Palabra de Jehová está completa y él ya no inspira a personas a profetizar por él, pero sí tiene a testigos en la Tierra sobre quienes ha puesto su espíritu, y los ha enviado en capacidad sacerdotal, para enseñar las leyes de Dios, y también los ha comisionado a predicar. En un sentido sus ungidos fieles son profetas, pues declaran las profecías escritas, junto con su aplicación. (Hech. 2:17) Sus compañeros, la “grande muchedumbre” de “otras ovejas,” han emprendido el darles ayuda en la proclamación mundial de las buenas nuevas del Reino y en declarar las profecías como las anuncia el resto ungido fiel. ¿Pueden mantener la fe y aguante de Jeremías? En el siguiente artículo consideraremos cómo se puede hacer esto.—Mar. 13:10.
[Ilustración de la página 650]
El punto de vista que el mundo tiene del aguante es que se asemeja a la experiencia de un hombre que está en una balsa salvavidas. El aguante del cristiano es diferente; él emprende su derrotero voluntariamente y sigue haciéndose más fuerte
Por Jehová los mismísimos pasos de un hombre físicamente capacitado han sido preparados, y en su camino Él se deleita. Aunque caiga, no será arrojado abajo, porque Jehová está sosteniendo su mano. Apártate de lo que es malo y haz lo que es bueno, y por lo tanto reside hasta tiempo indefinido. Porque Jehová es amador de la justicia, y no dejará a sus leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados; pero en cuanto a la prole de los inicuos, ésta en verdad será cortada. Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.—Sal. 37:23, 24, 27-29.