Se requiere fe para agradar a Dios
“Sin fe es imposible agradarle bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.”—Heb. 11:6.
1. (a) ¿Qué dice la Palabra de Dios la Biblia que aumentaría en nuestro día, y por eso, qué estaría disminuyendo? (b) ¿Qué acontecimientos recientes confirman esto?
LA Palabra de Dios la Biblia nos dice concerniente a los días en que estamos viviendo: “Por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:12) Observamos la veracidad de esta declaración y la disminución de fe entre la gente de la cristiandad. El Negociado Federal de Investigaciones comprobó esto cuando dio a conocer, al publicar las cifras para 1963, que el número de crímenes graves de los Estados Unidos había aumentado 40 por ciento desde 1958. Esto es cinco veces el aumento de población del 8 por ciento. Los jóvenes menores de dieciocho años fueron responsables de 50,4 por ciento de los arrestos en las áreas suburbanas por crímenes graves. J. Edgardo Hoover, el director de la F.B.I., calculó el costo anual del crimen en los Estados Unidos conservadoramente en 27.000.000.000 de dólares.a Además ha habido aumentos de delincuencia juvenil. La inmoralidad y los divorcios por otras causas diferentes del permiso bíblico han aumentado vertiginosamente, no solo en los Estados Unidos, sino también en otras naciones. En Suecia, que tiene un gobierno de iglesia-estado, informó el American Weekly, “de cada diez suecas casadas, siete han concebido por lo menos un hijo antes de llegar al altar.”
2. ¿Qué advertencias se han dado para proteger la fe?
2 Quizás una de las causas más sobresalientes sea la manera en que la mente de la gente es embaucada por declaraciones no científicas, solo porque las hacen personas prominentes. Al referirse a tal circunstancia el apóstol cristiano Pablo advirtió en su carta a la congregación de Colosas: “Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya por medio de la filosofía y del engaño vano según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo.” Y en otra ocasión el mismo escritor advirtió a un joven: “Guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las vanas palabrerías que violan lo que es santo y de las contradicciones del falsamente llamado ‘conocimiento.’ Por ostentar tal conocimiento algunos se han desviado de la fe.”—Col. 2:8; 1 Tim. 6:20, 21.
3. ¿Qué aprendemos de 2 Timoteo 3 en cuanto a lo que puede esperarse en nuestro tiempo?
3 Es interesante examinar los sucesos y condiciones de este siglo veinte, en vista de las revelaciones proféticas registradas hace mil novecientos años. La Biblia predijo los tiempos difíciles que prevalecen, que habría degeneración y derrumbe morales en que la gente amaría los placeres más que al Dios Todopoderoso, y que habría quebrantadores de pactos, junto con muchas otras prácticas nefarias. Aquí está lo que Pablo escribió al joven Timoteo acerca de las circunstancias que ocurrirían en los “últimos días”: “Sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder; y de éstos apártate.” Entonces el registro revela que los que tuvieran fe y vivieran devotamente serían perseguidos; y, para verificar otra vez lo concerniente al aumento de la iniquidad, dice que otros serían extraviados: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos. Pero los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.”—2 Tim. 3:1-5, 12, 13.
4. ¿Cuáles son algunas razones por las que muchas personas abandonan la fe en Dios y en Su Palabra?
4 Algunos han abandonado la Biblia y la fe en ella debido a la ridícula explicación de la cristiandad de lo que dice que la Biblia contiene, como la doctrina de fuego del infierno y el culpar a Dios por la iniquidad, guerras e inquisiciones. Por otra parte, algunas personas ponen reparo a la pureza de la ley y a la manera en que la Biblia sostiene los principios justos, mientras desean satisfacer sus concupiscencias de la carne y codicia de dinero, poder, placeres e inmoralidad. En vez de hacer lo que es correcto, ponen a un lado la Biblia y siguen sus propias ideas y filosofía de la vida. Otros descubren que la Biblia señala demasiado vívidamente que el requisito para hacer la voluntad de Dios incluye el asociarse con ministros que están ocupados vigorosamente en predicar el Evangelio. Esto es demasiada imposición sobre su tiempo, y por eso prefieren emprender el derrotero del menor esfuerzo y el que se amolda a las prácticas sociales de “este mundo.” La fe no es una cualidad que posean todas las personas, ni es el deseo de muchos.—2 Tes. 3:2.
5. ¿Por qué no esperaremos que la mayoría tenga fe?
5 Debe entenderse que no es una mayoría la que aceptará la Biblia y seguirá en los pasos de Cristo Jesús el Hijo de Dios, haciéndolo tan fielmente y por amor en mi corazón y rindiendo servicio sagrado al Dios Todopoderoso, manifestando amor a su prójimo. Es verdad que solo una minoría aceptará los decretos justos según se manifiestan en la Palabra de Dios la Biblia y los observarán. Esto se muestra en las propias palabras de Jesús cuando dijo: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.” No significa que el camino no está disponible, sino que la mayoría de la gente no lo está buscando. Al establecer un contraste con este modelo, Jesús también dijo: “Ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él.” Esto constituye seguir la línea del menor esfuerzo, siguiéndola en conformidad con el nacionalismo y llenando el tiempo y vida de uno con otras cosas, desperdiciando el tiempo y esfuerzo de uno.—Mat. 7:14, 13.
6. ¿Quiénes manifestarán fe? ¿Qué harán?
6 Hay una minoría de personas que guardan la fe que se conocen como testigos de Jehová en la Tierra que tienen confianza explícita en la Palabra de Dios y que han dedicado su vida a hacer la voluntad de Dios, y Dios ha ‘purificado sus corazones por fe.’ Esto está en armonía con las palabras y expresiones de Jesús. Él recomendó: “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar mas no podrán.” ¿Por qué no? Porque no han colocado al Dios Todopoderoso y su amor a él en primer lugar en su corazón.—Hech. 15:9; Luc. 13:24.
FE
7. ¿Qué es fe?
7 Fe significa tener fidelidad o lealtad como resultado de las promesas de Dios. Se define mejor con las palabras del apóstol Pablo en su carta a los hebreos: “Fe es la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.” La fe tiene que ser verdadera, viva, y estar establecida firmemente en la creencia de que el Dios verdadero es Jehová. Engendra confianza explícita en su galardón prometido a los que le buscan.—Heb. 11:1.
8, 9. (a) ¿Es la fe una cualidad inherente? (b) ¿Cuál es la diferencia entre fe y credulidad? (c) ¿De qué debe estar libre la fe?
8 La fe no es una cualidad inherente, sino que tiene que adquirirse, y ésta se logra con éxito por medio de un estudio diligente de la Palabra de Dios, la Biblia. En el estudio progresivo, se desarrolla un amor intenso a la Biblia y a su Autor así como a su Hijo Jesucristo. Hay “un espíritu. . . un Señor, una fe. . . un Dios y Padre de todos, que es sobre todos y por todos y en todos.”—Efe. 4:4-6.
9 No ha de confundirse la fe con la credulidad que predomina tanto hoy día. La fidelidad de un cristiano no puede diluirse con credulidad aun al grado más leve, tal como vemos que están haciendo hoy los pueblos que expresan creencia y lealtad a diversas organizaciones religiosas, sean del paganismo o de la cristiandad. Por observación se puede ver que hay variedades de “fes,” incompatibles unas con las otras, además de no estar en armonía con la Palabra de Dios. Esto en sí muestra la importancia y la necesidad de buscar la genuina fe cristiana con un fundamento firme que se base en Jehová Dios el Creador del universo y su Hijo Jesucristo. El apóstol Pablo recalcó la misma idea al escribir a la congregación de Tesalónica, donde muestra la necesidad de estar libre de credulidad al pedir a los hermanos que se ocupen en orar, “para que seamos librados de hombres dañinos e inicuos, porque la fe no es posesión de todos.” ¡Cuán importante es, entonces, adquirir y edificar fe y no aceptar las teorías y opiniones de los hombres y sistemas de sociedad que quieren destruirla! (2 Tes. 3:2) La fe no puede ser diluida dentro de un cuerpo de cristianos para que acepten creencias diversificadas. Solo puede haber una fe que se basa en las enseñanzas del Dios verdadero y de su Hijo Jesucristo. Tal fidelidad no adulterada la posee una organización dirigida por Jehová Dios, a saber, la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová.
10. ¿Qué unicidad de expresión revelan los testigos de Jehová, y por qué es tan importante el no estar divididos en el modo de pensar?
10 En muchas ocasiones un ministro de los testigos de Jehová, cuando participa en el ministerio del campo, visitando a la gente a sus puertas, encuentra a un amo de casa que comenta: “Oh, usted habla igual que el último testigo de Jehová que pasó por aquí.” Quizás más tarde oiga un comentario semejante: “Ustedes, los testigos de Jehová, todos hablan igual.” Nos da gusto de que así sean las cosas; ésta es una buena señal. De otra manera no podríamos ser una organización que posee espíritu de Jehová, que resulta en unicidad en el modo de pensar, en propósito y en función como se recomienda tan bien en 1 Corintios 1:10: “Ahora les exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” Obviamente, entonces, con completa unidad en el modo de pensar y de expresión, prevalecerá una sola fe.
11. ¿Por qué no puede estar agradando a Dios el derrotero de la cristiandad? ¿Cuánta fidelidad se requiere?
11 En la cristiandad la fe ha sido adulterada y desestimada y no se requiere lealtad de parte de los miembros de ella. Fundamentalmente, sin mucha fe o aun con poca fe, es imposible que un individuo obtenga el favor de Dios. Esto se puede ver por las palabras del apóstol Pablo dirigidas a los hebreos: “Sin fe es imposible agradarle bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) Realmente no hay grado de fe, como cincuenta por ciento, sesenta por ciento, ni siquiera noventa y cinco por ciento, ya que no hay concesión para nada salvo fidelidad de cien por ciento a fin de conseguir la aprobación de Dios. Es interesante notar que muchos hombres de la antigüedad fueron mencionados en el capítulo undécimo de Hebreos 11 debido a la manifestación de tal confianza de cien por ciento.
12. (a) ¿Sobre qué se funda la fe, y cómo puede fortalecerse? (b) ¿Cómo puede obtenerse la fe y luego demostrarse?
12 Para evaluar nuestra fe para ver si es débil o fuerte, si está basada en un fundamento verdadero y firme, tenemos que usar la vara de medir de la fe, la Palabra de Dios la Biblia. El obrar de acuerdo con las normas de Dios y el obedecerlas son cosas esenciales. Pablo mencionó cómo el apostolado se fundó sobre la obediencia a la Palabra de Dios y sobre un despliegue de fe con respecto a Su nombre. A los romanos mencionó la importancia de “un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía,” para que la fe de él y la de ellos se establecieran más firmemente. La fe que poseemos se puede demostrar mediante las palabras que hablamos, sí, la palabra de fe que predicamos: “Con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.” Profundamente tranquilizadoras son las palabras de Pablo sobre esto cuando expresó además: “Ninguno que cifre su fe en él será desilusionado.” Surge la pregunta en cuanto a cómo uno inicialmente puede asegurar la fe o establecerla fundamental y básicamente. “¿Cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez, oirán sin alguien que predique?” Esto trae a nuestra atención que la fe se puede establecer inicialmente oyendo a un ministro de Dios. Verdaderamente, entonces, Dios enviará a sus ministros a predicar para que las multitudes puedan edificar su fe como resultado de oír la Palabra de Dios, la fuente de la fe. Una manera mediante la cual podemos medir nuestra fe es la manera en que estamos anuentes a gastarnos en el ministerio cristiano manifestar nuestra fe mediante nuestras obras.—Rom. 1:12; 10:10, 11, 14; Sant. 2:18.
13. ¿Cómo pueden edificar su fe las personas recién interesadas en la Biblia?
13 Personas recién interesadas en la Biblia o las que comienzan a participar en el ministerio pueden depender de personas que están ‘firmes en la fe.’ Los que son fuertes pueden “soportar las debilidades de los que no son fuertes.” Prosigamos: “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación,” que en este caso sería su fe. Al mismo tiempo esta declaración pone en claro que aun los que son fuertes, para mantenerse firmes en la fe, tienen que mantenerse activos y seguir participando en la obra ministerial. ¿De qué pueden depender para retener su fe y madurez? Estas palabras revelan de qué: “Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” De modo que verdaderamente Dios provee la base para nuestra esperanza y fe. Los que tienen fe pueden mantenerla viva, así como ilustró Pablo: “Ahora yo mismo también estoy persuadido acerca de ustedes, hermanos míos, que ustedes mismos también están llenos de bondad, habiéndose llenado de todo conocimiento, y que también pueden amonestarse los unos a los otros. Sin embargo, les escribo más francamente sobre algunos puntos, como si les recordara de nuevo, a causa de la bondad inmerecida que de Dios me fue dada.” El intercambio de fe que se basa en la Palabra de Dios, mediante la expresión de ella entre unos y otros, será edificante y será fortalecedora contra los esfuerzos de los opositores que presentan pensamientos contrarios y acarrean opresión de manera intensificada a fin de desbaratar la fibra moral de la fe.—Rom. 15:1, 2, 4, 14, 15.
14. ¿Por qué debemos dejar que Dios nos hable, y qué advertencia da él contra otras fuentes de información?
14 Se discierne prestamente, entonces, que tiene que poseerse conocimiento de Jehová Dios y de Su Palabra a fin de tener seguridad verdadera. Para familiarizarnos con él tenemos que permitirle que nos hable; no oralmente, por supuesto, sino por medio de las páginas escritas de la Biblia. Esta es la única fuente de información básica por medio de la cual podemos conocer a Jehová. Tocante a esto el salmista nos previene contra otras fuentes, con estas palabras: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.” Cuán bueno es este consejo lo apreciamos cuando leemos concerniente al hombre: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” El confiar en hombres, entonces, significaría perecer finalmente con ellos y sus enseñanzas fútiles.—Sal 146:3, 4.
EJEMPLOS DE FE
15, 16. (a) ¿Qué clase de fe desplegó Moisés? (b) ¿Quiénes fueron algunos otros que manifestaron fe firme, según el registro bíblico?
15 Debe tenerse presente que la fe no es un don, sino, más bien, es una cualidad que tiene que cultivarse. Muchos hombres de la antigüedad desplegaron fe ejemplar. Fueron humanos comunes como lo somos nosotros; de modo que se necesitó que la cultivaran y la establecieran. ¿No se requirió gran fe de parte de Moisés para decir estas palabras animosas a los israelitas que iban de huida: “No tengan miedo. Estén firmes y vean la salvación de Jehová, que él ejecutará para ustedes hoy. Pues a los egipcios que ustedes realmente ven hoy no los volverán a ver, no, nunca jamás. Jehová mismo peleará por ustedes, y ustedes mismos guardarán silencio”? (Éxo. 14:13, 14) Luego, además de esto, ¡qué fe se requirió para que Moisés condujera a más de dos millones de personas a través de un inmenso desierto cuando había poco alimento y una escasez de agua para tan grande multitud de personas! Pero él confió en Jehová y estaba obrando según se le mandó.
16 Uno podría enumerar muchos relatos bíblicos en cuanto a los que poseyeron fe, como Noé, Abrahán, Moisés, David y otros. Verdaderamente su fe fue genuina. Fueron hombres que tuvieron gran fe.—2 Ped. 2:5; Heb. 11:7, 8, 17, 24-27, 32.
17, 18. (a) ¿Por qué Jesús no hallará fe en la cristiandad? (b) ¿Entre quiénes la hallará, y cuál será su estado de ánimo concerniente a la fe?
17 ¿Qué hay del tiempo presente? ¿Qué tipo de fe podemos esperar hallar en los “últimos días” en que estamos viviendo? “Cuando llegue el Hijo del hombre, ¿verdaderamente hallará la fe sobre la tierra?” (Luc. 18:8) Es obvio que la fe verdadera no se puede hallar en las religiones de la cristiandad, debido a su relación estrecha con los elementos políticos del mundo, los proyectos de los caudillos humanos, los proyectos para la paz y los proyectos del mundo, en vez de cifrar la confianza en el reino de Dios bajo Cristo Jesús.
18 Los que cifran su confianza en las organizaciones de la cristiandad son sumamente lentos en cuanto a cifrar su confianza en el reino de Dios. Sin embargo, la fe en el reino de Dios y la confianza en su poder protector se pueden ver en la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová. Que todos los amadores de Dios y los que hacen su voluntad continúen cultivando la fe verdadera y no aflojen la mano en cuanto a mantenerla fuerte. No debemos permitir que el materialismo, nacionalismo ni otros intereses extraños irrumpan en nosotros para debilitar nuestra fe. Debemos ser del estado de ánimo que expresaron los discípulos de Cristo en Lucas 17:5: “Danos más fe.”
[Nota]
a El Times de Nueva York del 21 de julio de 1964, página 17.