El nuevo mundo de Dios en nuestra generación
¡EL NUEVO mundo prometido se ha acercado—en nuestra generación! Esto debería ser buenas nuevas para todos los que aman la justicia, los que han cifrado su esperanza en la promesa de Dios que pronto se cumplirá. Sí, prosigue la creación por Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra,” culminando en nuestro día con la entrada triunfante de un justo nuevo mundo.
¿Cómo sabemos que nuestra generación es la que se halla en los umbrales del nuevo mundo de Dios? Porque el gran Profeta, Jesucristo, predijo ciertos acontecimientos que sucederían inmediatamente antes del fin de este viejo mundo y la entrada del nuevo mundo del reino de Dios. Respecto a estos acontecimientos, Jesús declaró: “Noten la higuera y todos los otros árboles: Cuando ya brotan, observándolo, ustedes saben por ustedes mismos que ahora el verano se acerca. De este modo ustedes también, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca. Verdaderamente les digo: Esta generación de ninguna manera pasará hasta que sucedan todas las cosas.”—Luc. 21:29-32.
La generación que viera el comienzo de estos acontecimientos, manifestó Jesús, viviría para ver el fin. ¿Qué acontecimientos? Los que Jesús mencionó en contestación a la pregunta de sus discípulos: “Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”—Mat. 24:3.
Jesús contestó que la señal sería una serie de acontecimientos sacudidores del mundo que vendrían sobre una sola generación: “Nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá escasez de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son el principio de dolores de angustia.” Todas estas cosas concentradas juntas marcarían los “dolores de angustia” iniciales del tiempo del fin de este mundo y lo cercano del nuevo mundo. El registro de Lucas acerca de la profecía de Jesús es parecido, pero él añade que habrá “sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida por el rugir del mar y su agitación, mientras que los hombres se desmayan debido al temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Mat. 24:7, 8; Luc. 21:25, 26.
Hoy día en esta era nuclear sideral hay verdaderamente “angustia de naciones, no conociendo la salida.” No hay necesidad de probar esto; es obvio a cualquiera que observa los acontecimientos mundiales.
¿Cuándo comenzó este período de angustia de naciones? ¡Con esta generación! ¡Por eso viene el nuevo mundo dentro de nuestra generación! La I Guerra Mundial marco el principio de la “angustia de naciones” mundial. No extraña el que los historiadores reconozcan que el año 1914 cambió los asuntos de los hombres permanentemente. Un escritor, Jaime Cameron, dedicó un libro entero a ese año trascendental; al reseñar este libro, que se intitula “1914,” A. L. Rowe, escribiendo en el Times Book Review de Nueva York del 28 de junio de 1959, dijo:
“Si alguna vez hubo un año que marcó el fin de una era y el comienzo de otra, fue 1914. Ese año puso fin al viejo mundo con su sensación de seguridad y dio comienzo a la era moderna, característica de la cual es la inseguridad que es nuestra porción cotidiana. . . .desde que yo tengo memoria, nuestro mundo ha sido acondicionado por los acontecimientos de 1914, año que destrozó la paz y estableció el siglo veinte nacido en guerra y amenazado de guerra.”
Entre otras cosas que el Hijo de Dios nombró como parte del “principio de dolores de angustia” estuvieron la escasez de alimento y terremotos. “En tiempos recientes más personas han muerto de hambre que las que han sido muertas en la guerra,” dice lord Boyd-Orr, en el prólogo del libro The Geography of Hunger. “Pero estos números son pequeños cuando se comparan con el número de personas cuyo régimen alimenticio es inadecuado para mantener la salud. . . . Una comisión estadounidense reciente estableció el número a la altura de 85 por ciento [de la población de la Tierra].”
Y “habrá grandes terremotos,” dijo Jesús. (Luc. 21:11) El que los terremotos han aumentado en poder destructivo durante el siglo veinte es asunto certificado. En los primeros cinco meses del año 1960 hubo la pérdida de más de 20,000 vidas en terremotos alrededor del globo. Pero hoy día todo el género humano tiembla a causa de los acontecimientos mundiales y el temor de la aniquilación nuclear.
Después de predecir Jesús el comienzo de las aflicciones mundiales, añadió otra evidencia para identificar la generación implicada. Esta sería muy extraordinaria, puesto que no constituiría otra causa de malas noticias sino causa para las mejores noticias que el género humano pudiera oír: “Estas buenas nuevas del reino,” dijo Jesús, “se predicarán en toda la tierra habitada como testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) ¿Se están predicando estas buenas nuevas del reino establecido como testimonio a todas las naciones desde 1914? Dejemos que conteste un profesor de historia, de la Universidad Northwestern: “Los testigos de Jehová literalmente han cubierto la Tierra con su testificación. . . .Puede decirse verídicamente que ningún grupo religioso particular en el mundo desplegó más celo y persistencia en el esfuerzo por esparcir las buenas nuevas del Reino que los testigos de Jehová.”—C. S. Braden en These Also Believe.
Esta generación del género humano que está oyendo las buenas nuevas del reino de Dios y que vio el principio de las aflicciones mundiales en 1914 también vería el fin de esas aflicciones en la destrucción de este mundo: “Esta generación de ningún modo pasará hasta que sucedan todas estas cosas.” (Mat. 24:34) Esto no es nada de lo cual entristecerse. “Al empezar a suceder estas cosas,” dijo Jesús, “levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se está acercando.”—Luc. 21:28.
De modo que mientras este mundo encaminado a la destrucción está en espasmos de temor y perplejidad, los verdaderos seguidores de Jesús alzan la cabeza de gozo, sabiendo que esta generación que todavía está viva desde 1914 d. de J. C. es la generación que Jesús dijo vería ‘suceder todas las cosas,’ incluyendo el fin de este mundo. ¡La liberación para los verdaderos seguidores de Jesús y su entrada en el nuevo mundo de Dios se cumplirán dentro de esta generación!
Los malhechores mismos serán arrasados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra. Y solo un poco más de tiempo, y ya no existirá el inicuo.—Sal. 37:9, 10.