El Memorial—¿Tiene usted derecho a participar?
Cada año a principios de la primavera boreal las naciones han presenciado la celebración de cenas religiosas por ciertos sistemas de creencia y las cuales parecen tener algo en común. Este año los judíos comerán su cena pascual la noche del miércoles, 9 de abril, y los católicos romanos y los protestantes celebrarán el Viernes Santo el 11 de abril, entre tanto que los sistemas católicos griegos lo celebrarán el viernes siguiente, el 18 de abril.
Las miles de compañías de testigos de Jehová por toda la tierra en 121 países celebrarán la cena conmemorativa de la muerte de Cristo la noche del jueves, 10 de abril. La razón por la que la celebración judía y las celebraciones de parte de los cristianos profesos se asemejan tanto en cuanto a tiempo es que la cena conmemorativa de la muerte de Cristo fué instituída la noche de la pascua, inmediatamente después que Jesús y sus fieles apóstoles habían participado de la cena pascual, siendo todos ellos judíos por naturaleza. Allí Jesucristo dió instrucciones mandando que sus seguidores tuviesen una celebración cada año en esa fecha aniversaria. Los testigos de Jehová obedecen sus instrucciones estrictamente, celebrando la cena conmemorativa la noche del aniversario, a saber, el día 14 del mes judío de nisán, entre tanto que las sectas católicas y protestantes llevan a cabo una celebración el día viernes que cae más cerca del 14 de nisán, siendo que viernes fué el día que lo clavaron a la estaca en el Calvario para morir como mártir.
“Que uno primeramente se apruebe a sí mismo después de un escrutinio, y así que coma del pan y beba de la copa.”—1 Cor. 11:28, NM.
1, 2. ¿Qué pregunta se hace aquí, y qué dijo Pablo como un consejo para nosotros?
PARTICIPAR o no participar—ésa es la pregunta. No importa que usted sea católico o protestante, cristiano o no cristiano, usted tiene que decidir la respuesta a esta pregunta concerniente a la cena memorial del Señor. Aquí está lo que dice el apóstol Pablo como un consejo para todos nosotros:
2 “Yo recibí del Señor lo que también les he entregado, que el Señor Jesús la noche que iba a ser entregado tomó un pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: ‘Esto significa mi cuerpo que está a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí.’ Hizo igual respecto a la copa también, después que hubo terminado su cena, diciendo: ‘Esta copa significa el nuevo pacto por virtud de mi sangre. Sigan haciendo esto, cuantas veces la beban, en memoria de mí.’ Porque cuantas veces comen este pan y beben esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga. Por consecuencia, cualquiera que come este pan y bebe esta copa del Señor indignamente será culpable con respecto al cuerpo y la sangre del Señor. Que uno primeramente se apruebe a sí mismo después de un escrutinio, y así que coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo. Por eso es que muchos entre ustedes están débiles y enfermizos y no pocos están durmiendo en muerte. Pero si discerniéramos lo que somos nosotros mismos, no seríamos juzgados. Sin embargo, cuando somos juzgados, somos disciplinados por Jehová, para que no seamos condenados con el mundo. Por consecuencia, mis hermanos, cuando se juntan para comerla, esperen los unos a los otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no se junten para juicio.”—1 Cor. 11:23-34, NM.
3, 4. ¿Acerca de qué personas espiritualmente desordenadas preguntamos, y por qué?
3 ¿Se encuentra usted entre los que Pablo dijo que en su día estaban dormidos en la muerte entre tanto que muchos otros se hallaban débiles y enfermizos, hablando espiritualmente? Preguntamos esto porque centenares de millones en el día presente están desempeñando aunque sea formalmente la celebración de la cena del Señor o la Eucaristía, según la llaman ellos, y a pesar de esto, ¿cuál es su condición espiritual? Estos centenares de millones de católicos y protestantes de la cristiandad están muy enfermos espiritualmente, muy débiles en fe y obras cristianas. Un buen número de ellos están muertos espiritualmente cuando se trata de responder y despertar debido al glorioso mensaje que los testigos de Jehová están proclamando por todo el mundo hoy en día. Su condición social, moral y religiosa concuerda con la descripción dada por el apóstol Pablo en estas palabras:
4 “Los hombres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero, presuntuosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a sus padres, sin gratitud, sin bondad amorosa, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin dominio de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, porfiados, hinchados de estimación propia, amantes de placeres más bien que amantes de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa pero mostrándose falsos a su poder; . . . hombres inicuos e impostores irán de mal en peor, desviando y siendo desviados.”—2 Tim. 3:2-5, 13, NM.
5, 6. (a) ¿Qué significa esta condición de la cristiandad que va de mal en peor, y cuál es la raíz de su mal? (b) ¿Qué pregunta tenemos que decidir inteligentemente para no incurrir en juicio?
5 Esa condición se hace peor en la cristiandad cada año. ¿Qué significa esto? Significa que los “últimos días” han llegado para la cristiandad y para este mundo. Sí, y todos los que permanecen en esa condición espiritual caída se enfrentan con la destrucción en la guerra universal del Armagedón que pondrá fin a este sistema mundial de cosas. Porque el apóstol introduce la descripción anterior con estas palabras: “Pero conoce esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos y difíciles de manejar.” La mayor parte de esos religiosos que manifiestan una forma de devoción piadosa tratan de tomar por lo menos una vez al año en su Viernes Santo lo que ellos llaman “la sagrada comunión”. Entonces ¿cuál es la cosa responsable por la condición pobre y peligrosa de su salud espiritual? El mismo apóstol hace la diagnosis de la raíz de su mal, diciendo en su discusión acerca de la cena del Señor: “Que uno primeramente se apruebe a sí mismo después de un escrutinio, y así que coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo.” ¡Ah, allí está el mal! “Por eso es que muchos entre ustedes están débiles y enfermizos y no pocos están durmiendo en muerte.”—1 Cor. 11:28-30, NM.
6 No entienden el significado de los emblemas que Jesús usó en la cena memorial. No aprecian o no toman en serio la responsabilidad que tienen al participar de esos emblemas, aunque sea con pretensión. Por esto prueban ser falsos al poder de la verdadera devoción piadosa y son débiles y enfermizos en ese sentido, si es que todavía no se encuentran en un sueño de muerte. La fecha aniversaria de la cena del Señor ahora está próxima. Tiene que seguir observándose “hasta que él venga”. ¿Participará usted o es usted digno de participar de esa cena memorial con los seguidores de Cristo? ¿Está usted obligado a participar debido al mandamiento del Señor o está usted excluído de eso? Esa es una pregunta que cada uno tiene que decidir por sí mismo después de un escrutinio. Los participantes tienen que estar despiertos al discernimiento del cuerpo del Señor y tienen que apreciar lo que significa para ellos el participar de los emblemas del Memorial. De otro modo participarán para su propio juicio.
DIFERENCIA DE ENTENDIMIENTO
7, 8. ¿Qué resultados que se deben a la diferencia de entendimiento manifiestan que hay pobre salud espiritual, y acerca de cuáles palabras hay gran disputa?
7 El diferente entendimiento que se tiene acerca de lo que significan los emblemas del Memorial ha causado grandes divisiones y controversias religiosas, sí, hasta guerras religiosas y persecuciones en las cuales se ha derramado mucha sangre humana y se han cometido crueldades horribles y no cristianas. Todo esto da prueba de una salud espiritual muy pobre que se debe al hecho de no discernir el cuerpo del Señor. La gran disputa acerca de lo que significan ciertas palabras ha resultado en toda suerte de impiedades. Para que tengamos delante de nosotros un informe de las palabras de Jesús y de los privilegios que él confirió sobre sus seguidores, se cita el informe que describe cómo introdujo la cena memorial a sus verdaderos discípulos:
8 “Y los discípulos hicieron así como Jesús les mandó, y alistaron las cosas para la pascua. Cuando, pues, había atardecido, él estaba reclinándose a la mesa con los doce discípulos. . . . Mientras todavía comían, Jesús tomó un pan y, después de decir una bendición, lo partió y, dándoselo a los discípulos, él dijo: ‘Tengan, coman. Esto significa mi cuerpo.’ También tomó una copa y, habiendo dado gracias, se la dió a ellos, diciendo: ‘Tomen de ella, todos ustedes; porque esto significa mi “sangre del pacto” que ha de ser derramada a favor de muchos para el perdón de pecados. Pero yo les digo, que de aquí en adelante yo de ninguna manera beberé de este producto de la vid hasta aquel día cuando lo tome de nuevo con ustedes en el reino de mi Padre.’”—Mat. 26:19-29, NM; Mar. 14:22-25, Mo.
9. ¿Por qué se opondrán muchos a la traducción citada más arriba, y en qué insisten y qué pretenden?
9 Muchos sin duda se opondrán a la traducción citada más arriba. ¿Por qué? Porque dice, “Esto significa mi cuerpo,” “Esto significa mi sangre.” Harán esto a pesar del hecho de que la traducción de Móffatt dice: “Esto significa mi cuerpo,” “Esto significa mi sangre”; y la traducción de Chas. B. Williams dice, “Esto representa mi cuerpo,” “Esto representa mi sangre.” (Vea también la nota al pie de la traducción de Weymouth acerca de Mateo 26:26.) Los que se oponen pretenderán que ésta es una interpretación o exposición, y no una traducción. Insistirán en leer la Versión Torres Amat que es católica o la Versión Rey Jaime o la Versión de Lutero que son protestantes, todas las cuales dicen: “Este es mi cuerpo,” “Esta es mi sangre.” Ellos pretenden que cuando Jesús pronunció estas palabras se llevó a cabo un cambio material o esencial en el pan ázimo y en el vino que él entonces sirvió.
10. ¿Cuáles son las pretensiones del clero acerca de la transubstanciación, y mediante esto qué pretenden crear y sacrificar?
10 El clero católico enseña la doctrina de la transubstanciación, es decir, que la sustancia del pan y la sustancia del vino fueron cambiadas literalmente y vinieron a ser la carne y la sangre de Jesús cuando él dijo esas palabras. Los católicos ortodoxos o griegos también llaman esto transmutación. Pero ellos dicen que el espíritu santo es quien transmuta el pan y el vino en la carne y sangre literales de Jesús, y que no lo hace el sacerdote ortodoxo que consagra el pan y el vino que se usan. El sacerdote ora sobre ellos para que el espíritu santo produzca este cambio milagroso. El clero católico romano pretende que el sacerdote oficiante es quien cambia milagrosamente la hostia y el vino en carne y sangre humanos al pronunciar las palabras que Jesús dijo cuando ofreció esos emblemas a sus fieles apóstoles. En este caso, ya que debido a su creencia en una trinidad ellos pretenden que Jesús es el Dios Todopoderoso, el sacerdote hace que Dios descienda del cielo a sus altares de la misa donde es creado para el sacrificio. Dios entonces es creación de ellos, y esta vez son ellos quienes llevan a cabo esa muerte de sacrificio, y no los soldados romanos quienes lo hicieron hace diecinueve siglos por mandato de Poncio Pilato y bajo la instigación de los sacerdotes y escribas judíos y el sanedrín.
11. ¿Cuál es la doctrina acerca de la “Misa”, y cómo hace que Dios sea subordinado y la gente dependiente?
11 En su definición de la “Misa” El Almanaque Católico Nacional de 1948 (en inglés) dice: “La Misa es la renovación incruenta del Sacrificio de Nuestro Señor sobre la Cruz.” La pregunta 365 de Un Catecismo de Doctrina Cristiana (Edición Revisada del Catecismo de Baltimore [en inglés]), publicado en 1949, dice, “¿Quién dijo la primera Misa?” Su contestación: “Nuestro Salvador divino dijo la primera Misa, en la Última Cena, la noche antes que Él murió.” Hoy la Iglesia Católica Romana generalmente ofrece a la congregación de los legos únicamente el pan de la misa. Como excusa por solamente darles el pan este Catecismo da la siguiente contestación a su pregunta 366: “(b) No es necesario que recibamos el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor bajo las apariencias del pan y también del vino. Cristo está enteramente presente bajo las apariencias del pan, y también está enteramente presente bajo las apariencias del vino. Por lo tanto, lo recibimos a Él cabal y enteramente bajo las apariencias de sólo el pan o de sólo el vino. (c) En algunas Iglesias del oriente los fieles reciben la Santa Comunión bajo las apariencias del pan y también del vino. En la Iglesia Occidental los fieles reciben Comunión sólo bajo las apariencias del pan.” Siendo que dicha doctrina limita a los sacerdotes religiosos el poder para causar la transubstanciación, esto los glorifica a ellos como si tuvieran a Dios mismo bajo su poder. Hace que la congregación de legos dependa absolutamente de los sacerdotes, de modo que si no está presente un sacerdote, la gente no puede celebrar la cena del Señor.
12. ¿Qué cosa es consubstanciación, y cómo se manifiesta que ésta y también la transubstanciación no son el discernimiento del cuerpo del Señor?
12 Muchos protestantes creen en lo que se llama la consubstanciación. Según ésta, el pan y el vino siguen siendo realmente la misma cosa, pero debido a que se consagran por el clérigo que oficia, la persona que participa de ellos recibe el verdadero cuerpo y sangre de Jesucristo junto con el pan y el vino. Igual que la transubstanciación, todo esto requiere muchísima fe, porque el participante sigue viendo y probando solamente el pan y el vino literales. Ahora, pues, ¿es esto lo que se entiende por ‘discernir el cuerpo del Señor’? Se pretende que mucha gracia es impartida mediante todas las celebraciones que se imputan a la consubstanciación y a la transubstanciación. Pero si éstas representan el discernimiento correcto del cuerpo del Señor, ¿por qué no van acompañadas de dicha gracia divina? ¿Por qué está tan débil, tan enfermiza y hasta muerta la condición espiritual de la gente de la cristiandad? La condición actual de las sectas religiosas de la cristiandad niega que ellas verdaderamente disciernen el cuerpo del Señor, porque falta completamente la gracia espiritual que habría de esperarse como resultado. Si los centenares de millones de comulgantes en la cristiandad hubieran discernido el cuerpo del Señor y armonizado sus vidas de acuerdo con esto, la cristiandad no hubiera sido mutilada por dos guerras mundiales dentro de una generación, sin contar todos los otros conflictos sanguinarios que se han luchado durante los siglos pasados en el mismo corazón de ella. Cuando se examinan a la luz de las Sagradas Escrituras se destaca claramente que no son apostólicas, sino anticristianas las doctrinas de la transubstanciación y de la consubstanciación, acerca de las cuales ha habido tanta controversia agitada.
¿SE INDICA ALGÚN CAMBIO DE SUSTANCIA?
13. ¿Cuáles palabras manifiestan que el pan no se convirtió en carne de sacrificio y que el vino todavía era vino?
13 Examinemos las mismas palabras de Jesús. La versión católica de Torres Amat dice: “Tomó el pan, dió de nuevo gracias, lo partió, y dióselo, diciendo: Este es mi cuerpo, el cual se da por vosotros: haced esto en memoria mía.” (Luc. 22:19, TA) Si él hubiera querido dar a entender que el pan se había tornado en su carne, él hubiera dicho correctamente ‘Hagan esto en sacrificio de mí.’ En lugar de esto, él dijo que debían hacerlo “en memoria mía”, indicando que el pan era solamente un símbolo de su cuerpo. Notamos el mismo hecho concerniente al vino. Mateo 26:27-29 (TA) dice: “Y tomando el cáliz dió gracias, le bendijo, y dióselo, diciendo: Bebed todos de él: Porque esta es mi sangre, que será el sello del nuevo testamento, la cual SERÁ derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os declaro que no beberé ya más desde ahora de este fruto de la vid, hasta el día en que beba con vosotros de el nuevo cáliz de delicias en el reino de mi Padre.” (Mar. 14:23-25, TA) Notará usted que Jesús aquí indicó que el líquido en el cáliz todavía era vino literal, porque dijo: “no beberé ya más desde ahora de este fruto de la vid,” y no dijo que ya no bebería más de esta sangre.
14. ¿Qué otro hecho manifiesta que el vino no se había convertido en la sangre de Jesús?
14 Otro hecho que manifiesta que no fué su sangre es que Jesús dijo: “Esta es mi sangre, que será el sello del nuevo testamento, la cual SERÁ derramada.” Esto manifiesta claramente que su sangre no se estaba derramando allí mismo mediante una transubstanciación y mediante el ingerirla los apóstoles. La Versión Torres Amat no es la única que dice aquí, “será derramada,” sino que también lo dice así la Vulgata latina de donde se hizo la traducción de Torres Amat. La traducción del Mon. R. A. Knox de 1943 (en inglés) dice, “habrá de derramarse.” Y en Lucas 22:19 Knox hace que lea: “Esto es mi cuerpo, que habrá de darse por ustedes.” La Traducción del Nuevo Mundo también dice: “ha de derramarse,” y, “se dará,” indicando un tiempo futuro, a saber, cuando Jesús fué colgado en la estaca de tortura en el Calvario. De modo que Jesús no quiso decir mediante estas palabras que el pan y el vino eran su propia carne y sangre, del mismo modo que el apóstol Pablo no quiso decir que Jesús era una roca literal cuando dijo: “Bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.” (1 Cor. 10:4, NC) La roca de donde bebieron los israelitas solamente representaba o simbolizaba a Cristo. De la misma manera los emblemas del Memorial solamente simbolizaron o representaron el cuerpo y la sangre de Cristo.
15. Si fué transubstanciada, ¿qué clase de sangre tendría que ser? ¿Por qué?
15 Para que el vino en la copa fuera sangre hubiera tenido que ser sangre sintética, así como fué vino sintético el agua que Jesús convirtió en vino en la fiesta de bodas en Caná, ya que no vino directamente de una vid. Jesús dijo que el vino en el cáliz Memorial era fruto de la vid. Había venido de una vid, y no de las venas de Jesús. Por esto mediante un milagro pudiera haber sido a lo más solamente sangre sintética, porque Jesús todavía tenía la cantidad normal de sangre en su cuerpo. Cuando consideramos los miles de edificios o iglesias donde se celebra la misa diariamente cada año, ha de producirse más “sangre” de lo que pudiera suministrar una criatura normal en un día y más de lo que pudieran sacar los médicos para sus transfusiones de sangre. Según la teoría de la misa, Jesús tendría que ser un depósito de sangre muy grande, de donde se sacaría sangre como si fuera de un banco de sangre para transfundirla a los comulgantes mediante el cáliz de comunión. Esto es muy irrazonable. Esto explica por qué el clero dice que es un misterio, un misterio en cuanto a cómo podría ser verdad.
16. ¿De qué se hace culpable el clero mediante su misa, y por qué no puede limpiar los pecados un sacrificio incruento?
16 Por medio de su misma teoría el clero se hace culpable de derramar de nuevo la sangre de Cristo. Algunos católicos han sido atemorizados para que no prueben el pan que se les pone en la boca para ver si realmente es carne, habiéndoseles amonestado que si en vez de tragárselo lo retienen en la boca y lo sacan después que están fuera de la iglesia y le meten un alfiler, saldrá sangre. Y a pesar de esto la definición católica de la misa es que ésta es la “renovación incruenta del sacrificio” de Cristo. Si es sin sangre, entonces ¿cómo puede efectuar lo que ellos pretenden que efectúa, a saber, la remisión de los pecados humanos? El apóstol dice: “Según la ley casi todas las cosas se purifican con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace la remisión.”—Heb. 9:22, TA, NC.
SE OPONE AL RESCATE
17, 18. ¿Por qué no podían pan y vino transubstanciados ser el sacrificio de Jesús y suministrar redención y remisión de los pecados?
17 Si es que se convierten en carne y sangre por el espíritu santo o por las palabras mágicas del sacerdote, ¿cómo podían el pan y el vino sobre el altar de la misa ser el sacrificio de Cristo? A lo más, el pan solamente representaría esa cantidad de carne humana y el vino solamente esa cantidad de sangre humana, ciertamente no serían la cantidad de carne y sangre necesaria para formar un cuerpo humano normal. Pero Jesucristo sacrificó un cuerpo humano entero, completo y perfecto que tenía la cantidad completa de sangre. A lo más el pan y el vino de la misa podían ser únicamente un fragmento del cuerpo y de la sangre.
18 Un fragmento o una parte pequeña no podía ser aceptada por Dios como rescate para los pecados. Respecto a los requisitos de un rescate, la ley justa y perfecta de Dios dada por medio de su profeta Moisés dice: “Harás pagar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.” (Deu. 19:21, TA; Éxo. 21:23-25) Adán, el hijo humano de Dios, era perfecto cuando pecó en el Edén y así perdió para él mismo y para toda su prole futura la vida humana perfecta y todo derecho a ella. Jesús dijo que vino para “dar su vida en rescate por muchos”. Podía hacer esto porque era hombre perfecto y tenía todo derecho a la vida humana y por esto era el “postrer Adam”. Al ceder todos estos haberes humanos en sacrificio, él proporcionó el rescate correspondiente. El apóstol nos dice: “Hay un Dios, y un Mediador entre Dios y los hombres, él mismo un hombre, Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo en rescate por todos.” (Mat. 20:28; 1 Cor. 15:45 y 1 Tim. 2:5, 6, Confrat. Católica [en inglés]) El rescate requirió un sacrificio entero, no solamente una parte, entre tanto que por peso, tamaño y cantidad el pan y el vino mediante una transubstanciación sólo podían igualar una parte del sacrificio requerido. Nunca podrían llegar a ser un rescate suficiente para la humanidad y llevar a cabo su redención y la remisión de sus pecados.
19. ¿Qué significaría la teoría de la misa en cuanto al sacrificio original de Jesús y también en cuanto al nuevo pacto, y entonces por qué es incorrecta?
19 Pero el clero dice que es necesario sacrificar a Jesús diariamente en la misa para conseguir la remisión de los pecados que comete el católico después que llega a ser un miembro confirmado de la iglesia. Esto significaría que el sacrificio que Jesús entregó en el Calvario fué insuficiente, inadecuado, y que necesita ser renovado. Si se tiene que renovar y repetir seguidamente el sacrificio de Cristo para conseguir la remisión de nuestros pecados de cada día, entonces esto significaría que el “nuevo pacto” también tendría que renovarse sacrificando de nuevo al Salvador. Si el solo sacrificio de Jesús no fué suficiente para los pecados, no fué suficiente para el nuevo pacto de acuerdo con el cual Dios perdona los pecados y los echa al olvido. Acuérdese que Jesús dijo concerniente al vino: “Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre.” (Luc. 22:20, NC) Pero una renovación del nuevo pacto es contraria a las Escrituras. El viejo pacto de la ley que Dios hizo con Israel usando a Moisés como mediador fué reemplazado con el nuevo pacto con Jesús como el Mediador. La inauguración del viejo pacto mosaico de la ley prefiguró la inauguración del nuevo pacto por el glorificado Jesús en el Pentecostés de 33 d. de J.C. El viejo pacto de la ley no fué inaugurado y renovado cada año con nuevos sacrificios. Un solo grupo de sacrificios que Moisés ofrendó en Sinaí fué suficiente para toda la vida de ese pacto de la ley. En ese tiempo el mediador Moisés dijo: “Esta es la sangre de la alianza que Dios ha contraído con vosotros.” (Heb. 9:17-20, NC) Asimismo el nuevo pacto no necesita ser renovado con sacrificios nuevos. Se pretende que el sacrificio de la misa en cada celebración suministra nueva “sangre del nuevo pacto”. De modo que es incorrecto.
20, 21. ¿Por qué no podía morir Jesús otra vez, y qué niega la misa en cuanto al valor de su sacrificio original?
20 ¿Cómo podía Jesús ser sacrificado aunque fuera una sola vez más? El apóstol nos escribe: “Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte no tiene ya dominio sobre Él. Porque muriendo, murió al pecado una vez para siempre; pero viviendo, vive para Dios.” (Rom. 6:9, 10, NC) Con el poder de una vida inmortal él sigue viviendo y por esto puede mediar por los fieles creyentes hasta que su liberación del pecado se efectúe completamente. Su inmortalidad, la cual recibió cuando fué resucitado de entre los muertos, impide para siempre jamás que él muera otra vez. De modo que él ahora puede ser el Sumo Sacerdote para siempre, porque él ahora tiene el “poder de vida indestructible”. Así como el apóstol dice concerniente a él: “Pero éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. Y es, por tanto, perfecto su poder de salvar a los que por Él se acercan a Dios, y siempre vive [no, siempre muere] para interceder por ellos. Que no necesita, como los pontífices, ofrecer cada día víctimas, primero por sus propios pecados, luego por los del pueblo, pues esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a Sí mismo.”—Heb. 7:16, 24, 25, 27, NC.
21 El solo sacrificio de Cristo Jesús tiene valor suficiente para ser aplicado a todo tiempo a favor de los pecados de la humanidad hasta que por fin sean borrados. La teoría de la misa niega esta verdad de la Biblia.
22. ¿Qué cosa en conexión con los sacrificios del día de expiación manifiesta que la misa debido a que tiene que repetirse no quita los pecados?
22 El porqué de esto se ilustró por los sacrificios judíos bajo el pacto de la ley con Israel. Cada año en el día de expiación había de hacerse de nuevo el sacrificio del toro y del macho cabrío para Jehová, y su sangre tenía que llevarse al santísimo y rociarse sobre el propiciatorio. ¿Por qué? Porque esos sacrificios no eran humanos y por esto nunca podrían quitar los pecados humanos para dejar las conciencias humanas libres de culpa en cuanto a pecado. Si de hecho hubiesen limpiado la conciencia del hombre en cuanto a sus pecados, hubieran dejado de ofrendarse. “Pues como la Ley sólo es la sombra de los bienes futuros, no la verdadera realidad de las cosas, en ninguna manera puede con los sacrificios que cada año sin cesar se ofrecen, siempre los mismos, perfeccionar a quienes los ofrecen. De otro modo cesarían de ofrecerlos, por no tener conciencia ninguna de pecado los adoradores, una vez ya purificados. Pero en esos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados, por ser imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos borre los pecados.” (Heb. 10:1-4, NC) El mero hecho de que los católicos romanos tienen un remordimiento de pecado que les hace asistir a una repetición de la misa prueba que el tal llamado “sacrificio de la misa” no quita sus pecados así como no fueron quitados por aquellos sacrificios de bueyes y de machos cabríos.
23. ¿Por qué no tiene que bajar repetidamente Jesús del cielo para ser sacrificado?
23 Pero el solo sacrificio de la vida humana perfecta de Cristo sí trae justificación y una conciencia limpia de pecado al creyente. De modo que Jesús no necesita estar a la disposición del sacerdote católico cada vez que éste dice la misa para bajar del cielo y sintetizar carne y sangre para el sacrificio, para ser comida y bebida a manera de caníbales por el sacerdote y su congregación. Como Sumo Sacerdote, Jesús no está sujeto a ningún sacerdote sobre la tierra. De otro modo, ¿cómo es él el Sumo Sacerdote? Cuarenta días después de su resurrección de entre los muertos él ascendió al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Siendo que presentó a Dios un sacrificio perfecto y eternamente suficiente, él no tiene que dejar su asiento para bajar y ser hecho carne y sangre otra vez para ser sacrificado. Por esto él puede permanecer sentado allá arriba y esperar hasta que llegue el tiempo de Dios para cumplir su promesa registrada en el Salmo 110:1-4: “Jehová dijo a mi Señor: ¡Siéntate a mi diestra, hasta tanto que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies! Enviará Jehová desde Sión la vara de tu poder; ¡domina tú en medio de tus enemigos! . . . Juró Jehová, y no se arrepentirá: ¡Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec!” (Sal. 109:1-4, TA; NC) Por lo tanto él esperó en el cielo sin interrupción hasta que principió el “tiempo del fin” de este mundo en 1914.
24, 25. ¿Cómo prueba este hecho el apóstol en Hebreos 10:10-18, y entonces por qué se necesita sólo un sacrificio?
24 Note usted cómo usa este hecho el apóstol para probar que Jesús no ha repetido su sacrificio por razón de que no es necesario, siendo que su sacrificio original sigue suministrando lo necesario durante todo el tiempo que dure el pecado humano. En Hebreos 10:10-18 (NC) él dice: “En virtud de esta voluntad somos nosotros santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez. Y mientras que todo sacerdote asiste cada día para ejercer su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados, Este, habiendo ofrecido un sacrificio por los pecados, para siempre se sentó a la diestra de Dios, esperando lo que resta ‘hasta que sean puestos sus enemigos por escabel de sus pies’. De manera que con una sola oblación perfeccionó para siempre a los santificados. Y nos lo certifica el Espíritu Santo, porque después de haber dicho: ‘Esta es la alianza que contraeré con vosotros, dice el Señor: Después de aquellos días, depositaré mis leyes en sus corazones y en su mente las escribiré, y de sus pecados e iniquidades no me acordaré más.’ Pues donde hay remisión, ya no hay oblación por el pecado.”
25 Los pecados que Dios perdona de acuerdo con el nuevo pacto verdaderamente son cancelados y los que son santificados son perfeccionados para siempre “con una sola oblación”, la “oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez”. De manera que es absolutamente innecesario que Jesús derrame su “sangre del nuevo pacto” ni siquiera una vez más. No se necesita ninguna otra oblación por el pecado aparte de aquella que Jesús hizo en el Calvario.
DESCUBRIENDO UN FRAUDE ENORME
26, 27. ¿Cómo manifiesta una comparación entre el sacrificio del día de expiación y la misa la manera en que los sacerdotes católicos romanos consideran el sacrificio de Jesús?
26 El sumo sacerdote judío de la antigüedad tenía que ofrendar los sacrificios del día de expiación de un toro y un macho cabrío sólo una vez al año por toda la nación de Israel y hacerlo en un solo templo, en el de Jerusalén. Es extraño que los sacerdotes católicos romanos se sientan obligados a ofrecer la misa 365 ó 366 días durante el año, varias veces durante el día, en muchos diferentes altares, y no en la ciudad llamada por el nombre de Dios, Jerusalén. Es claro que ellos no creen que el solo sacrificio de Jesús fué superior a los sacrificios judíos de expiación que se celebraban anualmente y que no podían quitar los pecados. Pero, aparte de eso, su “sacrificio de la misa” no logra y no podría lograr la redención de pecados para las personas que asisten a la misa, por todavía otra razón poderosa.
27 ¿Cuál es? Este hecho: el sacerdote que pretende quebrantar el cuerpo de Jesús de nuevo y de derramar su sangre de nuevo no asciende al cielo con el sacrificio para presentárselo a Dios en beneficio de él mismo y de sus feligreses. Hasta en el caso de Jesús no fué suficiente que él entregara su sacrificio sobre la tierra. Jesús también tuvo que ascender y presentar su sacrificio a Dios en el cielo. No llevó consigo su cuerpo humano al trono del Rey allá arriba, porque “la carne y la sangre no pueden poseer el reino de Dios”. (1 Cor. 15:50, NC) Cuando el sumo sacerdote judío en el día de expiación entraba en el santísimo del templo, que representaba la presencia de Dios, no llevaba consigo los cuerpos carnales del toro y del macho cabrío. Llevaba solamente la sangre, porque ésta representa la vida. Así, también, Jesús no llevó su cuerpo carnal al cielo para presentarse en él delante de Dios. Llevó consigo el mérito o el valor de su vida humana, simbolizado por la sangre. Presentó esto a Dios como un sacrificio rescatador que quita el pecado. (Heb. 13:11, 12; Lev. 17:11-14; 16:14-16) Mediante el presentar su sacrificio en el cielo él colocó el fundamento para el justo nuevo mundo venidero. Por esto ya no tiene que padecer muchas veces en sacrificio. Leemos:
28 “Era, pues, necesario que las figuras del santuario celestial fuesen purificadas, pero el santuario mismo del cielo había de serlo con más excelentes sacrificios; que no entró Cristo en un santuario hecho por mano de hombres, figura del verdadero, sino en el mismo cielo, para comparecer ahora en la presencia de Dios a favor nuestro. Ni para ofrecerse muchas veces, a la manera que el pontífice [de Israel] entra cada año en el santuario [con] sangre ajena; de otra manera sería preciso que padeciera muchas veces desde la creación del mundo. Pero ahora una sola vez en la plenitud de los siglos se manifestó para destruir el pecado por el sacrificio de Sí mismo. Y por cuanto a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio, así también Cristo, que se ofreció [¿cuántas veces?] una vez para soportar los pecados de todos, por segunda vez aparecerá, sin [participar en] pecado, a los que le esperan para recibir la salud.”—Heb. 9:23-28, NC.
29. ¿Cómo lo hace necesario Cristo Jesús que el mismo sacerdote católico desempeñe cabalmente su sacrificio de la misa?
29 De acuerdo con todo este testimonio bíblico Jesús considera que el solo sacrificio que hizo hace diecinueve siglos fué suficiente. Por esto no aceptaría el sacrificio de la misa como una adición indispensable a su solo sacrificio perfecto, y por esto no lo presentaría a Dios. Para que fuera presentado a Dios, el sacerdote católico que ofrece la misa tendría que imitar a Jesús y ascender al cielo para poder entrar a la presencia de Dios. Siendo que el clérigo pecador no puede hacer esto, entonces su sacrificio de la misa no puede obtener una cancelación de los pecados para los católicos.
30. ¿Cómo considera Dios el sacrificio de la misa, y qué hará acerca de esto?
30 ¿Cree usted que Dios, que ya ha aceptado el sacrificio perfecto y todo suficiente de su Sumo Sacerdote Jesucristo, consideraría favorablemente dicho sacrificio de la misa? ¡No, nunca! Lo aborrece como un fraude que se comete contra el pueblo católico y como una blasfemia contra el único sacrificio válido que fué ofrendado por su Hijo amado Jesucristo. En la batalla del Armagedón Dios hará cesar toda esta perversión de la cena memorial y del sacrificio de Cristo destruyendo a los sistemas religiosos que son culpables de esta abominación engañadora. “Abominable es el sacrificio del impío, sobre todo si lo ofrece con mala intención.” (Pro. 21:27, NC) El usar uniformes sacerdotales hechos por los hombres no cambia el asunto.
EXPLICACIÓN APOSTÓLICA
31. ¿Desde qué punto de vista ha tratado la cristiandad de discernir el cuerpo del Señor, y con qué consecuencias para el mundo?
31 Mediante lo antes citado nos damos cuenta de que los católicos y los protestantes de la cristiandad son culpables de no hacer el “debido discernimiento del cuerpo del Señor”, y podemos apreciar por qué es que todo el sistema religioso se encuentra instable, débil, dormido y mortalmente enfermo. (1 Cor. 11:29, 30, TA) No hay efecto sin causa debida. La cristiandad ha degenerado a esta condición de debilidad espiritual porque ha fijado demasiada atención en la carne y en la sangre literales de Jesucristo en conexión con su comunión o Eucaristía de la cena del Señor. No se ha apegado a la explicación apostólica de la cena del Señor. De todos los escritores de la Biblia ninguno ofrece más información concerniente a esa cena que el apóstol Pablo. Es verdad que Mateo, Marcos y Lucas nos dan cada uno un relato de cómo se llevó a cabo esa cena, pero no ofrecen ninguna explicación. Pablo, sin embargo, nos da un relato concerniente a la cena del Señor y también un comentario considerable en explicación, en su primera carta a los corintios. El propósito que tuvo al hacer su comentario nos ayuda a entender por qué, si la cristiandad hubiera discernido correctamente el cuerpo del Señor, no estaríamos en peligro de sufrir más guerra.
32, 33. ¿Cómo aplica Pablo las palabras de Jesús en el Memorial, y por esto a qué “cuerpo” se refiere Pablo?
32 El clero de la cristiandad arguye que el comentario de Pablo apoya la aplicación literal de las palabras de Jesús, “Este es mi cuerpo,” “Esta es mi sangre del nuevo testamento.” Un examen cuidadoso y honrado prueba que el argumento del clero es falso, torcido. De acuerdo con la traducción de Móffatt, Pablo dijo: “Que el hombre se pruebe a sí mismo; entonces puede comer del pan y beber de la copa. Porque el que come y bebe sin tener un sentido apropiado del Cuerpo, come y bebe para su propia condenación. Por eso es que muchos de ustedes están enfermos e instables, y algunos hasta muertos.” Entonces ¿a qué “cuerpo” se refiere aquí Pablo? Pues, al “cuerpo de Cristo”, que se compone de los miembros de su congregación bajo él mismo como la Cabeza: “Ahora todos ustedes son el Cuerpo de Cristo, y miembros individualmente.” (1 Cor. 11:28-30; 12:27, Mo) Este entendimiento recibe apoyo por lo que dice Pablo otra vez en esta misma carta. Aquí lo tenemos en una traducción católica:
33 “El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque el pan es uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan.” (NC) “El cáliz de bendición que bendecimos, o consagramos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? y el pan que partimos, ¿no es la participación del cuerpo del Señor? Porque todos los que participamos del mismo pan, bien que muchos, venimos a ser un solo pan, un solo cuerpo.”—1 Cor. 10:16, 17, TA.
34. Entonces cuando una persona come del pan memorial ¿qué es lo que tiene que discernir o reconocer para no incurrir en el juicio?
34 Entonces, pues, la persona que participa del pan en el Memorial tiene que discernir o reconocer que existe tal organización o congregación conocida como el “cuerpo de Cristo”. Aun más, mediante un escrutinio o un examen de sí mismo tiene que probar a satisfacción de sí mismo que es un miembro del cuerpo de Cristo, que es un miembro de esa congregación de cristianos que están dedicados completamente a Dios, que han sido engendrados por él como sus hijos espirituales, que han sido ungidos con su espíritu santo para ser predicadores y coherederos con Jesús, y que fielmente se han adherido a Jesús como la sola Cabeza de su congregación o Cuerpo. Haciendo esto, él entonces confiesa por medio de comer del pan memorial que él también está participando del “cuerpo del Señor”, es decir, que es un miembro de él. De esta manera él no come hipócritamente o sin discernimiento y no incurre en el juicio divino contra sí mismo.
35. Cuando bebe el vino memorial, ¿qué cosa confiesa concerniente al nuevo pacto?
35 Cuando el cristiano que se ha escudriñado a sí mismo bebe de la copa del vino memorial él confiesa que la sangre de Jesús fué el medio usado para poner en vigor el nuevo pacto de Dios. También que por medio de este nuevo pacto se obtiene el perdón divino de los pecados y se saca un pueblo de entre todas las naciones para que sea un pueblo para el nombre de Dios, para que ellos obren como testigos de Jehová.—Hech. 15:14; Éxo. 19:5, 6; 1 Ped. 2:9, 10.
36, 37. ¿Qué otra cosa significa el vino memorial para la persona que lo bebe, y por esto qué está resuelto a hacer?
36 Además: la sangre derramada de Cristo significa la muerte, no solamente para que se efectúe un nuevo pacto sobre una víctima muerta, sino principalmente para vindicar la soberanía, el nombre y la palabra de Jehová. Y en esta muerte para efectuar la vindicación de Jehová participa el “cuerpo del Señor”, los miembros del cuerpo de Cristo. Ellos son sembrados con él en la semejanza de su muerte, sepultados junto con él mediante un bautismo común en su muerte, para que puedan ser levantados a la vida espiritual en el cielo en semejanza de su resurrección. “¿O ignoráis que cuantos hemos sido bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados para participar en su muerte? Con Él hemos sido sepultados por el bautismo, para participar en su muerte, . . . Porque, si hemos sido injertados en Él por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de su resurrección.”—Rom. 6:3-5, NC.
37 Por esto al bebedor del vino la copa representa los sufrimientos que el Padre celestial ha servido como una poción para toda la compañía de Cristo, la Cabeza y el cuerpo. Así como Jesús le dijo a Pedro en Getsemaní: “¿El cáliz que me dió mi Padre no he de beberlo?” Él lo bebió, y luego dió esta seguridad a los seguidores que se probaran fieles hasta la muerte y que participaran en la sangre del Señor: “El cáliz que yo he de beber, lo beberéis, y con el bautismo con que yo he de ser bautizado, seréis bautizados vosotros.” (Juan 18:11 y Mar. 10:39, NC) Mediante el beber de la copa memorial uno confiesa que está resuelto a sufrir con Jesús hasta la muerte.