‘Esfuércese por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz’
“Por eso, pues, esforcémonos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificar los unos a los otros.”—Rom. 14:19.
1. (a) ¿Qué se ha visto obligado a reconocer el siglo veinte? (b) Pero, ¿qué pregunta nos vemos obligados a hacer?
LA BÚSQUEDA de paz es una preocupación principal de nuestra era. Muchas personas creen que la paz es una necesidad para la supervivencia de la raza humana. Pero, ¿están tan deseosas de tener paz las naciones y la gente en conjunto que están dispuestas a pagar el precio elevado que cuesta en la reconstrucción de sus vidas, miras y principios? Difícilmente, si se juzga por los esfuerzos que hacen por alcanzarla. Considere la evidencia:
2. (a) ¿Cómo busca la paz el mundo, con qué resultado? (b) ¿Cómo declara un científico francés que tiene que establecerse la paz?
2 El mundo busca la paz por medio de egoísmo, por medio de un equilibrio de poder, pactos mutuos y alianzas internacionales. Trata de manipular los recursos humanos para impedir la guerra. El concepto que el mundo tiene de la paz es, en realidad, un estado de preparación armada. Espera que el temor restrinja la contienda y la violencia. Tal paz es un expediente superficial, falso. En ningún sentido representa una búsqueda de paz duradera. Como hizo notar el científico francés Lecomte du Noüy: “Ha llegado el tiempo para que las naciones, así como los individuos, sepan lo que quieren. Si los países civilizados quieren paz, tienen que entender que hay que abordar el problema básicamente. El andamiaje viejo que nos legaron las generaciones pasadas se cuartea en todos lados. No puede consolidarse con tapagujeros, con pedacitos de hilo, con ollas de cola y tratados firmados seriamente por caballeros sumamente dignificados. Además, la consolidación no basta. Tiene que establecerse la paz transformando al hombre desde el interior y no erigiendo estructuras externas.”
3. (a) ¿Qué dice el profeta Isaías acerca del origen de la paz? (b) ¿Por qué no pueden las naciones afirmar que tienen tal paz, pero quiénes pueden, y por qué?
3 Sin embargo, la paz por medio de tal poder transformador no viene por las manipulaciones políticas de los hombres, sino por la justicia de Jehová Dios. Note lo que escribió el profeta de Jehová Isaías acerca de esta paz siete siglos antes de nuestra era común. Primero dice que una paz verdadera jamás puede venir a la Tierra “hasta que sobre nosotros sea derramado el espíritu [de Jehová] desde lo alto.” Luego Isaías continúa diciendo: “La obra de la justicia verdadera tiene que llegar a ser paz; y el servicio de la justicia verdadera, tranquilidad y seguridad hasta tiempo indefinido.” (Isa. 32:15-17) ¿Qué naciones del mundo pueden alegar que en todas sus deliberaciones modernas por paz su primer interés ha sido la justicia de Dios? Jamás han tenido esa elevada mira. Por lo tanto, jamás han segado la paz de la que habló el profeta de Dios. Pero el pueblo de Dios, sus testigos, han demostrado interés genuino en la justicia de Dios. Pues Jehová es el Dios de paz; paz es un fruto de su espíritu. (2 Cor. 13:11; Gál. 5:22) Correctamente, sus testigos han segado la paz de Dios que supera todo pensamiento, que ha guardado sus corazones y facultades mentales por medio de Cristo Jesús. (Fili. 4:7) Esta es la paz que todos los que aman la justicia y desean vivir eternamente ahora tienen que considerar debidamente.
BENEFICIÁNDOSE DE LA PAZ QUE JEHOVÁ DA A SU ORGANIZACIÓN
4. ¿Qué situación prevalece en la organización de Jehová, y cómo se predijo esto?
4 Jehová ha dado paz abundante a su organización debido al interés que ésta tiene en la justicia. Esta paz se manifiesta con la condición de calma, tranquilidad y relaciones armoniosas que existen entre los testigos de Jehová. No ponen peros ni argumentos triviales sobre la manera en que Jehová dirige su organización. Isaías 60:17 predijo este clima de paz: “Nombraré la paz como tus superintendentes y la justicia como los que te asignan tus tareas.” Sin la justicia de Dios, no puede haber ninguna paz verdadera ni duradera.
5. ¿Cómo mantiene la organización de Jehová su unidad pacífica?
5 Cuando Jehová suministra entendimiento esclarecido sobre un punto de doctrina o un nuevo proceder que ha de seguirse, entonces de manera ordenada se envían instrucciones a las diferentes sucursales de la organización. Entonces la entera organización emprende suavemente el derrotero ajustado en armonía más estrecha con la voluntad revelada de Jehová. El ajuste se efectúa pacíficamente, sin que varios elementos estructurales contiendan unos con otros. Así la organización avanza y logra hacer la obra de Jehová.
6, 7. (a) ¿Qué se puede apreciar acerca de la paz en la organización de Jehová? (b) ¿Qué obligación tiene cada miembro en cuanto a guardar la paz, según exhortan Pedro y Juan?
6 De la Biblia y de experiencia personal, se aprecia que la paz de la organización de los testigos de Jehová no es una teoría sino una realidad, un desenvolvimiento de la voluntad divina, un fruto del espíritu santo de Dios. Ha descendido de Dios, en vez de ser generado por los esfuerzos independientes de los hombres. Aunque eso es así, una persona podría preguntar: ¿Cómo contribuye individualmente a su paz cada uno en la organización?
7 La paz personal no proviene automáticamente solo porque una persona ha entrado en la organización pacífica de Jehová. Cada uno tiene que hacer su parte. Como declaró el apóstol Pedro: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo y sus labios de hablar engaño, antes apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno; busque la paz y vaya en pos de ella.” (1 Ped. 3:10, 11) De las palabras inspiradas de Pedro es claro que, si hemos de gozar de la paz de la organización de Jehová, la paz tiene que ser una realidad práctica en el nivel individual. No ha de ser simplemente una cualidad extensa de la organización. El apóstol Juan también subraya este punto, diciendo: “Hijitos, no amemos de palabra, ni con la lengua, sino en hecho y verdad.” (1 Juan 3:18) Las palabras solas no bastarán; se necesitan hechos y verdad.
8. ¿Qué preguntas se pueden hacer para revelar si estamos guardando la paz en nuestra vida cotidiana?
8 En nuestras relaciones con otros en la congregación, ¿nos esforzamos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz? Podemos saberlo preguntándonos si nuestra conducta o el uso de nuestra lengua está causando relaciones tirantes con alguien, algunas riñas, o si estamos abrigando resentimiento. ¿Qué hay de la situación en nuestra familia? ¿Hay algunas tensiones contranaturales allí, algunas riñas ociosas y actitud criticona? ¿Hay severidad? Probablemente todos, a veces, tenemos debilidades en estos campos. Pero nuestra determinación debería ser de paz, y, sin duda, todos podemos mejorar en esto.
9. ¿Qué hechos acerca de la paz llaman a nuestra atención el apóstol Pablo y el discípulo Santiago?
9 Debido a que la organización de Jehová está en paz, todos los que están en ella tienen que trabajar haciendo un esfuerzo incansable en pro de la paz. El apóstol Pablo lo declaró como mandato directo: “Por eso, pues, esforcémonos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificar los unos a los otros.” (Rom. 14:19) No se puede dar por sentada la paz. Es una evidencia de la sabiduría divina que ejerce gente dedicada a Dios. El discípulo Santiago expresó esto claramente, diciendo: “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica . . . Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.” (Sant. 3:17, 18) Aquí, también, se concentra la atención en el nivel individual.
OPORTUNIDADES PARA HACER LA PAZ UNOS CON OTROS
10, 11. (a) ¿Cuándo se pone a prueba nuestra habilidad para permanecer pacíficos? (b) ¿Cómo nos suministran los asuntos comunes de la vida oportunidades para esforzarnos por hacer la paz?
10 El ser verdaderamente pacíficos encierra mucho más que simplemente ser agradables cuando las cosas marchan como queremos o cuadran con nuestras emociones o nuestras preferencias. Bajo tales condiciones nuestra paz no se pone a prueba. Pero, ¿qué hacemos cuando somos puestos bajo alguna clase de presión? ¿Nos esforzamos entonces por alcanzar la paz? ¿Conservamos nuestra compostura pacífica cuando estamos bajo tensión?
11 Las relaciones comunes entre los individuos afuera y adentro de la congregación suministran muchas oportunidades para esforzarnos por hacer la paz unos con los otros. El contacto continuo con otros, imperfectos como somos, a veces produce presiones que pueden quebrantar la paz. Desafíos de esta clase nos someten a prueba para que demostremos si realmente estamos buscando la paz. Por ejemplo, hoy muchísimas cosas hacen que la gente riña, y por lo general son asuntos insignificantes que nada valen. Cuando usted ve que está por envolverse en una posible riña, ¿qué hace para evitarla? Si controlamos nuestras emociones y mantenemos la paz con éxito bajo estas pequeñas presiones cotidianas, realmente estamos poniendo un cimiento para mantener la paz bajo presiones más serias. Jesucristo dijo: “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho.” (Luc. 16:10) No podemos encargarnos de una amenaza grande a la paz si tenemos por hábito el reñir por cosas pequeñas.
12. ¿Cuáles son algunas de las situaciones que pueden turbar la paz?
12 ¿Cuáles son algunas de las situaciones que pueden turbar la paz en nuestras familias y en la congregación? Cuando estaban edificando su Salón del Reino, quizás surgieron diferencias en cuanto a algún detalle de la construcción dando por resultado que se dijeran palabras ásperas. A veces los padres provocan a sus hijos cuando con risa sacan a lucir ante otros sus rasgos juveniles, sin darse cuenta de que los hacen sentirse tontos. A veces las esposas hacen pequeñas bromas públicas acerca de las flaquezas privadas de sus esposos, sin darse cuenta de que los hacen sentirse avergonzados. Algo que verdaderamente crea tensión es el que los esposos no controlen a sus hijos o no ayuden a sus esposas en momentos de tirantez.
13. ¿Qué preguntas sería bueno hacernos?
13 ¿Se ve usted mismo en algunas de estas situaciones, u otras de clase similar? ¿Qué hace usted en el interés de la paz? Cuando sufre la paz, ¿siempre piensa usted que es culpa de la otra persona? ¿Espera usted que la otra persona dé el primer paso hacia recobrar y mantener la paz? El vencer las pequeñas presiones cotidianas resulta en una vida pacífica y en trabajo agradable dentro de la organización de Jehová.
14, 15. (a) ¿Qué hace posible que tengamos buen éxito al esforzarnos por tener paz? (b) ¿Cuál es el principio que formuló el apóstol Juan que tiene que ver con nuestro esfuerzo por tener paz, y cómo enfatiza Jesús la importancia de estar en paz con nuestro hermano?
14 Recuerde que la paz resulta de la sabiduría divina, lo cual significa vivir en armonía con los principios de Dios, el practicar la justicia. Claramente entonces, el solo tratar de ser formalmente afable al tiempo apropiado, más o menos diplomático para evitar problemas, no es lo que la verdadera paz cristiana realmente es. No, la paz que Jehová da refleja algo mucho más profundo.
15 Ese principio se nos subraya en 1 Juan 4:20, 21, que dice: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano.” El principio clave aquí es éste: Si queremos estar en paz con Dios, tenemos que estar en paz los unos con los otros. Jesús aclaró este punto en su Sermón del Monte, diciendo: “Si, pues, traes tu don al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu don allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu don.” (Mat. 5:23, 24) En otras palabras, el que nuestra adoración de Jehová sea aceptable o no depende de este mismísimo punto de estar en paz con nuestro hermano.
16. (a) ¿Por qué no es siempre fácil ir en pos de la paz? (b) ¿Cómo demostró Jesús ser pacificador? Cite ejemplos.
16 Sin embargo, no siempre es fácil ir en pos de la paz; de hecho, a veces pudiera ser un asunto muy delicado. A menudo es una cuestión de quién debería dar el primer paso y cómo. Jesús dijo: “Si, pues, [tú] traes tu don al altar y allí te acuerdas [tú] de que tu hermano tiene algo contra ti,” tú deberías dar el primer paso conciliatorio. Pablo se explaya sobre este punto, diciendo: “Nosotros, pues, que somos fuertes debemos soportar las debilidades de los que no son fuertes, y no estar agradándonos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación. Porque aun el Cristo no se agradó a sí mismo.” (Rom. 15:1-3) Por lo tanto, el espiritualmente fuerte debería tomar la iniciativa. Cuando Pedro resultó débil y negó a Cristo, ¿quién fue el que dio el primer paso para cerrar esa brecha de la paz? ¡Fue Cristo, y cuán dulcemente lo hizo también! (Juan 21:15-17) Cuando Tomás dudó, fue Cristo quien dio el primer paso, pues no se agradó a sí mismo, sino a Tomás apareciéndosele y restaurando su fe, lo cual volvió a poner a Tomás en una relación pacífica con Cristo.’ (Juan 20:24-29) ¡Qué excelente ejemplo nos puso Cristo a todos! Este fue amor en acción.—Luc. 22:24-27.
17. ¿Cuán persistente debería ser uno al tratar de restablecer las relaciones y hacer la paz?
17 ¿Cuán persistente debería ser uno al tratar de establecer una relación pacífica con su hermano? Pablo contesta: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Rom. 12:18) También dice: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.” (Gál. 6:9, 10) Sin embargo, si nuestro hermano rehúsa aceptar nuestro amor y esfuerzo concienzudo por hacer la paz, entonces él tendrá que cargar con esa responsabilidad.
PAZ CON JEHOVÁ, NUESTRO INCENTIVO
18. ¿Cuál es el fundamento sobre el cual edificar relaciones pacíficas con otros?
18 Nuestro deseo de estar en paz con Jehová debería ser lo que nos impele a empezar a edificar nuestra paz los unos con los otros. Sin el fundamento de una relación pacífica con Jehová desde el cual trabajar, ¿qué lograrán nuestros esfuerzos? Nada. De modo que si hallamos que tenemos dificultad para llevarnos bien con otros, que siempre tenemos quejas acerca de éste o aquél, que nuestra vida está llena de pequeños choques y barreras debido a reserva, entonces el lugar donde empezar a buscar soluciones es en nuestra relación con Jehová. Puede que la viga ofensora esté en nuestro propio ojo, y la paja en el ojo de nuestro hermano.—Mat. 7:1-5.
19. ¿Qué deberíamos tener presente todos, y cómo subraya este punto el apóstol?
19 Todos tenemos nuestras personalidades individuales, que están manchadas de imperfección. Pero a pesar de nuestras diferencias y peculiaridades hemos llegado a amar a Jehová y su justicia, y ¡eso es lo importante! Pablo escribió: “Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. También, que la paz del Cristo gobierne en sus corazones, porque, de hecho, ustedes fueron llamados a ella en un solo cuerpo.” (Col. 3:13, 15) Pablo reconoció aquí que habría causas para quejarse. Pero diferentes de la humanidad en general, nosotros hemos llegado a reconciliarnos con Dios. Él nos ha perdonado sin reserva. Recibimos una buena conciencia y un principio pacífico de Jehová con nuestra dedicación y bautismo. Si el justo Dios puede estar tan dispuesto a perdonar y olvidar, ¿por qué no deberíamos estar más dispuestos nosotros a hacerlo los unos hacia los otros?
20. ¿Cuál es la clave para tener relaciones pacíficas con nuestros hermanos?
20 La clave es la paz con Jehová de que disfrutamos por medio de Cristo, dándonos dominio sobre nuestras inclinaciones y emociones para que nosotros también podamos perdonar y olvidar. Entonces no tenemos en nuestro corazón un recuerdo que se encona y produce frialdad hacia un hermano que nos parece que no actuó bien. Si mantenemos intacta nuestra paz con Dios, entonces no permitiremos que se nos provoque. Tampoco pagaremos con la misma moneda ni erigiremos silenciosamente una barrera en nuestra mente entre nosotros mismos y nuestro hermano.
EN HUMILDAD EVITE JUZGAR LOS MOTIVOS DE OTROS
21. ¿Por qué es tan importante la humildad cuando se esfuerza uno por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz?
21 Por lo general es en cosas pequeñas que se desarrollan fricciones y se desproporcionan. Para ilustrar: ¿Le ha parecido a usted alguna vez que su idea sobre cómo manejar un asunto era mejor que la de su compañero de modo que hasta se acaloró en sus esfuerzos por demostrar un punto? ¿Por qué estuvo usted tan fuertemente resuelto en su propia preferencia que la paz llegó a estar en peligro? La Biblia dice que no deberíamos pensar más de nosotros mismos de lo que es necesario pensar, ‘sino que pensemos de tal modo que tengamos juicio sano.’ (Rom. 12:3) Si somos personas que tratamos de efectuar la obra de Jehová, entonces recordemos que por lo general hay varias maneras aceptables de efectuar un trabajo específico. El efectuar un trabajo teocrático depende más del espíritu pacífico de los que trabajan que del grado de la eficacia de los arreglos.
22. ¿Cómo pudiéramos juzgar incorrectamente los motivos de otros, y por qué es peligroso hacer eso?
22 Quizás estemos inclinados a poner en tela de juicio la rectitud de los motivos de la gente solo porque no responden de la manera que nos parece que deberían hacerlo. Por ejemplo, quizás alguien no nos saludó en el Salón del Reino cuando nos pareció que debería haberlo hecho. Lo saludamos, pero él no dijo nada. ¿Nos ponemos a pensar en ello detenidamente y a sentirnos un poco ofendidos y empezamos a retraernos, imaginándonos que esta persona tiene algo contra nosotros o que no le agradamos? ¿Dejamos que se desarrolle una barrera de reserva y frialdad? Si una persona no vigila sus propios motivos, la tendencia es hacer un juicio callado, casi inconscientemente, arrojando duda sobre nuestro modo de ver el cristianismo de nuestro hermano. Eso sería juzgar su motivo como dudoso. Las acciones de nuestro hermano son imperfectas, es cierto, pero ¿querríamos que nuestros motivos fueran juzgados por nuestras acciones defectuosas? Entonces es clara la advertencia: Trate de excusar la acción de su hermano en vez de criticarlo. Así evite cultivar en usted mismo un espíritu de criticón.—Mat. 7:1, 2.
23. Al esforzarnos por alcanzar la paz, ¿por qué es importante prestar atención al consejo de Hebreos 13:17?
23 Al esforzarnos por alcanzar la paz nos es preciso prestar atención al consejo de Hebreos 13:17 y ser obedientes y sumisos a los ancianos en la congregación. Quizás hayamos conocido a un anciano por muchos años, y quizás hayamos visto todas sus imperfecciones y pequeñas excentricidades. Pero a pesar de todas sus faltas Jehová ha juzgado conveniente colocarlo en el puesto. Ahora bien, ¿vamos a disputar el juicio de Jehová? ¿Vamos a socavar la organización con un espíritu de criticón? ¡Cuánto mejor poner manos a la obra y cooperar, y regocijarnos debido a que Jehová ha hecho este arreglo!
24. ¿Por qué es urgente hacer ahora lo que nos dice 2 Corintios 13:11?
24 En el nuevo orden no se permitirá que las contenciones echen a perder la paz, entonces, ¿por qué deberíamos dejar que lo hagan ahora? ¿Qué dice 2 Corintios 13:11? “Hermanos, continúen regocijándose [ahora], siendo reajustados [ahora], siendo consolados [ahora], pensando de acuerdo [ahora], viviendo pacíficamente [ahora]; y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.” Al seguir este buen consejo ahora nuestra adoración será pura y aceptable delante de Dios.
25. ¿Qué punto de vista de Jehová nos ayudará a mantener la paz con nuestros hermanos?
25 Para ayudarnos a mantener el punto de vista de Jehová sobre la vida, Efesios 4:32 dice: “Háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.” ¿Cómo puede usted abrigar resentimiento para con un hermano a quien Jehová le ha mostrado amor? En alguna situación de tirantez, recuerde que hay dos lados y que algo de su imperfección contribuye a la tirantez. Tiene que haber un tirón en ambos extremos para mantener tirante una soga. Su hermano quiere la vida tanto como usted. Usted necesita su apoyo así como él necesita el de usted.
26. ¿Qué puntos debemos tener presentes y aplicar para estar en paz con nuestro Dios y los unos con los otros?
26 Acuérdese de las cosas grandes cuando amenaza la tirantez sobre una cosa pequeña. Pregúntese: ‘¿Por qué somos ministros de Jehová? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Cuál es nuestro propósito en la vida?’ Mantenga siempre delante de usted estos asuntos importantísimos. Sepa que Jehová ama a su pueblo; todos ellos le son preciosos. Facilite el camino para su hermano, tal como usted quisiera que él le facilitara el camino a usted. Para conseguir el premio de la vida eterna usted tiene que estar en paz con la Fuente de la vida, Jehová. Pero esa paz se asegura solo si usted está en paz con su hermano. Por eso, en todas las cosas esfuércese por alcanzar la paz, para gloria de Jehová y para la felicidad eterna de usted.
[Ilustración de la página 620]
Cuando usted ve que está envolviéndose en una posible riña, ¿añade combustible al fuego? ¿O se esfuerza por alcanzar la paz controlando sus emociones?