Entrenando sus facultades perceptivas
1. ¿A qué se asemejó en la profecía la profesión del ministerio cristiano, y cómo aclaró Jesús su significado?
A LOS que siguen la profesión de ministros cristianos verdaderos hoy día se les asemejó en profecía a pescadores y cazadores. Prediciendo un tiempo en que Dios ejecutaría una obra de reconciliación, Jeremías registró: “‘Aquí estoy enviando por muchos pescadores,’ es la declaración de Jehová, ‘y ciertamente los pescarán; y después enviaré por muchos cazadores, y ciertamente los cazarán de sobre todo monte y de sobre toda colina y de las hendeduras de los despeñaderos.’” (Jer. 16:16) El significado de esta profecía fue aclarado cuando Jesús dijo a sus discípulos: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres.”—Mat. 4:19.
2. ¿Por qué es importante para el ministerio el entrenamiento de nuestras facultades perceptivas, y cómo se ilustra esto?
2 Si vamos a llenar los requisitos de cazadores y pescadores expertos de hombres, tenemos que ser seguidores e imitadores de Cristo Jesús. En primer lugar tenemos que adquirir un conocimiento acertado de la Palabra de Dios como Jesús lo adquirió, entendiendo su significado pleno para que podamos discernir claramente el resultado de nuestro proceder. Esto significa aplicarnos seriamente al entrenamiento de nuestras facultades perceptivas para usarlas en el ministerio. Al salir del mundo, somos novicios en el arte, inexpertos. Cualquiera puede llevar un arma de fuego al bosque, pero eso no lo convierte en un cazador. El cazador experto está empeñado en lograr su objetivo, con los ojos y los oídos alertos, vigilando cualquier indicio de caza. Sabe que de otro modo podría pasarla con hambre o, peor, toparse con la guarida de un león o pisar una víbora mortífera. El cazador bien experimentado aprende a reconocer todo indicio de caza, aprende a interpretar estos indicios apropiadamente en su ambiente y aprende a usar estos indicios para perseguir a su presa. De modo semejante, así como la habilidad del cazador se perfecciona con la experiencia misma, y así como Jesús aprendió la obediencia en el sufrimiento, el entrenar nuestras facultades de discernimiento como ministros cristianos no es simplemente entender ideas teóricas. (Heb. 5:8) Tenemos que aplicar en el ministerio del campo la sabiduría selecta que obtenemos de lo alto si va a ser práctica y si va a producir fruto pleno. Solo así puede obrar para nuestra propia salvación y la salvación de aquellos a quienes buscamos.—1 Tim. 4:16.
3. ¿Por qué son importantes la disciplina y un programa cuidadoso para entrenar nuestras facultades perceptivas?
3 Tal proceder no puede seguirse sin esfuerzo considerable. “Cierto, ninguna disciplina parece gozosa por el momento, sino dolorosa; sin embargo después a los que han sido entrenados por ella les produce fruto pacífico, a saber, justicia.” (Heb. 12:11) La justicia es un proceder de hacer lo correcto y si vamos a asirnos de ella es preciso que tengamos entrenadas nuestras facultades perceptivas mediante la disciplina apropiada. Esto significa el imponernos un programa cuidadoso para evitar el desarrollar hábitos perezosos o el deslizarnos a la indiferencia. El buscar los tesoros escondidos de la Palabra de Dios y usar el conocimiento del modo más eficaz en el campo exige una mente alerta y observadora. ¿Qué resultados supone usted que obtendría el cazador que se sienta en la sombra como en sueño, con su arma recargada en un árbol?
4. ¿De qué dos maneras particularmente es posible entrenar nuestras facultades de discernimiento?
4 El proverbio dice: “La persona sabia oirá y adquirirá más instrucción, y el hombre entendido es el que adquiere dirección diestra.” (Pro. 1:5) Dado que el adquirir conocimiento acertado y percibir el sentido de ello es uno de los primeros requisitos para entrenar nuestras facultades de discernimiento, tenemos que aplicarnos seriamente al arte. Consideremos dos maneras en que es posible hacer esto: mediante estudio y mediante observación. El cazador experto se da cuenta de qué el saber qué buscar es conocimiento básico en su profesión. Por lo tanto ha aprendido a reconocer y distinguir las diferentes clases de pisadas de animales. Llega a conocer los hábitos de alimentación de varias clases de caza, el significado de todos los diferentes sonidos que oye y si son de interés inmediato para realizar su objetivo. Con este equipo está preparado para lograr descubrir su presa y cazarla. Solo el novato o inexperto anda por todos lados hasta que la caza salta en frente de él.
5. ¿Por qué no podemos estar satisfechos con una simple vista superficial de lo que estudiamos en la Biblia?
5 Nuestro estudio de la Biblia tiene que seguir el mismo patrón. Dado que es preciso tener conocimiento acertado nosotros mismos si queremos ser sumamente eficaces en nuestra comisión de cazadores y pescadores de hombres, entonces ante todo tenemos que usar esta misma técnica de cazar y pescar en nuestra búsqueda de las verdades escondidas de la Palabra de Dios. Por lo tanto tenemos que aprender a desarrollar un conocimiento agudo de lo que estudiamos y cómo se relaciona con nuestra comisión ministerial. No estaremos satisfechos con una simple vista superficial sino que estaremos alerta a toda faceta de significado de la materia bajo consideración.
6. Al prepararnos para el estudio de La Atalaya, ¿qué más puede hacerse aparte de subrayar las respuestas a las preguntas impresas, y por qué es tan importante hacer más?
6 Por ejemplo, cuando usted se prepara para el estudio de La Atalaya de congregación, ¿hace usted algo más que solo encontrar y subrayar las respuestas a las preguntas impresas en la parte inferior de la página? Recuerde el ejemplo del cazador que logra descubrir su presa y la caza. El considerar solo un párrafo a la vez, con su pregunta y respuesta, es como el cazador que solo ve una pisada a la vez sin reconocer lo que representa en relación con el rastro que ha dejado su presa. Tal cazador pronto puede perder completamente la pista y, como resultado, regresar al campamento sin su caza. Aunque sin duda sacaremos provecho si aprendemos solo unas cuantas respuestas a unas cuantas preguntas en nuestro estudio, no debemos olvidar el consejo del sabio cazador Pablo, quien dijo: “Por eso es necesario que pongamos más que la acostumbrada atención a las cosas que nosotros escuchamos, para que nunca nos deslicemos.” (Heb. 2:1) ¡Cuánto más provechosos y duraderos serán los resultados de nuestro estudio si percibimos el “sentido” de todo el artículo, reconociendo y aplicando cada punto del estudio al desarrollo del tema del artículo, considerando la aplicación de todos los textos citados pero no copiados, bosquejando en nuestra mente los principales argumentos y pruebas bíblicas que conducen en una pista clara a las conclusiones importantes que siempre son el objetivo de cada artículo de estudio impreso en La Atalaya.
7. ¿Qué percepción realzada resultará de conversar con nuestros hermanos sobre puntos nuevos y difíciles que hemos aprendido?
7 El estudio personal es realzado si estamos alerta a discutir con nuestros hermanos puntos nuevos o difíciles que hemos aprendido. Como resultado no solo llegan a discernirse estos puntos con mayor claridad sino que hay más seguridad de que lleguen a ser una parte utilizable de nuestro almacén de conocimiento, prestamente disponibles como bloques de fundamento sobre los cuales se puede edificar con otras verdades nuevas y avanzadas. Esta acción continua de recibir y dar información que se ha adquirido asegurará contra el estancamiento, y los principios importantes que se aprendieron por primera vez muchos años antes siempre estarán frescos cuando se necesiten para hacer decisiones. En conversaciones con los hermanos antes y después de las reuniones, de ida al territorio y de regreso, al prepararse para repasos escritos en la escuela del ministerio teocrático, el interés de usted en aguzar su propia perspectiva estimulará el interés de otros y usted estará efectuando bien para usted mismo y para sus hermanos. “Hay una frustración de planes donde no hay conversación confidencial, pero en la multitud de los consejeros hay logro.”—Pro. 15:22.
NECESIDAD DE ESTUDIO DE GRUPO
8. ¿Por qué son tan vitales los estudios de grupo para un discernimiento completo y exacto de la Palabra de Dios?
8 Sin embargo, por más provechoso que sea el estudio personal y también las discusiones privadas con otros, todavía tenemos que asistir a las reuniones de grupo en nuestro vecindario si queremos desarrollar por completo nuestras facultades perceptivas en el estudio. Tal como acudimos al conducto de comunicación de Dios para instrucción en su Palabra, así debemos buscar la discusión organizada de esas instrucciones para su comprensión más plena. Cuando estudiamos en un grupo con otros que son maduros se nos protege contra el llegar a conclusiones imprudentes como resultado de interpretación privada de algún punto de consejo. Se nos proporciona la oportunidad de comparar las respuestas de nuestros hermanos con las que hemos preparado. ¿Está usted alerta a esta oportunidad y provisión? ¿Confronta usted su conocimiento y entendimiento con lo que se está discutiendo? Usted puede estar completamente de acuerdo con lo que se dice. Sin embargo usted aprenderá nuevas maneras de expresar el mismo pensamiento y ciertamente adquirirá algunas nuevas ideas en cada reunión. Pero si se explica algún punto que usted no comprende cabalmente o que usted ha entendido de manera diferente, entonces usted sin falta querrá anotarlo para aclaración posterior de modo que su búsqueda de la verdad no sea desviada debido a conclusiones confusas o equivocadas. Un cazador prudente y experto jamás permite que se le desvíe de la pista cuando el rastro no es seguro. Afloja el paso y hace un reconocimiento hasta que está seguro de sus direcciones y entonces vuelve a avanzar con todo ahínco en pos de su presa.
9. (a) ¿Qué actitud de ánimo en la reunión pública, reunión de servicio y escuela del ministerio teocrático nos será la más provechosa? (b) ¿Por qué debemos recibir con regocijo toda oportunidad de ejercitar nuestro discernimiento?
9 De manera semejante debemos estar despiertos y vivos cuando escuchamos los discursos instructivos presentados en las reuniones públicas, las reuniones de servicio y en la escuela del ministerio teocrático que se conducen en el Salón del Reino. A veces quizás solo tendamos a sentarnos y dejar que los discursos sean derramados sobre nosotros, absorbiendo solo aquellos puntos que por casualidad se nos quedan. Esto se asemeja mucho al cazador que pasivamente aunque optimistamente espera que la caza caiga en su regazo. El verdadero estudiante de la Palabra de Dios aprende a escuchar como escuchaban los discípulos de Jesús, atento a comprender más que solo las cosas esenciales. (Mar. 4:10) Si verdaderamente estamos alerta cuando escuchamos un discurso no solo estaremos oyendo las palabras que se hablan sino que también estaremos pensando, aprendiendo a seguir el bosquejo del orador, evaluando las ideas del orador, asociando los puntos que se introducen con los ya presentados, considerando las evidencias ofrecidas en apoyo de los argumentos, meditando en la entereza de las pruebas que se presentan o de las respuestas a las preguntas que el tema ha hecho surgir. Más tarde, para probar nuestra percepción y para cumplir nuestra responsabilidad adicional de hacer buen uso de lo que hemos aprendido, podemos tratar de dar un resumen de uno de los discursos a alguien que no pudo estar presente. Cite los puntos que se consideraron, los argumentos y textos que se usaron como prueba. Tal atención cuidadosa a lo que se dice requiere práctica y agudeza de discernimiento, pero muchos inexpertos se han hecho cazadores diestros después de aplicarse diligentemente al arte. Además, cuando la Palabra de Dios está siendo explicada en presencia nuestra, ¿qué otra actitud deberíamos tener? El simple aprecio a las verdades que se presentan y un sincero deseo de aprender deben bastar para hacernos ‘poner más que la acostumbrada atención,’ pero cuando comprendemos cuán vital es el entrenamiento de nuestras facultades perceptivas para el progreso y la madurez espirituales, recibiremos con regocijo toda oportunidad de ejercitar nuestro discernimiento.
10. ¿Qué observación recomienda Pablo para edificar fe, y qué requiere esto?
10 Otra manera importante de adquirir conocimiento e información es mediante observación. El apóstol Pablo amonesta: “Acuérdense de aquellos que los están gobernando [es decir, dentro de la organización de Dios], los cuales les han hablado la palabra de Dios a ustedes, y al contemplar los resultados de su conducta imiten la fe de ellos.” (Heb. 13:7) Observe que el apóstol no nos está diciendo aquí que simplemente “copiemos” las acciones de estos hombres. Dice que debemos absorber la misma fe que los impulsa a sus hechos ejemplares. Eso requiere discernimiento, percepción aguda. El consejo práctico de Pablo aquí significa que tenemos que vigilar la dirección de Jehová por medio de su organización, es decir, los que representan la organización de Dios en la congregación como superintendentes. Especialmente podemos observar provechosamente a la clase del “esclavo fiel y discreto” que él ha nombrado sobre todos los intereses de su Reino. “Con sabiduría se edificará una casa y con discernimiento resultará firmemente establecida. Y con conocimiento las habitaciones interiores se llenarán de cosas de valor todas preciosas y agradables. El que es sabio en fuerza es un hombre físicamente capacitado, y el hombre que tiene conocimiento está reforzando el poder. Porque con diestra dirección llevarás a cabo tu guerra, y en la multitud de consejeros hay salvación.”—Pro. 24:3-6.
11. ¿Qué peligros y qué malos resultados se evitarán al seguir nosotros individualmente el derrotero en que Dios ha dirigido a su organización?
11 Jehová está dirigiendo el derrotero de su organización por medio de su espíritu santo, su fuerza activa. Durante un período de ochenta años en tiempos modernos hemos podido observar la confiabilidad de ese derrotero. Reconociendo las ricas bendiciones que Jehová ha derramado sobre el “esclavo fiel y discreto” como clase, ¿no podemos concluir que estos mismos beneficios les resultaran a individuos que siguen ese ejemplo, que copian el derrotero emprendido por su organización? ¿Por qué, entonces, debemos insistir en escoger nuestro propio camino, estableciendo nuestras propias normas o esforzándonos por evaluar nuestro propio juicio individual más elevadamente que el de este “esclavo” fiel y probado? Ese proceder sería tan infructuoso como el del cazador que sigue una pista falsa. Por más que se convenza el individuo de que sigue la pista correcta, la realidad es que su presa no se encuentra al fin de la pista. ¿Por qué debemos engañarnos con esperanzas falsas o ideas personales? Por más que nos convenzamos o más duro que nos esforcemos, el premio de la vida no habrá de ganarse siguiendo fábulas inventadas artificiosamente. (2 Ped. 1:16) “El camino del insensato es recto a sus propios ojos, pero el que escucha el consejo es sabio.”—Pro. 12:15.
12. Sin embargo, ¿de qué trampa en este respecto tenemos que estar conscientes, y qué palabras de advertencia hay en la exhortación de Pablo?
12 Sin embargo, no debemos caer en la trampa de seguir ciegamente a una organización de hombres. Observe la exhortación de Pablo: ‘Contemplen los resultados de su conducta.’ (Heb. 13:7) Por lo tanto se deben observar cuidadosamente los resultados de su actividad, si son buenos o son malos. Esto está en completa consonancia con las palabras adicionales de Pablo: “Que nosotros, pues, cuantos seamos maduros, seamos de esta actitud mental; . . . hasta donde hemos progresado, sigamos caminando ordenadamente en esta misma rutina. Unidamente háganse imitadores de mí, hermanos, y vigilen a los que andan de la manera que va de acuerdo con el ejemplo que ustedes tienen en nosotros.”—Fili. 3:15-17.
13. (a) ¿Por qué es tan esencial el discernimiento verdadero al seguir a los que toman la delantera? (b) ¿Cuál es el significado más profundo de ‘discernir lo correcto y lo incorrecto,’ y cómo tenemos que aprender a evaluar un asunto?
13 A veces un superintendente o alguien prominente en la organización de Dios emprende un derrotero incorrecto y los malos resultados no se hacen patentes por algún tiempo. Por eso es esencial el discernimiento al seguir el ejemplo de los que llevan la delantera. Si estuviésemos imitando a hombres fácilmente nos extraviaríamos, pero si seguimos el consejo de Pablo y tratamos de imitar la fe de estos hombres, entonces seremos guiados por la Palabra de Dios y conducidos por espíritu de Dios. El ejercitar nuestras facultades perceptivas nos entrenará a discernir entre lo correcto y lo incorrecto. El hacer esa distinción entre lo correcto y lo incorrecto no solo significa ver y sacar contrastes o deducir cosas opuestas. Lo incorrecto tiene que verse y odiarse por lo que es, una violación de la ley de Dios. (Amós 5:15; 1 Juan 3:4) Procediendo así, no lo pasaremos por alto porque lo practica alguien a quien amamos o respetamos. (Deu. 13:6-9) Adán cometió ese error en el juicio. Sabía la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto y sabía que Eva había emprendido un derrotero incorrecto, pero no odió la maldad lo suficiente para permitir que ese odio a la maldad dominara al amor que creía que le tenía a Eva. Si verdaderamente hubiese amado a Eva habría buscado su bienestar y habría emprendido un derrotero de conducta consistente con su comprensión de que Jehová no puede bendecir y no bendice hechos incorrectos. La violación de un principio es incorrecta sin importar quién sea culpable. Si queremos desarrollar discernimiento verdadero tenemos que aprender a evaluar un asunto mediante la Palabra de Dios y a la luz de ella, no mediante los individuos que están envueltos en el asunto.—Pro. 3:5, 6; 10:23.
PERCIBIENDO EL SENTIDO DEL CONSEJO
14. ¿Cuál es otro factor necesario para aprender mediante observación, y ¿qué está envuelto en recibir el mayor provecho de ello?
14 Otro factor de la observación provechosa es percibir el sentido del consejo cuando se da. La disciplina, aplicada correctamente, entrena, sea que se administre individual o colectivamente. “El que está reprendiendo a un hombre hallará más favor después que el que está lisonjeando con la lengua.” (Pro. 28:23) Sabiendo que el consejo es para nuestro bien, lo estimamos como estimamos a nuestro Padre celestial por administrarlo amorosamente para nuestra salvación. Pero el percibir el sentido del consejo requiere consideración con oración. Así como no podemos esperar adquirir conocimiento y retenerlo sin digerirlo plenamente, tampoco podemos entender el significado completo de la disciplina y entrenamiento, aplicándolo sabiamente, sin meditar en ello honradamente, considerando los hechos a la luz de las escrituras presentadas, así como el cazador diestro sigue juntando evidencias de la caza que lo conduzcan en una pista infalible.
15, 16. ¿Cuál debe ser siempre nuestra actitud hacia el consejo, sea que nos aplique directamente o no?
15 Sin importar el consejo que se dé o a quién se dirija, podemos casi seguramente hallar alguna manera en que aplique a nosotros mismos si estamos alerta. “Reprende en presencia de todos los espectadores a las personas que practican el pecado, para que los demás también tengan temor,” dijo Pablo. (1 Tim. 5:20) Jesús no dio a los que escuchaban su sermón del monte justificación para la vanagloria de la virtud propia cuando les advirtió: “Ustedes oyeron que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes asesinar; pero quienquiera que cometa un asesinato será responsable al tribunal de justicia.’ Sin embargo, yo les digo a ustedes que todo el que continúa airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia.” ¿Podría cualquiera de su auditorio decir que nunca había guardado rencor alguno a ninguno de sus hermanos? Jesús amonestó además a sus oyentes: “Ustedes oyeron que se dijo: ‘No cometerás adulterio.’ Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” (Mat. 5:21, 22, 27, 28) ¿Quién al alcance del sonido de la voz de Jesús podría absolver su conciencia sin remordimiento de culpa? En estos días de iniquidad avanzada, nosotros también tenemos que estar alerta a discernir el sentido de todas las palabras de consejo que recibimos de la Palabra de Dios por medio de su organización.
16 Cuando se lee una carta a la congregación expulsando a alguien por maldad, ¿cómo se siente usted? ¿Siente dolor de que a un hermano o hermana le haya faltado suficiente discernimiento o haya rehusado ejercitarlo para imitar la fe del “esclavo fiel y discreto” de Dios? Debe afligirnos. Pero, ¿también siente usted la necesidad de fortalecer su propia posición dentro de la protección de la provisión de Dios para obrar correctamente? ¿Considera usted seriamente esos actos de conducta que han contribuido, paso a paso, a las consecuencias en que ha resultado el derrotero de su hermano? ¿Considera usted honradamente su propio proceder para eliminar toda posibilidad de duplicar su error, o encubre usted las violaciones menores como de poca importancia, como que no son de suficiente magnitud para causar preocupación? El cristiano maduro sabe que jamás puede dar ninguna cosa por supuesta, sin importar cuán exagerados parezcan los resultados finales de cualquier falta.—1 Cor. 10:12.
17. (a) ¿Cuál puede ser el resultado por no aplicarnos a nosotros mismos el consejo y entrenamiento que se recibe por medio de la organización de Dios? (b) ¿Qué tenemos que hacer como individuos para pasar adelante a la madurez?
17 Si no nos aplicamos a nosotros mismos el consejo y entrenamiento que con regularidad recibimos mediante la organización de Dios, entonces nos hacemos semejantes al cazador que ve indicios de caza pero que no les hace caso y se va en otra dirección. El proceder de esa manera es dejar de dar el primer paso necesario para hacer decisiones sabias, y esto nos deja completamente descalificados en cuanto a cumplir el propósito principal de recibir conocimiento e instrucción, es decir, de llegar a ser “hacedores de la palabra,” usándola en predicar y enseñar “estas buenas nuevas del reino.” Los testigos de Jehová tienen una organización de verdad. Se ha adquirido por medio de seguir fielmente la dirección de Jehová en cada paso del camino, rehusando ser desviados por vías falsas que han cruzado y entrelazado ese camino. Si nosotros como individuos vamos a pasar adelante a la madurez tenemos que defender la verdad de esa organización. Tenemos que obtener conocimiento acertado usando nuestras facultades perceptivas, percibiendo el sentido de ello y adhiriéndonos estrictamente a ello, no dejándonos desviar de modo que sigamos pistas falsas. (1 Tim. 1:3, 4) Nuestra protección habrá de hallarse en un estudio cuidadoso y continuo de la Palabra de Dios, en aceptar reprensión y buscar consejo constantemente de la organización de Dios y por medio de ella.
18, 19. ¿Qué beneficios habrán de tenerse al aumentar nuestra habilidad para pensar y al entrenar nuestras facultades perceptivas?
18 Este no es tiempo para estancarse. Al separarnos de este presente sistema de cosas por medio de rehacer nuestro pensar y por medio de asociarnos con el arreglo de Dios, hemos dado un paso adelante. Si no aumentamos nuestra habilidad para pensar perderemos nuestro lugar en la sociedad del nuevo mundo. Oiga usted la Palabra de Jehová: “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y el conocimiento mismo se haga grato a tu misma alma, la misma habilidad para pensar te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará.” “La paz de Dios que sobrepasa a todo lo que se pueda pensar guardará su corazón y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús. . .Las cosas que aprendieron así como también aceptaron y oyeron y vieron en conexión conmigo, practíquenlas; y el Dios de paz será con ustedes.”—Pro. 2:10, 11; Fili. 4:7-9.
19 Entrene sus poderes perceptivos. Si lo hace no solo llenará usted los requisitos para recibir el alimento espiritual sólido que Jehová está proporcionando a su organización madura sino que, por medio de sus decisiones correctas en medio de toda circunstancia penosa, podrá permanecer con confianza en las filas de los que son cazadores y pescadores expertos de hombres, maestros de la Palabra en la sociedad del nuevo mundo de Jehová.