Actitudes religiosas cuando el Maestro predicó
1. ¿Qué creían y practicaban los esenios?
ADEMÁS de la actividad celosa de Juan el Bautista, hubo varios grupos judíos que estaban moldeando actitudes religiosas en Palestina cuando Jesús comenzó su ministerio. Uno de estos grupos fue el de los esenios, a los cuales no se les menciona en los escritos inspirados de los apóstoles y discípulos de Jesús. Los esenios creían que la piedad exigía que ellos castigaran el cuerpo, ayunaran y vivieran austeramente, por lo tanto despreciaban cualquier cosa que era un placer para la carne. Se aislaban en comunidades pequeñas. Los esenios no fueron un grupo religioso mayor que se encaró a Jesús en su predicación, aunque recientemente han llegado a ocupar un lugar de prominencia debido al hallazgo de los Rollos del mar Muerto de libros de la Biblia.
2. ¿En qué estaban interesados los celotes, y en qué ocasión parece manifiesta su influencia?
2 Luego estuvo el grupo de los celotes o nacionalistas. Querían que un judío se levantara para acaudillarlos en una sublevación contra Roma y romper de su cuello el yugo de Roma. Galilea era un foco de sediciones, y allí fue donde Jesús había crecido. Uno de los discípulos de Jesús se llamaba “el celoso” o “el celote,” y puede haber sido miembro del partido de los celotes. Sin embargo, no excitó el espíritu nacionalista o de autonomía inmediatamente después que Jesús milagrosamente alimentó a cinco mil hombres. “Por consiguiente cuando los hombres vieron las señales que él ejecutaba comenzaron a decir: ‘Con toda certeza éste es el profeta que había de venir al mundo.’ Por lo tanto, Jesús, dándose cuenta de que estaban por venir y tomarlo para hacerlo rey, se retiró otra vez a la montaña solo.” Estos nacionalistas querían establecerlo como rey, por consiguiente en oposición al gobierno de Roma. querían reclutar a Jesús, con sus poderes milagrosos, para sus propios propósitos egoístas. Pero Jesús rehusó resueltamente ser desviado del trabajo que su Padre celestial le había enviado a hacer. Como testificó delante de Pilato: “Con este propósito he nacido y con este propósito he venido yo al mundo, para dar testimonio a la verdad.”—Juan 6:14, 15; 18:37; Luc. 6:15, margen; Hech. 1:13.
3. ¿Quiénes fueron los saduceos, y desde qué punto de vista veían ellos a Roma, las Escrituras Hebreas y la tradición?
3 Un tercer grupo fue el de los saduceos, que incluía a escribas y miembros del Sanedrín y aun a los dos sacerdotes principales. (Juan 11:47; Hech. 5:17; 22:30; 23:6) No se interesaban en la venida de un Mesías, sino que estaban interesados en mantener el statu quo. Tenían un acuerdo práctico con Roma. A ellos les tocaba manejar los asuntos del templo, los servicios sacerdotales, el cobro de diezmos, las contribuciones hechas en el templo, la venta de animales sacrificatorios en el Atrio de los gentiles, y el negocio del cambio de moneda que se llevaba a cabo allí. Los saduceos no aceptaban ni todas las inspiradas Escrituras Hebreas ni todas las tradiciones de los fariseos; de hecho, sólo creían en la Ley de Moisés.
4. ¿Cómo respondió Jesús a los saduceos sobre resurrección, y por qué?
4 Por consiguiente fueron los saduceos los que vinieron a Jesús para poner objeción en cuanto a la resurrección, porque creían que la Ley de Moisés no daba base para tal enseñanza. Jesús se enfrentó a ellos sobre su propia base, citando de los escritos de Moisés: “Concerniente a los muertos, de que son levantados, ¿no leyeron ustedes en el libro de Moisés, en el relato acerca de la zarza, como Dios le dijo a él: ‘Yo soy el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’? Él es Dios, no de los muertos, sino de los vivos. Ustedes están muy equivocados.” (Mar. 12:18-27) Esto quiso decir que aquellos hombres que estaban muertos vivirían otra vez mediante resurrección. Tal como se hacía referencia a algunos que vivían enajenados de Dios como muertos desde el punto de vista de Dios, así se consideraba que estos muertos que contaban con aprobación vivían desde su punto de vista.—Efe. 2:1; 1 Tim. 5:6; Luc. 20:38.
5. ¿Qué conocimiento en cuanto a los saduceos los identificaría como los que gritarían: “No tenemos más rey que César”?
5 Debido al acuerdo práctico que tenían con Roma, los saduceos no querían que nadie suscitara dificultad que pudiera hacer que las legiones romanas vinieran para imponer restricciones. Querían quitarse de encima a Jesús. Pilato mismo sabía eso, y dijo a Jesús: “Su propia nación y los sacerdotes principales [saduceos] lo entregaron a mí.” Muy lógicamente ellos serían los que harían de su caso un punto en cuestión de lealtad a César: “Si usted deja libre a este hombre, no es amigo de César. Todo el que se hace rey habla contra César.” Y cuando Pilato preguntó si debería empalar a su rey, fueron los sacerdotes principales, o saduceos, los que gritaron: “No tenemos más rey que César.”—Juan 18:35; 19:12-16.
ESCRIBAS Y FARISEOS
6. ¿Quiénes fueron los escribas?
6 Algunos de los escribas eran saduceos, pero casi todos eran fariseos, y sin duda fue por eso que Jesús habló de los escribas y fariseos juntos tan frecuentemente en el capítulo veintitrés de Mateo. Los escribas sacerdotales leían, copiaban, enseñaban e interpretaban la ley. Mostraban cómo había de aplicarse en la vida diaria.—Mat. 23:2, 13, 15, 23, 25, 27, 29.
7. ¿Qué creían los fariseos?
7 Los fariseos, que eran los tradicionalistas religiosos, creían que la salvación sólo era por medio de guardar las tradiciones o la llamada ley oral. Esperaban la venida del Mesías a su propio modo. Aceptaban todas las Escrituras Hebreas, pero a éstas agregaban tradiciones orales. Querían permanecer separados de los romanos porque creían que era una contaminación el tener que ver con ellos de modo alguno. También era contaminador en su mente el tener que ver con la gente común que no guardaba las tradiciones orales.
8. ¿Por qué fueron los fariseos los que se quejaron de que los discípulos de Jesús no se lavaban las manos antes de comer?
8 Dado que los fariseos amaban la tradición, no nos sorprende el que ellos fueran los que se quejaron con Jesús en cuanto a sus discípulos: “No se lavan las manos cuando se disponen a comer una comida.” La queja no se dio sobre bases sanitarias, sino en defensa de las tradiciones, que Jesús dijo hacen “la palabra de Dios inválida.” (Mat. 15:1-6; Mar. 7:1-8) La tradición de lavarse las manos se desarrolló con el tiempo. Primero era un lavamiento ritual antes de las comidas. Luego el lavamiento se efectuaba antes y después de las comidas, y después los adoradores más estrictos se lavaban después de cada plato de la comida. Para cierto alimento las manos tenían que ser sumergidas completamente, y para otros tipos de alimento se había de derramar sobre las manos agua especial, que corría hasta arriba de las muñecas. Ahora esta agua se consideraba estar sucia, por eso si parte del agua regresaba a las manos, tenían que volver a lavárselas para quitarse el agua sucia. El Talmud asigna el castigo por no hacerlo: “El que estime levemente el lavado de las manos perecerá de la tierra.” Estaban muy ocupados lavándose las manos, pero ¡jamás se ocupaban de limpiarse el corazón!
9. ¿Por qué se quejaron los fariseos de que los discípulos de Jesús arrancaban grano el día sábado, y cuáles eran algunos de sus reglamentos del sábado?
9 ¿Quién se quejaría en cuanto a arrancar grano y comerlo el día sábado? Mateo 12:2 responde: “Al ver esto los fariseos le dijeron: ‘¡Mire! sus discípulos están haciendo lo que no es lícito hacer el día sábado.’” Fueron sus tradiciones sabáticas las que los impelieron a poner objeción. El sábado era un tema delicado, y en el Talmud hay dos tomos grandes sobre reglamentos sabáticos. Por ejemplo, no podían morderse las uñas de los dedos el sábado. La mujer no podía verse en un espejo, pues podría ver una cana y arrancarla, y eso sería trabajo. No podía usarse dentadura postiza, porque podría caerse, y el alzarla sería llevar una carga el sábado. Se podía usar un emplasto sobre una herida si sólo impedía que empeorara; si mejoraba la herida, eso sería trabajo ilegal. No se podía tratar un hueso fracturado el sábado, a menos que la mismísima vida de la persona estuviera envuelta. No podían comer el huevo que una gallina pusiera el sábado. La excepción era si no tenían la gallina como ponedora, sino que la estuvieran engordando para comer, entonces podría comerse su huevo, ¡porque había de considerarse simplemente como un pedazo de la gallina que se había caído!
LA “GENTE DE LA TIERRA”
10. ¿Quiénes eran los am ha-arets, y cómo los consideraban los judíos religiosos?
10 La expresión hebrea am ha-arets significa “gente de la tierra.” (Jer. 1:18, nota al pie marginal) A estas personas se les trataba como basura bajo los pies de los fariseos, y, naturalmente, los saduceos no tenían nada que ver con ellas, porque despreciaban a todos. Los am ha-arets eran jornaleros pobres que no conocían la Ley ni las tradiciones o no las guardaban. No recitaban las oraciones formales, no tenían flecos rituales en sus prendas de vestir ni usaban filacterias en los servicios religiosos, ni entrenaban a sus hijos en las tradiciones como lo hacían los judíos escrupulosos. Eran odiados y proscritos de la comunidad por los rabinos. Un rabino les negó toda esperanza de resurrección, y el rabino Hillel dijo: “Ninguno de los am ha-arets es verdaderamente religioso.” Un buen judío no dejaría que su hija se casara con uno. Su punto de vista era: “No se asocie ningún hombre con pecadores ni siquiera para acercarlos a la Tora.” Cuando los religiosos pusieron objeción porque Jesús se asociaba con pecadores, sin duda estaba incluída esta clase.
11. ¿Cómo se sintió Jesús en cuanto a los am ha-rets?
11 Jesús demostró consideración para la clase de pecadores am ha-arets. “Yo vine a llamar, no a personas justas, sino a pecadoras,” dijo Jesús cuando los fariseos pagados de su propia rectitud pusieron objeción porque él se asociaba con estos individuos humildes. Jesús fue atraído a ellos: “Al ver las muchedumbres sintió tierno afecto por ellas, porque estaban despellejadas y arrojadas acá y allá como ovejas sin pastor.” Estas personas que por largo tiempo habían sido pasadas por alto reaccionaron a la predicación de Jesús; no fueron indiferentes a la ley de Jehová. Eran las tradiciones imposibles de los ancianos las que estas personas trabajadoras no podían guardar.—Mat. 9:13, 36.
12. ¿Cómo aclara más este conocimiento la situación registrada en Lucas 15:1-10?
12 Con este conocimiento de la situación podemos entender mejor el relato de Lucas 15:1-10. “Los pecadores seguían acercándose a él para oírle. Por consecuencia, tanto los fariseos como los escribas seguían murmurando, diciendo: ‘Este hombre da la bienvenida a pecadores y come con ellos.’” En respuesta a esto Jesús habló de un hombre que tenía cien ovejas; cuando una oveja se pierde deja las noventa y nueve para hallar la que se perdió y se regocija mucho a causa de recobrarla. Entonces Jesús dijo categóricamente: “Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.” Él tomó el propio punto de vista de los fariseos, de que eran justos y estaban seguros en el rebaño de Dios. Por eso buscaría a los perdidos, los pecadores, y dijo que habría más regocijo a causa del recobro de un solo pecador que a causa de noventa y nueve hombres pagados de su propia rectitud que creían que no les hacía falta salvación. Para hacer el mismo punto doblemente enfático agregó la ilustración de la mujer con diez monedas, que perdió una y diligentemente buscó hasta que la halló y se regocijó mucho a causa de esta que hacía completo su juego de monedas. Fue la moneda perdida, las ovejas perdidas, incluyendo a los de la clase de am ha-arets que están perdidos y lo saben y buscan la salvación, que interesaban a Jesús y le ocasionaron gozo a Jehová cuando fueron recobrados. Dios no estaba interesado en los escribas y fariseos pagados de su propia rectitud, que no se arrepentían reconociendo los pecados.
13. ¿Qué puntos de vista absurdos tenían los fariseos en cuanto a sus tradiciones y la Palabra de Dios?
13 ¿Por qué deberían Jehová y Jesús hallar gozo en los tradicionalistas? Las tradiciones de los escribas y fariseos hacían inválida la palabra de Dios, no obstante ellos tenían estas tradiciones en tan buen concepto que se hacían ridículos. Decían que la ley escrita era como agua, pero que las tradiciones eran como vino. Decían que Dios pasaba todo el día estudiando la palabra escrita y toda la noche estudiando las tradiciones orales. ¡Habráse visto!
DENUNCIACIÓN DE HIPÓCRITAS
14. ¿Cómo ataban cargas pesadas sobre los hombros de los hombres los escribas y fariseos, y de qué manera impedían que la gente entrara en el Reino?
14 ¿Sorprende algo que Jesús dijera las palabras severísimas registradas en el capítulo veintitrés de Mateo? “Atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de la humanidad, pero ellos mismos no quieren moverlas ni con un dedo suyo.” Estas cargas fueron las tradiciones orales que eran tan gravosas y difíciles de guardar, y ellos no querían ni siquiera alzarles un reglamentito para hacerlo más fácil. Se habían establecido como maestros de la gente, pero en vez de dirigir la atención de la gente al reino de Dios, la desanimaban al insistir en tradiciones gravosas. Entonces cuando Jesús hizo lo que ellos estaban dejando de hacer, se enfurecieron y procuraron predisponer a la gente en contra de él. Bien dijo Jesús: “Cierran el reino de los cielos delante de la humanidad; porque ustedes mismos no entran, ni permiten ustedes que entren aquellos que van entrando.”—Mat. 23:4, 13.
15. ¿Qué muestra que los fariseos y escribas sólo estaban interesados en la apariencia exterior de las cosas?
15 “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! por cuanto ustedes dan el diezmo de la hierbabuena y el eneldo y el comino, pero han desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber, el juicio y la misericordia y la fidelidad. Era obligatorio hacer estas cosas, y sin embargo no desatender las otras. ¡Guías ciegos, que cuelan el jején pero se tragan el camello!” Estaban tan ocupados con las cosas pequeñas que nunca se ocupaban de los asuntos de más peso de la adoración verdadera. Aunque hacían lo que se precisara para salvar las apariencias, no cumplían con lo debido. “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! por cuanto ustedes limpian el exterior de la taza y del plato, pero por dentro éstos están llenos de despojo y falta de moderación. Fariseo ciego, primero limpia el interior de la taza y del plato, para que el exterior de ello también llegue a estar limpio.” Se interesaban en apariencias superficiales, mas Dios veía el corazón. Aunque había mucha piedad exterior, la justicia y la misericordia y la fidelidad faltaban desastrosamente.—Mat. 23:23-26.
16. ¿Qué ilustraciones contrastan a los que parecen buenos exteriormente con los que realmente son buenos interiormente?
16 Una piedra preciosa puede verse empañada, pero está buena adentro. Cuando se frota y se pule, comienza a brillar. Aun si el exterior áspero sin pulir parece común, su valor se extiende debajo de la superficie. Por otra parte, aunque un trabajo de blanqueo mejore la apariencia de una antigua casa hecha de madera, sólo hay que frotar un poco antes que las tablas viejas que se hallan debajo principien a dejarse ver. Así sucede con la gente. Jehová no se interesa en los que se ven piadosos exteriormente. Cuando se les frota de la manera contraria, o se les irrita, o cuando no se salen con la suya, o cuando tienen que cambiar, entonces usted ve lo que está dentro de ellos. Usted ve cuán irritables pueden ser, y la persona verdadera interior se manifiesta. Cuando Jehová junta a las cosas preciosas de todas las naciones se interesa en personas que son como piedras preciosas. Mientras más “froten” o traten de incomodar o irritar a los cristianos que tienen el corazón recto, mientras más los persigan, vituperen y opriman, más fulgura su integridad, más brillantemente reflejan la gloria de Jehová y más deslumbradora llega a ser su refutación de la mentira de Satanás de que los hombres no retendrán su fe bajo prueba.—Agg. 2:7 AN.
17. ¿Qué muestra la hipocresía de los escribas y fariseos tocante a los profetas de Jehová?
17 “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! por cuanto ustedes construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas memorialescas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos estado en los días de nuestros antepasados, no habríamos participado con ellos en la sangre de los profetas.’” ¡Pero estos mismísimos hipócritas fueron los que mataron al mayor profeta de todos, Jesucristo! Con mucho gusto construían tumbas para los profetas y las adornaban para atraer la atención a sus propios hechos de caridad, pero ¡ay del profeta vivo que se atreviera a mostrar la falsedad de su hipocresía!—Mat. 23:29, 30.
ACTITUDES RELIGIOSAS HOY DÍA
18. ¿Qué muestra que estos mismos tipos religiosos existen hoy día?
18 Ahora existen los mismos tipos de personas que en el primer siglo. Algunos se aíslan en edificios religiosos, ayunan y se maltratan el cuerpo, pensando que tal ascetismo es piedad, como pensaban los esenios. Algunos son superpatriotas, que acuden a gobernantes humanos y naciones como instrumentos de Dios y quieren tomar las cosas en sus propias manos e introducir paz a su propio modo, como trataban de hacerlo los celotes. Los saduceos aceptaban sólo parte de las Escrituras Hebreas, rechazando el resto, y los modernistas religiosos hacen lo mismo hoy día. Igual que los saduceos, quieren disfrutar del favor de los gobiernos de los hombres. Pero si usted quiere andar con Dios no puede ser parte del viejo mundo, como lo son los modernistas. También, a semejanza de los fariseos, hoy existen los tradicionalistas. Algunos se adhieren a tradiciones religiosas que se tomaron del paganismo antiguo, y otros han edificado sus propias tradiciones además de las que han pedido prestadas al paganismo. Los fundamentalistas religiosos de hoy quedan dentro de esa categoría. Sus tradiciones en cuanto a la trinidad, inmortalidad del alma, tormento para los pecadores, uso de ídolos y muchas otras, hacen inválidas las verdades sencillas de la Biblia, así como las hicieron las tradiciones de los escribas y fariseos.
19. (a) ¿Qué clase se compara con los am ha-arets y cómo reaccionan los líderes religiosos? (b) ¿Qué experimentan estos individuos anteriormente desamparados cuando se asocian con la sociedad del nuevo mundo?
19 Hoy también están presentes personas que son semejantes a los am ha-arets o “gente de la tierra.” Son personas sinceras a quienes los sistemas religiosos de la cristiandad no han instruído correctamente, pero que no obstante tienen hambre y sed de justicia. Es principalmente a estas personas que los testigos de Jehová se dirigen con amor, y encuentran muchos oídos que oyen. Así como los fariseos se burlaban de los que escuchaban a Jesús y decían “A ustedes no se les ha engañado también, ¿verdad? Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? Pero esta muchedumbre que no conoce la ley es gente maldita,” Así los líderes religiosos hoy día se burlan en cuanto a escuchar a los testigos de Jehová. Dicen que sólo son los individuos de posición humilde, los no educados los que escuchan. Están equivocados, así como los fariseos estuvieron equivocados, pues algunos de los gobernantes y fariseos sí escucharon a Jesús y lo siguieron. (Juan 3:1, 2; Hech. 4:36, 37; 6:7) Casi todos los que escuchan son de esta clase desamparada, pero cuando principian a seguir en las pisadas de Jesús y a asociarse con la sociedad del nuevo mundo ya no están desamparados. Se les ayuda amorosamente a obtener un conocimiento acertado de la Palabra de Dios; si es necesario, aun se les enseña a leer para que puedan estudiar la Biblia. Observan que los testigos de Jehová, a semejanza de Jesús, predican de modo diferente. Confían en la autoridad de la Biblia, desemejantes a los fariseos y saduceos modernos con su tradición y modernismo.—Juan 7:47-49.
20. (a) ¿Qué derrotero debemos seguir sabiamente hoy día, pero qué debemos evitar? (b) ¿Cómo podemos participar en un trabajo de curación espiritual?
20 Si somos seguidores verdaderos de Jesús, tenemos que andar en sus pisadas, evitando la hipocresía y la tradición que deshonra a Dios y fielmente dirigiendo la atención de los hombres conscientes de su necesidad espiritual al reino de Dios. Jamás lleguemos a ser como los religiosos falsos del día de Jesús que se interesaban en hacer las cosas sólo a su propia manera y que no llevaban a cabo la adoración que era aceptable a Jehová Dios. Por supuesto, no podemos repetir los milagros de Jesús de curación y de levantar a los muertos, pero sí podemos participar en una obra de curación espiritual. Podemos poner la verdad de la Biblia en la mente y grabarla en el corazón del individuo receptivo, y la mente transformada dirigirá los pies de esa persona en el servicio de Dios, pies que en otro tiempo estaban lisiados en lo que toca a andar con Dios. Los ojos que en un tiempo estaban ciegos a su verdad percibirán, oídos una vez sordos a su mensaje oirán, cuerpos una vez leprosos con enfermedad espiritual llegarán a estar limpios; y los muertos en transgresiones y pecados pueden ser levantados a vida y actividad espirituales, consiguiendo una fe ya no muerta sino probada viva mediante actividad y obras en el servicio de Jehová.
21. ¿Cómo debemos esforzarnos por seguir cuidadosamente el modelo que Jesús puso?
21 Jesús dejó “un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas.” (1 Ped. 2:21) Así como un constructor examina cuidadosamente sus planos para enterarse de todos los detalles, así tenemos que estudiar el ministerio de Jesús con el fin de copiarlo estrechamente. Debemos esforzarnos por entender a la gente a quien testificamos, discernir su necesidad, hacer el mensaje enérgico y claro con ilustraciones apropiadas, y mostrar profundo amor a las ovejas como lo hizo Jesús. Debemos ser intrépidos al hablar la verdad a toda persona, y debemos ayudar pacientemente a los humildes. Si ponemos atención constante a nosotros mismos y a nuestra enseñanza, esto resultará en la salvación para nosotros mismos y para los que nos escuchan.—1 Tim. 4:16.