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Ensanchándonos en nuestro amor a la humanidadLa Atalaya 1974 | 15 de julio
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a ser completos en mostrar bondad, generosidad y amor a sus semejantes. ¡Oh, que el día de la venganza divina nos halle mereciendo protección porque hemos obrado en armonía con el amor que Jehová Dios y Jesucristo le tienen a la humanidad!
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¿Recuerda usted?La Atalaya 1974 | 15 de julio
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¿Recuerda usted?
● ¿Qué quiso decir el apóstol Pablo cuando indicó que las ‘buenas nuevas se estaban predicando en toda la creación bajo el cielo’?—Col. 1:23.
Esto no quería decir que se había llegado a cada individuo, sino que la predicación estaba siendo extendida a todas partes de la Tierra bajo el cielo.—Pág. 299.a
● En la ilustración de las minas de Jesús, en el capítulo 19 de Lucas, ¿quiénes o qué cosas están representados por el “hombre de noble nacimiento,” la “tierra lejana,” los “diez esclavos” y las “diez minas”?
El “hombre de noble nacimiento” es Jesucristo, que nació en la línea real de David. La “tierra lejana” a la cual fue a conseguir poder de rey es el lugar de morada de su Padre en la región espiritual. Los discípulos de Jesús, los “diez esclavos” de la ilustración, recibieron las minas simbólicas, es decir, el campo de actividad que Jesús había preparado por medio de predicación y enseñanza intensas. Recibieron estas “diez minas” simbólicas cuando Jesús los comisionó a hacer y bautizar discípulos. Por eso, al predicar y enseñar en imitación de Jesucristo, sus discípulos podían hacer productivo el campo que él había preparado, haciendo que produjera todavía más discípulos como ellos.—Págs. 328-331.
● ¿Qué es el ‘sellar’ que se completa antes que se suelten los vientos destructivos de la “grande tribulación”?—Rev. 7:2, 3.
Esto no se refiere al sellar inicial de los que se cuentan entre los 144.000 que van encaminados a una herencia celestial. Es un sellar final, una determinación de la permanencia del sellar inicial. (Compare con Efesios 4:30.)—Pág. 345.
[Nota]
a Todas las páginas a las que se hace referencia son de La Atalaya de 1974.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 15 de julio
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Preguntas de los lectores
● La Biblia dice que Jesús estuvo en la tumba “tres días y tres noches.” ¿Significa eso que estuvo en la tumba durante setenta y dos horas completas?—Brasil.
La razón por la cual surge esta pregunta es que Jesús dijo en cierta ocasión: “Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mat. 12:40) Muchos lectores de la Biblia consideran que eso significa tres días y tres noches completos, o setenta y dos horas. Sin embargo, la evidencia bíblica muestra que el período de tiempo que Jesús estuvo en la tumba fue de menos de setenta y dos horas.
Jesús murió el 14 de Nisán, día de la Pascua, en el día que ahora se conoce como viernes. Y temprano en la mañana del día que ahora se llama domingo ya había sido levantado de entre los muertos. El relato de Marcos dice: “Muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron [María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé] a la tumba conmemorativa, cuando el sol había salido. . . . Cuando entraron en la tumba conmemorativa, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de una ropa larga blanca, y se aturdieron. Él les dijo: ‘Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue fijado en un madero. Fue levantado, no está aquí.’”—Mar. 16:2-6; Juan 20:1.
Si Mateo 12:40 significa tres días completos de veinticuatro horas, ¿cuándo hubiera sido enterrado Jesús? Contando hacia atrás setenta y dos horas desde temprano el domingo por la mañana, llegaríamos a temprano el jueves por la mañana. Pero puesto que Jesús murió alrededor de las tres de la tarde, tendría que haber sido colocado en la tumba el miércoles por la tarde. (Mat. 27:46, 50) Sin embargo, el relato bíblico en cuanto a la muerte y resurrección de Jesucristo no sugiere de ninguna manera que el período envuelto se haya extendido desde el miércoles hasta el domingo. Entonces, examinemos la evidencia.
La razón por la cual las mujeres fueron a la tumba fue para untar el cuerpo de Jesús con especias. Compraron algunas de estas especias inmediatamente después del sábado. (Mar. 16:1; compare con Lucas 23:56.) ¿Qué sábado o día de descanso pudo haber sido éste? Si el 14 de Nisán se hubiera extendido hasta incluir la tarde del miércoles, esto haría del jueves 15 de Nisán el primer día de la Fiesta de Tortas no Fermentadas y por consiguiente también un día de descanso o sábado. (Lev. 23:5-7) El siguiente sábado hubiera sido el sábado semanal, comenzando al anochecer del viernes y extendiéndose hasta el anochecer del sábado, puesto que los días judíos comenzaban al ponerse el Sol.
No parece razonable que María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé hubieran comprado especias inmediatamente después del 15 de Nisán (al anochecer del jueves, según tal cómputo) y entonces hubieran esperado hasta temprano en la mañana del 18 de Nisán (domingo) para ir a la tumba de Jesús. Eso hubiera sido más de tres días y medio completos desde la muerte de Jesús. Cualquier untadura con especias entonces hubiera sido de muy poco valor para el cadáver. (Vea Juan 11:39.) También parecería realmente raro que las mujeres hubieran dejado pasar sin hacer nada el 16 de Nisán (un día que no hubiera sido sábado) y luego se hubieran apresurado a la tumba tan pronto como se les hubiera hecho posible el domingo 18 de Nisán por la mañana.a
En vista de estos factores que apoyan el hecho de que hubo un período de menos de tres días completos entre el entierro y la resurrección de Jesús, surge la pregunta: ¿Por qué pudo decir Jesús que el “Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches”? (Mat. 12:40) Esto se debe a que la expresión “tres días y tres noches” se puede referir a partes de tres días, como se muestra claramente en 1 Samuel 30:12, 13. Bajo el encabezamiento “Día,” The Jewish Encyclopedia dice: “En la vida comunal judía a veces parte de un día se computa como un día; v.g., el día del funeral, aun cuando este acontezca a últimas horas de la tarde, se considera como el primero de los siete días de duelo; un período corto en la mañana del séptimo día se considera como el séptimo día; la circuncisión acontece al octavo día; aunque solo hubiesen quedado unos cuantos minutos del primer día después de nacer el niño, se les contaba como un día.” En armonía con esto, como declara el comentarista bíblico Lightfoot, tres días y tres noches “abarcaban cualquier parte del primer día; toda la siguiente noche; el día siguiente y su noche; y cualquier parte del día subsiguiente o tercero.” ¿Fue esto lo que sucedió en el caso de Jesús?
La respuesta a esta pregunta se hace evidente una vez que se determina el año en el cual murió Jesús. Al conocer el año, se pueden hacer cálculos en armonía con los principios del calendario judío para determinar el día de la semana en el cual cayó el 14 de Nisán, aun allá en el primer siglo E.C. Felizmente la Biblia suministra suficiente evidencia para fijar el año.
Conforme a Lucas 3:1, Juan el Bautista comenzó su ministerio “en el año decimoquinto del reinado de Tiberio César.” Como Lucas usó una palabra griega que significa literalmente “gobernación,” algunos han llegado a la conclusión de que debe calcularse que el “año decimoquinto” empezó desde el tiempo en que Tiberio fue corregente de Augusto. Por consiguiente, colocarían el principio del ministerio de Jesús en 27 E.C. Sin embargo, es asunto debatidob exactamente cuándo comenzó tal corregencia.
Aunque hay incertidumbre en cuanto al principio de la corregencia, el principio del reinado de Tiberio como César está bien establecido. La fecha es 17 de agosto de 14 E.C. (calendario gregoriano). Por consiguiente, el año decimoquinto se extendió desde el 17 de agosto de 28 E.C. hasta el 16 de agosto de 29 E.C. Esto fijaría el principio del ministerio de Jesús en 29 E.C., aproximadamente seis meses después que Juan el Bautista empezó su actividad. Fue originalmente al tiempo de su bautismo que Jesús fue ungido por el espíritu de Dios, llegando a ser así el Mesías o Cristo prometido. La profecía bíblica predijo específicamente el tiempo exacto para este acontecimiento. (Dan. 9:25) Y el aplicar esa profecía a los datos históricos también señala a 29 E.C. como el tiempo para el aparecimiento del Mesías.—Vea el libro Aid to Bible Understanding, págs. 137, 328-331, 348.
Daniel 9:27 indica que a la mitad de la “semana,” o tres años y medio después de comenzar su ministerio, Mesías ‘haría que cesara el sacrificio y la ofrenda de dádiva.’ Esto lo hizo
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