La unidad de la organización visible de Dios
“De él, todo el cuerpo, mediante el estar trabado armoniosamente y el hacer que coopere por medio de cada coyuntura que suministra lo que se necesita, de acuerdo con el funcionamiento correspondiente de cada miembro respectivo, produce el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.”—Efe. 4:16, NM.
1. ¿Qué ha manifestado Jehová para con los menores de la humanidad, y cómo se sentía Pablo acerca de esto?
JEHOVÁ, el gran Gobernante Soberano del universo, ha manifestado bondad inmerecida a los menores de la humanidad, hombres y mujeres tales como nosotros. Pablo fué un recipiente de esta bondad inmerecida. Él estaba tan agradecido, que tuvo que expresarlo en palabras así como también en obras. Pablo quería que todos sintieran la gratitud que él sentía para con Jehová. Por esa razón él escribió a Timoteo tan fervientemente, diciendo: “Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me delegó poder, porque me consideró confiable al asignarme a un ministerio, aunque antes era blasfemo y perseguidor y hombre insolente. No obstante, se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe. Pero la bondad inmerecida de nuestro Señor sobreabundó junto con la fe y el amor que hay en conexión con Cristo Jesús. Confiable y digno de plena aceptación es el dicho de que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a pecadores. De éstos yo soy el más notable. No obstante, la razón por la cual se me mostró misericordia fué para que por medio de mí como el caso más notable Cristo Jesús pudiese demostrar toda su longanimidad para ejemplo de los que descansarán su fe en él para vida eterna.”—1 Tim. 1:12-16, NM.
2. ¿A qué se debía el gozo abundante de Pablo en esta conexión?
2 Fué admirable que Pablo le hablara francamente a este joven Timoteo, que también deseaba conseguir la vida y que bien podía conseguirla, igualmente, debido a la bondad inmerecida de Jehová. Reconociendo que había mostrado una disposición insolente en tiempos pasados, Pablo le cuenta a Timoteo de la bondad inmerecida que Dios le mostró a pesar de haber sido él un blasfemo. Él agradeció ese amor. El gozo tan abundante en la expresión de Pablo a Timoteo se debió al hecho de que el Señor Jesucristo lo había considerado confiable y que lo había delegado para ser un ministro. ¡Qué asignación! ¡Qué privilegio! Pablo verdaderamente agradeció su ministerio, y el relato de su vida de servicio en el libro de los Hechos lo manifiesta.
3. Tocante a esto, ¿cómo se expresó Pablo a los efesios?
3 Cuando Pablo, en otra ocasión, escribió a los efesios él tenía presente la misma cosa—el ministerio. Le dijo a la congregación en Éfeso que Dios le había extendido una bondad que era inmerecida. Por cierto ni Pablo ni los efesios ni ningún otro de la familia humana merecía la bondad de Dios. No obstante se le mostró a Pablo ese amor y se le dió oportunidad para declarar a las naciones las buenas nuevas concernientes al amor de Dios y para dar a conocer la majestad, el poder y lo admirable que son el Creador y su Hijo. Pablo lo declaró de esta manera, cuando escribió a los efesios: “A mí, un hombre menor que el menor de todos los santos, me fué dada esta bondad inmerecida, para que declarara a las naciones las buenas nuevas acerca de las riquezas insondables del Cristo e hiciera que los hombres vieran cómo es administrado el sagrado secreto que desde la eternidad pasada ha estado ocultado en Dios que creó todas las cosas.”—Efe. 3:8, 9, NM.
4. ¿De qué libertad gozaba ahora Pablo, y cómo manifestó él su fe?
4 Jehová hizo algo a favor de Pablo, él ahora era un hombre libre en línea para vida eterna. Se apartó del cautiverio a aquel viejo sistema de cosas en el cual había vivido, y ahora por la primera vez tenía esa libertad de palabra que adquiere el pueblo de Dios mediante el conocimiento de Jehová. Lo que Pablo aprendió acerca de los propósitos revelados de Dios por medio de Cristo Jesús le dió la confianza necesaria para desempeñar su obra, mediante su fe. Esa fe nunca fué debilitada. Él probó esto desempeñando buenas obras ahora que era el perseguido, y no el perseguidor que anteriormente había sido. Las pruebas, tribulaciones y bofetadas que él recibió fueron muchas; no obstante permaneció fiel hasta la muerte. Fué un hombre de integridad. Él conocía la voluntad de Dios y estaba ‘descansando su fe en Cristo para vida eterna’. Pablo ha de haber sido una inspiración y un buen ejemplo que podía seguirse por los demás porque él mismo estaba siguiendo en las pisadas de Cristo Jesús.
5, 6. ¿Cómo se había manifestado la bondad inmerecida de Jehová para con los gentiles como resultado de la revelación de su sagrado secreto?
5 Pero ¿qué hay acerca de los otros cristianos? ¿Seguían ellos fielmente a Cristo? ¿Produjo la bondad inmerecida de Dios los mismos efectos en ellos que había producido en Pablo? Sí, así fué. Considere a los cristianos primitivos: Los judíos como nación no habían cumplido su pacto con Jehová Dios. En un tiempo ellos fueron escogidos para ser el pueblo que llevaba el nombre de Dios, pero ahora cuando Jehová había revelado el sagrado secreto, su Hijo Cristo Jesús como el Mesías, ellos rehusaron aceptarlo. De modo que la llamada se extendió a las naciones gentiles para sacar de ellas un pueblo para el nombre de Dios. El sagrado secreto que por generaciones se había ocultado, es decir, la manera en que Jehová Dios bendeciría a todas las familias de la tierra, ahora se reveló en Cristo Jesús. En conformidad con eso Jehová ahora había manifestado misericordia y bondad inmerecida para con los gentiles así como para con los judíos. Ambas clases de “naciones”, o toda clase de hombres, ahora podían aceptar al Mesías y ponerse en línea para vida eterna. Verdaderamente, Jehová Dios conocía desde la fundación del mundo cómo llevaría a cabo sus propósitos para la bendición de todas las familias de la tierra y para la vindicación de su nombre, aunque no había revelado estas cosas cabalmente en tiempos pasados.
6 Por siglos Jehová Dios no tuvo trato alguno con los gentiles, pero ahora se abrió el camino para que éstos llegaran a ser cristianos, siervos escogidos de Dios, testigos de Jehová. Al escribir a los romanos tocante al habérseles mostrado tanta misericordia y tanta bondad inmerecida (porque ellos no habían hecho nada para dar honra a Jehová), Pablo exclamó: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios e inexplorables son sus caminos! Porque ‘¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién ha llegado a ser su consejero?’” (Rom. 11:33, 34, NM) Es incomprensible, pero no obstante la bondad inmerecida de Jehová fué extendida a los gentiles; y los que se dedicaron al Altísimo y entraron en la congregación u organización visible llegaron a ser un espectáculo delante de los hombres y los ángeles.
7. ¿En qué fueron admitidos los que recibieron esta bondad inmerecida, y qué habían de ser ellos?
7 Hace unos mil novecientos años que esta organización visible, la congregación del pueblo de Dios, fué traída a la existencia. Los recipientes de esta bondad inmerecida fueron admitidos en un nuevo pacto con Dios, no en el viejo pacto de la ley. El viejo pacto que fué mediado por Moisés se había abolido cuando Cristo Jesús fué empalado. Este nuevo pacto fué la ley de Dios escrita en los corazones de los contratantes, no en tablas de piedra. Estas personas del Nuevo Pacto habían de ser “un pueblo para su nombre”. Estos eran aquellos parecidos a Cristo Jesús, a saber, Pablo y todos los fieles seguidores primitivos de Cristo, los proclamadores del reino de Dios.
8. ¿Qué hizo que la nueva organización que se principió fuera de tanta importancia?
8 Un nuevo sistema de cosas, una nueva organización, estaba principiando, y era de importancia vital. Había principiado la selección de la novia de Cristo y ésta había de ser formada de 144,000 fieles seguidores del Señor Jesús. En ese tiempo la selección de la novia y la formación de esta organización visible en la cual cada individuo tenía que ser fiel hasta la muerte, era un asunto muy serio; y por esto los miembros apreciaron cabalmente el hecho de que tenían que trabajar juntos en unidad, porque mediante la bondad inmerecida de Dios él los había juntado para un propósito especial. Con el tiempo los ojos de todo el mundo estarían sobre ellos y ciertamente los ángeles en el cielo estaban observando el desarrollo de los maravillosos arreglos de Dios. Estos eran los anunciadores del reino de Jehová, el cual es la única esperanza del mundo. ¿Podrá haber otra cosa más vital e importante que el Reino?
“LIBERTAD DE PALABRA”
9. ¿Qué se había propuesto Dios que vieran los hombres, y hacia qué fin estaban marchando las cosas ahora?
9 Jehová se había propuesto que los hombres “vieran cómo es administrado el sagrado secreto”, y por eso lo que había estado oculto en Dios ahora se estaba revelando, y “esto era con el fin de que ahora a los gobiernos y autoridades en los lugares celestiales se diera a conocer mediante la congregación la grandemente diversificada sabiduría de Dios, de acuerdo con el propósito eterno que él formó en conexión con el Cristo, Jesús nuestro Señor, por medio de quien tenemos esta libertad de palabra y un acercamiento con confianza mediante nuestra fe en él. Por lo cual les pido a ustedes que no se den por vencidos debido a estas tribulaciones mías a favor de ustedes, porque éstas significan gloria para ustedes.” (Efe. 3:10-13, NM) Sí, “el propósito eterno que él [Jehová] formó en conexión con el Cristo” ya se estaba cumpliendo. Las cosas estaban marchando adelante hacia la vindicación del nombre y de la palabra de Jehová. La congregación de Dios ahora era su organización visible y estaba dando a conocer las buenas nuevas acerca de Cristo y anunciando las buenas noticias del reino de los cielos. Se había colocado un fundamento verdadero con Cristo Jesús, el testigo fiel y verdadero, y, sin importar qué cosas vinieran, aunque fueran tribulaciones para un miembro individual de la congregación o la dispersión de las compañías de los testigos de Jehová, todos seguirían descansando “su fe en él para vida eterna” y hablando con la maravillosa libertad de palabra que les había dado Cristo Jesús.
10. Durante su ministerio ¿qué introdujo y demostró Jesús, y por qué?
10 Fíjese pues, durante su ministerio Jesús introdujo una libertad de pensamiento y de palabra que en su día ya se había desaparecido de la tierra. Él fué quien dijo: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.” (Juan 17:3, NM) Las religiones del mundo tenían a la gente bien agarrada. Millones de personas de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas se hallaban transitando el camino trillado de las costumbres arraigadas. Las verdades que Jehová había presentado siglos antes del tiempo de Jesús se hallaban ocultas hasta entonces. Los israelitas estaban en la misma condición mala en que se encontraban las demás naciones, porque ellos habían abandonado las enseñanzas de Jehová para adoptar las tradiciones de los hombres. Cuando llegó Cristo Jesús él demostró por medio de sus palabras y obras una libertad de palabra que alegró los corazones de los hombres.
11. ¿Que contribuyó a su libertad de palabra?
11 Sus dichos no se basaban en alguna falsa tradición religiosa. Lo que él enseñó no lo había aprendido en las escuelas de su día. Él lo había aprendido estudiando las Escrituras hebreas, comunicándose con Dios en oración y dedicándose a hacer la voluntad de su Padre. Fué este Ungido, el Amo, que dijo: “La verdad los hará libres.” (Juan 8:32, NM) Jesús ciertamente estaba libre de este viejo mundo. No formaba parte de él aunque se encontraba en él. Era un hombre que tenía libertad para decir las cosas verídicas y rectas que daban honra al nombre de Jehová. Tenía libertad para hacer las cosas que producirían alabanza para su Padre celestial. Restauró la adoración pura del Dios Altísimo. Condenó a los hipócritas y a las religiones falsas con su adoración de ídolos.
12. ¿Por qué la predicación del Reino quiere decir libertad de palabra?
12 Pablo reconoció estas cualidades denodadas y de valor inestimable que tenía Cristo Jesús, y fué por medio de Cristo Jesús que él mismo recibió su libertad de palabra. El hablar la verdad acerca de Jehová y de su Hijo y del reino de Dios ciertamente quería decir hablar libremente, porque todas las naciones y sus gobernantes estaban y todavía están en contra del reino de Jehová Dios y su dominio por Cristo Jesús.
13. ¿Cómo consiguió Jesús libertad de palabra para toda la congregación?
13 Todas las personas en la congregación de Dios tienen que tener esta misma libertad de pensamiento y de expresión y ya no pueden estar sujetas a los pensamientos opresivos del mundo. No pueden estar enjauladas o restringidas; tienen que salir y ser libres de las prisiones de este mundo. Jehová hizo provisión para esta libertad por medio de su Hijo Cristo Jesús. Fué Cristo quien dijo en la sinagoga en Nazaret un día de sábado: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despedir a los quebrantados con una exoneración, para predicar el año aceptable de Jehová.” (Luc. 4:18, 19, NM) Él estaba citando de Isaías, el capítulo 61, y después que fué ungido él marchó adelante desempeñando esa gran labor de libertar a los cautivos, o de despedir a los quebrantados con una exoneración. Él llamó la atención al hecho de que ahora era el año aceptable de Jehová para librarse de este viejo mundo. El tiempo ya había llegado para que la gente se librara del cautiverio a este viejo mundo moribundo, y Cristo Jesús les estaba enseñando cómo lograr esa libertad. ¡Conocía esto la congregación de Dios!
14. ¿Cómo trataron los guías religiosos judíos de sofocar esta libertad de palabra?
14 Jesús no había predicado este mensaje de libertad por muchos años, antes que los escribas, los fariseos y los gobernantes de esos días decidieran que ya habían oído bastante de su libertad de palabra que él estaba declarando a través de Palestina. Llegó a ser la determinación de estos mundanos poderosos acabar con él. El registro manifiesta claramente que, vez tras vez, esos escribas y fariseos trataron de coger a Jesús en una trampa, procesarlo falsamente y hacer que fuera silenciado. Por fin tuvieron éxito en hacer que fuera empalado sobre la estaca de tormento hasta que murió. Ahora dejaría de hablar. ¡Qué consuelo para ellos! Estaban seguros de que la libertad de palabra se había sofocado. La gente ya no trataría de librarse de la influencia de los escribas y fariseos para escuchar a este hombre. Ellos pensaban que podían retener a la gente en sus prisiones. ¡Pero qué equivocados estaban! Considere la oración de Jesús y tome nota de la petición que hizo a su Padre celestial a favor de los que él estaba dejando allí como pueblo libre:
15. ¿Qué les dió Jesús a los discípulos que él dejó para que tuvieran libertad de palabra?
15 “He hecho tu nombre manifiesto a los hombres que del mundo me diste. Ellos eran tuyos, y me los diste a mí, y ellos han observado tu palabra. Ellos ya han llegado a conocer que todas las cosas que tú me diste vienen de ti; porque los dichos que tú me diste yo se los he dado a ellos, y ellos los han recibido y ciertamente han llegado a conocer que yo salí como tu representante, y ellos han creído que tú me has enviado. Además yo ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo vengo a ti. Padre Santo, vigílalos por respeto de tu propio nombre que me has dado a mí, para que ellos puedan ser uno así como somos nosotros. Yo he dado tu palabra a ellos, pero el mundo los ha aborrecido, porque ellos no son parte del mundo así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:6-8, 11, 14, NM) Los discípulos de Jesús tenían la verdad y era menester hablarla. Ellos la hablaron.
16. ¿Qué prometió Jesús enviarles, y qué les ayudaría a recordar?
16 Fué poco después de su resurrección que Cristo Jesús organizó a sus seguidores para que se llevara a cabo la gran obra que tenía que hacerse. Al hablar con sus discípulos les dijo que ellos se acordarían de las cosas que él les había hablado y que él les enviaría un ayudante, el espíritu de Dios, para que recordaran esas cosas importantes. “Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no son capaces de aguantarlas por ahora. Pero, cuando ése llegue, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas venideras. Ese me glorificará porque recibirá de lo que es mío y se lo declarará a ustedes.”—Juan 16:12-14, NM.
17. ¿Cuándo envió esto, y qué cosa ejercieron entonces a pesar de sus experiencias duras?
17 El espíritu fué derramado sobre ellos en el Pentecostés, así como había dicho Jesús. “Y mientras estaba reunido con ellos les dió las órdenes: ‘No se retiren de Jerusalén, sino que sigan esperando lo que el Padre ha prometido, tocante a lo cual oyeron de mí; porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo a no muchos días después de esto.’” (Hech. 1:4, 5, NM) Su mente allí fué llenada con las verdades que Jesús les había enseñado y denodadamente se pusieron a predicar el reino de los cielos a todos los hombres. (Juan 14:25, 26) Todas las persecuciones, las pruebas y las dificultades que aguantaron; las burlas por parte de turbas encolerizadas y el encarcelamiento no pudo detenerlos. Ellos habían conseguido su libertad de palabra por medio de Cristo Jesús, gracias a la bondad inmerecida de Jehová, y ahora que tenían esa libertad ciertamente la retendrían. No, no volverían a ser presos, porque Cristo Jesús los había libertado. El profeta Isaías había declarado: “Decir a los presos: Salid.” (Isa. 49:9, NC) Jesús hizo precisamente eso para los presos. Sus discípulos ahora eran hombres libres y procedieron a usar su libertad correctamente, predicando la verdad.
18. ¿Sobre qué territorio ejercieron libertad? y por esto, ¿qué sucedió?
18 Ellos viajaron a las tierras que estaban cerca de Palestina, Pedro hacia el oriente hasta Babilonia y Pablo hacia el occidente probablemente hasta España. Ejercieron la libertad de palabra que recibieron de Dios. Dijeron a los que estaban en prisión, ‘¡Salgan! ¡Escuchen estas buenas nuevas! Tengan confianza y fe por medio de Cristo Jesús en Jehová Dios el Creador del Universo. Confíen en sus preciosas promesas y busquen el camino a la vida eterna.’ Empezó el recogimiento de los que amaban la verdad y la justicia, y la organización visible de Dios se hizo patente.
19, 20. ¿Cómo deberían los cristianos andar de una manera digna de las cosas a las cuales fueron llamados, y en qué resultaría esto para la organización?
19 Pablo, por supuesto, fué uno de los misioneros y evangelistas sobresalientes de su día. Él les decía a las personas con quienes se ponía en contacto y a quienes él enseñaba la verdad que deberían andar de una manera digna de las cosas a las cuales fueron llamadas. Ya no deberían vivir de una manera orgullosa y austera, como vivía la gente del mundo. Más bien, deberían ser humildes y manifestar un espíritu de mansedumbre. Deberían ser apacibles y manifestar longanimidad, “soportándose los unos a los otros en amor.”
20 El logro de esta actitud amorosa resulta en la formación de una organización fuerte de hermanos, y entonces se puede desempeñar una gran obra en el interés del reino de Dios.
CAUTIVADOS POR CRISTO
21. ¿De quién son propiedad comprada los cristianos, y al ser qué cosa se sentía Pablo feliz?
21 Pablo estaba explicando cuál era la correcta actitud mental que deberían tener los cristianos. Ya no estaban bajo el dominio opresivo del mundo de Satanás como súbditos de ese viejo sistema de cosas, sino que Cristo los había comprado con su propia sangre. Eran posesión de él. Pablo dice: “¡Qué! ¿No saben que el cuerpo de ustedes en conjunto es el templo del espíritu santo que está dentro de ustedes y el cual recibieron de Dios? También, no pertenecen a ustedes mismos, porque fueron comprados con un precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo de ustedes en conjunto.” (1 Cor. 6:19, 20, NM) Pablo ciertamente se sentía feliz porque era uno de estos comprados, un preso del Señor, uno que fué cautivado por Cristo. Él les declaró a los efesios que era un “preso en el Señor” y dijo: “Ahora a cada uno de nosotros se nos dió bondad inmerecida de acuerdo con la manera en que el Cristo asignó la dádiva gratuita. Por lo tanto él dice: ‘Cuando ascendió a lo alto se llevó cautiva a una multitud; dió dádivas en hombres.’” (Efe. 4:7, 8, NM) Para poder libertar a los seguidores de él que habían estado en servidumbre, Jesús tuvo que hacerlos cautivos y traerlos a sí mismo en su organización. De modo que los miles que oyeron las verdades que Jesús había expresado fueron guiados a él y llegaron a pensar igual que él. De esa manera tenían la mente de Cristo. Fueron librados de este viejo mundo moribundo. A todas estas personas libres él “dió dádivas en hombres”.
22. ¿Qué cosa eran esas “dádivas en hombres”? Y ¿cuál era el propósito que deberían servir según fué ejemplificado por Pablo?
22 Estas “dádivas en hombres” eran apóstoles, profetas y evangelistas, hombres que iban de congregación en congregación para servirles. Podían hablar en lenguas, podían interpretar y sanar. Recibieron los dones del espíritu, que estaban en operación en el día de Pablo. (1 Corintios 12, NM) Estos hombres ayudaron a la congregación joven, a la organización visible del Señor, para que se hiciera fuerte y para que todos ellos estuvieran ligados en unidad para poder ser usados para alabanza y adoración de él. Pablo, que fué una de esas “dádivas en hombres”, reconoció que él había sido libertado del viejo sistema de cosas y estaba agradecido por esta bondad inmerecida por parte de Dios. Aunque fuera como preso en cadenas en Roma o como cautivo del Señor Jesucristo, él gustosamente era un preso del Señor, según lo declaró en Efesios 4:1-3 (NM): “Yo, por lo tanto, el preso en el Señor, les ruego que anden dignos del llamamiento con el cual fueron llamados, con un espíritu de mansedumbre y apacibilidad, con longanimidad, soportándose los unos a los otros en amor, esforzándose sinceramente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz.” Pablo el preso quería que la organización visible del Señor estuviera unida, que existiera la unidad entre unos y otros. Las “dádivas en hombres” se habían dado a la nueva organización visible con ese propósito específico.
23. ¿Cómo era necesario que se portaran esas “dádivas en hombres”?
23 La congregación de Dios había de ser formada, no de individuos que estaban esforzándose por conseguir puestos prominentes, sino de siervos. (Sant. 2:1-4, NM) Jesús puso el ejemplo para la congregación y dijo que el que era mayor entre sus hermanos debería ser su esclavo. Jesús manifestó su espíritu de mansedumbre lavando los pies de sus discípulos la noche que celebraron la última pascua y de introducirse el memorial de su muerte. (Juan 13, NM) Él allí les estaba mostrando que tenían que humillarse y ser esclavos de sus hermanos. Estos apóstoles eran los principales que fueron llamados para ser “dádivas en hombres”, evangelistas, pastores y maestros, y no deberían enseñorearse del rebaño, sino que deberían ser pastores y cuidar a la organización visible. (1 Ped. 5:2-4, NM) Estos representantes especiales deberían ayudar a todos los individuos en la congregación para que se dieran cuenta de la responsabilidad que tenían de ser ministros.
24. ¿Qué responsabilidad idéntica tenían las ovejas y los pastores?
24 Habiendo sido llamados a la organización del Señor y habiéndoseles dado libertad de palabra, entonces cada individuo en la organización visible debería portarse digno del llamamiento con que fué llamado. Todos, tanto los pastores como el rebaño, tenían la misma responsabilidad. Se requirió que sirvieran fielmente como ministros.
UNIDAD COMO UN CUERPO
25. ¿Cómo deberían trabajar todos ellos, y con qué propósito?
25 Por esto pues, toda la congregación tenía que ver las cosas de la misma manera y tener presente las mismas miras positivas. Todos tenían que reconocer que el recogimiento de estos siervos del Altísimo era con el propósito de predicar estas buenas nuevas del Reino en todo el mundo para un testimonio, para engrandecer el nombre de Jehová, para anunciar a su Hijo Cristo Jesús y para hacer expresión pública concerniente a los sagrados secretos que Dios ha revelado por medio de su Palabra. Todos los que estaban en la organización visible del Señor tenían que trabajar unidamente con ese solo propósito. No podían trabajar el uno contra el otro, porque los miembros que forman el cuerpo ciertamente no trabajan uno contra el otro. Por eso Pablo siguió diciendo en Efesios 4:4-6, NM: “Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, un bautismo; un Dios y Padre de todas las personas, que es sobre todos y por medio de todos y en todos.” Jehová estaba tratando con todos los miembros del cuerpo por medio de Su Palabra y Su organización visible, y, aun más notable, él está haciendo la misma cosa en nuestro día para nuestra unidad como un solo cuerpo.
26. ¿De qué se componía la congregación en aquel entonces, y para tener éxito como una organización qué tenían que hacer?
26 Considere la situación según existía en los días de Pablo: judíos estaban aceptando la verdad, algunos de los cuales habían sido instruídos por los fariseos, otros por los saduceos. Pablo mismo había sido un fariseo anteriormente. Hubo egipcios, hubo gente de Asia Menor, de Grecia, Babilonia y de otras partes lejanas del mundo—todos ellos asociados en la sola congregación del Señor. En un tiempo todos ellos habían tenido diferentes maneras de vivir, diferentes religiones y enseñanzas, pero ahora tenían que vivir juntos bajo un solo Dios y con una sola Biblia, la Palabra de Dios, como su guía. Ellos habían de formar la organización visible, teniendo libertad de palabra y la determinación para hacer la voluntad del Señor. Si esta organización habría de tener éxito, entonces ellos tenían que trabajar juntos así como los miembros del cuerpo humano trabajan juntos; la cabeza, los brazos, los órganos—todos tenían que funcionar para el interés común de todo el cuerpo.
27. ¿Por qué no debería haber diferencia en su punto de vista ni en su trabajo?
27 Pablo estaba impresionando la mente de los efesios con la verdad de que hay solamente un cuerpo y que para gobernar este solo cuerpo hay solamente un espíritu, el espíritu de Dios. Todos ellos fueron llamados en la sola esperanza, la esperanza de ser coherederos con Cristo Jesús en el reino celestial y de vivir eternamente. Todos tenían la misma fe basada en la Palabra infalible de Dios, el mismo bautismo y el mismo Padre en el cielo. Por esto no debería haber diferentes puntos de vista entre los miembros del cuerpo, sino que todos ellos deberían esforzarse en desempeñar la gran obra de llevar a cabo la adoración limpia del Dios Altísimo, participando en la vindicación de Su nombre y Palabra y ayudando a todas las personas de buena voluntad a adquirir el conocimiento de los propósitos de Jehová. Esto se hizo en el día de Pablo; también puede hacerse en nuestro día.
28. ¿En dónde encontramos tal organización visible y obradora hoy en día, y quién puede estar en ella y cómo?
28 Entonces ¿hallan su cumplimiento hoy en día las palabras sabias de Pablo indicando que Jehová tendría una organización visible, activa y obradora? ¿En dónde se encuentra una organización hoy en día parecida a la congregación acerca de la cual hablaba Pablo? ¿Será posible que haya un grupo de personas hoy en día que tenga un solo Padre, el Padre de todas las personas en la congregación, un Padre que está sobre todo, por medio de todos y en todos, un Padre que está atendiendo a sus hijos y que los está manteniendo unidos en el camino puro de adoración? Qué privilegio y placer es contestar que Sí, sí, hay tal organización. En los días de los apóstoles podía encontrarse tal organización visible en la congregación primitiva de Cristo. En este año de 1952 usted la encontrará en un grupo de personas cristianas conocidas como testigos de Jehová. Ellos forman la organización visible de Jehová. Aun más, USTED puede estar en esa organización si es que usted piensa como pensaba Pablo y si tiene la fe que él tenía.
29. ¿Cómo se parecen los testigos de Jehová de hoy en día a la congregación primitiva?
29 Note usted cómo los testigos de Jehová de hoy en día se parecen a las congregaciones primitivas de los fieles testigos de Jehová: los testigos de Jehová creen firmemente en la Palabra de Dios. La estudian, la predican, y la viven. Ellos están “soportándose los unos a los otros en amor”, aunque sus costumbres y maneras de vivir y los idiomas que hablan en sus conversaciones diarias son diferentes en todas partes del mundo. Ellos ESTÁN llevando a cabo el mandamiento de predicar el Reino en todo el mundo para un testimonio. (Mat. 24:14, NM) De este modo ellos demuestran por todas partes de la tierra la unidad de la organización visible de Dios.