“Echen sus redes para la pesca”
“Dijo a Simón: ‘Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes para la pesca.’”—Luc. 5:4.
1. ¿Cómo asemejan Salomón y Amós los hombres a peces?
LA EXPRESION común: “Picó el pez,” que da a entender que una persona se ha dejado engañar, no se encuentra en los Escritos Sagrados. Sin embargo, la Santa Biblia sí usa peces verdaderos para representar a hombres. El famosamente sabio rey Salomón de Jerusalén, que en sus tres mil proverbios habló acerca de los cedros y el hisopo, de las bestias y las criaturas volátiles, y de las otras cosas movientes y los peces, dijo: “Tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una mala red, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando cae sobre ellos de repente.” (Ecl. 9:12; 1 Rey. 4:32, 33) A los opresores de su pueblo en el siglo noveno a. de la E.C., dijo el profeta Amós: “El Señor Jehová ha jurado por su santidad: ¡Miren! Vienen días sobre ustedes, y ciertamente los alzará con ganchos de carnicero y a la última parte de ustedes con anzuelos de pesca.’” (Amós 4:1, 2) Sin falta los enemigos de Jehová Dios serán cogidos como peces desafortunados de repente en un tiempo cuando no lo esperaban.
2, 3. (a) ¿Dónde y por qué usó Jesús una barca como plataforma de orador? (b) ¿Qué dijo en su parábola de la red barredera?
2 Algún tiempo después de la celebración de la pascua del año 31 de nuestra era común una barca de pesca que no estaba muy lejos de la orilla del mar de Galilea en el Oriente Medio fue usada para un propósito que no era el de pescar. Jesucristo la usó como plataforma de orador desde la cual dar una serie de parábolas proféticas a una grande muchedumbre que prácticamente lo había obligado a salirse de la orilla. Al terminar su maravilloso discurso, despidió a las muchedumbres, vino a la orilla y entró en una casa. Allí sus discípulos le pidieron que explicara la parábola que había dado acerca de las malas hierbas que había sobresembrado un enemigo en el campo de trigo. Jesús no solo dio la explicación que se deseaba, sino que también añadió varias ilustraciones nuevas, entre ellas la siguiente acerca de la red barredera:
3 “Otra vez, el reino de los cielos es semejante a una red barredera bajada en el mar y que junta peces de todo género. Cuando se llenó la sacaron sobre la playa y, sentándose, recogieron los excelentes en receptáculos, pero tiraron los que eran inapropiados. Así es como será en la conclusión del sistema de cosas: saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los justos y los echarán en el horno ardiente. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes.”—Mat. 13:47-50.
4. (a) ¿A quiénes representan los peces “excelentes” que son puestos en receptáculos? (b) ¿A quiénes representan los “inapropiados” que son desechados?
4 Todas las ilustraciones que dio Jesús del reino de los cielos tienen que ver con personas que serán con él herederos del reino celestial. Por consiguiente los peces “excelentes” que se recogen en receptáculos para uso provechoso representan a los de entre la humanidad que se prueban apropiados para reinar con Jesucristo en el reino de los cielos. (Rev. 7:1-8; 14:1-5) El reino de los cielos de Dios se estableció al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914. Los fieles apóstoles y muchos otros de los discípulos fieles de Jesucristo habían muerto antes de entonces. ¿Quiénes, pues, son esos peces simbólicos que son pescados y entonces sacados de entre otros y colocados, por decirlo así, en receptáculos en la conclusión del sistema de cosas, en la cual nos encontramos ahora? Son meramente el resto de los herederos del Reino, quienes hoy día componen la clase del “esclavo fiel y discreto” en la Tierra. (Mat. 24:45-47) Los simbólicos peces “inapropiados” que son lanzados en el simbólico horno ardiente para ser destruidos son los cristianos que resultan infieles a la llamada celestial, llegando a ser así “inicuos,” y quienes merecen ser destruidos.
5. ¿A quiénes representan los que pescan con la red barredera, y por qué?
5 En el cumplimiento de la parábola de la red barredera, ¿quiénes son los que efectúan la pesca y sacan la red barredera a la playa y entonces separan los pescados unos de otros? Son los ángeles. Ciertamente los cristianos en la Tierra no son quienes separan a los simbólicos peces excelentes de los inapropiados y echan a los últimos en el simbólico horno ardiente. Los cristianos ungidos no son los que están autorizados para determinar quién es apropiado para el reino celestial de Dios y quién, por otra parte, debería ser destruido eternamente. Ellos no son los jueces de los que han llegado a ser los siervos ungidos de Dios. (Rom. 14:4) Los ángeles que acompañan a Jesucristo glorificado cuando él entra en su reino celestial al fin de los Tiempos de los Gentiles son quienes hacen esta obra de separación bajo la dirección de Cristo. (Mat. 13:40, 41; 24:30, 31; 25:31, 32) ¿Qué, pues, es la red barredera?
6. ¿Qué, entonces, representa la red barredera?
6 Como la pinta la parábola de Jesús, una red barredera recoge peces y criaturas marinas sin hacer distinción. A los judíos que estaban en un pacto nacional con Jehová Dios se les prohibía comer ciertos peces y criaturas marinas. (Lev. 11:9-12) Por lo tanto los pescadores judíos tenían que hacer separación entre lo que una red barredera sacara. Lo que la ley de Dios prohibía lo tiraban. En vista de todo esto, la red barredera simbolizaría un instrumento en las manos de los santos ángeles bajo la dirección de Jesucristo. La red barredera simboliza la organización terrestre que afirma ser la congregación de Dios que está en el nuevo pacto con Dios por medio del Mediador Jesucristo. De modo que ella afirma o profesa ser el Israel espiritual, la nación santa que está ungida con el espíritu de Dios para reinar con Jesucristo en el reino celestial. Incluye a los que hacen profesión verdadera y a los que hacen profesión falsa o infiel. Lógicamente, incluye a la cristiandad, con sus centenares de miles de personas que hacen profesión de ser cristianos, pertenecientes a centenares de sectas llamadas cristianas.
7. Para que la red barredera simbólica recoja peces de toda clase, ¿a quiénes tienen que emplear los ángeles, y cómo han sido recogidos los peces “excelentes”?
7 Es cierto que la red barredera simbólica está en las manos de los ángeles como grupo de trabajadores que cooperan. Pero para que la “red barredera” recoja peces simbólicos de toda clase, las personas que pertenecen a la organización de la “red barredera” tienen que trabajar. Tienen que hacer una obra de recogimiento en la Tierra en el nombre del cristianismo. Los ángeles celestiales solo hacen una obra invisible, pero los miembros organizados de la “red barredera” hacen la obra directa visible. Solo el número más pequeño de esta organización de la “red barredera” realmente pesca según las instrucciones de Dios por medio de Cristo y según los principios bíblicos. Como resultado, solo esos trabajadores recogerían verdaderos “peces” cristianos, apropiados para el reino celestial. Este hecho lo hacen manifiesto los ángeles celestiales bajo Cristo en la “conclusión del sistema de cosas,” en la cual nos encontramos desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914. Ellos han recogido los “peces” excelentes y los han puesto en receptáculos simbólicos.
8. ¿Cómo entraron peces “excelentes” en cautiverio a Babilonia la Grande durante 1914-1918?
8 Años antes de que comenzara la “conclusión del sistema de cosas” en 1914 los “peces” de verdadera cualidad cristiana empezaron a recogerse en separación de la cristiandad. Aquí y allá alrededor del globo terráqueo formaron congregaciones separadas de la cristiandad. Pero vino la I Guerra Mundial, que se peleó durante 1914-1918 mayormente por las naciones de la cristiandad. Durante esta guerra estas congregaciones separadas de cristianos verdaderamente dedicados y bautizados llegaron a estar en servidumbre a la cristiandad. Así, puesto que la cristiandad es la parte más poderosa de la religiosa Babilonia la Grande, entraron en un cautiverio como el de los judíos que fueron al destierro en la antigua Babilonia después que Jerusalén fue destruida en el año 607 a. de la E.C. Pero, ¿permanecerían allí?
9. ¿Por qué la “conclusión del sistema de cosas” no fue el tiempo para que los peces “excelentes” permanecieran en cautiverio a Babilonia la Grande?
9 ¡No! Los Tiempos de los Gentiles habían terminado en 1914, el año en el cual estalló la I Guerra Mundial, y como consecuencia la “conclusión del sistema de cosas” había comenzado. La ilustración de la red barredera que dio Jesús marcó este período de tiempo para la separación de los que afirmaban ser herederos ungidos del “reino de los cielos.” Era el debido tiempo para que los ángeles celestiales bajo Cristo pusieran manos a la obra y sacaran aquella simbólica red barredera y tiraran a los inapropiados y pusieran a los “excelentes” aprobados por la ley de Dios en “receptáculos” de congregación. Eso fue lo que hicieron.
10. (a) ¿Cuándo comenzaron a salir de tal destierro babilónico los peces “excelentes,” y de qué manera? (b) ¿Qué experiencia están teniendo ya los peces “inapropiados,” y por qué?
10 Desde la primavera del año de 1919 en adelante se produjo una salida de los verdaderos cristianos que estaban desterrados en Babilonia la Grande. Salió la llamada dada desde el cielo: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” (Rev. 18:4) La religiosa Babilonia la Grande es el imperio mundial de religión babilónica falsa, e incluye a la cristiandad, que ha tratado de mezclar el cristianismo con la religión babilónica. Por lo tanto la llamada del cielo tenía que incluir el que salieran de la cristiandad. Los centenares de millones de simbólicos peces “inapropiados” que permanecen en la cristiandad pronto serán echados en el simbólico “horno ardiente” y completamente destruidos. Ya van en esa dirección, puesto que los cristianos hipócritas están dándose a “su llanto y el crujir de sus dientes.” (Mat. 13:50) ¿Por qué? Porque no han salido de la Gran Babilonia como debe hacerlo el verdadero pueblo de Dios; y por lo tanto están compartiendo los pecados de ella y ya están sintiendo lo que precede a sus plagas destructivas. Pronto perecerán con Babilonia la Grande y sus amantes políticos al debido tiempo de Dios.
11. ¿Qué proporción de los que afirmaban ser cristianos salió de Babilonia la Grande, y cómo fueron recogidos “en receptáculos”?
11 En aquel tiempo, en contraste notable con aquellos amadores de Babilonia la Grande, los testigos cristianos ungidos de Jehová respondieron a la llamada celestial, en 1919. Eran solo una minoría de personas que afirmaban ser cristianos, un mero resto de la verdadera congregación cristiana que Jesucristo ha estado edificando durante los pasados diecinueve siglos. (Mat. 16:18; Hech. 2:1-42) Bajo dirección angelical fueron recogidos “en receptáculos,” por decirlo así, es decir, en congregaciones de cristianos liberados, para ser reservados para el servicio de Jehová, el Dios y Padre de Jesucristo.
12. ¿Por qué no fue llevado inmediatamente al cielo este resto de peces simbólicos “excelentes”?
12 Aunque los de este resto de simbólicos peces “excelentes” esperan participar en el “reino de los cielos,” no fueron llevados inmediatamente al cielo, algo que ellos habían estado esperando. En esta “conclusión del sistema de cosas” tenían que hacer cierta obra en la Tierra antes de que les sobrevenga el fin a Babilonia la Grande y sus amantes políticos y los ejércitos de éstos.
13. (a) ¿Qué además de dar un testimonio se logra mediante la predicación del Reino? (b) Desde 1919 en adelante, ¿por qué era necesario que siguiera la obra de los días apostólicos?
13 Todo rincón de la Tierra sabe ahora lo que es la verdadera obra cristiana del resto, porque el resto ha llevado su obra hasta los extremos de la Tierra, en cumplimiento de las palabras de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) El dar testimonio a todas las naciones no es lo único que logran los predicadores del Reino. Hay también una obra de separación que resulta de tal predicación del Reino, y esto bajo dirección angelical. (Mat. 24:30, 31, 40-42) Esta obra de separación no se logró toda en el año de liberación de 1919. No, sino que, para que el número preordenado de 144.000 coherederos del Reino fuera redimido de la Tierra, más de los simbólicos peces “excelentes” tenían que ser sacados y puestos en los “receptáculos” de congregación. La obra que Jesucristo comenzó en los días de sus doce apóstoles tenía que continuarse hasta dentro de esta “conclusión del sistema de cosas,” a saber, obra de pescar. ¡Se garantizaba una grandiosa redada!
¡UNA MILAGROSA REDADA!
14. (a) En cuanto a profesión, ¿qué eran algunos de los discípulos de Juan el Bautista, y cómo fue que Jesús halló a cuatro de ellos en el mar de Galilea? (b) ¿Cuál era el mejor tiempo para su ocupación?
14 Hace mil novecientos años algunos de los apóstoles de Jesús eran pescadores profesionales en el mar de Galilea. Eran discípulos de Juan el Bautista, y algunos días después de su propio bautismo en agua Jesucristo llegó a conocerlos en el valle superior del río Jordán, tarde en el año 29 E.C. (Juan 1:35-44) Unos meses después, en el año siguiente, Jesús se comunicó con estos pescadores profesionales allí mismo en el mar de Galilea. Para entonces Juan el Bautista había sido puesto en prisión por el rey Herodes y Jesús había comenzado a encargarse del mensaje de Juan el Bautista y a proclamar: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 4:12-17) Cierto día Jesús estaba predicando el reino de Dios a muchedumbres de personas en la orilla del mar de Galilea cerca de donde cuatro pescadores profesionales habían estado trabajando con redes. En aquel tiempo la manera más popular de pescar para los judíos era por medio de redes de varias clases, cuatro clases de las cuales se mencionan en la Santa Biblia. (Hab. 1:15, 16; Ecl. 9:12; Sal. 35:7, 8) Se consideraba que la noche era el mejor tiempo para pescar, después de la puesta del sol y antes de la salida del sol.
15, 16. (a) ¿En qué ocasión le dijo Jesús a Simón y a los que estaban en la barca con él que echaran sus redes para la pesca? (b) ¿Cuál fue el efecto inmediato de lo que sucedió entonces?
15 “En cierta ocasión,” como nos narra Lucas 5:1-10, “cuando la muchedumbre se agolpaba sobre él y escuchaba la palabra de Dios, él estaba de pie junto al lago de Genesaret [Galilea]. Y vio dos barcas atracadas al borde del lago, pero los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes. Subiendo en una de las barcas, que era de Simón, pidió que se apartase un poco de la tierra. Entonces se sentó, y desde la barca se puso a enseñar a las muchedumbres. Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: ‘Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes para la pesca.’ Pero respondiendo Simón, dijo: ‘Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada, pero porque tú lo dices bajaré las redes.’ Bueno, cuando hicieron esto, encerraron una grande multitud de peces. En realidad, se les rompían las redes.
16 “De modo que hicieron señas a sus socios en la otra barca para que viniesen y les prestasen ayuda; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de manera que éstas se hundían. Viendo esto, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: ‘Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor.’ Pues, ante la redada de peces que pescaron quedaron pasmados él y todos los que con él estaban, y así mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran partícipes con Simón.”
17, 18. (a) ¿Qué comprendieron que había sucedido los cuatro socios pescadores? (b) ¿Por qué no hizo Jesús lo que Simón le pidió que hiciera? Sin embargo, ¿qué hizo?
17 Había otros con Simón Pedro en su barca, particularmente su hermano Andrés, y posiblemente el padre de ellos, Juan. Santiago y Juan estaban con su padre Zebedeo y hombres alquilados en la barca que proveyó ayuda. Pedro, Andrés, Santiago y Juan se dieron cuenta de que Jesús había ejecutado un milagro, causando súbitamente una enorme redada de peces de una zona de aguas donde no había habido ninguno en toda la noche.
18 Esto aumentó su evaluación de Jesucristo, a quien ya conocían personalmente. Pedro, sintiendo ahora más que nunca su pecaminosidad por tener a tan santo hombre de Dios en su barca, le pidió al Señor Jesús que se apartara de él. Pero Jesús no tenía la intención de abandonar la barca solo. Había llegado el tiempo para que él tuviera seguidores constantes y regulares en un sentido literal. Por lo tanto Jesús calmó el temor de Pedro debido a la pecaminosidad de éste, según nos dice la narración: “Pero Jesús dijo a Simón: ‘Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres.’” Por esta declaración Jesús estaba comparando a los hombres con peces. Pero, ¿con quién estaría Pedro pescando vivos a hombres como si fueran peces? Pues, con Jesucristo mismo, porque entonces Jesús le pidió a Pedro que lo siguiera en la pesca de algo mayor que peces, a saber, ‘hombres vivos.’ Jesús también invitó a Andrés el hermano de Pedro a seguirlo en esta nueva empresa. Ambos lo siguieron.
19. Mientras tanto, ¿qué comenzaron a hacer Santiago y Juan, y cuánto tiempo continuaron en esto?
19 Mientras tanto, puesto que sus redes se habían desgarrado por la milagrosa redada de peces, de modo que las barcas estuvieron casi sobrecargadas, los que eran partícipes con Pedro en el negocio de la pesca en Galilea, a saber, Santiago y Juan, junto con el padre de ellos, Zebedeo, que estaba en la barca, empezaron a remendar sus redes. Entonces Jesús, seguido por Pedro y Andrés, vino por la orilla del lago y llamó a Santiago y Juan que estaban en su barca y los invitó a seguirle también en un mayor negocio de pesca. Ellos hicieron eso, porque el relato nos informa: “De modo que volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron.”—Luc. 5:10, 11.
20. ¿Cómo describen Mateo y Marcos la llamada de los cuatro pescadores?
20 El apóstol Mateo y el discípulo Marcos describen esta llamada de los cuatro pescadores de manera más condensada, pero Mateo y Marcos muestran que Jesús dio una invitación directa a los cuatro para que llegaran a ser pescadores de hombres. Marcos 1:16-20 dice: “Al ir andando a lo largo del mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés el hermano de Simón echando sus redes en el mar, pues eran pescadores. De modo que Jesús les dijo: ‘Vengan en pos de mí, y haré que lleguen a ser pescadores de hombres.’ Y al instante abandonaron sus redes y le siguieron. Y después de ir un poco más adelante, vio a Santiago hijo de Zebedeo y a Juan su hermano, de hecho, mientras estaban en su barca remendando sus redes; y sin demora los llamó. Ellos a su vez dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se fueron en pos de él.”—Mat. 4:18-22.
21. (a) ¿Por qué estaba Jesús, un carpintero profesional, capacitado para enseñar a aquellos cuatro a pescar hombres? (b) ¿El ejemplo de quién les aseguró que no tenían que preocuparse en cuanto a ganarse su subsistencia como pescadores de hombres?
21 Jesús mismo pescó allí a cuatro peces humanos. Aunque él había sido un carpintero profesional en Nazaret, tierra adentro, y no un pescador profesional, él sabía cómo pescar peces simbólicos de clase humana. Aquí él empezó a hacer eso, más de seis meses después que fue bautizado en el río Jordán y ungido con el espíritu santo de Dios. Como hombre con experiencia él sabía también cómo enseñar a otros a ir a la pesca de hombres y pescarlos vivos. Con este fin él llamó a los cuatro pescadores profesionales para que le siguieran personalmente y recibieran entrenamiento. Por esta razón ellos tuvieron que abandonar su negocio de la pesca en el mar de Galilea. Un pescador ordinario puede vender los peces que obtiene y así ganarse la vida en la Tierra. No obstante, un pescador de hombres no puede vender a los hombres y así obtener su subsistencia de ellos. De modo que, ¿cómo habrían de ganar su subsistencia como pescadores de hombres Pedro, Andrés, Santiago y Juan siguiendo continuamente al Señor Jesucristo, el más grande Pescador de todos? Bueno, Jesús mismo había abandonado todo cuando fue a Juan el Bautista para ser bautizado y nunca volvió a su trabajo de carpintero, y sin embargo Jehová cuidó de él como Pescador de hombres.
NO HABÍA RAZÓN POR PREOCUPARSE POR LA SUBSISTENCIA
22. (a) ¿Por qué no había razón para dudar que tendrían éxito en pescar hombres? (b) ¿Por qué no fracasó esta pesca de hombres con la muerte de Jesús?
22 No había razón para que estos expescadores dudaran que tendrían éxito en pescar hombres mientras actuaran bajo la dirección del Pescador Principal, Jesucristo. Por decirlo él, Pedro y Andrés habían echado con fe sus redes al mar de Galilea para la pesca, en lo que aparentemente eran aguas improductivas, y sin embargo salieron con tan grande redada que tuvieron que pedir la ayuda de sus socios Santiago y Juan. Entonces sus redes empezaron a desgarrarse y la cantidad de peces sacados amenazó hundir ambas barcas. Ahora bien, puesto que Jesús podía producir pesca tan próspera en el caso de las criaturas escamosas y con aletas de las aguas, él podría igualmente hacer pescas de éxito en el caso de peces humanos simbólicos. La muerte de Jesús en el madero de tormento unos tres años después no causó daño ni puso fin a esta obra más importante de ir a la pesca de hombres. En el tercer día él fue levantado de entre los muertos y estaba entonces en posición de revivificar las operaciones de pesca de sus fieles discípulos.
23. (a) Debido a la resurrección de Jesús a la región espiritual, ¿estuvieron los apóstoles en una posición más desventajosa en cuanto a pescar hombres? (b) Después de la resurrección de Jesús, ¿por qué se hallaban en el mar de Galilea siete discípulos?
23 Es verdad que Jesús estaba ausente de ellos en la carne, puesto que él había sido levantado de entre los muertos como Hijo espíritu inmortal de Dios y desde entonces en adelante se limitaba a la región invisible de los espíritus. Pero ahora estaba en mejor posición para dar completo éxito a esta obra de alcance mundial de pescar hombres. Dio una garantía animadora de esto en cierta ocasión más de una semana después de haber sido levantado de entre los muertos en el día decimosexto del mes lunar de Nisán del año 33 E.C. Por medio de ángeles que se aparecieron a ciertos discípulos en la mañana de su resurrección él les dijo a sus fieles apóstoles que salieran de Jerusalén y la provincia de Judea y se fueran al norte a la provincia de Galilea. Allí él se aparecería visiblemente y les daría más instrucciones. (Mat. 26:32; 28:7-10, 16; Mar. 16:6, 7) De modo que sucedió que en cierta ocasión siete de los discípulos de Jesús se hallaron juntos cerca del mar de Galilea, que también se llamaba el mar de Tiberíades.
24, 25. (a) Después de un período de pesca, ¿qué se vieron obligados a contestar los siete a un interrogador que estaba en la playa? (b) ¿Qué les dijo él que hicieran, y cómo llegaron a la playa después?
24 Cuando Pedro dijo que él iba a pescar, los otros seis dijeron que le acompañarían. Durante toda la noche trataron de pescar con su red pero no pudieron sacar absolutamente nada. Entonces, al amanecer, hubo una figura de pie en la playa. Su voz llegó a través de las aguas hasta su barquilla: “Niñitos, no tienen nada de comer, ¿verdad?” Ellos gritaron de vuelta: ¡No! Bueno, ¿dijo él entonces que dejaran de tratar?
25 Esto es lo que leemos: “Él les dijo: ‘Echen la red al lado derecho de la barca y hallarán.’ Luego la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. Por lo tanto aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ‘¡Es el Señor!’ Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. Mas los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces. Sin embargo, cuando salieron de la barca a tierra contemplaron un fuego de carbón puesto allí y pescado puesto encima y pan. Jesús les dijo: ‘Traigan de los peces que acaban de pescar.’ Subió a bordo Simón Pedro, pues, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos no se reventó la red.”
26. (a) ¿Por qué pudiera haber surgido una pregunta entonces en cuanto a quién era él? (b) ¿En qué sentido fue ésta la tercera vez que se apareció a sus discípulos después de su resurrección?
26 Cuando aconteció esta manifestación de Jesús él no estaba en el mismo cuerpo materializado que antes. Por eso es que leemos: “Jesús les dijo: ‘Vengan, desayúnense.’ Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: ‘Tú, ¿quién eres?’ porque sabían que era el Señor. Vino Jesús y tomó el pan y se lo dio a ellos, y así mismo el pescado. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de ser levantado de entre los muertos.” (Juan 21:1-14) Es decir, ésta era la tercera vez que Jesús se había aparecido a sus apóstoles cuando todos ellos o más de la mitad de ellos estaban juntos. En la primera ocasión de esa clase, en la noche del domingo de su resurrección, Jesús se materializó y comió algún pescado asado para probar a sus apóstoles que no era un espíritu lo que veían.—Luc. 24:22-43; Juan 20:19-25.
27. ¿Por qué fue apropiado que Jesús demostrara su poder por medio de causar que pescaran dos redadas milagrosamente?
27 Fue muy apropiado el que dos veces Jesucristo demostrara su poder por medio de llenar las redes de sus apóstoles con redadas milagrosas de peces. Él es “el último Adán,” y el primer Adán en el jardín de Edén fue uno que en ciertos respectos tuvo “un parecido al que había de venir.” (1 Cor. 15:45; Rom. 5:14) Al primer Adán y su esposa Dios el Creador les dio el mandato de ‘tener en sujeción los peces del mar’ y todos los otros animales inferiores de la Tierra. (Gén. 1:26-28) Se predijo en el Salmo 8:4-8 que el “último Adán,” Jesucristo, también tendría hasta los peces en sujeción a él, y ciertamente tenemos evidencias registradas de que él sí ejerció tal poder, para adelantar los intereses del reino de Dios. (Heb. 2:5-9) Una de esas ocasiones fue cuando Jesús, ante el tener que pagar el impuesto del templo, le dijo a Simón Pedro: “Ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que suba y, al abrirle la boca, hallarás una moneda de estater. Toma ésa y dásela a ellos por mí y por ti.”—Mat. 17:24-27.
28. (a) En vista de tales milagrosas redadas, ¿qué fue lógico que ellos raciocinaran en cuanto a la pesca de hombres? (b) ¿Por qué después de la segunda redada no necesitó Jesús invitarlos a hacerse pescadores de hombres?
28 Recordando que Jesús los había llamado para que llegaran a ser pescadores de hombres, la fe de los apóstoles tiene que haber sido fortalecida para tal obra por las dos milagrosas redadas de peces. Bajo el mandato del Pescador Principal, Jesucristo, ellos no habían echado sus redes para la pesca en vano. Era lógico para ellos razonar que cuando, al ir a la pesca de hombres, echaran las redes por mandato de él, no sacarían sus redes vacías, habría quienes serían recogidos para el reino de los cielos. Sin embargo, después de la segunda redada milagrosa de peces en el mar de Galilea Jesús no tenía que repetirles su invitación de que lo siguieran y se transformaran de pescadores de peces en pescadores de hombres. Por esta razón, Jesús resucitado ahora usó otra metáfora, porque ahora tenía que tomarse en consideración la cualidad del amor. Así, Juan 21:15-17 nos dice:
29. ¿En qué serie de preguntas y respuestas estuvieron envueltos entonces Jesús y Pedro?
29 “Cuando, pues, se hubieron desayunado, dijo Jesús a Simón Pedro: ‘Simón hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dijo: ‘Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño.’ Le dijo: ‘Apacienta mis corderos.’ De nuevo le dijo, por segunda vez: ‘Simón hijo de Juan, ¿me amas?’ Le dijo: ‘Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño.’ Le dijo: ‘Pastorea mis ovejitas.’ Le dijo por tercera vez: ‘Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?’ Pedro se contristó de que le dijera por tercera vez: ‘¿Me tienes cariño?’ De modo que le dijo: ‘Señor, tú sabes todas las cosas; tú bien sabes que te tengo cariño.’ Le dijo Jesús: ‘Apacienta mis ovejitas.’”
30, 31. (a) ¿Por qué es difícil saber lo que Jesús quiso decir con el pronombre “éstos” en su primera pregunta a Pedro? (b) Por consiguiente, ¿cómo vierten la pregunta algunos traductores modernos?
30 Los pescadores no aman a los peces, pero los pastores sí aman a las ovejas; esto es cierto particularmente en el país donde Jesús residió temporalmente cuando estuvo en la Tierra. Además, el pastor se hacía responsable de las ovejas que estaban a su cuidado. Pero no se sabe a ciencia cierta exactamente qué quiso decir Jesús cuando le preguntó a Pedro: “¿Me amas más que éstos?” En el texto griego de la Biblia el pronombre demostrativo “éstos” está en el caso genitivo, en el número plural, y en el idioma griego este caso del pronombre tiene la misma forma para los tres géneros: masculino, femenino y neutro. Por ejemplo, la traducción del Nuevo Testamento por K. S. Wuest (1961) dice: “¿Me amas . . . más que (a) estos (peces)?” Según esto, Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba más que al negocio de pesca profesional en el mar de Galilea. La traducción de la Biblia por G. M. Lamsa (1957) sugiere el mismo pensamiento; dice: “¿Me amas más que a estas cosas?”
31 La traducción de la Biblia por Jaime Moffatt (1922) despierta un pensamiento diferente, diciendo: “¿Me amas más que los otros?” (También, Una Traducción Americana; traducción de Jaime Murdock) La noche que fue entregado Jesús a sus enemigos Simón Pedro había hecho alarde de que él amaba a Jesús más que los otros apóstoles, pero poco después no mostró este amor superior. (Mat. 26:31-35, 55, 56, 69-75) Pero en el mar de Galilea Pedro no hizo alarde acerca de la superioridad de su amor a Jesús. Sin embargo La Nueva Biblia Inglesa (Nuevo Testamento, 1961) dice: “¿Me amas más que todo lo demás?”
32. Para ganar gente, ¿las cualidades de quién debía mostrar Pedro, y para retener a los que habría ganado, qué cualidad tendría que mostrar Pedro?
32 Sin importar lo que signifique aquí el pronombre “éstos,” Jesús procedió a decirle a Pedro cómo podría mostrar su amor en la Tierra a su invisible Señor y Amo resucitado, a saber, atendiendo amorosamente a las “ovejas” del Amo en la Tierra. Para ganar gente para Dios, Pedro tenía que exhibir las cualidades de pescador; pero para retener dentro de la organización a los que habían sido introducidos, Pedro tenía que mostrar el amor tierno de un subpastor a las ovejas de su Amo.