“Le siguieron”
“Les dijo: ‘Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres.’ Abandonando al instante las redes, le siguieron.”—Mat. 4:19, 20.
1. Debido a que aquellos a quienes Jesús habló, según se registra en Mateo 4:19, 20, inmediatamente abandonaron sus redes de pescar, ¿qué preguntas, lógicamente, vienen a la mente?
ALGO en cuanto a este hombre que andaba por la orilla del mar de Galilea tiene que haber hecho que cuatro industriosos pescadores dejaran su ocupación y lo siguieran. ¿Habían visto u oído a este hombre antes estos pescadores? ¿Sabían quién era? ¡Ciertamente que sí! Estaban bien preparados para ir cuando vino la llamada: “Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres,” ¿Por qué se dice esto?
2, 3. (a) ¿Quién dijo Juan el Bautista que era Jesús y cómo podía haber sabido él que esto era verdad? (b) ¿Cómo identificó Juan a Jesús ante dos de sus discípulos, y cómo identificó Andrés a Jesús ante su hermano?
2 Este hombre, Jesús, había sido bautizado el año anterior (29 E.C.) por Juan el Bautista. En aquel tiempo Juan vio al espíritu santo bajar desde el cielo y permanecer sobre este Jesús. Por lo tanto, más tarde dijo a personas que le oían: “He dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” (Juan 1:34) Juan dijo lo correcto, porque el registro nos dice: “Después que fue bautizado Jesús salió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos se abrieron, y vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’ Entonces Jesús fue conducido por el espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo. Después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces sintió hambre.” (Mat. 3:16–4:2) Ahora, astutamente, Satanás puso tres tentaciones delante de Jesús. No obstante, Jesucristo permaneció fiel a su Padre celestial y finalmente dijo: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.’”—Mat. 4:10.
3 Ahora bien, después de esta experiencia Jesús vino caminando hacia Juan el Bautista, y fue muy natural el que éste señalara a Jesús y dijera: “¡Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” El día siguiente dos de estos pescadores galileos se encontraron con Jesús. ¿Cómo? Aquel día “Juan estaba de pie con dos de sus discípulos, y al mirar a Jesús que iba andando, dijo: ‘¡Miren, el Cordero de Dios!’ Y los dos discípulos [de Juan] lo oyeron hablar, y siguieron a Jesús.” Andrés el pescador fue uno de los dos que dijeron a Jesús: “Rabí, . . . ¿dónde estás alojado?” “Y se quedaron con él aquel día.” Andrés entonces “halló . . . a su propio hermano, Simón, y le dijo: ‘Hemos hallado al Mesías’ (que, traducido, significa Cristo). . . . Cuando Jesús lo miró dijo: ‘Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas’ (que se traduce Pedro).” El día siguiente Jesús deseó partir para Galilea. “De modo que Jesús halló a Felipe.” Este era de la misma ciudad que Andrés y Pedro.—Juan 1:29, 35-44.
4. ¿Con quién querían familiarizarse los discípulos de Juan, y por qué?
4 De esto vemos que los discípulos de Juan querían familiarizarse con Jesús y lo hicieron. Por lo menos dos de los pescadores a quienes Jesús después dijo: “Los haré pescadores de hombres,” lo llegaron a conocer primero en el río Jordán. Muchas personas sabían lo que Juan había dicho acerca de Jesús, que él era el Hijo de Dios, el Mesías. Era muy natural, entonces, que ellos quisieran oír lo que Jesús decía. Viajemos por algún tiempo con Jesús y veamos lo que él hace después de haber llegado a conocer a Andrés y Pedro y Felipe y otros discípulos.
5. ¿Cómo manifestó Jesús su gloria a sus discípulos en Caná de Galilea?
5 Jesús partió de la parte superior del valle del Jordán y vino a Caná de Galilea, donde aconteció una fiesta de bodas. La madre de Jesús estaba allí y Jesús y sus discípulos también fueron invitados a esta celebración de bodas. Sucedió que se acabó el vino, y aquí Jesús ejecutó su primer milagro, convirtiendo agua en vino. Este milagro fue el “principio de sus señales, y puso de manifiesto su gloria; y sus discípulos pusieron su fe en él.” (Juan 2:1-11) Todas estas cosas habían sucedido durante los primeros seis meses desde el bautismo de Jesús en el río Jordán.
6. ¿Qué dice el registro bíblico que Jesús hizo en el tiempo de la Pascua de 30 E.C. en Jerusalén?
6 Ahora es el tiempo de la Pascua en la primavera del año 30, y Jesús va a Jerusalén. En esta ciudad santa mostró su indignación contra los que estaban haciendo de la casa de su Dios un lugar de negocios. “Halló en el templo a los que vendían ganado vacuno y ovejas y palomas y a los corredores de cambios en sus asientos. Por consiguiente, después de hacer un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos aquéllos junto con las ovejas y ganado vacuno, y derramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. Y dijo a los que vendían las palomas: ‘¡Quiten estas cosas de aquí! ¡Dejen de hacer de la casa de mi Padre una casa de mercancías!’ Sus discípulos recordaron que está escrito: ‘El celo por tu casa me consumirá.’”—Juan 2:13-17; Sal. 69:9.
7. (a) ¿Qué interesante información le relató Jesús al fariseo Nicodemo? (b) Después, ¿qué se informa que sucedió en el país de Judea?
7 Cierta noche después Jesús recibió una visita, la de Nicodemo, un fariseo que estaba deseoso de oír a este maestro procedente de Dios. Entre otras cosas, Jesús señaló que “tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. Porque Dios . . . envió a su Hijo al mundo . . . para que el mundo sea salvo por medio de él.” (Juan 3:16, 17) Además mostró que la fe en el Dios verdadero es necesaria y que “el que hace lo que es verdad viene a la luz, para que sus obras sean puestas de manifiesto como obradas en armonía con Dios.” (Juan 3:1-21) Después de esta tan interesante reunión en la noche “Jesús y sus discípulos entraron en el país de Judea, y allí pasó algún tiempo con ellos y bautizaba. Pero Juan también estaba bautizando en Enón cerca de Salim.” “Cuando el Señor se dio cuenta de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan —aunque, en realidad, Jesús mismo en ningún caso bautizaba, sino sus discípulos— salió de Judea y partió otra vez para Galilea.”—Juan 3:22, 23; 4:1-3.
8, 9. ¿Cómo testificó Juan el Bautista en cuanto a que los seguidores de Jesús tenían que seguir aumentando, y qué mensaje importante comenzó Jesús a predicar ahora?
8 La gente y los religiosos observaron esta gran actividad porque ahora los discípulos de Jesús estaban bautizando y Juan el Bautista todavía estaba bautizando. Pero observaban que muchos más ahora seguían a Jesús. De hecho, algunos de los discípulos de Juan dijeron que ‘todos estaban yendo a Jesús.’ Juan cuidadosamente explicó que él no era el Cristo, sino que había sido enviado delante del Cristo. Entonces Juan hizo una declaración muy significativa, que mostró su sincero y verdadero amor a Jesús, el Cristo o Ungido: “El que tiene la novia es el novio. Sin embargo, el amigo del novio, cuando está en pie y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del novio. Por eso este gozo mío se ha hecho pleno. Aquél tiene que seguir aumentando, pero yo tengo que seguir menguando.”—Juan 3:25-30.
9 Jesús sí aumentó el número de sus discípulos y muchos judíos lo seguían. “Ahora bien, después que Juan fue hecho preso, Jesús entró en Galilea, predicando las buenas nuevas de Dios y diciendo: ‘El tiempo señalado se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas nuevas.’” (Mar. 1:14, 15) Mateo confirma esto porque dice: “‘El pueblo sentado en oscuridad vio una gran luz, y en cuanto a los sentados en una región de sombra como de muerte, la luz se levantó sobre ellos.’ Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: ‘Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.’”—Mat. 4:16, 17.
10. ¿Cómo le mostró Jesús a la gente que estaba en la sinagoga de Nazaret lo que habría de ser su obra en la Tierra?
10 Ahora la obra pública de Juan estaba terminada. Él había anunciado a aquel que tenía que seguir aumentando, y después del encarcelamiento de Juan Jesús inmediatamente tomó a su cargo el mensaje concerniente al reino de Dios. Entonces fue a Nazaret y leyó su comisión del capítulo sesenta y uno de Isaías, a todos los que estaban en la sinagoga en el día de sábado. “De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.’ Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga se fijaron intensamente sobre él. Entonces comenzó a decirles: ‘Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.’”—Luc. 4:17-21.
11. Hasta este tiempo, ¿cuántos estaban haciendo la obra que Jesús estaba efectuando, y, por lo tanto, cuál, razonablemente, sería el siguiente paso?
11 No siendo aceptado en su propio territorio, bajó a Capernaum, una ciudad de Galilea. “Y les enseñaba en día de sábado; y estaban atónitos de su modo de enseñar, porque su habla era con autoridad.” (Luc. 4:31, 32) Para este tiempo en el ministerio de Jesucristo debe haber habido muchos discípulos que le escuchaban muy atentamente, eran aprendices, pero todavía no se llamó a ninguno para hacer la obra que Jesús estaba naciendo. Él estaba efectuando un verdadero programa de enseñanza, instruyendo a sus discípulos para que estuvieran listos para aceptar responsabilidad. Ahora llegó el tiempo para seleccionar y entrenar a algunos para obra futura. ¿A quiénes escogió Jesús primero?
¿SABÍAN ELLOS QUIÉN ERA ÉL?
12. (a) ¿Cómo relata Mateo 4:18-22 la llamada que hizo Jesús a ciertas personas para que lo siguieran? (b) ¿Cómo respondieron estos hombres?
12 De modo que Pedro y Andrés y sus compañeros habían vuelto a la pesca. Mientras Jesús andaba solo por la orilla del mar de Galilea cerca de Capernaum, bastante tiempo después de la Pascua de 30 E.C., “vio a dos hermanos, Simón, a quien llaman Pedro, y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: ‘Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres.’ Abandonando al instante las redes, le siguieron. Siguiendo adelante de allí también, vio a otros dos que eran hermanos, Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes, y los llamó. Dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:18-22) No hubo la más ligera vacilación de parte de estos cuatro pescadores para responder la llamada. Como el profeta Isaías, siglos antes, en sus corazones dijeron: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Estaban listos para ir porque sabían quién era Jesús. Esta no era la primera vez que lo habían visto a él o habían oído su palabra.
13. (a) ¿Cómo podían Andrés, Pedro, Santiago y Juan estar seguros de quién era Jesús? (b) ¿Qué preguntas que provocan pensamiento se pueden hacer ahora?
13 Recuerde, Andrés y un compañero de él se quedaron con él una noche, casi un año antes, y Pedro lo había conocido cuando Andrés su hermano le dijo a Pedro: “Hemos hallado al Mesías.” Ellos pudieran haber sido algunos de los discípulos de él que estaban en la fiesta de bodas en Caná. Si no estaban con él, seguramente oyeron acerca de que Jesús sacó a los cambistas del templo en Jerusalén en la siguiente temporada de la Pascua (30 E.C.). Seguramente llegaron a sus oídos las noticias acerca de que había leído la profecía de Isaías en Nazaret un poco antes de ahora y de que lo habían echado del pueblo. Sin duda escucharon su enseñar con autoridad en Capernaum. Estos cuatro discípulos sabían quién era él y estaban dispuestos a seguirlo. ¡No fueron a esta nueva obra como ministros de Dios sin saber lo que Jesús estaba predicando y sin creer que el reino de los cielos se había acercado! Estaban listos para entrar en el ministerio y deseosos de hacerlo, como debe estar hoy día todo hombre y mujer que ha oído la Palabra de Dios y cree en el reino de Dios como la única esperanza para la humanidad. ¿Tiene usted conocimiento de la Palabra de Dios y fe que lo capacita para ser ministro? ¿Ha respondido usted a la llamada al servicio? Debe hacerlo, si usted ha estudiado la Palabra de Dios y se ha asociado con los testigos de Jehová por un año o más.
14. ¿Cómo habían sido preparados estos primeros discípulos de Jesús para aceptar la llamada de seguir a Jesús?
14 Hoy en día muchos hombres y mujeres han visto la luz de la Palabra de Dios y, realmente, han abandonado sus redes y lo han seguido. Pedro, Andrés, Santiago y Juan permanecieron con Jesús en el ministerio de tiempo cabal porque estos hombres amaban la verdad y veían la gran necesidad de hacer la obra que Jesús estaba haciendo. Habían escuchado con oídos ansiosos de oír cuando Juan el Bautista les dijo, que se arrepintieran y estuvieran listos para la venida del Mesías. Ahora habían llegado a conocer al Mesías y creían que él era el que Dios había enviado y que era el Hijo de Dios. Habían viajado con él de vez en cuando, pero ahora en el mar de Galilea llegó la gran oportunidad. El asunto entonces era: ¿Responderían ellos a la llamada como lo hizo Isaías y dirían: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”? Lo hicieron, y hoy día nosotros lo agradecemos porque tenemos su excelente ejemplo para seguirlo.
15. ¿A qué otra persona se llamó ahora para que siguiera a Jesús, y cuál era su ocupación?
15 Jesús todavía estaba buscando hombres sinceros aunque estos cuatro pescadores definitivamente aceptaron la llamada de ser sus seguidores. Mientras Jesús estaba en Capernaum vio a un hombre “de nombre Leví sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: ‘Se mi seguidor.’ Y dejándolo todo atrás se levantó y se fue siguiéndole.” (Luc. 5:27, 28) Más tarde Leví (Mateo) hizo un gran banquete de recepción para Jesús, y hubo muchos otros recaudadores de impuestos reclinados a la mesa con él. Sus discípulos estaban allí también y Jesús usó esta oportunidad para dar un excelente testimonio a todos los presentes. Dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento.”—Luc. 5:32.
16. Explique brevemente la siguiente obra importante de selección que Jesús tenía que hacer, y, ¿cómo sabemos que ésta era una obra muy seria?
16 Ahora bien, después de año y medio de predicar y enseñar a sus discípulos y después de asistir a su segunda pascua desde su bautismo, Jesús seleccionó de entre sus muchos discípulos a doce para que fueran sus apóstoles. Hizo de este asunto de seleccionar hombres para tal puesto importante un asunto de oración, y Lucas nos dice: “En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Mas cuando se hizo de día llamó a sí a sus discípulos y escogió doce de entre ellos, a los cuales también dio el nombre de apóstoles: Simón, a quien también dio el nombre de Pedro, y Andrés su hermano, y Santiago y Juan, y Felipe y Bartolomé, y Mateo y Tomás, y Santiago hijo de Alfeo, y Simón que es llamado ‘el celoso,’ y Judas hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que se volvió traidor.”—Luc. 6:12-16.
17. ¿Cuánto tiempo estuvo envuelto en la selección de los doce apóstoles? Esto muestra que les era necesario ¿qué?
17 ¡Qué interesante es toda esta información! A Jesús le tomó más de año y medio seleccionar a estos doce hombres como sus apóstoles. Él había reunido a muchos discípulos alrededor de él, muchos lo siguieron, muchos pusieron fe en él, pero de todos éstos, después de año y medio de trabajo, decidió en cuanto a doce hombres a quienes enseñó, llamó y preparó para una obra especial. Él no los nombró a esta obra de apostolado al llamarlos por primera vez para seguirle, aunque ellos inmediatamente dejaron su obra de pescar o recaudar impuestos. ¡Primero era necesario implantar conocimiento!
18. En nuestro día, ¿cómo debemos de considerar a las personas con quienes estudiamos la Biblia?
18 Así es hoy día. Los testigos de Jehová hallan en su obra de casa en casa muchas personas que se interesan en el mensaje del reino de Dios. Frecuentemente se comienzan y conducen estudios bíblicos en los hogares de la gente, a veces por un año o mucho más tiempo. Un maestro cristiano no debe desanimarse porque algunos no se deciden a andar en los pasos de Cristo Jesús en un corto período de tiempo, digamos, en un año. Considere, si usted es cristiano activo, cuánto tiempo le tomó a usted decidirse a ir de casa en casa en el ministerio. Si usted no es cristiano activo, pregúntese: ‘¿Soy cristiano?’ Quizás usted es uno solo de nombre y, por supuesto, entonces usted no merece siquiera el nombre.
19. ¿Qué trabajo mejor que la industria de la pesca tenía pensado Jesús para los discípulos?
19 En el caso de los cuatro pescadores, ellos ya tenían una profesión. Era ir a la pesca de peces en el mar de Galilea. Probablemente estaban teniendo buen negocio. Santiago y Juan estaban trabajando con su padre Zebedeo y habían alquilado hombres. Por lo tanto, si alquilaban hombres para trabajar junto con ellos tienen que haber tenido un gran negocio que prosperaba. Pero a pesar de este negocio excelente y lucrativo, los dos hijos de Zebedeo dejaron a su padre y siguieron a Cristo. ¡Querían ser cristianos! (Mar. 1:19, 20) El negocio de la pesca es una ocupación muy saludable al aire libre. En cuanto a alrededores agradables, ¿qué pudiera ser mejor que el mar de Galilea.? Pero Jesús tenla pensado algo mucho mejor. Por eso es que le dijo a Pedro: “De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres.” (Luc. 5:10) Jesús quería hombres vivos, hombres devotos, para encargarse del mensaje que él tenla. Ellos tenían que amar verdaderamente a su Padre que está en el cielo, tal como él lo hacía, y sus seguidores tenían que amarse unos a otros.—Juan 13:34, 35.
20, 21. (a) ¿Qué oportunidad les estaba abriendo Jesús a sus seguidores? (b) ¿Cómo podían estos seguidores aprender acerca de esta maravillosa dádiva?
20 Jesucristo estaba dando comienzo a la obra cristiana, y estos doce hombres a su vez tenían que hacer discípulos de Jesucristo, instruyéndolos en la enseñanza de Cristo. Él estaba abriendo el único camino de vida eterna para toda la humanidad. En su última celebración de la Pascua, la que guardó con sus discípulos, y en el cual tiempo introdujo el Memorial de su muerte, él dijo, en su oración final: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (Juan 17:3) ¡Qué declaración más abarcadora! Para conseguir vida eterna para uno es necesario adquirir conocimiento y adquirir entendimiento de las obras y propósitos de Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo. ¿Dónde puede usted conseguir tal conocimiento? En la Palabra escrita de Dios, la Santa Biblia. Toma tiempo el leer la Biblia, pero mucho más tiempo el estudiarla. Toma aun más tiempo el ser un maestro. Es por eso que estos hombres al instante abandonaron todo y siguieron a Jesús para ser sus discípulos de tiempo cabal y aprender acerca de Dios y Cristo Jesús y así resultar mejores maestros.
21 Ahora bien, después que había escogido los doce apóstoles, Jesús continuó dándoles más conocimiento de Dios y mostrándoles el derrotero de vida que todos los hombres tienen que seguir fielmente si quieren adquirir vida eterna. Sus doce apóstoles junto con grandes muchedumbres de personas que lo siguieron oyeron su sermón en el monte, según está registrado en los capítulos del quinto al séptimo de Mateo. Esta fue enseñanza sana.
ENTRENAMIENTO COMO EVANGELIZADORES
22. ¿Por qué permanecieron cerca de Jesús los apóstoles, y cuál era el interés principal de Jesús en lo que se refiere a estos hombres que había seleccionado?
22 Los apóstoles siempre permanecieron cerca de Jesucristo ahora como aprendices, adquiriendo conocimiento, haciendo preguntas, observando los milagros que él ejecutaba, viajando de ciudad en ciudad con él, siempre oyendo con corazones y mentes abiertos para aprender las buenas nuevas. Jesús sabía que los apóstoles necesitaban entrenamiento especial para su obra futura y que la mejor manera de darla a ellos era enviándolos en una gira de discursantes. Después de su gira, completamente por sí solos, y de predicar las buenas nuevas a otros, “los apóstoles se reunieron delante de Jesús y le informaron todas las cosas que habían hecho y enseñado. Y él les dijo: ‘Vengan, ustedes solos, privadamente a un lugar solitario y descansen un poco.’” (Mar. 6:30, 31; Luc. 9:10) Aunque Jesús estaba interesado principalmente en los doce apóstoles y en prepararlos para encargarse de la gran obra que les esperaba en el futuro, todavía siguió haciendo discípulos de muchos otros y con buen éxito. Continuamente grandes muchedumbres de personas venían a él. En cierta ocasión habló a 5.000 personas y las alimentó al lado nordeste del mar de Galilea.—Mat. 14:14-24; Mar. 6:30-44.
23. (a) ¿Qué hacía que los que oían hablar a Jesús se sorprendieran? (b) ¿Ante qué decisiones que hacer se hallaban los que escuchaban? ¿Es lo mismo cierto en nuestro día?
23 Para el año 32 E.C., y para el tiempo de la fiesta de los tabernáculos en Jerusalén, la gente estaba verdaderamente sorprendida de este hombre, Jesús, “cuando ya la mitad de la fiesta había pasado, Jesús subió al templo y se puso a enseñar, Por eso se admiraban los judíos, diciendo: ‘¿Cómo tiene este hombre conocimiento de letras, no habiendo estudiado en las escuelas?’ Jesús, a su vez, les contestó y dijo: ‘Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me envió. Si alguien desea hacer la voluntad de Él, conocerá respecto a la enseñanza si es de Dios o si hablo de parte de mí mismo.’” (Juan 7:14-17) De modo que aquellas personas que oían tenían que hacer decisiones en cuanto a si aceptaban el mensaje como de Dios o lo rechazaban. Lo mismo es cierto hoy día. Algunos de los que oyen ponen fe en las palabras de Jesús y progresan y se preparan para predicar el mismo mensaje, a saber: “El reino de los cielos se ha acercado.” Lo menos que uno puede hacer es decir a otros lo que uno oye acerca de Dios, en las conversaciones diarias de uno con otras personas. Todos nosotros podemos hacer por lo menos eso, ¿verdad?
24. (a) Después de dos años, ¿cuántos discípulos pudo enviar Jesús a predicar? (b) Para 33 E.C., ¿cuántos tenían fe plena en Jesús? (c) ¿Qué les prometió Jesús a sus discípulos, para asegurar más instrucción y dirección?
24 Después de dos años desde que Jesús empezó a predicar, muchos más judíos tenían suficiente conocimiento para ir de casa en casa y predicar. Lucas nos dice: “El Señor designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir. Entonces les decía: ‘La mies, en realidad, es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su mies. Vayan. ¡Miren! Los envío como a corderos en medio de lobos.”’ (Luc. 10:1-3) Sus apóstoles, y estos setenta discípulos, un total de ochenta y dos maestros, sabían que el que ellos fueran al mundo y predicaran según ahora se les instruía que hicieran les traería muchos problemas como persecución y pruebas, pero tenían fe en Jehová y en su Hijo, Cristo Jesús, para dar este paso adelante. Estos ministros enviados a predicar todavía tenían el tiempo y la oportunidad de aprender más de Jesús. El grito a Poncio Pilato de que se matara a Cristo no se oiría hasta la Pascua del año 33 E.C. Para aquel tiempo, no obstante, había por lo menos 120 personas que tenían plena fe en Cristo Jesús, y cuarenta días después de su resurrección Jesús les dio a ellos, por medio de los apóstoles, las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo, a no muchos días después de esto.” (Hech. 1:4, 5) Seguramente recibirían más dirección en cuanto a lo que deberían hacer ahora que Jesús había muerto en el madero de tormento y había sido resucitado de entre los muertos y había ascendido al cielo. Estos 120 discípulos, once de los apóstoles originales y 109 otros discípulos, esperaban en un aposento superior en Jerusalén alguna señal de Cristo Jesús. ¡La señal vino! “Todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.” (Hech. 2:4) Estos ahora hablaron sin temor acerca de las cosas que habían aprendido en solo unos cuantos años porque siguieron a Jesús. En cuanto a Pedro mismo, él ciertamente sería hecho un pescador de hombres.
25. En el Pentecostés, ¿cuántos abrazaron la palabra y se bautizaron?
25 En aquel día del Pentecostés Pedro sé puso de pie y alzó su voz y habló a una grande muchedumbre de personas, a miles. Cuando terminó, 3.000 abrazaron de corazón la palabra y se bautizaron. Sin duda muchos de estos tres mil habían oído a Jesús y habían sido enseñados por él. Jesús era bien conocido por toda Jerusalén, Judea, Galilea y toda la tierra de Palestina, porque era un gran predicador de la verdad.
26. ¿Qué preguntas oportunas se hacen para consideración por nosotros?
26 La vida que llevó Cristo dio resultados. Su predicación produjo ministros de Dios. ¿Qué ha producido el ministerio suyo para Dios? ¿Ha sido usted un buen estudiante de las Escrituras y un oidor de la Palabra y así se ha equipado para ser un buen maestro? Si usted se llama cristiano, usted debe estar haciendo lo que Jesús hizo o lo que los discípulos hicieron. La congregación cristiana primitiva mostró celo por Dios y su reino y anduvo en los pasos de Jesús. ¿Cuántos hombres y mujeres de las fes católica, ortodoxa y protestante hoy día creen como los seguidores de Cristo Jesús? ¿Cuántos tienen siquiera oídos que oigan? ¿Cuántos predican que el reino de Dios se ha acercado?
27. Describa los acontecimientos que llevaron a la conversión de Saulo, y lo que él hizo después de llegar a ser seguidor de Cristo.
27 En su celo por la religión de los judíos, Saulo, un fariseo judío, “respirando . . . amenaza y asesinato contra los discípulos del Señor,” se opuso a la obra de los cristianos. Se le detuvo al ser cegado en camino a Damasco por el celestial Cristo Jesús resucitado. Jesús escogió a este hombre, el peor perseguidor de cristianos, para que fuera su seguidor y fuera usado ‘para llevar su nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel.’ Ananías, un. cristiano, fue enviado a la casa donde Saulo, estaba sufriendo ceguedad, y por la dirección de Cristo Jesús él impuso sus manos a Saulo, “para que [tú, Saulo] recobres la vista y seas lleno de espíritu santo.” Saulo, “recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.” Pasó unos días con los discípulos en Damasco y, cuando aprendió la verdad y entendió lo que había de ser su obra, “inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús, que Este es el Hijo de Dios.” Tenía el espíritu del profeta Isaías, cuando éste dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.”—Hech. 9:1-22.
28. ¿Cómo ayudó Pablo a un carcelero, que los tenía a él y a su compañero bajo guardia, a llegar ser creyente en Jesús?
28 Una vez que Saulo, comprendió la verdad empezó a predicarla y se mantuvo haciéndolo. No fue asunto espasmódico con él.. En cierta ocasión, cuando viajaba con su compañero misionero Silas, ordenó a un demonio que saliera de una muchacha que les causaba molestia. Causó un alboroto con esto y estos dos cristianos fueron encarcelados después de haber sido golpeados. Durante la noche oraron y alabaron a Dios con canciones, y los prisioneros los oyeron. Entonces súbitamente ocurrió un gran terremoto y el carcelero temió que todos sus prisioneros se hubieran escapado, pero Pablo le aseguró que esto no había sucedido. Entonces Pablo le habló al carcelero en cuanto a qué debería hacer el carcelero para salvarse. He aquí lo que sucedió: “Y le hablaron la palabra de Jehová a él junto con todos los que estaban en su casa. Y [el carcelero] los tomó consigo en aquella hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora.” (Hech. 16:32-34) Cualquier circunstancia era buena ocasión para que Pablo (el antes Saulo) hablara la palabra de Jehová, y él obtenía resultados.
29. ¿Qué requisitos para vida hoy día son los mismos que en los días de los principios del cristianismo?
29 Sírvase observar que el carcelero y su familia, después de oír la palabra de Jehová, “sin demora” se pusieron de parte de la verdad. En lo que respecta a llegar, uno a ser cristiano, las cosas no son diferentes hoy día. La persona tiene que dedicarse al servicio de Jehová Dios como lo hizo Pablo y como lo hizo el carcelero; entonces bautizarse y emprender la actividad cristiana, si desea la vida eterna. Tal como Pablo anduvo en los pasos de Cristo Jesús y como los otros once apóstoles escogidos por Jesús lo hicieron, así nosotros también tenemos que mostrarnos fieles a la adoración verdadera de Dios. No podemos ser como Judas Iscariote, quien se hizo traidor y puso en primer lugar la ganancia material. Nosotros, hoy día, debemos mostrar que somos tan fieles como todos los discípulos primeros de Cristo Jesús al emprender el ministerio. Estas buenas nuevas del Reino no se hubieran esparcido por todo el mundo hoy día si no hubiese sido por cristianos como éstos.
[Ilustración de la página 168]
“Sé mi seguidor.”